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GUY ROULIER LA PRACTICA DE LA OSTEOPATIA Principios, técnicas e indicaciones terapéuticas «PLUS VITAE» índice Págs. INTRODUCCIÓN 17 PRIMERA PARTE HISTORIA Y PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATÍA Capítulo I: Breve historia 21 1. Las primeras pruebas 21 2. La Edad Media 23 3. El siglo XVIII 24 4. Nacimiento de la osteopatia 24 5. El año 1 de la osteopatia 27 6. La primera escuela de osteopatia 28 7. La osteopatia y las otras técnicas manuales 29 a) La quiropraxia 29 b) La osteoterapia (o medicina manual) 31 c) La quinesioterapia 31 d) El curanderismo 32 e) El magnetismo 32 Capítulo II: Los principios de la osteopatia de Taylor Still 33 1. El primer principio: la estructura gobierna la función 34 12 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA 2. Segundo principio: la unidad del cuerpo 3. Tercer principio: la autocuración 4. Cuarto principio: la regla de la arteria es absoluta 5. El credo de la osteopatia. Taylor Still: nuestro programa Págs. . 36 . 40 . 41 42 Capítulo III: La osteopatia craneal de Sutherland 47 1. La C. R. I. de Sutherland 47 2. El cráneo, un puzzle en tres dimensiones 49 3. Una micropalpación para un micromovimiento 51 4. La fase experimental 52 5. Principios de la osteopatia cráneo-sacra 54 a) Los huesos del cráneo se mueven 54 b) El sacro se mueve al mismo ritmo que el cráneo 55 c) La fluctuación del líquido cefalorraquídeo 56 d) Existe un movimiento propio del cerebro y de la médula espinal 58 e) Existe una movilidad de las membranas intracraneales e intrarraquídeas 59 6. Indicaciones de la osteopatia cráneo-sacra 60 Capítulo IV: La osteopatia de los órganos y de las vísceras.... 1. De Thure Brandt a nuestros días 2. Tratamiento osteopático de los órganos 3. El equilibrio de los tres diafragmas 63 63 65 67 SEGUNDA PARTE LA PRÁCTICA OSTEOPÁTICA Capítulo V: El examen osteopático 75 1. El interrogatorio, primera parte del examen osteopático 75 2. Luego del interrogatorio, la observación 79 3. El equilibrio del cuerpo 82 ÍNDICE 13 Págs. a) La dificultad para estar de pie 82 b} La línea central de gravedad 84 c) El apoyo en el suelo 86 4. Las pruebas osteopáticas 87 a) Las pruebas de posición 87 b) Las pruebas de movilidad: análisis de los grandes movi- mientos 88 c) La palpación osteopática 89 d) Las pruebas de motilidad: análisis de los micromovi- mientos 90 e) La visión digital 91 Capítulo VI: Los principios osteopáticos 93 1. ¿Qué es una lesión osteopática? 93 a) La lesión osteopática evidente 94 b) La lesión osteopática muda 96 2. El sistema nervioso y los centros osteopáticos craneales y vertebrales 98 3. Relaciones del cráneo con las vértebras y órganos 98 a) Vértebras cervicales 100 b) Vértebras dorsales 100 c) Vértebras lumbares 103 d) Vértebras sacras 104 4. Las lesiones osteopáticas del cóccix 104 5. Las relaciones órganos-vértebras-cráneo 105 6. Terreno de caza de las lesiones osteopáticas: las fascias 107 7. Las fascias: memoria del cuerpo que desafía al tiempo 108 a) Función mecánica 111 b) Función de defensa 111 c) La cicatrización 112 Capítulo VII: Las técnicas osteopáticas 113 1. ¿Qué es una técnica estructural? 113 14 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA Págs. a) La participación activa del sujeto 114 b) Las reacciones, las contracturas de reacción 114 c) Saber perseverar 114 2. Las tecnias funcionales 115 a) Las técnicas de energía muscular de Fred Mitchell 115 b) Las normalizaciones de Sutherland 115 c) Las técnicas de equilibrio y de intercambios recíprocos de Rollin. E. Becker 123 3. La marcha de la salud 123 a) Las fases de la enfermedad 125 b) Llevar el tratamiento a su fin 125 TERCERA PARTE PRINCIPALES INDICACIONES DE LA OSTEOPATÍA 1. La osteopatia, medicina natural del dolor 129 2. Vértebras, articulaciones, reumatismos 131 3. La artrosis 135 a) La vida del hueso 135 b) El hueso se adapta a las presiones 136 c) El cartílago articular 137 d) La artrosis vertebral 137 e) Tener buenas bases 139 4. La lumbalgia, mal del siglo 140 a) Lumbalgia de origen vertebral 141 b) Lumbalgia de origen visceral 142 5. Las deformaciones vertebrales 143 d) Actitud escoliótica y escoliosis 144 b) El problema de la pierna corta 146 c) La cifosis 147 d) La hiperlordosis 147 6. Neuralgias y parálisis 149 d) La osteopatia investiga y trata la causa 149 ÍNDICE 15 Págs. b) La ciática o ciatalgia 152 c) Otras neuralgias comunes 153 d) Paresias y parálisis 155 7. El cráneo del niño y el parto 156 a) Los accidentes en la primera infancia 156 b) El parto, un momento difícil para el cráneo del niño 157 c) El primer grito, la primera inspiración 158 d) Consecuencias osteopáticas del parto 159 e) Prevención y precocidad de los cuidados osteopáticos.... 163 f) Un caso ejemplar: marchar al revés y contra todo 164 8. Glándulas endocrinas y hormonas 165 9. La cabeza y los órganos de los sentidos 166 d) Las afecciones de la nariz 168 b) Las afecciones de la vista 169 c) Oído, escucha y audición 169 10. Los dientes 170 11. Las enfermedades nerviosas y psicosomáticas 172 d) Agresiones psíquicas excesivas, causas de enfermedades 172 b) El sistema nervioso vegetativo y la osteopatia 174 c) Los espasmos musculares y viscerales 175 d) Los problemas hormonales de origen nervioso y su arreglo. 176 12. La espasmofilia 177 13. La traumatología deportiva 180 d) La prevención y los cuidados 180 b) La tercedura 183 c) La columna vertebral y la pelvis 186 d) La tendinitis 187 e) La pubalgia 188 14. Las afecciones orgánicas funcionales 190 a) El hígado y la vesícula biliar 191 b) El espasmo del diafragma 192 c) Consecuencias mecánicas viscerales 193 d) Consecuencias viscerales circulatorias y nerviosas 194 e) Campo de aplicación de la osteopatia visceral 195 16 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA Págs. 15. Sistema génito-urinario 199 a) La cistitis 199 b) Dolores ginecológicos 200 c) La esterilidad 200 16. Osteopatia y terreno infeccioso 202 17. La osteopatia en la tercera edad 203 a) Para curarse no hay edad 204 b) Un asunto de corazón 206 c) 81 años con sus dos piernas 208 d) Siempre hay que intentar 208 18. La osteopatia y las enfermedades graves 209 Conclusión 213 Anexo I: Las estructuras de la osteopatia 217 1. ¿Quién es osteópata? 217 2. ¿Cómo encontrar un osteópata? 218 3. La enseñanza de la osteopatia 218 Anexo II: La osteopatia en el mundo 219 Anexo III: La eficacia de la osteopatia 221 1. Medicina suave para enfermedades traumáticas 222 2. ¿Cómo se llega a la consulta del osteópata? 223 3. ¿Qué enfermedades y trastornos cura la osteopatia? 224 Anexo IV: La osteopatia y la legislación 227 Anexo V: Bibliografía 229 Sobre el autor 231 Introducción «Más que una ciencia, la medicina es un arte. No consiste en fabricar toda clase pildoras, emplastos y drogas, sino en tener en cuenta procesos vitales que es preciso comprender antes de poderlos manejar. » PARACELSO Intentar hacer comprensibles algunos de esos procesos vitales, especialmente aquellos que son mal conocidos y que constituyen el aspecto mecánico de la vida, es el propósito de este libro. En él proponemos algunos medios para luchar, tanto preventiva como terapéuticamente, de una manera eficaz contra la enfermedad. Nos mueve también el deseo de que aquellos que rechazan la medici- na natural puedan reflexionar sobre los infinitos recursos de la natu- raleza y que, ante el fracaso, puedan volverse activamente contra la adversidad. La osteopatia es una medicina suave cuando la ejercen manos expertas, y está indicada tanto para niños como para adultos, para los ancianos y para los deportistas. Todavía hoy marginada de la medicina oficial, la osteopatia, no obstante, va adquiriendo día a día, gracias a sus resultados, sus cartas de nobleza. La incomprensión de la que ha venido siendo objeto es muy a menudofruto de la ignorancia, de la falta de comunicación entre las diversas corrientes de la medicina o bien de una divergencia de intereses. Sin embargo, el enfermo tiene que poder beneficiarse con todos los medios posibles de curación. La osteopatia no es ni una panacea ni una solución milagrosa, sino más bien una respuesta a ciertos puntos débiles que presentan los métodos convencionales. Como arte de cuidar por medio de las manos el funcionamiento del cuerpo humano, conoce hoy un auge que se explica por los múltiples accidentes que provoca la acelera- 18 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA ción del ritmo de vida que ha alcanzado en la actualidad límites alar- mantes. El razonamiento que guía esta práctica médica se basa en la investigación de la relación causa-efecto que hay entre las perturba- ciones mecánicas de huesos, músculos y órganos y las enfermedades («lesiones osteopáticas») que éstas provocan. El tratamiento osteopá- tico consiste en reequilibrar las estructuras del cuerpo mediante téc- nicas precisas para que retorne la normal circulación de los fluidos y de la energía nerviosa. Un libro sobre osteopatia que sea accesible a todos constituye un verdadero desafío. La osteopatia no puede, en modo alguno, resumir- se en una colección de recetas ni contentarse con la descripción de casos, por muy interesantes que estos sean. Para comprender la osteopatia es preciso en principio conocerse. El cambio de la relación del hombre con su salud, enten- dido como una mayor responsabilidad personal, pasa obligatoria- mente por el conocimiento elemental de nociones de anatomía, fisio- logía y de las relaciones entre el ser humano y su medio. La osteopatia requiere una mirada diferente sobre nosotros, sobre los demás y sobre el entorno y propugna una evolución de la ciencia médica en el sentido de un mayor bienestar del ser humano, es decir, en el sentido de combatir las causas de la enfermedad. Para el logro de tales objetivos, es necesario dar a nuestro cuerpo la importancia que merece. Por su abordaje simple y a la vez lógico, comprensible para todos, por sus variadas técnicas adaptables a cada caso en particular, la osteopatia constituye una verdadera medicina alternativa que completa y enriquece la medicina tradicional dando respuesta a la mayoría de los males de nuestro tiempo. PRIMERA PARTE HISTORIA Y PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATIA CAPÍTULO I Breve historia Desde la noche de los tiempos, el hombre ha sabido utilizar para curarse todos los recursos que la naturaleza ha puesto a su disposi- ción. Durante milenios, la «curación de huesos, articulaciones, músculos y nervios» ha sido dominio reservado de curanderos que se transmitían sus secretos de padres a hijos. Mediante el masaje, estiramiento y movilización de las zonas lesionadas por contusión o movimientos forzados, el curandero «colocaba en su sitio», desbloqueaba, de una manera empírica aun- que eficaz. Alguno, incluso —como el cirujano y curandero Ambroi- se Paré (1509-1590), inventor de la ligadura de arterias— reducía las fracturas, operaba, amputaba y cauterizaba las heridas. Más tarde, al organizarse la profesión médica, los cirujanos pasa- ron a formar parte del cuerpo médico, practicando exclusivamente la cirugía y abandonando así en manos de los curanderos la práctica, considerada secundaria, de la terapéutica. 1. Las primeras pruebas Las primeras referencias a las prácticas de medicina manual se / remontan al antiguo Egipto. Un fresco descubierto en la tumba del faraón Ramsés II (alrededor de 1238-1235 a. de C. ), muestra la figura de un practicante tratando lo 22 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA Manipulación de un codo. Detalle de un fresco perteneciente a la tumba de Ram- sés II (taller del escultor Ipy). Tratamiento de la columna verte- bral hace 2. 500 años (bajorrelieve de la antigua Grecia). que parece ser una lesión de codo. Curiosamente, esta postura de manipulación de la cabeza del radio suponía un gran conocimiento de la fisiología articular. En efecto, no se trata de una maniobra brutal de «colocar en su sitio» sino, aparentemente, de una técnica de gran finu- ra de la que no renegaría ningún osteópata contemporáneo. En el apogeo de la cultura griega, durante el llamado siglo de Péneles, Hipócrates de Cos (460-377 a. de C. ) describe detallada- mente, en su Tratado de las articulaciones, las maniobras de reduc- ción articular ya sea con ayuda de instrumental de tracción o bien con técnicas puramente manuales. BREVE HISTORIA 2 3 En la antigua Roma, Claudio Galeno (129-201 d. de C. ), heredero de Hipócrates, sabía manipular comúnmente las articu- laciones. Alrededor del año 1000, en Irán, Avicena practicaba normalmen- te las terapias manuales que describe detalladamente en su Canon de la Medicina, célebre obra que iba a ejercer notable influencia durante muchos siglos. Ese conocimiento de la práctica médica manual, basado en siglos de fructíferas experiencias, se expandió por toda Europa hasta la Edad Media. 2. La Edad Media Es éste un periodo de oscurantismo que marca una regresión y la desaparición de un arsenal terapéutico largamente experimentado, como es el caso de la acupuntura en China, y practicado cotidiana- mente por manos expertas en dolores y lesiones articulares. Esta abe- rrante situación se remonta aproximadamente al Cuarto Concilio de Letrán, en 1215. En otros tiempos, medicina y cirugía eran ejercidas por cléri- gos cultos. Por oscuras razones, con ocasión de dicho Concilio se tomó la decisión de prohibir la práctica de la cirugía a los médicos, permitiéndoles sólo el ejercicio exclusivo de la medicina. La ciru- gía va a quedar así fuera del campo médico y va a ser practicada sólo por los laicos, los cuales podían acceder únicamente a una enseñanza «en vivo», ya que el estudio sólo era accesible a los eclesiásticos. La cirugía y los métodos manuales caen así en desgracia por largo tiempo. La primera generación de cirujanos fue rápidamente reemplazada por bárbaros sin ninguna instrucción, no considerados en modo alguno por los médicos de la época y situados en el más bajo nivel de la escala social. El tratamiento de la columna vertebral y de los miembros iba a sobrevivir, sin embargo, de forma empírica por la transmisión oral de maestro a discípulo. 24 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA 3. El siglo XVIII La rehabilitación de la cirugía, cuatro siglos más tarde, bajo el reinado de Luis XV, fue realizada en detrimento de los métodos manuales que permanecieron ignorados y desdeñados por parte del estamento médico, desdén que todavía hoy perdura. ¿No será, quizás, que existe cierta condescendencia respecto a una actividad médica que depende del trabajo manual? Cualquiera que sean las razones, las técnicas calificadas como curanderismo han tenido siempre justificado éxito con los pacientes, para quienes lo que importa es el resultado. En todos los países de Europa un cuerpo de «médicos descalzos» continúa curando las afec- ciones que la medicina no podía o no quería tratar. El sentido común popular ha permitido sobrevivir clandestinamente a esta «medicina manual» durante siglos, antes de resurgir oficialmente a fines del siglo XIX en Estados Unidos, gracias a los trabajos de Andrew Taylor Still y sus discípulos. Curiosamente, esta comente renovadora se desarrollaba simultá- neamente en los países nórdicos, donde se imponía la práctica de la llamada gimnasia sueca y donde Thure-Brandt creaba los principios de lo que se iba a convertir en la osteopatia visceral y ginecológica. 4. Nacimiento de la osteopatia El fundador de la osteopatia fue el norteamericano A. T. Still (1828-1917), hijo de un médico y pastor metodista. Desde muy joven, su padre lo inicia en la medicina, llevándolo consigo en sus visitas por la zona rural del Medio Oeste y entre los indígenas. Cono- ció así la ruda y frustrante vida delos pioneros y aprendió a conocer y amar la naturaleza. Muy pronto, A. Taylor Still se iba a enfrentar a las limitaciones de la práctica médica de su tiempo. Sufría de fuertes dolores de cabeza acompañados de náuseas, y en uno de sus ataques se le ocurrió, para mitigar el dolor, apoyar la nuca sobre una cuerda tendida entre dos árboles, con lo que experi- mentó sorprendentemente alivio a su mal. Esta «terapia» intuitiva BREVE HISTORIA 25 fue la chispa que algunos años más tarde iba a despertar su voca- ción, pues comprendió que aquella presión en la nuca que le había mejorado provenía de una acción mecánica que había descomprimi- do los músculos y nervios del cuello. Así lo explica unos años más tarde: «Al no saber nada de anatomía por esta época, yo no podía imaginar cómo una simple cuerda podía calmar así el dolor de cabeza y también el malestar estomacal que frecuen- temente le acompaña. Repetí dicho tratamiento durante veinte años cada vez que experimentaba aquel fuerte dolor de cabeza. Comprendí al fin que de esta manera yo suspendía la acción de los nervios occipitales, equilibrando de este modo la circula- ción de las arterias y las venas. » Sin duda, A. Taylor Still también había sido influido por los curanderos ingleses, poseedores de una gran destreza y herederos de técnicas de un larga tradición manual. Taylor Still estudió medicina alopática en la Universidad de Medicina de Kansas City en Missouri y más tarde se enroló como médico cirujano del ejército durante la guerra de Secesión (1861- 1865). La medicina de esta época es todavía rudimentaria y las epide- mias asolan el país. Pese a su gran conciencia profesional y a su ardor por curar, sus enfermos se le mueren. Su impotencia le rebela. Los escasos resultados que obtiene la práctica médica de su época le llevan a cuestionar las certezas adquiridas durante sus estudios, a predicar la tolerancia y a buscar la Verdad: Ninguna verdad es más grande que otra, cada una tiene su esfera de utilidad particular. Debiéramos tratar con respeto y consideración todas las verdades, grandes y pequeñas. Así, se enfrasca en sus libros de anatomía (que describen minu- ciosamente el cuerpo) y de fisiología (que explican los mecanismos del funcionamiento de los órganos) examinando y reexaminando pro- 26 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA fundamente la materia, intentando hallar un hilo conductor que le conduzca al descubrimiento de los secretos de la salud y de la vida para combatir más eficazmente la enfermedad. Por lo cual, escribirá más tarde acerca de la anatomía: Nuestra memoria debe adquirir un conocimiento tan completo de todas las partes con su formas, su medida y posición que no nos quede duda alguna sobre la intención del Constructor respecto a la utilidad o el papel de todas las partes, grandes y pequeñas, y sobre cuál es la razón por la que tienen determinada función en la marcha del motor. Cuando se conoce profundamente esta parte de la descrip- ción gracias a la Anatomía, libro guía del ingeniero, éste encara entonces el capítulo sobre la división de fuerzas por las que ese motor funciona y cumple con el trabajo para el que ha sido creado. En este capítulo, la inteligencia deberá interesarse por obtener entonces un conocimiento acerca del cerebro, saber de dónde parte su fuerza, cómo es conducida por cada correa, cada polea, cada pivote o parte de todo el motor. Taylor Still llega a convencerse de que la ingestión de medica- mentos entraña para el paciente más inconvenientes que ventajas. Se instala y enraiza en él la duda y se vuelve un ardiente defensor de la higiene natural. Un drama familiar acaba por convencerle de la vanidad del «saber» médico de su época y de la prioridad que debe otorgarse al conocimiento del hombre más que a su enfermedad. Durante una epi- demia de meningitis cerebroespinal, Taylor Still pierde en pocos días algunos de sus pacientes y tres de sus hijos aniquilados por la enfer- medad pese a todos sus cuidados que se manifiestan así ineficaces. Este hecho marca su definitiva ruptura con la medicina alopática a la que vuelve resueltamente la espalda para intentar buscar los funda- mentos de una nueva medicina más acorde con las leyes naturales y, sobre todo, más eficaz en las enfermedades graves e incurables y los disturbios crónicos. BREVE HISTORIA 27 5. El año 1 de la osteopatia El 22 de junio de 1874 surge en su espíritu la genial idea que iba a revolucionar la concepción misma de la medicina. Dejémosle con- tar a él mismo esta memorable jornada: Yendo un día por la calle con un amigo, observé a una pobre mujer de triste semblante que marchaba delante nuestro acompañada por tres niños pobremente vestidos, uno de los cuales iba perdiendo algunas gotas de sangre al andar. Pensando que podía tratarse de una disentería hemorrági- ca, me adelanté yt tomando en mis brazos al niño, pedí a la madre que me permitiera ocuparme de él. Advertí que la columna vertebral del niño estaba dura, contraída y particu- larmente caliente en la parte baja, mientras que su región abdominal estaba totalmente fría. En aquel mismo instante comprendí que la contractura estaba relacionada con un mal funcionamiento de los instestinos y pensé que si lograba dis- tender la parte baja de la espalda, mejoraría también el intes- tino de aquel niño. Efectivamente, haciéndole marchar intenté movilizar los diferentes segmentos y presioné progresivamente los músculos lumbares. Al cabo de algunos minutos había permitido a la circulación volverse más normal y asegurado nuevamente la autodefensa del sistema nervioso. Liberé así lo mejor que pude todas las pequeñas anomalías de estructura que encontré a lo largo de la columna vertebral del niño y lo confié luego nueva- mente a su madre. Al día siguiente, ésta vino a verme para decirme que el niño estaba completamente curado. Aquélla fue la primera vez que pude poner en práctica mis anteriores observaciones sobre las relaciones entre la estructu- ra vertebral y las perturbaciones funcionales de un órgano. Ese primer tratamiento me permitió curar un caso de disentería hemorrágica, una enfermedad frecuentemente mor- tal en aquella época. Esta cura tuvo algún eco, y así se me pre- 28 LA PRACTICA DE LA OSTEOPATIA sentaron otros varios casos de disentería que curaron muy rápidamente de la misma forma. A partir de aquel día, Andrew Taylor Still supo que había encontrado el camino que lo conduciría a una nueva concepción de la medicina. Abandona los libros que ya no pueden enseñarle nada más y se pone a estudiar exclusivamente la anatomía en vivo, observando en sus menores detalles los contornos de cada hueso o de cada articulación, de cada músculo, de cada tendón, la tensión de la piel y de los tejidos subcutáneos. Consideraba de capital importancia la fisiología de la circulación de la sangre, que él calificaba como «río de vida», de la linfa y de la energía nerviosa. A. T. Still logra entender el papel que cumplen las fascias, es decir, los envoltorios fibrosos que recubren las células, músculos, ner- vios, arterias, y que vinculan mecánicamente unos con otros creando la densa red de comunicación que constituye la unidad del cuerpo. En su investigación se le impone otra evidencia: el cuerpo posee en sí todos los elementos necesarios para su buen funcionamiento y para su defensa contra los agentes exteriores, responsables de la mayoría de las enfermedades. Sólo el perfecto conocimiento de lo «normal» por la anatomía y la fisiología «vivientes» permite descu- brir y reparar lo «anormal» por medio de manipulaciones llamadas «reductoras o normalizadoras osteopáticas». Taylor Still creó la palabra «osteopatia» por referencia al papel determinante que la práctica de su doctrina otorga a los huesos. Los espectaculares resultados obtenidos por Taylor Still se extienden rápidamente a los estados vecinos creando un flujo considerablede clientes. A medida que aumentaba su clientela, se acentuaba la hosti- lidad de sus colegas que, fieles a la vieja escuela, veían con malos ojos a aquel innovador que venía a perturbar el orden establecido. 6. La primera escuela de osteopatia A. Taylor Still funda en 1892 la primera escuela de osteopatia del mundo, la American School of Osteopathy, en Kirksville, donde BREVE HISTORIA 29 enseña, además de las ciencias fundamentales, anatomía y fisiología, sus teorías de la salud y la enfermedad y el método que había perfec- cionado. Y crea un doctorado de medicina osteopática (D. O. ), para diferenciar su enseñanza de la que se imparte en las universidades de medicina alopática (D. M. ). Su enseñanza parte de los dogmas médicos, algunos de los cuales perduran todavía hoy: muy frecuentemente, la medicina se contenta con tratar el efecto y no la causa, cortando los procesos naturales de defensa orgánica como la fiebre, la inflamación pasajera, los dolo- res, la tensión arterial, o enmascarando con medicamentos, a veces tóxicos, los problemas que provoca el no respetar las leyes naturales o por los ataques de agentes exteriores al organismo. Aunque centenaria, la doctrina de Taylor Still, a la luz de las últi- mas investigaciones de la ciencia, no ha envejecido, sino que, por el contrario, se ha enriquecido con el aporte de sus discípulos y de su innumerable descendencia. Con Taylor Still y la osteopatia, nacía otra visión de la medicina y de la salud. 7. La osteopatia y las otras técnicas manuales Resulta muy difícil para el no iniciado conocer toda la diversidad de métodos terapéuticos que emplean las manos. Desde los sistemas completos, como la osteopatia, a las simples técnicas sintomáticas, existe toda una escala según criterios de eficacia e inocuidad. a) La quiropraxia Nacidas casi en la misma época, la osteopatia y la quiropraxia son, en su origen, absolutamente diferentes. El concepto base de Pal- mer, fundador de la quiropraxia, es muy diferente del de Taylor Still, ya que esencialmente toma en cuenta el neuroesqueleto. Los desajustes articulares perturban no sólo la congruencia articu- lar, sino también las tensiones de las estructuras del sistema nervioso central, es decir, las de la médula espinal y de las terminaciones ner- 30 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA Supresión de la fiebre Movilización de las defensas orgánicas impedidas Eliminación lenta de las toxinas Supresión del dolor Efectos secundarios del medicamento Supresión de la tos? Suprimir los síntomas no suprime la causa. viosas que hay en los espacios articulares entre cada vértebra. Todo desarreglo muscular —subluxación—, comporta reacciones neuro- lógicas. Las técnicas son de estímulos cortos, el contacto manual se hace directamente sobre la vértebra y el ajuste tiene que ser específi- co, es decir, debe liberar esa precisa vértebra y no movilizar toda la región vecina. Osteopatia y quiropraxia se desarrollaron separadamente, tanto desde el punto de vista de su enseñanza como en su lucha por adqui- rir situación legal. El nivel de estudio de ambas disciplinas se sitúa en más de 5. 000 horas. Muchas veces, aquellos que ayer las califica- ban como prácticas inútiles hoy las recuperan. Aisladas entonces de su concepto de base, se encuentran así truncadas, reducidas a simples técnicas de interés limitado, sin comparación alguna con sus doctri- nas originales. BREVE HISTORIA 31 b) La osteoterapia (o medicina manual) Debe distinguirse claramente la osteopatia de la osteoterapia (o «medicina manual»), técnica exclusivamente médica. Sólo tienen en común el empleo terapéutico de las manos. Las características de las manipulaciones son fundamentalmente diferentes de las manipulaciones osteopáticas. «Los tratamientos por manipulación frecuentemente suelen poner a los elementos articula- res fuera de sus límites fisiológicos normales. Se trata de manipula- ciones que van más allá de la tolerancia natural, con las consecuen- cias que ella comporta. » (Sindicatos de osteoterapeutas dixit. ) Recordemos simplemente que el campo de aplicación de la osteo- patia se detiene en los límites de la fisiología. Existe entonces un diferencia radical entre ambas concepciones. Las técnicas empleadas derivan de las técnicas osteopáticas y quiroprácticas. El término que designa las zonas patológicas es tras- torno intervertebral menor (T. I. M). En esta técnica, la articulación sacroiliaca se considera inmóvil como el hueso del cráneo. La duración de los estudios es de dos años después del doctorado en medicina, a tiempo parcial (un fin de semana al mes). La lamentable confusión de las definiciones que asimilan la osteopatia con las manipu- laciones médicas no puede más que contribuir a mantener la confusión. c) La quinesioterapia El masajista-quinesiólogo es un auxiliar médico que trabaja esen- cialmente bajo prescripción médica, practicando equilibrios articula- res y musculares para reeducar el sistema osteo-muscular después de una enfermedad o de un accidente y atemperar así la posible minus- valía funcional. Las posibilidades del quinesiólogo son limitadas, lo que explica el entusiasmo de muchos de ellos por la osteopatia. Algunos sólo buscan adquirir técnicas complementarias, recetas de fácil aplicación que per- mitan calmar el dolor, otros cuestionan las bases de sus conocimientos y se convierten en osteópatas luego de siete años de estudios suplemen- 32 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA tarios a tiempo parcial. Para llegar a ser osteópata, no basta con haber aprendido las técnicas, también es necesario adherir al concepto osteo- pático. Así, se han multiplicado escuelas de calidad muy diversas. d) El curanderismo Después de muchos años el llamado curanderismo se ha conver- tido en tema de interés para ciertos medios médicos. El empirismo procura un saber innegable y se justificaba plenamente antes de que sus técnicas fueran codificadas y enseñadas por A. Taylor Still y Pal- mer en Estados Unidos. En muchos países donde la osteopatia todavía no se enseña, el curanderismo es el único medio de curar las afecciones mecánicas articulares no quirúrgicas. Las medicinas llamadas «empíricas» son frecuentemente denigradas, pero la O. M. S tiene opinión distinta sobre el tema y preconiza el estudio y desarrollo de esas prácticas ancestrales que han dado muestras de su eficacia. c) El magnetismo Algunas de las manipulaciones de la osteopatia craneal pueden llevar a hacer creer a ciertos observadores mal informados que la osteopatia practica un método emparentado con el magnetismo, lo cual, evidentemente, no es cierto. El osteópata actúa siempre mecáni- camente sobre los huesos y las fascias, pero también sobre los líqui- dos o fluidos corporales (sangre, linfa, líquido intra y extracelular, líquido cefalorraquídeo). Utiliza la energía biodinámica o biocinética inherente al individuo mismo que resulta de la energía provista y transformada a partir de distintos ritmos del cuerpo: movimientos celulares, arteriales, cardiacos, respiratorios, cráneo-sacros o respira- torios primarios. El poder de estas manipulaciones craneales sobre el sistema neurovegetativo y endocrino explica la sensación de bienes- tar, de calma o estimulación que se experimenta después de una sesión de osteopatia. CAPITULO II Los principios de la osteopatia de Taylor Still Andrew Taylor Still había descubierto los principios de otra medicina basada en leyes naturales de evidente simplicidad que, sin embargo, iba a revolucionar la medicina de su época y a encender un clima de rivalidad entre los D. O. (diplomados en medicina osteopáti- ca) y los D. M. (diplomados en medicina alopática). Cien años des- pués, la hoguera de la polémica está lejos de haber sido apagada. Taylor Stiltuvo el mérito de haberse enfrentado solo contra sus colegas que le vilependiaban y que discutíanla validez de sus tesis. Hoy ha habido ya un retroceso suficiente en esas posturas tan cerra- das como para juzgar de utilidad este sistema médico eficaz, eficien- te* y no iatrógeno**. La rapidez de acción de la osteopatia en sus aplicaciones será indudablemente la punta de lanza que la impondrá como uno de los métodos curativos que pueden reducir considerablemente los gastos en salud tanto en los países desarrollados como en los en vía de desa- rrollo. Aun cuando todos sus mecanismos de acción no hayan sido toda- vía totalmente dilucidados, la experiencia de miles de practicantes osteópatas que han tratado millones de pacientes durante los últimos * Eficiente: que tiene un resultado satisfactorio, es decir, para una actividad médica, que sea eficaz con un coste razonable. ** Se denomina iatrogénica o iatrógena aquella terapéutica que produce efectos secundarios que constituyen lo que se llama enfermedad iatrógena. ?. 1 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA cien años ha demostrado suficientemente la razón de ser de la osteo- patia y su utilidad para la salud pública. Las modas cambian, pero lo esencial, inmutable, desafía al tiempo. En medicina debería tenerse en más consideración a la práctica empírica. ¿Acaso el empirismo basado en la observación no precede, necesariamente, a la ciencia? En efecto, la ciencia se basa en la descripción de fenómenos veri- ficables, repetitivos, observados, analizados, codificados y que responden a ciertas leyes, pero ¿no está también marcada por la sub- jetividad del experimentador? Los orientales no han esperado la ben- dición de la ciencia para cuidar y sanar desde hace cinco mil años a millones de enfermos por medio de la acupuntura, rama más conoci- da de la medicina china. Años de observación y experiencia clínica sobre sus pacientes permitieron a Taylor Still elaborar una síntesis, determinar los gran- des principios de su doctrina y exponerlos en sus obras fundamenta- les, Philosophie de l'ostéopathie («Filosofía de la osteopatia») y Pratique de l'ostéopathie («Práctica de la osteopatia»). Dichos prin- cipios constituyen los pilares sobre los que basó su medicina osteo- pática. 1. El primer principio: la estructura gobierna la función «Allí donde la estructura es normal y armoniosa, la enfer- medad no puede desarrollarse, y si, por azar, ella llega a for- zar la barrera y la defensa orgánica, será rápidamente cerce- nada. » El término estructura tomado del lenguaje de la arquitectura sig- nifica construcción, constitución, edificio. Se trata, de hecho, de la manera en que las diferentes partes del cuerpo humano considerado como un conjunto se disponen solidariamente unas en relación con otras. Las estructuras son descritas por la anatomía: huesos, múscu- los, fascias, órganos, vísceras, glándulas endocrinas u exocrinas, piel, etcétera. LOS PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATIA DE TAYLOR STILL 3 5 Los dolores en los hombros se deben a veces a una ligera disfunción de la cla- vícula o de la columna cervical que la osteopatia puede reducir. 1. Hombro. 2. Clavícula. 3. Apófisis coracoide. 4. Apófisis acromial. 5. Cavidad glenoidea. 6. Húmero. Los dolores de la cadera pueden ser consecuencia de lesiones en la articula- ción sacro-ilíaca que la osteopatia puede resolver. 1. Hueso ilíaco. 2. Ilion. 3. Pubis. 4. Isquion. 5. Fémur. Una antigua torsión de tobillo mal curada puede acarrear una disfunción dolorosa de la rodilla, de la cadera, del sacro-ilíaco o de la columna vertebral. 1. Tibia. 2 y 5. Astrágalo. La osteopatia debe dominar perfectamente el conocimiento de la anatomía y de la fisiología. LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA La función designa la actividad de cada una de las partes: fun- ción digestiva, función articular, función sexual, función respirato- ria. La fisiología es la rama que estudia el aspecto dinámico de la vida. Cuando Taylor Still determina como principio que «la estructura gobierna la función», considera el cuerpo humano simplemente bajo su aspecto biomecánico, como una máquina muy perfeccionada, sóli- da y frágil a la vez. Cuando las partes que la componen están correc- tamente en su sitio, cuando están bien «ajustadas» unas con otras, bien lubrificadas y bien alimentadas, el conjunto funciona perfecta- mente. Si una sola de las partes del cuerpo es perturbada en su estructura, aparecen las consiguientes manifestaciones que denomi- namos «enfermedades» Consideremos un ejemplo simple, una simple torsión del tobillo en un traspiés, acompañada de una ligera hinchazón (o edema) y de dolor. Las estructuras de la articulación del tobillo serán modificadas en sus posiciones relativas: el astrágalo podrá encontrarse bloqueado en una posición extrema en relación a la tibia y el peroné. Brutal- mente estirados, los ligamentos no podrán volver a su longitud nor- mal, provocando una inflamación, un edema localizado y a veces una equimosis (pasaje de sangre a través de la pared de los vasos capila- res). El dolor genera entonces el apoyo en el suelo, creando una «impotencia funcional articular ligera». La perturbación de la estructura (que comprende huesos, liga- mentos, vasos sanguíneos y linfáticos) modifica directamente la fun- ción, es decir, en este caso, el libre juego articular y la aptitud para la marcha. Esta relación estructura/función se aplica a todos los elemen- tos del cuerpo. Estas perturbaciones también pueden afectar las fun- ciones psíquicas, orgánicas, locomotoras o sensitivas. 2. Segundo principio: la unidad del cuerpo El cuerpo humano está compuesto aproximadamente por cien mil millones de células, agrupadas en tejidos, órganos, funciones, y está LOS PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATIA DE TAYLOR STILL 3 7 CHOQUE Adaptación Horizontalidad del pabellón auditivo La adaptación del cuerpo a los traumatismos El equilibrio de la cabeza es primor- dial. Después de un choque cual- quiera, el cuerpo establece sus compensaciones para adaptarse y restablecer la horizontalidad del pabellón del oído interno y de la vista. organizado cibernéticamente, es decir, que posee un sistema sofisti- cado de comunicación y de control que asegura la regulación del conjunto y constituye la homeostasis (capacidad de los organismos vivos para mantener la estabilidad de sus constantes fisiológicas). Se trata de la facultad que tiene nuestro organismo para reencon- trar su equilibrio después de sufrir una perturbación cualquiera (físi- ca, mental o bioquímica). En el plano biomecánico, la homeostasis depende de la cabeza. En efecto, la prioridad vital la tiene la sustancia noble del cerebro que impone su supremacía al resto del cuerpo. La horizontalidad de la vista y de los canales semicirculares del oído constituye la condición vital de nuestro equilibrio ge- neral. El paso de la posición acostada a la posición de estar de pie requiere complejas maniobras para erguir el cuerpo, y, si ponemos en ello nuestra atención, podemos observar que ese movimiento empie- 38 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATÍA za siempre en la cabeza. Así, el cerebro es informado a cada instante de la mínima modificación que tenga lugar en cualquier parte del cuerpo: apoyo en el suelo, posición de la cabeza, vértebras, una mosca posándose sobre la piel, composición de la sangre, temperatu- ra local (frío o calor), espasmo de un órgano, dolor. La alteración de cualquiera de sus partes provoca reacciones de ajuste locales y dis- tantes. Cualquier perturbación de la biomecánica deberá adaptar las dis- tintas partes para asegurar la horizontalidad de la visión y de los cen- tros del equilibrio. Cuando ello no puede lograrse, se desatan fenó- menos tales como el mal de mar, los vértigos, que cesan algunas horas después de haber puesto los pies en tierra y se estabilizan entonces los receptores nerviosos del equilibrio. Si el desequilibrio se vuelve permanente, surgen las compensa- ciones,es decir, se fijan, provocando deformaciones, y aparecen así las molestias, gradualmente o de golpe, según la importancia de la lesión: inflamación, edema, contracturas y luego fibrosis, retraccio- nes, artrosis. Retomemos el ejemplo de la torsión de tobillo. El apoyo, en un primer momento, se hace imposible a causa del dolor, y si no hay tra- tamiento osteopático que reduzca el desajuste estructural articular, el astrágalo se bloquea. Los receptores nerviosos de los tendones, músculos y ligamentos del tobillo envían señales al cerebro y éste procede a un reajuste de las articulaciones situadas por encima y por debajo de la zona lesionada. El cerebro adapta así, a fin de preservar el equilibrio, el conjunto del cuerpo a la nueva situación siguiendo la regla de la jerarquía de las funciones, a fin de preservar el equilibrio de la cabeza. En la vida corriente, la disposición de nuestra estructura corporal está enteramente al servicio de ese ordenador central que es el cere- bro. Con su permanencia, éste asegura la buena disposición y movili- dad de la cabeza, así como la libertad de movimiento de brazos y piernas, asegurando también la independencia de funciones esencia- les como la respiración de la circulación. Nuestra fisiología responde enteramente a la ley del menor esfuerzo. LOS PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATÍA DE TAYLOR ST1LL 3 9 La verticalidad es la resultante de las fuerzas antagónicas del desequilibrio: su mantenimiento tiende a utilizar, en condiciones nor- males, el mínimo de energía muscular. Esta unidad inteligente del cuerpo, capaz de establecer compen- saciones para restablecer, pese a todo, la verticalidad, no se realiza sin ciertos inconvenientes secundarios, especialmente exageraciones del esquema corporal o las consecuencias de choques u otras agresio- nes externas. Las perturbaciones en los órganos también pueden cau- sar, por intermedio de contracturas reaccionales, molestias en ciertas zonas de la columna vertebral. Taylor Still afirma no sólo la unidad de todas las partes del cuer- po, sino la unidad del cuerpo y del espíritu: El hombre es en su totalidad un solo ser integrado por tres personas: cuerpo, movimiento, espíritu. Para obtener buenos resultados, debemos adecuarnos a las verdades de la naturale- za y viajar en armonía con ellas. Para Taylor Still, el movimiento es la vida: Cuando esa gran máquina que es el hombre cesa de moverse por completo (lo que llamamos muerte), el escalpelo del médico no descubre ni alma ni movimiento, sino una mate- ria elaborada, sin motor que la mueva, sin espíritu que la diri- ja. Puede seguir los canales a través de los que han circulado los líquidos y encontrar la relación existente entre las diferen- tes partes. De hecho, con su escalpelo, el médico puede ver la totali- dad del mecanismo total, que antes era inteligentemente acti- vo. Supongamos que este médico sea capaz de agregar simple- mente el movimiento. Ante todo veríamos una acción, pero una acción confusa. Existe algo más, indispensable para controlar ese cuerpo activo, y esa cosa es el alma. Con este suplemento la máquina entera funciona como un hombre. 40 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA 3. Tercer principio: la autocuración Taylor Still ofrece a sus contemporáneos otra visión de la medicina basada en una doctrina coherente que permite comprender las causas de las enfermedades y el poder curarlas: Los practicantes inteligentes y honestos de todas las escue- las y todos los sistemas que han tratado de aliviar a nuestra raza de la enfermedad y del sufrimiento se han visto obligados a «adivinar», a falta de una doctrina a emplear, de qué manera tenían que proceder para entrar en el dominio de la enfermedad. Creo estar hoy plenamente en disposición de asegurar que puedo ofrecer un sistema filosófico más racional, eso que debiera ser el primer objetivo cuando a uno se le requiere que arregle una embarcación impedida de alcanzar el mar por una acumulación de moluscos y que ha sido puesta en dique seco para poder ponerla nuevamente en disposición de navegar. Creo que esta filosofía puede fortificar en aquellos espíritus valientes la convicción de que nuestra experiencia es la más sabia para combatir con éxito todas las enfermedades. En principio, nuestra práctica debe inhibir los nervios y vasos linfáticos y pro- vocar luego una reacción muscular, forzando a los músculos a descargar su contenido patológico y mantener esa descarga hasta que la regeneración se haya cumplido absolutamente. Es decir, dejar a los vasos linfáticos en estado puro y sano, manteniéndolos en ese estado durante toda la evolución de la enfermedad. Desde hace mucho tiempo, pienso que si pudiésemos impe- dir la acumulación de impurezas en los vasos linfáticos y evi- tar su sobrecarga, podríamos acabar con las enfermedades del corazón y del cerebro, la locura... y todas las perturbaciones climáticas (debe entenderse por enfermedades climáticas aquellas enfermedades estacionales tales como epidemias, determinadas alergias, etc. ). Resulta sorprendente la clarividencia de Taylor Still en una época en que no existía el microscopio electrónico y donde el fisiólogo LOS PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATIA DE TAYLOR STILL 4 1 francés Claude Bernard acababa de sentar las bases fundamentales de la investigación científica. En una época donde Béchamp y Pasteur introducían la teoría microbiana, la doctrina de Taylor Still podía parecer una herejía para quien no tuviese como él una visión global, sintética de la vida y de la fisiología del hombre. Claude Bernard afirmaba: A medida que el ser se eleva en la escala de la organiza- ción, todo ser viviente aparece como provisto de una especie de fuerza interior que preside las manifestaciones vitales cada vez más independientes de las influencias cósmicas generales. Y al fin de su vida concluía con la célebre frase: El microbio no es nada, el terreno lo es todo. El principio de defensa o de inmunidad natural se ve confirmado por los conocimientos adquiridos con las más recientes investigacio- nes en inmunología, en neuralterapia, en biología y en fisiología, que explican científicamente las premoniciones de Taylor Still. 4. Cuarto principio: la regla de la arteria es absoluta Si la circulación sanguínea se efectúa normalmente, la enfer- medad no puede desarrollarse porque nuestra sangre lleva y transporta todos los elementos necesarios para asegurar la inmu- nidad natural y luchar contra las enfermedades. El papel de la circulación arterial es fundamental. La lentificación de la circulación entraña una disminución de la capacidad de defensa de los tejidos mal irrigados y determina, en un primer momento, una alteración funcional (reversible y curable). Si este estado persiste, se produce una destrucción de los tejidos, es decir, una esclerosis o necrosis (irreversible y, por tanto, incurable). Taylor Still concluye con lo que, según él, constituye el objetivo esencial del osteópata: «Encontrar la lesión osteopática, repararla y dejar a la Naturaleza hacer el resto. » 42 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATÍA Corte de una arteria 1. Células endoteliales. 2. Límite elástico interno. 3. Media. 4. Límite elástico externo. 5. Adventicio. 5. El credo de la osteopatia Taylor Still: nuestro programa (1910) Habría que saber en qué lugar se coloca la osteopatia y qué es lo que sostiene. Un partido político tiene un programa para que todos puedan conocer su posición sobre temas de interés general, qué es lo que defiende y qué principios invoca. Tam- bién el osteópata debería precisar su posición claramente. En su programa, debería hacer saber al público en favor de qué milita en su campaña contra la enfermedad. Nuestra posición puede establecerse de manera concisa en los artículos siguientes: 1. Creemos en la salubridad de la higiene. 2. Nos oponemos al uso de medicamentos. 3. Nos oponemos a la vacunación.LOS PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATÍA DE TAYLOR STILL 43 4. Nos oponemos al empleo de sueros en el tratamiento de la enfermedad. La naturaleza provee, si sabemos cómo libe- rarlos, sus propios sueros. 5. Creemos que ciertos casos necesitan una intervención quirúrgica y recurrimos a ella en última instancia. Creemos que muchas operaciones son inútiles y que pueden evitarse por medio de un tratamiento osteopático. 6. En el tratamiento de la enfermedad, el osteópata no se basa ni en la electricidad, ni en los rayos X, ni en la hidrotera- pia, ni en ningún medio auxiliar, sino en las manipulaciones osteopáticas. 7. Simpatizamos con otros sistemas de curación natura- les, no tóxicos, pero no los integramos en nuestro sistema. Nos oponemos absolutamente al uso de medicamentos, Sobre este punto, al menos, todos los métodos naturales no tóxicos concuerdan. Los principios fundamentales de la osteopatia son diferen- tes a los de los otros sistemas, y la causa de la enfermedad es considerada desde un único punto de vista: la enfermedad es consecuencia de anomalías anatómicas causadas por una disfunción fisiológica. Para curar la enfermedad, es necesario devolver su normalidad a las partes anormales. Por lo tanto, otros métodos cuyos principios son totalmente diferentes no tienen lugar dentro del sistema osteopático. 8. La osteopatia es un sistema independiente y puede aplicarse a todas las enfermedades, comprendidos los casos puramente quirúrgicos y, en este caso, la cirugía no es más que una rama de la osteopatia. 9. Creemos que nuestro campo terapéutico es bastante grande y que, si allí penetran otros métodos, desalojarían nece- sariamente a gran parte de la osteopatia. A. Taylor Still, Research and Practice of Osteopathy («Investigación y práctica de la osteopatia», 1910). Desde principios de siglo, la calidad general de vida ha evolucio- nado mucho en los países industrializados, y la higiene, la medicina 44 LA PRACTICA DÉLA OSTEOPATIA LOS PRINCIPIOS DE LA OSTEOPATIA DE TAYLOR STILL 4 5 y la cirugía han progresado considerablemente. La mejora de la ali- mentación, de la salubridad y del confort han contribuido a la desa- parición de las enfermedades infecciosas o de las carencias que hace apenas 100 años diezmaban las poblaciones. Sin embargo, la degradación del medio ambiente ha aumentado, creando nuevas enfermedades que atacan no sólo nuestra integridad física, sino también nuestra integridad mental y bioquímica. A las secuelas de choques físicos se suman los factores de desequilibrio psíquico, nutricional y químico. Las actuales medicinas naturales que se basan en las ciencias bio- lógicas, físicas y químicas han encontrado puntos de convergencia que las completan y enriquecen mutuamente. La osteopatia se ocupa preferentemente del aspecto mecánico de la salud y gana a menudo al ser complementada, cuando el osteópata lo juzga necesario, con terapias naturales energéticas, mentales y bio- químicas. Medicina holística o del hombre total, la osteopatia rechaza ser reducida a una especialidad médica más. Es otra medicina, diferen- te, original, que sólo pide ser reconocida por sus méritos y participar en la mejora del bienestar general del hombre. Andrew Taylor Still (D. O. ) (1828-1917) CAPÍTULO III La osteopatia craneal de Sutherland 1. La C. R. I. de Sutherland William Garner Sutherland, discípulo directo de Taylor Still, iba a dar extraordinario impulso a la osteopatia al descubrir un nuevo dato de la fisiología: la existencia de un movimiento, desconocido hasta entonces, que tiene su origen en el cerebro y que él va a llamar movimiento respiratorio primario (en inglés: C. R. I., o «cranial rythmic impulse»). Todavía más revolucionario que la osteopatia de Taylor Still, que había conmocionado a la medicina de su época, el concepto craneal de Sutherland iba a sufrir en sus comienzos la incomprensión de los mismos osteópatas. La osteopatia craneal se impondrá gracias a su demostrada efica- cia en el tratamiento de las afecciones más graves, especialmente en los niños, con los que los métodos osteopáticos clásicos se mostraban de escasa utilidad. Sin embargo, y esto puede parecer increíble, aún hoy todavía ciertos osteópatas la ignoran, por razones diversas. Sin duda, las dificultades de aprendizaje de este método, la gran disponibilidad que exige su práctica, la amplitud y calidad de los estudios no son extrañas a esa ignorancia. Apasionado de la anatomía y la fisiología, el joven W. G. Suther- land descubre con sorpresa que en el cráneo existen ciertos bordes que parecen hechos para deslizarse uno sobre otro. En efecto, si el cráneo era concebido, según se lo describía en la mayoría de los 48 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA LAS SUTURAS ÓSEAS b d Constitución general de la sutura. a b c d Sutura de origen cartilaginoso de la base craneal. Sutura de origen membranoso de la bóveda craneal. A. Zona de unión. B. Zona de intercambio. C. Zona capsular. D. Zona central. LA OSTEOPATIA CRANEAL DE SUTHERLAND 49 libros, como una caja rígida, esas suturas deberían estar anquilosa- das, soldadas, al acabar el crecimiento. Ahora bien, esa soldadura se produce sólo a una edad muy avan- zada. Si esas suturas no se sueldan, es posible desmontar el cráneo como se haría con un delicado mecanismo de relojería. Sutherland consagrará veinticinco años de su vida a experimentar con el cráneo, practicando sobre él mismo a fin de determinar si el blo- queo de la sutura podía generar disturbios o perturbaciones orgánicas. Los huesos temporales sobre los que se sitúan las orejas se pare- cen extrañamente a las agallas de un pez. Las superficies articulares permiten micromovimientos de separación descritos como una rota- ción, externa e interna. Los libros de anatomía describen perfectamente los huesos, los músculos, los órganos, pero, respecto del cráneo, sólo describen la periferia, la parte escondida no se conoce ni se estudia. Por la misma época, hacia 1929, un estomatólogo parisino, el profesor Lebourg, llega a las mismas conclusiones que Sutherland, al considerar preponderante la influencia de las tensiones musculares del cuerpo sobre el desarrollo y la forma del cráneo, así como del modelado del rostro. 2. El cráneo, un puzzle en tres dimensiones Al desarticular pacientemente un cráneo con un pequeño cuchi- llo, Sutherland se asombra al descubrir que este extraordinario puzzle en tres dimensiones pudiese desmontarse sin romper el más mínimo fragmento, lo que demuestra la total libertad de todas las articulacio- nes de los huesos entre sí y, por tanto, de su movilidad. Cada hueso está separado por una articulación que no permite, efectivamente, un verdadero movimiento propiamente dicho, sino una cierta ligereza, una maleabilidad que podría compararse a la de una armadura que, aunque rígida, permite ciertos movimientos lige- ros gracias a su sistema de charnelas o bisagras. Estudiando minuciosamente las articulaciones craneanas, Suther- land emprende entonces los cálculos para explicar cómo se mueve 50 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA Esfenoides Malar Maxilar superior Vista de un cráneo desarticulado: los huesos han sido separados a fin de mostrar el aspecto característico de cada sutura: biselado, dentado, trabajado por los micromovimientos que las animan. Vista del cráneo que muestra, desde arriba, los orificios de los ner- vios y los vasos. A. Orificio desgarrado posterior. B. Gran orificio occipital. LA OSTEOPATIA CRANEAL DE SUTHERLAND 51 cada una de ellas y definir los ejes de movimiento. Así, va a enumerar con precisión las relaciones entre las suturas y los orificios de pasaje de los nervios y de los vasos. Va a explicar también cómo las membra- nas que recubren los rebordes de los huesos pueden ceñir y comprimir los nervios y vasos cuando se producen ligeros traumatismos,origi- nando trastornos que hasta ese momento no tenían solución. Basándose en los principios de Taylor Still, Sutherland deduce que a nivel de las articulaciones y las membranas meníngeas del crá- neo (hoz del cerebro, tienda del cerebelo), las estructuras responden a las mismas leyes que en todas las partes del cuerpo. Cualquier modi- ficación de los huesos, de la tensión de las membranas pueden, como en otras partes, perturbar las funciones, a fortiori a nivel de las estructuras nerviosas cerebrales tan vulnerables. Ese movimiento craneal parece existir sin duda, todo parece demostrarlo. ¿Pero cómo percibir ese movimiento, cómo ponerlo en evidencia? 3. Una micropalpación para un micromovimiento La palpación normal que la medicina utiliza comúnmente para tomar el pulso y palpar los órganos permite sentir el cuero cabelludo, seguir depresiones y relieves, las huellas de sutura y las protuberan- cias, pero no el movimiento. La palpación osteopática clásica, tal como la enseñaba Taylor Still, podía alcanzar una fuerza de presión de 50 a 100 gramos en la punta de un dedo. Fuerza ligera, es cierto, pero muy importante, que aplasta los millares de corpúsculos táctiles que nos permiten advertir que un insecto se ha posado sobre nuestra mano. Una pre- sión muy importante paraliza estos receptores sensitivos. Es preciso entonces tratar de reducir la presión del contacto a nivel de los dedos a fin de poner en acción nuestro «zoom» táctil. Sutherland puso en práctica una aproximación palpatoria muy fina, tan delicada que si el experimentador sujetara una mosca entre sus dedos y el cuero cabelludo del paciente, el insecto quedaría inmovilizado, pero indemne. 52 LA PRACTICA DÉLA OSTEOPATIA Un día, ese movimiento tantas veces imaginado surge bajo sus manos como un mar de fondo que crece. El movimiento llega bajo sus dedos, se acrecienta, el cráneo da la impresión de dilatarse, de inflarse, marca una pausa y luego se desinfla, se retrae, una nueva pausa y vuelve a tener una fase de expansión. Este ritmo, que se parece a las fases de la respiración pulmonar, no tiene, sin embargo, ni su amplitud ni su frecuencia: el ritmo craneal es de 8 a 14 pulsa- ciones por minuto, mientras que el ritmo respiratorio es de 16 respi- raciones por minuto. Esta aproximación que establece la diferencia y la originalidad de la osteopatia craneal, donde la presión de cada dedo no excede los 5 o 10 gramos, necesita años de aprendizaje, de tanteos y de per- feccionamiento para poder percibir ese micromovimiento que Sut- herland identifica como un movimiento propio del cerebro (C. R. I. ). Shutherland emprende entonces la enumeración de las perturba- ciones de la esfera craneal y de las relaciones de los huesos craneales entre ellos, pasando enseguida de la teoría a la práctica. 4. La fase experimental Queriendo juzgar por sí mismo las repercursiones que puede tener un bloqueo de las suturas, Sutherland fija firmemente con correas en lo alto de su cráneo un bol de madera que mantiene duran- te varios días. No tardan en aparecer entonces ciertas perturbaciones de la vista acompañadas de vértigos y dolores de cabeza, seguidas de importantes disturbios nerviosos y psicológicos. Cuando se quita el artilugio, procede a un examen de las lesiones articulares craneanas intentando repararlas por medio de pequeñas presiones sobre el borde de las suturas, de micromovimientos de separación, a fin de descomprimirlos, de desencastrarlos, sutura tras sutura, devolviendo a cada hueso su normal movilidad. Un alivio inmediato sucede a esta liberación y desaparecen todas las perturba- ciones. Sutherland comenzará entonces a aplicar a sus pacientes su méto- do diagnóstico y terapéutico, primero en perturbaciones benignas LA OSTEOPATIA CRANEAL DE SUTHERLAND 5 3 (dolores de cabeza, cefaleas), obteniendo sus primeros éxitos en aquellos casos donde la osteopatia misma no había podido aportar resultados probados. Estos años de investigación teórica y práctica sobre sí mismo y sobre sus pacientes y la obtención de los primeros éxitos, le autorizan a comunicar a sus colegas el resultado de sus experiencias. Comienza entonces para Sutherland la travesía del desierto. Durante 10 años no va a encontrar entre sus colegas otra cosa que una aburrida indiferencia. Sutherland se consagra entonces a casos más difíciles, en espe- cial a niños con discapacidades motoras y psíquicas, dejados muchas veces sin tratamiento y para los que pareciera no existir ninguna tera- pia válida. Logra así mejorarlos y disminuir ciertas discapacidades aparentemente irreversibles. Sus resultados sobrepasan cualquier esperanza. Liberando los huesos y membranas craneales, reequilibrando la columna vertebral y el sacro, rearmonizando el movimiento respira- torio primario, Sutherland enriquece la osteopatia de Still, cubriendo un considerable campo de acción, curando y mejorando pacientes para los que nada podían los cuidados tradicionales. Ensaya sobre casos extremos abandonados a ellos mismos y reducidos a una exis- tencia vegetativa. En 1939 Sutherland va a escribir The Cranial Bowl, obra que resume lo esencial de sus observaciones y conclusiones y en la que expone los principios de su método. Esta obra obtendrá muy poco eco, sólo unos pocos osteópatas se interesarán en su descubrimiento que pone, una vez más, todo en entredicho. Algunos años más tarde, Sutherland verá al fin recompensado su trabajo cuando es escuchado por sus colegas. En 1946 funda la Aso- ciación de Osteopatia Craneal, dependiente de la Academia America- na de Osteopatia. Con algunos años de retraso, la enseñanza de la osteopatia integraba al fin el concepto craneal de Sutherland, que continuaba, lógicamente, los principios de Taylor Still. A partir de entonces, Sutherland pudo mostrar la plena medida de su talento, consagrándose casi exclusivamente al tratamiento de los casos más difíciles: enfermos motores cerebrales, disminuidos men- tales, etcétera. 54 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA Muerto a los 82 años, su obra le sobrevivirá, ampliada por sus discípulos Harold Magoun (que publica en 1966, Osteopathy in the Cranial Field), Viola Frymann, John Upledger y Denis Brooks. Un año antes de su muerte, pudo asistir al nacimiento de la Sutherlad Teaching Association, en la que se realizan estudios científicos sobre la realidad y aplicaciones de la osteopatia craneal. La osteopatia craneal, incluida en la enseñanza de la osteopatia general de todas las escuelas de alto nivel, tiene un desarrollo sin precedentes. Se crean equipos de investigación, se abren dispensarios y se realizan y publican estudios evaluativos. Pero la fuerte oposición de una parte del cuerpo médico de algunos países (como en Estados Unidos 40 años antes) impide su entrada oficial dentro del arsenal terapéutico oficial. El concepto de la osteopatia de Sutherland quedará como una muralla entre la osteopatia (sistema de salud holística) y las demás técnicas manipulativas (calificadas abusivamente como osteopáti- cas). Esta técnica suave, sin riesgos, que conviene tanto a niños como a adultos, puede utilizarse, sola o combinada con otras tera- pias, sin restricción en todas las patologías. 5. Principios de la osteopatia cráneo-sacra El descubrimiento del movimiento respiratorio craneal conduci- ría a Sutherland a enunciar los principios que completaban la fisiolo- gía osteopática de su maestro Taylor Still. a) Los huesos del cráneo se mueven Los 29 huesos del cráneo gozan de movilidad, desde el naci- miento hasta la muerte. El nacimiento es una inspiración, una toma de contacto con el entorno terrestre, la muerte, una última espiración. El cráneo no cesa de moverse hasta 15 minutos después del dece- so clínico. A los equipos de socorro, especialmente en casos de aho- LA OSTEOPATIA CRANEAL DE SUTHERLAND 5 5 gados, debería enseñárseles la técnica de reanimación pormedio del impulso del movimiento craneal. La vida (y su expresión dinámica, el movimiento) está orquesta- da por ese ritmo craneal, por esa alternancia de apertura y cierre, de expansión y de retracción, de rotaciones externas y luego internas, de inspiraciones seguidas de espiraciones, de flujos y de reflujos. La articulación central, verdadero pivote alrededor del cual pare- cen girar los demás movimientos, está situada entre el hueso occipi- tal y la base del esfenoides (articulación esfeno-basilar). El movi- miento craneal, que sólo manos bien entrenadas pueden percibir, ha sido analizado y registrado científicamente. Su amplitud, infinita- mente pequeña, no excede de los 20 o 30 micrones. Estomatólogos y ortodoncistas fueron los primeros profesionales del cuerpo médico en admitir el movimiento craneal y en colaborar estrechamente con los osteópatas en la reestructuración de los huesos de la cara, especialmente en las deformaciones dentales y en ciertos dolo- res o afecciones tempo-maxilares, evitando así provocar el desplaza- miento del problema a otras partes del cráneo o de la columna cervical. b) El sacro se mueve al mismo ritmo que el cráneo Existe una movilidad del sacro que, como un péndulo, efectúa un movimiento de oscilación entre los huesos ilíacos, movimiento sin- cronizado con el occipucio, al que está ligado por un tubo meníngeo rígido (o «core-link» o «vínculo central»). Todavía hoy se considera al sacro como un hueso inmóvil entre los dos huesos ilíacos, incapaz de movimiento, salvo para permitir el paso del niño en el momento del parto. Sin embargo, el sacro es en realidad un lugar de micromovimien- tos continuos relacionados con la respiración pulmonar, la marcha y el movimiento respiratorio primario. La artrosis de la articulación sacro-ilíaca en las torsiones de la pelvis demuestra la existencia de esa movilidad. Este punto es muy importante porque las perturbaciones mecánicas funcionales de esta articulación engendran múltiples trastornos, entre los 56 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA Los movimientos cráneo-sacros se organizan a partir del pivote central de la articulación esteno-basilar (5). Izquierda: 1. Occipucio; 2. Esfenoides; 3. Etmoide; 4. Vómer; 5. Articulación esteno-basilar. Derecha arriba: Flexión craneal (apertura, expansión). Derecha abajo: Extensión craneal (cierre, retracción, rotación interna). que pueden citarse: los dolores lumbo-sacros, dolores en las nalgas, ciá- ticas, perturbaciones genitales y urinarias, perturbaciones circulatorias de las membranas inferiores, dolores de cabeza, cefaleas o migrañas, per- turbaciones del equilibrio, vértigos, disturbios hormonales, etcétera. c) La fluctuación del líquido cefalorraquídeo Este movimiento se traduce por una fluctuación del líquido cefa- lorraquídeo. Líquido que, por diálisis del plasma sanguíneo, es secretado a nivel de los plexos coroideos situados en los ventrículos LA OSTEOPATIA CRANEAL DE SUTHERLAND 51 Occipital Sacro El sacro sigue los movimientos del cráneo por medio de la duramadre que está vinculada con la base del occipucio y con el sacro. A: Flexión = Dilatación B: Extensión = Retracción 58 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA del cerebro y cuya proporción es de alrededor de 150 mililitros. Su poca abundancia es inversamente proporcional a la importancia de su papel en la salud de la sustancia nerviosa. Este líquido llena los ven- trículos cerebrales, rodeando al cerebro, la médula espinal y la vaina de los nervios periféricos. Como un cojín hidráulico entre el cerebro y la pared ósea, el líqui- do cefalorraquídeo amortigua los choques y protege así los 60 a 100 millones de células del cortex y sus 100. 000 millones de sinapsis. Su densidad, idéntica a la de la sustancia cerebral, evita el aplastamiento contra la caja craneana en los brutales descensos de velocidad. También asegura la nutrición y la eliminación, transportando hasta las estructuras nerviosas los elementos nutricios de la sangre y, en sentido inverso, eliminando los desechos. Circula entre los ven- trículos, recorriendo un sinuoso camino a través de estrechos orifi- cios para entrar en un espacio situado entre el cerebro y la caja crane- ana, donde es absorbido. La acumulación de este líquido se traduce en hidrocefalia, ya sea en el interior del cerebro (hidrocefalia interna) o bien alrededor del cerebro (hidrocefalia externa). Las técnicas de la osteopatia craneal son de suma importancia y utilidad para normalizar los huesos del cráneo de los recién nacidos que han sufrido choques o compresiones exageradas, antes, durante o después del parto. La osteopatia craneal también ayuda a reorganizar las estructuras óseas, a reequilibrar las membranas meníngeas y favorece la libre circulación del líquido cefalorraquídeo en los traumatismos de cráneo. Muchas veces resulta sorprendente hasta para el osteópata el sen- tir bajo sus dedos, en aquellos pacientes que han sufrido un acciden- te, meses o años después del impacto, la huella viviente de un cho- que directo sobre la pared ósea (con o sin fractura). d) Existe un movimiento propio del cerebro y de la médula espinal Los neurocirujanos conocen este movimiento por el contacto que adquieren durante una operación de médula espinal o del cerebro. LA OSTEOPATIA CRANEAL DE SUTHERLAND 59 El cerebro y la médula espinal palpitan, animados por un movimiento en el que se encabalgan tres ritmos: los del corazón y de los pulmones y otro ritmo más lento que parece provenir del cerebro mismo. Cada célula cerebral, similar a una medusa, está animada por un movimiento propio: una fase de hinchazón, de dilatación, y luego una fase de deplexión, de retracción. El cerebro, por el movimiento de sus millones de células, soporta la onda pulsátil que resulta de esos millones de microondas líquidas. e) Existe una movilidad de las membranas intracraneales e intrarraquídeas Las membranas cerebrales son fascias extendidas en el interior del cráneo que sirven para asegurar un buen reparto de las tensiones que se experimentan en la vida corriente, para amortiguar los cho- ques y suspender al cerebro en un lecho mullido aunque resistente. Muy poco elásticas, estas membranas llevan el nombre de «mem- branas de tensión recíproca», y se disponen de tal manera que cual- Vista de las fascias intracranea- nas: Hoz del cerebro, tienda del cerebelo y tienda de la hipófisis. 1. Hoz del cerebro. 2. Tienda del cerebelo. 3. Tienda de la hipófisis. 4. Seno derecho. 5. Seno longitudinal inferior. 6. Seno longitudinal superior. 7. Falso del cerebro. 60 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA LA OSTEOPATIA CRANEAL DE SUTHERLAND 61 quier tensión excesiva en un grupo de fibras será rápidamente repar- tido para asegurar un nuevo equilibrio. Sobre estas tensiones opera el osteópata por intermedio de las palancas óseas que constituyen los mismos huesos del cráneo. Indicaciones de la osteopatia cráneo-sacra Disfunciones de la cabeza y del rostro: Dolores, neuralgias (faciales, oculares, auriculares, dentarias, etcétera), cefaleas (dolores de cabeza), desórdenes neuro-vegetativos, inflamaciones e infecciones (sinusitis, rinitis, fiebre del heno, otitis), perturbaciones de los órganos de los sentidos (vista, olfato, oído, gusto), perturbaciones de la fonación, perturbaciones circulatorias que van desde la migraña al aumento de la tensión intraocular (glau- coma), disfuncionamiento hormonal (especialmente del hipotálamo y de la hipófisis), perturbaciones de la irrigación cerebral en general o de ciertas zonas (y sus efectos sobre la memoria, la concentración, el tono general y el equilibrio psicológico), perturbaciones en el apren- dizaje del lenguaje, de la escritura (combinada con los métodos audio-psico-fonológicos del doctor Tomatis), perturbaciones del equilibrio, vértigos (que afectan al cerebelo y al oído interno), defor- maciones vertebralesy del rostro. Algunas perturbaciones psicosomáticas de origen craneal, con- secuencia muchas veces de traumatismos poco o mal tratados y fre- cuentemente clasificados como perturbaciones espasmofílicas, ner- viosas, neurosis, angustia, ansiedad, etcétera. Ciertas perturbaciones degenerativas, detectadas al principio, de los centros nerviosos del cerebro, de la médula espinal y de los órganos de los sentidos. Izquierda: Toma llamada «a cuatro dedos» (test de escucha y normalización craneal). Derecha: Normalización del paladar. Izquierda: Manipulación llamada «rodamiento de temporales» (manipulación estimuladora). Derecha: Manipulación de comprensión del cuarto ventrículo (manipulación de suspensión y potencialización de las fuerzas internas de autocorrección). 62 LA PRÁCTICA DÉLA OSTEOPATIA CAPITULO IV Izquierda: Modelaje de las órbitas. Derecha: manipulación de equilibrio de la hoz del cerebro. Manipulación de equilibrio cráneo-sacro (se puede hacer entre dos practi- cantes). La osteopatia de los órganos y de las vísceras 1. De Thure Brandt a nuestros días A fines del siglo XIX, el empirista sueco Thure Brandt concibió un método manual diagnóstico y terapéutico para las afecciones de los órganos del abdomen y, más particularmente, de la esfera genital. Se trata de un método esencialmente manual basado en manipu- laciones activas y pasivas de los órganos y en ejercicios musculares específicos para descongestionar, detener, irrigar y remodelar zonas profundas del cuerpo. Por esta misma época, Ling crea la gimnasia sueca. Los pueblos nórdicos han conservado sus tradiciones ancestrales del arte de curar por medios naturales, así como un gusto por las actividades físicas, lo que explica el éxito y el desarrollo de este método. Los métodos de Thure Brandt fueron retomados y desarrollados por el ginecólogo francés Stapfer, quién explicaba que «jamás, o muy raramente había encontrado un útero o un ovario mal ubicado con una función ginecológica normal». Paralela e independientemente de ambos, un médico francés de la estación termal de Vichy, Frantz Glénard, estudia en profundidad los órganos y vísceras del abdomen desarrollando métodos de examen que le permitirán determinar las anomalías de funcionamiento. Para Glénard, un abdomen normal es aquel que cuando se lo palpa es suave y homogéneo y no permite sentir la presencia de los órganos. Así, intestinos duros, un estómago doloroso o un hígado engrosado 64 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA constituyen fenómenos anormales que son indicadores de tensiones, de una circulación lenta, de disturbios metabólicos, fibrosis o adhe- rencias y espasmos de los músculos viscerales. Glénard calcula la amplitud de los movimientos que realizan las vísceras en la vida normal y sus ejes de movilidad en relación con los puntos con los que están en contacto. Determina así que el hígado recorre con cada respiración un determinado trayecto en relación con el movimiento de pistón del diafragma (un cálculo rápido permite determinar un recorrido mínimo de 700 metros por día, en el hígado). Glénard es también el primero en pensar las relaciones de los órganos entre sí, una especie de reacciones en cadena en la que un órgano deficiente, congestionado, con poca movilidad o decaído (ptosis) origina, por diversos mecanismos, la aparición de perturba- ciones en los órganos vecinos con los que mantiene vínculos mecáni- cos, sanguíneos y hormonales. Un ejemplo evidente de vinculación mecánica es una vejiga com- primida por un útero basculado hacia adelante, origen de cistitis, incontinencias, o incluso por un hígado congestionado y decaído que comprime el riñón derecho y lo hace caer, creando un acodamiento de la uretra, etc., o incluso la relación sanguínea entre la congestión del hígado y las hemorroides originadas por el aumento de presión en la vena porta. Se puede comprender la relación existente entre el ovario y la hipó- fisis cuando se sabe que las secreciones endocrinas del ovario influyen sobre las de la hipófisis. Inversamente, un problema del mecanismo craneal puede, por perturbación de las secreciones de la hipófisis, per- turbar el funcionamiento del ovario. Como puede verse, la osteopatia es simple en sus principios, pero compleja en su aplicación. Estos ejemplos nos muestran que la osteopatia visceral entraña necesariamente un conocimiento de la anatomía y la fisiología, y que responde a los mismos principios que la osteopatia de Taylor Still. Es el funcionamiento deficiente denominado «enfermedad fun- cional» lo que los osteópatas actuales clasifican como «consecuen- cias osteopáticas viscerales». A Glénard se debe una serie de trabajos sobre el hepatismo y enteroptosis que, vistos bajo la perspectiva osteopática, se ha integra- LA OSTEOPATIA DE LOS ÓRGANOS Y LAS VÍSCERAS 6 5 do en la década de 1980 en la enseñanza de prácticamente todas las escuelas de osteopatia europeas. 2. Tratamiento osteopático de los órganos El osteópata puede actuar en varios niveles en el curso de una misma sesión, en particular sobre: — El sistema nervioso central, para problemas generales de desequilibrio del sistema neurovegetativo. — El sistema nervioso vegetativo local: liberación osteopática de los ganglios nerviosos o de los plexos. Diversas malposiciones del útero. 1. Útero en posición normal. 2. Útero en anteversión. 3. Vejiga comprimida y aplastada. Ptosis del hígado y del riñón. 1. Hígado inflamado caído. 2. Caída del riñon izquierdo. 3. Uretra. 66 LA PRÁCTICA DE LA OSTEOPATIA — El órgano mismo: posición, movilidad, motilidad (que es el movimiento propio del órgano: contracción del estómago, dilatación de los alvéolos pulmonares, peristaltismo intesti- nal). — Los órganos adyacentes, que pueden comprimir, perturbar el aporte sanguíneo, irritar fibras nerviosas como en el caso de la vejiga aplastada por un útero en anteversión que provo- ca cistitis repetitivas, o de un hígado inflamado y congestio- nado que comprime el colon y dilata el intestino ciego. — La circulación general y local; arteria, venosa y linfática, por manipulaciones específicas. — Las fascias que rodean el órgano, lo sostienen o lo retienen. — Las estructuras óseas y musculares de la pelvis, del costal. — Los tres diafragmas: cefálico, torácico y pelviano. Es de notar la importancia capital del diafragma torácico en la fisiología orgánica. La osteopatia es una totalidad. Los problemas viscerales pueden implicar consecuencias vertebrales, articulares y craneanas. Algunos ejemplos de implicaciones de las «lesiones osteopáticas viscerales» serán tratadas en la tercera parte de esta obra (Indicaciones). La presente exposición no pretende enseñar ni la anatomía ni la fisiología de los órganos, sino simplemente explicar las posibilidades de la osteopatia y sobre todo: — Por qué y cómo los órganos se pueden tratar osteopática- mente. — Cómo pueden influir sobre los huesos y las zonas vertebrales. — Inversamente, cómo los problemas vertebrales pueden influir sobre órganos y vísceras por medio del sistema neurovegeta- tivo. — En fin, cómo los órganos pueden influir los unos sobre los otros. Respecto a los problemas viscerales, a menudo es preciso cues- tionarse el modo de vida alimentario, físico y mental. Las demás LA OSTEOPATIA DE LOS ÓRGANOS Y LAS VÍSCERAS 6 7 medicinas y terapias naturales, utilizadas prudentemente, contribu- yen a un restablecimiento más rápido y durable. 3. El equilibrio de los tres diafragmas Utilizando una síntesis de la osteopatia craneal, estructural y vis- ceral, el osteópata reequilibra las tres partes del cuerpo por interme- dio de los tres diafragmas: — El diafragma torácico-abdominal, entre la caja torácica y el abdomen, sólidamente apoyado sobre las vértebras de la columna dorso-lumbar. — El diafragma cefálico, o cámara del cerebelo. — El diafragma