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1 Liderazgo y productividad: de la gerencia tradicional, al liderazgo como rasgo de impacto productivo Valentina Osma Salazar1, Juan esteban Londoño Agudelo2 1Programa de Especialización en Alta Gerencia Cohorte 70, Universidad Libre, Sede Belmonte, Pereira, Colombia Correo electrónico: valentina-osmas@unilibre.edu.co 2Programa de Especialización en Alta Gerencia Cohorte 70, Universidad Libre, Sede Belmonte, Pereira, Colombia Correo electrónico: juane-londonoa@ unilibre.edu.co Resumen — Este artículo tiene como objetivo describir el perfil de los lideres gerenciales en el impacto de sus decisiones para el correcto funcionamiento de las organizaciones en términos de productividad. Para su desarrollo, escuchamos diferentes lideres que han construido su propia teoría sobre la manera correcta de gerenciar una pequeña, mediana y gran empresa, dado que las prácticas gerenciales tradicionales de alguna manera no han tenido en cuenta factores de valor que también se involucran en el funcionamiento de cualquier proceso interno que vive la organización. Desde la experiencia como trabajadores y como jefes ellos, han identificado características que marcan la diferencia al momento de crear equipos de trabajo desde el agradecimiento, empoderamiento y sentido de pertenencia de cada trabajador, sensaciones que se generan desde la creación de valor como personas muy importantes en el proceso productivo o de servicio que llevan a cabo para su empresa. Como lo describen ellos, un trabajador feliz es directamente proporcional a mejores y mayores resultados. En resumen, estos lideres han definido los rasgos de un liderazgo positivo como una práctica que centra sus esfuerzos en la colaboración y el ejemplo. Si bien la gestión y administración son necesarias para lograr las 2 metas organizacionales, el liderazgo ha marcado tendencia en las formas de gerenciar y este articulo estudia el cambio de la gerencia tradicional al liderazgo como un rasgo de impacto productivo. Palabras clave— Gerencia tradicional, Liderazgo, Productividad Leadership and productivity: from traditional management to leadership as a trait of productive impact Abstract — This article aims to describe the profile of managerial leaders in the impact of their decisions for the proper functioning of organizations in terms of productivity. For its development, we listened to different leaders who have built their own theory on the correct way to manage a small, medium and large company since traditional management practices have somehow not taken into account value factors that are also involved in the operation of any internal process that the organization lives, from the experience as workers and as bosses they have identified characteristics that make a difference when creating work teams from the gratitude, empowerment and sense of belonging of each worker, sensations that are generated from the value creation as very important people in the production or service process carried out by their company and where workers are born and as they describe it, a happy worker is directly proportional to better and greater results. In summary, these leaders have defined the traits of positive leadership as a practice that focuses its efforts on collaboration and example. Although management and administration are necessary to achieve organizational goals, leadership has set a trend in the ways of managing and this article studies the change from traditional management to leadership as a feature of productive impact. Keywords— (Traditional management, leadership, productivity 3 1. Introducción El presente artículo de reflexión tiene como propósito identificar aquellas nociones que caracterizan o diferencian el desarrollo de una gerencia tradicional a aquella que esté presidida por liderazgos actuales apoyados en los avances tecnológicos, lo cual podría permitir un impacto productivo a mayor escala en modelos de organización empresarial. Las formas de dirigir las organizaciones han venido evolucionando de acuerdo a los cambios significativos generados por situaciones externas y fuera del alcance de las empresas: por ejemplo, a nivel mundial se vivió una pandemia que afectó de una u otra manera a todas las personas, y fue en ese momento donde los jefes se vieron en la obligación de replantear las formas de dirigir y así mismo de ejecutar su plan de trabajo, los trabajadores en la obligación de adaptarse a grandes cambios y cumplir de la mejor manera con sus deberes, (Mojica, 2019). En ese orden de ideas, los gerentes tienen la tarea de mantener el orden y garantizar que los empleados cumplan con las políticas y los procedimientos establecidos, impartiendo un modelo de jerarquía, control y autoridad. Sin embargo, han sido los momentos de crisis en los que el ser humano como participe de las organizaciones debe buscar alternativas y hasta mejoras para mantener viva la productividad de la organización, (Miranda, 2004). Teniendo en cuenta las ideas de Miranda (2004), el liderazgo por su lado se relaciona en cómo los integrantes de una organización identifican al líder dentro de su equipo de trabajo y confían en cada uno de sus pasos y decisiones en busca del bienestar común. Para ese escenario, los líderes priorizan la construcción de relaciones y la motivación de sus equipos, involucran a los empleados a participar en la toma de decisiones y los ven como socios en el éxito y consecución de metas organizacionales. 4 Es importante resaltar que un líder no solo se debe enfocar en los resultados de sus colaboradores, sino también en el bienestar de estos, ya que los resultados son producto de un conjunto de emociones y acciones del trabajador que conllevan a un óptimo rendimiento. Es relevante también describir inicialmente algunos factores históricos y teóricos que reconocen los aportes tradicionales en una estructura de empresa, sus fortalecimientos y las aplicaciones de sus estrategias corporativas en los procesos de operación con proyección que busca cautivar determinados clientes. Para proceder a este planteamiento, se tomarán en cuenta las posiciones de algunos investigadores que con sus estudios han logrado dar resultados y explicaciones respecto a sus observaciones, por ejemplo, Chiavenato (2002) en los desafíos de la administración, cuya propuesta se centra en el advenimiento de fenómenos sociales que retan a las administraciones, por lo tanto, sugiere no solo preparación, sino también la posibilidad de adelantarse a circunstancias e imprevistos. De igual manera, pensar en hombres y mujeres que asuman tareas desde la organización es involucrarse directamente con ellos, con sus cualidades y sus afectos. Goleman (1998) considera que la investigación no solo debe determinarse por las formas o mecanismos que guían las instituciones, sino por aquellos líderes con evidente manejo en el tacto empresarial. El autor genera una propuesta de estudio para conocer el concepto de inteligencia emocional a partir de algunas funciones del cerebro, de allí nace el interés por aquellas acciones que dependen en cierta forma del autocontrol, así como el empleo de una comunicación asertiva que exprese relaciones acordes con el entorno, (Goleman, 1998). Por esta misma línea, se orienta Torres (2011), aunque sus reflexiones producen contrastes, ya que, para él, liderazgo y dirección 5 son dos espacios de debate distintos, pero necesarios para elaborar una imagen institucional soportada en la credibilidad y el liderazgo. Estos aportes son pertinentes porque asumen desafíos contemporáneos y explican con novedad, la manera de sortear realidades repentinas, cambios, transformaciones, dificultades que se muestran insuperables; no solo con un enfoque experimental hacia el desarrollo de lossistemas organizacionales, también apelando al recurso con mayor valor: el capital humano. Los líderes son conscientes de los cambios que no solo surgen al interior de sus empresas, también están pendientes de oportunidades frente a situaciones externas, toman conciencia de ella y construyen ideas colectivas para enfrentarlas y lograrles un amplio provecho. Debe indicarse, además, que ponderar una reflexión académica alrededor de estas teorías no solo permite un nivel de argumentación válido, sino que habilita otras líneas de investigación para interesados en indagar sobre liderazgos y productividades desde una óptica organizacional, lo cual ayuda a que próximos estudiantes de la especialidad de Alta Gerencia de la Universidad Libre seccional Pereira encuentren apoyo bibliográfico con el ánimo de favorecer sus exploraciones con herramientas a la mano para el mejoramiento estudiantil. Por último, las sociedades del conocimiento han permitido orientar a las empresas de hoy un entendimiento cultural sustancial para vivir entre ellas y disponer también de sus maneras de ver la vida; entonces, los estudiantes comprenderán que cuando cambian las sociedades, también cambian de perspectiva los liderazgos productivos que busquen impactar con creatividad los espacios de desarrollo (Chiavenato, 2002). 6 2. Reflexión 2.1. Liderazgo y percepción En las organizaciones los gerentes deben alcanzar metas y cumplir plazos, garantizar que las operaciones funcionen sin problema y de manera eficiente. Así mismo, deben hacerlo quienes cumplen la función de líder, pero además priorizan la construcción de sanas y buenas relaciones y motivan a sus equipos, crean ambientes de trabajo agradables y le dan gran importancia al compromiso que tienen con sus empleados. Los líderes en una empresa fomentan la innovación y la creatividad, permiten que los empleados exploraren nuevas ideas y participen en la solución de problemas. Este escenario resume la verdadera razón, y justifica la importancia de contar con una administración profesional y capacitada para tener personas a su cargo, el cambio hacia el liderazgo es necesario y cada vez más fuerte dentro de las organizaciones, ya que permite que los empleados se sientan valorados y esto conduce a la buena relación con la empresa, es la posibilidad de alcanzar todos los objetivos organizacionales porque los empleados están más comprometidos con su trabajo y motivados. El liderazgo es sinónimo de mayor compromiso, innovación y productividad general de los empleados, y entiende que el éxito de una organización depende de las personas que trabajan allí. Esta práctica da origen a una ventaja competitiva para la organización positiva que a largo plazo se traduce en una mayor productividad y rentabilidad. De acuerdo con Chiavenato (2002), el liderazgo puede definirse como aquella perspectiva que intenta anteponerse a situaciones de riesgo y que busca asumir un control no solo sobre factores internos correspondientes a su sistema, sino también a elementos externos que 7 intervienen en las formas de visualización y producción. Para el autor, liderar no necesariamente congenia con el concepto de administración; liderar y administrar, aunque denotan en apariencia ir de la mano, no siempre sus funciones están relacionadas, eso depende de quien caracteriza los modelos. El líder, por su parte, puede actuar en grupos formales e informales y no siempre es un administrador. El administrador se puede apoyar por completo en la autoridad de su cargo o adoptar un estilo de comportamiento más participativo que implique decisión conjunta con el subordinado, (Chiavenato, 2002, p. 558). No obstante, el administrador debería ser también un líder que no solo coordine periodos o proyecte ventajas en contextos determinados, sino que unifique las bases de su competitividad y arroje resultados grupales mediante una interacción adecuada y exitosa; en otras palabras para Chiavenato (2002), el líder estimula fuerzas internas y externas para reunirlas hacia el cumplimiento de sus propias metas; planea, discute, interioriza y además, escucha a terceros para promover ideales o detectar amenazas repentinas. Podría pensarse que esta proyección explicada en un administrador que ejecute liderazgos es similar al concepto de valor (Porter, 1985) en que se considera que un producto o servicio establece criterios que van más allá de un costo estimado, el valor concierne a una posición competitiva en el cual se expresa un acuerdo entre quien vende y quien compra, ya que para ambos hay características de utilidad en el intercambio comercial. Porter (1985) añade el concepto de valor adjunto cuyo interés más elevado permite una satisfacción general entre las partes, permitiendo incluso una recordación de marca; el valor adjunto puede interpretarse como elementos adicionales que identifican las bondades de un producto y que lo destacan por encima de la competencia. Arellano (2017) expresa que la ventaja 8 competitiva no solo equivale a estas bondades, también puede evidenciarse en la calidad del servicio. “La esencia de las organizaciones de servicios es la opinión que de ellos tengan los clientes y estos solo tendrán una opinión favorable hacia la empresa si satisface todas sus necesidades”. (Arellano, 2017, p. 75). Esa esencia que promueven las organizaciones para posicionarse mediante la calidad de un servicio es la que debe constatar la capacidad del liderazgo (Chiavenato, 2002). El líder y administrador de la compañía tiende a que su sistema sea lo suficientemente compacto para entender las necesidades de sus clientes, sus apreciaciones respecto a tal artículo, sus desavenencias, sus gustos y también percepciones, todo ello, formará parte para la orientación de sus estrategias. Asimismo, Barahona et al, (2011) repasan el concepto de liderazgo a partir de su desarrollo en la historia, logrando una perspectiva natural e intrínseca en el hombre, es decir, liderar es inherente a sus fuentes de progreso: desde las organizaciones más primitivas hasta la creación de redes para fortalecer las comunicaciones a distancia. Sin embargo, argumentan que hoy por hoy, las transformaciones sociales son repentinas, los fenómenos en ocasiones son difíciles de percibir, por lo cual, las empresas requieren asumir un papel muy activo en los cambios de orden. Cuando se piensa en cambios de orden es preciso mencionar probables conflictos internacionales que promueven dramas sociales, crisis económicas y desabastecimientos; así como incertidumbres que repercuten en especulaciones; tampoco se deja por fuera del análisis, la llegada de epidemias y pandemias que reorganizan los sistemas: a algunos los afianza, a otros los saca de la competencia del mercado. 9 Stogdill (1974) citado por Barahona et al (2011) examinó los resultados de algunas investigaciones alrededor del papel que cumplían los líderes en la actualidad, midiendo su comportamiento, capacidad gerencial, así como los temores y las confianzas que puedan lograr en sí mismos; sus reflexiones indicaron que la fortaleza mental de sus líderes dependía también de la misma fortaleza de sus entornos, el entorno administrativo termina correspondiendo a la misma fortaleza creativa de su expositor y orientador. 2.2. Liderazgos e inteligencias sociales La inteligencia social se caracteriza por generar puntos de contacto y entendimiento con realidades diversas. En esas realidades diversas suelen aparecer actores sociales que demandan permanentes interacciones, diálogos, costumbres, metas o propósitos, cada actor social posee una información que puede distinguirlo del resto de la población, (Goleman & Boyatzis, 2008). Un líder gerencia estas relaciones a partir del uso de su inteligencia dinámica, es decir, tiene probabilidadesde situarse en contextos que incluso le son ajenos y que pueden serle desconocidos, entonces, se explica que la empatía es fundamental para construir organizaciones avanzadas, organizaciones modernas que más allá de unos resultados económicos, se consoliden bajo políticas sociales y culturales. “La idea de que el liderazgo eficaz se trata de tener circuitos sociales poderosos en el cerebro, nos ha impulsado a extender nuestro concepto de la inteligencia emocional, el cual habíamos fundamentado en las teorías de la psicología individual” (Goleman & Boyatzis, 2008, p. 3). Por consiguiente, podría indicarse que la inteligencia social es producto de la inteligencia emocional, ya que, de alguna manera, el estado mental del individuo es importante para cumplir 10 con acciones que vayan en pro del reconocimiento social y del bienestar de las organizaciones, (Schvarstein, 2002). Según Schvarstein (2002) una empresa gerenciada a través de estos liderazgos es una organización que identifica necesidades y apunta al dominio de estrategias para suplirlas mediante la creatividad, se explica que la inteligencia social es más cooperativa y entra en juego para reconocer a los demás, no solo como parte de un negocio, sino como seres humanos que habitan comunidades y dependen de sus culturas para aportar otros significados. “A nivel social, en sentido amplio, aparece la problemática de la exclusión, poniendo de manifiesto la existencia de sectores de población cada vez más grandes que no tienen acceso al empleo, a la educación, a la salud, a la justicia y a la cultura”. (Schvarstein, 2003, p. 3), y es que la inteligencia social se avecina como una de las áreas de conocimiento más estudiadas, no solo para determinar el nivel de acercamiento que pueda lograr una empresa con sus interlocutores, sino también incluso desde las escuelas, (Villavicencio & Bocanegra, 2022). Si por ejemplo los estudiantes de básica secundaria interiorizan la inteligencia social, es posible que los indicadores de violencia vayan a la baja, ya que permitiría contrarrestar el saboteo o bullying como se conoce, y de esta manera formar personas con criterios diferentes, personas capaces de afrontar situaciones, y tomar decisiones que de alguna manera garanticen formas de trabajar y gerenciar o liderar diferentes. 2.1.1. Inteligencia emocional y objetivos de la organización La inteligencia emocional desempeña un papel fundamental para lograr el éxito en una organización, ya que puede entenderse a partir de un control o conocimiento de sí mismo para luego ejercer un dominio en los componentes externos. Para Fuentes y Hernández (2015) pensar 11 la inteligencia emocional es abarcar un sinfín de posibilidades para interpretar las actitudes y comportamientos de terceros ligados a las actividades en común. Pero no solo se podría hablar de una conciencia sobre las dinámicas del entorno, también hay control permanente en el discurso propio que se ejerce, control sobre aquello que se dice, cómo dice y en dónde se dice. Carmeli et al (2003) citados por Fuentes y Hernández (2015) consideran que su valor no radica tanto en asumir comportamientos adecuados que estabilicen armonías en los sistemas, sino en la satisfacción personal de obrar a través de perspectivas generales, esto quiere decir, que es posible situarse en el otro para comprender cuál es su percepción acerca de las realidades. Un líder visionario canaliza los esfuerzos de cada integrante de la empresa para llevarlos hacia el cumplimiento de una meta, pero no solo asume esta responsabilidad de guianza, también motiva, estimula, expresa con carácter sus decisiones y aboga por escuchar opiniones así sean divergentes, (Becerra & Sánchez, 2011). Las empresas pasan por etapas difíciles que definen en cierta manera sus operaciones, entonces, requiere centrar su atención en sus procesos para acompañar a su capital humano, el cual es susceptible desde la parte emocional frente a acontecimientos sociales repentinos o personales. Contreras (2012) cree que la solidez de una organización tiene que ver con el empoderamiento de su talento humano, en otras palabras, se enfoca en su mejoramiento, en el engranaje de sus políticas y el sentido de pertenencia hacia la organización. En la medida en que las organizaciones traten de fomentar algunos de los aspectos señalados, los trabajadores desarrollarán también actitudes y aptitudes acordes con las nuevas demandas, esto implica el desarrollo de un sentido de compromiso y lealtad a la organización que a la larga se manifestará 12 como permanencia de aquellos que no solo aportan su talento, sino que apoyan el desarrollo de los demás empleados. (p. 19) El autor mencionado explica que hay una diferencia sutil entre el trabajador profesional y el trabajador con talento. Se comprende que el trabajador profesional está adaptado a unas funciones determinadas en su lugar de trabajo y permanece allí en su estado de operatividad. Pero el trabajador con talento es un profesional que dimensiona más allá de su espacio físico laboral, posee una visión más aguda para conocer el dispositivo funcional de la empresa en los diferentes departamentos que la componen, es inteligente desde su concepción emocional, percibe los cambios con naturalidad y los interioriza, actúa pensando en que forma parte de una red transformacional y con base en esta información distribuye estrategias con claridad para el beneficio de todos (Lozano, 2007). Siguiendo este orden de ideas, el profesional con talento es consciente de que hay unos objetivos trazados por parte de su empresa, entonces, no solo ayuda para que se logren, sino que también estima las capacidades suficientes para trabajar en equipo, eso lo hace empático con el ambiente laboral. Kaplan y Norton (2002) expresan que existe un principio de cooperatividad al interior de una institución, ese principio de cooperatividad está supeditado al conocimiento de estrategia que posee el capital humano, basa esta idea en un deseo constante por evaluar los métodos y mecanismos, “las organizaciones enfocadas en estrategia deben evaluar constantemente si su estrategia funciona o no en las condiciones de mercado presente”, (Kaplan & Norton, 2002, p. 3), por lo tanto, sugieren que un líder asertivo no debe evidenciar temores para evaluar con acierto las orientaciones de su organización, lo cual significa un proceso más en el desarrollo 13 organizacional. Una empresa que no evalúe sus procesos es una empresa que puede desactualizarse y no adaptarse a los contextos más exigentes (Kaplan & Norton, 2002). 2.1.2 Operatividad de la organización con relación a las dinámicas de liderazgo entre directivos y empleados Los empleados de una organización dependen para su operatividad de una relación cercana o distante con sus jefes inmediatos o directivos; esto configura un estado mental y de acción que repercute en las dinámicas internas de la empresa. Es posible interpretar, de acuerdo con García (2009) citado por Pilligua y Arteaga (2019) que, para medir la influencia de la operatividad en las relaciones de liderazgo, primero debe haber un conocimiento de aquello que significa clima laboral, entonces, lo definen de la siguiente manera: El clima laboral se compone de un gran número de factores, tanto físicos como emocionales, que inciden en el comportamiento y desempeño de los integrantes del equipo de trabajo. El clima organizacional determina la forma en que individuo percibe su trabajo, su desempeño, productividad y satisfacción, contemplando el medio ambiente humano y físico en el que se desarrolla el trabajo cotidiano, influyendo así en la satisfacción personal y por lo tanto en la productividad (Pilligua & Arteaga, 2019, p. 3). Según los autores mencionados, el clima laboral está estrechamente relacionadotambién a una comunicación clara, sin ambigüedades, directa y con pocos intermediarios; los diferentes departamentos deben sostener una comunicación para el entendimiento de las funciones; cuando existen problemas para comunicar existen riesgos para cumplir los objetivos, podría haber amenazas que desestabilicen el ambiente generado en el entorno y se pierde el foco de los objetivos de la empresa. 14 Es por ello, que las organizaciones requieren esfuerzos desde su dirección y operatividad para que sean efectivos los lineamientos comunicativos. Brandolini et al (2009) expresan que comunicar es una actividad no solo común para la organización, sino indispensable, ya que define al capital humano en todos sus sentidos. “Los procesos comunicaciones son los que sostienen a las organizaciones como una red intrincada de relaciones, donde intervienen diferentes actores”. (p.11) Al respecto, no solo la comunicación define en esencia el clima labora de la empresa, las dinámicas de liderazgo también pueden establecer que la integración entre trabajadores y directivos representa un factor de reconocimiento, es decir, la empresa debe habilitar espacios de recreación, compartimiento, desarrollo de talleres y atención psicológica. Según Brandolini et al (2009) se entiende que el sistema organizativo, en su naturaleza, son todos aquellos que lo componen, por lo cual, el reconocimiento entre las partes ayuda a nutrir las funciones desde las instalaciones de cada departamento con sus políticas definidas. Montoya et al (2008) se muestra de acuerdo con los planteamientos de los autores anteriores, pero añade que la integración y el reconocimiento puede elevar los niveles de competitividad en el mercado. Es probable que exista un mayor sentido de pertenencia cuando los miembros de un equipo se identifican con su misión y visión, y cuando generan amistades espontáneas que constaten una sola visión dentro de la institucionalidad. Un ejemplo de motivación y trabajo en equipo puede estar en el deporte, cuando la organización facilita encuentros deportivos entre trabajadores y sus familias, se genera una fuerte inclusión, hay una armonía permanente, se solidifica la comunicación, hay un entendimiento recíproco entre cada persona facilitando de esta manera las tareas laborales establecidas por la 15 compañía. Abadía et al. (2016) estudia el deporte como generación de liderazgo al interior de las empresas, esto indica: Eventos como los deportivos que conjugan los valores de la práctica deportiva individual y del espíritu colectivo y que permiten explicar una nueva concepción de empresa que busca una relación distinta tanto con su personal como con las acciones que lleva a cabo, se entrevén como una fuente para la obtención de una mayor ventaja competitiva empresarial. (p. 165) Por último, sí es posible evidenciar una influencia operativa de las organizaciones a través de un vínculo estrecho entre quienes lideran y entre quienes asumen tareas diarias para el sostenimiento de la empresa, pero para ello, es preciso saber que todo pasa por la importancia de lograr un clima laboral adecuado, fortalecido en su comunicación y proyectado hacia el conocimiento de las mismas políticas que rige la empresa. (Lozano, 2006). Conclusiones De acuerdo con lo expresado en el artículo, la evolución que han experimentado las empresas respecto a la forma de gerenciar es significativo y positivo para el crecimiento de estas, una evolución enfocada hacia el liderazgo como rasgo de impacto productivo en las organizaciones. El cambio hacia el liderazgo se ha convertido en una necesidad en el entorno empresarial actual, acelerado y en constante cambio. Al priorizar la colaboración y el empoderamiento, los líderes pueden crear un ambiente de trabajo positivo que impulse el éxito organizacional y la consecución de sus metas. 16 El liderazgo es un factor que desde el nacimiento del hombre se ha desarrollado, y ha sido aplicado con el paso del tiempo en diferentes aspectos de la vida y hoy en el siglo XXI se sigue presentando este factor tan fundamental para el desarrollo interpersonal. Visto desde el ámbito empresarial se puede determinar como una herramienta de dirección para las empresas, acompañado de diferentes factores como el trabajo en equipo y un ambiente laboral apto para el cumplimiento de las actividades propuestas en el plan de trabajo y obtención de resultados. Referencias Arellano, H. (2017). La calidad en el servicio como ventaja competitiva. Ciencias económicas y empresariales. http://148.202.167.116:8080/jspui/bitstream/123456789/3194/1/Calidad_servicio.pdf Barahona, H; Cabrera, R y Torres, E. (2011). Los líderes en el siglo XXI. Vol. 7 No 2. Unilibre, Cali. http://www.scielo.org.co/pdf/entra/v7n2/v7n2a06.pdf Becerra, M y Sánchez L. (2011). El liderazgo en las organizaciones inteligentes. Revista digital del centro de investigación y estudios gerenciales. https://grupocieg.org/archivos_revista/1- 4%20(61-71)%20becerra%20sanchez%20rcieg%20mayo%2011_articulo_id29.pdf Brandolini, A; González, M y Hopkins, N. (2009). 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