Logo Studenta

libro_EconomIa_de_la_salud_en_Mexico

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

www.pearsonenespañol.com
Aguayo • Rodríguez
ECO
N
O
M
ÍA D
E LA SALU
D
 EN
 M
ÉXICO
Comprender las relaciones que existen entre salud y bienestar, o entre salud 
y crecimiento, es de vital importancia para potenciar no sólo el desarrollo 
económico de un país, sino también para mejorar la salud de sus habitantes, 
y con ello el bienestar de su población.
Este libro reúne una serie de investigaciones de vanguardia realizadas por 
prestigiosos economistas e investigadores, nacionales y extranjeros, sobre 
la salud y la economía en México. Investigaciones que ven a la salud de la 
población como forma de capital humano, como un camino para salir 
de la pobreza, como un camino para lograr la igualdad de oportunidades y 
como un camino hacia el desarrollo sustentable de México.
¿Por qué el sobrepeso es más común en hogares pobres?, ¿Por qué la 
diabetes es más común en esos hogares?, ¿Qué se puede hacer para combatir 
el sobrepeso y la diabetes al mismo tiempo que el hambre y la inseguridad 
alimentaria?, ¿La ayuda del gobierno para combatir la inseguridad alimentaria 
es más efectiva en dinero o en especie?, ¿Cómo afecta la mala alimentación 
el futuro de nuestros niños?, ¿Por qué la contaminación del aire incrementa 
la mortalidad?, ¿Por qué la política de distribución gratuita de condones ha 
incrementado el embarazo adolescente?, ¿Por qué políticas de impuestos 
sobre bebidas azucaradas, que tienen como objetivo reducir el consumo de 
azúcar y con ello el sobrepeso y la diabetes, podrían tener únicamente efectos 
de corto plazo? Éstas son algunas de las preguntas que se presentan en 
este libro y cuya respuesta se desarrolla con la esperanza de que no sólo 
contribuyan al mejor entendimiento de la economía de la salud en México sino 
que también sirvan de referencia para futuras investigaciones sobre el tema. 
ISBN 978-607-32-4436-7
Rodriguez_PEARSON_Economia Salud Mexico_2.indd 2-3 4/16/18 3:23 PM
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía 
de la salud 
en México
coordinadores
Ernesto Aguayo Tél lez
Martha Claudia Rodríguez Vil lalobos
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Dirección general: Sergio Fonseca ■ Dirección de innovación y servicios educativos: Alan David Palau 
■ Gerencia de contenidos y servicios editoriales: Jorge Luis Íñiguez ■ Coordinadora de desarrollo de 
contenidos: Lilia Moreno ■ Coordinadora de arte y diseño: Mónica Galván ■ Especialista en contenidos 
de aprendizaje: María Elena Zahar ■ Editor de desarrollo: Bernardino Gutiérrez Hernández ■ Corrección de 
estilo: Ma. de Lourdes Amador Araujo ■ Gestor de arte y diseño: José Hernández Garduño ■ Lectura 
de pruebas: Vivaldina Jaubert ■ Diseño de interiores: Servicios Editoriales 6Ns ■ Diseño de portada: 
Gráfica Alterna S.A. de C.V. ■ Composición y diagramación: Servicios Editoriales 6Ns.
Contacto: soporte@pearson.com
AGUAYO TÉLLEZ, ERNESTO Y 
RODRÍGUEZ VILLALOBOS, MARTHA CLAUDIA
Economía de la salud en México
Pearson Educación de México, S.A. de C.V., 2018
ISBN: 978-607-32-4436-7
Área: Custom
Formato: 17 x 24 cm Páginas: 168
Impreso en México. Printed in Mexico.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 0 - 21 20 19 18
ISBN LIBRO IMPRESO: 978-607-32-4436-7
ISBN E-BOOK: 978-607-32-4437-4
D.R. © 2018 por Pearson Educación de México, S.A. de C.V.
Avenida Antonio Dovalí Jaime número 70
Torre B, Piso 6, Colonia Zedec, Ed. Plaza Santa Fe
Delegación Álvaro Obregón, México, Ciudad de México, C. P. 01210
Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana Reg. Núm. 1031
www.pearsonenespañol.com
Datos de catalogación
Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden 
reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información, 
en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magné-
tico o electroóptico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito 
del editor.
Primera edición, 2018
Pearson Hispanoamérica
Argentina ■ Belice ■ Bolivia ■ Chile ■ Colombia ■ Costa Rica ■ Cuba ■ República Dominicana ■ Ecuador 
 ■ El Salvador ■ Guatemala ■ Honduras ■ México ■ Nicaragua ■ Panamá ■ Paraguay ■ Perú ■ Uruguay ■ Venezuela
Este libro es un proyecto revisado por un equipo de profesionales quienes cuidaron que cumpliera con los 
lineamientos y estándares establecidos por Pearson Educación.
Pearson Educación en su misión de divulgar el conocimiento científico y tecnológico en México con obras como este 
ejemplar, informa a la comunidad científica que cuenta con su Prerregistro al RENIECYT No. CVU 892558.
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Colaboradores 
de esta edición
Ernesto Aguayo Téllez. Profesor-Investigador de la Facultad de Economía de la Universidad 
Autónoma de Nuevo León (UANL).
Dillan Aguirre Sedeño. Investigador del Centro de Investigación e Inteligencia Económica de la 
Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Alok K. Bohara. Profesor del Departamento de Economía e investigador del Centro RWJF de 
Política de Salud de la Universidad de Nuevo México.
Cinthya G. Caamal Olvera. Profesora-Investigadora de la Facultad de Economía de la 
Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
Daniel Flores Curiel. Profesor-Investigador de la Facultad de Economía de la Universidad 
Autónoma de Nuevo León (UANL).
J. Mario Herrera Ramos. Profesor-Investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias 
Sociales (FLACSO- México).
Alejando Islas Camargo. Profesor-Investigador del Departamento de Estadística del Instituto 
Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Edgar M. Luna Domínguez. Profesor-Investigador de la Facultad de Economía de la Universidad 
Autónoma de Nuevo León (UANL).
Alfonso Mendoza Velázquez. Profesor-Investigador del Centro de Investigación e Inteligencia 
Económica de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
Martha C. Rodríguez Villalobos. Profesora-Investigadora del Departamento de Física y 
Matemáticas de la Universidad de Monterrey (UdeM).
Silvia Urbina Hinojosa. Directora de Planeación del Instituto Nacional de Investigaciones 
Forestales, Agrícolas y Pecunarias (INIFAP) de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, 
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
Edwin van Gameren. Profesor-Investigador del Centro de Estudios Económicos de El Colegio 
de México.
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
v
Acerca de los 
coordinadores
ErnEsto AguAyo téllEz
Doctor en Economía por la Rice University, con especialidad 
en Desarrollo económico y economía laboral, y licenciado 
en Economía por la Universidad Autónoma de Nuevo León. 
Actualmente es profesor-investigador en la Facultad de 
Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León y 
miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt, 
nivel II. Cuenta con estudios postdoctorales en la Universidad 
de California en San Diego y en Rice University. Ha publicado 
varios libros y algunos artículos en revistas especializadas 
internacionales sobre economía de la salud y desarrollo 
económico de México.
MArthA ClAudiA rodríguEz VillAlobos
Doctora en Economía por la Universidad Autónoma de Nuevo 
León con especialidad en Desarrollo económico y economía 
laboral, maestra en Economía con orientación en Econo-
mía Industrial, y licenciada en Economía por la Universidad 
Autónoma de Nuevo León. Actualmente es profesora-
investigadora en la Universidad de Monterrey y miembro 
del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt. Varios 
de sus artículos se han publicado en revistas especializadas 
internacionales sobre educación, salud y administración.
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .XI
Capítulo 1 La doble carga dela malnutrición: 
La inseguridad alimentaria y el sobrepeso 
en México . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
SInoPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
1 . InTRoduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
2 . AnTECEdEnTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
3 . LAS VARIAbLES PRInCIPALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
4 . METodoLogíA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
5 . RESuLTAdoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
6 . ConCLuSIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
REfEREnCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
AnEXo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Capítulo 2 La diabetes entre los más pobres . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
SInoPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
1 . InTRoduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
2 . REVISIón dE LITERATuRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
3 . METodoLogíA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
4 . dAToS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
5 . ESTRATEgIA EMPíRICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
6 . RESuLTAdoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45
7 . ConCLuSIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
REfEREnCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
Capítulo 3 Salud y rendimiento escolar en América 
Latina: La comida chatarra y una vida 
sedentaria reducen el aprovechamiento 
escolar de los niños de 6to . grado . . . . . . . . . . . . . . . . 55
SInoPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
1 . InTRoduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
2 . REVISIón dE LITERATuRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Contenido
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Contenidoviii
3 . MARCo TEóRICo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
4 . ESTAdíSTICAS dESCRIPTIVAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
5 . MARCo EMPíRICo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
6 . RESuLTAdoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
7 . ConCLuSIonES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
REfEREnCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Capítulo 4 ¿Existe un apresuramiento en la muerte 
de personas frágiles de salud como respuesta 
a un incre mento de partículas suspendidas 
en el aire en tres áreas socioeconó micamente 
desiguales de la Zona Metropolitana del Valle 
de México? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
SInoPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
1 . InTRoduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
2. CARACTERíSTICAS y dAToS gEnERALES dE LoS MunICIPIoS . . . . . . 77
3 . EL ModELo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
4 . RESuLTAdoS y AnáLISIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
5 . ConCLuSIonES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
REfEREnCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
Capítulo 5 La política de anticoncepción y el embarazo 
de adolescentes en México . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
SInoPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
1 . InTRoduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
2 . EL ModELo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
3 . EL EfECTo dE un CAMbIo En PRECIo SobRE EL EMbARAzo 
 dE AdoLESCEnTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
4 . LoS dETERMInAnTES dEL éXITo o fRACASo dE LA PoLíTICA 
 dE AnTIConCEPCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
5 . EL CoMPoRTAMIEnTo SEXuAL dE LoS AdoLESCEnTES 
 En MéXICo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
6 . CóMo SE EXPLICA EL RECIEnTE InCREMEnTo En LA TASA 
 dE EMbARAzoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
7 . LoS EfECToS dE LA PoLíTICA dE AnTIConCEPCIón . . . . . . . . . . . . . 100
8 . ConCLuSIonES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
REfEREnCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Contenido ix
Capítulo 6 Los determinantes socioeconómicos 
de la inseguridad alimentaria en México 
y la efectividad de los programas públicos: 
ENSANUT 2012 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . 109
SInoPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
1 . InTRoduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110
2 . REVISIón dE LITERATuRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
3 . dAToS y ESTAdíSTICA dESCRIPTIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
4 . ModELo EConoMéTRICo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
5 . RESuLTAdoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
6 . ConCLuSIonES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
REfEREnCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
AnEXo A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
AnEXo b . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Capítulo 7 ¿Tuvo algún efecto el impuesto especial sobre 
las ventas de bebidas azucaradas en México? 
Evidencia mediante pruebas de raíces unitarias 
con cambio estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
SInoPSIS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
1 . InTRoduCCIón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140
2 . AnTECEdEnTES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
3 . dAToS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
4 . METodoLogíA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
5 . RESuLTAdoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
6 . ConCLuSIonES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
REfEREnCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
AnEXoS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Presentación
La salud, como forma de capital humano, es uno de los determinantes más importantes del de-
sarrollo económico de cualquier nación. Una nación saludable potencia sus oportunidades 
de crecimiento, no sólo al mantener una población más feliz, que en el corto plazo es el mejor 
indicador de bienestar, sino también al tener una fuerza laboral más productiva e innovadora, que 
en el largo plazo significa un crecimiento económico sostenible, y la capacidad de aprovechar de 
manera más eficiente los recursos con que cuenta.
A nivel mundial los países gastan, en promedio, 9% de su PIB en salud, lo cual representa el 
doble del gasto anual invertido en educación (4.5%). A pesar de que este porcentaje se ha incre-
mentado a través de los años, México actualmente dedica sólo 6.3% de su PIB al gasto en sa-
lud, cifra que está por debajo del promedio de los países de América Latina y de los de Europa. 
Aunque el Plan Nacional de Desarrollo del actual gobierno estableció cinco metas nacionales 
asociadas con temas de salud y perspectiva de género, entre las que sobresale la meta México 
Incluyente, que abarca varios indicadores de salud, como la fecundidad y las tasas de mortalidad, 
México aún enfrenta situaciones que atentan contra la salud, como la pobreza y los estilos de 
vida poco saludables que conllevan a la obesidad, la diabetes y la hipertensión.
Comprender las relaciones que existen entre salud y bienestar, o entre salud y crecimiento, 
es de vital importancia para potenciar no sólo el desarrollo económico de un país, sino también 
para mejorar la salud de sus habitantes, y con ello el bienestar de su población. Sin embargo, la 
investigación sobre economía de la salud que se desarrolla en México todavía es muy escasa. 
¿Cómo afecta la contaminación ambiental la mortalidad?, ¿cuáles son los factores de riesgo 
asociados a enfermedades como la diabetes?, ¿cómo puede afectar la intervención gubernamen-
tal el consumo de bebidas azucaradas?, ¿de qué forma la política social contribuye a combatir 
la inseguridad alimentaria y el sobrepeso o el embarazo en el adolescente?, o ¿cómo una buena 
salud puede incrementar el rendimiento escolar de nuestros niños y adolescentes?, son algunas 
de las preguntas que se abordan en este texto. Sabemos que hay todavía mucha investigación 
por realizar, y que la necesidad de comprender mejor estas interacciones es aún muy grande. 
Este libro pretende motivar a la comunidad científica para realizar más investigación sobre el 
tema y una invitación también a los gobiernos y a los hacedores de política pública para utilizar 
esta información en beneficio de nuestro país.
Este libro forma parte de un proyecto más ambicioso al generar una Red de Investigación en 
Economía de la Salud en México, donde todos los investigadores involucrados en el tema que 
así lo deseen puedan obtener información actualizada y compartir opiniones, propuestas y so-
luciones de investigación. Como parte de este proyecto, el 18 de agosto de 2017 se realizó el 
Primer Congreso de Economía de la Salud en México, en las instalaciones de la Universidad de 
Monterrey, donde se presentaron 12 ponencias y participaron 16 investigadores de 9 universida-
des de México. 
Las 7 investigaciones que se incluyen en este libro fueron presentadas en ese congre-
so, donde recibieron retroalimentación por parte de los asistentes. Una vez considerada dicha Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
xii Presentación
retroalimentación, los manuscritos participantes fueron sometidos a un estricto proceso de arbi-
traje anónimo. Los artículos finales incluyen los comentarios y sugerencias de los árbitros.
En el primer capítulo, Edwin van Gameren y Silvia Urbina estudian si existe o no una relación 
entre la dificultad para conseguir alimentos nutritivos y el sobrepeso en México. Después de 
controlar los factores externos, los autores no encuentran una relación clara, pero dada la pre-
sencia de ambos problemas en la población, principalmente en los hogares pobres, hacen notar 
la necesidad de políticas públicas que aborden ambos problemas de manera complementaria. 
En el segundo capítulo, Cinthya Caamal investiga los factores de riesgo asociados con la pre-
sencia de diabetes. El análisis se basa en sectores altamente vulnerables en el área metropolitana 
de Monterrey, y encuentra una asociación positiva entre la condición de pobreza multidimensio-
nal y la presencia de diabetes, siendo la inseguridad alimentaria (la incertidumbre de no tener 
acceso a la alimentación adecuada) la principal dimensión de la pobreza asociada con la diabetes. 
En el tercer capítulo Ernesto Aguayo y Martha Rodríguez estudian el impacto que tiene el con-
sumo frecuente de diversos alimentos y la realización de ejercicio en el rendimiento escolar de los 
niños de 6to. año deprimaria en América Latina. Los autores encuentran que el consumo frecuente 
de alimentos ricos en hierro, así como la práctica regular de algún deporte, incrementan el rendi-
miento escolar de los alumnos, mientras que el consumo frecuente de comida chatarra lo reduce.
En el cuarto capítulo, Alejandro Islas, Alok Bohara y Mario Herrera investigan empíricamente 
el efecto que tienen la contaminación del aire y la variación de la temperatura en la Ciudad de 
México, sobre la salud de la población. Los autores encuentran evidencia de un efecto estadís-
ticamente significativo de la contaminación del aire sobre la mortalidad en aquellas zonas 
con condiciones económicas más desfavorables, lo que implica la necesidad de implementar ini-
ciativas de política pública que mejoren los factores fundamentales de salud en la población con 
mayores problemas para afrontar las condiciones adversas del medio ambiente. 
En el quinto capítulo, Daniel Flores argumenta que la política de provisión gratuita de condo-
nes ha sido una de las causas por la que las adolescentes han dejado de practicar la abstinencia para 
practicar el sexo protegido con condón, lo que puede tener un efecto en el incremento de la tasa 
de embarazo adolecente en los últimos años en México; sobre todo para las adolescentes entre 14 
y 16 años de edad. El autor discute que dicha política “ha estado trabajando en la dirección equivo-
cada” ya que tiende a sacar más adolescentes de la abstinencia que del sexo sin protección.
En el sexto capítulo, Alfonso Mendoza y Dillan Aguirre examinan los determinantes socioeco-
nómicos de la inseguridad alimentaria en México y la efectividad de los programas públicos de 
alimentación, así como qué tipo de gasto en alimentos (saludables vs. no saludables) es más efi-
ciente para lograr seguridad alimentaria en los hogares mexicanos. Los autores encuentran que 
los programas públicos de ayuda en especie (alimentos) tienen un efecto positivo al asegurar 
la provisión alimentaria en esos hogares en México, mientras que la ayuda monetaria no pare-
ce tener dicho efecto; es decir, el incremento en el ingreso no asegura el consumo de alimentos 
saludables.
Finalmente, en el séptimo capítulo, Edgar Luna examina el comportamiento de la venta de 
bebidas azucaradas ante el establecimiento del impuesto especial que se les impuso, a partir 
del 1 de enero de 2014, y que tiene como objetivo disminuir los niveles de obesidad de la po-
blación a través de la restricción del consumo de esas bebidas. El autor encuentra evidencia de 
un cambio estructural en el nivel de las ventas de bebidas azucaradas que coincide con la fecha 
de implementación del impuesto; sin embargo, también encuentra que esta serie de tiempo es de 
tendencia estacionaria, lo que implicaría que el impuesto implementado únicamente reduci-
rá de manera temporal las ventas de esas bebidas en México.
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
1
La doble carga 
de la malnutrición: 
La inseguridad alimentaria 
y el sobrepeso en México
Edwin van Gameren1
Silvia Urbina Hinojosa2
Capítulo
 1 Centro de Estudios Económicos, El Colegio de México.
 Correo electrónico: egameren@colmex.mx
 2 Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México2
SinopSiS
La inseguridad alimentaria entendida como la dificultad para conseguir alimentos nutritivos, es 
una manifestación de la malnutrición, mientras que la presencia de sobrepeso y obesidad 
es otra. Muchos estudios internacionales sugieren que la inseguridad alimentaria provoca 
sobrepeso, aunque esta idea parezca ir en contra de la intuición. En este trabajo se analizó si 
existe o no una relación entre la inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México, utilizando 
datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT). Se estiman sistemas de 
ecuaciones simultáneas de probits ordenados, controlando determinantes sociodemográficos y 
socioeconómicos a nivel individual, y por hogar, localidad y región. El vínculo contraintuitivo entre 
la inseguridad alimentaria y el sobrepeso, encontrado inicialmente en el caso de las mujeres, se 
rompe con la inclusión de las características socioeconómicas del hogar. La pobreza aumenta 
la probabilidad de inseguridad alimentaria en un hogar, mientras que la relación entre pobreza 
y la probabilidad de sobrepeso es débil y menos clara. En el caso de los hombres, la inseguridad 
alimentaria reduce el sobrepeso. Restringir la muestra a zonas rurales elimina toda relación 
entre inseguridad alimentaria y sobrepeso. Los resultados implican que se requieren políticas 
complementarias para abordar los problemas de inseguridad alimentaria y de sobrepeso.
Clasificación JEL: I12, I14, I15, I18, R12.
Palabras clave: Malnutrición, seguridad alimentaria, sobrepeso, obesidad y pobreza.
Agradecimientos: Agradecemos el apoyo de Amaya Gutiérrez Cañal en la preparación de los 
datos, y las sugerencias de Georgina Ortiz Fuentes y los asistentes a seminarios impartidos en 
la Universidad Iberoamericana, la Universidad de Monterrey (UdeM), la Escuela Colombiana 
de Ingeniería Julio Garavito, y en el congreso mundial de la International Health Economics 
Association (IHEA) celebrado en Boston.
1. introduCCión
La malnutrición es un concepto que combina una alimentación inadecuada por defecto o carencia 
(desnutrición) con un exceso de alimentación o una ingesta desequilibrada de alimentos no 
saludables que se puede transformar en sobrepeso y obesidad (OMS, 2015). México se caracteriza 
actualmente, al igual que otros países emergentes, por esta bipolaridad en las condiciones de 
malnutrición (CONEVAL, 2013b:6); es decir, en nuestro país se presenta una situación en la que 
la desnutrición coexiste con el sobrepeso y la obesidad (Urquía Fernández, 2014). En los últimos 
años, el agudizamiento de estas condiciones de malnutrición ha impuesto nuevos retos al diseño, 
la implementación y la coordinación de las políticas públicas del país, particularmente en los 
ámbitos social, educativo, de la salud y de la producción de alimentos. A pesar de que la desnutrición 
infantil en México se ha reducido, la obesidad ha aumentado casi tres veces en la población adulta 
en menos de 25 años. La obesidad, junto con el sobrepeso, constituye un fuerte problema de salud 
pública que aqueja a más de 70.5 por ciento de la población mexicana (INSP, 2013:178).
En este estudio se intentan medir los factores que pueden explicar la malnutrición en sus dos 
representaciones: la inseguridad alimentaria, y el problema de sobrepeso y obesidad. En particu-
lar, se busca establecer si existe relación entre los dos fenómenos dentro de un mismo hogar en 
México. Con frecuencia, los resultados en la literatura internacional sugieren que la inseguridad 
alimentaria aumenta la probabilidad de sobrepeso u obesidad; sin embargo, esto se opone a la 
intuición, ya que parece más lógico que una falta de nutrientes reduzca el peso de una persona. Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 3
La hipótesis del presente trabajo es que cualquier relación entre inseguridad alimentaria y el so-
brepeso u obesidad es espuria, generada por la omisión de otros factores importantes —socio-
demográficos y socioeconómicos— en su explicación, y por el hecho de que los mismos factores 
pueden tener efectos directos en las dos representaciones de malnutrición. Se utilizan datos de 
la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2012 y otras fuentes externas para ha-
cer un análisis a nivel individual y de hogares, tratando la inseguridad alimentaria como variable 
explicativa endógena. Además, se pretende entender cuáles son los factores más susceptibles 
para las políticas públicas.
Entender mejor la relación entre inseguridad alimentaria y sobrepeso se vuelve relevante 
para diseñar políticaspúblicas que ayuden a resolver los problemas del país. En particular, es im-
portante entender qué políticas públicas, diseñadas para combatir la inseguridad alimentaria uti-
lizando factores de afectación definidos, tienen un efecto directo sobre la probabilidad de que se 
presente obesidad. La pregunta dual clave: ¿Reducir la inseguridad alimentaria es más favorable 
para combatir el sobrepeso en la población? ¿O acaso una reducción de la inseguridad alimenta-
ria tendrá el efecto inesperado de aumentar el problema de sobrepeso?
En la siguiente sección, dedicada a examinar los antecedentes, se presenta una breve revisión 
de la literatura relevante para el estudio de la relación entre inseguridad alimentaria y el sobre-
peso. La sección 3 presenta los datos utilizados, las definiciones de las variables principales y la 
selección de la muestra. La estrategia econométrica y las variables explicativas se presentan 
en la sección 4, mientras que en la sección 5 se exponen los resultados de las estimaciones. La 
sección 6 presenta los resultados y las conclusiones. 
2. AnteCedenteS 
Intuitivamente, el concepto de inseguridad alimentaria se vincula con un acceso limitado a 
la alimentación o con un cierto nivel de desnutrición. El concepto adquirió importancia en la 
década de 1960 como consecuencia de la tendencia al alza en los precios internacionales del 
trigo y del maíz, así como por los problemas de disponibilidad para atender el crecimiento en la 
demanda agregada, principalmente de cereales (FAO-SAGARPA, 2013:xIV). La Cumbre Mundial 
de la Alimentación celebrada en 1996 concluyó que “existe seguridad alimentaria cuando todas 
las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos 
y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los 
alimentos a fin de llevar una vida activa y sana” (FAO, 1996).
Sin embargo, la inseguridad alimentaria no se vincula exclusivamente con la desnutrición, 
sino también con una (sobre) alimentación de productos de menor calidad o menos nutritivos, lo 
que da por resultado sobrepeso u obesidad. Uno de los primeros planteamientos de la paradójica 
relación entre inseguridad alimentaria y sobrepeso corresponde a Dietz (1995). Desde entonces, 
se ha desarrollado una línea de investigación que pretende explicar por qué los dos extremos 
—uno relacionado con falta de nutrientes y el otro con un exceso de éstos— pueden coexistir. Sin 
embargo, esa literatura se enfoca en Estados Unidos. 
La definición de inseguridad alimentaria encontrada en la literatura varía un poco, pero en 
general, se basa en una o más preguntas relacionadas con (las preocupaciones sobre) la falta de 
alimentos en el hogar (Dinour et al., 2007; Franklin et al., 2012; Larson y Story, 2011; Eisenmann 
et al., 2011; FRAC, 2015). En resumen, los estudios encuentran que, entre las mujeres, la insegu-
ridad alimentaria está asociada con sobrepeso y obesidad; sin embargo, en el caso de los hom-
bres y de los niños o adolescentes varones, la asociación no es clara. Además del género y la 
edad, también el estado civil y algunos indicadores de estrés —como depresión y ansiedad— se Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México4
han identificado como factores que modifican la relación entre seguridad alimentaria y so-
brepeso. Un dato interesante es que existe evidencia de que la participación en programas de 
apoyo nutricional (food stamps) aumenta la probabilidad de sobrepeso. Las explicaciones osci-
lan entre la calidad de los alimentos y la selección de los participantes; no todos los elegibles 
participan. Como explicación de la relación contraintuitiva, los autores sugieren que dicha re-
lación tiene que ver con la calidad de los alimentos que están disponibles para los grupos po-
blacionales con diferentes niveles de seguridad alimentaria. También se ha sugerido que hay 
adaptaciones fisiológicas que corresponden a una reacción corporal por la falta de estabilidad 
de acceso a los alimentos.
Con respecto a México, Ortiz-Hernández y sus colaboradores (2012) no encontraron una 
asociación entre inseguridad alimentaria y sobrepeso/obesidad en adolescentes en la Ciudad de 
México. Sin embargo, la obesidad abdominal (en el área de la cintura) es más frecuente entre 
adolescentes que sufren inseguridad sin hambre. Entre estudiantes de escuelas primarias de la 
Ciudad de México, la asociación es más clara: la inseguridad tanto moderada como severa van 
acompañadas de una probabilidad más alta de presentar sobrepeso (Ortiz-Hernández et al., 
2007). Morales-Ruán y sus colaboradores (2014) reportan que, entre adultos, la inseguridad leve 
está asociada con obesidad. Entre mujeres, más inseguridad significa más obesidad; en los hom-
bres, sin embargo, no se encuentra relación alguna. 
Los estudios revisados sugieren evidencia de una asociación entre inseguridad alimentaria y 
sobrepeso en varios grupos demográficos. Sin embargo, no consideran la existencia de factores 
que afectan tanto la probabilidad de presentar sobrepeso u obesidad, como el hecho de que 
el hogar sufra inseguridad alimentaria. Ambos fenómenos se determinan de forma conjunta.
En estudios realizados en Estados Unidos, se encuentra una relación fuerte entre un bajo in-
greso y la inseguridad alimentaria, aunque se hace hincapié en que pobreza e inseguridad alimen-
taria no son lo mismo: muchos hogares pobres reportan seguridad, mientras muchos hogares 
que no se clasifican como pobres reportan inseguridad alimentaria. Un bajo ingreso y un bajo 
nivel de activos líquidos son factores que aumentan la inseguridad alimentaria. Los hogares con 
hijos parecen ser más vulnerables, aunque también aquéllos con un jefe de familia soltero o 
con nivel educativo bajo, los hogares de afroestadounidenses o latinos, los que rentan su vi-
vienda y los hogares con fumadores reportan mayor inseguridad alimentaria (Coleman-Jensen 
et al., 2016; Carter et al., 2012; Barrett, 2010; Gundersen et al., 2011). Además de los factores in-
dividuales, a nivel macroeconómico se han identificado algunos factores determinantes de 
inseguridad alimentaria, como el nivel de desarrollo del país y la existencia de programas 
para aliviar la pobreza (FAO, 2015).
Al igual que en otros artículos, Yen y sus colaboradores (2008) encontraron que un ingreso 
alto y contar con un nivel educativo equivalente a preparatoria o superior son factores que redu-
cen la probabilidad de inseguridad alimentaria en un hogar. Tener a un adulto mayor en el hogar 
y ser propietario de la vivienda son factores que también ayudan a reducir esa probabilidad. En 
contraste con muchos otros estudios, al utilizar variables instrumentales para controlar endoge-
neidad, los investigadores encontraron que participar en programas nutricionales reduce la inse-
guridad alimentaria, tal como se esperaría.
En el caso de México, Magaña-Lemus y sus colaboradores (2016) encontraron que hogares 
con jefes de familia más jóvenes y menor nivel educativo tienen mayor probabilidad de repor-
tar inseguridad alimentaria. También, los hogares con una jefa de familia soltera, con más hijos o 
con miembros discapacitados son más propensos a sufrir inseguridad alimentaria. Además, vivir 
en una zona rural aumenta el riesgo. Por el contrario, percibir un ingreso alto protege contra la 
inseguridad. Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 5
Gundersen y sus colaboradores (2011) analizaron los determinantes de la inseguridad alimen-
taria, y abordaron el problema de la medición de impactos causales en varias dimensiones de la 
salud. Argumentan que existen múltiples factores con efectos en la salud y en la inseguridad 
alimentaria y que, por esa razón, no es conveniente interpretar las relaciones encontradas en-
tre ambos como relaciones causales, ya que podría tratarse de una relación falsa, impulsadapor 
otros factores. En particular, no puede decirse que un cambio en el nivel de la inseguridad ali-
mentaria de un hogar derive en un cambio en el sobrepeso, porque los factores detrás de ambos 
están unidos y no es posible separarlos. Hay pocos estudios que abordan los dos fenómenos en 
conjunto y que buscan establecer una relación causal.
Por otro lado, existe vasta literatura que vincula la inseguridad alimentaria con efectos ne-
gativos para una extensa variedad de dimensiones de la salud por ejemplo, anemia, ansiedad, 
depresión, asma y otros problemas físicos en el caso de niños, adultos y adultos mayores (vea 
referencias en Gundersen et al., 2011:289). En la misma línea, se puede interpretar la obesidad 
como un indicador de mala salud, que aumenta cuando hay más inseguridad alimentaria.
3. LAS vAriAbLeS prinCipALeS
El análisis se realizó con base en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2012. 
Es una encuesta poblacional probabilística con esquema de muestreo polietápico y estratificado. 
La tasa de respuesta de los hogares fue de 87 por ciento. Los 50,528 hogares visitados están 
distribuidos en las 32 entidades federativas del país, y representan a 29,429,252 hogares 
estimados en el país en 2012. En los hogares visitados se reporta que habitan 194,923 individuos 
que representan a los 115,170,278 habitantes de México. En esos hogares se obtuvieron en total 
96,031 entrevistas individuales completas; la cobertura alcanzada permite hacer inferencias 
sobre condiciones de salud y nutrición a nivel nacional (Romero Martínez et al., 2012; INSP, 2013).3
3.1 Definición y medición de inseguridad alimentaria
La inseguridad alimentaria se define como la disponibilidad limitada o incierta de alimentos 
nutricionalmente adecuados e inocuos; o la capacidad limitada e incierta de adquirir alimentos ade-
cuados en formas socialmente aceptables (FAO, 2012:11). Según la FAO, la seguridad alimentaria 
se clasifica en cuatro dimensiones: 1. la disponibilidad física de alimentos; 2. el acceso a alimentos 
o la capacidad para adquirirlos; 3. la calidad de los alimentos; y finalmente 4. la estabilidad de 
disponibilidad, acceso y calidad.
En la ENSANUT, el estado de inseguridad alimentaria, de acuerdo con la percepción y las 
experiencias de los individuos, se midió usando la versión adaptada para México de la Escala 
Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA) (FAO, 2012; Villagómez-Ornelas 
et al., 2014). La ELCSA consta de 15 preguntas con opciones de respuesta “sí ” y “no” dirigidas al 
jefe de familia o a la mujer encargada de preparar los alimentos en el hogar, reproducidas en el 
cuadro 1-1 (INSP, 2013:125).4
La ELCSA clasifica a los hogares en cuatro categorías, dependiendo del número de respuestas 
positivas y de si cuentan o no con integrantes menores de 18 años. Los hogares que responden 
“no” a todas las preguntas se consideran como hogares con seguridad alimentaria. En general, 
el número de respuestas afirmativas en las preguntas de la escala determina si los hogares se 
 3 Los datos están disponibles en línea en http://ensanut.insp.mx/.
 4 La ELCSA es similar a la escala de 18 preguntas utilizada por la USDA por medir seguridad alimentaria en Estados 
Unidos (https://www.ers.usda.gov/topics/food-nutrition-assistance/food-security-in-the-us/measurement.aspx).Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México6
encuentran en una situación de inseguridad alimentaria leve, moderada o severa (cuadro 1-2). Los 
hogares que se clasifican en la categoría de inseguridad alimentaria leve muestran, en primera 
instancia, preocupación por el acceso a los alimentos, sacrificando la calidad de la dieta. Cuando 
los hogares se encuentran en inseguridad alimentaria moderada, además del sacrificio en calidad, 
refieren restricciones en la cantidad de alimentos consumidos. Los hogares en inseguridad ali-
mentaria severa, además de las percepciones anteriores, relatan experiencias de hambre.
Cuadro 1-1 Las preguntas de la escala latinoamericana y caribeña de seguridad alimentaria (ELCSA)a
En los últimos 3 meses, por falta de dinero u otros recursos, alguna vez…
1 ¿Usted se preocupó de que los alimentos se acabaran en su hogar?
2 ¿En su hogar se quedaron sin alimentos?
3 ¿En su hogar dejaron de tener una alimentación (saludable, nutritiva, balanceada, equilibrada)?
4 ¿Usted o algún adulto en su hogar tuvo una alimentación basada en poca variedad de alimentos?
5 ¿Usted o algún adulto en su hogar dejó de desayunar (comer, almorzar) o cenar?
6 ¿Usted o algún adulto en su hogar comió menos de lo que debía comer?
7 ¿Usted o algún adulto en su hogar sintió hambre, pero no comió?
8 ¿Usted o algún adulto en su hogar sólo comió una vez al día o dejó de comer todo un día?
¿En su hogar viven personas menores de 18 años? En caso de responder “Sí”: 
En los últimos 3 meses, por falta de dinero u otros recursos, alguna vez…
9 ¿Algún menor de 18 años en su hogar dejó de tener una alimentación (saludable, nutritiva, ba-
lanceada, equilibrada)?
10 ¿Algún menor de 18 años en su hogar tuvo una alimentación basada en poca variedad de 
alimentos?
11 ¿Algún menor de 18 años en su hogar dejó de desayunar (comer, almorzar) o cenar?
12 ¿Algún menor de 18 años en su hogar comió menos de lo que debía?
13 ¿Tuvieron que disminuir la cantidad servida en las comidas a algún menor de 18 años en su hogar?
14 ¿Algún menor de 18 años en su hogar sintió hambre, pero no comió?
15 ¿Algún menor de 18 años en su hogar sólo comió una vez al día o dejó de comer todo un día?
a Posibles respuestas: SÍ, NO, No sabe, No responde
Fuente: Cuestionario de Seguridad Alimentaria ENSANUT-2012. 
Cuadro 1-2 Clasificación ELCSAa
Clasificación Hogares con integrantes < 18 Hogares sin integrantes < 18
Seguridad 0 0
Inseguridad leve 1 - 5 1 - 3
Inseguridad moderada 6 - 10 4 - 6
Inseguridad severa 11 - 15 7 - 8
a Número de respuestas confirmativas a las preguntas de la ELCSA. Clasificación del Instituto Nacional de Salud 
Pública (INSP) (2013: 125).
Fuente: Cuestionario de Seguridad Alimentaria ENSANUT-2012. 
El apartado de seguridad alimentaria de la ENSANUT contiene información sobre 41,165 hogares, 
mientras que 9,363 hogares no fueron entrevistados con respecto a su nivel de seguridad 
alimentaria. Algunos hogares no contestaron las preguntas requeridas, o bien, las observaciones 
para los cálculos no fueron tomadas en cuenta por no ser confiables; en total, 40,809 hogares 
fueron analizados, y representan a 29,099,584 hogares a nivel nacional (figura 1-1).Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 7
10
0% 90
%
80
%
70
%
60
%
50
%
40
%
30
%
20
%
10
% 0%
Aguascalientes
Baja California
Baja Calif. Sur
Campeche
Coahuila
Colima
Chiapas
Chihuahua
Distr. Fed.
Durango
Guanajuato
Guerrero
Hidalgo
Jalisco
Edo. México
Michoacán
Morelos
Nayarit
Nuevo León
Oaxaca
Puebla
Querétaro
Quintana Roo
S. L. Potosí
Sinaloa
Sonora
Tabasco
Tamaulipas
Tlaxcala
Veracruz
Yucatán
Zacatecas
Se
gu
rid
ad
In
se
gu
rid
ad
 le
ve
In
se
gu
rid
ad
 m
od
er
ad
a
In
se
gu
rid
ad
 s
ev
er
a
a 
Lo
s 
ni
ve
le
s 
de
 s
eg
ur
id
ad
 a
lim
en
ta
ri
a 
es
tá
n 
de
fin
id
os
 e
n 
el
 c
ua
dr
o 
1-
2.
Fu
en
te
: C
ál
cu
lo
s 
de
 lo
s 
au
to
re
s 
co
n 
ba
se
 e
n 
la
 E
N
SA
N
U
T 
20
12
. 
Fi
gu
ra
 1
-1
 
Se
gu
ri
da
d 
al
im
en
ta
ri
a 
en
 M
éx
ic
o 
a 
ni
ve
l d
e 
ho
ga
re
s 
po
r 
es
ta
do
a
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México8
3.2 Definición y medición de sobrepeso y obesidad
La ENSANUT obtuvo mediciones de peso y talla en personas a partir de los dos años de 
edad, realizadas por personal capacitado según procedimientos estandarizados y protocolos 
convencionales (INSP, 2013:126). Por consiguiente, esas mediciones se consideran más confiablesque los datos autorreportados.
Para este estudio se tomó como base focal a los adultos, porque es el único grupo que existe 
en todos los hogares, y porque la medición se basa en el índice de masa corporal (IMC), definido 
como el peso en kilogramos dividido entre la talla expresada en metros al cuadrado: IMC = kg/m2. 
Las medidas antropométricas están disponibles para 85,291 individuos de 40,176 hogares, pero 
esto incluye a los menores de 20 años, para quienes la medida no está validada y, por eso, se les 
excluye del análisis. Además, se excluyó a mujeres embarazadas y a las personas con un IMC por 
debajo de 15 o por arriba de 58 kg/m2. Eso implica que se tiene información relevante de 37,560 
personas de 35,880 hogares. La clasificación utilizada para categorizar el IMC de esas personas 
fue la de la OMS, basada en cuatro categorías (cuadro 1-3). 
Cuadro 1-3 Clasificación del IMCa
IMC Clasificación 
Menos que 18.5 kg/m2 Bajo peso
Entre 18.5 y 24.9 kg/m2 Peso normal
Entre 25.0 y 29.9 kg/m2 Sobrepeso
Más que 30.0 kg/m2 Obesidad
a Con base en la clasificación del CDC, http://www.cdc.gov/obesity/adult/defining.html. 
Fuente: Cuestionario de Seguridad Alimentaria ENSANUT-2012. 
La figura 1-2 muestra los niveles de sobrepeso y obesidad en los 32 estados de la República 
Mexicana. Se observa que el peso bajo es una condición muy poco frecuente en todo el país. Los 
estados de Yucatán, Baja California, Campeche, Tabasco, Baja California Sur y Nuevo León re-
gistran los porcentajes más elevados de adultos con obesidad, cerca o arriba de 40 por ciento. 
Como se observó anteriormente, esta lista incluye estados con los niveles más altos y más ba-
jos de inseguridad alimentaria severa, lo cual demuestra que la relación a nivel estatal entre las 
dos representaciones de malnutrición no es estrecha. A la par, los descriptivos en Barquera y sus 
colaboradores (2013) sugieren que la relación entre pobreza y sobrepeso no es clara ni evidente; 
por ejemplo, un mejor nivel socioeconómico y acceso a un sistema de seguridad social parecen 
tener una pequeña correlación positiva con el sobrepeso, pero en el caso de educación, la corre-
lación puede ser igual a cero. 
4. MetodoLogíA
Para responder la pregunta referente a si la existencia de inseguridad alimentaria dentro de 
un hogar tiene un efecto en la incidencia de sobrepeso y obesidad, se aprovechó el hecho 
de que el índice de masa corporal está medido a nivel de personas individuales, mientras que 
la seguridad alimentaria es una medida a nivel de los hogares. Si suponemos que la influencia 
de la masa corporal de una persona individual en la situación alimentaria del total del hogar 
es mínima, sería posible interpretar el efecto de seguridad alimentaria en el hogar con el 
IMC individual como un efecto causal; se trata de un supuesto fuerte, dado el tamaño de los 
hogares. Además, la explicación de la seguridad alimentaria se basa en variables totales del Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 9
10
0% 90
%
80
%
70
%
60
%
50
%
40
%
30
%
20
%
10
% 0%
Aguascalientes
Baja California
Baja California Sur
Campeche
Coahuila
Colima
Chiapas
Chihuahua
Distrito Federal
Durango
Guanajuato
Guerrero
Hidalgo
Jalisco
Edo. de México
Michoacán
Morelos
Nayarit
Nuevo León
Oaxaca
Puebla
Querétaro
Quintana Roo
San Luis Potosí
Sinaloa
Sonora
Tabasco
Tamaulipas
Tlaxcala
Veracruz
Yucatán
Zacatecas
Ba
jo
 p
es
o
Pe
so
 n
or
m
al
So
br
ep
es
o
O
be
si
da
d
a 
La
 c
la
si
fic
ac
ió
n 
de
l í
nd
ic
e 
de
 m
as
a 
co
rp
o
ra
l e
st
á 
de
fin
id
a 
en
 e
l c
ua
dr
o 
1-
3.
Fu
en
te
: C
ál
cu
lo
s 
de
 lo
s 
au
to
re
s 
co
n 
ba
se
 e
n 
la
 E
N
SA
N
U
T 
20
12
.
Fi
gu
ra
 1
-2
 
So
br
ep
es
o 
y 
ob
es
id
ad
 e
n 
M
éx
ic
o 
en
tr
e 
ad
ul
to
s 
de
 2
0 
añ
os
 y
 m
ás
 p
or
 e
st
ad
oa
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México10
hogar o en características del jefe de familia y no de la persona que ha sido seleccionada para 
las mediciones de peso y talla.5
La primera ecuación especifica la relación entre el nivel de inseguridad alimentaria (ISAh) en el 
hogar y sus factores explicativos (Xh):
 ISAh = a Xh + eh (ecuación 1)
donde el subíndice h indica que todas las variables están medidas a nivel (del representante) 
del hogar, mientras que eh es un error aleatorio. Como representante del hogar se considera al 
(autodenominado) jefe de hogar, pero puesto que no existe una definición clara de éste, también 
se hicieron estimaciones con base en la información de la persona que realiza la contribución 
mayoritaria al ingreso total del hogar.
La segunda ecuación explica la incidencia de sobrepeso u obesidad en el individuo i seleccio-
nado dentro del hogar h (IMChi), con base en la inseguridad alimentaria y variables individuales y 
del hogar:6
 IMChi = d ISAh + b Zhi + g Zh + u1,h + u2,hi (ecuación 2)
Sólo se observa una persona por hogar y no es posible distinguir entre u1,h y u2,hi, los errores a 
nivel de hogar e individual, respectivamente, y se incluye únicamente la suma hhi = u1,h + u2,hi. Si la 
identificación del modelo es válida, la estimación del parámetro d puede interpretarse como un 
impacto causal de inseguridad alimentaria en el sobrepeso. En general, en modelos estructurales 
como éste, se necesitan variables exógenas dentro de Xh que sólo afectan la primera ecuación 
(de ISAh), pero que no tienen un efecto directo en las segundas ecuaciones (de IMChi) y, por eso, 
pueden excluirse de Zhi y Zh. Como en este caso muchas variables se refieren al nivel de hogar o 
al jefe del hogar para la primera ecuación, pero las mediciones de talla y peso se refieren a otra 
persona, implícitamente existen diferencias que ayudan a la identificación de los parámetros.
Existen razones para pensar que la explicación del sobrepeso/obesidad es diferente entre 
hombres y mujeres, por razones fisiológicas o culturales. Sin embargo, no hay razones para que 
la inseguridad alimentaria dependa de si la persona seleccionada es hombre o mujer. Por eso 
se plantea un sistema de tres ecuaciones, donde la ecuación de ISAh se estima para el conjunto 
de todos los hogares, junto con dos ecuaciones de IMChi, una para los hombres y otra para las 
mujeres.
En el análisis, las tres ecuaciones se consideran como un modelo conjunto, suponiendo que 
los errores, eh y hhi —este último por separado para hombres y mujeres—, siguen una distribución 
normal trivariada. Además, se considera que las dos variables dependientes —la inseguridad ali-
mentaria y el índice de masa corporal— están construidas como variables categóricas ordena-
das, lo que implica que todas las ecuaciones constituyen modelos probit ordenados. Versiones 
recientes de un comando escrito por Roodman (2011) en Stata, cmp, permiten la estimación del 
sistema de ecuaciones simultáneas sin necesidad de programar explícitamente la función de 
verosimilitud.
En este tipo de modelos de variables categóricas, el signo de los coeficientes indica el sentido 
de cambio de la probabilidad: si el coeficiente tiene un valor con signo positivo y es significativo, 
incrementa la probabilidad de que el hogar tenga inseguridad alimentaria o de que la persona 
 5 Comparar el IMC en grupos con y sin seguridad alimentaria a través de un propensity score matching no es suficiente, 
porque la seguridad alimentaria no está asignada aleatoriamente. No hay certeza de poder identificar todos los fac-
tores que determinan la inseguridad alimentaria para cumplir con el supuesto de “selección en observables”. Además, 
como la ENSANUT no es una encuesta longitudinal, no es posible analizar cambios a lo largo del tiempo. 
 6 Un efecto bidireccional es muy improbable: no es de esperar que el sobrepeso de un miembro del hogar cause (in)se-
guridad alimentaria del hogar como conjunto. Pr
op
ied
add
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 11
seleccionada padezca sobrepeso u obesidad; en caso contrario, esto es, si el signo del coeficiente 
es negativo y significativo, se reducen las respectivas probabilidades.
4.1 Variables explicativas
Las variables explicativas para los modelos se guían por la revisión de literatura (vea la sección 2), 
y combinan variables sociodemográficas y socioeconómicas a nivel individual o del hogar. 
También se utiliza información a nivel municipal y estatal para captar diferencias regionales que 
pueden impactar tanto la inseguridad alimentaria como la probabilidad de desarrollar sobrepeso 
por las diferencias generales en circunstancias y oportunidades. Las estadísticas descriptivas se 
encuentran en el anexo (cuadro A-1).
En la ecuación de la inseguridad alimentaria, las variables independientes, el vector Xh, fueron 
determinadas respecto del jefe del hogar y son los siguientes indicadores sociodemográficos: gé-
nero, edad y edad al cuadrado (para captar efectos no lineales), el estado civil, si habla una len-
gua indígena, y el nivel de educación (en 8 categorías). Se incluyen los mismos indicadores a nivel 
individual en las ecuaciones de sobrepeso (en el vector Zhi). Ambas partes del modelo incluyen 
información sobre el número de miembros del hogar, las proporciones de miembros del hogar 
entre 0 y 5 años, entre 6 y 14 años, y de adultos mayores de 60 años o más, información que por 
definición se refiere al nivel de hogar. Para finalizar, la información sociodemográfica incluye los 
indicadores a nivel localidad sobre la urbanización del lugar de residencia del hogar, con base en 
tres categorías: localidades con menos de 2,500 habitantes (rural), con más de 2,500 habitantes 
pero menos de 100,000 (urbano), y localidades con 100,000 habitantes o más, lo que correspon-
de a capitales de los estados o áreas metropolitanas (metropolitano).
La situación socioeconómica en la ecuación de la inseguridad alimentaria está reflejada por 
la situación laboral del jefe del hogar: el número de horas trabajadas y si trabajó por su cuenta 
(o como empleador). En las ecuaciones de sobrepeso se incluye la misma información, pero de 
la persona seleccionada. Además, los gastos semanales totales del hogar (y al cuadrado) están 
incluidos en ambas partes, al igual que los indicadores de las proporciones de los gastos en vi-
vienda, transporte y educación en los gastos totales. Éstos son gastos inevitables que reducen 
el presupuesto disponible para alimentos. Otras variables que captan la situación económica del 
hogar son un indicador de si la vivienda es propiedad de uno de los miembros del hogar, una es-
cala de la calidad de la vivienda, y una escala de los bienes que se encuentran dentro del hogar. 
La calidad de la vivienda combina información como el material de paredes, techo y pisos, el nú-
mero de cuartos, si cuenta con baño, dónde se cocina y qué tipo de combustible se emplea. Los 
bienes incluyen la posesión de activos como automóvil, motocicleta, televisor, refrigerador, la-
vadora, computadora, teléfono fijo o celular, servicio de TV de paga e internet, etcétera. Ambas 
escalas están construidas con un análisis de correspondencias múltiples (MCA) que pondera la 
importancia de cada elemento en una medida generalizada; un valor más alto indica mejor cali-
dad de la vivienda y la posesión de más bienes.
También se incluye información sobre el acceso a servicios de salud del sistema de seguridad 
social (IMSS, ISSSTE u otro instituto) o del Seguro Popular, a nivel del jefe del hogar y de la persona 
seleccionada. Otras medidas de la situación socioeconómica del hogar son los indicadores res-
pecto de si algún miembro del hogar recibe ingresos —apoyos monetarios— por parte de progra-
mas sociales (como Oportunidades, Procampo, becas, programas de apoyo a adultos mayores o 
a madres solteras), por jubilación u otra pensión, o recibe remesas (nacionales o internacionales).
La salud puede reflejar las necesidades de alimentación del hogar o del individuo. En particu-
lar, se controla la variable referente a si el jefe del hogar (o en la explicación del sobrepeso, la Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México12
persona con mediciones antropométricas) ha tenido un problema de salud en las dos semanas 
anteriores a la entrevista (“algún problema de salud, por enfermedad o lesiones físicas por ac-
cidente o agresiones”), y más específicamente si tiene dificultad de realizar actividades físicas o 
mentales (como caminar, ver, hablar, oír y entender, vestirse, comer, hacer actividades diarias), o si 
un médico le diagnosticó una enfermedad crónica (hipertensión, gastritis, diabetes, colitis, asma, 
entre otras). Información sobre los hábitos de fumar y beber sólo están disponibles para el repre-
sentante con información antropométrica; a nivel de hogares, se construyeron indicadores que 
toman valor 1 si se reportan gastos positivos en bebidas alcohólicas o en tabaco.
El último conjunto de variables considera la situación económica regional, e información 
proveniente de otras fuentes de datos.7,8 Se incluyó información, a nivel estatal, sobre la im-
portación y exportación de productos agroalimentarios, y del PIB agropecuario y total. Las es-
timaciones del comercio exterior agroalimentario por entidad federativa están disponibles en 
el Sistema de Información Comercial del Sector Agroalimentario,9 mientras que la información 
sobre el PIB proviene del Sistema de Cuentas Nacionales de México del INEGI.10 Para obtener 
una estimación del PIB agroalimentario, comparable con los datos sobre el comercio exterior, se 
sumó la información del PIB agropecuario, pesquero y forestal, el PIB de la industria alimentaria, 
y el PIB de bebidas y tabaco. En particular, se incluyó en los modelos el PIB agroalimentario como 
proporción del PIB total, el cual indica la dependencia regional del sector agropecuario, y el PIB 
agroalimentario per cápita como indicador de la productividad del sector. Además, se incluyeron 
las exportaciones e importaciones agroalimentarias per cápita, como indicadores de disponibili-
dad de productos locales e importados.
Adicionalmente, se incluyó información sobre el número de tiendas (de varios tipos, per cápi-
ta) que existen en los municipios considerados en la ENSANUT. El primero, el número de puntos 
de distribución del programa de abasto social Liconsa relativo al número de tiendas de aba-
rrotes, forma una aproximación exógena de la participación en programas nutricionales.11 
A pesar de que la ENSANUT brinda información del uso de Liconsa y otros programas alimen-
tarios a nivel de hogares (e individual), es muy probable que el uso de estos programas ocurra 
precisamente por el estatus nutricional —de inseguridad alimentaria— de un hogar. Yen y sus co-
laboradores (2008) han mostrado que esto es importante para entender el papel que juega la 
inseguridad alimentaria. Asimismo, se incluye información referente al número (per cápita) de 
tiendas de abarrotes, tiendas especializadas en frutas y verduras, supermercados y otras tiendas 
de autoservicio.12 Estas variables toman en cuenta el tipo de alimentos que están disponibles 
 7 Incluir información sobre el consumo de nutrientes dentro de los hogares sería más dudoso, puesto que la misma in-
seguridad alimentaria y el sobrepeso son determinantes del consumo.
 8 Se revisó información sobre el nivel de precios de varios alimentos; sin embargo, los precios no se incluyeron final-
mente en los modelos, por falta de poder explicativo. El INEGI publica el índice de precios al consumidor (IPC) para 46 
ciudades distribuidas por todo el territorio mexicano. Para cada observación en la ENSANUT se determinó cuál de las 
46 ciudades era la más cercana, y se asignaron los precios registrados en esa ciudad. Esto implica una pérdida de preci-
sión; en particular,para localidades rurales, los precios de una ciudad (tal vez no tan cercana) podrían no reflejar bien 
los precios en la localidad. Quizás esto dio como resultado la aparente irrelevancia de los precios en las estimaciones 
elaboradas.
 9 Disponible por http://sicagro.sagarpa.gob.mx/SICAGRO_CONSULTA/otrasconsultas.aspx. Las cifras estadísticas a nivel 
de entidad federativa no existen de origen, razón por la cual esa información se generó con base en un procedimiento 
que considera: 1. el domicilio fiscal de las empresas que registraron operaciones de comercio exterior agroalimentario; 
2. las empresas que los gobiernos estatales reportaron como ubicadas en su territorio, y 3. registro de plantas produc-
tivas de empresas IMMEx (antes PITEx y Maquila). Por ello, estas cifras representan una mera estimación del comercio 
exterior de cada entidad.
10 Disponible en http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/?idserpadre=10200070#D10200070.
11 Disponible en http://www.beta.inegi.org.mx/app/mapa/denue/default.aspx. Se utilizaron datos de 2015 como aproxima-
ción, por falta de datos para 2012. Eliminarlos no cambia las estimaciones de las variables presentadas en los cuadros 
siguientes. 
12 Disponible en http://www.beta.inegi.org.mx/app/descarga/?ti=6. Vea la nota al pie número 11.Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 13
en los municipios; más allá de una medida económica, esa diversidad refleja las opciones de nu-
trientes que los hogares pueden comprar. Para finalizar, se incluye un indicador a nivel municipal 
sobre la proporción de hogares en el municipio que reportaron tener al menos un adulto en el 
hogar que dejó de desayunar, comer o cenar, como indicador general de la situación alimentaria 
y socioeconómica en el municipio.
5. reSuLtAdoS
En la sección 5.1 se presenta una primera exploración descriptiva a nivel de hogares de la 
relación entre las dos representaciones de la malnutrición, mientras que la sección 5.2 
presenta los modelos explicativos, primero considerando la inseguridad alimentaria como 
variable exógena en la explicación del sobrepeso y obesidad, y luego con base en el modelo 
integrado descrito en la sección 4. La sección 5.3 presenta un resumen de estimaciones de los 
modelos integrados en varias submuestras.
5.1 Análisis descriptivo de la relación entre la inseguridad alimentaria 
y el sobrepeso
El cuadro 1-4 muestra el índice de masa corporal del adulto seleccionado para la medición 
de peso y talla en cada hogar, y lo contrasta con la seguridad alimentaria que se reporta en el 
mismo hogar medida por la escala ELCSA. En la última columna, se observa que 30 por ciento 
de los hogares tienen seguridad alimentaria, y 42 por ciento de la población de 20 años y más 
mantiene una inseguridad leve. El 28 por ciento restante corresponde a hogares con inseguridad 
alimentaria moderada o severa.
Cuadro 1-4 Seguridad alimentaria versus el índice de masa corporal
Escala ELCSA
Índice de masa corporal
TotalBajo peso Peso normal Sobrepeso Obesidad
Seguridad 229,984
1.15%
29.43%
5,399,508
27.06%
29.30%
8,031,075
40.25%
30.70%
6,292,492
31.54%
28.79%
19,953,058
100.00%
29.68%
Inseguridad leve 278,273
0.98%
35.61%
7,551,870
26.55%
40.98%
11,242,924
39.52%
42.98%
9,374,765
32.95%
42.90%
28,447,831
100.00%
42.32%
Inseguridad 
moderada
160,650
1.35%
20.56%
3,328,128
27.93%
18.06%
4,471,446
37.53%
17.09%
3,953,751
33.19%
18.09%
11,913,975
100.00%
17.72%
Inseguridad 
severa
112,431
1.63%
14.39%
2,150,411
31.12%
11.67%
2,413,693
34.93%
9.23%
2,232,616
32.31%
10.22%
6,909,151
100.00%
10.28%
Total 781,338
1.16%
100.00%
18,429,916
27.42%
100.00%
26,159,138
38.91%
100.00%
21,853,624
32.51%
100.00%
67,224,015
100.00%
100.00%
Fuente: Cálculos de los autores con base en la ENSANUT 2012.
Se observa que, en general, entre los adultos de 20 años o más se reporta bajo peso muy 
esporádicamente, pero el porcentaje es ligeramente mayor entre los adultos de hogares con 
inseguridad moderada o severa. Por otro lado, el porcentaje con un peso normal es un poco ma-
yor entre los que reportan más inseguridad alimentaria. Al otro lado del espectro se observa 
que, en toda la población, la obesidad es mucho más común que un peso bajo o normal, sin una Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México14
tendencia clara en relación con la seguridad alimentaria. Sin embargo, para la categoría de so-
brepeso, se observa que esa condición es menos frecuente cuando aumenta la inseguridad. De 
igual manera se observa que un peso normal es más frecuente en niveles de mayor inseguridad.
Esto deja claro que, en estrictos términos generales, el reporte de inseguridad alimentaria de 
los hogares —es decir, los riesgos de sufrir problemas con la calidad y cantidad de alimentos hasta 
llegar al hambre— no se refleja directamente en el número de adultos con peso bajo o normal en 
dichos hogares, aunque hay una tendencia en esa dirección.
5.2 Modelos explicativos
Inseguridad alimentaria como factor exógeno
El cuadro 1-5 presenta los resultados de un modelo que explica el sobrepeso considerando la 
inseguridad alimentaria como una variable exógena (ecuación 2). Entre los hombres, un nivel 
de inseguridad más alto parece reducir la probabilidad de sobrepeso u obesidad (la relación 
esperada) (cuadro 1-5, panel A). En contraste, entre las mujeres se encontró que a mayor 
inseguridad, el sobrepeso y la obesidad tienden a aumentar (cuadro 1-5, panel B). Aunque se ha 
encontrado esta relación en la literatura tanto en Estados Unidos como en México, se trata de 
una relación contraintuitiva.
Se observa que los modelos que únicamente incluyen inseguridad (cuadro 1-5, columna 1) 
no tienen valor explicativo relevante: las R cuadradas son menores de 0.4 por ciento. Incluir las 
variables sociodemográficas aumenta la R cuadrada hasta alrededor de 4 por ciento (columna 2). 
Si se controlan variables intermediarias adicionales, la relación entre sobrepeso/obesidad y 
la inseguridad alimentaria no cambia sustancialmente. La mayor diferencia para los hombres es 
que la relación negativa (esto es, más inseguridad, menos sobrepeso) es menor, aunque mantie-
ne su significancia (cuadro 1-5, columnas 2 a 4). La relación positiva en el caso de las mujeres se 
mantiene para la inseguridad leve y moderada —estos niveles de inseguridad alimentaria parecen 
incrementar la probabilidad de sobrepeso—, pero la inseguridad severa no aumenta de manera 
significativa esa probabilidad cuando se incluyen los indicadores económicos regionales y sobre 
los hogares. Además, comparar las R cuadradas de las columnas 4 y 5 (cuadro 1-5) sugiere —al 
igual que la primera columna— que las otras variables dominan la explicación del sobrepeso.
Como se explicó anteriormente, es muy probable que haya variables intermediarias que con-
tribuyan directamente no solamente a los niveles individuales de sobrepeso, sino también a la 
seguridad alimentaria observada en los hogares. Con base en los resultados del cuadro 1-5 
(p. 15), no es posible concluir que, en el caso de los hombres, la falta de seguridad alimentaria 
cause una reducción en el riesgo de sobrepeso, ni tampoco que, en el caso de las mujeres, la 
existencia de inseguridad alimentaria en el hogar cause un aumento del riesgo de sufrir sobrepe-
so. Es necesario estimar modelos que consideren la inseguridad alimentaria como un factor en-
dógeno en la explicación de la probabilidad de reportar sobrepeso.
Inseguridad alimentaria como factor endógeno
Con la intención de entender mejor la interacción simultánea entre el nivel de inseguridad 
alimentaria de un hogar y la existencia de sobrepeso u obesidad en el miembro seleccionado de 
ese hogar, se estimó un modelo integrado que incluye las dos ecuaciones (1) y (2) presentadas 
en la sección 4. El cuadro 1-6 presenta los resultados, considerando la información del 
autodenominadojefe del hogar (JH) (columnas 1 a 3) y la de la principal fuente de ingreso (columnas 
4 a 6) para explicar la inseguridad alimentaria a nivel del hogar (columnas 1 y 4, respectivamente). 
Ésta se estima en conjunto con el nivel de sobrepeso para la persona seleccionada dentro del Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 15
Cuadro 1-5 Sobrepeso/obesidad, con diferentes conjuntos de variables explicativasa
(1) (2) (3) (4) (5)
VARIABLES
Panel A. HOMBRES
Hogar: Escala ELCSA: 
Inseguridad leve
20.114***
(0.032)
20.092***
(0.033)
20.086** 
(0.038)
20.084**
(0.038)
Hogar: Escala ELCSA: 
Inseguridad moderada
20.184***
(0.044)
20.133***
(0.047)
20.050
(0.051)
20.052
(0.051)
Hogar: Escala ELCSA: 
Inseguridad severa
20.307***
(0.049)
20.237***
(0.052)
20.146**
(0.058)
20.164***
(0.058)
Observaciones 15,719 15,719 12,658 12,658 12,804
Pseudo R-sq 0.00311 0.0386 0.0473 0.0507 0.0494
Wald Chi sq 46.05 590.2 603.3 679 687.3
Df 3 22 48 58 55
Panel B. MUJERES
Hogar: Escala ELCSA: 
Inseguridad leve
0.155***
(0.031)
0.110***
(0.032)
0.107***
(0.035)
0.106***
(0.035)
Hogar: Escala ELCSA: 
Inseguridad moderada
0.157***
(0.037)
0.107***
(0.039)
0.139***
(0.043)
0.135***
(0.043)
Hogar: Escala ELCSA: 
Inseguridad severa
0.131***
(0.044)
0.044
(0.046)
0.078
(0.050)
0.063
(0.050)
Número de observaciones 21,424 21,424 18,537 18,537 18,732
Pseudo R-sq 0.00171 0.0444 0.0451 0.0468 0.0465
Wald Chi sq 29.23 796.9 750.6 801.5 797.4
Df 3 22 48 58 55
Variables sociodemográ-
ficas 
no sí sí sí sí
Variables socioeconómicas, 
salud y comportamiento
no no sí sí sí
Variables económicas 
regionales
no no no sí sí
Nota: Robust standard errors aparecen entre paréntesis. *** p < 0.01, ** p < 0.05, * p < 0.10
a Probit ordenado, adultos de 20 años y más, datos ponderados. Seguridad alimentaria considerada como exógena. La varia-
ble dependiente se mide en una escala de 4 niveles ordenados de bajo peso (1) a obesidad (4) (cuadro 1-3). Las estimaciones 
de los otros parámetros están disponibles a petición. 
Fuente: Cálculos de los autores con base en la ENSANUT 2012.
Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Economía de la salud en México16
hogar, permitiendo factores explicativos distintos en el caso de los hombres (columnas 2 y 5) y 
las mujeres (columnas 3 y 6) de las diferencias señaladas anteriormente.
En el caso de los hombres, con ambas fuentes de datos sobre el hogar, se mantiene o fortale-
ce el efecto encontrado anteriormente de que a mayor inseguridad alimentaria, menor es la pro-
babilidad de tener sobrepeso; considerando la inseguridad alimentaria como factor endógeno, 
resulta más claro que el efecto negativo es más fuerte en niveles más altos de inseguridad ali-
mentaria. Por otra parte, en el caso de las mujeres, es importante qué tipo de información sobre 
el hogar se utiliza. Con la información de la principal fuente de ingreso, se pierde la relevancia 
de la inseguridad alimentaria para explicar la existencia de obesidad. En contraste, con la infor-
mación del jefe del hogar, se mantiene el hecho de que un nivel de inseguridad alimentaria leve 
o moderada incrementa la probabilidad de que una mujer adulta en ese hogar tenga sobrepeso, 
igual a lo reportado considerando la inseguridad como exógena y utilizando todas las variables 
(cuadro 1-5, columna 4).
El cuadro 1-7 (panel A) demuestra que en un modelo integrado que considere las variables 
sociodemográficas, pero excluyendo las económicas, la inseguridad alimentaria es fuertemen-
te significativa en la explicación del sobrepeso para las mujeres, mucho más que en el modelo 
completo presentado en el cuadro 1-6. Se nota un cambio similar a lo observado en el cuadro 
1-5 (panel B) al momento de incluir más variables explicativas: la inseguridad alimentaria con-
tribuye menos a la explicación del sobrepeso. En el caso de los hombres, incluir las variables so-
cioeconómicas (cuadro 1-6) recupera el efecto fuertemente negativo que no se encuentra en el 
cuadro 1-7 (panel A) usando datos del jefe del hogar. Esto deja claro que, para ambos géneros, la 
interacción de la inseguridad alimentaria con la situación socioeconómica individual y regional 
es importante para determinar los efectos en el sobrepeso, y particularmente que, al momento 
de incluirlas, los efectos de inseguridad alimentaria en el sobrepeso se mueven hacia el efecto 
esperado.
Entonces, lo que se mantiene es la importante diferencia entre hombres y mujeres. En el caso 
de los varones, se cumple la hipótesis que sostiene que a mayor inseguridad alimentaria, hay me-
nor probabilidad de desarrollar sobrepeso. En cuanto a las mujeres, el resultado contraintuitivo 
encontrado anteriormente —es decir, que más inseguridad se traduce en una probabilidad más 
alta de desarrollar sobrepeso— resulta menos claro o ausente al considerar la inseguridad ali-
mentaria y el sobrepeso de manera simultánea. Además, la inclusión de variables socioeconómi-
cas modifica la relación entre obesidad e inseguridad alimentaria; no se deben ignorar los efectos 
directos e indirectos de la situación económica cuando se pretende entender la relación entre 
inseguridad alimentaria y obesidad.
Factores relevantes para la inseguridad alimentaria
En relación con otras variables, se encontró que en las ecuaciones de inseguridad alimentaria 
existe un gran número de variables significativas (cuadro 1-6, columnas 1 y 4). Se descubrió 
que el género de la persona que encabeza el hogar nunca es relevante para explicar el riesgo 
de inseguridad alimentaria en el modelo integrado. La edad tiene un efecto parabólico en la 
estimación con base en la información del autodenominado jefe del hogar; la máxima inseguridad 
se presenta a la edad de 55 años. Con la información de la principal fuente de ingreso, la edad 
no ayuda a explicar la inseguridad alimentaria en el hogar. A la par, la composición del hogar es 
de gran importancia para la inseguridad alimentaria. Hogares más grandes son más propensos a 
mostrar inseguridad alimentaria; además, una fracción mayor de niños en edad escolar aumenta 
ese riesgo, mientras que los hogares con niños en edad preescolar o con adultos mayores corren 
un riesgo menor. En cuanto al estado civil, los divorciados y solteros corren mayor riesgo.Pr
op
ied
ad
 d
e 
Pe
ar
so
n 
Ed
uc
ac
ión
Capítulo 1 | La doble carga de la malnutrición: La inseguridad alimentaria y el sobrepeso en México 17
Hay indicios muy claros y muy fuertes de que un nivel más alto de educación protege contra 
la inseguridad alimentaria: hogares con un jefe o principal fuente de ingreso con un alto nivel de 
educación tienen menor riesgo de sufrir inseguridad alimentaria (debe recordarse que “secunda-
ria terminada” es la categoría omitida). Hablar una lengua indígena reduce los riesgos de reportar 
inseguridad alimentaria. Aunque en muchas situaciones es un indicador de rezagos socioeconó-
micos, en el análisis hay muchos factores que captan la situación socioeconómica, y el efecto en-
contrado podría relacionarse con otros factores culturales y tradiciones. El mismo razonamiento 
podría explicar por qué la inseguridad alimentaria es más alta en zonas urbanas y metropolitanas. 
En zonas rurales hay mejor acceso a alimentos producidos localmente, en particular los de la ca-
nasta básica, y aunque no siempre brindan la diversidad necesaria para una dieta saludable, 
la cantidad de productos frescos ayuda a evitar la inseguridad alimentaria. Además, es probable 
que los alimentos sean más baratos, debido a que los costos de transporte y de mano de obra son 
más bajos, por lo que el consumidor rural se ve beneficiado en comparación con los habitantes 
de zonas urbanas o metropolitanas.
Por lo que respecta a los factores socioeconómicos, estar desempleado o no participar en 
el mercado laboral aumenta la inseguridad alimentaria en los modelos con jefes autodefini-