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Deontología

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Deontología
Modulo 1
1.1
Cap. 1 Sánchez Vázquez 
El capítulo 1 aborda el tema de la moral y la ética, planteando diversos problemas prácticos y teóricos que surgen en relación con la conducta humana. Se mencionan situaciones en las que los individuos se enfrentan a decisiones morales, como decir la verdad o mentir, denunciar a un amigo traidor o guardar silencio por amistad. Se plantea la pregunta de si es correcto que una persona que realiza acciones negativas para algunos pero positivas para otros haya actuado moralmente. También se mencionan ejemplos históricos como los soldados nazis siguiendo órdenes de exterminio.
Estos problemas prácticos involucran la necesidad de ajustar la conducta a normas consideradas adecuadas o dignas de ser cumplidas. Estas normas son aceptadas internamente y reconocidas como obligatorias. Los individuos actúan moralmente y se juzga su comportamiento en relación con estas normas.
Se menciona la distinción entre la práctica moral y la teoría moral. La práctica moral se refiere a los actos y decisiones concretas que los individuos enfrentan en su vida cotidiana, mientras que la teoría moral se ocupa de reflexionar y analizar el comportamiento moral desde un punto de vista más general.
Se plantea que la teoría moral busca definir lo que es bueno de manera general, mientras que el individuo se enfrenta a problemas morales concretos en su vida diaria. Aunque la teoría puede influir en el comportamiento moral práctico, resolver los problemas prácticos es responsabilidad del individuo en cada situación específica.
La ética también se ocupa de otros problemas fundamentales, como definir la esencia del comportamiento moral, la responsabilidad moral, la libertad de la voluntad y su relación con el determinismo, la obligatoriedad moral y la realización moral tanto a nivel individual como colectivo.
En resumen, el capitulo plantea cuestiones relacionadas con la moral y la ética, explorando los problemas prácticos y teóricos que surgen en relación con la conducta humana y la toma de decisiones morales. También destaca la importancia de las normas morales, la responsabilidad, la libertad y la reflexión teórica sobre la moral.
Cap. 3 Sánchez Vázquez
El capítulo 3 "La esencia de la moral" aborda el tema de la moral y su definición. Se menciona que la moral se compone de normas aceptadas libre y conscientemente que regulan la conducta individual y social de las personas. Existe un plano normativo, que se refiere a las reglas o normas de acción que postulan un comportamiento específico, y un plano fáctico, que se refiere a los actos concretos que se ajustan o violan esas normas.
Los actos que se ajustan a las normas morales se consideran moralmente positivos y valiosos, mientras que los actos que las violan se consideran moralmente negativos. Ambos aspectos, lo normativo y lo fáctico, están relacionados y no pueden separarse completamente.
Se plantea la distinción entre moral y moralidad, donde la moral se refiere a los principios, normas e ideas morales de una época o sociedad, mientras que la moralidad se refiere a los actos concretos que cumplen o violan esas normas. Sin embargo, se argumenta que es mejor utilizar el término "moral" para abarcar ambos aspectos.
Se destaca que la moral tiene un carácter social, ya que solo existe en el contexto de la sociedad y responde a sus necesidades y funciones. Los individuos se adhieren a principios y normas morales establecidos por la comunidad y no pueden modificarlos de manera personal. Además, el comportamiento moral puede ser tanto individual como colectivo, y está sujeto a la concertación libre y consciente.
El capítulo también aborda el tema del progreso moral y la relación entre lo individual y lo colectivo en la moral. Se menciona que el progreso moral implica una elevación de la conciencia, libertad y responsabilidad personal en el comportamiento moral. A medida que el individuo se vuelve más consciente y libre, su participación en la regulación moral de su conducta se vuelve más libre y consciente, disminuyendo el papel de la costumbre como regulador moral.
Se destaca que, en cualquier moral histórica concreta, muchas de las normas son parte de los hábitos y costumbres, y el individuo está sujeto a estas normas morales impuestas por la costumbre. Aunque el individuo puede cumplir o violar estas normas, su comportamiento moral sigue estando influenciado por la comunidad y la sociedad a la que pertenece.
Se enfatiza que el sujeto del comportamiento moral es una persona singular, y aunque existen factores objetivos y colectivos, la decisión y el acto moral correspondiente provienen de un individuo que actúa libre y conscientemente, asumiendo la responsabilidad personal. Aunque el individuo pueda creer que actúa exclusivamente según su conciencia, también está influenciado por el mundo social del que forma parte y por la comunidad a la que pertenece.
Se menciona que la individualidad misma es un producto social, y las relaciones sociales dominantes en una época determinada determinan cómo la individualidad expresa su propia naturaleza social. En sociedades primitivas, la comunidad absorbe casi por completo al individuo, mientras que en sociedades capitalistas, se tiende a convertir al individuo en un soporte de las relaciones sociales existentes. En una sociedad superior, el individuo debe superar esta condición y comprometerse libre y conscientemente en la comunidad, asumiendo una mayor responsabilidad personal y moral.
La moral siempre implica una conciencia individual que internaliza las reglas de acción presentadas como normativas, aunque estas reglas pueden ser establecidas por la costumbre. El comportamiento moral muestra la influencia de las condiciones y relaciones sociales dominantes, y no hay una moral estrictamente personal, ya que los actos morales siempre tienen un carácter social debido a la naturaleza social de los individuos.
El capítulo también aborda la estructura del acto moral, mencionando que el acto moral implica normas y principios que regulan la conducta humana, así como actos humanos que se ajustan a estas normas. Se destaca que no todos los actos humanos pueden recibir una calificación moral y que los actos morales son susceptibles de aprobación o condena por parte de los demás según las normas aceptadas comúnmente.
Se analiza la estructura del acto moral, que incluye el motivo del acto, la conciencia del fin que se persigue y la decisión de alcanzarlo. El motivo puede ser consciente o inconsciente, pero forma parte del contenido del acto moral y es relevante al calificar moralmente el acto. La conciencia del fin implica la anticipación ideal del resultado y la decisión de alcanzarlo, lo que distingue al acto moral de otros actos no conscientes o automáticos. La voluntariedad del acto moral se relaciona con la elección entre diferentes fines posibles.
-Foucault, M. (1998). Historia de la sexualidad 2. El uso de los placeres. Introducción, Apartado 3. Bs. As: Siglo XXI. 
El texto de foucault es un fragmento relacionado con el concepto de moral y su relación con la conducta humana, tomado del libro "Historia de la sexualidad: El uso de los placeres" de Michel Foucault. 
Foucault comienza introduciendo la moral como un conjunto de valores y reglas de acción que se proponen a los individuos y grupos a través de diferentes aparatos prescriptivos, como la familia, las instituciones educativas y la iglesia. Estos aparatos forman un juego complejo de elementos que se equilibran, se corrigen y se anulan en ciertos puntos, permitiendo compromisos o vías de escape. Foucault define el código moral como estas prescripciones y la moral como el comportamiento real de los individuos en relación con las reglas y valores que se les proponen.
Se plantea la cuestión de cómo los individuos y grupos se comportan en relación con un sistema prescriptivo y cuáles son los márgenes de variación o transgresión dentro de dicho sistema. A su vez, se destaca que, dada una determinada acción y un tipo específico de acciones, hay diferentesformas de comportarse moralmente. La determinación de la sustancia ética radica en la manera en que el individuo debe dar forma a una parte específica de sí mismo como material principal de la conducta moral.
Las formas en que los individuos se someten a las reglas morales y se reconocen vinculados a la obligación de seguirlas pueden llevar a diferentes modos de sujeción. Aquí, la sujeción se refiere a la relación que el individuo establece con la regla moral y cómo se reconoce a sí mismo como vinculado a la obligación de cumplirla. Una acción moral no solo busca su propio cumplimiento, sino que también busca la constitución de una conducta moral que lleve al individuo a actuar de acuerdo con ciertos valores y reglas, así como a desarrollar ciertas características propias del sujeto moral.
Se destaca que una acción moral no debe reducirse a un simple acto que cumple una regla, ley o valor. Implica que no existe una acción moral específica que no se relacione con la unidad de una conducta moral, y no hay conducta moral que no reclame la constitución de sí misma como sujeto moral, y esta constitución del sujeto moral implica modos de subjetivación.
El fragmento concluye señalando que si se estudia la historia de la ética, se estará explorando la historia de los modos de subjetivación moral y de las prácticas destinadas a asegurarla. En otras palabras, al investigar la ética a lo largo del tiempo, se investigan los diferentes procesos y prácticas que han contribuido a la formación y regulación de los sujetos morales.
En resumen, el fragmento de Foucault aborda la relación entre la moral, la conducta humana y los modos de subjetivación moral. Explora cómo los individuos se comportan dentro de un sistema prescriptivo y cómo esto afecta su constitución como sujetos morales. Además, resalta que la ética debe estudiarse a través de la historia de los modos de subjetivación y las prácticas asociadas a ella.
 
Los modos de sujeción son las formas en que el poder ejerce control sobre las personas y como estas se someten a el.
1. Disciplinamiento: Es el control minucioso que se aplica en lugares como escuelas, prisiones y hospitales para moldear y regular los comportamientos de las personas.
2. Biopolítica: Se refiere al control de la vida de las personas y las poblaciones, incluyendo aspectos como la salud y la demografía.
3. Normalización: Establece lo que es considerado "normal" y lo que se considera "desviado" en la sociedad. Se espera que las personas se ajusten a esas normas.
4. Discurso y verdad: El poder se ejerce a través del control del discurso y de lo que se considera verdad. Los discursos dominantes influyen en cómo nos vemos a nosotros mismos y en cómo se nos trata.
Estos modos de sujeción están interconectados y se refuerzan entre sí. El poder no solo reprime, sino que también moldea la forma en que nos comportamos y nos identificamos.
Los modos de subjetividad son las formas en que nos convertimos en personas dentro de una sociedad:
1. Influencia del poder: El poder en la sociedad nos afecta y moldea nuestra forma de ser y de pensar.
2. Identidad y categorías: Las normas sociales y las etiquetas que nos ponen influyen en cómo nos vemos a nosotros mismos y en cómo nos ubicamos en la sociedad.
3. Palabras y conocimiento: Las palabras y las ideas que se consideran importantes y verdaderas en la sociedad afectan nuestra forma de pensar y nuestra identidad.
4. Resistencia y elección: Aunque el poder tiene un impacto en nosotros, aún podemos resistir y tomar decisiones que nos permitan ser diferentes o desafiar las normas establecidas.
En resumen, los modos de subjetividad se refieren a cómo nos convertimos en personas a través de la influencia del poder, las etiquetas y normas sociales, las ideas dominantes y la capacidad de resistir y elegir nuestro propio camino.
-Maliandi, R. (1991) Ética, conceptos y problemas.
Cap1.
El capítulo 1 del libro de Maliandi titulado "Ética y ethos. La ética como tematización del ethos" aborda el concepto de ética como reflexión sobre el ethos (moral) y explora cómo la ética se relaciona con la práctica y la normatividad. A continuación, se presenta un resumen extenso y profundo del texto:
El capítulo comienza estableciendo que la ética, como disciplina, se ocupa de la reflexión y tematización del ethos, es decir, de la moral. La ética tiene un carácter reflexivo y busca autoobservarse, prestando atención a sus propias operaciones. Sin embargo, esta reflexión forma parte constitutiva del propio ethos, del objeto sobre el cual reflexiona. En otras palabras, la ética reflexiona sobre la moral, pero no puede distanciarse objetivamente de ella, ya que juzga lo bueno y lo malo desde su propio sistema prescriptivo.
Se plantea una distinción etimológica entre ética y moral (ethos). La ética se refiere a la tematización y la disciplina, mientras que la moral se refiere a lo tematizado, es decir, a la conducta moral en sí misma. Sin embargo, se destaca que la reflexión ética puede llevarse a cabo sin tomar distancia objetiva. Además de su carácter reflexivo, la ética también tiene un carácter práctico-normativo, ya que intenta descubrir qué se debe hacer y establecer normas que deben regir una sociedad.
A continuación, se introduce el concepto de ethos como un término técnico. Etimológicamente, se puede relacionar con la costumbre y el carácter, aludiendo a lo propio de una persona y a su forma de actuar. En filosofía, se entiende como un conjunto de actitudes, creencias morales, convicciones y formas de conducta tanto a nivel individual como en grupos sociales o éticos. El ethos es un fenómeno cultural que se presenta en diferentes aspectos en todas las culturas. Como facticidad normativa, remite a códigos de normas, sistemas de valores y concepciones sobre lo que es moral y lo que no lo es, y se observa una pluralidad de tales códigos y concepciones.
Se destaca la importancia de la reconstrucción normativa en ética. La ética, a través de su tematización, reconstruye el ethos. Esta reconstrucción implica un análisis crítico de un saber preteórico que no está explícito. La problematización es el primer paso en esta reconstrucción y marca el comienzo de la investigación. Se trata de un saber acerca de un saber, donde el conocimiento moral existente en cada individuo debe pasar a un conocimiento moral filosófico. Esto implica dar un paso hacia el campo de la filosofía práctica, como lo argumenta Kant.
El sentido de esta tematización radica en que el fenómeno del ethos incluye ese saber preteórico y que la ética se ocupa de algo que se pone en juego en las decisiones prácticas de los agentes morales. La ética busca fundamentar las normas y cuestionar posibles fundamentaciones, así como aclarar el sentido y el uso de los términos del lenguaje moral. A través de la tematización, se llevan a cabo explícitaciones, problematizaciones, investigaciones, teorizaciones, ordenaciones, meditaciones y discusiones. Estos pasos permiten un análisis profundo y extenso del ethos y contribuyen al desarrollo de la ética filosófica.
En resumen, este capítulo aborda la relación entre ética y ethos, destacando la reflexión ética sobre la moral y el carácter práctico-normativo de la ética. Se introduce el concepto de ethos como un fenómeno cultural y se explora la importancia de la reconstrucción normativa en ética. Además, se presentan diferentes formas de tematización que permiten un estudio profundo del ethos y contribuyen al desarrollo de la ética filosófica.
Maliandi cap. 2
El texto de Maliandi en el Capítulo 2 aborda la complejidad del hecho moral y la necesidad de reflexionar sobre el ethos, que comprende todo nuestro comportamiento, creencias y actitudes hacia él. El ethos se aprehende a través de términos como "bueno", "bien", "mal", entre otros.
El ethos presenta una gran variedad de manifestaciones en diferentes culturas y a lo largo del tiempo, lo cual implica que no es estático, sino cambiante. Se destacan dos tipos de variaciones en el ethos: las sincrónicas, que involucran la coexistenciade diferentes formas de ethos dentro de una misma cultura o comunidad, y las diacrónicas, que se refieren a las variaciones y transformaciones a lo largo del tiempo.
Para comprender mejor los fenómenos éticos, la reflexión ética busca identificar elementos comunes a todas las formas de ethos a través de dicotomías, que son dimensiones bipolares. Estas dicotomías se dividen en deontológico o normativo y axiológico o valorativo. La primera se relaciona con cómo debemos actuar y la segunda se relaciona con la evaluación de los actos y las personas que los realizan, es decir, las normas y los valores.
En resumen, el texto de Maliandi explora la complejidad del hecho moral, la variedad de manifestaciones del ethos y la necesidad de reflexionar éticamente sobre ello. Las dicotomías deontológica-axiológica, axiológica vertical y ontodóntica ayudan a comprender mejor los fenómenos éticos y a aclarar ciertos conflictos a través de su tematización.
profundicemos más en las dicotomías mencionadas en el texto de Maliandi.
1. Dicotomía Deontológica-Axiológica: Esta dicotomía se refiere a dos aspectos fundamentales de la reflexión ética: el deber y el valor. La dimensión deontológica o normativa se relaciona con las normas y reglas que determinan cómo debemos actuar. Implica el estudio de los principios éticos, las obligaciones y los deberes morales. Por ejemplo, la ética del deber de Kant se centra en la idea de que hay acciones que debemos realizar independientemente de sus consecuencias, ya que son intrínsecamente correctas o incorrectas.
Por otro lado, la dimensión axiológica o valorativa se enfoca en la evaluación de los actos y las personas que los realizan. Se refiere a los valores y a lo que consideramos valioso en sí mismo. Por ejemplo, la ética de los valores de Max Scheler se centra en la importancia de los valores como fundamentos para nuestras decisiones y acciones morales.
Estas dos dimensiones plantean preguntas diferentes: la dimensión deontológica pregunta qué debemos hacer, mientras que la dimensión axiológica pregunta qué es lo valioso en sí mismo. Ambas dimensiones son objeto de problematización y teorización ética, y su interacción da lugar a la singularidad del individuo, contribuye a la comprensión del ethos y a la formación de la moralidad práctica.
2. Dicotomía Axiológica Vertical: Esta dicotomía se refiere a la polaridad entre el bien y el mal, estableciendo una jerarquía de valores y una oposición entre lo positivo y lo negativo. Permite distinguir entre lo que consideramos valioso y lo que consideramos desvalorizado o negativo.
La axiología vertical nos ayuda a establecer criterios para determinar lo mejor y lo peor, y nos proporciona una guía para nuestras decisiones y acciones éticas. Nos permite valorar diferentes opciones y elegir aquellas que consideramos más valiosas.
Esta dicotomía también tiene implicaciones en la formación de nuestra conciencia ética. Al tener claridad sobre los valores que consideramos importantes y las jerarquías que establecemos entre ellos, podemos evaluar nuestras acciones y tomar decisiones coherentes con nuestros principios y valores.
3. Dicotomía Ontodóntica: Esta dicotomía se refiere a la polaridad entre lo ético y lo extraético. Mientras que el ethos se refiere al ámbito moral y a las normas y valores que lo constituyen, lo extraético se refiere a todo lo que está fuera de ese ámbito moral.
La dicotomía ontodóntica nos ayuda a delimitar el objeto de estudio de la ética y a establecer qué forma parte del ethos y qué no. Por ejemplo, ir a la escuela es un hecho, pero no es un hecho moral en sí mismo, por lo tanto, no forma parte del ethos.
Esta dicotomía también nos permite comprender la relación entre la ética y otros ámbitos de la realidad, como el ámbito legal, social, político, etc. Al establecer esta distinción, podemos enfocar nuestra reflexión ética en aquello que es específicamente moral y distinguirlo de otros aspectos de la vida humana.
En resumen, las dicotomías mencionadas en el texto de Maliandi, como la dicotomía deontológica-axiológica, la dicotomía axiológica vertical y la dicotomía ontodóntica, son conceptos fundamentales en la reflexión ética. Estas dicotomías nos ayudan a comprender la complejidad del ethos, el conjunto de normas, valores y actitudes que abarcan nuestro obrar.
La dimensión deontológica nos plantea preguntas sobre cómo debemos actuar y cuáles son nuestros deberes morales, mientras que la dimensión axiológica nos invita a evaluar los actos y las personas desde una perspectiva valorativa. Estas dos dimensiones interactúan y se entrecruzan, dando lugar a la singularidad ética de cada individuo.
Por otro lado, la dicotomía axiológica vertical nos permite establecer una jerarquía de valores y distinguir entre lo mejor y lo peor, proporcionando una guía para nuestras decisiones éticas. Mientras tanto, la dicotomía ontodóntica nos ayuda a delimitar el ámbito moral y a diferenciarlo de otros aspectos de la realidad.
En conjunto, estas dicotomías nos ofrecen herramientas para reflexionar sobre la complejidad del hecho moral, entender las variaciones en el ethos a lo largo del tiempo y el espacio, y tematizar conflictos éticos específicos. Al profundizar en estas dicotomías, podemos enriquecer nuestra comprensión de la ética y contribuir a la formación de una moralidad práctica más sólida.
Cap. 3 Maliandi 
El capítulo 3 del libro de Maliandi aborda los diferentes niveles de reflexión ética y su relación con el ethos. La reflexión ética implica que debemos tener en cuenta los distintos niveles de reflexión para comprender adecuadamente el ethos. La reflexión es un acto en el que el sujeto se convierte en objeto de sí mismo, una autoobservación que debe llevar a algún tipo de autoconocimiento.
En ocasiones, el ser humano no se encuentra en una actitud reflexiva, pero podemos distinguir dos sentidos en los que se da la reflexión: un sentido lato y un sentido estricto. El sentido lato abarca el encuentro constante del individuo con su propia vida y la conciencia de dirigirla. El sentido estricto se refiere a una reflexión que es distinta de la actitud de pensamiento habitual del ser humano. Para que la reflexión en sentido estricto sea posible, es necesario haber mantenido un diálogo con otras perspectivas.
El texto identifica varios planos de reflexión ética. El primero es el nivel pre-reflexivo, que se refiere a la reflexión espontánea y cotidiana en la que nuestras acciones están ajustadas a normas sin cuestionamiento consciente. Sin embargo, no podemos permanecer en este nivel sin reflexionar, por lo que se pasa al primer nivel de reflexión, conocido como reflexión moral. En este nivel, surge una reflexión elemental y espontánea como resultado de discrepancias morales y de la toma de conciencia de que los demás nos juzgan de la misma manera que nosotros juzgamos. En este nivel, ya no nos conformamos con saber qué se debe hacer, sino que nos preguntamos por qué se debe hacer.
A medida que avanzamos en los niveles de reflexión, nos encontramos con la ética normativa, donde la reflexión se enfoca en la búsqueda de los fundamentos y la crítica de las normas morales. En este nivel, se cuestiona la validez de los principios morales y se indaga sobre el fundamento de los juicios éticos. La metaética es otro nivel de reflexión, donde se examina el significado y el uso de los términos éticos y se busca establecer el método correcto para fundamentar los enunciados éticos.
Además, se menciona la ética descriptiva, que se realiza desde una posición apartada y tiene un enfoque científico, describiendo las creencias morales sin participar en ellas. Se plantea preguntas sobre lo que se cree que se debe hacer.
El texto también destaca cuatro aspectos generales constitutivos del ethos: el nivel pre-reflexivo, la fundamentación y crítica de normas, la semiosis del ethos y la facticidad normativa como realidad empírica desde una perspectiva científica.
Se menciona que la reflexión moral se realiza en la prédica, el consejo y el enjuiciamientode la acción. Influye en la acción y, por lo tanto, concierne a la ética. La ética normativa se centra en la validez de los principios morales y busca fundamentos para los juicios morales. La metaética implica un esfuerzo de distanciación de la facticidad normativa y busca analizar los fundamentos y el significado de los términos éticos. Por último, la ética descriptiva se caracteriza por ser una reflexión exógena, es decir, proviene desde fuera del ethos. Se observa y describe sin participar activamente en las creencias morales. Este nivel de reflexión se lleva a cabo mediante metodologías y herramientas científicas, y se pregunta sobre lo que se cree que se debe hacer.
En el texto también se menciona el sentido de la ética aplicada, que no se refiere a la aplicación práctica de la ética, sino a la legitimación de dicha aplicación. La ética aplicada representa una forma de mediación entre la razón y la acción, donde la ética se aplica a la moral y esta última se aplica a situaciones concretas. La ética normativa es indirectamente normativa, ya que la moral es directamente normativa. La ética no indica qué se debe hacer, pero ayuda a madurar la capacidad práctica del individuo y a tomar conciencia de su responsabilidad.
El problema de la ética aplicada radica en la adaptabilidad de las normas y principios morales a situaciones particulares, únicas e irrepetibles. También aborda la cuestión de cómo aplicar la ética a una realidad histórica concreta en la que no se puede garantizar que los demás respeten la norma básica.
En resumen, el texto explora los distintos niveles de reflexión ética y su relación con el ethos. Desde la reflexión pre-reflexiva hasta la reflexión moral, la ética normativa, la metaética y la ética descriptiva, se abordan diferentes aspectos de la ética y se plantean preguntas específicas sobre cómo actuar, por qué se deben seguir ciertas normas y el significado de los términos éticos. Además, se discute el papel de la ética aplicada como mediación entre la razón y la acción, y los desafíos que surgen al aplicar las normas morales a situaciones concretas.
Existen varios niveles de reflexión ética:
1. Reflexión pre-reflexiva: Es cuando actuamos siguiendo normas sin cuestionarlas. No pensamos mucho en nuestras acciones.
2. Primer nivel de reflexión: Es una reflexión básica que surge cuando nos damos cuenta de que otros nos juzgan de la misma manera que nosotros a ellos. Por ejemplo, buscamos consejos y nos preguntamos por qué debemos hacer algo en lugar de simplemente seguir las normas.
3. Ética normativa: Aquí, cuestionamos las normas y buscamos fundamentos para nuestras decisiones morales. Nos preguntamos por qué debemos hacer lo que las normas nos dicen y exploramos los principios éticos.
4. Metaética: En este nivel, analizamos el significado y el uso de los términos éticos. Nos preguntamos si las preguntas anteriores están bien planteadas y por qué.
5. Ética descriptiva: Es un enfoque científico en el que se observa y describe cómo las personas creen que deben actuar. No participamos directamente en las creencias, sino que las estudiamos desde fuera.
También se menciona la ética aplicada, que es cuando llevamos nuestras reflexiones éticas a la práctica. Aquí, se considera cómo adaptar las normas y principios morales a situaciones específicas y a la realidad histórica en la que vivimos.
1.2
Cap 2 Sánchez Vázquez
El Capítulo 2, "Moral e historia", habla sobre el carácter histórico de la moral y cómo varía a lo largo del tiempo en diferentes sociedades. Se menciona que la moral es un conjunto de normas y reglas de acción destinadas a regular las relaciones entre los individuos en una comunidad social. Estas normas y reglas cambian a lo largo de la historia y se suceden unas a otras.
Se afirma que la moral es un hecho histórico y que la ética, como ciencia de la moral, no puede concebirla como algo dado de una vez y para siempre, sino que debe considerarla como un aspecto de la realidad humana que cambia con el tiempo. Muchas doctrinas éticas tratan de explicar la moral basándose en principios absolutos y a priori, sin tener en cuenta las Morales históricas concretas.
Sin embargo, al ignorar el carácter histórico de la moral, se cae en concepciones ahistóricas de ella. Se presentan tres concepciones sobre el origen y fuente de la moral: la primera busca a Dios como origen de la moral, la segunda ve la naturaleza como origen de la moral y la tercera coloca al hombre en general como origen y fuente de la moral. Estas concepciones buscan los fundamentos de la moral fuera del hombre real y concreto, que es un ser histórico y social.
Se enfatiza que es importante subrayar el carácter histórico de la moral debido al carácter histórico y social del hombre. Aunque el comportamiento moral existe en el hombre desde sociedades primitivas, la moral cambia y se desarrolla con el cambio y desarrollo de las diferentes sociedades concretas. Esto se evidencia en el cambio de principios, normas y valores morales a lo largo del tiempo.
El reconocimiento de estos cambios históricos plantea dos problemas importantes: las causas o factores que determinan esos cambios y el sentido o dirección de los mismos. Para responder a estas cuestiones, se retrotrae la mirada a los orígenes históricos de la moral y se busca la correlación entre el cambio histórico-social y el cambio moral. Además, se plantea el problema de si existe un progreso moral a través del cambio histórico de las Morales concretas.
continua hablando de los orígenes de la moral, que surgen cuando el hombre deja atrás su naturaleza puramente natural e instintiva y se convierte en un ser social. La moral surge como una regulación de la conducta de los individuos en relación con la comunidad. El trabajo humano, la necesidad de cooperación y colectividad son fundamentales en el surgimiento de la moral. Se establecen normas y obligaciones que benefician a la comunidad, y surgen cualidades morales como solidaridad, ayuda mutua, disciplina, entre otras.
Hasta aquí el capítulo aborda el carácter histórico de la moral, su variación en diferentes sociedades, y plantea la importancia de considerarla como un aspecto de la realidad humana que cambia con el tiempo. También discute diferentes concepciones sobre el origen y fuente de la moral y destaca la necesidad de reconocer el carácter histórico de la moral para comprender su desarrollo y dirección a lo largo del tiempo.
También aborda el tema de la ética en relación con las condiciones sociales y económicas de diferentes períodos históricos. Comienza mencionando la nobleza de la sangre y la moral asociada a ella en el feudalismo. A pesar de las terribles condiciones de los siervos, gradualmente comienzan a apreciar otros valores como la libertad, el amor al trabajo y la solidaridad.
El capítulo plantea que el progreso histórico social puede tener consecuencias positivas o negativas desde el punto de vista moral. Por ejemplo, la abolición de la esclavitud enriquece el mundo moral al reconocer al esclavo como persona. Sin embargo, también se menciona que la formación del capitalismo y la introducción de la tecnología industrializada pueden implicar una degradación moral para los trabajadores.
Se argumenta que el progreso histórico social no puede ser juzgado moralmente, ya que no es el resultado de una acción de los individuos. Solo los actos individuales o de grupos sociales específicos realizados de manera consciente y libre pueden ser objeto de juicio moral. Por lo tanto, no se puede emitir un juicio moral sobre el progreso histórico en sí mismo, ya que los hombres no siempre progresan moralmente por el lado bueno, sino también a través de la violencia, el crimen o la degradación moral.
Sin embargo, se plantea que histórica y objetivamente se puede registrar un progreso moral independientemente de si los hombres lo han buscado o no. El progreso moral se mide por la ampliación de la esfera moral en la vida social, la elevación del carácter consciente y libre de la conducta, y la articulación y concordanciade los intereses personales y colectivos.
Se argumenta que el progreso moral está estrechamente relacionado con el progreso histórico social, y se presenta como un proceso dialéctico de negación y conservación de elementos de morales anteriores. Algunos valores morales se rechazan, otros se conservan y algunos nuevos se incorporan a medida que la sociedad progresa. Este proceso de cambio moral se basa en el cambio y sucesión de formaciones sociales.
En resumen, el capítulo aborda la relación entre el progreso histórico social y el progreso moral, destacando que el progreso histórico puede tener impactos positivos o negativos desde el punto de vista moral, pero que el progreso moral no puede ser juzgado moralmente en sí mismo. El progreso moral se relaciona con la ampliación de la esfera moral, la elevación de la conciencia y la responsabilidad.
Freud ¿por que de la guerra?
¿Por qué la guerra?". Freud y Einstein intercambian puntos de vista sobre la naturaleza humana, la agresividad y la violencia, así como sobre la influencia del psicoanálisis en la sociedad y la educación.
En resumen, la carta de Einstein a Freud plantea la pregunta de cómo evitar los estragos de la guerra y busca la perspectiva de Freud como experto en pulsiones humanas. Einstein propone soluciones educativas y la creación de un tribunal internacional, y señala los obstáculos psicológicos y los factores que impulsan los conflictos armados. Busca respuestas en los descubrimientos más recientes de Freud para encontrar nuevos enfoques para promover la paz mundial.
Desde la perspectiva de Sigmund Freud, las pulsiones de muerte (también conocidas como pulsiones agresivas o destructivas) son conceptos fundamentales en su teoría psicoanalítica. Freud postuló que los seres humanos tienen dos pulsiones básicas: la pulsión de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Thanatos).
La pulsión de vida (Eros) se refiere al impulso hacia la supervivencia, el amor, la sexualidad y la búsqueda de placer. Por otro lado, la pulsión de muerte (Thanatos) representa el impulso hacia la destrucción, la agresión y la autodestrucción. Según Freud, estas pulsiones coexisten en cada individuo y juegan un papel fundamental en el desarrollo y el comportamiento humano.
En relación con la cultura y la guerra, Freud sostuvo que la civilización y la cultura surgieron como una respuesta a la necesidad de controlar y regular las pulsiones destructivas. La cultura establece normas, restricciones y formas de organización social para moderar y canalizar los impulsos agresivos de los individuos. Estas regulaciones sociales, como la ley, la moral y las instituciones, tienen como objetivo restringir las tendencias destructivas y promover la convivencia pacífica.
Sin embargo, Freud también argumentó que la supresión excesiva de las pulsiones de muerte puede generar tensiones y conflictos latentes en la sociedad. Según su teoría, el individuo enfrenta una lucha interna entre sus deseos agresivos y las restricciones culturales, lo que puede dar lugar a manifestaciones indirectas de la agresión, como la violencia interpersonal, los conflictos sociales y, a gran escala, incluso la guerra.
Freud consideraba que la guerra era una expresión extrema de los impulsos destructivos reprimidos, una manifestación colectiva de la agresión humana. Veía a la guerra como una consecuencia de la incapacidad de la civilización para controlar completamente las pulsiones de muerte en el individuo y en la sociedad en su conjunto.
En resumen, para Freud, las pulsiones de muerte son impulsos innatos hacia la destrucción y la agresión presentes en todos los seres humanos. La cultura y la civilización surgieron como mecanismos para contener y regular estas pulsiones, pero la supresión excesiva o la inadecuada gestión de las mismas puede generar tensiones y conflictos, incluyendo la guerra como manifestación extrema de la agresión humana.
-Fernández Olmedo, G. (2017). El origen de la moral: aportes para pensar su construcción y su importancia. Ficha de Cátedra Deontología y Ética Profesional. Facultad de Psicología. UNT.
"El origen de la Moral: aportes para pensar su construcción y su importancia" plantea una serie de preguntas y reflexiones sobre el origen y la naturaleza de la moral. Examina diferentes perspectivas sobre si la moral es innata o aprendida, y si está determinada por factores genéticos, sociales o ambientales.
Se destaca que la palabra "moral" proviene del término latino "mos" o "mores", que se refiere a las costumbres. Las costumbres son hábitos adquiridos a través de la práctica frecuente de un acto, y varían en cada grupo social, definiendo su idiosincrasia distintiva. Por lo tanto, la moral se considera el resultado de principios comunes como el altruismo, la gratitud, la cooperación y la justicia, que son producto de la evolución social y de los pactos establecidos en una comunidad.
Sin embargo, se reconoce que existen tanto buenas como malas costumbres. A pesar de las diferencias culturales, los seres humanos tienen una noción general de lo que está bien y mal, y se sienten impulsados a hacer el bien. Existen pautas y normas en las relaciones sociales que son aceptadas y reconocidas como obligatorias. La determinación de lo que es correcto o incorrecto en una sociedad está estrechamente relacionada con el concepto de moral.
Se plantea que la moral es un sistema de normas, principios y valores que tienen un carácter histórico-social. Estas normas son acatadas libre y conscientemente por convicción íntima y no de manera mecánica o impersonal. La moral varía históricamente en diferentes sociedades, y cada grupo social tiene su propia moral, lo que brinda un sentido de pertenencia y orden social.
El texto presenta tres posibles orígenes de la moral desde una perspectiva ahistoricista: Dios, la naturaleza y el hombre. Sin embargo, se enfatiza que la moral es un fenómeno histórico y social, surgido cuando el hombre se vuelve parte de una colectividad y establece pautas y reglas para regular las relaciones humanas.
Además, se menciona la importancia de la ayuda mutua y la solidaridad en la naturaleza, lo que demuestra que la convivencia y la cooperación son fundamentales para la supervivencia y el desarrollo de las especies. Sigmund Freud también aborda el conflicto entre los instintos de lucha y los de unión en los seres humanos, y destaca la importancia de la fraternidad y la compasión mutua como solución para prevenir las guerras.
En resumen, el texto profundiza en el origen y la naturaleza de la moral, considerándola como un sistema de normas histórico-sociales que regulan las relaciones humanas. Se enfatiza que la moral es relativa a las sociedades y las épocas, y que su origen está en la naturaleza social del hombre. La moral se basa en principios como la solidaridad y la cooperación, y su finalidad es encontrar satisfacción en la vida y promover el bien común.
En su obra "Totem y Tabú", publicada en 1973, Sigmund Freud ofrece contribuciones fundamentales que nos permiten reflexionar sobre la necesidad de que existan normas, mandatos o prescripciones que regulen la conducta de cada miembro de una comunidad en función de los intereses colectivos y, al mismo tiempo, refuercen la unión y la actividad común.
Freud relata la presencia de un protopadre en su texto, un ser temido, amado y odiado al mismo tiempo. Después de su muerte (que fue acordada por los miembros de la horda, una fraternidad), se establece la ley. Las leyes que regularán las relaciones entre los miembros de esa tribu son la prohibición del incesto y el parricidio. El autor argumenta que estas leyes permiten la transición de la naturaleza a la cultura, el paso del hombre primitivo al hombre social y cultural que accede a la cultura y se convierte en parte de ella a través del proceso de simbolización, es decir, la capacidad de asignar significado a lo que le rodea. Esto es lo que lo hace humano, lo que convierte al hombre primitivo en un hombre social, inserto en una cultura.
La necesidad de ajustar la conducta de cadamiembro de la comunidad a los intereses del grupo determina que se considere bueno todo aquello que contribuye a fortalecer la unión o la actividad común, mientras que se ve como malo lo que debilita dicha unión. El surgimiento de la moral comienza cuando el hombre primitivo y prehistórico, que se encuentra solo ante un mundo natural que lo sobrepasa, se convierte en parte de una colectividad. Esta moral, propia de las sociedades primitivas, será colectivista, única y válida para todos los miembros de la comunidad, y se encargará de regular los vínculos establecidos entre ellos. Es una moral poco desarrollada, cuyas normas y principios se aceptan debido a la fuerza de la costumbre y la tradición. Según Sánchez Vázquez, los rasgos de una moral más elevada, basada en la responsabilidad personal, solo pueden aparecer cuando surgen las condiciones sociales para un nuevo tipo de relación entre el individuo y la comunidad. Este surgimiento es posible porque la moral no es un conjunto de normas dado de una vez y para siempre, sino que se caracteriza principalmente por su naturaleza histórica, época, cambio y contingencia.
La moral determina y explica los principios fundamentales sin los cuales ni el hombre ni los animales podrían vivir en sociedad. Al mismo tiempo, apela a razones superiores como el amor, el valor, la fraternidad, el respeto por uno mismo, la vida de acuerdo con el ideal, y al mismo tiempo le indica al hombre que, si quiere vivir una vida en la cual pueda utilizar plenamente todas sus capacidades, es necesario que renuncie a la idea de que es posible vivir sin tener en cuenta las necesidades y deseos de los demás.
Michel Foucault, en 1998, define la moral como un conjunto de valores y reglas de acción que se proponen a los individuos y grupos a través de diversos dispositivos normativos, como la familia, las instituciones educativas, la iglesia, entre otros, y que se formulan explícitamente dentro de una doctrina coherente y una enseñanza explícita. También sostiene que este cuerpo normativo puede transmitirse de manera difusa y constituir un conjunto de elementos que se compensan, se corrigen o se anulan en ciertos puntos, lo que permite compromisos o escapatorias.
Esto significa que cada grupo social o comunidad tiene su propia moral, un conjunto particular de códigos compartidos por sus miembros. Sin embargo, esto no garantiza que cada individuo se ajuste a la ley moral, al deber ser establecido por esa norma. Por el contrario, cada individuo dentro de una colectividad se comportará en relación a su sistema prescriptivo, implícito o explícito en su cultura, dentro de ciertos márgenes de ajuste, variación o transgresión. Esto implica que cada individuo sigue las normas establecidas por el sistema moral no de manera mecánica, automática, sumisa u obediente, sino a través de un proceso de interpretación y reflexión crítica que le permita, posteriormente, llevar a cabo de manera moral la ley escrita y establecida socialmente.
Si bien la presión social colectiva influye en el individuo, es él quien tiene la decisión y el poder de elegir si quiere o no poner en práctica su acto moral, asumiendo la responsabilidad que conlleva. La moral es el producto de relaciones sociales y responde a ciertas necesidades sociales en un tiempo y espacio determinados. Por lo tanto, podemos destacar la cualidad social de la moral, considerando que, en primer lugar, el ser humano nace dentro de un sistema normativo ya establecido e instituido en su grupo social, sometiéndose a ciertos principios y normas que lo preceden. En segundo lugar, es importante recordar que la función social de la moral radica en regular las relaciones sociales dentro de un grupo para preservarlo y garantizar cierto orden social, fomentando que los individuos alineen voluntaria, libre y conscientemente sus propios intereses, deseos y necesidades con los de los demás.
Sin embargo, el comportamiento moral de cada individuo siempre tendrá consecuencias para los demás, por lo que es susceptible de ser aceptado o rechazado, y dependerá de la elección de cada sujeto de comportarse en un sentido u otro, independientemente de lo que la pauta moral establezca como el deber ser en ese grupo social.
-Pimentel, J. (2019) El entramado de lo cultural y lo social y sus efectos en la singularidad. Ficha de Cátedra Deontologia y Ética Profesional. Facultad de Psicología. UNT.
El texto aborda el tema de la interacción entre lo cultural y lo social, y cómo estos aspectos influyen en la singularidad de las personas. Se destaca que cada cultura tiene diferencias fenomenológicas y modos de comportamiento que reflejan su forma de ser y estar en el mundo. Estas diferencias también se extienden a normas sociales, ética y moral.
Se plantea que la cultura se convierte en una regla ética para determinar si una acción es correcta o incorrecta dentro de un grupo cultural. Por ejemplo, se menciona el uso del velo en las sociedades islámicas, donde no llevarlo puede ser considerado inmoral. Incluso fuera del territorio de origen, puede haber presiones sociales para seguir esas normas.
Se explora cómo la cultura y lo social se entrelazan, formando un sistema de modelos y patrones que influyen en las acciones y decisiones de los individuos. Se menciona la importancia de la cultura en la constitución de la identidad y la adquisición de normas morales. Se plantea la pregunta de si las pautas culturales justifican acciones que pueden afectar a terceros o incluso a miembros del mismo grupo cultural.
Se argumenta que lo moral se basa en las relaciones efectivas entre los sujetos y que los actos humanos son valorados a través de normas que ordenan el comportamiento. Cuando las reglas culturales son aceptadas y se internalizan, adquieren un valor moral, y no cumplirlas puede afectar a la cultura y generar conflictos internos en el individuo.
Se destaca la importancia de comprender cómo la cultura influye en la praxis social, no solo para entender las diferencias culturales, sino también las razones detrás de nuestro comportamiento. Sin embargo, se enfatiza que comprender no implica justificar, especialmente en un contexto que busca promover y garantizar los derechos de todos los sujetos, más allá de su grupo cultural.
El texto también menciona la pluralidad de morales y cómo la identidad personal se ve influenciada por el entramado social y cultural. Se utiliza el ejemplo de la serie "Élite" y "Poco ortodoxa" para ilustrar cómo la construcción social afecta la singularidad de los individuos y cuestiona los códigos morales establecidos. Se plantea la existencia de éticas de mínimos y éticas de máximos, que representan premisas compartidas por una sociedad para operar y premisas que guían hacia la felicidad y dan sentido a la vida, respectivamente.
En resumen, el texto explora la interacción entre lo cultural y lo social, y cómo estos aspectos influyen en la singularidad de las personas. Se plantea la importancia de comprender y reflexionar sobre las normas culturales y morales, así como la necesidad de garantizar los derechos de los individuos, más allá de su grupo cultural. También se destaca la importancia de la pluralidad de morales en la sociedad y cómo influye en la identidad y el comportamiento de los individuos.
Pluralidad de las morales que es?
La pluralidad de morales se refiere a la existencia de diferentes sistemas éticos o conjuntos de valores morales que existen en una sociedad o entre diferentes sociedades. Reconoce que las personas y los grupos pueden tener concepciones morales diferentes y que estas concepciones pueden entrar en conflicto o diferir entre sí.
La pluralidad de morales surge de la diversidad cultural, religiosa, filosófica y social que existe en el mundo. Cada cultura y grupo social tiene su propia cosmovisión, creencias, valores y normas que determinan lo que consideran moralmente correcto o incorrecto. Estas morales pueden variar en términos de prácticas, costumbres, principios éticos y juicios de valor.
Es importante destacar que la pluralidadde morales no implica que todas las visiones morales sean igualmente válidas o aceptables. Algunas morales pueden ser más éticamente justificadas o fundamentadas que otras. Sin embargo, reconocer la pluralidad moral implica entender que existen múltiples formas legítimas de concebir la moralidad y que las diferencias morales no siempre se reducen a una simple distinción entre lo correcto y lo incorrecto.
La pluralidad de morales plantea desafíos y preguntas éticas importantes. ¿Cómo podemos lidiar con los conflictos entre diferentes morales? ¿Cómo podemos promover la coexistencia pacífica y el diálogo constructivo entre diferentes perspectivas morales? ¿Existen principios éticos universales que puedan ser compartidos por diferentes culturas y grupos? Estas son algunas de las cuestiones que se abordan al explorar la pluralidad de morales.
Es importante fomentar el diálogo intercultural y la comprensión mutua para abordar la pluralidad de morales de manera constructiva. Esto implica escuchar y respetar las perspectivas de los demás, buscar puntos en común y trabajar hacia un consenso ético que pueda ser aceptado por diferentes grupos. También es fundamental promover valores universales como el respeto a la dignidad humana, la justicia, la igualdad y la solidaridad como base para el entendimiento y la convivencia entre diferentes morales.
En resumen, la pluralidad de morales reconoce la existencia de diferentes sistemas éticos en el mundo y la diversidad de concepciones morales que existen en las diferentes culturas y sociedades. Abordar la pluralidad de morales implica buscar formas de diálogo, entendimiento y coexistencia pacífica entre diferentes perspectivas éticas, al tiempo que se promueven valores universales y principios éticos fundamentales. 
El texto plantea la idea de que cada individuo es parte de un entramado cultural y social, y que no puede existir ni convivir con otros sin la influencia de estos sistemas. Los individuos no son meras entidades repetitivas, sino que son productores y reproductores del orden social y cultural, lo que implica que tienen un papel activo en la transformación de la realidad social.
Se menciona que los derechos humanos han adquirido un carácter transcultural y se han convertido en un lenguaje compartido entre individuos de diferentes culturas. Sin embargo, surgen debates sobre la interpretación y el contenido adecuados de los derechos humanos en cada cultura. Se plantea el desafío de conciliar la dimensión universal de los derechos con las exigencias derivadas de la pluralidad cultural.
La ley moral se presenta como un instrumento de regulación del lazo social, estableciendo normas y valores que guían el comportamiento humano. La moralidad de un individuo y su identidad subjetiva y colectiva están influenciadas por el entorno social y cultural en el que se desenvuelven. La ley moral se utiliza para mantener el orden social y controlar el comportamiento de los individuos, pero también se reconoce que el sujeto moral no es pasivo, sino que tiene la capacidad de transformar y redefinir su realidad social y cultural.
La singularidad del individuo se construye en el entramado cultural y social, pero también implica interacción con otros. Los actos morales adquieren relevancia a través de la mirada del otro y son el resultado de la convergencia de los modelos mentales, costumbres aprendidas y la toma de decisiones individuales. Cada individuo es único y diferente, y esa singularidad se manifiesta en sus actos morales.
En resumen, el texto aborda la complejidad de la relación entre lo cultural, lo social y la moralidad individual. Destaca la importancia de conciliar los derechos universales con la diversidad cultural, y reconoce la capacidad de los individuos para transformar su realidad social y cultural. También enfatiza la singularidad de cada individuo y cómo esta se refleja en sus actos morales.
1.3
Cap 5
Este capítulo trata sobre la responsabilidad moral, el determinismo y la libertad. El capítulo 5 aborda las condiciones necesarias para atribuir responsabilidad moral a las personas. Se menciona que uno de los indicadores del progreso moral es el aumento de la responsabilidad en el comportamiento de los individuos y grupos sociales.
Para que un acto sea considerado moralmente responsable, se debe atribuir responsabilidad no solo por lo que se propuso hacer, sino también por los resultados o consecuencias de la acción. Esto está estrechamente relacionado con el problema de la necesidad y la libertad humanas. Solo si se admite que el agente tiene cierta libertad de elección y decisión, se le puede hacer responsable de sus actos.
No es suficiente juzgar un acto según una norma o regla de acción, sino que también es necesario examinar las circunstancias concretas en las que se produjo el acto para determinar si existía suficiente margen de libertad de elección y decisión. Se menciona el ejemplo del robo, donde robar es reprobable moralmente, pero las circunstancias individuales, como ser cleptómano, pueden influir en la responsabilidad moral.
Se plantean dos condiciones fundamentales para atribuir responsabilidad moral: el conocimiento de las circunstancias y consecuencias de la acción y la libertad de elección. La ignorancia y la falta de libertad pueden eximir de la responsabilidad moral. Sin embargo, la ignorancia no siempre es una condición suficiente para eximir de la responsabilidad, ya que en algunos casos se espera que la persona debería haber conocido o estaba obligada a conocer ciertas cosas.
La coacción exterior es otra condición para atribuir responsabilidad moral. Si una persona se ve obligada a realizar un acto en contra de su voluntad debido a una fuerza externa, no se le puede hacer responsable moralmente. Por ejemplo, un conductor que se ve obligado a tomar una acción para evitar atropellar a un peatón imprudente no puede ser responsabilizado por las consecuencias imprevistas de esa acción.
 El capítulo también explora las condiciones necesarias para atribuir responsabilidad moral a las personas, destacando el conocimiento de las circunstancias y la libertad de elección como aspectos fundamentales. También se aborda la importancia de considerar la ignorancia y la coacción exterior al evaluar la responsabilidad moral de un individuo.
El capitulo aborda el problema de la responsabilidad moral y las relaciones entre la necesidad y la libertad en los actos humanos. Se presentan tres posiciones filosóficas fundamentales:
1. Determinismo absoluto: Según esta posición, todo en el mundo tiene una causa y la conducta humana está determinada por causas. Si la conducta está determinada, no puede haber libertad ni responsabilidad moral, ya que los actos son meros efectos de causas que escapan a nuestro control.
2. Libertarismo: Esta posición defiende que la libertad implica poder decidir y actuar como se desea, incluso de forma distinta a como se ha actuado anteriormente. Se argumenta que si algo pudo haber sido diferente o si algo que no sucedió pudo haber ocurrido, entonces hay libertad y se escapa de la determinación causal.
3. Determinismo compatible con la libertad: Esta posición sostiene que la conducta humana está determinada causalmente, pero el ser humano, al ser consciente y práctico, puede ser una causa consciente y libre de sus acciones. Se reconoce que aunque la conducta esté determinada, el individuo puede tomar decisiones conscientes y actuar de acuerdo con ellas, convirtiéndose así en un factor causal determinante.
El determinismo absoluto niega la libertad humana y la responsabilidad moral, mientras que el libertarismo defiende la existencia de la libertad y la responsabilidad moral como algo incompatible con la determinación causal. Por otro lado, la posición del determinismo compatible con la libertad reconoce la determinación causal de la conducta, pero sostiene que el ser humano puede ser consciente y libre en sus acciones dentro del contexto universal.
Se plantea que la libertad no implica una ruptura de la causalidad universal, sinoque el ser humano, al comprender las circunstancias que lo determinan, puede actuar conscientemente y convertirse en un factor causal en sí mismo.
Cada posición tiene implicaciones diferentes en cuanto a la responsabilidad moral. El determinismo absoluto niega la responsabilidad moral, mientras que el libertarismo y el determinismo compatible con la libertad permiten la existencia de la responsabilidad moral en diferentes formas.
Modulo 2
2.1
-Declaración Universal de Derechos Humanos. 1948
La Declaración Universal de Derechos Humanos es un documento importante que fue creado en 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En resumen, establece que todas las personas tienen derechos básicos que deben ser respetados. Estos derechos incluyen cosas como la libertad, la justicia y la paz. La declaración dice que es necesario proteger estos derechos para evitar situaciones de opresión y violencia. También enfatiza la importancia de que todos los países trabajen juntos para promover el respeto y la aplicación de estos derechos. En pocas palabras, la Declaración Universal de Derechos Humanos busca asegurar que todas las personas sean tratadas con dignidad y tengan igualdad de oportunidades en todo el mundo.
Artículo 1: Todos somos libres e iguales en dignidad y derechos. Debemos tratarnos con fraternidad.
Artículo 2: Todas las personas tienen los mismos derechos y libertades, sin importar su raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o cualquier otra característica.
Artículo 3: Todos tenemos derecho a la vida, la libertad y la seguridad personal.
Artículo 4: Está prohibida la esclavitud y la trata de esclavos en todas sus formas.
Artículo 5: Nadie debe ser sometido a torturas ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6: Todos tenemos derecho al reconocimiento legal como personas, en cualquier lugar.
Artículo 7: Todos somos iguales ante la ley y tenemos derecho a la misma protección legal. No se permite ninguna forma de discriminación.
Artículo 8: Todas las personas tienen derecho a un recurso efectivo ante los tribunales para proteger sus derechos fundamentales.
Artículo 9: Nadie puede ser detenido, encarcelado o desterrado arbitrariamente.
Artículo 10: Todos tenemos derecho a ser escuchados públicamente y a un juicio justo e imparcial ante un tribunal, para determinar nuestros derechos y obligaciones, o en caso de ser acusados en un proceso penal.
Artículo 11: Todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario en un juicio justo. No se pueden castigar acciones que no eran consideradas delitos cuando se cometieron.
Artículo 12: Nadie puede meterse en nuestra vida privada, familia, hogar o correos sin una razón válida. Tenemos derecho a estar protegidos por la ley contra este tipo de intromisiones.
Artículo 13: Tenemos libertad para movernos y vivir en cualquier país que elijamos. También podemos salir y regresar a nuestro propio país.
Artículo 14: Si estamos siendo perseguidos, tenemos derecho a buscar asilo en otro país. Sin embargo, esto no se aplica si hemos cometido delitos comunes o acciones en contra de los principios de las Naciones Unidas.
Artículo 15: Todos tenemos derecho a tener una nacionalidad y no podemos ser privados de ella sin razón. También podemos cambiar de nacionalidad si así lo deseamos.
Artículo 16: Hombres y mujeres tienen derecho a casarse y formar una familia. La familia es importante y debe ser protegida.
Artículo 17: Todos tenemos derecho a tener propiedades y no podemos ser despojados de ellas sin motivo.
Artículo 18: Tenemos libertad de pensamiento, religión y creencias. Podemos cambiar de religión y practicarla libremente.
Artículo 19: Tenemos libertad de expresión y opinión. Podemos recibir, buscar y difundir información e ideas sin límites.
Artículo 20: Tenemos derecho a reunirnos y asociarnos pacíficamente. No podemos ser obligados a unirnos a grupos en contra de nuestra voluntad.
Artículo 21: Todos podemos participar en el gobierno de nuestro país y tener acceso a puestos públicos de manera justa. La voluntad del pueblo se expresa a través de elecciones auténticas y periódicas.
Artículo 22: Tenemos derecho a la seguridad social y a que se satisfagan nuestros derechos económicos, sociales y culturales para vivir dignamente.
Artículo 23: Tenemos derecho al trabajo y a elegirlo libremente, así como a condiciones laborales justas y protección contra el desempleo. Todos deben recibir igual salario por trabajo igual. También tenemos derecho a formar sindicatos para defender nuestros intereses.
Artículo 24: Tenemos derecho al descanso, al tiempo libre y a vacaciones pagadas.
Artículo 25: Todos tenemos derecho a un nivel de vida adecuado que incluya alimentación, vestimenta, vivienda, atención médica y servicios sociales. También tenemos derecho a seguros en caso de desempleo, enfermedad o situaciones que nos impidan mantenernos por nuestra cuenta. La maternidad y la infancia también deben recibir atención especial y protección social.
Artículo 26: Todos tenemos derecho a la educación, que debe ser gratuita y obligatoria en su nivel básico. La educación debe fomentar el desarrollo personal, el respeto a los derechos humanos, la comprensión y la paz. Los padres tienen derecho a elegir el tipo de educación para sus hijos.
Artículo 27: Tenemos derecho a participar en la vida cultural de nuestra comunidad, disfrutar de las artes y beneficiarnos del progreso científico. También debemos recibir protección por nuestras creaciones científicas, literarias o artísticas.
Artículo 28: Tenemos derecho a vivir en un orden social e internacional en el que se respeten plenamente los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.
Artículo 29: Todos tenemos deberes hacia la comunidad y debemos ejercer nuestros derechos y libertades con responsabilidad, respetando los derechos y libertades de los demás, así como los valores y el bienestar general de la sociedad.
Artículo 30: Esta Declaración no puede ser utilizada para suprimir ningún derecho o libertad proclamados en ella, ni para promover actividades en contra de los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
-Fernández Olmedo, G (2015) Los Derechos Humanos como pilares de la práctica psicológica: su importancia fundamental. Ficha de Cátedra Deontología y Ética Profesional. Facultad de Psicología. UNT. 
INTRODUCCION
 Existen nociones comunes a todas las culturas o a casi todas que tienen que ver con el respecto y el derecho propio y el de los demás. Estas cuestiones atraviesan los diferentes ámbitos y prácticas en las que los sujetos humanos se desarrollan y cumplen un papel central; uno de ellos es el campo de aplicación de la práctica psicológica teniendo en cuenta que sus destinatarios son sujetos de derechos, seres humanos que están dotados y que gozan por el solo hecho de ser de un conjunto de atributos subjetivos que deben respetarse y hacer respetar en el contexto histórico y social en el que se encuentren insertos. Sin embargo, más allá de las diferencias culturales y sociales existen principios universales que deben valorarse y priorizarse siempre, en todo tiempo y espacio. Estos derechos humanos deben ser la guía y el encuadre de toda actividad profesional, específicamente de la psicología."
LOS DERECHOS HUMANOS COMO NOCION HISTORICA Y CONSTRUCCION SOCIAL
El texto aborda los derechos humanos como una noción histórica y una construcción social. Los derechos humanos se refieren a las características y atributos inherentes a la dignidad humana, los cuales no pueden ser afectados o vulnerados. Estos derechos son las facultades y libertades fundamentales que todas las personas poseen simplemente por ser seres humanos. Son independientes de su naturaleza política, religiosa, étnica o social. Los derechos humanos garantizan valores y bienes fundamentales necesarios para una vida digna y representan la máxima expresión de la dignidad humana.
La defensa de los derechos humanos debe ocupar un lugar central en los programas, estrategias internacionales y políticas estatales en todos los ámbitosde decisión y acción. Las democracias reconocen explícitamente que los derechos humanos son fundamentales para la convivencia y constituyen la base de cualquier sistema de cooperación social basado en principios, normas y valores que garanticen la dignidad de las personas con criterios de justicia, libertad e igualdad. Los derechos humanos no solo protegen la autonomía e independencia de los individuos, sino que también fomentan las responsabilidades mutuas y los deberes compartidos, promoviendo así el vínculo social.
Cuando se habla de derechos, también se deben considerar las obligaciones, ya que los derechos de una persona implican obligaciones para los demás. Es necesario recuperar la dimensión ética de los derechos humanos, basada en el respeto universal e igualitario otorgado por los seres humanos a sí mismos. En el ámbito de la salud mental, esto implica reflexionar sobre la consideración y el respeto de los derechos de todos, así como cumplir con las normas, obligaciones y responsabilidades que los psicólogos tienen hacia los pacientes/consultantes, que son sujetos de derechos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, promulgada en 1948, es una legislación que protege y regula el ejercicio de la psicología. Reconoce la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos y establece un equilibrio entre las libertades individuales, la protección social, las oportunidades económicas y las obligaciones hacia la comunidad. Esta Declaración proporciona una plataforma moral para exigir el respeto a la libertad y dignidad de todas las personas, así como un proyecto orientado al futuro que requiere esfuerzos continuos para hacer de los derechos humanos una realidad universal.
Además, se clasifican los derechos humanos en diferentes "generaciones". Los de primera generación son los derechos civiles y políticos, que establecen los principios democráticos en los que se basan los Estados de Derecho. Los de segunda generación son los derechos económicos, sociales y culturales, que enfatizan la igualdad y la satisfacción de las necesidades básicas de los individuos como miembros de la sociedad. Los de tercera generación son los derechos colectivos o de solidaridad, como el derecho al medio ambiente, a la paz y al desarrollo sostenible. Los de cuarta generación se refieren a preocupaciones relacionadas con el progreso tecnológico y la bioética.
DERECHOS HUMANOS EN EL CAMPO DE LA SALUD MENTAL
El texto aborda el tema de los derechos humanos en el campo de la salud mental. Se hace referencia al Artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece el derecho a un nivel de vida adecuado, incluyendo la salud y el bienestar, así como el acceso a la asistencia médica y los servicios sociales necesarios.
Se menciona la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 como una legislación que garantiza la protección de la salud mental y los derechos humanos de las personas con enfermedades mentales. Esta ley reconoce la salud mental como un proceso determinado por diversos factores y establece derechos para las personas con padecimientos mentales, como el derecho a recibir atención integral, ser tratados con la terapia más conveniente, no ser discriminados y recibir información adecuada sobre su salud y tratamiento.
El texto también hace referencia a la ética en la investigación científica y biomédica, destacando la importancia del consentimiento informado y el respeto por la integridad de los sujetos de experimentación. Se mencionan regulaciones como el Código de Nuremberg y la Declaración de Helsinki, que buscan proteger a los sujetos de investigación y evitar violaciones a los derechos humanos.
Se plantea la importancia de considerar los valores éticos y los derechos humanos en el avance científico, ya que algunas prácticas han tenido consecuencias negativas en la dimensión humana. Se destaca la necesidad de respetar la libertad, autonomía, vida y dignidad humana en el campo de la salud, especialmente en la salud mental.
En resumen, el texto expone la importancia de garantizar los derechos humanos en el campo de la salud mental, tanto en la atención y tratamiento de las personas con padecimientos mentales como en la investigación científica, y destaca la necesidad de respetar la ética y los valores humanos en estos ámbitos.
2.2
-Schulz, P. (2005) La Ética en Ciencia. Revista Iberoamericana de Polímero. Vol. 6, Nº 2
La ética en ciencia
. El texto examina la presencia de la ética en la ciencia y la investigación científica, dividida en dos aspectos principales: la ética relacionada con la actividad científica en sí misma y la ética en las interacciones entre la ciencia y la sociedad.
En cuanto a la ética en el quehacer científico, se hace referencia a un artículo previo sobre el fraude científico, mientras que aquí se aborda la ética desde una perspectiva más amplia, considerando la relación entre la ciencia y la sociedad.
Esta área se divide en dos subtemas: la responsabilidad moral de los científicos en cuanto al uso que se hace de sus investigaciones y la forma en que se llevan a cabo investigaciones que infringen principios éticos.
El texto menciona que la preocupación por los problemas éticos en la ciencia no es algo nuevo varios científicos y filósofos que han tratado este tema a lo largo del tiempo. Además, destaca que los científicos han expresado inquietudes éticas, especialmente durante la Primera Guerra Mundial y cuando regímenes totalitarios intentaron controlar y restringir la ciencia.
Se enfatiza que los problemas morales y éticos no son estáticos y que existen diferentes sistemas morales. Sin embargo, actualmente hay una tendencia hacia la adopción de ciertos principios éticos básicos que son aceptados en gran medida por la humanidad, como se refleja en las declaraciones de derechos humanos.
El texto plantea que al calificar una actividad como inmoral, en realidad se está imponiendo un sistema moral propio. Se ilustra esto con ejemplos como los fabricantes de armas, los torturadores y los narcotraficantes, cuyas acciones pueden ser consideradas inmorales desde ciertas perspectivas, pero pueden ser justificadas o valoradas de manera diferente en otros contextos.
Se destaca que los intelectuales han tomado conciencia de los compromisos que adquieren con sus empleadores, aquellos que los toleran o manipulan, y aquellos que los apoyan. Esto genera presiones morales y plantea el desafío ético fundamental de determinar y seguir un comportamiento adecuado.
En resumen, el texto examina la importancia de la ética tanto en la ciencia como en la relación entre la ciencia y la sociedad. Reconoce la complejidad de los problemas éticos en la ciencia y destaca la necesidad de considerar diversas perspectivas y sistemas morales. Además, subraya la responsabilidad moral de los científicos en relación con el uso de sus investigaciones y el impacto que estas tienen en la sociedad.
Responsabilidad del investigador
las responsabilidades que un investigador tiene según Bernardo Houssay, un premio Nobel argentino de medicina. Estas responsabilidades incluyen:
1. Dedicarse a la ciencia para descubrir nuevos conocimientos y promover su avance y perfeccionamiento.
2. Realizar investigación científica en su propio país para elevar el nivel intelectual, cultural y lograr el bienestar a través de la tecnología, la riqueza y la cultura.
3. Contribuir a la formación de nuevos investigadores o técnicos para que continúen con la labor de investigación.
4. Asegurarse de que los avances científicos, tanto básicos como aplicados, beneficien a su institución, ciudad, provincia y país.
5. Apoyar el desarrollo científico de países menos desarrollados.
6. Buscar su propio crecimiento, mejora y progreso, y buscar una posición en la que pueda trabajar de manera efectiva. También tiene responsabilidades hacia sus discípulos, amigos y colegas, y debe contribuir al avance de su propio país, incluso si implica sacrificio.
7. Fomentar buenas relaciones con otros científicos, especialmente dentro de su campo en supaís, con naciones hermanas y en todo el mundo. La camaradería entre científicos debe servir como ejemplo para fomentar la confraternidad y la paz entre todos los seres humanos.
Estas palabras ofrecen una guía de conducta que los científicos deberían tener en cuenta en su relación con la sociedad.
¿Puede ser considerada inmoral la ciencia?
plantea si la ciencia puede considerarse inmoral y aborda la cuestión de los valores en relación con la ciencia. Se menciona que científicos eminentes como Poincaré, Einstein y Russell han argumentado que la ciencia no emite juicios de valor moral, sino que se limita a informar sobre hechos.
Se establece que las ciencias formales y naturales no se ocupan de valores, y la ciencia moderna de la naturaleza no atribuye valores intrínsecos a los objetos naturales ni establece jerarquías de ser en relación con el Sumo Bien. Por lo tanto, se considera que son éticamente neutrales. Sin embargo, se destaca que esto no se aplica a las ciencias del hombre.
Se afirma que la ciencia, excepto en las ciencias del hombre, es éticamente neutral. Esto significa que puede ser utilizada tanto para el bien como para el mal, para curar o para matar, para liberar o para esclavizar. La ciencia no tiene un objeto fijo, sino que puede abordar cualquier problema que involucre conocimiento. Se explica que la ciencia no se ocupa del "mundo de los valores" porque este mundo no existe como una entidad independiente, sino que los valores son convenciones asignadas por los seres humanos en respuesta a circunstancias y deseos específicos.
Se destaca que los valores no constituyen un mundo separado de las cosas, acciones o sistemas conceptuales que consideramos valiosos, de la misma manera que los colores no forman una esfera de objetos separada de los objetos coloreados.
Sin embargo, se argumenta que la ciencia no es éticamente neutral en su totalidad cuando estudia objetos biopsicosociales relacionados con las necesidades, deseos e ideales de los seres humanos. Por ejemplo, un sociólogo que estudia problemas sociales como el hambre, la mortalidad infantil y la discriminación no puede permanecer neutral. La solución a estos problemas dependerá de las premisas y valores que se utilicen.
En conclusión, se sostiene que la ciencia no es éticamente neutral en su totalidad y que los científicos tienen responsabilidades morales y éticas como investigadores. Se enfatiza que la verdad científica, en combinación con sistemas de valores específicos, puede contribuir a generar beneficios o, por el contrario, a destruirlos. El texto también menciona que la ciencia valora la verdad, la novedad, el progreso, la libertad y la utilidad, y que los científicos tienen la capacidad de usar el conocimiento científico para promover el bienestar, la cultura, la paz y el autogobierno de la mayoría.
La responsabilidad del científico en los malos usos de la ciencia y la tecnología.
El texto habla sobre la responsabilidad del científico en el mal uso de la ciencia y la tecnología. Se dice que cuando los científicos obtienen mucho poder, pueden perder su objetividad. El secreto y los controles democráticos son importantes para evitar la corrupción. La ciencia se corrompe cuando se utiliza para hacer daño o beneficiar a unos pocos. Para protegerse de estos abusos, es necesario tener debates abiertos con la participación de todos. Los resultados de la investigación científica son neutrales éticamente, pero el proceso de investigación puede verse influenciado por intereses externos. Es importante que los científicos enfrenten estos conflictos éticos y promuevan el uso responsable de la ciencia y la tecnología.
La falta de compromiso de la ciencia con la realidad social (ciencia politizada).
El texto critica a la ciencia por no comprometerse lo suficiente con los problemas sociales. Algunos argumentan que la ciencia debería haber resuelto injusticias y otros problemas, pero no lo ha logrado. También se dice que la ciencia crea instrumentos que benefician al sistema existente, en lugar de abordar los problemas fundamentales. Sin embargo, otros sostienen que esos problemas son responsabilidad de la política y no de la ciencia en sí. En resumen, hay un debate sobre si la ciencia debe asumir un papel más activo en la solución de los problemas sociales o si esa responsabilidad recae en otros ámbitos.
Falta de ética en las aplicaciones de la ciencia.
El texto habla sobre la falta de ética en las aplicaciones de la ciencia y las acusaciones que se hacen a la ciencia por ser responsable de diversos eventos atroces en la historia de la humanidad, como la bomba atómica, los gases de guerra y la destrucción del medio ambiente. Se menciona que los científicos no son inherentemente malvados y que hay diferentes tipos de científicos, al igual que en cualquier otra profesión. También se destaca que la mayoría de los científicos están interesados en las consecuencias de sus investigaciones y que muchos son pacifistas y defensores del medio ambiente. Se menciona que la responsabilidad no recae únicamente en los científicos, sino también en los políticos, militares y empresarios que utilizan los resultados de la ciencia. Además, se señala que el problema no radica exclusivamente en los científicos, sino también en el temor, la ignorancia, la histeria y otros factores humanos. El texto concluye destacando el éxito de la ciencia en transformar radicalmente la sociedad en un corto período de tiempo y que la responsabilidad ética no depende solo de la actividad profesional de los científicos, sino de su participación como seres humanos en la sociedad.
Los hábitos que pueden evitar las faltas de ética.
Mario Bunge proporciona una serie de hábitos para evitar faltas de ética en la ciencia:
1. Honestidad intelectual: Valorar la verdad y rechazar la falsedad y el autoengaño.
2. Independencia de juicio: Evaluar las pruebas por uno mismo y no someterse a la autoridad.
3. Coraje intelectual: Defender la verdad, incluso cuando se critica el propio error.
4. Amor a la libertad intelectual: Despreciar la autoridad injusta y valorar las libertades individuales y sociales.
5. Sentido de justicia: Tomar en cuenta los derechos y opiniones de los demás.
Estas virtudes son esenciales para la labor científica y se fortalecen en la búsqueda de la verdad tanto en ciencia como en las humanidades.
La ética en la experimentación con seres humanos.
El texto trata sobre la ética en la experimentación con seres humanos, especialmente en el ámbito de la investigación biomédica. Se menciona que se han utilizado y siguen utilizando seres humanos como sujetos de experimentación en la investigación médica y farmacéutica, lo cual plantea problemas en términos de protección de los derechos humanos.
Se destaca que las personas más vulnerables, como pacientes en estado vegetativo crónico, embriones humanos y pacientes psiquiátricos, a menudo se convierten en víctimas de experimentos sin su pleno consentimiento.
El texto también aborda la discusión sobre la adaptación de la ética a la investigación y menciona que algunos defienden la idea de que la ética está desactualizada y que es necesario adaptarla al espíritu de la investigación. Sin embargo, se cuestiona si es correcto apartarse de los principios éticos clásicos, como los derechos humanos, en favor del progreso científico.
Se plantea la importancia de una formación ética adecuada y se menciona que los reglamentos por sí solos no pueden garantizar el respeto a las personas.
El texto también critica la idea de dejar las decisiones éticas en manos de una élite de expertos y especialistas, argumentando que los especialistas no siempre son infalibles y que han habido violaciones a los derechos humanos cometidas por ellos.
Se señala que existen conflictos entre la protección de los derechos individuales y las demandas experimentales de la medicina y la ciencia. Además, se mencionan casos de experimentación abusiva en diversos lugares del mundo, incluso en sociedades consideradas civilizadas y respetuosas de los derechos humanos.

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