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INTERACCIÓN COMUNICATIVA ENTRE COMUNIDAD SORDA Y 
OYENTE, Y LA INCIDENCIA DE ASPECTOS SOCIALES Y CULTURALES 
EN LAS PRÁCTICAS COMUNICATIVAS 
 
 
 
 
 
 
VIVIANA CAROLINA ABELLO GOMEZ 
 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS 
FACULTAD DE EDUCACIÓN 
MAESTRÍA EN INVESTIGACIÓN SOCIAL INTERDISCIPLINARIA 
LÍNEA DE LENGUAJE E INTERPRETACIÓN CULTURAL 
Bogotá 
2017 
 
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INTERACCIÓN COMUNICATIVA ENTRE COMUNIDAD SORDA Y 
OYENTE, Y LA INCIDENCIA DE ASPECTOS SOCIALES Y CULTURALES 
EN LAS PRÁCTICAS COMUNICATIVAS 
 
 
Trabajo de grado para obtener el título de: 
Magister en Investigación Social Interdisciplinaria 
 
 
VIVIANA CAROLINA ABELLO GOMEZ 
20151057001 
 
 
 
Asesor: 
Dra. MIRIAN GLIDIS BORJA OROZCO 
 
 
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS 
FACULTAD DE EDUCACIÓN 
MAESTRÍA EN INVESTIGACIÓN SOCIAL INTERDISCIPLINARIA 
LÍNEA DE LENGUAJE E INTERPRETACIÓN CULTURAL 
Bogotá 
2017 
 pág. 3 
 
AGRADECIMIENTOS 
 
 
A mis padres quienes fueron una voz de aliento y una compañía durante todo el proceso 
investigativo. 
 
A las personas sordas y oyentes participes de la investigación quienes siempre tuvieron 
la disposición de colaboración para permitirme realizar la investigación. 
 
A la profesora Miriam Borja quien me guio y colaboró con las correcciones pertinentes 
para llevar a buen término el proyecto. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 pág. 4 
RESUMEN 
 
Este trabajo tiene como propósito Analizar las formas de interacción comunicativa de la 
comunidad sorda con la sociedad oyente desde distintas prácticas comunicativas. El 
interés investigativo se centra en poder dar cuenta de cómo se construyen los espacios de 
comunicación entre estos dos grupos sociales con sus particularidades lingüísticas, desde 
una perspectiva intercultural. 
El marco teórico presenta las generalidades del concepto de discapacidad desde una 
perspectiva social, así como el campo de lo cultural e intercultural y el discurso en 
relación con la comunicación. De esta manera, el estudio que se centra en la aplicación 
de una metodología cualitativa, identifica las formas de interacción entre sordos y 
oyentes, a su vez que muestra la incidencia de los aspectos socioculturales en dichas 
prácticas. El proceso metodológico se realiza mediante el uso de las técnicas de 
observación no participante y entrevista semi-estructurada que son aplicados en diversos 
contextos en los que se desenvuelven los sujetos propios de la investigación. 
Finalmente, se muestra el análisis de la información y los resultados, que dan cuenta de 
cómo se construyen los espacios comunicativos entre las dos culturas, y de los aspectos 
que empiezan a transformar el campo de la discapacidad. 
 
Palabras clave: 
-Discapacidad 
-Lenguaje 
-Cultura 
-Comunicación 
-Discurso 
 
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Contenido 
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 6 
Planteamiento del problema .......................................................................................... 8 
Justificación ................................................................................................................ 11 
Objetivos ..................................................................................................................... 13 
1. ESTADO DEL ARTE ............................................................................................. 14 
2. MARCO TEÓRICO ................................................................................................ 20 
2.1 Discapacidad auditiva ........................................................................................... 20 
2.2. Cultura, multiculturalidad e interculturalidad ...................................................... 21 
2.3. Discurso y comunicación .................................................................................... 25 
3. DISEÑO METODOLÓGICO ................................................................................. 28 
3.1. Caracterización de la población ....................................................................... 29 
3.2. Técnicas de recoleccion de información .............................................................. 30 
3.2.1. Observación no participante .......................................................................... 30 
3.2.2. Entrevista ....................................................................................................... 30 
3.3. Sistematización y análisis de la información ....................................................... 31 
4. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LA INFORMACIÓN ................................. 33 
4.1. Comunicación y discurso ..................................................................................... 33 
4.2. Discapacidad y contexto social ........................................................................... 37 
4.3. Cultura e interculturalidad .................................................................................. 39 
5. CONCLUSIONES ...................................................................................................... 42 
6. RECOMENDACIONES ......................................................................................... 47 
7. BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................... 48 
ANEXOS: ....................................................................................................................... 50 
ANEXO 1: Observación no participante .................................................................... 50 
ANEXO 2: Entrevista semi-estructurada para personas oyentes ................................ 52 
ANEXO 3: Entrevista semi-estructurada para personas sordas .................................. 55 
ANEXO 4: Entrevista semi-estructurada para intérpretes .......................................... 58 
ANEXO 5. Matriz de análisis entrevista semi-estructurada ....................................... 61 
ANEXO 6. Matriz de análisis observación no participante ........................................ 80 
 ANEXO 7. Transcripción de entrevistas y observaciones no participantes………….84 
 
 pág. 6 
 
INTRODUCCIÓN 
 
En el mundo actual la comprensión de las interacciones sociales ha sido un asunto 
complejo, y más entendiendo que cada vez hay un mayor esfuerzo por re-significar y dar 
lugar a las diferencias y particularidades sociales y culturales. 
Para el caso específico de la sordedad, encontramos que la aproximación al fenómeno 
desde la perspectiva antropológica, ha surgido a partir del reconocimiento de este grupo 
social como minoría lingüística que por sus mismas condiciones se ha ubicado 
socialmente en el plano de la exclusión y la invisibilidad. 
En este sentido, han sido múltiples los esfuerzos a nivel gubernamental para la 
reivindicación de dichos sujetos en materia de derechos y garantías ciudadanas. En la 
Declaración de los Derechos del Sordo a nivel mundial, se ha señalado: 
La necesidad de establecer los Derechos Humanos fundamentales de las personas 
disminuidas de oído y de llamar la atención sobre ellas de los gobiernos, Naciones 
Unidas y Agencias Especializadas de las Organizaciones Internacionales no 
gubernamentales así como de las instituciones, entes y asociaciones que trabajan en el 
campo de la rehabilitación y la integración social de los Sordos, a fin de que las 
Declaraciones de principio de los documentos citados se puedan transformar, también 
para los Sordos, en una realidad auténtica y activa (Declaración de los Derechos del 
Sordo. 1999. Consideración No. 6). 
 
Así pues, se ha puesto en marcha diversos discursos que giran alrededor del 
reconocimiento del otro y sus diferencias, con el fin de garantizar una mayor participación 
de los sordos en los diferentesescenarios sociales. Sin embargo, y pese a que existe una 
legislación específica para la comunidad sorda, encontramos que lo que se expresa en la 
legalidad dista mucho de las realidades particulares de estos sujetos en el marco 
sociocultural. 
 
Desde el anterior argumento, y asumiendo el interés específico de la investigación 
(interacción comunicativa sordo-oyente), encontramos que a pesar que desde el año 1996 
en Colombia se crean algunas normas en favor del sordo y sus mediaciones 
comunicativas, se sigue desdibujando el papel de estas personas en la sociedad, y más 
allá de entender sus particularidades lingüísticas que son la LSC, el cambio que se dio fue 
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el de otorgarles el derecho a un intérprete de señas para que lograran comunicarse con la 
sociedad oyente. Esta situación, lo que en realidad demuestra es que no ha habido cambios 
significativos a nivel de reconocimiento de los sordos, sino que por el contrario las 
soluciones paliativas de supuesta inclusión, abren más la brecha a las desigualdades 
sociales. 
 
Por años se ha propuesto insertar socialmente a los discapacitados auditivos a partir de la 
“normalización”, corrigiendo la discapacidad para que puedan ingresar al mundo oyente, 
y esa afirmación, es la que ha suscitado el interés para el desarrollo de la investigación, 
porque lo que se propone aquí desde una perspectiva interdisciplinar es entender la 
situación del sordo como una problemática que pasa por el entendimiento de lo 
intercultural y el reconocimiento de la existencia de la otredad, de la diferencia y de la 
diversidad. 
 
En definitiva, la investigación propone una perspectiva diferente, la de poder 
desprenderse de la sordera como discapacidad y demostrar que este término que ha sido 
utilizado a lo largo de los años desde el ámbito médico, merece una atención desde las 
ciencias sociales y el lugar que ocupan los diversos lenguajes en las situaciones 
comunicativas. De ahí que, el desarrollo de esta investigación pretenderá demostrar una 
perspectiva diferente que percibe a los sordos como una cultura, con sus propias normas 
y valores y que posee una forma lingüística de comunicación distinta; la lengua de señas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 
 
El ser humano como sujeto eminentemente social, desde su nacimiento está inserto en 
una sociedad que de forma directa o indirecta influye en su conducta convencional 
además de su construcción como ser individual y social. Todas las representaciones 
individuales y colectivas son una configuración semiótica de la cultura, que tienen un 
sentido de significación que parte de los sistemas de interacción e interpretación de la 
realidad que tejen las personas, y que cabe decir son expresiones que se sitúan en un 
contexto y unas formas de vida particular, En palabras de Geetz “[…] la cultura no es una 
entidad, algo a lo que puedan atribuirse de manera causal acontecimientos sociales, 
modos de conducta, instituciones o procesos sociales; la cultura es un contexto dentro del 
cual pueden descubrirse todos esos fenómenos de manera inteligible, es decir, densa” 
(1973). 
Desde una posición holística, se deduce que la construcción de lo cultural “es ese todo 
complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las 
costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en 
cuanto miembro de la sociedad” (Taylor, 1975, p.29). Por ello, las configuraciones 
culturales pasan por el asumirnos y actuar frente al mundo que nos rodea y nos moldea 
en modos de vida específicos. 
Ahora bien, entendiendo que existen códigos socialmente establecidos en cada cultura, 
y que además esos códigos legitiman las formas de ser y asumirnos frente al mundo y 
con los demás, es importante preguntarnos qué sucede con las particularidades y la misma 
diversidad que existen dentro de los grupos sociales. 
Partimos del hecho que en el plano socio-cultural, el lenguaje hace parte esencial en las 
formas de comunicación al interior de una comunidad, pero ¿Qué pasa entonces cuando 
no todas las personas pueden responder a esa “lógica” comunicativa?, podría decirse que 
existen brechas o rupturas en los discursos que giran en torno a las formas de relacionarse 
con los demás, dado que ponen en el plano de la invisibilidad a quienes tienen otros 
códigos y otras configuraciones distintas, a pesar que se encuentran insertos en el mismo 
contexto que los que si responden a actos comunicativos particulares. 
 pág. 9 
Es el caso de la comunidad sorda, la que puede ponerse como ejemplo, para entender que 
a pesar que son un grupo portador de un lenguaje cultural particular, deben responder a 
la lengua “natural”, y de no poder hacerlo simplemente son desdibujados en la mayoría 
de los casos en los diferentes escenarios de la vida cotidiana. Según Skliar (1997) por 
siglos la comunidad de Sordos ha estado limitada al tema de la sordera, en donde los 
oyentes han mantenido sus estrategias colonizadoras decidiendo lo más adecuado para 
ellos y llevando la discusión, casi exclusivamente, al ámbito de la rehabilitación y, por 
ende, desde un punto de vista patológico. 
 
En el contexto colombiano, encontramos que la comunidad sorda, como grupo 
minoritario, ha sido estereotipada históricamente como personas incapaces o con 
limitaciones, lo que les dificulta insertarse fácilmente en la sociedad, por lo que en 
muchos de los casos si no pueden entrar en la “lógica natural” de los demás, se ven 
obligados a solo poder interactuar con quienes comparten sus misma condición. “Pese a 
toda esta vida propia de los sordos (el lenguaje, la comunidad, el humor, la cultura, que 
surge de lo profundo de su propia experiencia como sordos), aún persiste la postura oficial 
tradicional de que las personas sordas han de recibir enseñanza oral y de que, pese a todo, 
apenas son aptas para una vida normal” (Sacks, 1989, p. 11) 
Dada esta situación, es necesario entender que en el plano del reconocimiento a la 
interculturalidad, la comunicación no puede ser entendida desde pautas homogenizantes 
que pretenden englobar las formas comunicativas en términos de lo natural, que para el 
caso de una sociedad oyente es la oralidad, sino que por el contrario, se trata de pensar 
que de acuerdo a las particularidades en los rasgos lingüísticos de los grupos sociales, es 
importante dar reconocimiento y lugar de la otredad como aspecto que rescata la 
pluralidad de las diferencias simbólicas sobre las cuales las personas interactúan con el 
mundo. Desde los argumentos de Skliar (2007) la discapacidad pone en tela de juicio la 
existencia de un cuerpo único y normal, de una lengua única y normal, de un aprendizaje 
único y normal, de un comportamiento único y normal. 
Desde esta perspectiva y situados en las particularidades de la comunidad sorda, cabe 
señalar que aprender a vivir en condiciones sociales de diferencia, implica que los 
procesos comunicativos que se dan entre esta comunidad que tiene un sistema cultural 
basado en el uso de LSC, con la sociedad oyente que oraliza la mayoría del tiempo para 
interactuar con las personas de su entorno, requiere del entendimiento de que a pesar de 
 pág. 10 
las diferencias lingüísticas de los grupos insertos en una sociedad, finalmente los seres 
humanos somos heteroculturales, y de ahí la necesidad de conocer las distintas técnicas 
que ofrecen la posibilidad de interactuar con el mundo, desde diferentes expresiones. 
 Sin embargo, el déficit auditivo y las diferencias lingüísticas han obstaculizado en cierta 
medida la interacción social de esta población con las personas oyentes, debido a que 
como no hay apropiación de la lengua oral en los sordos, y sumado a eso tampoco por 
parte de los oyentes existe conocimiento sobre la lengua de señas, se evidencia entonces, 
que existe cierta dificultad para poder intercambiardiálogos y significados entre estos dos 
grupos. 
Dentro de ese marco, se evidencia que si ciertamente existe un interés por reconocer las 
particularidades sociales, y la diversidad de formas de comunicación que se pueden dar 
al interior de un grupo social, aún persiste un dominio de la oralidad frente a los procesos 
de interacción comunicativa, y este hecho supone un cambio paradigmático frente a las 
alternativas de vinculación de los sordos en la sociedad oyente, en el que ya no se trate 
de entender esta población en una dinámica aislada de la sociedad oralizada, sino por el 
contrario se reconozca el espacio de este grupo con lenguaje propio como parte de un 
grupo social en el que a pesar de las diferencias lingüísticas es importante la interacción 
con el resto de individuos del entorno en el que viven. 
Así pues, atendiendo a estas consideraciones y desde una postura interdisciplinaria, es 
importante preguntarse: 
¿Cómo se construyen los espacios de interacción comunicativa entre la comunidad 
sorda y la comunidad oyente, desde el reconocimiento de la interculturalidad? 
 
 
 
 
 
 
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JUSTIFICACIÓN 
 
El mundo de la comunidad sorda, históricamente ha sido definido desde la mirada de la 
sociedad oyente, quienes por lo general simplemente asumen la sordedad desde el plano 
de lo patológico, invisibilizando en la mayoría de las ocasiones las implicaciones la 
discapacidad auditiva en el plano social. Tal como lo plantea Ramón Puig de la 
Bellacasaha (1990) hemos etiquetado a esta población refiriéndonos a ellos como los 
“minusválidos” “impedidos” “lisiados” o “inválidos”. Esta estigmatización, es una total 
complejidad social, en el sentido de que sin duda, las atribuciones que se le ha dado a esta 
población es el resultado de una historia de exclusión y menosprecio, sometiendo y 
limitando a estos sujetos. 
Desde la antigüedad hasta hoy en día ha existido grandes contradicciones en el trato que 
se le da a la persona con discapacidad, lo cual constituye una tensión entre las 
concepciones de las que es objeto el tema discapacidad y lo que respecta como tal al 
reconocimiento de estos sujetos como iguales a las demás personas. Desde una 
perspectiva amplia “La discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la 
interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al 
entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de 
condiciones con las demás”. (Convención de la ONU, 2008). 
Dada la complejidad de la situación, y asumiendo que la enfermedad no solo se traduce 
en un déficit auditivo, sino que además trae consigo implicaciones sociales bastante 
importantes, a partir de la década de los sesenta, empieza a surgir desde la visión 
antropológica, lingüística, sociológica y psicología un interés por entender la enfermedad 
como una situación que por su sistema cultural especifico en el que sus códigos 
comunicativos se basan en el uso de la lengua de señas, trae grandes restricciones dentro 
de la sociedad en general. 
Así pues, y sin reducir la sordedad al ámbito clínico, sino por el contrario dando paso a 
diversas miradas desde las diferentes disciplinas, quienes se han interesado por entender 
las situaciones sociales del sujeto sordo, se vuelve importante empezar a replantearse la 
situación de esta comunidad en el plano del reconocimiento como grupo minoritario, que 
históricamente han construido formas de organización y comunicación muy propias de 
ellos. 
 pág. 12 
Si partimos del hecho que, la construcción de la realidad humana, pasa por la construcción 
lingüística, es indudable que según el tipo de lengua que se hable así mismo las personas 
construyen la significación sobre su realidad. Por eso es tan importante entender que no 
simplemente la oralidad o la escritura constituyen el plano comunicacional, sino que 
además otros elementos como los gestos o las señas que son tan propios de la comunidad 
sorda, también denotan sentidos sobre la interacción social. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 pág. 13 
OBJETIVOS 
 
1.1. Objetivo General 
 
 Analizar las formas de interacción comunicativa de la comunidad sorda con la 
sociedad oyente desde distintas prácticas comunicativas 
 
1.2. Objetivos Específicos 
 
 Identificar las características de la interacción comunicativa del sujeto sordo en el 
contexto de la sociedad oyente 
 
 Describir los principales aspectos sociales y culturales, que inciden de manera 
positiva o negativa en los espacios de interacción comunicativa de la comunidad sorda 
con la sociedad oyente 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 pág. 14 
1. ESTADO DEL ARTE 
 
Para la investigación que aquí se desarrolla, la cual enmarca su interés en la forma como 
se dan los procesos comunicativos de la comunidad sorda con la sociedad oyente, fue 
necesario hacer un proceso de revisión bibliográfica de investigaciones que han centrado 
su interés en el estudio de dicha población desde diferentes metodologías, disciplinas y 
perspectivas epistemológicas. 
De esta manera, las investigaciones que se tuvieron en cuenta se encuentran relacionadas 
con el tema de la discapacidad auditiva más específicamente con lo que implica la 
condición de sordera en los diferentes espacios y contextos sociales en los que se 
desenvuelve la vida de estas personas, así como también aquellas investigaciones que 
muestran la discapacidad auditiva como un asunto que va más allá del simple diagnóstico 
médico, evidenciando las implicaciones sociales que trae consigo la enfermedad. 
Las fuentes que se tuvieron en cuenta para la construcción del estado del arte, fueron las 
que se realizaron en Colombia posterior al año 2005 y que fueron abordadas desde 
disciplinas del área social. 
De estos trabajos, se puede rescatar la intencionalidad de mostrar la discapacidad auditiva 
desde un ámbito más allá de lo clínico, y frente a ello aportes como los planteados en la 
tesis: Conceptualización de la discapacidad: reflexiones para Colombia de Carlos 
Andrés Gómez Acosta y Clemencia Cuervo Echeverría (Universidad Nacional de 
Colombia 2014) permiten abordar la conceptualización de discapacidad desde el 
reconocimiento de las particularidades de la población en el contexto colombiano y las 
implicaciones que tiene la limitación auditiva en los diferentes escenarios sociales, 
políticos y culturales; lo que lleva a pensar, y relacionándolo con el interés de la presente 
investigación, en cómo esas expresiones que se evidencian desde una realidad particular, 
en este caso la de una limitación auditiva, pueden considerarse expresiones de un 
fenómeno de exclusión desventajas y privación, que no son más que el resultado de las 
barreras sociales que restringen el desarrollo de las personas que tienen deficiencias. 
Así pues, y en concordancia con lo anterior otro gran aporte es el que sustenta Julio Cesar 
Beltrán en su tesis Discapacidad en Colombia: Reto para la inclusión de capital 
Humano de (Fundación Saldarriaga Concha, 2010)donde sostiene que “a pesar de la 
extensa normatividad y las actividades desarrolladas, se encuentran aún barreras que 
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impide a los discapacitados participar en igualdad de condiciones a las demás personas 
en la vida familiar, social y comunitaria”(pág. 6), que para el caso particular de los sordos, 
como bien lo plantea también el autor y basándonos en el interés particular para el 
desarrollo de esta investigación, las barreras comunicativas se convierten en una 
restricción para la participación activa y la socialización en el entorno social. Estos 
elementos entonces ,plasmados en la investigación de Julio Cesar Beltrán que tiene como 
objetivo describir la dimensión corporal, individual y social de la comunidad sorda a 
partir de la participación y el desarrollo en general, permite pensar en la comunicacióncomo una situación transversal en cada escenario donde están inmersos estos sujetos. 
Desde esta perspectiva y dando lugar a los tratados de la sordera producidos desde los 
discursos hegemónicos que históricamente se han construido sobre esta población, tesis 
como la titulada: Narrativa corporal de sujetos sordos en resistencia al biopoder de 
Diana Xiomara Garay (Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo 
Humano-CINDE. Vol.5 N° 1 2013), permite dilucidar cómo el sujeto sordo, quien es 
portador de una lengua minoritaria, debe debatirse entre la aceptación de normas y rutinas 
impuestas por el modelo biomédico que garanticen reconocimiento social, o asumir 
posturas de ruptura, bajo el riesgo de ser estigmatizados al interior de las dinámicas 
sociales. En este sentido, y como aporte significativo a la presente investigación que se 
enmarca en lo comunicacional, Diana Xiomara afirma teóricamente cómo en el campo de 
la sordera: 
[…] se han atribuido juicios asociados a la mudez desde la concepción de imposibilidad 
comunicativa fuera del campo de las lenguas orales, es común reconocer la nominación 
de sordomudo como término empleado desde el imaginario colectivo. Ello conduce a la 
comprensión del sordo desde una situación de minusvalía o discapacidad que, de ser 
posible, deberá ser solventada por el acceso a las nuevas tecnologías del cuerpo en asocio 
con todo tipo de técnicas y métodos que desde la terapia del lenguaje, la fonoaudiología 
escolar y el acompañamiento audiológico –para el uso adecuado de ayudas auditivas–, 
den lugar a la producción de voz como canal eficaz de comunicación y participación 
social (Garay, p.99). 
 
Entendiéndose entonces la tendencia de un proceso normalizador y productivo de los 
sordos (la oralidad), puede evidenciarse relaciones de poder existentes, que involucran un 
proceso de enculturación de los sordos en la cultura del dominador, es decir, la del oyente. 
 pág. 16 
A propósito del ámbito comunicativo y de la necesidad del reconocimiento de la lengua 
de señas como rasgo lingüístico de los sordos, la investigación de Alex Giovanny 
Barreto Muñoz que se titula La Incidencia de la Interpretación de Lengua de Señas 
en la Educación de los Sordos: Dos Hipótesis a Partir de la Obra de Harlan Lane. 
(Universidad Nacional Abierta y a Distancia, 2014), a pesar de enmarcar su interés en 
el ámbito educativo, permite a partir de sus aportes,1 extraer elementos interesantes de 
gran aporte para esta investigación, relacionados con la mirada lingüística y cultural de 
los sordos, partiendo del hecho que hay políticas que se enmarcan en el plano de la 
inclusión, pero que no ha borrado las brechas existentes en el marco de la exclusión social 
para los grupos poblacionales diferentes. Se sustenta entonces que, los sordos son una 
población en la que la mayoría aprende la lengua de señas colombiana como lengua 
natural y como primera lengua, sin embargo, al estar insertos en un contexto de oralidad, 
tienen la necesidad de aprender el español como segunda lengua, presentándose entonces 
una discusión por la exclusión y la invisibilidad que se le ha dado a los sordos como 
portadores de una identidad y rasgo lingüístico particular. Desde esta perspectiva 
entonces, al final de dicha investigación queda para el autor la pregunta de “¿No será que 
la comunidad sorda colombiana ha sido transformada por los intérpretes y traductores de 
lengua de señas?, y es entonces cuando el interés de la presente investigación toma fuerza 
y valor, en evidenciar precisamente qué pasa con la lengua y las formas comunicativas de 
los sordos dentro de una sociedad oyente. 
De otro lado y en un panorama más amplio, como lo es el de la condición del sordo en 
el espacio social, se encuentra que la investigación de Freddys Teresa Poveda Niño y 
Beymar Torres Baraceta, titulada: vida cotidiana de un grupo de jóvenes sordas y 
sordos en Bogotá D.C (Universidad de La Salle,2009),la cual tiene como objetivo 
“Describir la vida cotidiana de las y los jóvenes sordos a partir de sus hábitos e identidad 
social”, y que resalta la posición de estas personas en el campo de lo social, desde la 
exclusión y la desventaja. Así pues, afirmaciones como: 
 
La condición auditiva restringe la vida de las y los jóvenes en aspectos como la expresión 
de sus emociones, deseos y opiniones, la comprensión de significados culturales y el 
poder instruirse para desempeñar actividades productivas. A todo ello se agrega el 
 
1 Aportes basados en el objetivo de la investigación de dicha propuesta “contribuir a través del 
análisis bibliográfico a una comprensión más profunda de la interpretación de la lengua de señas 
como un fenómeno cultural, educativo y político de la educación de los sordos en Colombia” 
 pág. 17 
desconocimiento de la lengua de señas en las instituciones prestadoras de los servicios 
médicos y bancarios en general. A su vez se registra una permanente exigencia a la 
oralización por parte de algunos de los padres de las y los jóvenes, hechos que derivan a 
dificultades a la hora de transmitir en el ámbito familiar prácticas, patrones de 
convivencia, opiniones alternas y expresiones de emotividad en el hogar. La condición 
auditiva no facilita establecer interacción con otras personas más allá de quienes se 
desempeñen en la lengua de señas (Niño; Baraceta, p.39) 
 
Permite ubicar la sordedad en un campo problemático, que en concordancia con la 
presente investigación, suscita un interés desde el campo interdisciplinar, sobre el cual es 
importante tomar varios elementos para entender desde una perspectiva holística la 
condición de ser sordo. 
 
 A su vez, la investigación de Niño y Baraceta, encuentra que: Con el ánimo de dar cuenta 
de las condiciones propias de la identidad de los sordos, (condiciones de vida, 
identificaciones, cualidades, necesidades, intereses, sentimientos, potencialidades, 
discriminaciones y exclusiones), los sordos se encuentran en una situación de desventaja 
histórica y de opresión, lo que requeriría un proceso político y de conciencia sobre el 
reconocimiento de particularidades históricas que son propias a cada grupo, y que por 
ende también lo son para el grupo de los sordos. 
 
Por otra parte, en cuanto a la tesis de investigación de Sara Nidia Sánchez Morales, 
Neyer Astrid Daza Bejarano y Estefany Castiblanco Gómez, titulada: experiencias 
laborales de 4 personas en situación de discapacidad auditiva en Bogotá 
(Universidad de La Salle 2011), se puede aprovechar elementos de gran aporte como lo 
son: la noción de la discapacidad auditiva desde la perspectiva laboral, en donde se trata 
de entender la necesidad de las personas sordas a acceder a un trabajo, no solo para dar 
garantía a los derechos, sino además para procurar un estado de productividad y de 
inclusión en ese escenario social. 
En este sentido, e hilando estos argumentos con el interés de la presente investigación, se 
evidencia un amplio panorama de la situación del sordo en el trabajo y las limitantes que 
encuentran estos sujetos al enfrentarse a ese campo y en general a un escenario donde 
predomina la oralidad. Sin embargo, y a pesar que de la tesis se puede sustraer elementos 
interesantes como el referenciado anteriormente para tomar de referencia, el presente 
 pág. 18 
trabajo investigativo va más allá de la situación del sordo en el campo laboral, dando 
espacio a indagar en cómo se construyen los espacios de interacción comunicativa en los 
diversos contextos sociales. 
En cuanto a un acercamiento conceptualmente más cercano al interés investigativo, se 
encuentra la investigación de Ana María Muñoz Ramírez, titulada: Procesos de 
comunicación entre sordos y oyentes de la universidad tecnológica de Pereira 
(Universidad Tecnológica de Pereira 2014), en la que se evidencia el problema 
comunicacional entre sordosy oyentes, quienes no comparten los mismos códigos y 
canales de comunicación para lograr una interacción fluida. Sin embargo y a pesar de que 
esta investigación tiene grandes aportes a nivel teórico como lo es la concepción de la 
discapacidad en el ámbito comunicacional, la complejidad de la interacción y la 
representación de la LS para los sordos, solo tiene un alcance de análisis de la 
discapacidad auditiva en el marco de la educación superior incluyente, lo que demuestra 
entonces que resulta interesante evaluar esos procesos de comunicación es escenarios 
diferentes al escolar, sobre todo teniendo en cuenta que en dicha investigación la 
comunicación da cabida a analizar el papel del interprete dentro del aula, y lo que 
finalmente interesa en la presente investigación es indagar por la comunicación directa 
sordo-oyente. 
 
Bajo la misma perspectiva de lo comunicacional, pero desde una mirada de lo cultural e 
intercultural , está la tesis de Julie Paola Rodríguez Baquero, titulada: 
Interculturalidad, comunicación y cultura en los procesos educativos de los 
estudiantes sordos del IED San Francisco(Universidad Distrital Francisco José de 
Caldas) en la que hay un aporte significativo en el abordaje del concepto de 
interculturalidad como expresión latente en los procesos comunicativos, que aunque son 
producto de un análisis al interior de una institución educativa, finalmente muestra como 
las diferentes practicas comunicativas como lo es el bilingüismo a pesar de que tiene 
pretensiones de inclusión de lenguaje, sigue habiendo una fuerte tendencia a la 
desinformación y poco conocimiento de la LSC, lo que se traduce entonces en el esfuerzo 
grande que se debe seguir haciendo por dar lugar a aquellos que han sido desdibujados 
socialmente. 
 
 pág. 19 
Del mismo modo y desde los propósitos de abordar la sordedad desde el campo de lo 
social y lo interdisciplinar, está la tesis de Diana Marcela Murcia, titulada: Un 
acercamiento a las representaciones sociales en torno al concepto de sordedad 
(Universidad Distrital Francisco José de Caldas), la cual enmarca su propósito 
investigativo en la descripción y análisis de las representaciones sociales que se han 
construido socialmente en torno al concepto de sordedad, y de cómo todo ello ha 
construido una visión y un reconocimiento particular sobre la comunidad sorda. En este 
sentido, y como aporte significativo para la presente investigación, la tesis de Diana 
Murcia permite hacer una lectura de qué pasa con la mirada sobre la discapacidad y como 
se han reproducido discursos desde la exclusión e invisibilización para la población sorda. 
Así mismo, y dada la intención de la autora en su tesis, se logra evidenciar que el 
acercamiento entre personas sordas y oyentes ha estado marcado por una imposición de 
una lengua, la cual es la castellana, y todo ello resulta interesante para el propósito de la 
presente investigación en la que se pretende precisamente analizar qué pasa con el proceso 
comunicativo entre estos dos grupos sociales (sordos-oyentes) al manejar formas 
comunicativas distintas. 
En definitiva, cada investigación que se tuvo en cuenta para la construcción del estado de 
arte, se enmarcan de una u otra manera sobre el tema de interés para la presente 
investigación, es decir; sobre la discapacidad auditiva desde una perspectiva social, sobre 
las cuales se logró aprovechar elementos importantes como lo son la concepción de la 
sordedad desde el campo social y la importancia del reconocimiento de la diversidad 
lingüística, con el fin de no caer en discursos normalizadores que desdibujen la 
particularidad lingüística de este grupo. Sin embargo, y de forma general se encuentra 
que a nivel investigativo, existe una fuerte tendencia en trabajar esta problemática desde 
el campo educativo, o desde el afrontamiento de la enfermedad tras la detección médica, 
lo que significa que la situación de la presente propuesta investigativa (campo 
comunicativo entre sordos y oyentes), resulta novedosa y de gran aporte a una perspectiva 
de la situación, desde el campo interdisciplinar. 
 
 
 
 pág. 20 
2. MARCO TEÓRICO 
 
2.1 DISCAPACIDAD AUDITIVA 
La discapacidad abordada desde el campo de lo científico y desde una mirada clínica 
plantean que “una discapacidad es toda restricción o ausencia (debida a una deficiencia) 
de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera 
normal para un ser humano (OMS, 1980). Ahora bien, con los cambios conceptuales, y 
la concepción de la discapacidad desde un modelo social, se plantea una visión en la que 
se permite integrar la noción de las barreras físicas, sociales y actitudinales existentes 
contra las personas que presentan alguna deficiencia. 
De esta manera y con la pretensión de construir una perspectiva nueva de la discapacidad, 
se encuentra la idea de que esta no es simplemente una anomalía médica o fisiológica, 
sino que además los prejuicios y estereotipos construidos socialmente influirán en el 
deterioro de las condiciones de la persona que tiene la discapacidad. Dada esta situación, 
autores como Oliver plantean como alternativa “centrarse en las causas y dimensiones 
sociales de la discapacidad, entendiendo que una “teoría social” de la discapacidad, debe 
estar localizada dentro de la experiencia de las propias personas con discapacidad y sus 
intentos, no solo para redefinir la discapacidad sino también para construir un movimiento 
político entre ellos mismos y desarrollar servicios proporcionados con sus propias 
necesidades autodefinidas" (Oliver, 1990, p.11). Bajo estos preceptos, encontramos 
algunos planteamientos que apoyan esta noción como lo son los planteamientos 
sustentados por Barton, quien presenta la importancia de mirar la teoría social desde un 
enfoque emancipador con el fin de contribuir al desarrollo de conocimientos y reflexiones 
que permitan ir más allá de la visión de la discapacidad como inferioridad biológica, 
mostrando como las experiencias y la forma de relacionarnos con las personas con 
discapacidad definen finalmente las implicaciones que esta puede tener. Según el autor, 
“las personas son discapacitadas no debido a sus insuficiencias físicas o mentales, sino 
por la configuración de una sociedad diseñada por y para personas no discapacitadas” 
(1998, p. 163). 
Por otro lado y haciendo referencia específica a la discapacidad que es de interés para 
esta investigación (auditiva), encontramos los aportes teóricos de Skliar, quien en 
 pág. 21 
términos de la relación del sordo frente a la sociedad en general, encuentra una innegable 
desventaja sociocultural por los mismos estereotipos que se le ha otorgado a dicho grupo 
minoritario y sobre los cuales discursos de “normalidad y anormalidad” como lo plantea 
el autor, incide en las maneras de relación entre las personas, además de determinar las 
formas de actuación de las personas con su mundo. En palabras de Skliar (1995) la 
discapacidad es la restricción de lugares y roles sociales que un individuo o grupo de 
individuos sufren a causa de un déficit. Tales restricciones obstaculizan a estos sujetos el 
acceso con plenitud a la cultura, en aspectos tan variados como la recreación, la religión, 
la educación, el mundo laboral, etc. Estas 3 exclusiones pueden ser formales y explícitas 
o bien informales, resultantes de prohibiciones interiorizadas. 
Bajo esta perspectiva se entiende que el concepto de discapacidad en el campo de lo 
social, ha sido parte de la construcción de un discursos que han segregado y estigmatizado 
a quienes tienen alguna limitación y sobre los cuales pareciese solo se pudiera hacer 
atribuciones negativas por no responder a los “cánones de normalidad”. De esta manera, 
el concepto discapacidad puesto en términos del interés investigativo, supone una 
distinción entre la insuficiencia o limitación y la situación socialque estas personas 
tienen por su condición, porque si bien no se niega la existencia de una restricción 
biológica, también es cierto las barreras y limitaciones sociales son constructos sociales 
que las mismas personas nos encargamos de crear, porque al fin de cuentas como sostiene 
King Jordan2 “una persona sorda puede hacer cualquier cosa igual que un oyente, excepto 
oír”(2010, p.67) 
 
2.2. CULTURA, MULTICULTURALIDAD E INTERCULTURALIDAD 
 
Considerando que la investigación en el ámbito interdisciplinario no puede desconocer 
el campo cultural, aquí se hace necesario abordar el concepto para entender por un lado 
las particularidades de los sordos como cultura, y por el otro para poner en relación esa 
singularidad y esa forma de ser tan propia de este grupo social, en relación con una cultura 
oyente. 
 
2 Primer presidente sordo de la Universidad de Gallaudet. La Universidad de Gallaudet es la 
única universidad del mundo cuyos programas están diseñados para personas sordas. Está 
situada en Washington DC. 
 pág. 22 
En términos generales, se entiende que desde que nacemos nos encontramos insertos en 
una cultura que nos ubica en un contexto particular y un tejido social sobre el cual 
empezamos a interactuar y actuar simbólicamente. En la antropología han sido diversos 
los conceptos que han aparecido en torno a la cultura, algunas de las primeras definiciones 
hacían alusión al concepto como una totalidad compleja que incluye conocimientos, 
creencias, arte, moral, leyes, costumbres, entre otras capacidades adquiridos por el 
hombre en sociedad. 
Con el paso del tiempo y desde una óptica más estructural y funcional, se empieza denotar 
que lo cultural tiene que ver con los modos de definir las relaciones sociales y el sistema 
de símbolos. Se observa entonces tendencias como la de Geertz quien asegura que “la 
cultura consiste en estructuras de significación socialmente establecidas en virtud de las 
cuales la gente hace cosas” (1973, pag.26), y en este sentido podemos decir que dentro 
de ella confluye la vida de los sujetos. 
Hablar entonces en el campo investigativo, de la cultura como elemento que estructura y 
da sentido al mundo social, supone también desde la postura interdisciplinaria, dar 
reconcomiendo al lugar de la diferencia y la singularidad, que no es otra cosa más que la 
muestra de la diversidad misma dentro del gran concepto de cultura. Para Geertz: 
[…] lo que en realidad encara el etnógrafo es una multiplicidad de estructuras 
conceptuales complejas, muchas de las cuales están superpuestas o entrelazadas entre sí, 
estructuras que son al mismo tiempo extrañas, irregulares, no explícitas, y a las cuales el 
etnógrafo debe ingeniarse de alguna manera, para captarlas primero y para explicarlas 
después.” (1973, p.24). 
 Lo que podría entenderse entonces, es que la diversidad que caracteriza la sociedad, 
denota unas formas particulares de asumirse frente y con el mundo, cosa que para el caso 
específico de los sordos lleva a pensar en el reconocimiento del lugar de la diferencia. 
Bajo estos preceptos, la compresión de la cultura viene a ser no simplemente un 
conocimiento de las diferencias, sino más bien una compresión y análisis de cómo y por 
qué han ocurrido dichos cambios. El compromiso entonces se enmarca en entrar a analizar 
el lugar de lo multicultural e intercultural como elementos estrechamente relacionados 
con la cultura. 
 pág. 23 
En cuanto a lo multicultural, se puede decir que es precisamente el reconocimiento de la 
existencia de diversos mundos de vida que se encuentran dentro del sistema cultural, en 
el que se da lugar a “esos otros” que se dan desdibujado tras las posiciones de una cultura 
de patrones universales, dejando de lado el escenario de identidades plurales. Para Skliar 
y Duschatzky “El multiculturalismo se levanta contra las posiciones homogeneizadoras 
reivindicando no sólo la inconmensurabilidad de las culturas según patrones universales 
sino los derechos plurales no previstos por las narrativas totales” (2000, p. 6). 
Por otra parte en cuanto a lo intercultural, podemos decir en un primer momento que la 
sociedad se ha mostrado a lo largo de la historia reticente a convivir con la diversidad, 
pareciera que se pretendiera englobar las dinámicas sociales en una lógica homogenizante 
en las que todos los seres humanos son asumidos por iguales sobre las vagas nociones de 
normalidad, y que quienes se encuentren fuera de esos “parámetros” son vistos desde un 
punto d vista segregacionista. Esta situación, es el resultado de la dificultad de pensar en 
la pluralidad que Skliar lo define en términos de que “Hay demasiada ausencia del otro 
en nosotros” (2005). Es por ello, que el discurso social que ha caído en el error de tratar 
de asegurar y garantizar las identidades fijas, centradas, homogéneas y estables, ha dejado 
de lado el lugar de la otredad y por ende toda forma de alteridad3. 
En este sentido, y dadas las situaciones sociales que puede acarrear una discapacidad, en 
este caso particular discapacidad auditiva, para Skliar “la deficiencia no es una cuestión 
biológica, sino una retórica cultural. La deficiencia no es problema de los deficientes y/o 
de sus familias y/o de los especialistas. La deficiencia está relacionada con la idea misma 
de la normalidad y su historicidad. (2002, p.118) 
Dada esta situación, el lugar de la interculturalidad toma su importancia precisamente en 
el reconocimiento de los otros como sujetos portadores de una marca cultural, en donde 
hay unos contenidos y unas costumbres muy particulares, pero que ello no implica que 
no hagan parte de ese gran tejido social, por el contrario, allí radica lo interesante de esa 
mezcla e intercambio de diferentes formas de significar el mundo. 
 
3 En términos Sociales, y desde los argumentos de Skliar “La alteridad, para poder formar 
parte de la diversidad cultural "bien entendida" y "aceptable", debe desvestirse, des-
racializarse, des-sexualizarse, despedirse de sus marcas identitarias, ser como los demás” 
 pág. 24 
Para el caso específico de la cultura sorda en relación con la cultura oyente, encontramos 
que las particularidades lingüísticas de cada grupo, denotan una diferencia significativa 
culturalmente hablando, y allí el lugar de la interculturalidad se pone en tensión dada las 
concepciones de la sordera socialmente construidas, en donde como afirma Rodríguez, 
los sordos son una comunidad “silenciosa” y al mismo tiempo “silenciada” (Rodríguez, 
2005, p.157). Lo que esto quiere decir, es que las diversas formas de conceptualizar la 
sordera influyen directamente en la situación y la autopercepción de las personas con 
dificultades auditivas, lo que en últimas se entiende como la falta del lugar del 
reconocimiento de la diferencia cultural, en donde debería entenderse que existe un 
mundo sordo en el que el lenguaje natural gestual-visual de este grupo minoritario no 
puede desdibujarse y obligarse a reemplazar por el rasgo lingüístico de la comunidad 
oyentes, es decir, la oralidad. 
Más bien, lo que podría pensarse en el marco de la interculturalidad, es ver como esas 
diferencias que ponen a la comunidad sorda en el lugar de minoría cultural y lingüística, 
con respecto a la predominancia de la oralidad de la sociedad oyente, puede generar un 
espacio de intercambios simbólicos y de significaciones que enriquezcan el sentido 
cultural y el entendimiento de la multiplicidad de formas de asumir el mundo. 
De ahí que, el reconocer la presencia del otro en tanto sordo, sin pensarlo, se traza una 
manera determinada de interpretar el mundo y de nombrar aquello que se torna diferente. 
Como lo plantea Clavijo (2007), el otro no es el diferente, todos somos diferencia y para 
comprender esto, es necesario posibilitar la ruptura epistemológica en los pensamientosacerca de ese otro, no solo para la existencia y construcción del propio yo, sino sobre 
todo, para la construcción de la intersubjetividad, entendida como el proceso de 
producción de significados desde la perspectiva de cada persona. 
Todo lo anterior, nos hace pensar que en realidad hay una necesidad de que los oyentes 
comprendamos el mundo del sujeto sordo, para romper con el “control del conocimiento”, 
como lo percibe la comunidad sorda, quienes a partir de sus manifestaciones dan a 
entender que existen patrones que los desdibuja como sujetos portadores de su propia 
lengua. 
 pág. 25 
De esta manera, darle lugar al concepto sordedad, permite hacer hincapié en la naturaleza 
del ser sordo y en la realidad de su condición, de manera que se contrarreste los discursos 
hegemónicos oralistas. 
 
2.3. DISCURSO Y COMUNICACIÓN 
 
Las personas en condición de discapacidad auditiva se han configurado como una 
comunidad diferente de las otras por la misma particularidad de su lengua. Todo ello ha 
llevado a que la configuración del universo simbólico y las prácticas sociales de esta 
cultura disten de la cultura mayoritaria, es decir la oyente. 
De ahí que, uno de los aspectos más importantes que giran alrededor del reconocimiento 
de la interculturalidad y las diferencias lingüísticas de los grupos, es la comunicación, 
sobre la cual refiere Grimson: “El desafío para la comunicación intercultural es que así 
como en el lenguaje verbal existen múltiples lenguas, tantas otras se podrán encontrar en 
el lenguaje del silencio, del gesto, del espacio” (2000,p.61); y en ese sentido se entiende 
que esa multiplicidad de lenguas en el intercambio social, comunicativo y cultural, están 
llamados a buscar puntos de encuentro, que en términos de la diversidad no es otra cosa 
más que el reconocimiento del otro dentro de un mismo contexto. 
Para el caso particular del espacio comunicativo que se da entre sordos y oyentes, se sabe 
que socialmente ha existido una barrera en la que se ha desdibujado la LS como rasgo 
lingüístico propio de los sordos, siendo esto parte de una supuesta lógica comunicativa 
que gira en torno a la oralidad. Ante esta situación como bien afirma Bayton ““el mayor 
impacto de la sordera es sobre la comunicación” (2000, p.391). 
 
Si nos ponemos a pensar en las posibilidades de una persona sorda dentro de un contexto 
audible, encontramos que sin lugar a dudas existe grandes brechas o actitudes 
discriminatorias en todos los ámbitos sociales, pero sobre todo en el plano de la 
interacción comunicativa de este grupo, que cabe decir es minoritario, frente a la sociedad 
oyente. Encontramos además, que a causa de universalismos pretensiosos, algunos 
códigos lingüísticos, que en la generalidad es el habla, históricamente ha adquirido una 
connotación tan fuerte, que ha pasado a convertirse en el modelo y código formal de 
 pág. 26 
comunicación, desdibujando por completo otras posibilidades de interacción “la actitud 
por la que un código o estilo pasa a ser considerado mejor, o más sofisticado o más 
eficiente que otros, suele ser un factor altamente persistente en la interacción social en 
todo el mundo” (Gumperz 1981, p. 127). 
Dada esta situación, y la necesidad de romper con los esquemas de homogenización que 
giran alrededor del acto comunicativo, el sociolingüista Dell Hymes con sus 
investigaciones frente a la etnografía de la comunicación, plantea que los actos 
comunicativos no pueden asumirse desde la universalización del lenguaje, sino que 
contrario a ello, hace el análisis de entender que existe una variabilidad dialectal, y que 
por tanto los signos, los símbolos y códigos sociales son configuración semióticas de cada 
cultura. (1962) 
Desde luego, no deja de ser un cuestionamiento o un obstáculo, algunos planteamientos 
que giran en torno a que existen unas estructuras sociales dadas, o algunos discursos 
homogenizantes que pretender encasillar el mundo social. Sin embargo y como bien lo 
plantea Hymes, el lenguaje más allá de su estructura y forma, se ocupa de la manera 
como este cumple funciones específicas en la Interacción. 
De esta manera y frente al reconocimiento del lenguaje desde la sociolingüística, la 
competencia comunicativa exige no sólo la habilidad para manejar una lengua sino 
además saber situarse en el contexto comunicativo de cada comunidad específica, en sus 
diversas formaciones sociales, culturales e ideológicas. Es decir, que si hablamos de 
situaciones comunicativas, obligatoriamente tenemos que aludir a conceptos tales como 
espacio y lugar, entendiendo que ambos conforman la categoría escenario o entorno 
social, en el cual indiscutiblemente se reconocen unas particularidades propias del 
lenguaje. “los eventos comunicativos y otros eventos sociales se definen en relación con 
los lugares definidos socialmente y viceversa” (Van Dijk, 2011 p. 78). 
Es así que el discurso resulta ser en términos comunicativos un aspecto importante para 
hacer visible las relaciones de poder e identificar los patrones culturales que hay detrás 
de ciertas “verdades sociales”. Sin embargo y con miras en no caer en generalidades, hay 
que reconocer que en cuanto a las situaciones comunicativas particularmente entre sordos 
y oyentes, no se puede generalizar o estandarizar las formas de interaccionar, porque 
evidentemente los eventos comunicativos involucran una serie de constructos simbólicos 
 pág. 27 
que dependerá del lugar donde se sitúan los sujetos. Así que, el hablar de las situaciones 
comunicativas y de las formas de discurso que allí emergen supone entender que “Los 
modelos de contexto, no son modelos mentales estáticos sino dinámicos, ya que son 
construidos y reconstruidos en el momento por cada participante de un evento 
comunicativo, y varían con cada cambio en la interpretación de la situación.”(Van Dijk. 
2009, p. 215) 
Ahora bien, entendiendo que existen modelos situacionales en los actos comunicativos, 
también es cierto que todo contexto está cargado de dimensiones intersubjetivas en virtud 
de modelos socio-culturales que influyen de manera directa en los procesos de 
comunicación. En el caso particular de los sordos y los oyentes, muchos de esos espacios 
comunicativos, pueden llegar a tener fronteras o limites, sobre todo cuando las 
manifestaciones discursivas son diferentes, de ahí que el control o la facilidad de acceder 
a diversas acciones dependerán de las mismas personas que se encuentran en el contexto. 
De acuerdo a estas ideas, y dada la importancia que toma el papel de la etnografía para 
entender la particularidad del acto comunicativo, podríamos decir que , bajo los 
planteamientos de Hymes e incluso del mismo Clifford Geetz, la etnografía de la 
comunicación cobra un papel importante dentro de las ciencias sociales, dado que 
permite entender que la lingüística dentro de lo sociocultural, reconoce lo particular 
dentro del sentido global de la sociedad, ampliando el universo del discurso humano a 
través de las estructuras significativas que se tejen en la interacción social. 
En definitiva, pensar entonces en el tejido cultural del mundo sordo en una sociedad 
audible, parte del hecho de reconocer que vivimos en una sociedad que tiene diversidad 
en lenguajes culturales y sistemas comunicativos particulares, que dan lugar al mundo 
de lo simbólico y lo gestual que es tan propio de los sordos como una forma más de 
comunicar e interactuar con el mundo. 
De esta manera, es necesario reconocer el acto comunicativo a través de la mediación 
entre los lenguajes que son tan propios a cada cultura, los cuales no pueden responden a 
“supuestas lógicas comunicativas bajo el dominio de la oralidad”, o en el peor de los casos 
ser desdibujados, por el contrario se trata del reconocimiento del lenguaje en su sentido 
particular y diverso, como construcción de realidades sociales y formas de relación entre 
elhombre la naturaleza y la cultura. 
 pág. 28 
3. DISEÑO METODOLÓGICO 
 
 
Para los objetivos propuestos en este trabajo, se realizó una investigación de corte 
cualitativo el cual “centra su interés por captar la realidad social a través de los ojos de la 
gente que está siendo estudiada, es decir, a partir de la percepción que tiene el sujeto de 
su propio contexto” (Bonilla & Rodriguez, 2005, pág. 84) a partir de la exploración 
sistemática de los valores, conocimientos de los grupos o individuos identificando los 
parámetros que son aceptados por ellos en un contexto determinado. Desde esta 
metodología, el investigador cualitativo capta el conocimiento, el significado y las 
interpretaciones que comparten los individuos sobre la realidad social, esta como validada 
y transformada por los sujetos, objetivando de esta manera la investigación en la esencia 
del fenómeno. 
De esta manera y con el fin de conseguir un análisis efectivo del problema de 
investigación, el cual se enmarca en los procesos comunicativos entre sordos y oyentes, 
se hizo un trabajo analítico, pues este es un buen recurso investigativo para contrastar 
varios contextos y generar varias miradas desde distintas disciplinas a propósito del 
interés interdisciplinario. 
Este tipo de investigación, según Ibáñez (1998), resulta útil puesto que el rol del 
investigador permite tener una reflexión constante sobre el objeto de estudio y las 
realidades. De esta forma la propuesta investigativa permite desentrañar las cualidades de 
las relaciones e interacciones sociales entre los dos grupos particulares a trabajar. 
 Así pues, y de acuerdo a las consideraciones investigativas, se hizo un estudio de caso 
centrando el interés en el modo particular en que se establecen las situaciones 
comunicativas entre las dos comunidades, logrando identificar aspectos sociales y 
culturales propios de la dinámica. 
El estudio de casos es el examen de un ejemplo en acción. El estudio de unos incidentes 
y hechos específicos y la recogida selectiva de información de carácter biográfico, de 
personalidad, intenciones y valores, permite al que lo realiza, captar y reflejar los 
elementos de una situación que le dan significado (Walker, 1983, p. 45) como se cita en 
Vásquez (2003, p.16). 
Bajo estos preceptos, el estudio de caso resulta útil para la investigación por permitir 
examinar las pautas comunicativas a partir de un lenguaje intercultural entre dos cultural 
 pág. 29 
con lenguajes diferentes. De ahí que, con el fin de atender la propuesta metodológica se 
asumieron los requisitos a tener en cuenta en el estudio de caso, según Vásquez (2003): 
1. Ha de tratarse de una especificidad, y no de una función, si bien el caso tiene un carácter 
único, no debe solo tratarse por ser representativo, pues lo fundamental es lo que se puede 
aprender de la interpretación del caso en concreto, con la valoración de sus 
especificidades. 
2. Las especificidades y lo único son sustanciales, pero no se puede olvidar la 
identificación y valoración tanto lo común como lo particular del caso estudiado. 
3. La particularidad de un caso, no le quita su complejidad; pues esto significa tener en 
cuenta las complejidades que lo determinan y definen de la forma más integral posible. 
4. Es elemental no perder de vista que el caso representa los valores del investigador, sus 
ideas teóricas previas y sus particulares convicciones. El estudio de caso no puede ser 
simplemente una planeación y manipulación con los fines particulares de quien investiga. 
 5. Además de lo anterior, no se debe perder de vista que el estudio de caso se cimienta 
en un campo donde interactúa una comunidad con el investigador, un espacio social de 
relaciones intersubjetivas, cuyas acciones y relaciones van a ser analizadas. 
 
3.1. CARACTERIZACIÓN DE LA POBLACIÓN 
 
De acuerdo al interés investigativo, los participantes para la presente investigación, 
fueron personas sordas y oyentes que compartieron alguna situación comunicativa en un 
contexto social particular, dichas personas estaban vinculados a carreras técnicas de 
emprendimiento técnico-humanista (instituto SENA), carrera tecnológica en electricidad 
(Universidad Distrital Francisco José de Caldas) y carrera a nivel de maestría en infancia 
y cultura (Universidad Distrital Francisco José de Caldas). 
El criterio particular que se tuvo en cuenta para la aplicación de instrumentos, fue que los 
participantes cumplieran con los núcleos de interés para este estudio (modelo oralista y 
LSC). 
. 
 pág. 30 
3.2. TECNICAS DE RECOLECCION DE INFORMACIÓN 
 
Para el trabajo de campo propiamente dicho, se propuso actividades de recolección de 
datos y evidencias en contacto directo con el contexto, con la ayuda de técnicas como: 
observaciones no participantes y entrevistas. 
 
3.2.1. OBSERVACIÓN NO PARTICIPANTE 
 
Una de las técnicas de recolección de datos fue la observación no participante, dado 
que este instrumento desde los planteamientos de Ruiz Olabuénaga & Ispizua: 
 […] es una de las actividades comunes de la vida diaria…Esta observación común y 
generalizada puede transformarse en una poderosa herramienta de investigación social y 
en técnica científica de recogida de información si se efectúa: 
 
- Orientándola y enfocándola a un objetivo concreto de investigación, formulado de 
antemano 
- planificándola sistemáticamente en fases, aspectos, lugares y personas 
- Controlándola y relacionándola con proposiciones y teorías sociales 
- Sometiéndola a controles de veracidad, de objetividad, de fiabilidad y de precisión» 
(1989,p. 79-80) 
 
De esta manera, la observación permitirá atender al objetivo investigativo que se enmarca 
en el análisis de situaciones comunicativas, puesto que al aplicarse en contextos naturales 
de la vida cotidiana, tiene la ventaja de que el observador, en este caso el investigador, 
sea testigo de diferentes conexiones, correlaciones e interacciones, además de 
comprender el comportamiento y las experiencias de las personas que se dan en el marco 
observabilidad. (Ver anexo diseño de instrumento) 
 
3.2.2. ENTREVISTA 
 
La entrevista al ser una de las técnicas propias de la investigación social, proporciona 
testimonios y reportes verbales de los sujetos, por la conversación que se sostiene entre 
 pág. 31 
el entrevistador y el sujeto entrevistado, con la finalidad de obtener información necesaria 
para el interés de la investigación, que en el caso particular del proyecto, estará orientada 
desde las formas comunicativas que se tejen entre sordos y oyentes. 
En la entrevista el punto de partida de la información está en el reporte del propio sujeto 
y generalmente se hace cara a cara entre el entrevistador y el entrevistado. Como ambos 
están presentes, «hay oportunidad de una gran flexibilidad para dilucidar y aclarar la 
información que se está obteniendo. Además, el entrevistador tiene la oportunidad de 
observar al sujeto entrevistado, así como la situación total en la cual este último está 
respondiendo» (Gallardo de Prada & Moreno Garzón, 1999, pág 68). 
 
Con base en los objetivos de la presente investigación, se considera pertinente trabajar 
una entrevista semi-estructurada como técnica de recolección de información ya que 
por su carácter flexible es decir de preguntas cerradas y abiertas, permite indagar sobre 
aspectos relacionados con representaciones, significados, ideas, motivaciones 
experiencias y actitudes de los sujetos, que quizás en las preguntas cerradas no se pueden 
evidenciar. 
 
 
3.3. SISTEMATIZACIÓN Y ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN 
 
Para operativizar las técnicas de recolección de información, se propuso la siguiente ruta 
metodológica: 
1. Diseño de instrumentos: Se realizó los diseños de instrumentos de observación no 
participante y de entrevista, con base a los objetivos planteados en la presente 
investigación 
 2. Recolecciónde información: Se aplicaron los instrumentos diseñados, tanto de 
entrevista como de Observación no participante en cada uno de los espacios elegidos para 
el análisis de situaciones comunicativas 
 pág. 32 
3. Análisis de datos: se tomaron cada uno de los instrumentos aplicados, y se procedió a 
interpretar la información recolectada de acuerdo a categorías de análisis que dan cuenta 
del objetivo general y los objetivos específicos 
4. Esquemas conceptuales según las categorías: Se realizaron esquemas conceptuales los 
cuales contienen la información recogida en las etapas anteriores, tomando fragmentos 
literales que daban cuenta de los propósitos de cada categoría. 
5. Redacción de textos: Se realizó la recuperación de la información relevante que se 
obtuvo de cada escenario donde se aplicaron los instrumentos, y se procedió a realizar el 
texto interpretativo y analítico que da cuenta de la pregunta de investigación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 pág. 33 
4. ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LA INFORMACIÓN 
 
El análisis de la presente investigación, está desarrollada de forma dialógica, entrelazando 
los dos instrumentos aplicados; entrevista semi-estructurada y observación no 
participante, teniendo en cuenta los sustentos teóricos en contraste con el trabajo de 
campo. De esta manera, los elementos propios del análisis dan cuenta de los conceptos 
de Discapacidad, Cultura, Interculturalidad, Discurso y Comunicación, con el fin de dar 
respuesta a la pregunta de investigación. 
Los elementos analizados, son producto de una matriz de análisis y un proceso de 
sistematización, realizada a las dos herramientas metodológicas utilizadas, que en total 
constaron de 13 entrevistas; de las cuales 6 fueron realizadas a sordos, 5 a oyentes y 2 a 
intérpretes, y de 8 observaciones realizadas en el espacio académico universitario de la 
Universidad Distrital e instituto SENA y en contextos de espacio público (en la calle y en 
local comercial). 
De esta manera, a continuación se desarrolla los resultados de forma analítica para cada 
una de las categorías. 
 
4.1. COMUNICACIÓN Y DISCURSO 
 
Teniendo en cuenta la pregunta de la investigación que se enmarca en analizar cómo se 
construyen los espacios comunicativos entre sordos y oyentes, para esta categoría se hizo 
importante caracterizar las formas de interacción que se dan particularmente en el acto 
comunicativo entre estas dos comunidades. 
Evidentemente y en cuanto a las propiedad especificas del lenguaje, se encuentra que la 
mayoría de situaciones comunicativas entre las dos comunidades se da mediante el uso 
del castellano escrito, demostrando de esta manera, que un porcentaje considerable de la 
población sorda, participe de la investigación, tiene buen manejo de la escritura, siendo 
esto resultado de cómo algunos lo manifiestan, parte de la influencia del contexto 
familiar. 
Además, se observa que por el mismo contexto en el que se encuentran muchos sordos, 
es decir el espacio académico que es mayoritariamente oyente, muchos hacen uso de la 
 pág. 34 
lectura de labios y unos pocos oralizan ciertas palabras, siendo esta la forma que más les 
facilita acceder a la información y a contenidos académicos. 
Con lo anterior, parece ser que la lengua de señas está supeditada a la oralidad, puesto 
que en los discursos de los entrevistados se evidencia una tendencia a naturalizar el uso 
del castellano. Un entrevistado sordo estudiante del SENA afirma “yo he tenido 
experiencia en la comunicación con oyentes por medio del escrito, me interesa mucho 
aprender el español escrito y palabras que no entiendo con facilidad, también utilizando 
los códigos viso-gestuales en la lengua de señas, para poder entender un poco mejor el 
significado y las formas de la gramática del español. Siempre puedo comunicarme, desde 
la oralidad del oyente que vocaliza puedo entender, por eso tengo habilidad en el deletreo 
de las palabras, esa es la manera de poder comunicarme y que me tengan en cuenta” 
(Ver Anexo 5.E3). Por otro lado, en el discurso de un intérprete se encuentra que “sin 
duda para el sordo manejar el castellano es determinante porque claramente hace parte 
de una minoría lingüística, pero se encuentra inserto en una comunidad mayoritaria 
oyente a la cual accede para hacer uso de servicios, para hacer….pues…validos sus 
derechos y acceder a información y toda esa información está en la lengua oral” (Ver 
Anexo 5.E12) 
Ante esta situación como bien afirma Bayton “el mayor impacto de la sordera es sobre la 
comunicación” (2000, p. 391), porque si bien es cierto y como parte de la investigación 
se encuentra que hay un esfuerzo por dar reconocimiento del sordo y su particularidad 
lingüística, también es evidente que existe la tendencia de pedirle a la persona sorda hacer 
uso del castellano para poder interactuar y acceder a diversos contextos sociales. 
Por otro lado y como elemento común evidenciado en el proceso investigativo, se 
encuentra que la mayoría de situaciones comunicativas son propiciadas por las personas 
sordas quienes en el caso particular de los estudiantes de SENA, es motivada por una 
necesidad de indagar por una información en particular, mientras que en otros escenarios 
como el de la universidad Distrital, la comunicación tiene lugar a algo más espontaneo, 
por el mismo pensamiento que allí tienen los estudiantes sobre las personas sordas. 
En lo que respecta al oyente, puede decirse que aunque casi nunca propicia un espacio 
comunicativo con el sordo parece ser que el interés por hacerlo dependerá mucho del 
contexto y el ambiente en el que se desenvuelva; por ejemplo, responde de manera más 
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asertiva un oyente que se encuentra en el espacio de las humanidades y las ciencias 
sociales, que una persona que se desenvuelve en el campo de la ingeniería. En una 
pregunta a una persona oyente estudiante de ingeniería sobre que sentía en el momento 
de interactuar con una persona sorda su expresión fue: “en algunas ocasiones la actitud 
de uno como oyente es de alerta o desconfianza” (Ver anexo 5. E8), mientras que la 
respuesta a la misma pregunta por parte de una estudiante de maestría de infancia y cultura 
de la universidad Distrital fue “si la persona no conoce lenguaje de señas, se le dificulta 
saber lo que le quiere transmitir una persona sorda, pero me parece que hay algo 
universal en los seres humano y es el cuerpo y a pesar de que de pronto no lo podamos 
escuchar, no puedan hablar, el cuerpo tú lo puedes expresar en las situaciones de la 
cotidianidad, el rostro también dice mucho, entonces pienso que uno debe aprender a 
observar ese cuerpo independientemente que la persona sea sorda o no, para que en ese 
orden de ideas, el cuerpo comunique y diga muchas cosas” (Ver Anexo 5. E10) 
Con lo anterior, no se pretende generalizar que solo algunas disciplinas tengan cierta 
sensibilidad al campo de lo intercultural, pero si mostrar que es evidente que hay 
contextos vinculados a los conocimientos socioculturales que como bien lo plantea Van 
Dijk nos llevan a pensar y actuar influenciados por el contexto “Los modelos de contexto, 
no son modelos mentales estáticos sino dinámicos, ya que son construidos y reconstruidos 
en el momento por cada participante de un evento comunicativo, y varían con cada 
cambio en la interpretación de la situación. El discurso cambia dinámicamente el 
conocimiento que los participantes tienen del saber de los otros” (Van Dijk, 2011, p.401) 
De esta manera, puede decirse entonces que el acto comunicativo que se establece entre 
las dos comunidades (sorda y oyente) no se puede enmarcar en unas características 
generales puesto que siempre esa situación de encuentro dependerá de las particularidades 
de las estructuras cognitivas y sociales de los individuos “ los modelos mentales explican 
el hecho de que los individuos construyan representaciones personalesde un evento, con 
su propia perspectiva, intereses, evaluaciones y emociones, basándose en su singular 
historia personal y en su experiencia interpretativa en curso”( Van Dijk, 2011, p.402). 
 
Lo que sí es evidente, es que existe una lógica comunicativa basada en el oralismo, la 
cual ha sido impuesta desde el ejercicio de poder de una ideología dominante en el que 
las prácticas comunicativas se establecen desde la palabra; de ahí que, podría entenderse 
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que en la comunidad sordas algunas personas tengan la conciencia del bilingüismo como 
la forma de desenvolverse mejor socialmente. De esta manera podría pensarse que, pese 
a que actualmente existe mayor reconocimiento de la comunidad sorda, aún las exigencias 
de los contextos, lleva a los sordos a hacer más uso del castellano que el de su primera 
lengua. 
Todo esto lleva a reflexionar sobre ¿en qué consiste el reconocimiento del sujeto sordo 
quien posee una particularidad lingüística, si finalmente exigimos de responda a la lógica 
comunicativa de la oralidad? Esto, planteado desde los discursos de algunos oyentes 
quienes manifestaron reconocer la importancia de la lengua de señas, el lugar de la cultura 
sorda, pero que finalmente cuando se trata de intercambios culturales, asumen la posición 
de que la oralidad y el castellano son la mejor manera de comunicarse con ellos. Un 
oyente afirma “…de todas maneras si es importante el castellano porque no todos 
manejamos el lenguaje de señas y siento que lo que tienen que decir, lo que tienen que 
comunicar las personas sordas, pues obviamente la manera más fácil de hacerlo es por 
el castellano, por ejemplo en estos ámbitos académicos donde la manera más fácil es el 
castellano escrito” (Ver Anexo 5. E7) 
Las posibilidades comunicativas del sujeto sordo en un contexto oyente siempre van a 
depender de la capacidad del sordo en su manejo del castellano, o en la recursividad viso-
gestual para hacerse entender y al mismo tiempo comprender el mensaje del oyente. Esto 
no quiere decir que la persona oyente no permita la fluidez de una interacción 
comunicativa con un sordo, sino que el hecho de no desligarse del modelo oralista y de 
tener un pensamiento erróneo de la comunidad sorda frente su sordera, siempre va a 
representar una barrera comunicativa entre las dos culturas. 
Desde los planteamientos de Hymes (1962) es importante romper con los esquemas de 
homogenización, entendiendo que los actos comunicativos no pueden asumirse desde la 
universalización del lenguaje, sino que contrario a ello, hay que reconocer la existencia 
de una variabilidad dialectal, y que por tanto los signos, los símbolos y códigos sociales 
son configuraciones semióticas de cada cultura. 
 
 
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4.2. DISCAPACIDAD Y CONTEXTO SOCIAL 
 
Para esta investigación, el lugar de la discapacidad trasciende lo clínico y las 
implicaciones físicas de la limitación auditiva, encontrando en esta condición una 
problemática de carácter social, particularmente relacionado con las practicas 
comunicativas, como bien lo afirma Ladd (2003) “la sordera profunda es mucho más que 
un diagnostico medico: es un fenómeno cultural”. 
En este sentido y trayendo a colación el sustento del concepto discapacidad desglosado 
en el marco teórico, encontramos que efectivamente el contexto social y el discurso que 
se genera a partir de allí sobre el sujeto sordo, genera unas pautas de relación 
comunicativa con ellos, pautas que por cierto se dan en relación con un discurso que 
depende del contexto en el que el sujeto se sitúa. 
Por ejemplo, como resultado investigativo, se evidencia que de manera general se asocia 
la discapacidad auditiva con un problema de comunicación por no manejar la oralidad, 
de hecho algunos sordos manifiestan sentir rechazo por su condición. Un estudiante del 
SENA manifiesta “Cuando las personas sordas estamos hablando, algunas personas 
piensan, que pena lo digo, piensan que somos mudos, piensan que ese sistema de 
comunicación en lengua de señas es mal… Nosotros no somos mudos, ni nos 
comunicamos como animales sino que nuestra lengua, la lengua de señas es así viso-
gestual (Ver Anexo 5.E3). Sin embargo un porcentaje mínimo de personas, que como 
características común tienen el ser parte de una comunidad académica de las humanidades 
y las ciencias sociales, concuerdan en que si bien tienen una discapacidad que les impide 
escuchar, su lenguaje que es el de señas, es tan válido como el castellano oral y escrito y 
que en términos comunicativos existe la posibilidad de mediar las formas de interacción. 
Un entrevistado oyente afirma: “Si el lenguaje de señas existe es porque precisamente 
hay un grupo de personas que necesitan de este para comunicarse efectivamente, así que 
ninguna lengua es superior a la otra cuando el objetivo es comunicarse sea el lenguaje 
que sea”. (Ver Anexo 5 .E9) 
Con relación a lo anterior se evidencia que la noción de discapacidad, y el lugar del sordo 
en la sociedad si bien como lo planteábamos antes, es el resultado de un discurso desde 
el cual se invisibiliza y excluye muchas veces a esta comunidad, también es cierto que se 
ha venido haciendo un esfuerzo grande por parte de las ciencias sociales por construir 
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nuevas formar de pensar y ver al sujeto sordo, viéndose reflejado precisamente en esta 
investigación, en la que se encontró que aunque aún existen muchas atribuciones erradas 
y negativas sobre los sordos, también existen personas que reconocen la importancia de 
la particularidad lingüística de esta comunidad y hasta lo interesante que resulta ser la 
lengua de señas. 
De esta manera, se deduce que socialmente existen contextos favorables y desfavorables 
para las personas sordas. Es decir, que en contextos particulares en los que se tiene mayor 
conocimiento social sobre lo cultural como lo es el contexto académico de las ciencias 
sociales, evidentemente existe una mayor sensibilización frente a estas comunidades 
minoritarias, mientras que en contextos de otro tipo de disciplinas, quizás por el 
desconocimiento y la desinformación misma de las minorías es que aún se reproducen 
discursos de carácter negativo frente a sujetos con alguna discapacidad. Un intérprete que 
ha tenido la oportunidad de vivenciar procesos comunicativos entre sordos y oyentes en 
diversos contextos afirma: “La facilidad o dificultad de comunicación entre un sordo y 
un oyente, sin duda alguna depende del contexto como para cualquier ser humano, el 
intercambio comunicativo siempre va a depender del contexto, de la confianza, de la 
cercanía, del conocimiento previo, pero esto no tiene nada que ver con que los 
interlocutores sean sordos u oyentes, es lo que pasa en una relación comunicativa entre 
cualquier ser humano”(ver Anexo 5.E12) 
Con todo lo anterior, se ratifica lo que Carol Erting4 ha enfatizado y es: 
[…] ha tomado mucho más tiempo a aquellos que no interactúan con las personas sordas 
en forma regular el ver y empezar a entender que existen, ciertamente, por todo el mundo, 
cultural vibrantes, de estructura compleja y elaborada con riqueza. Quizás no han sido 
evidentes dadas las etiquetas con que tradicionalmente se señala a las personas sordas, 
minusválidos, discapacitados, deficientes auditivos, etiquetas que tienen su origen en un 
modelo patológico más que cultural (2001.p.19) 
Ahora bien, hablando de contextos particulares en los que se desenvuelve la vida de un 
sordo, se encuentra que hay escenarios que representan una mayor barrera de 
comunicación que otro. Por ejemplo, para varios sordos participes de la investigación, 
una de las mayores dificultades comunicativas se encuentra en el ámbito médico, puesto 
que considerando que es un espacio muy personal y donde se maneja un lenguaje técnico, 
 
4 Profesora de la Universidad de Gallaudet en Washington D.C, la única institución académica