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Lengua y Literatura – 1° Año A y B (IPEM N° 43) 
Profesora: Ana Carina Cremona 
Mail: anaccremona@yahoo.com.ar 
Fecha de entrega: 27/11/2020 
 
 
¡Hola estudiantes! ¡Bienvenidos al último trabajo de este ciclo! Si llegaron hasta acá es 
porque me han acompañado a lo largo de todos los trabajos anteriores, con todo el compromiso 
y la responsabilidad que eso implica, y por eso les digo… ¡Gracias! 
Pero nos queda un último esfuerzo, ¿avanzamos? 
A lo largo del año vimos como algunas secuencias de palabras podían ser textos con un 
sentido y una organización. Después descubrimos que había distintos tipos de textos y que 
podíamos diferenciarlos por la función del lenguaje y la trama textual que predominaban en 
ellos. 
A continuación, nos centramos en un determinado tipo de textos: los expositivos. Leímos, 
vimos para qué servían, sus características y estructura y cómo los paratextos podían ayudarnos 
a adelantar de qué iban a tratar. 
Más adelante, avanzamos con los textos narrativos literarios realistas y no realistas. También 
aquí descubrimos sus características y vimos cómo las secuencias narrativas se organizaban en 
una estructura particular. También identificamos los elementos propios de la narración que nos 
ayudan a entender lo que leemos. 
Por último, dentro de los textos literarios no realistas, trabajamos con la leyenda. Pudimos 
leer una leyenda y encontrar algunas de las características propias de este género, al mismo 
tiempo que recuperábamos lo que sabíamos de estructura narrativa y elementos de la 
narración. 
Mientras veíamos todo esto fuimos trabajando con las palabras, esas que nos sirven para 
nombrar (sustantivos) y las que usamos para describir (adjetivos). 
Ahora, para cerrar este camino de aprendizaje, vamos a ver las leyendas urbanas y a usar 
las palabras para contar una. 
 
 
LEYENDAS URBANAS 
 
Seguramente, alguna vez escucharon algo que le pasó al “amigo de un amigo” y es probable 
que, sin comprobar si era cierto o no, la contaron a otros. De esta manera, las anécdotas pueden 
dar origen a leyendas urbanas. 
Se llaman “urbanas” porque nacen y circulan en las grandes ciudades. Por lo general, 
presentan hechos supuestamente reales, difíciles de comprobar, contados de una manera que 
resulta creíble. 
Algunas son versiones actualizadas de viejas leyendas orales, otras son nuevas, y muchas más 
surgen a partir de hechos reales. 
Las principales características de las leyendas urbanas son: 
 
● No se sabe bien donde se originó -a quién le pasó- o este dato es difícil de comprobar. 
● Se difunden rápidamente de forma oral, a través de los medios masivos de 
comunicación, Internet, redes sociales, etcétera. 
● Sus temas se relacionan con las preocupaciones propias de la vida moderna, miedos, 
accidentes, inseguridad frente a lo desconocido, angustia por la salud, preocupación por 
el cuidado de los hijos, etcétera. 
mailto:anaccremona@yahoo.com.ar
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● Los personajes son anónimos o difíciles de identificar con personas reales, aunque 
podría ser cualquiera de nosotros... 
● Se suelen situar en lugares concretos y familiares para el receptor. De este modo la 
historia adquiere realismo y verosimilitud. Sin embargo, a veces aparece la misma 
situación aunque como sucedida a diferentes personas en distintos lugares y épocas. 
● Transcurren en un tiempo cercano y reconocible. 
● Suelen provocar miedo y hasta terror en el lector. 
 
 
Pero mejor leamos una leyenda urbana a ver qué te parece… 
 
 
La dama de blanco 
 
El joven dobló por la calle Juncal, como todos los últimos sábados por la noche. Desde 
que Lucía lo había dejado, se había vuelto su recorrido habitual. El aire que salía de su 
boca se convertía en humo al encontrarse con el frío de agosto. Al llegar a la esquina de 
Junín, algo lo motivó a cambiar de rumbo y unos metros más adelante, vio a una 
muchacha. Llevaba un vestido de un blanco radiante. El joven no pudo frenar el impulso 
de invitarla a tomar algo y darle su abrigo para protegerla. Entraron a “La Biela”, un bar 
tradicional del barrio de Recoleta. 
Eligieron ubicarse junto a la ventana, alejados de la gente. Él le quitó el sobretodo a 
la muchacha, dejando la blancura del vestido nuevamente al descubierto, y le acercó la 
silla en un gesto de caballerosidad. Se sentaron enfrentados manteniendo la distancia 
que exigía la mesa. 
Él no sabía con qué tema empezar la conversación. Tenía miedo de quedar en ridículo 
o espantarla. Se le ocurrió que la música era un buen tema. Así se enteró de que a ella 
le gustaba la música clásica y sabía tocar el piano. Cuando les trajeron el café supo su 
nombre: Luz María. 
El joven notó que los hombres que estaban en el bar los miraban y murmuraban. No 
le pareció extraño siendo Luz María tan hermosa. Él se ofreció a acompañarla hasta la 
casa y en el puesto de flores de la calle Posadas, le compró un ramo de rosas. En el 
umbral de la puerta, entre miradas y sonrisas, la besó. Sintió un escalofrío y volvió a su 
casa pensando en ella. 
Al día siguiente, decidió sorprenderla. Tocó el timbre de su casa y una señora mayor 
le abrió la puerta. Él le preguntó por Luz María y, entre llantos y gritos, recibió una 
respuesta inesperada. Su dama de blanco había muerto treinta años atrás. 
Corrió al cementerio sin poder creer en las palabras de aquella mujer. Los nombres 
escritos en las lápidas le lastimaban los ojos. Su desesperada búsqueda llegó a su fin 
frente al nombre de Luz María grabado en el mármol. Cerró los ojos porque ya no 
quedaba nada por ver. Cuando el vacío del mundo se había hecho más grande, el aroma 
de las rosas se hizo presente y el joven volvió a sentir el mismo escalofrío de la noche 
anterior. 
El sereno del Cementerio de La Recoleta declaró que era habitual, desde hacía treinta 
años, ver pasear a Luz María vestida de blanco los sábados por la noche. 
 
 
 
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1. En esta leyenda aparecen varios elementos que, combinados, crean un clima de suspenso y 
preparan el ambiente para que tengamos miedo. Vamos a rastrear algunos de ellos: 
 
a) ¿En qué época del año sucede la historia? 
b) ¿En qué momento del día el joven conoce a la dama de blanco? 
c) ¿En qué barrio de la Capital Federal están los personajes? Investigá un poco: ¿qué lugar 
muy famoso está en ese barrio? 
 
2. ¿Qué pasa en la leyenda “entre miradas y sonrisas”? 
3. ¿Cuál fue la respuesta inesperada que recibió el joven? 
4. ¿Qué es lo que suele hacer Luz María? ¿te parece algo normal? ¿por qué? 
5. Ahora te toca a vos contar una leyenda urbana. Si no conocés ninguna, podés preguntar a 
tu familia o amigos, buscar en internet o inventarla. 
Acordate que tiene que provocar un poco de miedo en el lector y para eso podés describir 
los lugares, contar en qué momento del día pasan las cosas, contar qué ruidos se escuchan 
en la oscuridad o qué cosas se ven cuando no deberían verse… 
¡Adelante, a usar la imaginación! 
Si tenés ganas y te animás, acompañá tu leyenda con un dibujo que sirva de paratexto.

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