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Vías de las endorfinas y de los no opiáceos

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Dolor
Vías de las endorfinas y de los no opiáceos
A mediados de la década de 1970 se identificaron sustancias semejantes a los narcóticos secretadas por el propio cuerpo llamadas endorfinas. El término “endorfina” es una combinación de las palabras endógeno y morfina, y significa morfina interna. Se cree que su liberación está desencadenada por un impulso cerebral. Las endorfinas se encajan en los receptores narcóticos de las terminaciones nerviosas en el cerebro y la medula espinal para bloquear la transmisión de la señal dolorosa, evitando que el impulso alcance consistencia.
La investigación sobre las endorfinas nos ha ayudado a comprender que la percepción dolorosa y la necesidad de analgesia varían de un individuo a otro. Diferencias en la cantidad de endorfinas presentes en los distintos individuos y la posibilidad de que otros factores aumenten o disminuyan los niveles de endorfinas ayudan a explicar las diferencias en la percepción. 
La investigación preliminar indica que los siguientes factores tienden a aumentar o disminuir los niveles de endorfinas.
		 + endorfinas					- endorfinas
 Dolor prolongado			 Dolor breve
 Estrés recurrente 				 Estrés breve
 Uso prolongado morfina o alcohol			Ejercicio físico
							 Traumatismo masivo
 							 Acupuntura, algunos tipos
							 Estimulación nerviosa
 								 Placebos
								Actividad sexual
Puede ser tentador suponer que puesto que las endorfinas no son sustancias “naturales”, producen más beneficios y presentan menos efectos secundarios que los narcóticos que administramos actualmente. Esto ciertamente plantea preguntas sobre el beneficio de destinar cantidades considerables de tiempo, energía y dinero a aumentar las propias endorfinas del paciente.
Aunque inicialmente las endorfinas despertaron grandes expectativas, de esta investigación se desprenden pocas conclusiones de utilidad clínica. Persiste la esperanza del descubrimiento de nuevos fármacos analgésicos basados en estas sustancias semejantes a los narcóticos.
Parece ser que la analgesia mediante las endorfinas no es el único sistema que produce efectos de alivio del dolor. Existe la evidencia de que vías no opiáceas producen alivio a pacientes con dolor clínicos.
Teoría de los multirreceptores opiáceos : aspectos prácticos
¿Cómo puede un fármaco aliviar de la misma forma que un narcótico pero también suprimir o antagonizar a otro narcótico? La teoría de los multirreceptores opiáceos ayuda a explicar estos hechos. El uso efectivo de los narcóticos, especialmente los narcóticos agonistas-antagonistas, depende de una comprensión básica de esta teoría.
La teoría de los multirreceptores opiáceos es una de las teorías más recientes relacionadas con el alivio del dolor, y sorprendentemente se ha escrito muy poco sobre ella en la literatura de las ciencias de la salud. Por lo tanto, resulta poco familiar para la mayoria de los profesionales clínicos y es algo difícil de comprender inicialmente. Como todas las teorías, no es un hecho, es una idea generalizada por la necesidad de explicar algo, y se pretende que estimule la reflexión y la investigación. Sin embargo, la realidad es que los narcóticos alivian el dolor por diversas vías, vías que pueden complementarse, competir o ser específicas de una forma que aún no comprendemos totalmente.
Esta teoría sugiere que en el sistema nervioso central, a nivel espinal y supraespinal, los narcóticos pueden unirse a zonas de receptores de opiáceos en las terminaciones nerviosas.
1. Zona receptora mi
2. Zona receptora kappa
3. Zona receptora sigma
Loa fármacos se unen a las zonas de opiáceos con distintos grados de afinidad o intensidad; es decir, algunos se unen muy estrechamente, y se les denomina “puros” y otros se unen más flojamente y se les denomina “parciales”. Cuando un fármaco se une a una zona receptora, la acción puede ser agonista o antagonista, pura o parcial.
Dolor
 
 
 
 
Vías de las endorfinas y de los no opiáceos
 
 
A mediados de la década de 1970 se identificaron sustancias semejantes a los narcóticos 
secretadas por el propio cuerpo llamadas endorfinas. El término “endorfina” es una 
combinación de las palabras 
en
dógeno 
y 
 
morfina
, y significa morfina interna. Se cree 
que su liberación está desencadenada por un impulso cerebral. Las endorfinas se 
encajan en los receptores narcóticos de las terminaciones nerviosas en el cerebro y la 
medula espinal para bloquear l
a transmisión de la señal dolorosa, evitando que el 
impulso alcance consistencia.
 
La investigación sobre las endorfinas nos ha ayudado a comprender que la percepción 
dolorosa y la necesidad de analgesia varían de un individuo a otro. Diferencias en la 
cant
idad de endorfinas presentes en los distintos individuos y la posibilidad de que otros 
factores aumenten o disminuyan los niveles de endorfinas ayudan a explicar las 
diferencias en la percepción. 
 
La investigación preliminar indica que los siguientes facto
res tienden a aumentar o 
disminuir los niveles de endorfinas.
 
 
 
 
 
+ endorfinas
 
 
 
 
 
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endorfinas
 
 
Dolor prolongado
 
 
 
 
Dolor breve
 
 
Estrés recurrente 
 
 
 
 
 
Estrés breve
 
 
Uso prolongado mor
fina o alcohol
 
 
 
Ejercicio físico
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Traumatismo masivo
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Acupuntura, algunos tipos
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Estimulación nerviosa
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Placebos
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Actividad sexual
 
 
Puede ser tentador suponer que puesto que las endorfinas no son sus
tancias “naturales”, 
producen más beneficios y presentan menos efectos secundarios que los narcóticos que 
administramos actualmente. Esto ciertamente plantea preguntas sobre el beneficio de 
destinar cantidades considerables de tiempo, energía y dinero a a
umentar las propias 
endorfinas del paciente.
 
Aunque inicialmente las endorfinas despertaron grandes expectativas, de esta 
investigación se desprenden pocas conclusiones de utilidad clínica. Persiste la esperanza 
del descubrimiento de nuevos fármacos analgé
sicos basados en estas sustancias 
semejantes a los narcóticos.
 
Parece ser que la analgesia mediante las endorfinas no es el único sistema que produce 
efectos de alivio del dolor. Existe la evidencia de que vías no opiáceas producen alivio a 
pacientes con d
olor clínicos.