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Tratamiento farmacológico de la incontinencia urina ria 
 
 
 
 
 
Miguel Ángel Díaz López, José Luis Gallo Vallejo, Laura Revelles 
Paniza 
 
 
 
 
 
 
 
La incontinencia de orina (IU) es un problema de salud muy importante 
para la mujer y con un gran coste económico y social. Su síntoma principal es 
el escape involuntario de orina, y está escape se puede unir a un esfuerzo, 
ejercicio, tos o estornudo (IUE), unido o precedido de urgencia (IUU), o aquel 
en el que se mezcla urgencia y esfuerzo (IUMixta). 
La prevalencia de la IU es mayor en la mujer y varía con la edad, con 2 
momentos importantes: década de los 50 y hacia los 80 años. En España en 
mujeres de menos de 65 años la prevalencia es del 9.9% y en las mayores de 
65 años del 53.7%. 
Otro gran problema es el llamado Síndrome de Vejiga Hiperactiva (VH), 
que es definido por la sociedad internacional de la continencia (ICS) como la 
presencia de urgencia miccional, con o sin incontinencia de urgencia, que 
puede ir acompañada de frecuencia y/o nocturia, en ausencia de patología 
local. Su prevalencia oscila entre el 9% en la mujer alrededor de los 30 años al 
16% a los 60 años. 
Para comprender el tratamiento farmacológico a seguir en la mujer con 
IU debemos antes determinar cómo se produce la micción y qué mecanismos 
se precisan para un buen llenado-vaciado de vejiga y con ello un buen control 
muscular de la vejiga y del esfínter uretral para que el fenómeno del escape no 
se produzca. 
En la fase de llenado existe un 
predominio simpático, con liberacion de 
noradrenalina, la cual activa los 
receptores α en el cuello vesical y su 
contracción por tanto, así como 
activando los receptores β3 en el 
músculo detrusor de la vejiga y 
produciendo su relajación, figura 1. El 
tono muscular de la uretra y del cuello 
vesical se mantiene por la actividad de los receptores α adrenérgicos. En la 
fase de vaciado, sin embargo el predominio es parasimpático, se activan los 
receptores M3 que predominan en la vejiga produciendo la contracción del 
DISTRIBUCIÓN DE LOS RECEPTORES COLINÉRGICOS Y 
ADRENÉRGICOS EN EL TRACTO URINARIO INFERIOR
M = Muscarínico
N = Nicotínico
α= α-adrenérgico
ß = ß-adrenérgico
Suelo de la pelvis (N, ß)
Trígono (α)
Cuello vesical (α, ß)
Músculo
Detrusor (M, ß)
Figura 1 
músculo detrusor y a través de la estimulación del nervio pudendo se relaja 
voluntariamente el esfínter externo. 
Tendríamos 3 formas principales de actuar sobre el mecanismo de 
continencia/incontinencia: 
1ª.- Fármacos antimuscarínicos: actuarían sobre los receptores M1-M3, 
pero fundamentalmente sobre los M3 que son los predominantes en la vejiga. 
Se consigue por tanto relajación de la actividad muscular del músculo detrusor. 
2ª.- Fármacos adrenérgicos: fundametalmente los que actúan sobre los 
receptores β3. Su acción sería a través de la inhibición de la recaptación de 
serotonina y norepinefrina (efecto dual) en el sistema nervioso central, a nivel 
de la médula espinal sacral, resultando en un aumento del tono y la 
contractilidad esfinteriana mediante la estimulación central del Nervio pudendo. 
3ª.- Fármacos inhibidores duales de la recaptación de la serotonina (S) y 
norepinefrina (NE) en la presinapsis, como la Duloxetina, consiguen un 
aumento postsináptico de S y NE. Esta acción es muy importante en la médula 
sacra, más concretamente en el nucleo de Onuf, el cual es responsable de la 
inervación del esfínter externo uretral y del control de la función uretral a través 
del nervio pudendo. En la médula sacra y mediado por el glutamato, la S y la 
NE producen una activación del nervio pudendo y por tanto la contracción del 
esfínter externo de la uretra. La duloxetina conseguirá con la inhibición de la 
recaptación de la S y NE un aumento de la estimulación del nervio pudendo y 
por ende del esfínter externo uretral1. 
Los antimuscarínicos son los fármacos de primera elección para el 
tratamiento del síndrome de vejiga hiperactiva y su relación beneficio/riesgo 
depende en gran medida de la selectividad por los distintos subtipos de 
receptores muscarínicos. 
A nivel del tracto urinario predominan los receptores M2 y M3, en una 
relación de 3:1. La contracción del músculo detrusor se debe 
fundamentalmente a los efectos de la acetilcolina sobre los receptores M3 ya 
que aunque los receptores M2 son predominantes en la vejiga urinaria y 
anejos, los receptores M3 son los más importantes desde el punto de vista 
funcional y su estímulo es el responsable directo de la contracción del músculo 
detrusor. 
Los fármacos anticolinérgicos aprobados en España para el tratamiento 
de la IUU/VH son: Tolteridina, fesoteridina, solifenacina, trospio y oxibutinina. 
Todos con respecto a placebo tienen una tasa mayor de mejoría o curación con 
un nivel de evidencia 1 y grado de recomendación A, pero no son todos 
igualmente selectivos para los receptores M2 y M3 y eso les va a llevar a una 
diferencia, en ocasiones importante en el número de efectos secundarios, 
sobre todo a nivel del sistema nervioso central, tabla 1. 
Tabla 1. 
Ninguno tiene una selectividad total sobre los receptores M3, aunque en 
general todos inhiben a concentraciones muy bajas a los receptores M3. 
Debemos de tener en cuenta que la fesoteridina actua a través de su 
metabolito activo y este si es muy selectivo. 
El problema que tenemos actualmente es que la tolteridina de liberación 
lenta aún siendo un magnífico fármaco, solo tiene una dosis de 4 mg, mientras 
que la fesoteridina con dosis de 4 y 8 mg y la solifenacina de 5 y 10 mg tienen 
dosis adaptables y por tanto al profesional nos da mucho más juego en el 
tratamiento de esta patología. 
Quizás el tema más importante en relación a los fármacos 
antimuscarínicos es la baja adherencia y nivel de abandonos que los pacientes 
con IUU/VH tienen, y este es debido en un 60% a la falta de mejoría clínica y 
en el 24% a los efectos secundarios achacables, en gran parte, a la poca 
selectividad que tienen a nivel de receptores, tabla 2. 
Los índices de suspensión del tratamiento con antimuscarínicos oscilan 
entre el 4% y el 31% y 5% a 20% en el tratamiento versus placebo 
respectivamente. 
 
Tabla 2. Efectos secundarios más frecuentes 
La oxibutinina fue el primer fármaco anticolinérgico que se comercializó 
en España. Los efectos secundarios de la forma oral se deben a su metabolito 
N-desetiloxibutinina, que es más selectivo para los receptores salivales que 
para los vesicales. Con el fin de evitar este efecto secundario se han hecho 
otras formas galénicas, como los comprimidos de acción retardada (ER). En 
España hace poco ha aparecido la vía transdérmica. De esta manera se evita 
la producción del metabolito de primer paso y una biodisponibilidad del 80% del 
metabolito activo. 
De todos los anticolinérgicos el único que es una amina cuaternaria es el 
trospio. Es poco lipofílico y por lo tanto atraviesa mal la barrera 
hematoencefálica. Como podemos ver en la tabla 3, es el que menos efectos 
en el sistema nervioso central produce2. 
Debemos de tener en cuenta que la IUU/VH es una patología que crece 
y se hace muy prevalente en personas mayores, con más problemas médicos y 
más polimedicados, por tanto las interacciones-eficacia y seguridad de 
cualquier fármaco puede ser muy diferente de las observadas en personas más 
jóvenes. 
Tabla 3, efectos secundarios adversos en el Sistema nervioso Central de los fármacos antimuscarínicos 
Siguiendo la clasificación FORTA (Fit fOR The Aged) de todos los 
fármacos utilizados en España para la IU/VH en España el único que podría 
usarse a largo plazo, por su seguridad, eficacia en función de la edad con la 
categoría de B (Beneficioso) sería la fesoteridina. El resto de antimuscarínicos, 
así como los agonistas β3 se calificarían como C (usar con Cautela)3. 
Hay una serie de factores que hacen que el tratamiento antimuscarínicosea más eficaz: ser mujer, un flujo máximo de orina ≥ 12 ml/seg y un volumen 
residual postmicción bajo. Sin embargo se unía a más probabilidad fallo en el 
tratamiento el mantener un volumen residual ≥ 70 ml. 
Un fármaco del que no hemos hablado todavía es de la toxina botulínica 
A en inyecciones vesicales. En estudios realizados para el tratamiento de la VH 
frente a anticolinérgicos, se consigue una reducción de nº de episodios 
incontinencia de urgencia igual en ambos tratamientos, con una mejoría 
completa algo mayor en el grupo de toxina botulínica. La mejoría en la calidad 
de vida similar. Menos pacientes con sequedad de boca, pero un mayor 
porcentaje de retenciones de orina e infecciones en las tratadas con toxina4. 
De las novedades más importantes en el tratamiento farmacológico de la 
IUU/VH en los último años ha sido la introducción del agonista β3 mirabegron 
(Betmiga®) que producen una relajación del músculo detrusor, aumentando así 
la capacidad de la vejiga y reduciendo los síntomas de VH. Se ha observado 
que reduce la presión intravesical de reposo, así como en la frecuencia de la 
contracción sin ningún efecto en la amplitud de la contracción de la micción. 
En todos los estudios fase II, III (Dragón, Escorpio, Aries, Capricornio, 
Japón, Asia, Tauro), frente a tolteridina, se ha evidenciado que Mirabegron no 
es una cura para la VH, pero es tan eficaz como la mayoría de los 
antimuscarínicos. Por tanto una alternativa eficaz y segura de primera línea al 
tratamiento de pacientes adultos con mal control o intolerantes a los 
antimuscarínicos5. 
La VH es una patología crónica y muy invalidante, sobre la cual es muy 
difícil conseguir una mejoría total, pero si mejorías clínicas que son apreciadas 
por las pacientes y a las cuales nos deberíamos de acoger cuando hablemos 
del tratamiento. Una mejoría aparente en la calidad de vida la observan las 
mujeres cuando los episodios de incontinencia disminuyen más de 3 veces por 
semana y este es considerado un mínimo cambio con importancia clínica6. 
Al ser una patología multifactorial se está intentando la combinación de 
fármacos que tengan distintas dianas terapeúticas y así se está utilizando la 
combinación de solifenacina y mirabegron, con resultados mejores que con la 
monoterapia 
Entre las terapias futuras, ahora en investigación animal tendríamos la 
utilización de inhibidores de los factores de crecimiento nervioso, los 
inhibidores de la Rho-kinasa, agonistas de la Vit D, los abridores de los canales 
del K y diferentes cannabinoides7. 
Otro gran problema es el tratamiento farmacológico de la IUE8. Se han 
realizado estudios con estrógenos observando alguna mejoría con el 
tratamiento tópico, no así con el sistémico. Los agonistas de los receptores alfa 
adrenérgicos (efedrina) que aumentan la presión de cierre uretral y la 
contracción del músculo liso uretral, pero con muchos problemas de taquifilaxis. 
Los β antagonistas adrenérgicos (propanolol) con muchos problemas 
secundarios. Los antidepresivos tricíclicos (imipramina) que disminuyen la 
contractilidad vesical y aumentan la resistencia uretral. Los β agonistas 
adrenérgicos, que incrementan la contractilidad de esfínter uretral y como más 
destacados los inhibidores de la recaptación de la serotonina norepinefrina, 
entre los que se debe de destacar la duloxetina. Su acción es la estimulación 
del nervio pudendo en la columna sacra. Produce una reducción de los 
episodios de incontinencia 50% vs 27.5% del placebo, mejorando la calidad de 
vida. Fue aprobado para el tratamiento de la IUE en el 2004 en Europa pero no 
por la FDA en USA, debido a la toxicidad hepática y los aumentos de suicidios. 
Conclusión : para el tratamiento de la IUU/VH, todos los 
antimuscarínicos tienen un nivel de evidencia 1 y grado de recomendación A, 
con resultados similares en la disminución de episodios de incontinencia de 
urgencia, pero con diferente porcentaje de efectos secundarios. Para poder 
evitarlos, sobre todo en la personas mayores a 65 años convendría realizar 
tratamientos individualizados y comenzando con dosis pequeñas. 
Para el tratamiento de la IUE solo está más estudiada la duloxetina, 
aunque en España no está aprobada para este uso. 
Bibliografía: 
 
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