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INTRODUCCIÓN La problemática que se presenta dentro del campo de los tras- tornos del lenguaje es muy amplia y variada. Son muchas las alte- raciones que se pueden dar en el mismo, procedentes de orígenes diversos y presentando distintos grados de severidad. También varía la incidencia de casos que se dan en cada una de ellas. Una de las anomalías que con mayor frecuencia se presenta y que está entre las que tienen un pronóstico más favorable, es la dis- lalia o trastornos en la articulación del lenguaje de carácter fun- cional, aspecto al que está dedicada la presente obra. Esta se cen- tra fundamentalmente en su rehabilitación. La dislalia no reviste un carácter de gravedad y son muy posi- tivos los resultados de su reeducación'. No obstante, si no se so- mete a un tratamiento precoz adecuado, puede traer consecuencias muy negativas, por la influencia que ejerce sobre la personalidad del niño y su adaptación social, así como en su rendimiento esco- lar, ya que las frustraciones que puede crear en el sujeto influyen, tanto en su equilibrio emocional, como en su desarrollo intelectual. Los diversos casos de niños dislálicos, en los que, con una sinto- matología semejante, se dan circunstancias de desarrollo y situa- ciones ambientales diferentes, plantean una serie de interrogantes, tales como los siguientes: ¿Por qué algunos niños, sin alteraciones neurológicas ni le- siones orgánicas, no son capaces, por sí mismos, de hablar correctamente? ¿Cuáles son las causas significativas de estos trastornos?. ¿Cómo detectar estas causas? 9 ¿Que posibilidades existen y qué medios pueden ponerse para su rehabilitación? ¿Cómo se podrían prevenir estos trastornos? A estos interrogantes y otros similares, se intenta dar respuesta en la obra que presentamos. Se expondrán, en primer lugar, las causas que. según la experien- cia, aparecen con más frecuencia como generadoras de esta anoma- lía. A la vista de estas causas y para valorar la posible implicación de cada una de ellas en cada caso concreto, se presentaran una serie de pruebas, fáciles de aplicar y útiles en sus resultados, con las que se puede detectar las causas de cada dislalia. Una vez realizado el diagnóstico completo, y a la vista del mismo, es preciso centrarse en la rehabilitación del trastorno. Para ello se presenta una programación general de trabajo, por medio de la cual se puedan subsanar todas las posibles causas encontradas, con el fin de adaptarla después a una programación particular de cada caso, según la etiología detectada. Finalmente, dentro de tas conclusiones generales a que se ha llegado, se expondrán los medios que parecen más idóneos para prevenir la existencia de este trastorno. La presente obra, fundamentada en una base teórica, tiene un carácter eminentemente práctico, puesto que está orientada a la rehabilitación del niño dislalíco. Creemos por esto que pueda ser de gran utilidad a reeducadores, profesores y padres que se encuen- tren con este problema y deseamos aportar con ella algo positivo a los trabajos realizados sobre la rehabilitación de los trastornos del lenguaje. I. PROCESO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE 10 I. PROCESO DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE El hombre, ser social por naturaleza, tiene como principal ve- hículo de comunicación el lenguaje, impregnando éste toda su vida. La interrelación, la interpretación de la realidad y la transmisión cultural, con todo lo que ella implica, se hace posible teniendo como medio fundamental el lenguaje. Su estudio puede hacerse desde un punto de vista fisiológico, psicológico, lingüístico, sociológico o cultural, ya que se da una interrelación de todos estos aspectos en la realidad del lenguaje, con una vertiente individual y otra social. El hombre no posee el lenguaje desde el nacimiento, sino que lo adquiere por medio de un proceso laborioso a lo largo de su infan- cia. Su desenvolvimiento está ligado a. la maduración de las activi- dades nerviosas superiores. El lenguaje surge primeramente por imitación, en la que inter- vienen no sólamente factores audio-motores sino igualmente óptico motores, a través de los cuales se va estructurando el lengua- je infantil. Este proceso no abarca sólo la articulación, como imita- ción de movimientos y sonidos, sino la compresión de lo escucha- do y expresado. Todo el complejo desarrollo del lenguaje en el niño sigue un proceso en el que se superponen las distintas etapas, sin que se pueda determinar con exactitud la cronología de las mismas. El presente trabajo va dirigido a los trastornos de la articula- ción de la palabra y al tratamiento preciso para su rehabilitación, por lo que el aspecto fisiológico del lenguaje es el que más nos interesa, aunque se encuentran implicados en él otros factores, especialmente el psicológico. De aquí la necesidad que más tarde se apuntará, de un tratamiento pluridimensional de cualquier tras- torno, atendiendo a la etiología del mismo. 13 II. ÓRGANOS QUE INTERVIENEN EN LA ARTICULACIÓN 1. Órganos de la respiración 2. Órganos de la fonación 3. Órganos de la articulación II.ORGANOS QUE INTERVIENEN EN LA ARTICULACIÓN DE LOS FONEMAS El conjunto de órganos que intervienen en la articulación del lenguaje se pueden dividir en tres grupos: 1. Órganos de la respiración 2. Órganos de la fonación 3. Órganos de la articulación El lenguaje oral se ve afectado cuando se da un funcionamiento anormal en alguno o en varios de estos órganos. Por ejemplo, alteraciones respiratorias pueden producir entre otras cosas algu- nos tipos de tartamudez; las alteraciones laríngeas pueden ser causa de voz ronca, voz falsa, etc. y las alteraciones en los órganos de la articulación pueden producir las dislalias en general. Como todos estos órganos están sumamente ligados en la función del lenguaje, cuando existe una alteración en alguno de ellos, ésta repercute en los demás. Pasamos a hacer un estudio más detallado de los distintos órga- nos que intervienen en la articulación del lenguaje. 1. Órganos de la respiración Los órganos propios de la respiración son los pulmones, los bronquios y la tráquea, siendo los primeros los que tienen un papel más fundamental. 17 1.1. Función respiratoria y tipos de respiración.- La respiración tiene una doble función: Por una parte, la de aportar el oxígeno necesario a la sangre, expulsando el anhídrido carbónico que se origina en la combustión en el interior de los teji- dos o respiración vital, y por otra, proporcionar la cantidad de aire suficiente para poder realizar el acto de la fonación y vencer los órganos articuladores. Esta mecánica de la respiración o respira- ción fónica es la que aquí nos interesa. Los movimientos pulmonares, que se suceden de manera regular y rítmica son dos: la entrada de aire o inspiración y la salida o es- piración, pudiéndose producir en este último el sonido articulado. Las vías normales por las cuates se produce el paso del aire son: fosas nasales, faringe, laringe, tráquea, bronquios y pulmones. Cuando la salida de la corriente de aire se utiliza para articular los fonemas, el camino a seguir es el siguiente: pulmones, bron- quios, tráquea, laringe, parte de la faringe, boca, siguiendo por las fosas nasales solamente para articular los fonemas, m, n, ñ. En la inspiración, el aire debe pasar por las fosas nasales, no de- biendo ser sustituida nunca la respiración nasal por la bucal, ya que la boca sólo debe ser utilizada en este momento como vía excepcional de auxilio. Las fosas nasales tienen además una función excitorrefleja sobre los movimiento respiratorios y fonatorios, según Terneaud, quien ha demostrado "que toda insuficiencia respiratoria nasal disminu- ye el rendimiento vocal, y que toda mutilación importante de lamucosa nasal, determina afecciones laríngeas y vocales" (1) La presión atmosférica introduce el aire en los pulmones, al ser ensanchada la caja torácica por los músculos inspiradores que crean una presión negativa. Este aumento de la capacidad torácica se produce en tres sentidos: en el diámetro vertical, por el descen- so del diafragma, en el anteroposterior por el desplazamiento del esternón, debido al movimiento costal, y en el diámetro transversal por la acción de los músculos intercostales sobre las costillas. La acción del diafragma es de gran importancia en la función respiratoria, mayor aún que la acción de la caja del tórax, produ- ciendo su alteración defectos en la respiración. El diafragma se puede considerar como el centro del equilibrio toracoabdominal Este músculo, que es la pared más móvil del tórax, permite la ven- ilación de la parte inferior de los pulmones, que es la de mayor capacidad, colocando el esfuerzo de la inspiración lejos del cuello y permitiendo la relajación del mismo. Al estar de pie el diafragma desciende, siendo la mejor posición para la emisión de la voz, al darse una mejor ventilación pulmonar por la acción del diafragma. La espiración está producida por la elasticidad pulmonar, la retracción de los cartílagos costales y la presión de tas visceras abdominales hacia arriba. Atendiendo a la movilidad de las distintas partes del aparato respiratorio, se pueden distinguir tres tipos de respiración: a.- Respiración costal superior o clavicular. Se puede observar cómo, durante la inspiración, en este tipo, se abomba la parte superior del tórax, elevando la clavícula y los hombros y hun- diendo el abdomen. Este tipo de respiración se da más fre- cuentemente en la mujer. b- Respiración abdominal o diafragmática. En la inspiración se abomba la parte anterior del abdomen por el descenso del diafragma, hundiéndose en la espiración, permaneciendo in- móvil la parte superior del tórax. c- Respiración costoabdominal. Se da la inspiración de los dos tipos anteriores, con gran movilidad lateral de las costillas inferiores y de la parte superior del abdomen. Este tipo es el más recomendable para la fonación. La capacidad normal de los pulmones es de 4 a 5 litros por término medio, pudiéndose dar variaciones según la talla y volumen del tórax de cada individuo. El "aire corriente" o "volumen respiratorio" es la denomina- ción que se da a la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones en un movimiento respiratorio normal completo (inspiración - espiración), siendo aproximadamente de medio litro. El "aire complementario" es el que se puede introducir en una inspiración forzada, que está alrededor de dos litros. El aire que se desaloja en una espiración forzada, después de una espiración normal, se le denomina "aire de reserva" y está también en los dos litros aproximadamente. El "aire residual" es el volúmen de aire que permanece en los pul- mones después de una espiración forzada, siendo su valor de un litro. La respiración es una actividad rítmica producida por una excitación espontánea, cuyo estímulo es la composición química de la sangre. La inspiración es casi uniforme, por estar producida por contracciones musculares, mientras que la espiración tiene un primer momento más rápido, para hacerse luego más larga y lenta, por estar producida por reacciones elásticas. La espira- ción mientras se habla, es de 8 a 12 veces más larga que la inspiración. La respiración y la fonación están más sujetas a los estados emocionales que la articulación. > (1) CANUYT; "La voz". Cit Corredera Sánchez, T. "Defectos en la dicción infantil" Ed (Kapelusz. Buenos Aires. 1944. Pag. 11. 19 2. Órganos de la fonación. 2.2. Función fonatoria de la laringe. La laringe es el órgano esencial de la fonación. Está situada en la zona media anterior del cuello, en continuidad con la faringe y en la parte superior de la tráquea. Tiene forma de pirámide triangular truncada con la base dirigida hacia arriba. Está separada de la farin- ge por la epiglotis y su vértice truncado se une a la tráquea. Sus dimensiones en un hombre adulto, son de 48 mm. de diá- metro vertical, 48 mm. transversal y 35 mm. anteroposterior, sien- do algo menor en la mujer. 2.1. Constitución anatómica de ¡a laringe. En la constitución interna de la laringe se pueden distinguir tres zonas: la de las cuerdas o ligamentos vocales, llamada zona glótica; la superior a ella o vestíbulo laríngeo y la inferior o subglotis. La zona glótica es la fundamental, ya que en ella se produce el sonido laríngeo. Se presentan en esta zona cuatro repliegues mem- branosos; dos superiores y dos inferiores. Los inferiores son las cuerdas o ligamentos vocales, elementos fundamentales de la fona- ción y a las superiores se les denomina falsas cuerdas. Las cuerdas vocales verdaderas o ligamentos vocales, están situa- das horizontalmente en dirección anteroposterior. Por su parte anterior están unidas al cartílago tiroides, por la posterior a los dos cartílagos aritenoides. La longitud de estos repliegues vocales es, por término medio, de 20 a 25 mm. en el hombre y de 16 a 20 mm. en la mujer. Las cuerdas vocales inferiores o verdaderas, son más gruesas que las superiores o falsas cuerdas. El espacio vacio que queda entre los dos ligamentos inferiores de las cuerdas vocales recibe el nombre de glotis. Este espacio se puede dividir en dos partes: una anterior de forma triangular, de- nominada glotis vocal o interligamentosa, y la otra formada por el espacio que queda entre los cartílagos aritenoides, que, en la posi- ción de descanso de la laringe, tiene una forma rectangular y se denomina glotis intercartilaginosa o respiratoria. Entre las cuerdas vocales y los ligamentos superiores, existe un espacio denominado ventrículo de Morgagni, que comunica con la glotis. Los principales cartílagos que forman la laringe son: el cricoides que une la laringe con la tráquea; el tiroides que actúa como escu- do protector de las cuerdas vocales; los aritenoides, en número de dos, que están situados en la parte posterior y superior del cricoi- des, y la epiglotis, que es fibrocartilago, que separa la laringe de la faringe y actúa en el momento de la deglución para impedir el paso de los alimentos a la laringe. Además de otras funciones, como la respiratoria, la de protec- ción de los órganos de la respiración y la de participación en la deglución, es función fundamental de la laringe la fonación o emi- sión de la voz. Para que el sonido pueda producirse es necesario: A) que la corriente de aire tenga la fuerza suficiente para separar las cuerdas vocales de su posición de descanso; B) que las cuerdas vocales se aproximen lo suficiente para cerrar el orificio glótico, dejando tan sólo un estrecho paso al aire, que variará según los tonos, siendo mayor para el grave y menor para el agudo; C) que las cuerdas vocales estén tensas. De los cuatro elementos constitutivos del sonido, que son: la intensidad, el tono, el timbre y la duración, los tres primeros tienen su origen en la laringe. La intensidad depende de la presión aérea espirada, que deter- mina una mayor o menor amplitud vibratoria de las cuerdas voca- les. El tono está determinado por la frecuencia de la vibraciones o número de ellas que se dan por segundo. Es agudo el sonido pro- ducido por un gran número de vibraciones, y grave aquel en que los repliegues vocales se mueven con más lentitud. El timbre permite distinguir unos sonidos de otros aunque se produzcan con el mismo tono y la misma intensidad. El tono fundamental crea una serie de armónicos que se le superponen. El conjunto formado por el tono fundamental, más los armónicos filtrados por los resonadores, constituye el timbre del sonido. La variación del timbredepende de la caja de resonancia, su constitu- ción o sus alteraciones. Parte anterior cartílago tiroides cuerdas vocales Cuerdas abiertas para la respiración cartílago aritenoides Parte posterior Cuerdas cerradas antes de la fonación 20 fig. 1- Posición de las cuerdas vocales. 21 3. Órganos de la articulación. La corriente de aire productora del sonido, pasa de la zona la- ríngea a la región laringo-faríngea y a la faringe oral, donde se va a realizar toda la división del material fónico. En esta zona se encuentran los órganos, por medio de los cuales, se va a producir la articulación del sonido, siendo la boca el centro de todos ellos. Los órganos que intervienen en la articulación se pueden dividir en dos grupos, según la movilidad que presenten en su papel de modificadores del sonido laríngeo. Así se pueden clasificar en: órga- nos activos y órganos pasivos. 3 .1 . Órganos activos de la articulación. 3.1.1. Labios. Los labios, además de las funciones vegetativas que poseen, son órganos fonéticos de gran importancia, constitu- yendo por la variación de su abertura, un filtro para el sonido. In- tervienen en la articulación de los fonemas bilabiales como /p / , /b / y /m/ y los labiodentales, como /{/. Igualmente tienen un papel importante en la articulación de los fonemas vocálicos /o/ y /u/. 3.1.2. Lengua, La lengua es el órgano que presenta mayor movilidad y es importante no sólo como órgano del gusto y táctil, interviniendo en la masticación, succión, deglución, etc., sino que es uno de los órganos fundamentales del habla, ya que sus diferen- tes formas y posiciones producen los distintos fonemas. La cara superior o dorso de la lengua; se puede dividir en tres regiones que, de delante a atrás se denominan: predorsal, medio- dorsal y postdorsal. La punta de la lengua se denomina ápice. Su movilidad es de gran importancia, en especial para la articula- ción de algunos fonemas. De ahí los trastornos que puede acarrear para el lenguaje, su hipertrofia, falta de energía o de movilidad, pudiendo ser motivado esto último, por la acción del frenillo. La lengua actúa directamente en la articulación de los fonemas linguodentales o dentales: /t/, /d/; linguointerdentales: /z/; linguo- alveolares o alveolares: /s/, /n/, /l/, /r/ y /t/; linguopalatales o palatales: /y/, /ch/, /ll/, /ñ/, y linguovelares: /k/, /g/, /j /. 3.2. Órganos pasivos de la articulación. Como su nombre indica estos órganos intervienen de forma pasiva, con una movilidad muy escasa en la articulación de los fonemas, al ponerse en contacto con ellos los órganos activos anteriormente descritos. 3.2.1. Paladar. El paladar constituye la parte superior de la cavidad bucal y se encuentra dividida en dos zonas: la anterior, ósea, que recibe el nombre de paladar duro, y la posterior, deno- minada paladar blando o velo del paladar. La región palatina, con forma de bóveda, constituye una especie de tabique y separa las fosas nasales de la cavidad bucal. El paladar duro comienza inmediatamente detrás de los alvéolos, y se divide en prepaladar, mediopaladar y postpaladar. El paladar- blando o velo del paladar, se divide en zona prevelar y postvelar. El velo palatino juega un papel de gran importancia en la articu- lación del lenguaje, que sólo se ve-sobrepasada por la de la lengua. De tal forma, que cuando el velo falta, el habla se desorganiza totalmente. Durante la fonación el velo se eleva, se engruesa y se dobla en ángulo recto, aunque no de la misma manera, al mismo nivel, ni toma la misma forma en los distintos fonemas. La mayor elevación se produce en la /g/ y por el contrario la / f / y la /v/ requieren poca. 3.2.2. Alvéolos. Entre los incisivos superiores y el comienzo del paladar duro, existe una zona de transición, que recibe el nom- bre de alvéolos. Al ponerse en contacto con ellos la lengua, consti- tuyen el punto de articulación de los fonemas alveolares. 3.2.3. Dientes. Los dientes son órganos necesarios para una correcta articulación, principalmente de los fonemas labiodentales e interdentales, ya que constituyen el punto fijo para su articula- ción. La carencia de los mismos hace notar su precisión, al apreciar las dificultades articulatorias que su falta lleva consigo. 3.2.4. Fosas nasales. Si durante la emisión de un sonido se desciende el velo del paladar, poniendo en comunicación la cavi- dad bucofaríngea con las fosas nasales, el aire fonador pasa por encima del velo del paladar, saliendo a través de la cavidad nasal, que produce un filtro de los sonidos graves. Al cerrarse los órganos articulatorios bucales y pasar el aire a través del conducto nasal, se producen los fonemas nasales. 22 23 III. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS DISLALIAS 1. Dislalia evolutiva 2. Dislalia funcional 3. Dislalia audiógena 4. Dislalia orgánica III. CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN DE LAS DISLALIAS El concepto de dislalia corresponde al trastorno en la articula- ción de los fonemas, o bien por ausencia o alteración de algunos sonidos concretos o por la sustitución de éstos por otros de forma improcedente. Se trata pues de una incapacidad para pronunciar o formar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas. La dislalia puede afectar a cualquier consonante o vocal. Así puede presentarse el defecto referido a un solo fonema o a varios en número indeterminado, o afectar tan sólo a la asociación de consonantes, cuando éstas aparecen unidas en una sola sílaba, omitiendo en este caso una de ellas. El lenguaje de un niño dislálico, si se encuentra muy afectado al extenderse a muchos fonemas, puede llegar a hacerse ininteligible, por las desfiguraciones verbales que emplea continuamente. La dislalia puede ser motivada por distintas causas. Teniendo en cuenta de una forma genérica el origen de su producción, se hará la clasificación de las mismas. Pero en cualquier caso, fuera de la dislalia de evolución que forma parte de un proceso normal del desarrollo del lenguaje, debe ser tratada, lo más precozmente posible, para conseguir su rehabili- tación Hay que tener en cuenta que, al menos refiriéndose a algunos fonemas, no a todos, lo que en un idioma puede ser considerado como una articulación defectuosa, para otro no lo es. Pero en estos casos no se trata de dificultad, sino del contexto social del idioma de cada país, que puede determinar algunas formas características de articulación. Atendiendo a sus causas podemos clasificar las dislalias en: 1. Dislalia evolutiva 2. Dislalia funcional 3. Dislalia audiógena 4. Dislalia orgánica 27 1. Dislalia evolutiva. Se denomina dislalia evolutiva, aquella fase del desarrollo del lenguaje infantil en la que el niño no es capaz de repetir por imita- ción las palabras que escucha, de formar los estereotipos acústico- articulatorios correctos. A causa de ello repite las palabras de forma incorrecta desde el punto de vista fonético. Los síntomas que apa- recen son, por tanto, los de la dislalia, al darse una articulación defectuosa. Dentro de una evolución normal en la maduración del niño, estas dificultades se van superando y sólo si persisten más allá de los cuatro o cinco años, se pueden considerar como patológicas. Aunque la dislalia evolutiva no precisa un tratamiento directo al formar parte de un proceso normal, es necesario mantener con el niño un comportamiento adecuado que ayude a su maduración general pira evitar posteriores problemas, y que no permita una fijación del esquema defectuoso, que en ese momento es normal para él. Por ello, es conveniente siempre hablarle de forma clara y adulta no imitándole en sus defectos, ni tomárselos como una gracia, lo que puede reforzarle la pronunciación defectuosa e impe- dir su evolución. 2. Dislalia funcional.La dislalia funcional es un defecto en el desarrollo de la articula- ción del lenguaje, por una función anómala de los órganos perifé- ricos en la que se dan las anomalías anteriormente descritas al tratar del concepto general de la dislalia, sin que existan trastornos o modificaciones orgánicas en el sujeto, sino tan sólo una incapaci- dad funcional. La dislalia funcional puede darse en cualquier fonema, pero lo más frecuente es la sustitución, omisión o deformación de la /r/, /k/, /l/ , /s/ , /z/ y /ch/. El niño dislálico, en unos casos, sabe que articula mal y él quisiera corregirse y trata de imitamos, pero sus órganos no obede- cen con la facilidad que él desea, y no encuentran el movimiento concreto que debe ser realizado para pronunciar un sonido correcta- mente. El fonema es el resultado final de la acción de la respiración, de la fonación y de la articulación. Pero en estos casos existe una in- capacidad o dificultad funcional en cualquiera de estos aspectos que impide la perfecta articulación. En otras ocasiones, aunque la dificultad sea la misma, el niño no percibe su defecto por la fijación que tiene del mismo, no pudiendo él distinguir las articulaciones que emite bien y las que emite mal. Para la denominación de los distintos errores que se dan en la dislalia, se utiliza una terminología derivada del nombre griego del fonema afectado, con la terminación "tismo" o "cismo". Así la articulación defectuosa de la /s/ se denomina sigmatismo la de la /d/ deltacismo, etc. Cuando un fonema es sustituido por otro se antepone "para", como el pararrotacismo. El resultado de la experiencia, así como los resultados estadís- ticos existentes, demuestran que se da una mayor incidencia de dislalias en el sexo masculino que en el femenino. 2.1. Etiología. La etiología de la dislalia funcional es muy variada, pudiendo existir una serie de causas que determinan unos mismos efectos de articulación defectuosa. En muchos casos no es una sóla la causa determinante, sino que estas anormalidades funcionales se deben, por lo general, a una combinación de factores que están todos ellos incidiendo sobre el niño. Es importante conocer en el estudio de cada caso cuáles son estas posibles causas, para aplicar el trata- miento adecuado atendiendo a aquel factor que está impidiendo el desarrollo y normal evolución del lenguaje del niño. En cualquier caso la dislalia funcional nunca es producida por una lesión del sistema nervioso central, la cual ocasionaría otra serie de trastornos, sino que, en general, estará motivada por una inmadurez del sujeto que impide un funcionamiento adecuado de los órganos que intervienen en la articulación del lenguaje. Vamos a presentar una serie de causas que pueden ser determi- nantes de la dislalia funcional, siguiendo el orden con que aparecen de mayor a menor frecuencia. Hay que tener en cuenta, como ya queda dicho, que en muchos casos habrá una interrelación de estos factores actuando sobre el sujeto. 2.1.1. Escasa habilidad motora. El desenvolvimiento del len- guaje está estrechamente ligado al desenvolvimiento de las fun- ciones del movimiento, es decir de la motricidad fina que entra en juego directamente en la articulación del lenguaje. Existe, por tanto, una relación directa entre el grado de retraso motor y el grado de retraso del lenguaje en los defectos de pronunciación. 28 29 Por ello estos defectos irán desapareciendo al mismo tiempo que se va desarrollando la motricidad fina, pues el niño irá adquiriendo la agilidad y coordinación de movimientos que precisa para hablar correctamente. De aquí la necesidad de enfocar el tratamiento, no sólo en orden a enseñar a articular, sino a desarrollar todo el aspecto psicomotor del sujeto, educando todos ios movimientos, aunque no sean inmediatamente utilizados en la articulación de la palabra y organizando su esquema corporal. Esta causa es la que se encuentra más frecuentemente en los casos de dislalias funcionales, pues, aunque se den asociados otros factores que facilitan la generación del trastorno, la mayoría de estos niños tienen torpeza en los movimientos de los órganos del aparato fonador y una falta de coordinación motriz general, aunque ésta sólo se manifieste en los movimientos de destreza fina 2.1.2. Dificultades en la percepción del espacio y el tiempo. En muchos casos el trastorno de la articulación está asociado a trastornos de la percepción y a la organización espacio-temporal, siendo difícil llegar a un desarrollo del lenguaje sin una evolución correcta de la percepción. El lenguaje comienza a surgir en el niño por imitación de movi- mientos y sonidos. Es muy difícil que puedan darse los primeros si el niño no es capaz de percibirlos tal como son, si no tiene interior- rizadas las nociones del espacio y el tiempo. En ocasiones el niño ve un movimiento, pero no lo percibe tal y como es y no es capaz de diferenciar una articulación de otra, por- que él las percibe de forma semejante sin lograr captar los matices que las distinguen por falta de desarrollo de la capacidad percep- tiva. El desarrollo de la percepción tiene un interés extraordinario para la necesaria evolución del lenguaje, encontrándose muchos niños dislálicos con dificultades en este aspecto. 2.1.3. Falta de compresión o discriminación auditiva. Algunos niños tienen dificultades en cuanto a la discriminación acústica de los fonemas por capacidad insuficiente de diferenciación de unos a otros. El niño no podrá imitar los sonidos diferentes, porque no es capaz de discriminarlos como tales. En estos casos falta capacidad para discernir los intervalos entre dos sonidos, las diferencias de intensidad y las duraciones, como igualmente el sentido rítmico es muy imperfecto. Cuando estas causas aparecen pueden generar una dislalia pro- ducida, no porque el niño no oiga, sino por una falta de compre- sión auditiva, creando un fallo en la exacta imitación de los fone- mas oidos. El niño oye bien, pero analiza o integra mal los fo- nemas correctos que oye. La educación auditiva y rítmica será, por tanto, un medio para lograr hablar con perfección. 2.1.4. Factores psicológicos. Los factores psicológicos juegan un papel muy importante como generadores de trastornos de len- guaje, encontrándose, en muchos casos, asociados a cualquiera de las otras causas descritas. Cualquier trastorno de tipo afectivo puede incidir sobre el len- guaje del niño haciendo que quede fijado en etapas anteriores, impidiendo una normal evolución en su desarrollo. Una falta de cariño, una inadaptación familiar, un problema de celos ante la venida de un hermano pequeño, la actitud ansiosa de los padres, la existencia de un rechazo hacia el niño, experiencias traumatizantes por ambiente familiar desunido, por falta de alguno de los padres o por un accidente, pueden provocar un trastorno en el desarrollo de la personalidad del niño que se refleje en la expre- sión de su lenguaje, ya que existe una interacción continuada entre el lenguaje y el desarrollo de la personalidad. Así, toda perturbación psicoafectiva de la primera infancia retarda y perturba la normal evolución del lenguaje. En estos casos falta la necesidad emocional de comunicarse, que es un elemento básico para el desarrollo del habla en el niño. 2.1.5. Factores ambientales. El ambiente es un factor de gran importancia en la evolución del niño, que junto con los elementos o capacidades personales, irán determinando su desarrollo y madu- ración. Así muchos de los factores psicológicos, anteriormente descritos que retardan o retienen esta evolución de la personalidad, con todo lo que esto conlleva, está ocasionado por factores am- bientales poco favorecedores. En primer lugar se puede citar la carencia de ambiente familiar. Esta es lasituación de aquellos niños que viven en instituciones en las cuales, aunque traten de ser estimuladoras de su desarrollo, les falta la cercanía de los padres y el ambiente afectivo normal que precisan para su maduración en todos los órdenes y esto se refleja en muchos casos en su expresión hablada. Otro aspecto importante es el nivel cultural del ambiente en que se desenvuelve el niño. Esto se hace notar de forma muy acusada en el vocabulario em- pleado y en la fluidez de expresión, pero igualmente en el modo de articulación, ya que ésta, en muchas ocasiones, también es defec- 31 tuosa en el medio en que se mueve. Un problema que en algunos casos se presenta es el del bilingüis- mo existente en el ambiente en que se desenvuelve el niño, que puede crear desorientaciones en la etapa de fijación de su lenguaje, aunque no sea éste uno de los aspectos-más influyentes en la deter- minación de su trastorno. Estos factores son más bien de tipo social, pero pueden darse otros entornos ambientales de carácter más patologógico que influ- yen negativamente en el desarrollo psicoafectivo del niño, y por tanto en la normal evolución de su lenguaje. Entre otros factores se puede citar la superprotección materna que impide la debida maduración del niño, que queda detenido psicológicamente en etapas que debería haber superado. En otras ocasiones será el rechazo, manifestado de una u otra forma, pero percibido por el niño, o la inadaptación familiar, por causas de desunión o desequilibrio de los miembros de la familia, la que actúa de forma traumatizante sobre el pequeño, que no encuentra el medio psicológico adecuado para su desarrollo armó- nico. 2.1.6. Factores hereditarios. En algunas ocasiones puede dar- se un factor hereditario que predisponga, al menos, a un trastorno articulatorio, aunque estos casos son menos frecuentes que los anteriormente citados. El factor hereditario, cuando existe, se puede ver reforzado por la imitación de los errores que cometan al hablar los familiares, si es que estas deformaciones articulatorias persisten en ellos. 2.1.7. Deficiencia intelectual. Una manifestación muy frecuen- te en la deficiencia intelectual es la alteración del lenguaje con dificultades para su articulación. En estos casos no se puede hablar tan sólo de dislalia funcional, sino que son problemas más complejos, donde aparece la dislalia como un síntoma más, y como tal, puede ser igualmente tratada, aunque en estos casos las posibilidades de reeducación estén más limitadas y condicionadas a la capacidad intelectual del sujeto. 2.2. Sintomatologia. Los síntomas que aparecen en la dislalia funcional, son la omi- sión, sustitución o deformación de los fonemas, como ya se ha descrito. La expresión es, en general, fluida, aunque a veces por 32 su forma se puede hacer ininteligible si aparecen afectados muchos fonemas. Los niños que padecen este trastorno aparecen con frecuencia distraídos, desinteresados, tímidos o agresivos y con escaso rendi- miento escolar. En muchas ocasiones el niño cree que habla bien, sin darse cuen- ta de sus propios errores, y en otras, aunque sea consciente de ellos, es incapaz por sí solo de superarlos, creando a veces este hecho situaciones traumatizantes que dificultan más su rehabilita- ción. 3. Dislalia audiógena. Un elemento fundamental en la elaboración del lenguaje es la percepción auditiva, siendo necesario para conseguir una correcta articulación e! poseer una correcta audición. El niño que no oye nada, no hablará nada espontáneamente, y el niño que oye in- correctamente, hablará con defectos. Estas alteraciones de la articulación producidas por una audi- ción defectuosa, se denominan dislalia audiógena. La "hipoacusia, en mayor o menor grado impide la adquisición y el desarrollo del lenguaje, dificulta el aprendizaje de conocimientos escolares, tras- torna la afectividad y altera el comportamiento social " (1). El niño que presenta una dislalia audiógena, motivada por un déficit auditivo, tendrá especial dificultad para reconocer y repro- ducir sonidos que ofrezcan entre sí una semejanza, al faltarle la capacidad de diferenciación auditiva. En cualquier caso las alteraciones que presente en el habla el niño hipoacúsico, dependerán de la intensidad de la pérdida de oído que tenga y de la capacidad del niño para compensarla. Generalmente en estos casos, junto a la dislalia, se presentarán alteraciones de la voz y del ritmo, que modificará la cadencia norma] del habla. En muchos casos, estos síntomas en la voz y en la dificultad articulatoria, son las señales de alerta de una sordera, que no es muy importante y que hasta ese momento de la vida del niño en que se presentan estas manifestaciones, ha pasado inadvertida. La causa audiógena de la dislalia se detectará con exactitud con el examen audiométrico que nos indicará la intensidad de la pérdi- da. Según sus resultados se verá si es necesaria la aplicación de una prótesis auditiva que permita la amplificación del sonido y que en la mayoría de los casos será útil al niño, tanto para el desarrollo de (1) PERELLO. J. "Trastornos del habla". Ed. Científico Médico. - Barcelona 1.973. Pag.262. su lenguaje como para su vida de relación. Junto a la ayuda del amplificador el tratamiento irá dirigido, fundamentalmente, a la discriminación auditiva, al perfecciona- miento de su lenguaje, corrigiendo los defectos articulatorios que presente y enseñando las articulaciones ausentes, desarrollando la lectura labial que le ayude en la compresión del lenguaje y mejo- rando la voz y el ritmo. El tratamiento de la dislalia funcional también puede ser válido para la audiógena, en lo que se refiere a la enseñanza y corrección de la articulación. 4. Dislalia orgánica. Se denomina dislalia orgánica a aquellos trastornos de la articu- lación que están motivados por alteraciones orgánicas. Estas alteraciones orgánicas pueden referirse a lesiones del siste- ma nervioso que afecten al lenguaje, en cuyo caso se denominan más propiamente disartrias. Cuando la alteración afecta a los órganos del habla por anoma- lías anatómicas o malformaciones de los mismos, se tiende a llarmarlas disglosias. Algunos autores engloban dentro de la dislalia orgánica, como un apartado más, a la dislalia audiógena, ya que está motivada por una alteración o déficit sensorial y como tal se puede considerar de origen orgánico. No osbtante la hemos tratado en distinto aparta- do, por considerar que presenta una mayor semejanza con la disla- lia funcional y como ésta, unas mayores posibilidades de rehabilita- 'ción con un tratamiento semejante. 4 . 1 . Disartria. Las disartrias pueden ser de origen muy variado dentro del tras- torno neurológico, dándose igualmente desde el nacimiento o como consecuencia de enfermedad o accidente posterior que desencadena la lesión cerebral. Generalmente son graves y sus posibilidades de rehabilitación están en relación con la severidad de la lesión producida. "Las alteraciones neurológicas de la fonación, tienen interés logopédico cuando constituyen "situaciones secuela", es decir, una 34 vez que ha desaparecido la acción del morbo etiopatogénico que causó la enfermedad neurológica. Son pues, las "situaciones secuela" de la neuropatología las que constituyen el campo de la acción de la clínica y la terapéutica foniátrica". (1) 4.2. Disglosia. Las anomalías anatómicas y malformaciones de tos órganos del lenguaje son siempre causa de defectos de pronunciación, que se denominan disglosias. Aunque hay autores, como M. Seeman, que las llaman dislalias mecánicas. Sus causas están en malformaciones congénitas en su mayor parte, paro también pueden ser ocasionadas por parálisis perifé- ricas, traumatismos, trastornosdel crecimiento, etc. Estas alteraciones pueden estar localizadas en los labios, lengua, paladar óseo o blando, dientes, maxilares o fosas nasales, pero en cualquier caso impedirán al niño una articulación correcta de algunos fonemas. Atendiendo al órgano afectado se clasificarán en disglosias labia- les, linguales, palatinas, dentales, mandibulares y nasales o rinolalia. "De las malformaciones anatómicas, las más comunes son las del labio leporino, acompañado o no de fisura del paladar. En estos casos corresponde a la cirugía plástica la reparación del defecto en !a medida de lo posible y luego la ejercitación foniátrica corregirá funcionaimente los fonemas incorrectos". (2) (1) PERELLO, J. "Trastornos del habla". Ed. Cientifíco Médica. Barcelona, 1.973. Pag. 3 (2) BERNALDO DE QUIROS, J. "Los grandes problemas del lenguaje infantil". Centro Médico de Investigaciones Foniátricas y Audiológicas. Buenos A i r e s . 1.969. Pag. 368. IV. TIPOS DE ERRORES EN LA DISLALIA FUNCIONAL { 1. Sustitución 2. Omisión 3. Inserción 4. Distorsión IV. TIPOS DE ERRORES EN LA DISLALIA FUNCIONAL En el capítulo precedente se ha tratado de definir el concepto de dislalia como expresión de un trastorno concreto del lenguaje en su aspecto articulatorio, que, referido a la dislalia funcional, está relacionado con el empleo de los órganos de la fonación, no con su estructura, ya que no existe ningún defecto físico que los motive. No obstante, el niño presenta una dificultad para la articulación correcta y esta dificultad la expresa con distintos tipos de errores. A veces son tantas las alteraciones, que resulta difícil comprender lo que quiere expresar. En otras ocasiones su articulación defectuosa no impide comprender el contenido de su lenguaje, pero en todo caso ha de ser objeto de tratamiento. Algunos nulos sólo cometen un tipo de errores, pero en otros se dan varios asociados, ya que ante distintas dificultades que se les presentan reaccionan de forma diferente. 1. Sustitución. Se denomina sustitución al error de articulación en que un soni- do es reemplazado por otro. El niño se siente incapaz de pronun- ciar una articulación concreta y en su lugar emite otra que le resulta más fácil y asequible. También se puede dar el error de la sustitución por la dificultad en la percepción o en la discriminación auditiva y en este caso el niño percibe el fonema, no de forma correcta, sino tal como él lo emite. La sustitución puede darse al principio, en medio o al final de la palabra. 39 Así frecuentemente el fonema /r / es sustituido por /d/ o por /g/, diciendo "quiedo" y "pego" por "quiero y "perro". El sonido /s/ es sustituido por el /z/, diciendo "caza" por "casa", y el fonema /k/ es reemplazado por el /t/, expresando "tama" por "cama". La sustitución es el error que con mayor frecuencia se presenta en las dislalias funcionales y ofrece una mayor dificultad para su corrección, ya que una vez superada la articulación, cuando el niño es capaz de emitir correctamente el fonema que tenía ausente, tiene que superar una segunda fase, generalmente más larga, en la que tiene que integrarlo en su lenguaje espontáneo. Y aquí está la difi- cultad, ya que tenía fijada cada palabra con la articulación defec- tuosa. En estos casos convendrá empezar por enseñarle palabras nuevas con este fonema, en las que le será más fácil automatizarlo, para pasar después a la generalización. 2. Omisión. Otra forma que tiene el niño de salvar su dificultad articulatoria es omitiendo el fonema que no sabe pronunciar, sin ser sustituido por ningún otro, pudiéndose dar la omisión en cualquier lugar de la palabra. A veces omite tan sólo la consonante que no sabe pronunciar, y así dirá "apato" por "zapato", o "caetera" por "carretera", pero también suele omitir la sílaba completa que contiene dicha conso- nante, resultando "camelo" por "caramelo", "lida" por "salida". Cuando se trata de sílabas dobles en las que hay que articular dos consonantes seguidas y existe dificultad para la medial, en estos casos lo más general es omitirla, diciendo "paza" por "plaza", "bazo" por "brazo", "futa" por "fruta", etc. 3. Inserción. A veces la forma de afrontar un sonido que le resulta dificultoso al niño es intercalando j u n t o a él o t r o sonido que no corresponde a esa palabras y, sin conseguir con ello salvar la dificultad, se con- vierte en un vicio de dicción. En lugar de "ratón" dirán "aratón", o en lugar de "plato" dirán "patato. Este tipo de error es el que se suele presentar con menos fre- cuencia. 4. Distorsión. Se entiende por sonido distorsionado aquel que se da de forma incorrecta o deformada, pero que tampoco es sustituido por otro fonema concreto, sino que su articulación se hace de forma aproximada a la correcta, pero sin llegar a serlo. Generalmente es debido a una imperfecta posición de los órganos de la articulación, a la forma de salida del aire, a la vibración o no vibración de las cuerdas vocales, etc. La distorsión, junto con la sustitución, son los dos errores que con mayor frecuencia aparecen en las dislalias funcionales. 40 4 1 V. INCIDENCIA RECIPROCA ENTRE EL HABLA Y LA PERSONALIDAD 1. Situación y aceptación familiar 2. Actitud del niño frente a su problema 3. Situación escolar V. INCIDENCIA RECIPROCA ENTRE EL HABLA Y LA PERSONALIDAD "El lenguaje es una capacidad compleja en la que intervienen múltiples factores, entre los cuales los de orden psicológico influyen en su desarrollo y ulterior desenvolvimiento". (1) De aquí la interrelación mutua que existe entre el habla y la personalidad de un sujeto. Como ya ha quedado expuesto en el apartado de la etiología de la dislalia funcional, en muchos casos existen factores psicológicos aislados o asociados a otros, que son generadores de trastornos en la expresión del lenguaje. En estos casos el habla defectuosa, será un síntoma más de la psicopatología del niño. Por esta interacción existente entre el lenguaje y el desarrollo de la personalidad, se constata que las perturbaciones psicoafectivas de la primera infancia dificultan la normal evolución del lenguaje, pero a la vez un trastorno del lenguaje frena la evolución afectiva y social del niño, inhibiéndole en sus relaciones con los demás, influyendo, por tanto, en el desarrollo de su personalidad. En ocasiones la presencia de un trastorno en el habla puede ser el dato que haga descubrir la existencia de un conflicto y la presen- cia de mecanismos y actitudes neuróticas precoces, que corregidas a tiempo evitarán inconvenientes mayores. (1) BERNALDO DE QUIROS, J. "Los grandes problemas del lenguaje infantil". Centro Médico de Investigaciones Foniatricas y Audiológicas. Buenos Aires 1.969. Pag. 61. 45 I. Situación y aceptación familiar. 2. Actitud del niño frente a su problema. La familia es el medio psicológico donde el niño debe ir encon- trando los estímulos y las respuestas para su maduración armónica. En su seno será donde primeramente irá adquiriendo la necesidad y la capacidad de comunicarse. Pero a la vez, toda alteración en las interrelaciones familiares, puede frenar el desarrollo psicoafectivo del niño, pudiendo aparecer el trastorno del habla como un síntoma más de este desequilibrio, como ya quedaba expresado al hablar de los factores ambientales, dentro de la etiología de la dislalia funcional Aquí tendrán un papel decisivo la personalidad y conducta de los padres, sus relaciones entre sí y las del niño con los hermanos u otros miembros de la familia con los que conviva. Las condiciones afectivas de los primeros años tienen un papel decisivo en el desarrollo de la personalidad y la actitud verbal es uno de los aspectos de la misma. Es preciso una necesidademocional de comunicarse, de apertura del niño a los otros, para que el lenguaje vaya desarrollándose. "Responden también a un mecanismo psicógeno y a motiva- ciones ambientales, aquellos casos en que, luego de haberse alcanza- do un nivel lingüístico acorde con la edad, reaparecen en el lengua- je formas y modalidades expresivas propias de edades anteriores. El niño de 5 a 6 años vuelve a hablar como lo hacía a los 3 o como lo hace el hermanito menor, por quien se siente desplazado en el cariño y la atención de sus padres. Con la vuelta a un lenguaje más infantil pretende fortalecer sus vínculos afectivos y recuperar su primacía en el grupo familiar" (1). A veces sucede que siendo las condiciones y situación familiar de aparente estabilidad afectiva, al aparecer en el niño un trastorno del lenguaje, motivado por otras causas, este hecho da lugar a reacciones familiares desajustadas, por falta de aceptación del pro- blema Como consecuencia se siguen actitudes de superprotección, de rechazo, que a veces puede estar encubierto por una protección excesiva o de ansiedad porque el niño supere su defecto. Todas estas reacciones no hacen sino rodear ai niño de un ambiente que agrava su problema, en lugar de facilitar su rehabilitación. Aunque en muchos casos el niño no sabe en qué momento pro- nuncia mal, porque no discrimina el sonido correcto del incorrec- to, aún así, él sabe que habla con defectos, que no habla igual que los demás niños, además de que, tanto en el medio familiar como en el escolar, se lo habrán hecho saber. Ante esta situación el niño puede tener una reacción de frustra- ción, manifestándose en forma de agresividad, ya que la agresión es una reacción lógica del niño ante la frustración. Otra forma de reacción ante su incapacidad para expresarse correctamente, es el retraimiento y la timidez. En estos casos el niño evitará todos los contactos y posibilidades de relacionarse con los demás, por temor a tener que hablar y no saberlo hacer con perfección. El haber sufrido algún trauma o humillación por esta causa, le hará irse cerrando cada vez más y disminuyendo la confianza en sí mismo y en sus posibilidades de superación, con una inseguridad creciente. Por todo ello, conviene que la reeducación comience lo antes posible, para evitar, por esta causa, posibles deformaciones en la personalidad del niño afectado. 3. Situación escolar. Cuando el niño comienza su periodo de escolaridad presentando un defecto en la articulación de su lenguaje, este hecho supondrá, por lo general, un handicap para su integración social en el grupo y para conseguir un rendimiento en proporción a su capacidad. En el medió escolar en el que se mueve, se puede sentir fácilmente marginado por los compañeros, que a veces ni le entenderán cuan- do se expresa, si se trata de un caso severo. Con frecuencia le dirán que habla mal y le humillaran, creando con ello nuevos traumas en el niño e inhibiciones que irán empeorando su situación. Si ésta es muy traumatizante, también hará disminuir su rendi- miento escolar. Pero aún en casos en los que no se ve con tanta fuerza esta situación frustrante, porque el defecto sea menos rele- vante siempre habrá, por lo general, una disminución en el rendi- miento escolar, porque el niño se manifestará como distraído, poco centrado, y a veces presentará otros trastornos en la lectura y la escritura, por las dificultades que tiene para la percepción, para la orientación espacial, para la discriminación auditiva, etc. Cuando los errores que comete no son muchos, la familia no trata a veces de ponerle remedio hasta llegar a la edad escolar, en que se hacen más patentes sus manifestaciones. (1) AZCOAGA. DERMAN FRUTOS. "Alteraciones del lenguaje en el niño". Editoral Biblioteca. República Argentina. Rosario 1.971. Pág. 88. 47 VI. DIAGNOSTICO DE LA DISLALIA FUNCIONAL 1. Anamnesis 2. Articulación 3. Inteligencia 4. Psicomotricidad 5. Percepción y orientación espacial 6. Percepción temporal y ritmo 7. Percepción y discriminación auditiva 8. Personalidad 9. Exámenes complementarios VI. DIAGNOSTICO DE LA DISLALIA FUNCIONAL Hemos visto hasta aquí en qué consiste la dislalia funcional, qué dificultades y qué consecuencias conlleva para el niño que presenta esta alteración. Igualmente hemos analizado, dentro de su etiología, las posibles causas que pueden determinar este trastorno. Pero estas causas son múltiples y, aunque en muchos casos se presenten varias de ellas asociadas, nunca aparecerán todas como cuadro generador de esta dificultad funcional. Es fundamental, por tanto, detectar en cada caso el punto o puntos de arranque de donde ha surgido el problema, los síntomas significativos, para que el tratamiento del mismo vaya dirigido a todos aquellos aspectos en los que existe un deterioro o déficit, con un enfoque pluridimensional, que corrija, no sólo el efecto, sino también la causa. En este punto nos planteamos el interrogante: ¿cómo detectar estas causas?. Para conseguirlo es necesario comenzar por un diagnóstico completo, que abarque el análisis y estudio de la situación del niño en todos aquellos aspectos en los que hemos visto que puede estar la causa de una dislalia funcional, sin conformamos nunca con un mero análisis de la articulación, aunque éste sea un aspecto del diagnóstico completo. Vamos a ir analizando las distintas partes o facetas que debe tener un diagnóstico completo de la dislalia funcional, presentando a la vez las posibles pruebas a realizar en cada una de ellas y que, a través de la experiencia, han resultado positivas y simples para aportar los datos que precisamos. 51 VI. DIAGNOSTICO DE LA DISLALIA FUNCIONAL Hemos visto hasta aquí en qué consiste la dislalia funcional, qué dificultades y qué consecuencias conlleva para el niño que presenta esta alteración. Igualmente hemos analizado, dentro de su etiología, las posibles causas que pueden determinar este trastorno. Pero estas causas son múltiples y, aunque en muchos casos se presenten varias de ellas asociadas, nunca aparecerán todas como cuadro generador de esta dificultad funcional. Es fundamental, por tanto, detectar en cada caso el punto o puntos de arranque de donde ha surgido el problema, los síntomas significativos, para que el tratamiento del mismo vaya dirigido a todos aquellos aspectos en los que existe un deterioro o déficit, con un enfoque pluridimensional, que corrija, no sólo el efecto, sino también !a causa. En este punto nos planteamos el interrogante: ¿cómo detectar estas causas?. Para conseguirlo es necesario comenzar por un diagnóstico completo, que abarque el análisis y estudio de la situación del niño en todos aquellos aspectos en los que hemos visto que puede estar la causa de una dislalia funcional, sin conformarnos nunca con un mero análisis de la articulación, aunque éste sea un aspecto del diagnóstico completo. Vamos a ir analizando las distintas partes o facetas que debe tener un diagnóstico completo de la dislalia funcional, presentando a la vez las posibles pruebas a realizar en cada una de ellas y que, a través de la experiencia, han resultado positivas y simples para aportar los datos que precisamos. 51 1. Anamnesis. Cuando un niño se presenta con un problema de articulación, el primer paso orientador que necesitamos es conocer su situación personal y familiar a través de los datos proporcionados por los padres. Para ello el diagnóstico comenzara por una anamnesis personal y familiar que recoja aquellos aspectos que sólo la familia nos puede proporcionar y que, a la vez, nos orientará para sos- pechar, en algunos casos, que la dislalia que se presenta no es meramente funcional, sino de origen audiógeno o neurológico, y en estoscasos será preciso requerir los exámenes médicos comple- mentarios que formen el cuadro preciso para realizar una orienta- ción y rehabilitación adecuada. "La entrevista con los padres referida a un trastorno del lengua- je infantil reviste gran importancia y debe basarse no sólo en datos estrictamente lingüísticos, sino, como toda anamnesis, en datos referidos a la maduración general". (1) En la Entrevista necesaria para realizar la anamnesis "se debe mostrar simpatía para la persona y tratar sinceramente de com- prender su conducta y sus problemas. La ligazón se establece cuando se muestra aceptación" (2). En la anamnesis habrá que hacer constar: 1.1. Dalos personales. 1.1.1. Filiación. - Nombre y apellidos - Fecha de nacimiento - Dirección - Nombre de los padres - Número de hermanos y lugar que ocupa entre ellos. • 1.1.2. Historial personal. - Historia del defecto que presenta - Cuándo lo han percibido y si ha habido regresiones o variaciones en su intensidad. - Circunstancias del embarazo y del parto. - Enfermedades sufridas por el niño, traumatismos o disminuciones percibidas en su audición. - Dificultades respiratorias. - Desarrollo del lenguaje. •cuándo comenzó a hablar. • expresividad o retraimiento en su comunicación. (1) BERNALDO DE QUIROS. J. "El lenguaje en el niño" Centro Medico de investiga- ciones Foniatricas y Audiológicas. Buenos Aires 1.963. Pág. 104. (2) PERELLO, J. "Exploración Fonoaudiológica" Ed. Científico Médica. Barcelona 1.973. Pág. l. — Desarrollo psicomotor • cuándo comenzó a sostener la cabeza, a coger las cosas, a sentarse, a arrastrarse, a ponerse de pie, a andar solo. • habilidad manual que observan en él. • zurdería. - Personalidad. • actitud del niño en la vida familiar. • relación con los padres. • relación con los hermanos u otros miembros de la familia. • adaptación familiar. - Escolaridad (cuando ésta ya se ha iniciado). • actitud del niño frente ai medio escolar. • rendimiento. 12. Datos familiares. - Ocupación de los padres. - Situación socio-económica. - Antecedentes familiares de defectos del habla. - Relaciones familiares o atmósfera emotiva familiar. - Actitud de los padres frente al problema del niño. Todos los datos reseñados pueden servir como indicativos, pudiendo omitir o añadir los que se consideren oportunos según los casos e incluso pedir a los familiares si creen que hay algo más que pueda ser de utilidad. Algunos de ellos no será preciso abordarlos directamente con los padres, sino que, a través del desarrollo de la entrevista, se podrán ir recogiendo las impresiones necesarias para darles repuesta, según las actitudes que van apareciendo. 2. Articulación. Después de conocidos los datos preliminares que nos servirán como orientativos, hay que proceder a hacer el exámen de la articulación del niño, para conocer exactamente los defectos que presenta. El examen de la pronunciación debe ser completo y sistemático, para que no pase desapercibida en el mismo ninguna forma de dis- lalia. Será necesario precisar la situación del fonema-problema, si es inicial, intermedia o final y a qué tipo de expresión está referido, si al lenguaje repetido, dirigido o espontáneo. 53 2.1. Lenguaje repetido. 3. Inteligencia. Para el lenguaje repetido se utilizará una lista de palabras en las cuales el sonido examinado esté contenido en todas las situaciones mencionadas. Para este examen pueden ser utilizadas las listas de palabras que exponemos en el apartado del tratamiento que hace referencia a los ejercicios de repetición, sin que sea necesario el que se den todas las que aparecen en cada fonema, sino tan sólo alguna de cada modalidad en lo que se refiere a la situación que presenta. Esta exploración se puede hacer en partes, con objeto de no cansar al niño. 2.2. Lenguaje dirigido. Otra forma de examen para conseguir la expresión dirigida consistirá en presentar una serie de objetos o dibujos conocidos por el niño, cuyos nombres contengan el fonema a examinar. Si el niño ya sabe leer, también se puede incluir aquí una prueba de lectura para observar cómo es su articulación en la misma. 2.3. Lenguaje espontáneo. Finalmente habrá que observar cómo habla el niño en su lengua- je espontáneo y esto se conseguirá a base de preguntas y de enta- blar una conversación dirigida a los datos que queremos analizar. A veces sucede que en el lenguaje espontáneo aparecen errores que no se dieron en el lenguaje repetido, en el que por imitación supo hacerlo bien, pero falta la automatización de los mecanismos nece- sarios. En el resultado de todo este examen habrá que hacer constar el tipo de error que presenta, si se da una sustitución, omisión o distorsión de cada fonema afectado, como igualmente si el defecto es permanente o depende de su situación en la palabra. En ocasiones se encuentran casos en los que se da una disparidad total entre el resultado del examen del lenguaje repetido y el espontáneo, siendo el primero totalmente correcto en todas sus manifestaciones, sin que aparezca en el mismo ninguna forma de dislalia. Por el contrario, al comenzar a hablar de forma espontánea la expresión está llena de distorsiones y desfiguraciones verbales, que convierten el lenguaje en una jerga ininteligible. Esto supone que en esta forma de manifestación, al ser libre, se está proyectando una distorsión de la personalidad, siendo en este caso utilizado el lenguaje como medio de expresión de problemas más profundos. En estas ocasiones, al no existir propiamente un defecto de articulación, el tratamiento que se precisa es psicológico y no logopédico. 54 Un primer factor a analizar en los niños que presentan trastornos articularlos es su nivel intelectual, ya que un déficit en este aspecto puede ser la causa de su dificultad. Es importante determinar esta faceta para saber si nos encontra- mos ante un caso de dislalia de carácter funcional o ante un caso de deficiencia mental, en la que el trastorno de la palabra será un síntoma más como parte de un cuadro más complejo y que reque- rirá un tratamiento adecuado a toda la problemática de un niño deficiente, en el que las posibilidades de rehabilitación se verán más condicionadas. Para hacer el diagnóstico de la capacidad intelectual se pueden utilizar distintas pruebas, siendo siempre conveniente valerse de más de una, para que los resultados obtenidos tengan una mayor validez. 3.1. Desarrollo intelectual. A modo indicativo se pueden citar los siguientes tests para el estudio de este apartado: Matrices Progresivas de Raven y test de la figura humana de Goodenough. Las Matrices Progresivas de Raven es un test que pertenece al tipo de pruebas complementarias, en las que el niño ha de indicar la parte que falta a un dibujo, presentando las ventajas de ser sen- cillu de aplicar, adaptado a los niños y sin intervención del factor verbal que, en nuestro caso, se presenta deteriorado. "La escala ha sido ideada para abarcar la totalidad de los niveles del desenvolvimiento intelectual, a partir del momento en que el niño es capaz de aprehender la idea de descubrir la pieza ausente para completar un dibujo. Es lo suficientemente amplia como para proporcionar una valoración confiable de la capacidad indi- vidual para comparar y razonar por analogía, sin ser indebida- mente fatigoso o psicológicamente difícil de manejar". (1) El test de la figura humana de Goodenough es una sencilla prueba de "papel y lápiz" en que se pide al niño que dibuje una figura humana. Sus resultados pueden proporcionar una valoración del desarrollo intelectual, además de dar una información sobre el nivel de cono- cimiento del esquema corporal y la organización espacial, pudien- do también manifestardificultades de orden afectivo. (1) PERELLO. J. "exploración fonoaudiologica".Ed. Científico Médica. Barcelona, 1.973. Pág. 164. 55 3.2. Compresión verbal. Dentro de este aspecto del diagnóstico de la capacidad intelec- tual del niño, se puede hacer un análisis de su compresión verbal. Para ello podemos seguir las pruebas siguientes: test de Vocabula- rio en imágenes de Peabody y test de Conceptos básicos de Boehm. En el test de Vocabulario en imágenes de Peabody se presentan al niño varios dibujos pidiéndole que señale el que corresponda a la palabra que se le indique. A través de él, podremos conocer el nivel de vocabulario que posee sin que tenga que intervenir la palabra hablada, con lo cual queda libre de la dificultad que podría suponer una prueba de vocabulario para niños dislálicos cuyo lenguaje estuviera muy afectado. A través de la prueba de Conceptos básicos de Boehm se detec- tará la compresión y el dominio que el niño tiene de una serie de conceptos básicos y que en muchos casos hacen referencia a las nociones espacio-temporales, que más tarde habrá que analizar y cuya denominación puede desconocer. 4. Psicomotricidad. Ya hemos visto, al realizar el estudio de la etiología de la disla- lia, la importancia que tiene el aspecto motriz como factor gene- rador de este trastorno y la experiencia demuestra que la mayoría de los niños afectados del mismo tienen dificultades en su habili- dad motora. De aquí la importancia que tiene en el diagnóstico el detectar estas posibles limitaciones o falta de desarrollo. Para un conocimiento completo de este aspecto es necesario hacer un análisis de las conductas motrices de base por una parte y de la motricidad buco-facial por otra, interesando conocer también la conducta respiratoria y la capacidad de relajación. 4 . 1 . Conductas motrices de base. Para observar las conductas motrices de base se puede utilizar el test de Ozeretsky que analiza el desarrollo de la psicomotricidad general en el niño, con una escala aplicable a edades de cuatro a quince años. En esta prueba se exploran seis aspectos: Coordinación estática. Coordinación dinámica de las manos. Coordinación dinámica general. Rapidez de los movimientos. Movimientos simultáneos. Sincinesias. 4.2. Motricidad buco-facial. Además de conocer el estado del desarrollo de la motricidad general, es preciso determinar el grado de movilidad que existe en los órganos activos de la articulación. Para su observación se pueden realizar algunos de los ejercicios de lengua y de labios expuestos en el tratamiento, en el apartado correspondiente a este aspecto, para poder determinar si existe una agilidad normal, media o si presenta mucha dificultad para los movimientos de la lengua y los labios. Interesa conocer principalmente la soltura de la lengua para realizar movimientos laterales, llevando el ápice de la misma de una comisura labial a la otra, con un movimiento libre sin pasarla arrastrando sobre el labio inferior. Es necesario también precisar la capacidad que se presenta para los movimientos de elevación de la lengua, apoyando su punta en el centro del labio inferior y superior, respectivamente, manteniendo la boca abierta y los labios inmóviles. Se pedirán a continuación movimientos giratorios de la lengua, siguiendo toda la superficie de los labios," primero en un sentido y luego en el contrario. Todos estos movimientos será preciso realizarlos al ritmo que se les vaya marcando, pasando de uno lento a otro más rápido y a la inversa, para observar la agilidad que tiene en los cambios de ritmo. También interesa observar si existe independencia de movimientos o si, por el contrario, se dan movimientos asociados, como seguir los de la lengua con balanceos de cabeza simultáneos. El desarrollo de la motricidad fina se observará también en los movimientos de sacar la lengua lo menos posible, sin abrir la boca, de forma que sólo aparezca la punta entre los labios y esto realizado a un ritmo rápido. De los labios interesa en principio conocer si presentan rigidez, para lo cual se pedirá al niño que los deje flojos y entreabiertos y el reeducador imprimirá movimientos laterales al labio inferior para constatar su pasividad. También se pedirá que proyecten los labios unidos y seguidamen- te, manteniéndolos unidos o cerrados, estirar la boca como si fuera a sonreír. 56 57 Finalmente, intentarán morderse el labio inferior con lo* dientes superiores y a la inversa. 4.3. Conducta respiratoria. Por la relación que tiene la función respiratoria con la realiza- ción del acto de la fonación, también es conveniente conocer el estado de la misma y las dificultades que en este aspecto presenta el niño. Para su observación también se pueden seguir algunos ejercicios de los programados en el tratamiento. Convendrá analizar, a través de ellos, !a capacidad que tiene el nulo para la •espiración nasal. • espiración bucal. • fuerza y duración del soplo. Se cronometrará cada espiración anotándose el número de segundos. "La correspondencia entre la edad y la duración media deberá ser: 6 años, 5 segundos 7 " , 7 " 9 " , 10 " 10 " , 12 " 11 " , 14 " "(1) 4.4. Tono y relajación. También interesa conocer, antes de iniciar el tratamiento, la capacidad que tiene el niño para relajarse y el fondo tónico habi- tual en él para poder trabajar en este aspecto, si es que lo precisa. Para realizar este análisis se pueden seguir las pruebas siguientes: a.- Pasividad. Para observar la pasividad en el balanceo, se colocará al sujeto de pie frente al examinador con los brazos caidos a lo largo del cuerpo. "Advertencia: <deja los dos brazos completamente relajados, como un trapo». Ponerle entonces una mano al sujeto en cada hombro, y decirle: <ahora voy a comprobarlo >. — Mover lateralmente los hombros de manera que se provoquen grandes oscilaciones de los brazos. — La misma prueba, pero moviendo un poco por encima del codo para apreciar la relajación de los antebrazos. (I) PICQ, L. VAYER. P, -Educación psicomotriz y retraso mental". Ed. Científico Mé- dica. Barcelona. 1.969. Pag. 248. 58 — La misma prueba ahora a nivel de las muñecas para comprobar la relajación de las manos." (1) "Anotar: — Si hay o no pasividad (ni resistencia ni participación). — La amplitud de los desplazamientos y las diferencias eventuales entre ambos lados. — Si la oscilación es reducida, comprobar si existe oposición bloqueo o rigidez y a qué nivel, o también si hay participación voluntaria" (2) Para observar la pasividad en la caída, se puede actuar de la siguiente manera: "Para cada uno de los miembros superiores: coger la mano del sujeto y levantar el brazo hasta la horizontal. Luego soltarlo. Anotar: — Si la caída es libre o no. — Si hay movimiento de péndulo. — Por el contrario, si existe bloqueo frenado o algún movimiento voluntario". (3) b.- Relajación. Para conocer las posibilidades que presenta el sujeto para relajarse se le rumbará sobre una alfombra en posición decúbito dorsal. "Después de un corto instante, coger la mano del sujeto, levantar suavemente el miembro superior e imprimirle un movimiento de balanceo. Soltar ino- pinadamente, de manera que éste vuelva a caer en su sitio primitivo: — un brazo después del otro — los dos brazos simultáneamente"(4) "Colocar la mano sobre la rodilla e imprimir a la pierna un movi- miento de balanceo (alternando rotación interna y externa), lo mismo varias veces con ambas piernas. Anotar, para cada prueba, la calidad de relajación obtenida (la relajación es buena cuando no hay ningún freno, ninguna resisten- cia ni participación alguna en el movimiento); apreciar también la pesadez del miembro, la libertad de las articulaciones,la amplitud de los movimientos provocados y la naturalidad de la caida" (1) 5 Percepción y orientación espacial. Es muy interesante el análisis de este apartado, que juega un papel importante en la articulación del lenguaje. Convendrá (1) PUCHER, H. "Trastornos psicomotores en el niño". Ed. Toray Masson, S.A. Barcelona 1.973. Pág. 32 (2) ibídem. pág. 33 (3) Ibidem. (4) Ibidem. (1) Ibidem. Pág. 34. 59 conocer el estado de la organización perceptiva del niño y su orientación espacial. 5.1. Organización perceptiva. Para descubrir un posible déficit en este aspecto se puede utili- zar el test de L. Bender, que constituye un instrumento de medida fácil de manejar y capaz de discriminar según las edades. Este test, de numerosas aplicaciones psicológicas, presenta el interés, en nuestro caso, de determinar la maduración de los niños, explorando la función visomotora, que está asociada a la capacidad del lenguaje, el cual necesita para su desarrollo un grado preciso de madurez perceptivo-motor. 5.2. Organización del espacio. Es conveniente estudiar las posibilidades que el niño tiene para orientarse en el espacio. Para conocer su organización espacial habremos de ver si reconoce las coordenadas de derecha-izquierda y con qué seguridad y rapidez lo hace. Para ello utilizaremos la prueba de Piaget "derecha-izquierda", en la. que el niño deberá reconocer estos conceptos en sí mismo, en otro y en la posición relativa de tres objetos. Se completará con la prueba de Head, "mano - ojo - oreja", en la que imitará los movimientos del exami- nador cara a cara, después los ejecutará a una orden verbal y final- mente vendrá la imitación de figuras esquemáticas. Ambas pruebas ofrecen una escala de desarrollo desde los seis hasta los doce-catorce años, muy útiles para el estudio de este aspecto. 6. Percepción temporal y ritmo. Para estudiar y diagnosticar la capacidad que tiene el niño para percibir y discriminar distintos tiempos y distintos ritmos que se le presenten y con ello conocer el estado de su estructuración temporal, resultará de utilidad la aplicación de las Pruebas de ritmo de Mira Stambak. Estas pruebas constan de tres partes que estudian: Tempo espontáneo. Reproducción de estructuras rítmicas. Comprensión del simbolismo de estructuras rítmicas y su repro- ducción. El "tempo" espontáneo valora la cadencia espontánea del sujeto para una actividad motriz y la regularidad que sigue en la misma. La reproducción de estructuras rítmicas mide las posibilidades de aprehesión inmediata de una estructura rítmica que se le hace escuchar y que va presentando una dificultad creciente. Por medio de la compresión del simbolismo de estructuras rítmicas y su reproducción, se conocerá la compresión que tiene de cierto sim- bolismo y la capacidad de reproducción correcta, indicando con ello las posibilidades que presenta de estructuración temporal y rítmica. 7. Percepción y discriminación auditiva. Es este otro factor importante cuyo déficit puede ocasionar trastornos en el habla del niño y que por tanto es necesario analizar para llegar a realizar un diagnóstico preciso del caso. 7.1. Discriminación de sonidos. Para conocer qué grado de percepción y discriminación auditiva posee el niño, convendrá comenzar por el análisis de los sonidos, observando si es capaz de reconocer y diferenciar unos de otros. Para ello se pueden seguir algunos de los ejercicios programados al respecto en el tratamiento que presentamos, haciendo constar si su reconocimiento es bueno, mediano o deficiente. De los ejercicios propuestos para el tratamiento interesa aplicar en la prueba de diagnóstico los referidos a intensidad y duración del sonido y los de discriminación de sonidos producidos por distintos objetos que el niño conozca y siempre realizados tras él para que no tenga más vía de reconocimiento que la auditiva. 7.2. Discriminación de fonemas. Igualmente se procederá a realizar el análisis de la discrimina- ción fonemática, observando si reconoce los fonemas que son iguales y los que son diferentes o dado un fonema ver si sabe si está o no en las palabras que proponemos. También aquí se pueden seguir algunos de los ejercicios programados, para realizar la evaluación correspondiente. 7.3. Discriminación de palabras. Después de estudiados los anteriores aspectos se pasará a obser- var la capacidad que el niño tiene para diferenciar unas palabras de otras, cuando tienen sonidos muy semejantes. Se presentarán pares de palabras cortas, con los mismos fonemas vocálicos e igualmente situados, en las que sólo varíe alguna consonante y que requieran una norma] discriminación auditiva para poder realizar la diferen- ciación. También en este caso se pueden presentar para el examen las listas de palabras expuestas en el tratamiento en los ejercicios de audibilización. 60 61 8. Personalidad. Como ya hemos visto en el estudio de la etiología de la dislalia funcional, un trastorno de la personalidad del niño o un desajuste en su adaptación, puede ocasionar una alteración o detención en la normal evolución de su lenguaje. Por ello también este aspecto deberá ser estudiado dentro de un diagnóstico que abarque el análisis de todos los posibles factores que puedan incidir en el deterioro que se presenta, con el fin de llevar a cabo el tratamiento adecuado a cada caso. En el análisis de este apartado se puede utilizar el test proyec- tivo de la familia de Corman, en el que, a través del dibujo de la familia, el niño proyectará sus conflictos personales, si es que exis- ten. Es un test de fácil aplicación y de ejecución rápida. 9. Exámenes complementarios. Los exámenes complementarios solamente se realizarán en aquellos casos en que, a través del análisis descrito y de los datos que aporte la familia, se presuma la existencia de otros factores ajenos a los que constituyen la etiología de la dislalia funciona!. Estos exámenes serán de carácter médico y se referirán al estudio neurológico que detecte alguna posible lesión en este campo, y audiométrico, que pueda medir la pérdida de audición cuando se teme que ésta exista. VII. TRATAMIENTO 1. Enfoque pluridimensional del tratamiento 2. Necesidad de tratamiento precoz 3. Condiciones que debe tener la reeducación - 62 VII. TRATAMIENTO 1. Enfoque pluridimensional del tratamiento. Al hablar del tratamiento que debe seguir el niño que presenta una dislalia funcional, es preciso tener en cuenta la necesidad de llevar a cabo un tratamiento integral que trascienda el aspecto limitado de la dificultad de la expresión. Este enfoque pluridimensional está basado en que los tras- tomos del lenguaje, generalmente, no aparecen como manifesta- ciones aisladas, sino que forman parte de una constelación de síntomas, motivados por distintas causas, como consecuencia de las cuales aparece la dificultad de expresión. Por ello, junto a la labor rehabilitadora de corrección de las articulaciones defectuosas, es preciso enfocar el tratamiento en un sentido más amplio, orientando la reeducación a todos aquellos aspectos que inciden en la expresión del lenguaje hablado, consi- guiendo, con la mejora de las distintas funciones, las disposiciones necesarias para corregir los defectos que el habla del niño presenta. Para lograr su total integración es necesario conseguir una madu- ración neurológica y psíquica completa. Por otra parte el trastorno lingüístico, en especial si es severo, repercute en las características y reacciones psicológicas del niño, pudiendo llegar a motivar serios problemas de personalidad y adaptación, como a la inversa, estos problemas, en algunos casos, pueden dar origen a trastornos de lenguaje. Tanto en una como en otra situación, es preciso, junto ai
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