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Guia Bonsái: Cuidados e Dicas

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PIERDE EL MIEDO AL 
BONSAI 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Asociación Bonsái Mirasierra 
C/ Peña Sirio, 20 
28034 Madrid 
Tel: 917 349 024 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Asociación Bonsái Mirasierra 
C/ Peña Sirio, 20 
28034 Madrid 
Tel: 917 349 024 
www.bonsaiabm.com 
 
 
Junta directiva: 
 
Vicente Callejas 
J. Angel Gómez 
Manuel Marcos 
Manuel Marquez 
M. Angel Moreno 
Juan Perles 
 
 
 
 
 
 
 
 
ISBN: 978-84-612-0350-5 
Depósito Legal: M-48.444-2007 
Edición: Noviembre 2007 
Imprime: Artes Gráficas Palermo, S.L. 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 3 
 
 
 
 
 Prólogo 
 
 
 ¿Te han regalado o te has com-
prado un Bonsái y no sabes qué hacer con él? En este libri-
to, redactado por la Asociación Bonsái Mirasierra, puedes 
encontrar algunos consejos y pautas a seguir sobre: 
 
 Dónde situar el árbol. 
 Cómo y cuándo debes regarlo. 
 Cuándo debes trasplantarlo o cambiarlo de sustrato. 
 Cuándo abonarlo y qué clase de abono se debe utilizar. 
 Cómo mantener o mejorar la forma de tu árbol. 
 
 Si, a pesar de seguir las indicaciones contenidas en este 
libro, sigues teniendo dudas o el árbol presenta algún pro-
blema (hojas amarillentas, ramas secas, etc.) no dudes en 
ponerte en contacto con nosotros para poder subsanarlo 
cuanto antes. 
 
 También podemos realizar cualquier trabajo de remode-
lación, poda y trasplante, así como cuidar de tu bonsái 
durante las vacaciones. 
 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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¿Qué es un Bonsái? 
 
 
 La traducción literal de este término 
japonés es planta cultivada en maceta 
(“Bon” vaso, contenedor y “Sai” culti-
var). Pero hoy este concepto está 
anticuado: para nosotros un bonsái es 
un árbol o arbusto que por su forma, 
volumen y armonía nos recuerda a un 
árbol de la naturaleza. 
 
 Existe la creencia, bastante generalizada, de que un bon-
sái es un tipo de planta determinado, pero realmente es un 
árbol que dado su reducido terreno vital no se desarrolla 
más. No sería correcto decir que un bonsái es un árbol 
enano. Lo enano no es normal y es una variación genética 
de la naturaleza. 
 
 El bonsái es una planta completamente normal, tanto es 
así que, si tras pasar un árbol 30 ó 40 años en una maceta 
se lo trasplantara a la tierra, se desarrollaría como si no 
hubiera estado tanto tiempo en un espacio vital tan redu-
cido. 
 
 Para nosotros un bonsái es un pedazo de naturaleza que 
podemos contemplar en nuestros hogares.
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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¿Dónde situar el árbol? 
 
 Como se ha dicho anteriormente, un bonsái aunque sea 
pequeño es un árbol como su hermano el que podemos 
encontrar en el bosque, parque o sierra. Por tanto, tienen 
necesidad de sol y aire: no hay ningún árbol que crezca de 
forma natural en el interior de nuestras casas. El balcón, 
terraza, jardín o ventana será el lugar idóneo para colocar 
nuestro árbol. 
 
 Nuestro bonsái sí presenta una diferencia notable con su 
hermano mayor: no tiene las defensas que el mayor posee. 
En el bonsái, dado que su recipiente es muy pequeño, las 
raíces están muy cerca de la superficie y por tanto están 
más expuestas a las inclemencias del tiempo (las altas tem-
peraturas del verano o las heladas del invierno, así como el 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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viento, que al árbol grande no le afectará, a nuestra maceta 
le secará el sustrato casi inmediatamente). Por tanto, 
cuando alguna de las causas anteriormente descritas hagan 
aparición, resguardaremos a nuestros arbolitos, pero una 
vez haya cesado el riesgo volveremos a situarlos en el lugar 
de la casa en el que los teníamos. 
 
Proteger los árboles en verano 
 
 Las hojas de los árboles son las encargadas de transfor-
mar el agua que les llega a través del tronco y las ramas en 
alimento; esta agua ha sido previamente extraída de la 
tierra por las raíces. En tiempo seco y caluroso este proceso 
se acentúa y, aunque estemos continuamente regando, es 
posible que las hojas evaporen más agua de la que las raí-
ces sean capaces de suministrar. Si esto ocurriera las pun-
tas de las hojas se secarían, sobre todo en árboles de hojas 
grandes y tiernas. 
 
La protección dependerá de dónde 
tengamos situado el árbol. Si está 
en un jardín bastará con ponerlo 
en semisombra al resguardo de un 
árbol más grande o de una planta 
mayor. Si habitualmente está en 
un balcón o ventana lo pondríamos a resguardo a la som-
bra de una pared o podríamos meterlo en casa. 
 
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Proteger los árboles de las heladas 
 
 Al llegar el invierno las tempera-
turas bajan, los árboles disminu-
yen su actividad y entran en un 
periodo de reposo. Para proteger-
se de las bajas temperaturas, al-
gunos árboles han perdido sus 
hojas. 
 La mayoría de nuestros árboles no necesitarán ninguna 
protección especial. Existen especies que en la naturaleza 
aguantan perfectamente las temperaturas de nuestro in-
vierno, ya que sus raíces están a una profundidad donde no 
les llega la temperatura bajo cero que se alcanza en mu-
chas noches del invierno. Estas mismas especies, al estar en 
una maceta de poca profundidad sí sufren con la baja tem-
peratura, aunque no mueran, se debilitan y se hacen más 
sensibles a hongos y otras enfermedades. 
 Algunas de estas especies son las de origen mediterráneo, 
como el olivo, acebuche, algarrobo, etc. Estos arbolitos 
durante la noche deben protegerse , introduciéndolas de-
ntro de casa en una habitación que no tenga calefacción o 
cubriéndolas con un plástico si permanecen en el exterior. 
 Las especies de origen tropical o subtropical (vulgarmen-
te llamados de interior) no soportan las temperaturas por 
debajo de los 10 grados centígrados, por ello aunque no 
llegue a helar, a estos árboles hay que situarlos durante el 
invierno en el interior de la casa o en un invernadero. 
 
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Dónde poner los bonsáis 
dentro de casa. 
 
 Dentro de nuestras vivien-
das no se dan las condiciones idó-
neas para que puedan vivir los ár-
boles, ya que existe una falta de luz 
y humedad en comparación con el exterior. Sin embargo 
esto no significa que no puedan vivir largas temporadas 
dentro de casa. 
 Como medida orientativa diremos que los árboles tropica-
les se pueden tener dentro de casa desde mediados de 
noviembre hasta principios del mes de abril. 
 La adaptación del bonsái a las condiciones de nuestra 
vivienda depende mucho de las condiciones del emplaza-
miento respecto a suministro de luz y humedad. 
 
 LUZ: El emplazamiento ideal para situar un bonsái es 
cerca de una ventana, amplia y sin cortinas, que no esté 
orientada al norte y a la que no le dé directamente el sol. 
La distancia máxima a la ventana será de metro y medio 
aproximadamente. 
 
 HUMEDAD: En términos generales nuestras casas dispo-
nen de un ambiente demasiado seco para nuestros árboles. 
 
El mejor sitio para situar los árboles es en una habitación 
fresca, y alejados de fuentes de calor como radiadores, 
chimeneas, estufas y electrodomésticos como el televisor. 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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¿Qué especies se adaptan mejor al interior? 
 
 Como hemos dicho antes, las especies tropicales y sub-
tropicales son las que mejor se adaptan al interior (ficus, 
sageretia, serissa, carmona, etc.). Por el contrario las espe-
cies autóctonas (pinos, juníperos, hayas, encinas, olmos, 
etc.) resisten mal o simplemente no resisten las condicio-
nes del interior de nuestras viviendas. 
 
 Por eso, a la hora de comprar un bonsái, es importante 
pensar dónde podemos tenerlo para adquirir una especie 
que pueda vivir bien en la ubicación donde va a estar. 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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¿Cómo se riegan los bonsáis? 
 
Por qué hay que regar 
 
 Para poder absorber los elemen-
tos básicos de la tierra, las plantas 
necesitan el agua. En la naturaleza, las raíces profundizan 
hasta encontrar el agua almacenada en el suelo, pero las 
plantas que viven en una maceta no tienen más agua que la 
que nosotros suministramos a la maceta,por lo cual preci-
san de riego más o menos frecuente. 
 
 
Cada cuánto hay que regar 
 Sólo conocemos una regla: 
 
 
Hay que regar sólo cuando le hace falta 
agua al bonsái 
 
 
 Si nos pasamos en el riego las raíces se pudrirán y la plan-
ta morirá. Sin embargo si la planta pasa sed, se alimentará 
de sus reservas. Si el periodo de sequía no es muy largo, la 
planta no sufrirá. Cuando la superficie de la tierra se vuelve 
de un color más pálido es la señal de que la tierra se está 
secando y es entonces cuando habrá que suministrarle el 
agua. 
 
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 Otra prueba que podemos realizar es tocar con los dedos 
la superficie y cerciorarnos que está seca. 
 No hay una regla fija para poder determinar cuándo va a 
necesitar agua y muchos aficionados preguntan, por ejem-
plo, si regar una vez al día en verano es suficiente. 
 
 Por desgracia no se puede contestar a esto porque de-
penderá de factores como si la planta está situada más al 
sol que a la sombra, si es un día con viento o si la tempera-
tura ambiente es muy elevada. Todas estas variables influ-
yen en que el bonsái necesite más o menos agua y, como 
sólo el dueño conoce el ambiente en que vive el bonsái, no 
se puede contestar con exactitud la pregunta: “¿Cada cuán-
to hay que regar?” 
 
 Por tanto no se puede recomendar 
nunca “riegue una vez al día” o “riegue 
una vez a la semana”. El único consejo 
válido es “aprenda a regar solamente 
cuando la tierra de la maceta comience 
ligeramente a secarse por encima”. 
Cómo hay que regar 
 
 Cuando detectemos que la planta necesita agua, regare-
mos hasta que la tierra esté completamente empapada. 
Esto lo sabremos porque el agua saldrá clara por los aguje-
ros de drenaje de la maceta. 
 Necesitaremos una regadera con agujeros finos para que 
el agua salga con suavidad y preferentemente con un tubo 
 
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largo para dotar de presión al agua. Se riega en dos veces, 
la primera tan sólo por encima para que la humedad abra 
los poros de la tierra. Unos minutos más tarde se riega a 
fondo hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje. 
 
 Es frecuente que los bonsáis de interior estén situados 
encima de bandejas con el fin de que el agua sobrante no 
moje el mueble sobre el que está depositado. Esta bandeja 
debe vaciarse tras el riego; si no queda seca y conserva 
agua permanentemente, el árbol echará raíces por los 
agujeros de drenaje. 
 
 Los bonsáis provenientes de otros 
comercios que no sean de la Asociación 
Bonsái Mirasierra suelen tener una 
tierra muy pastosa (sustrato muy arci-
lloso, ideal para el transporte de los 
árboles pero no para su cultivo) no pue-
den ser regados satisfactoriamente por el método explica-
do con anterioridad, ya que el agua resbala por los lados de 
la maceta y no penetra uniformemente en la tierra. 
 
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Para que sea eficiente el riego en este 
caso, se debe regar por asiento, es decir, 
pondremos el bonsái dentro de un reci-
piente con agua mayor que la maceta, 
teniendo cuidado de que el agua no lle-
gue hasta el borde de la maceta. Cuando la tierra de la 
superficie esté húmeda (esto tardará unos 10 minutos) 
tendremos la certeza de que la tierra está empapada to-
talmente. 
 También se utilizará este método cuando se ha descuida-
do el riego y la tierra está totalmente seca, ya que si la 
tierra está muy seca, escupe el agua y no se empapa. 
 
 No utilizaremos nunca un pulverizador de los que se utili-
zan para quitar el polvo y dar humedad a las plantas. Si 
regamos con ellos sólo se humedece la superficie y el agua 
no llega a las raíces. 
 
 
Hay que regar con una regadera apropiada 
o por asiento. 
 
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Con qué agua hay que regar 
 
 
 Sin ninguna duda, la mejor agua para regar es la prove-
niente de la lluvia y en su defecto agua de manantial: estas 
aguas contienen poca cal y sales disueltas, pero por desgra-
cia no siempre disponemos de ellas. La alternativa es regar 
con el agua que nos suministran para el consumo humano. 
 
 Esta agua lleva una sustancia para la desinfección que es 
casi inocua para las personas pero es perjudicial para nues-
tras plantas: el cloro. Si el agua se deja reposar en un reci-
piente abierto, el cloro se evaporará, pero no así las sales y 
la cal. Si el agua que proviene de la red es calcárea se ten-
drá que transplantar más a menudo y, en el riego, procura-
remos no mojar mucho las hojas de nuestros árboles a fin 
de no ensuciarlas con la cal. 
 
¿Qué es la pulverización? 
 
 Llamamos pulveriza-
ción a rociar las hojas de los 
bonsáis con agua dispersada a 
presión moderada, a modo de 
fina lluvia. 
 
 
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¿Hay que pulverizar? 
 
 
 
 En la naturaleza los árboles 
reciben a menudo el rocío de la 
mañana y la absorción de agua por las hojas es una fuente 
importante de vitalidad. Para hacernos una idea de la im-
portancia del rocío basta decir que en algunos puntos, la 
cantidad de agua recogida por el rocío es superior a la can-
tidad recibida por la lluvia. Está claro que los bonsáis que 
tenemos en el interior nunca reciben los beneficios del 
rocío, por lo cual la única manera de limpiar las hojas de 
polvo y dar vitalidad a los árboles es pulverizarlos de vez en 
cuando. 
 
Cuándo hay que pulverizar 
 
 Si tan sólo se pretende limpiar las hojas, con una pulveri-
zación a la semana, generalmente será suficiente. 
 Si, por el contrario, nuestro fin es revitalizar un árbol fati-
gado será necesario pulverizarlo todos los días. La mejor 
hora para pulverizarlos es a la caída de la tarde. Nunca se 
pulverizará a pleno sol, a mediodía, para evitar que las 
hojas se quemen (las gotitas de agua actuarían como pe-
queñas lupas y podrían dañar las hojas por exceso de ca-
lor). 
 
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Cómo hay que pulverizar 
 
 Hay que rociar las plantas con 
un pulverizador o manguera que ten-
ga una boquilla que permita lanzar el 
agua como si de una lluvia muy fina 
se tratara. 
 
 Se rocía en todas las direcciones: de arriba a abajo y de 
abajo hacia arriba, para cerciorarnos de que el agua llegue 
a todas las hojas del árbol. 
 
Con qué agua hay que pulverizar 
 
 Cómo se ha descrito con anteriori-
dad, la mejor agua es la de la lluvia y 
también la del rocío, por ser aguas 
limpias de cal y de otras sales. Una 
buena sustituta es la que proviene 
de algún manantial. 
 
 Si pulverizamos con agua extremadamente calcárea, lo 
que lograríamos en vez de revitalizar al árbol es tapar los 
poros de las hojas con la cal y manchar de blanco a éstas. 
Las plantas que tienen las hojas duras y brillantes serán las 
que se mancharán más (ficus, naranjos, olivos, etc). Si no se 
dispone de agua de buena calidad, se rociarán tan sólo una 
vez por semana para quitarles el polvo. 
 
 
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 17
Cómo mantener los bonsáis bien regados cuando nos au-
sentamos de casa. 
 
 Si debemos ausentarnos por un largo periodo de tiempo 
de nuestro hogar, el riego de nuestros árboles es un pro-
blema. 
 
 En el mercado existen programadores de riego a los que 
se les puede indicar el tiempo de riego y la frecuencia; esto 
es una buena solución si se dispone de muchos árboles y se 
tienen en un jardín o terraza. Si no se puede aplicar esta 
solución, se puede poner una mecha en cada maceta y 
conectar éstas a su vez a un recipiente, que mantendrá 
humedecida la tierra. 
 
 Para nosotros, la mejor solución es dejarlos en régimen 
de guardería en la Asociación Bonsái Mirasierra. 
 
 
 
 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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¿Cómo se abonan los bon-
sáis? 
 
 
Por qué hay que abonar 
 Los bonsáis viven en unos pequeños recipientes que con-
tienen un sustrato que está compuesto de varias sustancias 
que, casi en su totalidad, no son utilizables para el árbol, 
por lo cual al cabo de muy poco tiempo los árboles habrán 
consumido todos los nutrientes que habíaen la tierra. 
 
 En vez de trasplantar nuevamente el bonsái, mediante el 
abono suministramos los alimentos que precisa la planta. 
 
Cuándo hay que abonar 
 Las plantas necesitan más alimento cuando tienen un 
fuerte crecimiento (en primavera) y cuando hacen acopio 
de reservas para poder acometer el periodo de reposo del 
invierno (en otoño). Por tanto, es en primavera y en otoño 
(al inicio de otoño, o más bien a finales del verano) cuando 
suministraremos el abono. 
 A diferencia de otras plantas, se abona más en otoño que 
en primavera para evitar crecimientos desmesurados. No 
obstante es una buena recomendación seguir las indicacio-
nes del fabricante del abono. 
 
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 19
Cómo hay que abonar 
 
 No hay que sobresaltar a la planta, es más conveniente 
abonar frecuentemente con pocas cantidades que hacerlo 
de tarde en tarde y con unas cantidades mayores. No hay 
que esperar a que el árbol esté débil y marchito para volver 
a abonar. Si suministramos demasiada cantidad de abono 
podemos quemar las raíces. 
 
Cuáles son los mejores abonos 
 
 Hay dos tipos diferentes de abonos para bonsáis, los abo-
nos líquidos y los sólidos. 
 
 El abono líquido se disuelve en el 
agua de riego o se aplica con el agua de 
vaporización por encima de las hojas. Las 
ventajas de este abono son su rapidez, el 
hecho de que no produzca olores des-
agradables y su facilidad de aplicación. 
Con este tipo de abono se debe tener 
mucho cuidado de no sobrepasar nunca las dosis indica-
das. 
 
 El abono sólido se dispone en 
unas cestitas, para salvaguardar-
los de los pájaros, o junto al bor-
de de las macetas. La ventaja que 
presenta es su larga duración; no 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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quema las plantas y mejora mucho la tierra de los bonsáis. 
 
Cuando NO hay que abonar 
 Nunca se abonará cuando el árbol esté en periodo de 
reposo, es decir, en invierno y en los períodos de calor 
extremo del verano. 
 
 Tampoco debe abonarse nunca un árbol recién trasplan-
tado o que esté débil (por tener una enfermedad o tras un 
período de sequía). 
 
 Aunque a priori nos pueda parecer que un árbol débil 
necesitaría más el abonado que un árbol sano, no debemos 
olvidar que el hecho de abonar es una alteración del equili-
brio del árbol, y en un ejemplar débil, esta alteración po-
dría ser fatal. 
 
 
 
 
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¿Cómo dar forma a 
los bonsáis? 
 
 
 
 
 
 
 Para poder modelar nuestros árboles disponemos princi-
palmente de cuatro técnicas: 
 
 Poda 
 Pinzado 
 Alambrado 
 Defoliado 
 
La poda 
 
 Con la poda se dirige la formación del árbol: mediante ella 
se eliminan las ramas que nacen defectuosas (que se cru-
zan) o chupones (ramas que nacen verticales y roban todo 
el vigor a las otras ramas). También podaremos aquellas 
ramas que crecen en una zona no deseada del tronco. 
 
 
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 La mejor época para podar es cuando el árbol está en 
reposo ya que entonces no perderá tanta savia por la heri-
da que hagamos. Esta época es a finales del invierno. 
 
 Para realizar la poda utilizaremos herramientas adecua-
das como las tenazas cóncavas (llamadas kuikiri) que reali-
zan un corte limpio y de fácil cicatrización. Si la herida cau-
sada es de gran tamaño se usará pasta selladora para una 
perfecta cicatrización. 
 
El pinzado 
 
 Cuando nos referimos al pinzado estamos indicando el 
recorte de las ramas finas. Es una poda ligera que pode-
mos realizar con los dedos. 
 
 Así como la poda sólo se 
debe realizar en una época 
determinada, el pinzado se 
debe realizar también cuan-
do el árbol está en fase de 
crecimiento. Con el pinzado 
se consigue aumentar la 
densidad del follaje y dismi-
nuir el tamaño de las hojas. 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 23
 Cada árbol tiene un modo distinto de crecimiento y, por 
tanto, no todos los pinzados se realizan de la misma mane-
ra. 
 
 Pinzado de árboles de hoja perenne ancha 
 
 En los árboles de este tipo es 
necesario cortar los extremos de los 
brotes nuevos como se indica en la 
figura, de forma que las yemas late-
rales produzcan nuevos crecimien-
tos. 
 
 Se lleva a cabo en los árboles que no pierden las hojas en 
otoño como ficus, olivo, serissa, sageretia, carmona, naran-
jo, boj, etc. 
 
 Cómo pinzar los árboles de hoja caduca de un 
solo crecimiento anual 
 
 Para pinzar los árboles de hoja caduca se elimina el centro 
de los brotes antes de que el brote se 
abra. 
 Este método se aplica a los 
árboles que pierden las hojas en oto-
ño, y que hacen una sola brotación 
fuerte en la primavera (arce palma-
tum, haya, etc.) 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 24
 Cómo pinzar los árboles de hoja caduca con cre-
cimiento activo durante todo el periodo vegetativo. 
 
 Se cortan los brotes demasiado 
largos para conseguir un follaje 
más espeso. 
 
 En esta categoría están los árbo-
les que pierden la hoja durante el otoño, pero que están 
creciendo desde la primavera hasta finales de verano, co-
mo olmos, higueras, granados, manzanos, pyracantas, co-
toneaster, ligustrum, etc. 
 
 Cómo pinzar las coníferas de 
hojas escamosas 
 
 En árboles cómo sabinas, enebros o 
tejos, se cortan con los dedos los ex-
tremos de los brotes demasiado lar-
gos. 
 
 Cómo pinzar los pinos 
 
 Se eliminan las velas 
de las puntas de las ramas, 
para potenciar las yemas la-
terales. 
 
 De esta forma pinzaremos toda clase de pinos, tanto los 
autóctonos como los de otras latitudes. 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 25
El alambrado 
 
 
 
 Contra la creencia popular de que se alambra para impe-
dir el crecimiento del árbol, la realidad es que el alambrado 
se utiliza para corregir la inclinación o dirección de las ra-
mas, permitiéndonos utilizar ramas que de otro modo ten-
dríamos que podar. 
 
 En cierto modo, el alambre sustituye la fuerza que ejerce 
el peso de las ramas en los árboles viejos de la naturaleza: 
estamos sustituyendo, por ejemplo, el peso de la nieve que 
se deposita sobre las ramas y el efecto del viento. 
 
 Para alambrar enrollaremos el alambre en el tronco y 
ramas sin apretarlo demasiado y formando ángulos de 45 
grados, evitando a toda costa que el alambre se marque en 
la corteza del árbol. Después de un alambrado perfecto, 
debe quedar sólo un pequeño espacio entre la corteza del 
árbol y el alambre, tan pequeño que tan sólo pase una hoja 
de papel de fumar. 
 
 Con este método, una vez colocado el alambre alrededor 
de la rama, podremos dar a esta la forma deseada sin que 
la rama sufra ni se rompa. 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 26
 Dado que las ramas y tronco engordan debido a su creci-
miento, quitaremos el alambre antes que se clave en la 
corteza. El alambre que se suele utilizar es el de aluminio 
anodizado, que tiene un color de cobre viejo (por razones 
estéticas). Es un alambre muy flexible y resistente. 
 
 El grosor del alambre dependerá de la fuerza que se ha de 
efectuar para doblar la rama. La regla es que, en un princi-
pio, intentemos doblar la rama y la misma resistencia que 
hayamos observado en esta operación es la que tenemos 
que conseguir con el alambre elegido para alambrar dicha 
rama. 
 
 La enseñanza que debemos extraer de lo anteriormente 
dicho es que el alambrado no debe dejar ninguna huella de 
su paso por la corteza del árbol. 
 
 
 
 
Defoliado 
 
 
 
 Con esta técnica se consigue una mayor ramificación y 
masa foliar. No en todas las especies se realiza de la misma 
manera. En algunas (ficus, algarrobos, etc.) se cortan todas 
las hojas. Sin embargo en otras especies como los pinos o 
los olivos, se dejan unas pocas hojas o acículas en el extre-
mo de la rama para que siga circulando la savia (a estas 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 27
hojas o acículas se las denomina tirasavias, ya que cumplen 
la función de garantizar el flujo de savia a lo largo de la 
rama, evitando que esta se seque). Tanto en un caso como 
en otro se cortan las hojas dejando tansólo el peciolo (para 
no dañar las yemas axilares). 
 
 La época del defoliado varía de una especie a otra, por lo 
que es conveniente consultar (en libros o a algún experto) 
cuándo debe realizarse. 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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¿Cómo trasplantar un bonsái? 
 
 
Por qué trasplantar 
 
 En su búsqueda de agua y de nutrientes, las raíces crecen 
en una maceta hasta ocupar la totalidad del espacio dispo-
nible, no dejando resquicios para que el agua y el aire pe-
netren en la tierra. 
 Al mismo tiempo, como se ha indicado anteriormente en 
el apartado dedicado al abonado, la tierra va perdiendo sus 
nutrientes, también se va salinizando y volviendo más bási-
ca (tierra más calcárea). 
 
Cuándo hay que trasplantar 
 
 Notaremos que el agua, al regar, 
penetra con más dificultad en la 
tierra envejecida, el árbol se ha 
levantado más del borde de la ma-
ceta (las nuevas raíces empujan al 
árbol hacia arriba) y si observamos 
al árbol fuera de la maceta veríamos que las raíces forman 
un ovillo espeso y enredado, tal como se aprecia en la ima-
gen. 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
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En qué época hay que trasplantar 
 
 Justamente antes de que el árbol abandone el letargo del 
invierno, antes de que el bonsái empiece su periodo de 
crecimiento. El trasplante produce estrés en el árbol, por 
eso hay que dejar de abonar cuando se ha trasplantado. 
 
 Para mitigar este efecto estresante es por lo que es con-
veniente realizar el transplante cuando la planta está aun 
“dormida”. 
Cómo trasplantar 
 
 Antes de empezar la operación del trasplante tendremos 
preparado todo lo necesario (herramientas, nuevo sustra-
to, maceta limpia y acondicionada) para no tener que inte-
rrumpir constantemente la operación en busca de un ele-
mento olvidado y conseguir que el periodo en que va a 
estar el bonsái a “raíz desnuda” sea lo más corto posible. 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 30
 
 
 
La preparación de la maceta consiste tapar los agujeros de 
drenaje con rejilla fina (para que no se alga por ellos el 
sustrato) y pasar dos alambres por los agujeros de drenaje. 
Las plantas en su hábitat natural disponen de unas raíces 
gruesas que les sirven para anclarse a la tierra y no sufrir 
movimientos, por ejemplo a causa del viento, que rompan 
las raíces finas por las que van a alimentarse. Como noso-
tros vamos a eliminar estas raíces gruesas debemos suplir 
esta carencia de alguna forma. Este anclaje lo conseguimos 
con los alambres que acabamos de poner, que deben ser lo 
suficientemente largos para poder abrazar todo el manojo 
de raíces. 
 
 
También dispondremos un lecho en la maceta de gravilla, 
tierra volcánica o arena gorda para que el agua drene. 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 31
 
Encima de este lecho se formará un montoncito de sustrato 
en el lugar dónde se colocará el árbol. 
 
 El lugar de plantado del árbol será en el centro si la mace-
ta forma un polígono regular (forma redonda, hexagonal, 
octogonal, cuadrada, etc.) o ligeramente desplazado si es 
de forma irregular (un rectángulo o un óvalo). 
 
 La operación del trasplante es delicada: es una agresión al 
árbol, ya que él está acostumbrado a vivir en unas deter-
minadas condiciones que vamos a cambiar. Además es en 
el único momento en el que podemos observar y analizar 
las raíces, por lo que es conveniente que está operación la 
realice un especialista para minimizar los riesgos. 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 32
Qué tierras se deben utilizar para 
formar el sustrato 
 
 
La mezcla para formar el nuevo sustrato dependerá de la 
especie del árbol a trasplantar y de la situación en que 
vamos a ubicar a éste. Por tanto no se puede dar una rece-
ta general, lo más conveniente es consultar a un experto. 
 
 Si no dispones de ninguno, no dudes en contactar con 
Asociación Bonsái Mirasierra que muy gustosamente te 
informarán. 
 
Trasplante 
 
 El trasplante propiamente dicho empezará levantando el 
árbol de la maceta y desenre-
dando las raíces ayudados por 
un kumade (rastrillo pequeño) 
o dos palillos de los que son 
utilizados en las comidas chi-
nas. 
 Si utilizáramos un chorro de 
agua o de manguera quitaremos demasiada tierra vieja, 
cosa que no es deseable. La operación de desenredar el 
cepellón se realiza radialmente desde el tronco hasta el 
final del manojo de raíces. 
 
 
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 33
 Una vez terminada la operación anterior, también conoci-
da como “peinar las raí-
ces”, se recortarán las 
raíces a un tercio de su 
longitud. Si se cortan raí-
ces gruesas es necesario 
proteger las heridas con 
pasta selladora para pre-
venir ataques de hongos. 
 
 Plantaremos posteriormente el árbol encima del montícu-
lo formado con anterioridad y ataremos el árbol con los 
alambres dispuestos para el 
anclaje. Rellenaremos des-
pués toda la maceta con el 
sustrato, que tendremos 
previamente preparado, con 
ayuda de un palillo chino 
para intentar que penetre 
por todos los rincones el 
sustrato y que no queden zonas vacías (o bolsas de aire) 
que favorezcan el crecimiento de hongos. 
 
 Para finalizar regaremos abundantemente hasta que el 
agua salga limpia por los agujeros de drenaje del fondo de 
la maceta. 
 
 
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 34
Frecuencia del trasplante 
 La frecuencia con la que debe realizarse un trasplante 
variará dependiendo de la especie y el vigor del árbol. Có-
mo regla general se puede decir que un árbol joven crece 
con más rapidez que uno viejo y por tanto necesitan que el 
trasplante se realice más a menudo. Las especies de creci-
miento lento, como el haya, necesitarán una frecuencia 
menor, aún siendo jóvenes, que un frutal. No obstante, hay 
que observar al árbol, como se ha indicado en el apartado 
“Por qué trasplantar” para juzgar la conveniencia de reali-
zar la operación. 
 
 
 
 
Qué debe tenerse en cuenta después de un trasplante 
 Cómo se ha indicado anteriormente, un trasplante es una 
operación estresante para el árbol. Si se ha realizado en la 
época correcta y el árbol está fuerte, no tiene que suponer 
una gran dificultad reponerse de este trauma. No obstante, 
hasta que las raíces consigan adaptarse al cambio y empie-
cen a trabajar con normalidad, se debe proteger el árbol 
del sol y del viento. Mientras dure la adaptación se deben 
pulverizar las hojas con frecuencia. El periodo de adapta-
ción habrá terminado cuando empiece a brotar. 
 
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 35
Herramientas básicas para un aficionado al 
bonsái 
 
 Las herramientas que utiliza un profesional del bonsái son 
muchas y no es necesario adquirirlas todas desde el princi-
pio, pero hay unas pocas que son básicas para cualquier 
aficionado. 
Una recomendación muy impor-
tante es mantener limpias y des-
infectadas todas las herramien-
tas: hay que tener en cuenta que 
con casi todos los instrumentos 
que utilizamos, causan heridas 
en los árboles (como sucede en 
los distintos tipos de poda) y una 
medida de profilaxis es mantener las herramientas siempre 
limpias. 
 
 A continuación se comentará la función de estas herra-
mientas básicas. 
 
Kuikiri o podadora con corte cón-
cavo 
 
 Se utiliza para realizar podas, como se ha descrito en el 
apartado de “La Poda”. Se utiliza con el filo paralelo al 
tronco. Su corte ajustado facilita la cicatrización de las heri-
das. 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 36
Tijera puntiaguda fina 
 
 Es la herramienta que utiliza-
remos para el pinzado de ramas 
finas. Con ella realizaremos cor-
tes precisos y limpios. Debido a su largo mango podemos 
acceder a ramas interiores que, de otra manera, serían 
totalmente inaccesibles. 
 
Tijera podadora de ramas 
 
 Es una herramienta muy parecida 
a la anterior, pero más robusta y 
corta ya que tiene que ejercer más 
fuerza para cortar ramas interiores 
más gordas que las cortadas por la 
tijera puntiaguda fina. Proporciona 
un corte fuerte y preciso. 
 
Cortaalambres 
 
 
 
 
 
 
Imprescindible para la operaciónde desalambrado, ya que 
permite cortar el alambre con precisión sin dañar la corteza 
del árbol. No obstante, para desalambrar ramas finas la 
operación se realizará a mano, ya que podría ocurrir muy 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 37
fácilmente cortar de forma accidental también la rama fina 
a la vez que se corta el alambre. 
 
Vaciadora cóncava 
 
 Se utiliza para afinar los cor-
tes de la poda en ramas grue-
sas. 
 
Tenazas de jin 
 
 Se utilizan para trabajar con 
los alambres (doblar alambres grue-
sos, por ejemplo) y para pelar la cor-
teza de las ramas muertas. 
 
Rastrillo kumade 
 
Su utilización para desenredar las raíces 
se ha descrito en el apartado de “Tras-
plante”. 
 
 
Pinzas defoliadoras 
 
 Estas pinzas se utilizadan para cortar 
hojas y brotes tiernos. Su corte es extremadamen-
te preciso y fino. 
 
 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 38
Pasta selladora 
 
 Aunque no es una herramienta pro-
piamente dicha, es imprescindible con-
tar con ella en nuestra caja de herra-
mientas, ya que, como se ha comenta-
do en los apartados de “La poda” y 
“Trasplante” es imprescindible para la buena cicatrización y 
la prevención de enfermedades. 
 
Vitaminas 
 
 Otro componente que no puede faltar en nuestra caja de 
herramientas es la vitamina B1 que servirá de revitalizante 
después de efectuar un trasplante. 
 Recomendamos la marca Benerva en su presentación de 
inyectable. También se vende en forma de tabletas pero es 
más difícil de diluir. 
 
 
 
 
 
 
Pierde el miedo al bonsái 
 
 39
Las macetas de Bonsái 
 
 
 Las macetas de bonsái son al árbol lo 
que el marco es a un cuadro. La maceta 
debe realzar la belleza del bonsái, pero sin competir con él. 
El árbol es el objeto primario y la maceta el secundario, 
pero la maceta debe complementar al árbol. Las macetas 
de bonsái son más planas que las habitualmente utilizadas 
en horticultura. La profundidad de estas debe ser igual al 
diámetro del tronco del árbol y su longitud debe ser un 
poco más de dos tercios de la altura del árbol. Su anchura 
debe ser un poco menor que la longitud de las ramas, a 
ambos lados del árbol. El color y forma deben armonizar 
con las formas del árbol. 
 
 Los árboles de hoja perenne 
realzan mejor la oscuridad de sus 
follajes con las macetas de gres 
marrón oscuro sin esmaltar. 
 
 
 Si se trata de árboles de hoja ca-
duca, de follajes más brillantes, o de ár-
boles frutales de vistosa floración, real-
zan mejor sus cualidades macetas es-
maltadas en colores discretos. 
 
 
 
INDICE 
 
 
 
CAPITULO PAGINA 
 
 
Prólogo ....................................................................... 3 
¿Qué es un Bonsái?..................................................... 4 
¿Dónde situar el árbol?............................................... 5 
¿Cómo se riegan los bonsáis? ....................................10 
¿Cómo se abonan los bonsáis? ..................................18 
¿Cómo dar forma a los bonsáis? ................................21 
¿Cómo trasplantar un bonsái? ...................................28 
Herramientas básicas para un aficionado al bonsái ....35 
Las macetas de Bonsái ...............................................39 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Asociación Bonsái Mirasierra 
C/ Peña Sirio, 20 
28034 Madrid 
Tel: 917 349 024 
www.bonsaiabm.com 
 
 
 
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