Transparencia y participación ciudadana

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Transparencia y participación ciudadana
Las administraciones públicas están para prestar servicios a los ciudadanos. Donde ejercen sus funciones de redistribución, regularización y supervisión. Y debe servir con buenos valores, para la buena eficiencia de la administración pública, de esta manera poder minimizar los efectos de alguna crisis producida, ya que disponen de muchos recursos que provienen de diferentes fuentes de ingreso. Y se debe realizar una reforma profunda a la administración pública, que tenga una gestión compleja, para poder realizar una gestión más eficiente de sus recursos humanos y modernizarla, utilizando los medios tecnológicos disponibles en la actualidad.
La administración pública debe poner al servicio usuarios, personas o empresas, donde sirvan a los ciudadanos, no al revés. En el enfoque tradicional el ciudadano debe tener libertad y capacidad de elección para escoger a aquellos servicios públicos que mejor se adapten sus circunstancias, en lugar de recibir una asignación administrativa. La administración debe ser transversal y descentralizada, sus centros directivos y unidades operarias deben tener autonomía de gestión, deben basarse en criterios técnicos sin estar bajo la influencia de carácter político, las diferentes administraciones y entidades públicas deben una clara competencia delimitadas, y deben incorporar nuevos perfiles profesionales, y adaptarse a las nuevas demandas y hacer uso de las nuevas tecnologías en la gestión pública. El cambio de una nueva reformar de administración ha sido un plan que no ha llegado a materializarlo.
Transparencia y participación ciudadana
La Ley de Transparencia nos da acceso a la información pública y buen gobierno, pero es laxa, ya que algunos están excluidos de la obligación de cumplirlo o también se excluye la obligación de aportar informes auxiliares internos. Y para mejorar nuestro proceso legislativo, sería bueno tener un mejor análisis en cuanto al impacto social y económico cada norma que pase por el congreso. En cuanto a la estrategia de un Gobierno Abierto, se propone la modificación de la Ley de Transparencia, aunque dicha modificación no sea eficaz, lo que realmente se necesita por parte de la Administración pública es “facilitar el seguimiento de los planes públicos e informar sobre su cumplimiento”, para que de esta manera los ciudadanos puedan evaluar el uso de los recursos públicos. Y con la aprobación del IV Plan de Gobierno Abierto, donde solo consiste en enviar “quejas y sugerencias” a un correo electrónico, esto ayuda a aquellos de la administración que no puedan actuar de interlocutores, pueda comunicar posibles propuestas, evaluaciones y conclusiones de sus análisis. La Ley de elaboración con su reforma introducida, obliga a llevar a una consulta pública previa a alguna elaboración de proyecto de ley o reglamento, donde se exponga a detalle la memoria del proyecto. La estrategia de Gobierno Abierto, considera a los ciudadanos como sujetos activos de la política, facilitando que puedan proponer propuestas y evaluaciones, permitiendo un dialogo e interacción con los ciudadanos, permitiendo que las acciones públicas respondan a las necesidades reales de los ciudadanos. Por ello es importante que la administración se adapte y cuente con herramientas para escuchar, asimilar y evolucionar en función de las demandas de los ciudadanos.
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