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Vencer Tentação e Manter Castidade

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CÓMO VENCER EN LAS TENTACIONES CONTRA LA CASTIDAD. 
Avisos de San Juan Bosco: escribió el 1 de Enero de 1.876, a todos sus educadores y 
educandos: En castidad hay unos remedios que no fallan: amar a todos igualmente, jamás se 
debe tener preferencia hacia alguno ni demostrar amor sensual hacia la juventud. Hay que 
tener gran cuidado para no cultivar afectos por medio de regalitos ( dulces, dineros, medallas, 
libros). No hay que tomarlos de la mano, ni ponerles la mano sobre la nuca, ni acariciarlos, ni 
abrazar, ni besar. Algunos dirán: “Pero estas no son faltas graves”. Yo les respondo: “ Lo que si 
sé de cierto es que estas cosas debilitan mucho la castidad y llevan a faltas que disgustan a 
Nuestro Señor”. 
San Juan Bosco: Yo he llegado a convencerme de que la causa de que muchas personas caigan 
en muy graves pecados de impureza, es porque son muy soberbias, muy llenas de orgullo. 
San Jerónimo: repetía Huyo para no ser vencido . 
FORMAS DE VENCER. 
• Hacer pequeñas jaculatorias. 
• Elevar el alma y el pensamiento a Dios y pensar en la vida eterna. 
• No inquietarse, ya que puede aumentar la tentación. 
• Sustituir el pensamiento impuro por un pensamiento santo y casto. 
Del libro: El joven instruido de San Juan Bosco. 
Lo primero que hay que hacer para no pecar, después de orar con fe al Señor, es 
apartarse de las ocasiones de pecar, por eso hay que alejarse de quienes tienen malas 
conversaciones o malas acciones y de todo espectáculo o representación que vaya 
contra las buenas costumbres ( moral). 
Lo segundo para no dejarse vencer por las tentaciones consiste estar siempre 
ocupados. San Jerónimo recomendaba: Que el demonio jamás te encuentre 
desocupado 
Cuando te lleguen los malos pensamientos no te detengas a darles importancia. Más 
bien, dedícate a pensar en otros asuntos, y a trabajar y a rezar, mucho ayuda en los 
momentos de tentación hacer bien y despacio la señal de la cruz. Te recomiendo 
también para alejar la tentación digas varías veces: María Auxiliadora, rogad por 
nosotros. 
Otros remedios que empleaban los santos, especialmente San Luis Gonzaga, Santo 
Domingo Savio y Santa Teresa para conservar su pureza era: hacer frecuentes 
sacrificios, por ejemplo: dejar de comer una golosina, callar una palabra no muy 
necesaria que deseaba decir; cerrar los ojos ante una escena indebida. 
Nuestro Señor enseña que el primer paso que hay que dar para empezar a ser Santo y 
buen cristiano es negarse a si mismo: Quien quiera seguirme que se niegue a si mismo 
San Lucas 9,23, o sea mortificarse, hacer sacrificios, hacer lo que nos cuenta y 
renunciar a lo que nos agrada. 
 Su Santidad Pío XII, recomendaba los siguientes remedios para vencer en la castidad. 
a) Es necesario no aceptar ni aún mentalmente el pecado. No consentir ni siquiera 
con el pensamiento, lo que va contra la castidad, y alejar de nuestra vida y de 
nuestro comportamiento, con toda energía, todo lo que pueda manchar esta 
bellísima virtud. 
b) En esta materia toda diligencia es poca, y ninguna severidad es excesiva. Nada nos 
puede dispensar de vigilar y estar alertas, de mortificar nuestros pensamientos y 
deseos, palabras y acciones 
c) Los santos enseñan que para superar las tentaciones y los atractivos del pecado 
hay que huir de todas las ocasiones de pecar. San Jerónimo dice que en castidad es 
preferible huir que presentar batalla. 
d) Gravísimo error sería afrontar el riesgo. El tratar de poner a prueba la propia 
castidad es destrozarla. El que ama el peligro, en él perece. No se puede leer de 
todo, ver toda película y tratar con cualquier clase de personas y querer ser casto 
“No me digas que tienes el alma pura si tus ojos ven lo impuro y vives tratando con 
gente impura”. ¿ Que jardinero expone a las tempestades una plantica débil?, dice 
San Agustín: El pudor hace adivinar el peligro y no exponerse a él. 
Hay que evitar las ocasiones a las cuales se exponen los imprudentes. 
Encíclica Sacra Virginitas de Pío XII. 
Monseñor Tihamer Toth: Si cultivas un pensamiento, tendrás un deseo. Si cultivas 
un deseo tendrás una acción, si repites una acción, tendrás una costumbre. Y si 
adquieres una mala costumbre, tendrás un fracaso para toda la vida. 
El padre Hays, gran psicólogo, aconsejaba lo siguiente: “ A Dios hay que pedirle 
tres regalos muy importantes para poder conservar la castidad. 
El 1ro. Para la memoria: que nos haga tener un verdadero arrepentimiento de los 
pecados impuros que hemos cometido. 
El 2do. Para el entendimiento: que nos haga despreciar y sentir asco repulsa por 
todo lo que sea impureza. 
El 3ro. Para la voluntad: que nos conceda fuerza y fortaleza para ser capaces de 
resistir a las llamadas y provocaciones de la tentación, que como las sirenas a 
Ulises, llaman a los incautos para hacerles hundirse en el abismo del pecado y de la 
muerte eterna. 
San Ignacio de Loyola: el demonio estudia cada individuo y cada edad para atacar 
de manera que la victima oponga la menor resistencia posible y se le pueda 
derrotar. 
En la niñez puede atacar con la masturbación 
En la juventud con amistades atrevidas y lecturas pornográficas. 
En la edad madura por medio de películas corrompidas y de malas conversaciones 
y de infidelidades al matrimonio. 
Para unos su enemigo especializado serán las discotecas o frecuentar prostíbulos 
o reuniones de dudosa moralidad. Para quien tiene un auto su gran peligro pueden 
ser las amistades malas que se le presentan a acompañarle en sus viajes, y para los 
muy sociables su enemigo puede ser el hacer conquistas amorosas para gloriarse 
después de su capacidad de simpatía 
( Y entristecerse y entristecer a otros por la derrota del pecado). 
San Francisco de Sales, en su famoso libro “LA FILOTEA”, Aconseja lo siguiente 
para mantener la castidad: 
“Con tal de evitar las amistades que van contra la castidad no importa aparecer 
como incivil y grosero. Con estas amistades hay que cortar sin más ni más. No se 
puede ir despacio, disminuyéndolas poco a poco. Con la amistad que va contra el 
amor de Dios y contra la Santidad de nuestra alma, no podemos emplear la 
condescendencia. 
San Francisco de Sales: en la guerra las condecoraciones no se conceden a los que 
se quearon tranquilamente gozando de la paz de las despensas y de los depósitos, 
sino a los que tuvieron que combatir feroz y peligrosamente. 
Santa Teresa: Tendremos más condecoraciones y más felicitaciones de Dios, 
luchando contra peligrosas tentaciones, que si por la falta de peligros de pecar no 
tuviéramos que luchar. 
Santa Ildegarda: De lo único mío de lo cual puedo estar totalmente segura es de 
mi debilidad. 
En el libro “El combate espiritual” de Lorenzo Scupolli, se recomienda lo siguiente: 
Meditar en la pasión y muerte de Jesucristo. No aconseja meditar lo feo que es el 
vicio de la impureza, porque esto aumenta las imaginaciones. 
San Bernardino: La llama de la pasión de la impureza sólo se apaga con estos tres 
remedios: 
Oración, mortificación y huir de la ocasión. 
San Carlos Borromeo: Cuando voy a vivir en habitaciones muy lujosas y me sirven 
comidas y bebidas muy exquisitas, y habito entre gentes llenas de adorno y lujos, 
siento que las fuerzas de mi espíritu se disminuyen y se debilitan y que las 
pasiones de mi carne resucitan y aumentan sus fuerzas y sus exigencias. 
Santo cura de Ars: recomendaba para conservar la castidad y que pone en banca 
rota los planes impuros del diablo y que los hace fracasar completamente es: 
Mortificarse en el comer, en el beber, en el mirar y en el dormir 
FRASES BIBLICAS PARA LEER Y MEDITAR. 
Filipenses 2,12 
Gálatas 5,19 
San Juan 8,34 
Hebreos 13,4 
1ra de Tesalonicenses 4,16 
San Mateo 5,28; 7,7-8 
Eclesiastés 7,26. 
FRASES DE SANTOS 
Tertuliano. 
Para tener castidad hay que pedir mucho a Dios para que nos dé castidad. 
San Agustín. 
Dios mío: castigabas mi orgullo, dejándome caer en vergonzosos pecados deimpureza. 
Pontífice San Clemente. 
Quien tiene la castidad no se llene de orgullo porque la castidad es un regalo de 
Dios. 
San Gregorio. 
La fortaleza de los justos está en vencer la carne, combatir los propios placeres, 
extinguir el goce de la vida presente. 
VII Moral. 
Santo cura de Ars 
Si nos sumergimos en las profundidades de la lujuria, no podremos salir, haremos 
un agujero más profundo, y todos los días nos hundiremos más y más. 
Luego perderemos la fe, y nos reiremos de las verdades de la religión, ya no 
veremos el Cielo, ya no temeremos al Infierno.

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