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LOS_LARARIOS_TESTIMONIOS_DE_RELIGIOSIDAD

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LOS LARARIOS, TESTIMONIOS DE 
RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA
María Pérez Ruiz (Museo Nacional de Antropología)
El culto doméstico romano tiene un labora-
torio privilegiado de estudio en Pompeya, don-
de se han hallado más de cuatrocientos lararios 
en viviendas, una cifra que sigue creciendo, 
pues excavaciones como las que se están llevan-
do a cabo en la actualidad en la Regio V han 
dejado al descubierto nuevas capillas domésti-
cas tan espectaculares como la de la Casa del 
“Giardino Incantato”. Ningún otro yacimiento 
de época romana ofrece un conjunto tan varia-
do y rico de testimonios de religiosidad en ám-
bito doméstico.
En la Casa de Ariadna se han documentado 
cinco de estos lararios, lo que la convierte en 
una de las viviendas de la ciudad con más es-
pacios dedicados al culto, equiparable a otras 
grandes casas como la del Menandro. Cuen-
ta con dos sacraria, uno en el atrio y otro en el 
peristilo septentrional; además, sendos lararios 
pictóricos se ubicaron en la llamada cantina y en 
la cocina, este último hoy perdido, y un quinto 
larario, un nicho, se encuentra en una de las ta-
bernae actualmente abiertas a la Via “della For-
tuna” (fig. 1).
El sacrarium del atrio
Los sacraria eran estancias dedicadas por com-
pleto al culto doméstico dentro de la casa romana. 
En la Casa de Ariadna se han documentado dos, 
uno de ellos en el espacio que originalmente fue 
el ala oeste del atrio (7). Está totalmente abierto al 
patio, con las paredes decoradas con pinturas de 
IV estilo, un pavimento de mosaico bícromo y un 
pseudoedículo en la pared de fondo (fig. 2).
El pseudoedículo no se conserva completo, 
pues ha perdido la decoración y el coronamien-
to. No obstante, lo conservado nos da una idea 
muy aproximada de cómo habría sido original-
mente (fig. 3). Se trata de un templete de gran 
envergadura, que debió de alcanzar los 2,5 m 
altura aproximadamente, con el podio decorado 
con imitación de mármoles, con un gran tondo 
en la cara frontal; en un segundo momento, se 
dotó de un revestimiento de verdaderas lajas de 
mármol que, no obstante, no debió de llegar a 
concluirse antes de la erupción del Vesubio en 
79 d.C. El cuerpo del psudoedículo estaba for-
mado por paredes de obra, rematadas en el fren-
te por columnillas o pilastras no conservadas, 
32 INVESTIGACIONES PLURIDISCIPLINARES EN LA CASA DE ARIADNA DE POMPEYA
Restauración e investigación arqueológica
y contaba con una repisa en el interior para la 
colocación de las imágenes de culto u objetos 
rituales. El coronamiento pudo tener la forma 
de un frontón achatado, típica de este tipo de 
estructuras de culto.
El pavimento del sacrarium está realizado con 
un opus tesellatum blanco y negro, con una decora-
ción de motivos geométricos en la que destacan la 
alfombra del umbral, decorada con un meandro 
que dibuja esvásticas intercaladas con cuadrados, 
y el motivo central, cuadrado con ancho marco 
trenzado y un diseño de figuras geométricas ins-
critas al interior.
La decoración parietal del sacrarium, que se 
conserva especialmente bien en la pared oeste y 
también en la sur, estaba formada por un zóca-
lo de gran altura, revestido en el lado norte con 
placas de mármol no conservadas que fueron 
imitadas en pintura en los lados sur y oeste. La 
zona central de la pared está decorada con una 
arquitectura fingida en una perspectiva que K. 
Schefold considera neroniana y que recuerda a 
la scaena frons de un teatro. En la pared oeste se 
conserva aún un cuadro mitológico en el centro 
del gran edículo que domina la composición, 
con la representación de Apolo y Dafne, ésta ya 
en proceso de metamorfosis en laurel (fig. 4).
En la zona superior de la pared se desarrolla 
de nuevo una arquitectura fingida y estilizada, 
que enmarca diversas figuras. En la pared oeste 
se puede ver un Genius, originalmente flanquea-
do por sendas águilas, hoy prácticamente perdi-
das, y a ambos lados dos musas sedentes, de las 
cuales se reconoce a Talía en el lado derecho (fig. 
5). En la pared sur, la figura masculina central ha 
sido identificada como un poeta, mientras que a 
su izquierda está Érato (fig. 6).
El conjunto de la decoración parietal, con ar-
quitecturas fingidas que recuerdan un teatro, la 
escena mitológica conservada y la presencia de 
musas y un posible poeta suponen una referencia 
constante a Apolo. El Genius, por su parte, pre-
senta una iconografía que no coincide con la del 
Genius paterfamilias de los espacios de culto do-
mésticos, sino con las representaciones del Genius 
Populi Romani o, más bien, del Genius Augusti, 
dada la presencia de águilas flanqueándolo.
La utilización de motivos iconográficos rela-
cionados con Apolo es un recurso ornamental fre-
cuente en la decoración pictórica de IV estilo de 
las casas pompeyanas y que en la de Ariadna se da 
también en un cuadro mitológico con Kyparissos 
en la habitación 17. No obstante, su combinación 
con el Genius Augusti en este espacio y la vincu-
lación del propio Apolo con el culto imperial nos 
lleva a ponerlo en relación con la difusión en ám-
bito doméstico de programas decorativos propios 
de la ideología imperial como un testimonio de 
lealtad, que adquiere especial sentido en las zo-
nas pública de la casa, como el atrio y su entorno. 
Precisamente, la decoración parietal del ala y su 
transformación en sacrarium coincide en el tiem-
po con el proceso de recuperación de la función 
doméstica y representativa del atrio que se estaba 
33LOS LARARIOS, TESTIMONIOS DE RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA
María Pérez Ruiz
llevando a cabo cuando se produjo la erupción 
del Vesubio, tras una larga fase de uso artesanal, 
cuya finalización se fecha a mediados del s. I d.C. 
Cabe preguntarse cómo encajó la construcción 
del pseudoedículo, posterior a la decoración pic-
tórica, en este mensaje ideológico y si el sacrarium 
se dedicó al culto imperial, documentado en otras 
capillas domésticas pompeyanas y de otras zonas 
del Imperio. La falta de imágenes de culto aso-
ciadas al larario dificulta esta interpretación1, que 
sin embargo no debe descartarse y merecerá ser 
estudiada con más detalle en el futuro.
Por lo que respecta a la cronología, no está aún 
completamente resuelta, salvo en el momento de 
su destrucción, en 79 d.C. La pintura, el elemento 
más antiguo del espacio, se data estilísticamente 
en época neroniana, lo que marca como fecha post 
quem el 54 d.C. En el período intermedio se realiza-
ron el pseudoedículo y el pavimento conservado y 
se hicieron cambios en la decoración parietal y re-
paraciones en el pseudoedículo para subsanar da-
ños, causados probablemente por algún terremoto.
El sacrarium del peristilo septentrional
Otro de los espacios dedicados al culto en la 
Casa de Ariadna es el sacrarium (41) ubicado en la 
esquina suroeste del peristilo septentrional (fig. 
7). En su configuración actual cuenta con un largo 
y estrecho pasillo al fondo del cual está el sacra-
1 Como se verá más adelante, se tiene noticia del hallazgo de una figurita en bronce de Minerva en una de las estancias del 
lado oeste del atrio, pero se propone como procedencia más probable la habitación 5.
rium propiamente dicho, cubierto por un arco. No 
obstante, como el sacrarium del atrio, sufrió remo-
delaciones a lo largo de su vida útil que fueron 
variando su aspecto.
El elemento que más distorsiona la imagen 
original es el largo pasillo de acceso, pues, si bien 
el espacio de culto debió de construirse a la vez 
que la pared que lo delimita por el sur, la que lo 
hace por el norte es un añadido posterior –ya des-
pués del terremoto de 62 d.C.-, que creó ese estre-
cho corredor, precedido por una puerta de la que 
se conservan las piedras de apeo.
La configuración original del sacrarium se res-
petó, no obstante estas remodelaciones. Apro-
vechaba un retranqueo del muro de cierre del 
peristilo por el oeste, cubierto por un arco, bajoel cual se realizó un gran nicho rectangular, do-
tado de un pedestal al interior y de una repisa 
sobresaliente al exterior (fig. 8). Las paredes del 
nicho y la superficie de apoyo estaban pintadas 
en blanco, el techo en rojo y el pedestal en ama-
rillo y contaba además con una cenefa de estuco 
que decoraba el techo y el pedestal. En la pared 
de fondo del nicho quedan los restos de varios 
clavos para la sujeción de adornos u objetos ri-
tuales. Además, el nicho debió de estar decorado 
al exterior con un frontón monumental, del que 
sólo se conserva el hueco para el encastre de una 
vigueta de sujeción.
34 INVESTIGACIONES PLURIDISCIPLINARES EN LA CASA DE ARIADNA DE POMPEYA
Restauración e investigación arqueológica
La pared original del sacrarium conserva un 
revestimiento en blanco, que se aprecia especial-
mente bien en el lado sur. Está delimitado, por 
arriba, por una moldura de estuco y, por abajo, 
por un zócalo con decoración de pequeñas mo-
tas rosas y amarillas. En el muro de fondo, sobre 
este zócalo pintado se colocó un arquito de ladri-
llo después de que se construyera la pared lateral 
norte, con un nuevo revestimiento parietal debajo 
-que canceló el zócalo original- formado por una 
moldura de estuco y una decoración pictórica con 
manchas rosas y verdes, a modo de flores “impre-
sionistas”; de ello se conserva sólo un fragmento 
desprendido (fig. 9). Es probable que este arquito 
sirviera para crear un espacio diferenciado en el 
que colocar un pequeño altar portátil o algún otro 
objeto ritual, además de para sujetar la repisa del 
nicho, que debió de perder estabilidad en algún 
terremoto.
Se conserva también todavía el antiguo pa-
vimento del sacrarium original, realizado con 
mortero hidráulico decorado con fragmentos de 
mármoles de colores de diferentes tipos, formas y 
tamaños -seguramente descartes de opera sectilia-, 
colocados aleatoriamente (fig. 10).
La datación de este larario no está exenta de du-
das, como ocurre con el que ya hemos visto en el 
atrio, si bien el hecho de que se respetara en la pro-
funda remodelación de esta zona del peristilo que 
se llevó a cabo tras el terremoto del 62 d.C. e incluso 
se dotara de nuevos elementos, como el arquito de 
ladrillo y una puerta de cierre, demuestran que se 
mantuvo en uso hasta la erupción del Vesubio. La 
fecha de construcción, que por la disposición de 
sus elementos hubo de ser coetánea a la de la pa-
red que lo cierra por el sur, se asocia al conjunto de 
reformas que transformaron el pórtico de ese lado 
del peristilo en habitáculos, relacionadas con la im-
plantación en la zona norte del peristilo de un taller 
de lana en época julioclaudia.
No obstante, cabe plantear la posibilidad de 
que hubiera existido un larario aún más antiguo. 
El gran arco que lo cubre es parte de los muros 
originales del peristilo, fechado tras la conversión 
de Pompeya en colonia en 80 a.C., pero carece de 
función estructural. Pudo servir, por tanto, para 
señalar un espacio singularizado, más concreta-
mente un espacio de culto previo al conservado. 
El uso de arcos y bóvedas como elementos estruc-
turales significantes de un espacio de culto do-
méstico se documenta también en otras viviendas 
pompeyanas; el caso más claro puede ser el del 
sacrarium de la Casa del Sacello Iliaco (I, 6, 4), una 
pequeña habitación abierta al atrio y cuyos ele-
mentos caracterizadores como espacio de culto 
son la bóveda que lo cubre y la decoración estu-
cada, pues carece de elementos de equipamiento, 
como pudo ocurrirle al sacrarium de la Casa de 
Ariadna hasta que se construyó el nicho.
El larario pictórico de la cantina
Además de los dos sacraria ya vistos, la Casa 
de Ariadna contaba con dos lararios pictóricos, de 
los que sólo se conserva uno en el muro este de la 
35LOS LARARIOS, TESTIMONIOS DE RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA
María Pérez Ruiz
llamada cantina (59), un espacio subterráneo bajo 
la cocina. En la composición, sobre fondo blanco, 
destaca la figura de una gran serpiente que repta 
por un campo de flores rosas hacia el lugar donde 
un hueco en la pared señala la existencia de una 
antigua repisa para ofrendas, hecha con un ladri-
llo encastrado (fig. 11). La serpiente se conserva 
casi completa, salvo la cabeza, prácticamente per-
dida. Ofidios como éste son comunes en los lara-
rios pictóricos pompeyanos; se representan solos 
o en pareja, como único elemento de la composi-
ción o acompañando a los dioses domésticos.
Toda la escena está enmarcada en la parte 
superior por una guirnalda verde realizada con 
gran delicadeza y detalle, atada en los extremos 
con cintas también verdes. Los tres puntos de su-
jeción de la guirnalda en la pintura coinciden con 
los restos de tres clavos aún incrustados en la pa-
red, que servían para colocar guirnaldas reales en 
determinadas celebraciones religiosas familiares.
Encima de la repisa pueden observarse man-
chas de humo en la pared, resultado de la rea-
lización de ofrendas de fuego como las que en 
otros lararios pictóricos se representan mediante 
altares humeantes. En relación con estas ofrendas 
hay que poner el hallazgo realizado durante la 
excavación de la cantina a los pies del larario2. Se 
trata de un peso de piedra y tres cuencos de pa-
redes finas, dentro de uno de los cuales había tres 
2 Véase en este libro el capítulo dedicada al estudio de este espacio.
lucernas de terra sigillata, preparadas seguramen-
te para usarlas en el larario, si bien ninguna de 
ellas tiene huellas de fuego (figs. 12-13).
La lectura de la serpiente como figura asocia-
da a la religión doméstica es controvertida, pues 
se la ha considerado la representación zoomorfa 
del Genius del paterfamilias, del Genius loci o de los 
antepasados familiares, interpretación esta últi-
ma con la que concordamos. La serpiente es en el 
acervo cultural del Mediterráneo antiguo un ani-
mal ctónico, en contacto a la vez con el mundo de 
los vivos y de los muertos y símbolo de la rege-
neración, como subrayan las ofrendas que recibe 
en muchas de las pinturas pompeyanas –huevos, 
piñas, higos-, así como su representación siempre 
en el nivel inferior o procedente del mismo en las 
composiciones complejas y reptando por campos 
floridos.
El larario se encuentra frente a una de las tro-
neras de la bóveda de la cantina, la más cercana a 
las escaleras. Esto hacía que la pintura recibiera la 
luz del sol durante algunas horas de la mañana, 
tanto a través de la tronera como de la escalera, 
hacia la que se orienta la serpiente. Esta colo-
cación del larario no es casual, pues con ella se 
buscaba, por un lado, que recibiera precisamente 
la poca claridad que entraba en el espacio y, por 
otro, que protegiera el acceso al mismo. La rela-
ción de los lararios con los accesos para cumplir 
36 INVESTIGACIONES PLURIDISCIPLINARES EN LA CASA DE ARIADNA DE POMPEYA
Restauración e investigación arqueológica
su función protectora de la familia, de la casa y 
de las actividades domésticas está documentada 
también en otras viviendas pompeyanas.
Por lo que respecta a la cronología del larario, 
éste se encuentra sobre el último enlucido de la 
bóveda, posterior al terremoto del 62 d.C., como 
también lo es el pavimento más reciente de la 
cantina. El larario se realizó, por tanto, en la úl-
tima fase de la casa y se mantuvo en uso hasta 
79 d.C.
El larario pictórico de la cocina
Además de estos lararios aún conservados, 
Helbig da la noticia de que en la cocina (57) ha-
bía un larario pictórico en estado fragmentario, 
con representación de Lares. Nada más se sabe 
de él, ni siquiera en qué muro se encontraba. En la 
actualidad no puede apreciarse ningún resto de 
color en las paredes de la cocina que permita re-
conocer este larario o dónde podría haber estado 
ubicado exactamente (fig. 14).
En cualquier caso, la breve noticia sobre este 
larario aporta datos relevantes. El primerode 
ellos es que existía otro espacio de culto en la 
Casa de Ariadna además de los ya identificados 
y del que se comentará a continuación, espacio 
que estaba también en uso en el momento de la 
erupción del Vesubio. Por otro lado, supone que 
en la casa había un larario en uno de los espacios 
domésticos más habituales, al menos en Pompe-
ya, pues las cocinas son el lugar de la vivienda 
donde se han encontrado más lararios después de 
los peristilos. Finalmente, es la única referencia 
con la que contamos de la presencia de los Lares 
en alguno de los lararios de la casa.
El nicho en la taberna VII, 4, 52
A ambos lados del acceso a la Casa de Ariad-
na desde la Via della Fortuna hay sendas taber-
nae que originalmente eran estancias de la casa y 
que solamente después del terremoto de 62 d.C. 
y una vez abandonada la actividad productiva en 
el peristilo norte se cerraron hacia el interior y se 
abrieron a la calle.
En un lateral de la taberna al oeste de la entra-
da (49) hay un nicho de pequeñas dimensiones y 
con forma de arcosolio (fig. 15). Al exterior el ni-
cho parece haber estado enmarcado con mortero 
hidráulico, que se extiende en parte por el interior 
de las paredes (fig. 16). No obstante, en la pared 
de fondo se aprecian algunas manchas rosas, un 
tipo de decoración documentada en otros nichos 
-como el de la taberna I, 4, 15-16- que representa 
pétalos de flores (fig. 17), un recurso decorativo 
común en los lararios, como ya hemos visto en los 
de la propia Casa de Ariadna.
Como hemos dicho, este espacio formó parte 
de la vivienda hasta su última fase y el muro en 
el que se encuentra el larario debió de construirse 
probablemente a la vez que el peristilo, en torno 
a mediados del s. I a.C. No obstante, desconoce-
mos si el nicho se realizó entonces o en un mo-
mento posterior, por lo que no sabemos si formó 
parte del conjunto de los lararios de la casa o se 
37LOS LARARIOS, TESTIMONIOS DE RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA
María Pérez Ruiz
proyectó como espacio de culto para la taberna, 
como se encuentran en muchas otras en Pompe-
ya. De haber pertenecido originalmente a la casa, 
el cambio de uso del espacio no influyó en su eli-
minación, sino en todo caso en el cambio de su 
función tutelar a un nuevo espacio, que mantuvo 
hasta el 79 d.C.
Y un larario que no es tal
Hay una última estructura que ha sido iden-
tificada como larario en la Casa de Ariadna. Se 
trata de un vano arcuado de gran tamaño que se 
encuentra en la pared este del atrio (fig. 18), en-
tre los accesos a las estancias 10 y 11, actualmente 
cegado, y que se ha interpretado como un nicho 
dedicado al culto doméstico. Se ha considerado el 
larario más antiguo de la casa, ya que la pared en 
la que se encuentra se fecha hacia mediados del 
s. II a.C., como parte de una casa de atrio cubier-
to anterior a la de Ariadna, en la que se integró 
posteriormente parte de dicho atrio y, con él, esta 
pared.
Pero este arco, de dimensiones inusualmente 
grandes para un larario, es visible en la otra cara 
del muro, al interior de la estancia 10, lo que de-
muestra que no fue un nicho, sino un arco diáfa-
no. No se trata, por tanto, de un larario tipo nicho, 
sino de una puerta que daba acceso a una estancia 
desaparecida cuando el atrio se reestructuró en la 
gran reforma de la segunda mitad del s. II a.C.
Cabe, finalmente, hacer mención a los materia-
les hallados en la Casa de Ariadna que pudieron 
tener alguna relación con los espacios de culto. En 
las antiguas publicaciones de excavación no se dan 
noticias del hallazgo de materiales en ninguno de 
ellos, pero en la relación de los encontrados en el 
conjunto de la casa hecha por Fausto y Felice Ni-
colini aparecen algunos con un posible uso ritual 
que podría asociarse a estos espacios. De todos 
ellos, sólo se conoce la procedencia aproximada de 
una imagen de Minerva en bronce (fig. 19), hallada 
en una de las habitaciones del lado izquierdo del 
atrio, pero se hace referencia también a otras es-
culturas del mismo material y de pequeño formato 
sin lugar de hallazgo definido, como otro busto de 
Minerva, Mercurio, Juno o Diana, así como anima-
les y fragmentos de otras esculturillas.
Éstas son las piezas que con mayor grado de 
seguridad pueden relacionarse con la actividad 
cultual en la casa, pues otros objetos realizados 
en bronce, en vidrio o en terracota, como páteras 
y jarras, podrían haber tenido un uso ritual que, 
no obstante, desconocemos sin su contexto de 
procedencia.
La Casa de Ariadna llegó a tener, por tanto, 
hasta cinco lararios, todos en uso en el momento 
de la erupción del Vesubio. No es un caso único, 
pues también en otras viviendas se han docu-
mentado varios lararios en uso al mismo tiempo. 
En la Casa del Menandro, como ocurre en la de 
Ariadna, se han documentado cinco, dos en zonas 
públicas (atrio y peristilo) y tres en zonas de ser-
vicio (cocina, escaleras y atrio secundario); pero 
incluso viviendas mucho más modestas que éstas 
38 INVESTIGACIONES PLURIDISCIPLINARES EN LA CASA DE ARIADNA DE POMPEYA
Restauración e investigación arqueológica
tuvieron más de una capilla doméstica, como la 
Casa del Larario del Sarno, en cuyo jardín se en-
cuentra, no sólo la capilla que le da nombre, sino 
también otra con forma de nicho.
El uso simultáneo de varios lararios en una 
misma vivienda debe entenderse por la diferente 
función y significado otorgados a los mismos por 
la familia, una cuestión ésta a la que se ha dedi-
cado cierta atención últimamente con diferentes 
hipótesis de trabajo.
La Casa de Ariadna cumple con una norma 
que se da en la mayoría de las viviendas: en los 
espacios públicos y principales se encuentran los 
lararios más monumentales –edículos, sacraria-, 
mientras que en las zonas de servicio o de acceso 
más restringido priman los más modestos –ni-
chos, pinturas. Esto se debe, en nuestra opinión, a 
que la monumentalidad de estas capillas no tenía 
una función religiosa sino social, pues se reserva-
ba para los atrios, peristilos y zonas principales, 
donde estaban a la vista de todos los visitantes de 
la casa. Los lararios en estos espacios eran, por 
tanto, un elemento más del mensaje de autorre-
presentación y autolegitimación que el dominus 
desplegaba en ellos; en este contexto, eran la evi-
dencia material de la pietas y de la observancia de 
la mos maiorum. Por su parte, los lararios ubicados 
en zonas más restringidas o de servicio conserva-
ron de forma más auténtica su valor sacro como 
espacios de manifestación de la religiosidad do-
méstica, subrayándose en ellos la relación de las 
divinidades familiares con el fuego del hogar, 
cuando se ubicaban en cocinas, y con las creencias 
más antiguas y genuinas de la religión doméstica. 
Los lararios en zonas de producción y dedicadas 
a actividades económicas tenían como objetivo, 
además, garantizar el buen desarrollo de dichas 
actividades y la prosperidad del negocio.
La Casa de Ariadna es, por tanto, una de las 
viviendas pompeyanas que aporta una informa-
ción más valiosa para el conocimiento del culto 
doméstico romano en sus diferentes facetas y sig-
nificados para la familia. Es un excelente ejemplo 
de la proliferación de las capillas domésticas con 
objeto de poner cada aspecto de la vida cotidia-
na bajo la protección de los dioses, así como de 
la continuidad de uso de estas capillas, a pesar 
de construirse otras nuevas o, incluso, de verse 
afectadas por las reformas en la vivienda, signo 
del enorme valor simbólico que estos espacios en 
los que moraban sus dioses tenían para la familia. 
El examen conjunto de los lararios, en el contexto 
del reestudio de la casa y de sus fases de vida, 
ha sido fundamental para comprender las diná-
micas que pudieron afectar a la construcción y 
conservación de estos espacios sacros.
39LOS LARARIOS, TESTIMONIOS DE RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA
María Pérez RuizFig. 1. Ubicación de los lararios en la Casa de Ariadna: sacrarium en el atrio (7); sacrarium en el peristilo septentrional (41); larario pictórico 
en la cantina subterránea (59) bajo la cocina; larario pictórico en la cocina (57), hoy perdido, y larario tipo nicho en la taberna (49).
40 INVESTIGACIONES PLURIDISCIPLINARES EN LA CASA DE ARIADNA DE POMPEYA
Restauración e investigación arqueológica
Fig. 2. Sacrarium del atrio. Foto: M. Pérez Ruiz. Fig. 3. Pseudoedículo del 
sacrarium del atrio. Foto: 
M. Pérez Ruiz.
Fig. 4. Apolo y Dafne, cuadro en la pared oeste 
del sacrarium del atrio. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 5. Cuerpo superior de la decoración pictórica en la pared oeste del sacrarium. Figura de Genius en 
el centro y de musas sedentes a ambos lados. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 6. Cuerpo superior de la decoración pictórica en la pared sur del sacrarium. Figura de un posible 
poeta en el centro y de musa sedente en el lateral. Foto: M. Pérez Ruiz.
41LOS LARARIOS, TESTIMONIOS DE RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA
María Pérez Ruiz
Fig. 7. Sacrarium del peristilo septentrional 
con pasillo de acceso. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 8. Detalle del sacrarium, cubierto por 
un gran arco, con nicho en la pared de fon-
do y arquito sustentante de la repisa. Foto: 
M. Pérez Ruiz.
Fig. 9. Fragmento conservado de la deco-
ración parietal bajo el arquito sustentante 
de la repisa del nicho. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 10. Pavimento del sacrarium en el pe-
ristilo septentrional. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 11. Larario pictórico en la llamada can-
tina. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 12. Cuenco de paredes finas 
con lucernas en el interior, halla-
do a los pies del larario pictórico. 
Fig. 13. Lucernas halladas dentro del cuenco de 
paredes finas. 
42 INVESTIGACIONES PLURIDISCIPLINARES EN LA CASA DE ARIADNA DE POMPEYA
Restauración e investigación arqueológica
Fig. 14. Cocina de la Casa de Ariadna. Se ha perdido cualquier 
resto del larario pictórico que hubo en este espacio. Foto: M. Pérez 
Ruiz.
Fig. 15. Taberna VII, 4, 52, con el larario en una de sus paredes. 
Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 16. Larario tipo nicho de la taberna VII, 
4, 52. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 17. Detalle de la decoración pictórica 
conservada en el interior del nicho. Foto: 
M. Pérez Ruiz.
Fig. 18. Vano cegado en el atrio de la casa, interpretado errónea-
mente como un larario tipo nicho. Foto: M. Pérez Ruiz.
Fig. 19. Escultura en bronce de Minerva, 
hallada en una de las habitaciones del atrio 
y procedente probablemente de uno de 
los lararios de la casa. Foto: Descœudres, 
1994, 81, fig. 49.
43LOS LARARIOS, TESTIMONIOS DE RELIGIOSIDAD DOMÉSTICA
María Pérez Ruiz
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