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EVALUACION DE LA COMUNIDAD DE INSECTOS CONTROLADORES Y 
PARASITOS EN UNA HUERTA BIOLOGICA EN EL MUNICIPIO DE LA MESA DE 
LOS SANTOS, SANTANDER 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ESTEBANA ORTIZ PINILLA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES 
Facultad de Ciencias 
Departamento de Ciencias Biológicas 
Bogotá D.C., Colombia 
Enero de 2006 
EVALUACION DE LA COMUNIDAD DE INSECTOS CONTROLADORES Y 
PARASITOS EN UNA HUERTA BIOLOGICA EN EL MUNICIPIO DE LA MESA DE 
LOS SANTOS, SANTANDER 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
ESTEBANA ORTIZ PINILLA 
200012399 
 
 
 
 
Trabajo de grado para optar por el titulo de Pregrado en Biología 
 
 
 
 
DIRECTOR: EMILIO REALPE 
 
CODIRECTOR: SERGIO LATORRE 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES 
Facultad de Ciencias 
Departamento de Ciencias Biológicas 
Bogotá D.C., Colombia 
Enero de 2006 
TABLA DE CONTENIDO 
 
 
 
 
1 INTRODUCCIÓN 
 
2 JUSTIFICACIÓN 
 
3 REVISIÓN BIBLIOGRAFICA 
3.1 Control Biológico 
3.1.1 Concepto 
3.1.2 Historia del Control Biológico 
3.1.3 Inicios del Control Biológico en Colombia 
3.1.4 Bases Ecológicas 
3.1.5 Beneficios e Inconvenientes 
3.1.6 Concepto de Plaga 
3.1.6.1 Definición 
3.1.6.2 Aparición del Fenómeno Plaga 
3.1.6.3 Tipos de Plagas 
3.1.7 Métodos de Control Biológico 
3.1.7.1 Método de Importación 
3.1.7.2 Método de Aumento 
3.1.7.3 Método de Conservación 
3.1.8 Agentes Biológicos de Control 
3.1.9 Situación Actual 
3.2 Manejo de Plagas 
3.2.1 Toma de Decisiones 
3.2.2 Umbral Económico de Daños 
3.2.3 Umbral de Tratamiento 
3.2.4 Estrategias de Control de Agentes Causantes de Daños 
3.2.4.1 Estrategia de Conservación 
3.2.4.2 Estrategia de Reducción de la Susceptibilidad del Cultivo al Daño Fisico 
3.2.4.3 Estrategia de Reducción de la Densidad Poblacional del Fitófago 
3.2.5 Muestreo de Poblaciones de Artrópodos 
3.3. Artrópodos Controladores 
3.3.1 Características Generales 
3.3.1.1 Capacidad de Búsqueda y Movilidad 
3.3.1.2 Capacidad de Ingestión y Especificidad 
3.3.1.3 Capacidad de Incremento y Potencia Biótico 
3.3.1.4 Adaptabilidad 
3.3.2 Principales Grupos o Familias de Depredadores 
3.3.2.1 Ácaros Fitoseidos 
3.3.2.2 Coleópteros 
3.3.2.3 Neurópteros 
3.3.2.4 Dípteros 
3.3.2.5 Heterópteros 
3.4 Artrópodos Parásitos 
3.4.1 Características Generales 
3.4.2 Tipos de Parasitismo 
3.4.3 Selección del Huésped 
3.4.4 Principales Grupos de Parasitoides 
3.4.4.1 Ichneumónidos 
3.4.4.2 Bracónidos 
3.4.4.3 Tricogramátidos 
3.4.4.4 Afelínidos 
3.4.4.5 Taquínidos 
 
4 OBJETIVOS 
4.1 Objetivo General 
4.2 Objetivos Específicos 
 
 
 
5 METODOLOGIA 
5.1 Área de Estudio 
5.2 Huerta Biológica 
5.3 Fase de Campo 
5.4 Fase de Laboratorio 
 
6 RESULTADOS Y DISCUSION 
6.1 Levantamiento entomológico 
6.2 Insectos Parásitos 
6.3 Insectos Controladores 
6.4 Interacciones 
 
7 CONCLUSIONES 
 
8 BIBLIOGRAFÍA 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
1. INTRODUCCIÓN 
 
El control biológico se entiende como el manejo de las plagas por medio de sus 
enemigos naturales, ya sean depredadores, parasitoides o patógenos. Este 
tipo de control se da en forma natural o por la acción del hombre al criar y 
liberar a estos enemigos naturales. 
El control biológico natural por medio de factores bióticos (entomófagos y 
parasitoides) y sin la intervención del hombre actúa sobre insectos 
perjudiciales, manteniendo la población en una densidad razonable con el 
agroecosistema (Gallo et al., 1988). 
 
En los últimos años, debido a los graves efectos secundarios que conlleva el 
uso de productos químicos y a su fracaso en el control de la mayoría de las 
plagas a largo plazo, el control biológico ha resurgido y se plantea como una 
posibilidad viable y efectiva. A esto hay que sumar el creciente interés de los 
consumidores en alimentos libres de químicos y venenos nocivos a la salud 
humana y al equilibrio del ecosistema. 
 
En la actualidad, el control biológico se destaca como una de las principales 
áreas de investigación y es un componente muy importante en las iniciativas 
de agricultura sostenible de varias instituciones y organizaciones en el mundo. 
Aunque Colombia esta empezando a implementar estas técnicas hay que 
reconocer que los estudios que se han realizado en el país no son suficientes y 
se hace necesario nuevos proyectos de investigación que permitan identificar 
los componentes de la entomofauna asociada y su función en el sistema a fin 
de organizar futuros programas de manejo integrado de plagas en el cultivo, 
adaptados a la situación local (Viagiani, 1990; Hilje, 1994). 
 
 
 
 
2. JUSTIFICACIÓN 
 
El ambiente tropical de nuestro país y de los muchos otros que se encuentran 
localizados en el Caribe, hace mas propicio el crecimiento continuo de 
generaciones de plagas y de sus respectivos enemigos naturales. La 
agricultura de la región se caracteriza por fincas pequeñas de subsistencia, 
diversidad de cultivos y plagas, problemas con plaguicidas y otros problemas 
comunes en producción y mercadeo. El continuo uso de químicos lleva a un 
incremento en los gastos que cada vez se hacen más exorbitantes y llevan a 
que los pequeños productores del país por ende tengan menos viabilidad y 
posibilidades de competir en el mercado con las grandes empresas. 
 
La preocupación del consumidor por la seguridad de los alimentos ha llevado a 
incrementar la demanda de productos ecológicos, ya que éstos ofrecen una 
mayor seguridad en lo relativo a residuos e inocuidad. Adicionalmente, otro 
factor que viene incidiendo en la decisión de compra de productos ecológicos, 
es el relacionado con el crecimiento de una franja de consumidores que quiere 
contribuir a la conservación del medio ambiente apoyando una producción 
basada en procesos productivos naturales, que no usan productos químicos de 
síntesis, mantienen la fertilidad del suelo, conservan el agua y protegen la 
biodiversidad, como es el caso de la producción ecológica. 
 
Analizando lo anterior se llega a la conclusión que es necesario inculcar la 
cultura del control biológico y de la agricultura orgánica en nuestro país. 
Enseñar a los agricultores que otra realidad es posible, que es viable tener una 
huerta orgánica y que esta a largo plazo es mucho más rentable que una en la 
cual se empleen los métodos tradicionales. Es un método barato, efectivo y 
que no interfiere con otros elementos del ecosistema, aunque es muy sensible 
a la acción de otras tácticas de control como el uso de químicos (Stehr, 1990). 
 
 
3. REVISION BIBLIOGRAFICA 
 
3.1 Control Biológico 
3.1.1 Concepto 
DeBach et al. (1976) define el Control Natural de las plagas como "el 
mantenimiento de la densidad de una población más o menos fluctuante de un 
organismo dentro de ciertos límites (superiores e inferiores) definibles en un 
periodo de tiempo, gracias a la acción de factores abióticos y/o factores 
bióticos ambientales". Define además el control biológico como "la acción de 
parasitoides, depredadores y patógenos, en el mantenimiento de las 
densidades de poblaciones de otros organismos en niveles inferiores a los que 
existirían en su ausencia". 
Por tanto el Control Biológico es un fenómeno natural de regulación de la 
densidad de plantas y animales por enemigos naturales. Por esto, se puede 
considerar que los enemigos naturales son los agentes de control natural más 
importantes y los que ejercen mayor efecto sobre las poblaciones plaga. 
Además presentan una característica muy importante y es que se trata de un 
elemento que puede ser manipulado por el hombre. Teniendo en cuenta esto 
se establecen dos nuevos conceptos: El Control biológico natural, referido al 
control ejercido por los agentes de control biológico autóctonos, y el Control 
biológico aplicado, aquel que está ejercido por agentes de control biológico 
criados y liberados por elhombre. 
 
3.1.2 Historia del Control Biológico 
El término “control biológico” fue usado por primera vez por H.S. Smith en 
1919, para referirse al uso de enemigos naturales (introducidos o manipulados) 
para el control de insectos plaga. Su alcance se ha extendido con el tiempo, a 
tal grado que ahora se presentan problemas para definirlo adecuadamente, en 
particular porque el término implica aspectos académicos y aplicados (Wilson y 
Huffaker, 1976). 
 
Los plaguicidas químicos y especialmente los insecticidas han sido los 
principales métodos para el control de insectos, y en muchas ocasiones los 
únicos disponibles o, peor, los únicos usados. Después de la segunda guerra 
mundial, en los años 1950s, se generalizó el uso de los organoclorados y a 
partir de ahí se desarrollo toda una gama de síntesis química que llevó al 
descubrimiento de muchos otros grupos químicos con acción biocida muy 
eficaces para el control de plagas de insectos. Este hecho se unió al de la 
Revolución Verde, que se da a partir de 1944, y a la que, reconociendo 
algunos beneficios, hay que inculpar por el incremento desmesurado en la 
producción y uso de pesticidas. 
 
Tratando de contrarrestar y disminuir los efectos negativos que conlleva el uso 
de productos fitosanitarios se ha planteado la búsqueda de alternativas viables 
al tradicional control químico de plagas en el ámbito de la denominada 
Producción Integrada (PI), y cuyo objetivo según la Organización Internacional 
de Lucha Biológica (OILB) que promulgo sus bases a comienzos de los años 
90 es la producción de alimentos de alta calidad utilizando métodos que 
respeten la salud del consumidor y del propio productor, aplicando procesos 
productivos respetuosos con el medio ambiente y asegurando a largo plazo 
una agricultura sostenible. 
 
Dentro de la Producción Integrada, la herramienta para la lucha contra plagas 
es el Control Integrado, y según definición de la Organización Internacional de 
Lucha Biológica (mas información en la pagina de Internet www.unipa.it/iobc/) 
se fundamenta en que todos los métodos defendibles económicamente, 
ecológicamente y toxicológicamente serán aplicados para mantener los 
organismos perjudiciales por debajo de los niveles de daño económico 
resaltando la explotación consciente de los factores naturales de control. El 
enfoque moderno del Control Integrado, que se ha convertido en un elemento 
imprescindible actualmente y en claro desarrollo en un futuro inmediato en la 
producción agrícola de calidad, recalca el establecimiento de una jerarquía de 
prioridades en el uso de los métodos de control: primero, las medidas 
preventivas que deben ser consideradas como protección indirecta de las 
plantas; un segundo elemento es el establecimiento de sistemas de muestreo y 
pronóstico que determinen una decisión de acción; y, finalmente, la protección 
directa consistente en las medidas de control. Entre estas medidas de 
protección directa se proponen los métodos de control biológicos y 
parabiológicos, tales como uso de enemigos naturales y medidas 
biotecnológicas, físicas, culturales, legales o genéticas, que se apliquen de 
manera racional para mantener la población de la plaga a niveles inferiores a 
los que producirían daños o pérdidas inaceptables desde un punto de vista 
económico y que, además, sean prioritarios sobre la lucha química. 
 
3.1.3 Inicios del Control Biológico en Colombia 
Se dice que el comienzo de la entomología colombiana y del control biológico 
se dio por un trabajo realizado por el Dr. Luis Zea Uribe en Tocaima (1913) y 
por el Profesor Federico Lleras Acosta en Guaduas. En él, combatieron una 
plaga de langostas inyectándoles un hongo inocuo para el hombre, traído del 
Instituto Pasteur, y que causo que pocas horas después estas presentaran una 
enfermedad diarreica que las extinguió en tanto que sus deyecciones sirvieron 
para propagar la epidemia entre la plaga. (Howard, 1930). 
Por la ausencia de sanidad vegetal, llegó a Colombia el pulgón lanígero 
Eriosoma lanigerum (Haussman) (Pemphigidae) y afectó los cultivos de 
manzano en 1929. El pulgón invadía los tallos y raíces y chupaba la savia 
inyectando fermentos nocivos que produjeron tumefacciones, deformaciones y 
finalmente la muerte de los manzanos. Luis M. Murillo, apasionado entomólogo 
de la época, introdujo de Estados Unidos a Aphelinus mali y consiguió 
erradicar la plaga en pocos meses. Este fue el primer ejemplo de control 
biológico significativo de una plaga registrado en Colombia. Así mismo, en 
1942, Murillo utilizó a Cryptolaemus montrouzieri (Coccinellidae) contra la 
palomilla del café. Importó de Puerto Rico una avispa originaria de Filipinas, un 
Spalangidae, para controlar con éxito a Lyperosia irritans, mosca hematófaga 
que estaba afectando a los ganados en el Huila. En 1948 introdujo en Bogotá 
el coccinélido Rodolia cardinalis para controlar la cochinilla acanalada de las 
acacias, Icerya purchasi, llamada la "Peste Blanca". También hizo el más 
completo estudio al gusano rosado colombiano del algodón, Sacadodes pyralis 
y de la avispa parasitoide Apanteles thurberiae (Braconidae) (Espinel, 2005). 
En los años siguientes y hasta hoy en día se siguen generando esfuerzos de 
parte de este y otros científicos del país que tratan, logrando éxito en algunas 
ocasiones, de controlar plagas por medios naturales y que llevan a que los 
conocimientos sobre entomología continúen incrementándose. A pesar de los 
esfuerzos la proporción de entomólogos en Colombia vs. Estados Unidos es de 
1 a 600. 
 
3.1.4 Bases Ecológicas 
Las poblaciones de insectos mantienen su equilibrio, controlando su 
abundancia, gracias a un fenómeno natural denominado regulación. Las 
poblaciones de insectos no crecen infinitamente sino que fluctúan alrededor de 
ciertos límites durante períodos largos y no se extinguen al cabo de algunas 
generaciones al acabarse los recursos, como alimento y espacio, tal como 
sucede en los modelos de insectos de granos almacenados (Ej. Rhizopertha 
dominica) (Porca et al., 2003). 
La regulación de las poblaciones ha sido estudiada por varios ecólogos a lo 
largo de la historia. Entre los más notorios podemos mencionar a W. R. 
Thompson, A.J. Nicholson, H. G. Andrewartha, V. C. Wynne-Edwards y A. 
Milne. Este último presenta 3 tipos de factores naturales que actúan para 
regular la abundancia de las poblaciones: Factores perfectamente 
dependientes de la densidad, factores imperfectamente dependientes de la 
densidad y factores independientes de la densidad. 
 
Un factor perfectamente dependiente de la densidad actúa cuando la población 
alcanza cierto nivel numérico. Incide fuertemente para reducir el número de 
individuos cuando la densidad es alta y tiende a incrementarse y a su vez 
reduce su presión cuando la densidad es baja y tiende a decrecer. El único 
factor influenciado por el número de individuos en la población es la 
Competencia Intraespecífica. Este es el fenómeno por el cual los individuos de 
la población de una misma especie "luchan" por un recurso limitado como el 
alimento. A medida que la población crece, el recurso se va eliminando lo cual 
tiende a aumentar la competencia entre individuos. A medida que estos 
compiten, algunos son eliminados y la densidad de población se reduce. A 
medida que disminuye el número de individuos la competencia se reduce y se 
reduce la tasa de decrecimiento de la población. 
 
Los factores imperfectamente dependientes de la densidad funcionan de 
manera similar pero generalmente no son tan efectivos a la hora de limitar el 
crecimiento de las poblaciones. Dentro de esta categoría están incluidos los 
depredadores, los parasitoides y parásitos y los microorganismos patógenos. 
 
Finalmente están los factores independientes de la densidad, que producen su 
efecto regulador sobre el número de individuos en la población sin importar ladensidad a la que se encuentre esa población cuando se presenta el factor 
regulador. En muchos casos, los factores abióticos actúan independientemente 
de la densidad de población siendo el ejemplo principal el clima (temperatura, 
humedad relativa, etc.). 
El modelo logístico explica el crecimiento en números de una población, 
especialmente cuando los recursos como alimento, espacio o tiempo son 
ilimitados. Dice que una población tiende a crecer de forma exponencial hasta 
un límite que es la capacidad de carga K. 
Lo que queremos hacer cuando se hace control de insectos es aumentar la 
tasa de mortalidad con el fin de prevenir o evitar que la población aumente 
numéricamente hasta llegar a la capacidad de carga del cultivo, que es un 
nivel de población en el que los números fluctúan en equilibrio con el 
ecosistema. También se define como el número de individuos que el 
ecosistema es capaz de resistir, por encima del cual se puede producir la 
extinción y por debajo del cual la población tiene capacidad de crecer. 
 
3.1.5 Beneficios e Inconvenientes 
El control biológico posee varias ventajas en comparación al control químico: 
• Los problemas de la plaga no se ven intensificados, ni se crean problemas 
nuevos. 
• Permite disponer de los enemigos naturales, y por tanto no se requiere en 
principio de proceso alguno de manufacturación. 
• Los enemigos naturales pueden buscar y encontrar a la plaga, así como 
aumentar en número y extenderse, todo lo cual permite disminuir en cierta 
forma el coste de control. 
• La plaga será incapaz, o en el peor de los casos lo hará muy lentamente, 
de adquirir resistencia directa a dicho control. 
• Este control dura o permanece en el tiempo. 
• No hay riesgo de toxicidad para las plantas ni para las personas. 
• No contamina el medio ambiente. 
• No existen problemas de residuos. 
• No hay que respetar plazos de seguridad. 
• Se obtiene un alto valor añadido en la producción, comparado con otras 
producciones agrarias y se cumplen los requerimientos de los mercados y 
consumidores en relación a una mayor seguridad alimentaria. (Hoddle 
2003). 
 
Sin embargo, algunas de estas ventajas pueden ser cuestionadas. Así por 
ejemplo, los insectos parásitos importados pueden llevar asociado de forma 
ocasional algún patógeno, lo cual supone un nuevo problema para la cosecha. 
Así mismo, el parásito importado ha atacado en determinados casos a otra 
especie beneficiosa que había sido previamente introducida en el ecosistema. 
Por otro lado, el empleo de la lucha biológica se ve negativamente afectada por 
varias causas: 
• Su forma de acción es lenta. 
• Nunca llega a exterminar la plaga, a no ser que sea mal empleado. 
• A menudo resulta impredecible. 
• Resulta difícil y caro, tanto de obtener como de aplicar debido a los 
elevados costes actuales de los enemigos naturales comercializados. 
• No existen en el mercado productos biológicos para controlar eficazmente 
todos los enemigos de las plantas. La gran incidencia de plagas y 
enfermedades, tanto por el número de especies, como por sus elevadas 
poblaciones, obliga al empleo de diferentes enemigos naturales, además de 
su uso conjunto con la lucha química. 
• En algunas ocasiones, la eficacia del control biológico depende de las 
condiciones climáticas. Dentro de los invernaderos las condiciones 
microclimáticas dificultan la actividad de los enemigos naturales; 
condiciones de fotoperiodo corto y temperaturas bajas durante los meses 
de invierno; elevadas temperaturas en los de verano. 
• Deben evitarse los tratamientos químicos utilizando exclusivamente 
productos naturales autorizados y compatibles con los auxiliares. 
• Requiere de ciertos conocimientos técnicos a la hora de liberar los 
enemigos naturales y de un asesoramiento continuo (Ripa y Caltagirone, 
1994). 
 
3.1.6 Concepto de Plaga 
3.1.6.1 Definición 
La noción de plaga, según la Agencia de Control Ambiental (EPA) de Estados 
Unidos se asocia, por lo general, casi exclusivamente con artrópodos terrestres 
(insectos y ácaros), aunque dentro de ella se deben incluir también algunos 
invertebrados no artrópodos (nematodos, gasterópodos), determinados 
vertebrados (aves, roedores), e incluso a las malas hierbas. Sin embargo, 
deben excluirse los microorganismos (virus, bacterias) y los hongos, ya que los 
daños que causan se denominan comúnmente enfermedades. 
Por tanto, se puede definir plaga como toda aquella población animal que 
como consecuencia de una ruptura en el equilibrio ecológico, reduce la 
cantidad o calidad de los alimentos durante la producción, daña los productos 
durante la cosecha, procesado, venta, almacenado o consumo, transmite 
organismos causantes de enfermedades al hombre, daña las plantas 
ornamentales, prados o flores, causa daño a las propiedades particulares, 
cuando su sola presencia es molesta o desagradable al hombre porque 
interfiere de algún modo en su calidad de vida, de tal forma que todo ello 
justifique una intervención contra la misma según unos parámetros 
económicos, medioambientales, sociales y sanitarios. 
 
3.1.6.2 Aparición del Fenómeno Plaga 
Existen una serie de factores que de forma natural regulan las poblaciones 
animales dentro de un ecosistema. Dichos factores quedan agrupados en torno 
a dos variables: el potencial biótico (P) y la resistencia del medio (R); y es 
precisamente la relación existente entre ambas, la que nos indicará la 
abundancia poblacional de una especie determinada. 
En condiciones normales, una población animal vive a expensas de una 
especie vegetal sin que su número llegue a constituir una amenaza para el 
cultivo o la masa forestal. Para que la abundancia de dicha población se 
mantenga constante, tiene que haber un equilibrio entre los distintos factores 
que componen la variable R, de manera que el cambio de uno sea 
compensado por otro, y su valor total quede situado entre pequeños límites de 
variación. Cuando R disminuye mucho, la relación se inclina a favor del animal 
ya que también aumenta mucho su abundancia, de manera que se dan las 
mejores condiciones para que aparezca el fenómeno plaga. 
Existen otros factores no menos importantes que intervienen también en la 
aparición de las plagas. En primer lugar, los animales pueden efectuar de 
forma natural migraciones como consecuencia de la sobrepoblación, 
alimentación inadecuada o clima desfavorable, e incluso porque puede existir 
una fase migratoria dentro de su propio ciclo vital. Por otra parte, las especies 
pueden dispersarse de forma accidental debido al transporte de mercancías 
entre los países. Finalmente, la existencia de monocultivos que ocupan 
grandes extensiones de terreno favorece la aparición del fenómeno plaga, 
puesto que se altera de alguna forma la flora natural y se entra en competencia 
con otros vegetales como las malas hierbas. 
 
3.1.6.3 Tipos de Plagas 
En función de la relación existente entre la posición general de equilibrio y el 
umbral económico que afectan a una determinada población, las plagas 
pueden clasificarse en: 
 • Permanentes o fundamentales: Si la densidad poblacional se mantiene 
siempre por encima del Umbral Económico (UE), es decir, cuando su nivel 
poblacional es elevado, la naturaleza y clase de los daños ocasionados es 
importante y los daños potenciales realizados por un solo individuo son de gran 
incidencia económica. Son aquellas que atacan todos los años y que si no se 
controlasen ocasionarían daños de gran repercusión económica. 
 • Ocasionales: Si la densidad poblacional se mantiene por debajo del UE, 
aunque puede superarlo de forma ocasional. Aquellas que causan daños 
económicos solo en determinados sitios, tanto en el espacio del cultivo como 
en órganos vegetales de la planta sin incidencia directa en la comercialización, 
y en determinados momentos de la fenología del cultivo. 
 • Potenciales:Si la densidad poblacional se mantiene por debajo del UE, 
aunque puede superarlo al ser potencialmente dañina. Aquellas que, en 
condiciones normales, no causan daños significativos económicos y que salvo 
si se desestabiliza el ecosistema se mantienen en un nivel poblacional 
aceptable. 
 
Sin embargo, debido a que la aparición de una plaga depende de la ruptura de 
la estabilidad de un determinado ecosistema agrícola o forestal, existe otra 
clasificación basada en las estrategias ecológicas oportunista o ‘r’, y 
competidora o ‘k’. Según la misma, se distinguen los siguientes tipos de 
plagas: 
 • Plagas-r. Se caracterizan por su alto potencial de reproducción, gran 
velocidad de desarrollo y por tanto mínimo tiempo generacional, buena 
capacidad de dispersión (especies emigrantes), y hábitos alimenticios amplios 
(polífagos). 
 • Plagas-k. Se caracterizan por su bajo potencial reproductivo, poca velocidad 
de desarrollo, gran poder competitivo, y hábitos alimenticios especializados 
(monófagos). 
 • Plagas intermedias. Gozan de cualidades intermedias. 
 
Las plagas-r o colonizadoras, son las dominantes en los ecosistemas nuevos o 
desestabilizados y, por supuesto en los temporales, precisando para su control 
la utilización de la lucha química. En cambio, las plagas intermedias y las k se 
pueden controlar mediante lucha biológica, lucha física, prácticas culturales, 
etc., es decir por lucha integrada. Para el control de plagas-r se necesitan 
enemigos naturales estrategas-r caracterizados por ser depredadores 
generalistas no especializados, frente a los de las plagas k que son más 
específicos y especializados. 
 
3.1.7 Métodos de Control Biológico 
Cuando se pretende llevar a cabo el control biológico de plagas en un 
determinado ecosistema agrícola o forestal, en primer lugar se deben realizar 
aquellos estudios ecológicos experimentales que permitan clasificar las plagas 
como reales o inducidas. Las plagas reales son las que carecen de enemigos 
efectivos, mientras que las inducidas si los tienen pero estos son incapaces de 
actuar por diversos factores. 
Según García-Marí (1992) las estrategias empleadas para la aplicación de 
enemigos naturales pueden ser: 
 • Introducción de especies exóticas para su establecimiento en el 
ecosistema. 
 • Conservación o mejora de la efectividad de los enemigos naturales 
autóctonos o indígenas. 
 • Aumento o incremento artificial de los enemigos naturales propios del 
ecosistema. 
 
Si pretendemos llevar a cabo el control biológico de plagas reales, se deberá 
recurrir a la introducción de enemigos naturales exóticos. Si por el contrario se 
trata de controlar plagas inducidas, el procedimiento a seguir será primero la 
conservación, a continuación el incremento si la anterior falla, y finalmente la 
introducción si los enemigos naturales autóctonos no son efectivos. 
 
3.1.7.1 Método de Importación 
Cuando los enemigos naturales de una especie particular de plaga no existen o 
son inefectivos, deben buscarse en otros lugares para ser introducidos en el 
ecosistema. Desde el punto de vista histórico, la introducción ha sido el 
principal método de control biológico, de ahí que también sea conocido como 
control biológico clásico. (Eilenberg et al., 2001) 
El éxito de este método depende, no solo de la fortuna en encontrar un 
enemigo natural efectivo, sino de que este se adapte bien a las condiciones 
ambientales del lugar donde deseamos introducirlo. Todo ello requiere de un 
reconocimiento detallado de la plaga, de sus enemigos naturales si es que 
existen, y de los factores que regulan la interacción plaga-enemigo natural. 
 
La cuestión más importante que se plantea cuando se quieren introducir 
enemigos naturales exóticos, radica quizá en la competencia que estos puedan 
establecer con los enemigos naturales autóctonos. A tal respecto existen dos 
posibilidades: a) cuando las especies en competencia son homólogos 
ecológicos y por tanto atacan del mismo modo a un determinado hospedador 
común, y b) cuando las especies no son homólogos ecológicos y pueden 
complementarse en su acción debido a que prefieren diferentes hospedadores, 
o atacan distintas fases del mismo hospedador. 
El procedimiento general a seguir para poder aplicar este método es el 
siguiente: 
 • Estimación de la idoneidad del control biológico para la plaga, de acuerdo 
con sus características y el ambiente donde vive. 
 • Estudios básicos sobre la plaga y sus enemigos naturales. 
 • Recolección, estudio e introducción de los enemigos naturales. 
 • Liberación, establecimiento y seguimiento de la aclimatación de los 
enemigos naturales. 
El ejemplo más popular de este tipo de control biológico es la importación de la 
mariquita australiana Rodolia cardinalis, que ha controlado con gran éxito a la 
cochinilla acanalada de los cítricos Icerya purchasi (Granados, 2001). También 
en los cítricos encontramos otros ejemplos notables como el de la mosca 
blanca Aleurothrixus floccosus, controlada eficazmente por el parasitoide Cales 
noacki (Rose and Woolley, 1984). 
 
3.1.7.2 Método de Incremento 
El incremento es la manipulación directa de enemigos naturales para aumentar 
su efectividad. Esto se puede lograr mediante uno, o ambos, de dos métodos 
generales: producción en masa y colonización periódica; o mejoramiento 
genético de los enemigos naturales. De estos dos conceptos el que se usa 
más comúnmente es el primero, en el cual los enemigos naturales son 
producidos en insectarios, y luego son liberados bien sea de manera 
inoculativa o inundativa. Las liberaciones inundativas involucran la liberación 
de grandes números de enemigos naturales de tal modo que su población 
domine completamente la de la plaga. El incremento se usa donde las 
poblaciones de enemigos naturales no están presentes o no pueden responder 
con suficiente rapidez al aumento de la población de plagas. Por tanto, el 
incremento usualmente no suministra una supresión permanente de las plagas, 
como puede ocurrir con la importación o con métodos de conservación. 
Un ejemplo del método de liberación inoculativo es el uso de la avispa 
parasitoide, Encarsia formosa (Gahan), para eliminar poblaciones de la mosca 
blanca de los invernaderos, Trialeurodes vaporariorum (Westwood), (Hussey 
and Scopes, 1985; Parrella 1990). La mosca blanca de los invernaderos es una 
plaga de los cultivos de hortalizas y flores que está en todas partes y que es 
notablemente difícil de manejar, aun con pesticidas. Sin embargo, las 
liberaciones deben ser hechas dentro del contexto de un manejo integrado del 
cultivo que tenga en cuenta la baja tolerancia de los parasitoides a los 
pesticidas. 
 
3.1.7.3 Método de Conservación 
Consiste en la protección y mantenimiento tanto de las poblaciones de 
enemigos naturales autóctonas ya establecidos en nuestros cultivos como de 
aquellas introducidas. 
Normalmente la conservación implica la modificación de las prácticas 
agrícolas, entre las que destaca la aplicación de plaguicidas de modo que sólo 
se efectúen cuando la población plaga exceda de ciertos niveles, cambiando el 
momento de aplicación, formulación, etc., de modo que los tratamientos sean 
más selectivos para respetar en lo posible la acción del enemigo natural, y 
permitan que este último pueda cumplir su misión de mantener bajos los 
niveles de población de las plagas. 
 
Otra manera de conservar los enemigos naturales es asegurar que se cumple 
con sus requisitos ecológicos en el ambiente del cultivo. Para ser efectivos, los 
enemigos naturales pueden requerir acceso a hospederos alternos, recursos 
alimentarios para los adultos, hábitats para invernación, un suministro 
constante de alimentos y microclimas apropiados (Rabb et al. 1976). En un 
ejemplo clásico, Doutt & Nakata (1973) determinaron que Anagrus epos 
(Girault), el principal parasitoide del saltahojas dela vid, Erythroneura 
elegantula (Osborne), en los viñedos de California requería de hospederos 
alternos para pasar el invierno. El hospedero, otro saltahojas, solo pasa el 
invierno en el follaje de plantas de mora en áreas ribereñas, a menudo 
bastante lejos de los viñedos. Los viñedos cercanos a áreas naturales con 
plantas de mora en la primavera experimentaban una colonización más 
temprana del parasitoide y mejor control biológico. Wilson et al. (1989) 
encontraron que árboles de ciruela francesa que alojan otro hospedero de 
invernación, podían ser sembrados viento arriba de los viñedos y conservar de 
manera efectiva a Anagrus epos. 
 
3.1.8 Agentes de Control Biológico 
La mayoría de las plagas que atacan los cultivos son insectos y ácaros, por lo 
que a su vez sus enemigos naturales son otros insectos y ácaros. Estos 
enemigos naturales se clasifican en dos categorías: entomófagos (parasitoides 
y depredadores) y entomopatógenos (virus, bacterias, hongos, nematodos y 
protozoos). 
Los parasitoides son insectos que tienen un nicho ecológico que puede, hasta 
cierto punto, ser considerado intermedio entre el hábito depredador y el 
parásito. Los depredadores normalmente matan su presa y la consumen. Los 
parásitos no necesariamente matan su presa y hasta pueden vivir con, o dentro 
de ella por largos períodos. A diferencia de los depredadores los parasitoides 
suelen ser bastante específicos en la selección del huésped sobre todo por su 
desarrollo. Otra característica de los parasitoides son sus adaptaciones para 
ovipositar, lo que ha llevado a la evolución de sofisticados ovipositores. Estos 
se encuentran principalmente en Ichneumonidae y Braconidae, especialmente 
en especies que parasitan larvas protegidas en lugares de difícil acceso como 
troncos de árboles y túneles en el suelo (Eggleton y Gaston, 1990). 
Los depredadores son insectos o ácaros que se alimentan de otros animales 
que pueden ser más pequeños o mayores que ellos mismos. Se caracterizan 
por consumir durante sus estadios inmaduros numerosas presas para 
completar su desarrollo hasta el estado adulto. Salvo en el estado de huevo, el 
depredador desarrolla toda su actividad de forma libre, siendo depositados los 
huevos próximos o sobre las presas, de modo que una vez que emergen las 
ninfas o larvas pueden alimentarse capturando y matando a sus presas. No 
suelen ser específicos. 
 
3.1.9 Situación Actual 
Hoy en día es una realidad reconocida que los pesticidas utilizados 
masivamente en la agricultura son una amenaza a la salud de los agricultores, 
los consumidores y para la diversidad del planeta. En la actualidad existen mas 
de 600 ingredientes activos con acción pesticida registrados en los Estados 
Unidos y, aproximadamente, 10% de ellos se sabe o se sospecha que son 
cancerigenos (Schultz, 2001). Un informe realizado por la OIT con datos de 
diferentes gobiernos y de varios organismos internacionales revela que cada 
año 40.000 agricultores mueren en el mundo por intoxicaciones con pesticidas. 
 
En la actualidad hay creciente número de investigaciones, de proyectos e 
iniciativas que buscan implementar programas de control biológico. Estos 
proyectos están dirigidos a identificar áreas de investigación de cooperación 
regional. Lamentablemente al presente hay varias instituciones desarrollando 
investigaciones con poca o ninguna coordinación regional. Esta falta de 
comunicación hace que los resultados de estos esfuerzos permanezcan 
desconocidos en países vecinos o aún en el mismo país. Por esto surge la 
necesidad de congresos científicos, talleres, seminarios, etc., con el fin de 
aumentar la divulgación y los proyectos cooperativos. 
 
Sin embargo, a pesar de las dificultades, numerosos agricultores, usando 
métodos de control biológico, nos demuestran que este es una realidad y que 
el uso de insumos químicos es innecesario, que es posible producir una 
cantidad suficiente de alimentos de una forma más económica y sana. Varios 
investigadores han resumido los casos de control biológico efectivos en el 
caribe y en el mundo (Fuxa and Richter, 1999; Argov et al., 2000; Pickett and 
Pitcairn, 1999). En función de las alteraciones provocadas en el 
agroecosistema con la instalación de monocultivos, resulta imprescindible 
implementar metodologías que favorezcan la acción y adaptación del control 
biológico natural, tendientes a la utilización sustentable del ecosistema (Ohashi 
y Urdampilleta, 2003). 
3.2 Manejo de Plagas 
3.2.1 Toma de decisiones 
Para poder evaluar el efecto de una población de un artrópodo sobre un 
determinado cultivo o producto cosechado es necesario conocer la relación 
que existe entre la densidad de población que soporta el cultivo y la pérdida de 
producción o valor de dicho cultivo. Para ello es necesario considerar dos 
variables fundamentales: a) el efecto de la actividad del agente biótico sobre la 
fisiología de la planta y b) la repercusión de este efecto sobre la producción o 
el valor de la planta. 
La medida de estas dos variables es muy compleja, por lo que se emplea la 
densidad de población del agente causante de la plaga como índice de las 
pérdidas que produce. Por ello, se supone que cuanto mayor es la densidad de 
población del agente causante de pérdidas en el cultivo, menor es el valor de la 
producción de dicho cultivo. Esta pérdida de producción dependerá del agente 
causante de la pérdida, de la parte afectada de la planta, estado fenológico del 
cultivo, etc. 
Sin un método estandarizado de muestreo no puede haber umbrales y sin 
umbrales no hay forma de racionalizar las tácticas de control. El muestreo 
permite identificar y evaluar el problema, el umbral, es el parámetro que 
permite tomar la decisión de usar o no una estrategia de control y finalmente, 
las tácticas de control que en la práctica se utilizan para regular las 
poblaciones de las plagas. 
 
La relación entre las pérdidas de producción y la densidad de población del 
agente causante de las mismas viene dada por la denominada curva de daños. 
Esta curva representa el conjunto de posibles respuestas producción/densidad 
de población. Cuando se trata de daños indirectos producidos por artrópodos y 
patógenos vegetales, bajas densidades de población no reducen la producción 
final e incluso pueden dar lugar a una sobreproducción por compensación de la 
planta. 
Sin embargo, a medida que aumenta la densidad de población, se alcanza un 
punto en el que la planta no puede compensar los daños y comienza a 
decrecer la producción. A este punto se le denomina umbral de pérdidas y se 
define como la menor densidad de población que da lugar a pérdidas de 
producción cuantificables. Por encima de este umbral, la producción decrece 
linealmente al aumentar la densidad de población sin que se llegue 
normalmente al 100% de pérdidas. 
 
 
FIG. 1: Curv a de daños que representa la relación teórica entre la densidad de población de un agente 
causante de plagas y las pérdidas de rendimiento que produce. Adaptado de Pedigo (1996). 
 
3.2.2 Umbral Económico de Daños 
El objetivo de este umbral es determinar el nivel máximo de las plagas que 
puede tolerarse sin adoptar medidas de lucha y obtener así los mayores 
beneficios netos posibles. Es también el nivel mínimo que hace rentable una 
aplicación. 
En la curva de daños, por encima del valor correspondiente al umbral de 
pérdidas, la producción decrece linealmente al aumentar la densidad de 
población de la plaga y adquiere importancia económica cuando el valor de las 
pérdidas es igual al coste del tratamiento necesario para suprimir la población 
que las origina. Para definir este punto se utiliza el concepto de Umbral 
Económico de Daños (UED), que se define como la más baja densidad de 
población de cualquier agente biótico que causa pérdidas económicas y que 
justifica un tratamiento. 
El valor de la densidad de poblacióncorrespondiente al UED es el principal 
criterio económico de decisión en el control de plagas. Solo aquellas 
poblaciones que superen el valor del UED recibirán la consideración de plaga y 
por tanto se verá justificada económicamente la utilización de una medida 
curativa que permita su control. 
 
3.2.3 Umbral de Tratamiento 
El umbral de tratamiento (UT) determina el momento más adecuado para 
iniciar las medidas de control de un agente causante de daños, y se define 
como la densidad de población a la cual hay que aplicar las medidas de control 
para evitar que la población llegue a superar la densidad correspondiente al 
nivel económico de daños. 
Por lo tanto el UT suele ser menor que el UED (a veces es igual) para permitir 
que las medidas de control hagan efecto antes de que se alcance el nivel de 
daño. Suele ser un porcentaje del UED. Puede ser determinado a partir del 
conocimiento del UED y de la dinámica de poblaciones. Puede variar mucho 
según el cultivo, la época del año, la zona y el valor de la cosecha. Es el nivel 
práctico que debe utilizarse para tomar decisiones, es decir, aplicar o no 
medidas de control de la plaga. 
 
FIG. 2: Relación entre el umbral de tratamiento (UT) y el niv el económico de daños (NED). Cuando la 
densidad de plaga alcanza en umbral de tratamiento (UT) se aplica una técnica de control. Adaptado de 
Pedigo (1996). 
 
 3.2.4 Estrategias de Control 
Una estrategia consiste en la elaboración de un plan para controlar una 
determinada plaga. La elección de la estrategia más apropiada para el control 
de agentes causantes de daño, desde el punto de vista económico y ambiental, 
se determina en función de la posición relativa de la densidad característica de 
la población del agente causante de daño y su correspondiente UED. 
 
3.2.4.1 Estrategia de Conservación 
Esta estrategia se usa en aquellas especies fitófagas en la cuales la densidad 
de la población no rebasa nunca el UED. Se basa en la aplicación tanto de 
medidas de control biológico como de medidas culturales. La mayoría de los 
casos se dan por fitófagos que no atacan directamente el órgano cosechable, 
es decir, que causan daños indirectos. Para decidir si aplicar esta estrategia se 
debe realizar un programa de muestreo riguroso para comprobar si 
efectivamente se esta dando una regulación de la densidad del fitófago como 
resultado de los factores naturales de mortalidad y por lo tanto hace que no se 
necesite aplicar medidas. 
 
3.2.4.2 Estrategia de Reducción de la Susceptibilidad del Cultivo al Daño Físico 
Cuando las densidades poblacionales de un fitófago se mantienen por encima 
del UED o lo rebasan habitualmente se emplea esta estrategia. En este caso 
no se modifica la Densidad media (DE) de la población sino que se aumenta su 
UED de tal manera que la densidad poblacional del fitófago se mantiene por 
debajo del UED sin que llegue a rebasarlo. 
 
Es efectiva y aconsejable ya que conserva el medio. Para aplicarla es 
necesario introducir cambios en la planta hospedera mas no en el fitófago 
mediante métodos como el uso de variedades resistentes o tolerantes, 
cambios en la fecha de siembra o de plantación o mejorando el vigor de la 
planta (Pérez, 1997). 
 
3.2.4.3 Estrategia de Reducción de la Densidad Poblacional 
Es la estrategia más común cuando se habla de control de plagas. Se utiliza 
como medida preventiva o como medida curativa, cuando la densidad de 
población del insecto alcanza el UED. 
 
En especies que poseen una posición general de equilibrio (PGE) baja en 
comparación con el UED la mejor estrategia es reducir los picos poblacionales. 
Esta acción prevee el daño, pero no cambia la PGE (Fig. 3). 
 
 
 
Figura 3: Estrategia de control consistente en reducir los máximos poblacionales de la plaga, que se 
utiliza cuando posee una posición general de equilibrio (PGE) baja en relación con el niv el económico 
de daños (NED). Adaptado de Pedigo (1996). 
 
En especies con el PEG cercano o mayor al UED la mejor estrategia consiste 
en: 
• Una forma es bajar el valor de la PEG. Esto se puede llevar a cabo 
reduciendo la capacidad del medio para tolerar la población 
reduciendo los hábitats favorables del medio, haciendo rotación de 
cultivos por ejemplo. 
 
Figura 4: Estrategia de control consistente en reducir la posición general de equilibrio (PGE) 
disminuy endo la capacidad del medio. Adaptado de Pedigo (1996). 
 
• Otra forma es reducir el potencial biótico de la población empleando, 
por ejemplo, la lucha autocida (suelta de individuos estériles) o la 
confusión sexual (impidiendo el encuentro entre sexos) (Fig. 5). 
 
FIG. 5: Estrategia de control consistente en reducir la posición general de equilibrio (PGE) 
disminuy endo el potencial biótico de la población plaga. Adaptado de Pedigo (1996). 
 
Las tácticas utilizadas en la estrategia de reducción de la densidad 
poblacional son numerosas y variadas: enemigos naturales, insecticidas, 
cultivos resistentes, modificaciones del medio, productos reguladores del 
crecimiento de los insectos, productos inhibidores del crecimiento de los 
insectos, métodos autocidas, feromonas, etc. (Pérez, 1997). 
 
3.2.5 Muestreo de Poblaciones de Artrópodos 
El principio del control integrado es el seguimiento de la evolución de las 
poblaciones de artrópodos plaga, manteniéndolas por debajo del UED, por 
ello es imprescindible el conocimiento de los niveles poblacionales a lo largo 
del cultivo. 
Generalmente es difícil, imposible o tedioso determinar el número total de 
individuos de una población. Es necesario, por lo tanto, hacer una estimación 
de ese número mediante un muestreo. Consiste en contar una a parte 
pequeña del total de la población de un artrópodo y a partir de esta muestra 
estimar el nivel absoluto de población. 
Para que un muestreo sea el adecuado ha de reunir dos condiciones: 
sencillez y precisión. La sencillez implica que el muestreo pueda llevarse a 
cabo con relativa facilidad y un periodo de tiempo razonable. La precisión es 
necesaria para que los valores obtenidos representen fielmente a la 
población absoluta y sea posible predecir el daño que produce dicha 
población. 
 
3.3 Artrópodos Depredadores 
3.3.1 Características Generales 
Las larvas de los depredadores buscan activamente a sus presas, carácter 
que los distingue de los parásitos, en los cuales es el adulto el que busca al 
huésped mientras que la larva se limita a alimentarse de él. Las larvas de 
depredadores consumen a veces muchas presas hasta completar su 
desarrollo, y una vez llegadas a estado adulto siguen, en la mayoría de los 
casos, sus hábitos depredadores. 
Muchos predadores se alimentan indistintamente de insectos dañinos como 
de insectos benéficos, orientándose en el mayor número de insectos presas, 
que por lo general son las plagas. Entre las pocas especies predadoras con 
tendencia monófaga se encuentra el coccinélido Rodolia cardinalis que se 
alimenta de Icerya purchasi o cochinilla acanalada. 
 
3.3.1.1 Capacidad de Búsqueda y Movilidad 
La capacidad de búsqueda está relacionada con el comportamiento del 
depredador en su recorrido, la tasa de ataque, la proporción de presa que 
consume, el tiempo invertido en el manejo de la presa, la distribución en la 
planta, la movilidad y la capacidad de dispersión, su voracidad o capacidad 
de consumo. 
 
3.3.1.2 Capacidad de Ingestión y Especificidad 
En general estos organismos son exclusivamente carnívoros tanto en 
estados inmaduros como en estado adulto, aunque existen algunas 
excepciones. Muchas especies de míridos (Macrolophus, Dicyphus, 
Cyrtopeltis, etc.) y otros heterópteros, presentan la particularidad que los 
adultos pueden alimentarse de las plantas cuando las poblaciones de plaga 
son bajas, lo que puede convertirlos en una plaga. 
En cuanto a sus hábitos alimenticios los depredadores pueden ser 
monófagos(cuando presentan un alto grado de especialización), olífagos (si 
presentan un rango de presas restringido) o polífagos (cuando el rango de 
presas es bastante alto). 
 
 
3.3.1.3 Capacidad de Incremento y Potencial Biótico 
En los sistemas agrícolas, que son sistemas inestables, es deseable que el 
depredador posea una gran capacidad para incrementar sus poblaciones en 
periodos cortos de tiempo, debido a que la mayor parte de las presas son 
oportunistas estrategas “r”. 
 
Esta capacidad de incremento de un depredador depende de la capacidad de 
búsqueda, de la adaptabilidad y del potencial biótico (medido en parámetros 
de fecundidad, supervivencia y tiempo de desarrollo). El depredador, 
además de tener la capacidad de aumentar ante aumentos de la presa, debe 
poder actuar cuando la densidad de la presa sea baja. 
 
3.3.1.4 Adaptabilidad 
Supone la capacidad para tolerar las mismas condiciones de clima que la 
presa (incluidas las extremas), la capacidad de acudir al mismo hábitat que la 
presa y la capacidad de sobrevivir en condiciones adversas (plaguicidas). 
Deben adaptarse a la fenología del cultivo y a la fenología de la presa. 
Conviene, además que haya una sincronización en la actividad, sobre todo 
en la época de actividad de la presa y del depredador. 
 
3.3.2 Principales Grupos o Familias de Depredadores 
3.3.2.1 Ácaros Fitoseidos 
Existen numerosas especies de fitoseidos depredadores capaces de regular 
poblaciones de ácaros fitófagos y que son de interés por su aplicación 
práctica en el control de ácaros plaga en muchos cultivos. La aplicación de 
los fitoseidos como agentes de control biológico de otros ácaros y de 
pequeños insectos se está llevando a cabo, en estos momentos, en muchos 
países y sobre distintos cultivos agrícolas, principalmente cítricos, frutales, 
hortalizas en invernaderos, viñedos y cultivos tropicales. 
 
Los ácaros de la familia Phytoseiidae han sido ampliamente estudiados, 
debido a su alta efectividad como agentes de control biológico de ácaros 
fitófagos, por su capacidad de adaptación y supervivencia a diferentes tipos 
de alimentos disponibles en los agroecosistemas (Croft and Luh, 2001). La 
capacidad de adaptación es una característica típica de cada especie de 
ácaro fitoseido, encontrándose desde especies generalistas a especializadas. 
Esta diversidad hace necesario conocer los hábitos alimenticios así como su 
capacidad de regulación de la especie fitófaga, antes de recomendarlos para 
su utilización en los programas de control biológico de ácaros fitófagos (Croft 
et al., 1998b; Ragusa et al., 2000). Varios estudios corroboran esta 
necesidad; es así como trabajos de bionomía y distribución, indican que 
algunos fitoseidos prefieren alimentarse de ácaros tetraníquidos (Muma, 
1971, citado por Vargas et al., 2005), otros de eriófidos (McMurtry y Scriven 
1965; Muma, 1971, citados por Vargas et al., 2005), y un grupo importante 
son facultativos consumiendo polen, ácaros, esporas de hongos, 
exudaciones e instares de insectos (Croft et al., 1998a; Ragusa et al., 2000). 
Entre las especies de fitoseidos que se comercializan destacan Phytoseiulus 
persimilis y Neoseiulus californicus para el control de la araña roja 
Tetranychus urticae y Amblyseius cucumeris para el control del trips de las 
flores Frankliniella occidentalis. 
 
3.3.2.2 Coleópteros 
Los coleópteros abarcan el orden de insectos donde se encuentran más 
especies depredadoras de otros insectos, perteneciendo a las familias 
Carabidae, Dytiscidae, Gyrinidae, Silphidae, Staphylinidae, Histeridae y 
Coccinellidae entre otras. 
Muchos coleópteros son depredadores activos, ya sea como larvas o como 
adultos. En algunos grupos de coleópteros, tanto los estados larvarios como 
los adultos son carnívoros, con tendencia general a que las larvas se 
alimenten de otras larvas de insectos de insectos o invertebrados de cuerpo 
blando. Sin embargo, también pueden encontrase especies de coleópteros 
con cierto grado de especificidad. 
 
Los coccinélidos son depredadores tanto en fase adulta como en la de larva 
exceptuando unas pocas especies del genero Epilachna que se alimentan de 
leguminosas y que pueden causar plagas menores (Araujo-Siqueira y 
Massutti, 2004). Son depredadores de distintas plagas como pulgones, 
cochinillas, gorgojos harinosos, trips, pequeñas orugas y ácaros. 
En la familia Carabidae existen muchas especies que son omnívoras, 
carnívoras y otro grupo de especies en las cuales las larvas son 
depredadoras. Son depredadores oportunistas, muy activos, que se 
alimentan de pulgones, pequeñas babosas y caracoles, huevos e insectos, 
moscas, colémbolos, ácaros, hormigas, nematodos y otros muchos 
invertebrados (Maddison, 1995). Entre todas ellas destaca Calosoma 
sycophanta que se ha empleado en Lucha Biológica para el control de 
huevos del lepidóptero Limantria dispar en Norte América (Weseloh et al., 
1995; Schafer et al., 1999, citados por Kanat et al., 2004). 
 
3.3.2.3 Neurópteros 
Este orden de insectos está generalmente constituido por especies 
depredadoras, tanto larvas como adultos. Se alimentan principalmente de 
áfidos, cóccidos, huevos de insectos y larvas pequeñas de lepidópteros. 
Destacan las especies de neurópteros pertenecientes a la familia 
Chrysopidae. Pertenecen al grupo de depredadores generales (o poco 
específicos). Son depredadores de ácaros, áfidos, cochinillas, etc. Se 
emplean actualmente como agentes de control biológico, destacando las 
especies Chrysoperla carnea y Chrysopa formosa (Hoddle and Robinson, 
2004). 
 
3.3.2.4 Dipteros 
Una de las familias de dípteros más representativas es Syrphidae. Sus larvas 
son depredadores de afidos, trips y orugas pequeñas mientras que los 
adultos son florícolas, de vida libre y se alimentan exclusivamente de néctar y 
polen. 
Dentro de la familia Cecidomyiidae, aunque hay varias especies 
consideradas plagas como Mayetiola destructor (Say), peste del trigo y 
Dasineura leguminicola (Lintner), plaga del trébol rojo en Estados Unidos 
(Borror et al., 1989); destacan larvas de especies depredadoras muy 
empleadas en el control biológico de áfidos en cultivos en invernadero, como 
Aphidoletes aphidimiza. Este díptero depredador de áfidos, presente en 
Europa, América del Norte y Asia, ejerce un control eficaz sobre Aphis 
gossipy (pulgón del algodón), Myzus persicae (pulgón verde del 
melocotonero), Macrosiphum euphorb iae (pulgón verde del tomate), 
Aulacorthum solani (pulgón de la digital) y hasta 70 especies más de áfidos 
(Ferguson, 2005), (Topliff et al., 2005). 
 
3.3.2.5 Hemípteros 
Son varios los predadores generalistas que pertenecen a este orden, la 
mayoría son de las familias Reduviidae, Nabidae, Lygaeidae, Miridae y 
Anthocoridae; siendo estas dos ultimas las más representativas. 
Los míridos son la familia más grande del orden y su distribución es amplia. 
Son especies de elevada polifagia, depredadoras de moscas blancas, trips, 
araña roja, minador, diversas especies de pulgones y huevos de 
lepidópteros. En Europa y Canadá se han estudiado numerosas especies 
entre las que destaca Macrolophus caliginosus (Lucas y Alomar, 2002), y que 
está disponible comercialmente. Existen otras especies menos estudiadas 
que potencialmente son agentes de control biológico: Dicyphus tamaninii, D. 
errans, D. cerastii y Nesidiocoris tenuis (Gabarra y Aljabes, 2005). 
 
Los antocóridos son cazadores activos de otros insectos. Pueden atacar a 
varias especies, en particular adultos de cuerpo blando, larvas, ninfas y 
huevos. Son predadores polífagos de trips, pulgones, ácaros y otros 
artrópodos. La mayoría chupan jugos vegetales ocasionalmente, pero los 
daños que causan al cultivo son insignificantes (Borror et al., 1989). 
Destacan especies de los géneros Anthocoris y Orius, que se emplean 
ampliamente en programas de lucha integrada (Pérez, 1999). Las especiesde Anthocoris son normalmente polífagas, mientras que las de Orius, aunque 
también polífagas, a menudo exhiben una fuerte preferencia por un cierto tipo 
de presa (Wright, 1994). 
 
3.4. Artrópodos Parasitoides 
3.4.1 Características Generales 
Los parasitoides son insectos que viven y se desarrollan en el interior o sobre 
otro artrópodo (huésped) causándole la muerte (por consumición) en un corto 
periodo de tiempo (Borror et al., 1989). 
Se define un parasitoide, por el hábitat alimenticio de su larva. La larva se 
alimenta exclusivamente sobre el cuerpo de otro artrópodo, su huésped, 
matándolo. Solamente se requiere un huésped para completar el desarrollo, y 
a menudo un cierto número de parasitoides puede desarrollarse del mismo 
huésped (gregarismo). Las diferencias respecto a depredador y parásito, son 
que el depredador se puede alimentar de varios huéspedes produciéndoles a 
todos la muerte, y parásito se alimenta de un solo huésped, pero no le 
produce la muerte. Por tanto, en muchos aspectos un parasitoide se 
encontraría entre un depredador y un parásito. Como depredador porque 
siempre le produce la muerte a su huésped, y como parásito, porque 
solamente se alimenta de un huésped. 
 
3.4.2 Tipos de Parasitismo 
A diferencia de los depredadores los parasitoides suelen ser bastante 
específicos en la selección del huésped sobre todo por su desarrollo. Estos 
parasitoides se pueden clasificar en función de su relación con el huésped, 
de diferentes formas. 
En primer lugar, si el parasitoide se desarrolla alimentándose en el interior del 
huésped se le denomina endoparasitoide, mientras que si lo hace sobre el 
huésped se denomina ectoparasitoide. 
Por otro lado si se desarrolla un solo parasitoide por huésped se dice que son 
solitarios, pero puede ocurrir que se desarrollen varios individuos por 
huésped presentándose entonces parasitoides gregarios, este fenómeno es 
común en numerosas especies y se produce bien por un fenómeno 
denominado poliembrionía, casos en los que la hembra deposita un solo 
huevo en el huésped y este mediante múltiples divisiones llega a producir 
cientos e incluso miles de larvas sobre un único huésped, o bien la hembra 
deposita varios huevos sobre un mismo huésped, originándose numerosas 
larvas. 
Para el orden Hymenoptera hay otra clasificación que los separa en aquellos 
que usan la estrategia koinobionte y los que usan la estrategia idiobionte, 
términos propuestos por Askew y Shaw (1986) que han sido casi 
universalmente aceptados. Los parasitoides idiobiontes paralizan 
completamente el desarrollo de sus hospedadores en el momento de la 
puesta y sus larvas consumen un recurso alimentario inmóvil e indefenso. Por 
lo general suelen ser ectoparásitos que atacan larvas de artrópodos que 
viven encerrados, o en situaciones en las que gozan de cierto grado de 
protección frente al ambiente externo. Los parasitoides koinobiontes adoptan 
una estrategia distinta que consiste en no paralizar a sus hospedadores una 
vez que la hembra adulta del parásito ha efectuado la puesta sobre ellos. A 
diferencia de los idiobiontes permiten que la larva de hospedador continúe 
desarrollándose mientras el parásito se va alimentando de sus órganos no 
vitales. La mayoría de los koinobiontes son endoparásitos y atacan larvas de 
artrópodos que viven en situaciones más expuestas al ambiente externo. 
 
3.4.3 Selección de Huésped 
Inicialmente y de forma independiente al huésped, el parasitoide tiende a 
buscar un hábitat adecuado. En muchas ocasiones los parasitoides son 
atraídos por determinados factores independientes del huésped como 
pueden ser los estímulos químicos de las plantas sobre las que se alimenta el 
huésped o de otros organismos que pueden estar presentes en los lugares 
donde se desarrolla el huésped, o bien por la adecuación de las condiciones 
ambientales (humedad, temperatura, etc.). 
 
Los himenópteros parasitoides son capaces de emplear señales relacionadas 
directa o indirectamente (a través de su ambiente) con su huésped para 
localizarlo. La asociación de la señal con la presencia del huésped 
(aprendizaje asociativo) generalmente incrementa la respuesta a un estímulo 
luego de una cierta experiencia, esta característica se manifiesta en varias 
especies de parasitoides (Vet et al, 1995, citados por Steidle, 1998). La 
experiencia previa de un depredador también puede influir en su 
comportamiento de búsqueda, lo mismo que en el tipo y proporción de presa 
que consumen (Begon et al., 1996, citado por Obrycki, 1997). Las señales 
más comúnmente usadas por los parasitoides para localizar el hábitat de sus 
hospederos son olfativas, visuales o auditivas. 
 
 
3.4.4 Principales Grupos de Parasitoides 
3.4.4.1 Ichneumonidos 
Esta familia esta compuesta por un estimado de 100000 spp. clasificadas en 
36 subfamilias. Sin duda, esta es la familia de himenópteros parasitoides más 
importante. Son parasitoides de gran tamaño de larvas o pupas de insectos 
holometábolos, principalmente lepidópteros, coleópteros y otros 
himenópteros (Borror et al., 1989). Pueden ser ectoparásitos y endoparásitos. 
Son importantes agentes reguladores de plagas forestales, provocando el 
20% de parasitismo en medios naturales. Sin embargo, su utilización es 
escasa en lucha biológica ya que son muy difíciles de criar por su elevado 
tamaño y su elevado coste económico (Hernandez, 2000). 
Entre los icneumónidos destacan algunas especies de interés como 
parasitoides de larvas de noctuidos como Hyposoter didymator y Sinophorus 
xanthostomus (Tillman and Powell, 1992). 
 
3.4.4.2 Bracónidos 
La mayoría de los bracónidos son especies parasitarias de larvas o pupas de 
insectos holometábolos: Lepidópteros, Dípteros, Coleópteros (Borror et al., 
1989). Pueden ser endoparásitos o ectoparásitos, solitarios o gregarios. Son 
importantes como agentes de control natural con niveles del 60-80%, 
especialmente en cultivos herbáceos. Su utilización en la Lucha Biológica es 
muy importante, destacando numerosas especies como Aphidius colemani, 
Cotesia marginiventris, parasitoide de lepidópteros (Urbaneja, 2003; 
Sourakov and Mitchell, 2005), Opius concolor, parasitoide de dípteros (mosca 
de la fruta) (Hamouda and Salah, 1984) y Dacnusa sib irica, parasitoide de 
minadores (Malais and Ravensberg, 1991). 
 
 
3.4.4.3 Tricogramátidos 
Son parasitoides de muy pequeño tamaño cuya mayoría de especies 
parasitan especies de huevos de lepidópteros y otros órdenes. Son 
endoparásitos, solitarios o gregarios, primarios y, en ocasiones, 
hiperparásitos de otros parasitoides de huevos. Se emplean comercialmente 
como agentes de control natural de lepidópteros, alcanzando niveles de 
control del 90 %, siendo muy importantes a nivel mundial las siguientes 
especies: Trichogramma cordubensis y Trichogramma evanescens (Moreno y 
Pérez, 2002). La mayoría de ellas se crían artificialmente para realizar sueltas 
masivas. 
 
3.4.4.4 Afelínidos 
Es un grupo muy común de pequeños parásitos, generalmente robustos y 
aplanados, rara vez alargados. La mayoría de los afelínidos son parásitos de 
homópteros, principalmente cóccidos, aunque destacan algunas especies 
parásitas de áfidos y moscas blancas (Borror et al., 1989). Se desarrollan 
como endoparásitos, ectoparásitos o como depredadores de huevos. Los 
adultos se alimentan de néctar y también del hospedador. Son muy 
importantes como agentes de control natural, de ahí su empleo comercial en 
cultivos de frutales y hortícolas en invernadero. Destacan las siguientes 
especies de afelínidos: Aphelinus mali en áfidos, los géneros Aphytis y 
Prospaltella para el control de cóccidos y Encarsia formosa y Eretmocerus 
mundus para el control de las moscas blancas Trialeurodes vaporariorum y 
Bemisa tabaci respectivamente (Malais and Ravensberg, 1991). 
 
3.4.4.5 Taquínidos 
La familia Tachinidae pertenece al orden Díptera.Son parasitoides 
principalmente de lepidópteros. Endoparásitos, solitarios o gregarios de 
estados inmaduros (larva), abandonando al huésped en estado de pupa. 
También se puede presentar multiparasitismo con especies de la familia o de 
otras. Su empleo comercial como agentes de control biológico no es 
corriente. Destacan las especies Exorista larvarum y Drino spp. 
 
4. OBJETIVOS 
 
4.1 Objetivo General 
 
• Evaluar la comunidad de insectos controladores e insectos parásitos 
en una huerta biológica. 
 
4.2 Objetivos Específicos 
 
• Hacer el levantamiento taxonómico de la entomofauna de 
controladores y parásitos encontrados en la huerta biológica. 
• Determinar las interacciones que se presentan entre los insectos 
parásitos y controladores encontrados. 
• Describir algunas relaciones ecológicas de las especies más 
representativas encontradas en la huerta biológica. 
 
 
5. METODOLOGIA 
 
5.1 Área de Estudio 
El estudio se realizó en una finca llamada Huerta Biológica que se encuentra 
localizada en el flanco occidental de la cordillera Oriental, en la región 
conocida como la Mesa de los Santos. Este municipio está ubicado a 40 
minutos del casco urbano de Bucaramanga, por la ruta que lleva hacia 
Bogotá, a una altitud de 1600 m.s.n.m. La zona presenta dos épocas de alta 
precipitación, la primera entre los meses de marzo y mayo y la segunda entre 
septiembre y noviembre, con una precipitación y temperatura promedio anual 
de 916 mm y 18.3°C respectivamente. 
Esta finca lleva 5 años desarrollando un programa exitoso de Manejo 
Integrado de Plagas, siendo en la actualidad una de las mas reconocidas de 
la región y un ejemplo a seguir por los agricultores del país. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
5.2 Huerta Biológica 
En esta finca el área destinada al cultivo de productos orgánicos corresponde 
a 2 hectáreas, en las cuales hay un semillero, dos invernaderos y a 300 eras. 
En esta área encontramos cultivos de lechuga de distintas variedades, 
tomate, cebolla, brócoli, espinaca, coliflor, manzanilla, rugula, berenjena, 
apio, albahaca, acelga, jalapeños, cilantro, repollo, perejil, etc. 
Las hortalizas han ido perdiendo su importancia en el momento de decidir la 
realización de una siembra debido a que son blanco fácil de numerosas 
plagas y enfermedades, lo que hace que el costo de su producción sea muy 
alto para los agricultores que usan insumos químicos para controlarlas. 
En esta Huerta Biológica el uso de insumos y derivados químicos esta 
absolutamente prohibido, por lo que el control de las plagas y enfermedades 
se realiza por Control Biológico, por lo que ha sido certificada por La 
Corporación Colombia Internacional, que es una entidad certificadora de 
productos ecológicos en Colombia, acreditada por la Superintendencia de 
Industria y Comercio, a nivel nacional, con el aval de Bioagricoop SCR de 
Italia y BCS-OKO Garantie Gmbh de Alemania. 
 
Especie Nombre Común 
 Eras 
Muestreadas 
Lactuca sativa var. longifolia Lechuga romana 3 
Lactuca sativa var. inybacea Lechuga batavia 3 
Allium sp. Cebolla larga 2 
Coriandrum sp. Cilantro 2 
Brassica sp. Brocoli 3 
Brassica oleracea var. capitata subvar. 
alba Repollo 3 
Brassica sp. Coliflor 2 
Lycopersicum sp. Tomate 4 
Solanum sp. Berenjena 4 
Ocimum sp. Albahaca 3 
Spinacea sp. Espinaca 3 
Capsicun frutenses Jalapeños 3 
 Tabla 1: Eras muestreadas de acuerdo a la especie. 
 
5.3 Fase de Campo 
Las observaciones se empezaron a realizar diariamente el 20 de agosto del 
2005 y continuaron hasta el 1 de octubre del mismo año. Así mismo se 
realizaron colectas de material biológico en diferentes eras para un total de 
35 eras muestreadas con un número aproximado de 13000 plantas (Tabla 
1). Durante este tiempo se observó el comportamiento de los insectos a la 
vez que se realizaron capturas tanto por muestreo directo como mediante el 
uso de redes, trampas cromáticas y trampas de suelo (pit-fall) para 
artrópodos terrestres. Una vez capturados los insectos se procedió a 
conservarlos en alcohol al 70% para su posterior identificación. 
 
5.4 Fase de Laboratorio 
Una vez terminado el muestreo se procedió a la fase de identificación de los 
especimenes. Esto se realizo en el Laboratorio de Ecología y Zoología de 
Artrópodos (LAZOEA) de la Universidad de los Andes. Los insectos se 
identificaron usando un estereoscopio Zeiss, Stemi SV 6 y con la ayuda de 
las claves taxonómicas de Borror et al., 1989, Gonsales y Carrejo, 1992, 
Clave Entomofauna Cubana, al igual que con material proporcionado por el 
Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). Así mismo se contó con la 
colaboración del Director de Tesis y profesor de planta de la Universidad 
Emilio Realpe. 
 
6. RESULTADOS Y DISCUSION 
 
6.1 Levantamiento Taxonómico 
Se capturaron insectos pertenecientes a 10 órdenes diferentes, además de 
arañas (O. Araneae) y ácaros (O. Acarina), con un total de 61 familias. 
Todos fueron identificados hasta familia y algunos hasta genero y especie. 
Así mismo se indicó el estadio activo observado y su comportamiento 
alimenticio según las anotaciones realizadas durante los muestreos. De 
algunos de ellos no se determinó su habito alimenticio debido a que el tiempo 
se observación fue reducido por lo que no se pudieron sacar conclusiones. 
Los resultados obtenidos se encuentran detallados en la Tabla 2. 
 
 
 
Orden Familia Genero Especie 
Estadio Activo 
Observado Observaciones 
Mantodea Mantidae Adulto Depredador 
Dermaptera Forf iculidae Doru Adulto 
Ocasionalmente 
causa daños 
 Labiidae Adulto 
Neuroptera Chry sopidae Crisopa C. carnea Adulto Depredador 
Lepidoptera Pieridae Pieris P. brassicae Todos los estadios Plaga 
 Noctuidae Adulto 
Coleoptera Silphidae Adulto Depredador 
 Staphy linidae Aleochara Adulto Depredador 
 Scarabaeidae Adulto 
 Rhizophagidae Adulto 
 Coccinelidae Epilachna Adulto Plaga 
 Cycloneda C. sanguinea Adulto Depredador 
 C. munda Adulto Depredador 
 Coleomegilla C. maculata Adulto/Larv a Depredador 
 Harmonia Adulto Depredador 
 H. axyridis Adulto Depredador 
 Coccinella C. septempunctata Adulto/Larv a Depredador 
 Chry somelidae Diabrotica sp.1 Adulto Plaga 
 sp. 2 Adulto Plaga 
 Ceramby cidae Adulto 
 Curcolionidae Naupactus Adulto Plaga 
 Otiorhynchus Adulto Plaga 
 Tenebrionidae Tribolium Adulto 
 Meloidae Epicauta Adulto Plaga 
Hy menoptera Ichneumonidae Cratichneumon C. subfilatus Adulto Parasitoide 
 Braconidae Adulto Parasitoide 
 Trichogrammatidae Trichogramma Adulto Parasitoide 
 Formicidae Adulto Plaga 
 Vespidae Vespula Adulto 
 Polistes Adulto Depredador 
 Pompilidae Adulto Depredador 
 Apidae Apis Adulto 
 Aphelinidae Encarsia E. formosa Adulto Parasitoide 
Diptera Tachinidae Archytas Adulto Parasitoide 
 Sy rphidae Baccha B. clavata Adulto Depredador 
 Sciaridae Adulto 
 Chamaemy iidae Adulto Depredador 
 Bibionidae Adulto 
Ocasionalmente 
causa daños 
 Dolichopodidae Adulto Depredador 
 Muscidae Stomoxys Adulto 
 Musca M. domestica Adulto 
 Drosophiidae Adulto 
 My cetophilidae Adulto Fitof ago/saprof ago 
 Calliphoridae Adulto 
 Therev idae Adulto Larv a depredadora 
Orthoptera Gry llotalpidae Gryllotalpa G. hexadactyla Adulto 
 Acrididae Adulto 
 Eumastacidae Adulto 
 Tettigonidae Adulto 
 Gry llidae Gryllus Adulto 
 Tanaoceridae Adulto 
Hemiptera Reduv iidae Zelus Adulto Depredador 
 Pselliopus Ninf a Depredador 
 Arilus Adulto Depredador 
 Repipta Adulto Depredador 
 Pentatomidae Adulto Fitof ago 
 Ninf a 
 Cy dnidae Adulto 
 Ly gaeidae Oncopeltus Adulto 
 Anthocoridae Adulto 
 Rhopalidae Adulto Fitof ago 
 Miridae Adulto Depredador 
Homoptera Membracidae Adulto Fitof ago 
 Cicadellidae Cicadella Adulto Plaga 
 Flatidae Anormenis Adulto Plaga 
 Aphididae Myzus M. persicae Todos los estadios Plaga 
 Aphis Todos los estadios Plaga 
 Macrosiphum M. euphorbiaeTodos los estadios Plaga 
 Aley rodidae Trialeurodes T. vaporariorum Adulto Plaga 
Aranea Araneidae Gasteracantha Adulto Depredador 
 Micrathena Adulto Depredador 
 Larinia Adulto Depredador 
 Argiope A. argentata Adulto Depredador 
 Leucauge Adulto Depredador 
 Araneus Adulto Depredador 
 Ly cosidae Lycosa Adulto Depredador 
 Pirata Adulto Depredador 
 Salticidae Adulto Depredador 
 Pisauridae Adulto Depredador 
 Liny phiidae Adulto Depredador 
 Tetragnathidae Adulto Depredador 
Acarina Tetrany chidae Tetranychus Adulto Plaga 
 Phy toseiidae Phytoseiulus Adulto Depredador 
Tabla 2: Insectos capturados 
 
6.2 Insectos Parásitos 
La mayor parte de los insectos detectados mientras producían algún tipo de 
daño sobre los cultivos durante los muestreos se presentaron de forma 
esporádica. Cinco especies fueron observadas de forma recurrente durante 
el transcurso del muestreo. Estas se detallan a continuación. 
 
El adulto de Epilachna sp. (Coleoptera: Coccinellidae) mide 
aproximadamente 1 cm. y es amarilla con puntos negros. Su larva es 
ovalada, amarilla, aplanada y cubierta con pequeñas “espinas”. Tanto el 
adulto como la larva son fitófagos bastante destructivos. El daño que se 
pudo observar es producido por los adultos al final de las hojas inferiores ya 
maduras de los cultivos de berenjena y de jalapeños. En México se 
realizaron estudios entre 1953 y 1957 para controlar la conchuela del fríjol 
Epilachna varivestis los cuales demostraron que la mosca parasitoide 
Paradexodes epilachna (Diptera: Tachinidae) y la avispa eulofida Pediobius 
foveolatus son efectivos enemigos naturales al parasitar sus larvas (Sanchez-
Arroyo, 1997). 
 
La mosca blanca, o Trialeurodes vaporariorum (Homoptera: Aleyrodidae), es 
una de las plagas predominantes en muchos cultivos ornamentales y 
hortícolas de todo el mundo, y esta finca no es la excepción. Los adultos 
suelen encontrarse en la parte superior de la planta y miden entre 0.9 y 1.1 
mm. Las hembras ponen los huevos en el envés de las hojas jóvenes de 
lechuga, tomate, berenjena y jalapeños. Los huevos quedan adheridos a la 
hoja mediante pequeños “ganchos”. Son blancos, de forma oval y con un 
tamaño de unos 0.25 mm; algunas veces están cubiertos por una especie de 
polvo, procedente de las alas de la hembra (Malais and Ravensberg, 1991). 
Causa daños al succionar los tejidos foliares y producir una secreción de 
melaza tanto en su estado larval como adulto. Las moscas blancas 
generalmente permanecen unidas hasta que su población se hace 
demasiado grande. En este caso la infestación no fue tan numerosa y las 
moscas permanecieron concentradas en lugares concretos de los cultivos. 
Durante años se ha usado a la avispa parasita Encarsia formosa como su 
enemigo natural resultando efectiva en la mayoría de ocasiones (Soto et al. 
2002). También se ha reportado que Eretmocerus californicus (Hymenoptera: 
Aphelinidae) y Macrolophus caliginosus (Hemiptera: Miridae) son voraces 
depredadores tanto de T. vaporariorum como de Bemisa tabaco (Hoddle, 
1997; Lucas and Alomar, 2002). 
 
Myzus persicae (Homoptera: Aphididae), o también conocido como pulgón 
verde del duraznero es sin dudas, el áfido de mayor predominio y 
peligrosidad en el mundo, debido a su frecuente aparición y a la magnitud de 
los daños que ocasiona, tanto directos como indirectos, por la transmisión de 
enfermedades virales (Mier Durante, 1974, citado por Vasicek et al., 2003). 
Esta especie puede transmitir al menos 100 virus además de producir la 
deformación de las hojas al succionar la savia, secretar melaza e inyectar 
substancias toxicas, del mismo modo que lo hacen otros áfidos. Este pulgón 
procede posiblemente de Asia (que es también el lugar de origen de su 
planta huésped, de la cual toma el nombre) (Malais and Ravensberg, 1991) 
pero actualmente está distribuida en todo el mundo (Blackman and Eastop, 
1985), y su polifagia le permite producir grandes poblaciones de individuos 
alados que visitan y colonizan distintos cultivos. Infesta mas de 400 especies 
de plantas pertenecientes a 40 familias diferentes (Blackman and Eastop, 
2002, citado por Katsarou et al., 2005). 
 El tamaño del adulto es de 1.2-2.3 mm, siendo los especimenes ápteros los 
de menor tamaño. Su color puede variar de amarilla clara a verde-gris. Los 
individuos alados poseen una pequeña mancha oscura en el centro del 
abdomen. Durante los muestreos se observó en las plantas de lechuga, 
repollo, tomate, cebollín, brócoli y coliflor. El control biológico de pulgones 
ejercido por parasitoides es realizado por especies de avispas del género 
Aphidius. Dentro de los depredadores de pulgones, destacan larvas y adultos 
de Neurópteros como Chrysoperla carnae y Chrysopa formosa, Coleópteros 
coccinélidos como Coccinella septempuntata y larvas de Dípteros y varios 
Himenópteros (Quiroz et al., 2005). 
 
El adulto de la llamada mariposa de la col, Pieris brassicae (Lepidoptera: 
Pieridae), es una mariposa diurna de alas blancas con manchas negras que 
llegan a medir hasta 5 cm. Se observaron especimenes en diferentes estados 
de desarrollo. Las hembras depositan los huevos de color amarillo en el 
envés de las plantas huésped, en este caso brócoli y coliflor. Las orugas son 
de color verde grisáceo con manchas negras y de 2 cm. de longitud mientras 
que las crisálidas son verdes y pueden tener manchas de color blanco o 
amarillo. Las orugas son las que producen daños en los cultivos, son muy 
voraces y pueden dejar solo los restos de nervadura como signo de su 
ataque no controlado. A pesar de que se encuentran en gran número las 
perdidas no son significativas y se mantienen dentro de un rango aceptable. 
En la literatura se encuentra citada la avispa parasitoide Apanteles 
glomeratus como enemigo natural de esta mariposa llegando a poner hasta 
150 huevos sobre una oruga (Barrios-Díaz et al., 2004), de acuerdo a lo cual 
se puede clasificar como un parasitoide gregario y koinobionte. 
 
Otro pulgón de gran importancia es Aphis sp. (Homoptera: Aphididae). El 
color de su cuerpo varia de amarillo claro a negro verdoso pero el color de las 
dos proyecciones de su abdomen siempre es oscuro, su tamaño es de 1-2 
mm. Está especie se registró en todas las especies cultivadas a excepción de 
el cilantro y el tomate. Las ninfas y los adultos extraen nutrientes de la planta 
lo que genera un desbalance de las hormonas del crecimiento, causando que 
este se detenga y las hojas se enrollen. El daño directo producido por los 
pulgones no es tan importante como los indirectos, al producir excreción 
azucarada que sirve de sustrato al desarrollo de fumagina o como vectores 
de virosis como PVY (Brunt et al., 1995). 
Se observaron tanto individuos alados como ápteros, lo que indica que el 
tamaño de las poblaciones era lo suficientemente grande y por lo tanto 
estaban migrando. Las formas aladas generalmente se dan donde hay 
superpoblación o cuando hay un cambio de planta huésped (Malais and 
Ravensberg, 1991). Debido a que se multiplican muy rápidamente se 
generan grandes colonias, las cuales si son descubiertas a tiempo pueden 
ser controladas con tratamientos locales. El control de los pulgones se 
realizaba empleando ciertos tipos de agroquímicos hasta que estos 
adquirieron resistencia haciendo necesario el empleo de enemigos naturales 
para su control. En este momento se usa el mosquito cecidómido Aphidoletes 
aphimiza y la avispa endoparasita y koinobionte Aphidius colemani 
(Hymenoptera: Braconidae) como enemigos naturales. 
 
 
6.3 Insectos Controladores 
Se observaron varias especies de insectos depredadoras, sin embargo 
algunas de ellas, como Polistes sp., son depredadores generalistas y por lo 
tanto se alimentan tanto de insectos fitófagos como de aquellos que son 
benéficos como por ejemplo las larvas de coccinélidos. Es por esto que se 
seleccionaron aquellos que se