Logo Studenta

B Productos dieteticos para usos nutricionales especificos

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

4.3. Productos dietéticos para usos 
nutricionales específicos
Dolores del Olmo García Manuel Alfred Koning
 1. Introducción
 2. Fórmulas de nutrición enteral
2.1. Conceptos de fórmula, suplemento y módulo de nutrición enteral
2.2. Clasificación de las fórmulas de nutrición enteral
2.2.1. Criterio principal: complejidad de las proteínas
2.2.2. Criterio secundario: cantidad de proteínas
2.2.3. Criterios accesorios
2.3. Concepto y tipos de fórmulas específicas
 3. Fórmulas poliméricas
3.1. Fórmulas poliméricas normoproteicas
3.1.1. Fórmulas poliméricas normoproteicas isocalóricas
3.1.2. Fórmulas poliméricas normoproteicas concentradas
3.2. Fórmulas poliméricas hiperproteicas
3.2.1. Fórmulas poliméricas hiperproteicas isocalóricas
3.2.2. Fórmulas poliméricas hiperproteicas concentradas
 4. Fórmulas oligomonoméricas
4.1. Fórmulas peptídicas
4.1.1. Fórmulas peptídicas normoproteicas
4.1.2. Fórmulas peptídicas hiperproteicas
4.2. Fórmulas monoméricas
 5. Fórmulas específicas para la insuficiencia renal
5.1. Generalidades
5.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia renal
5.2.1. Fórmulas para insuficiencia renal prediálisis
5.2.2. Fórmulas para insuficiencia renal en diálisis
 6. Fórmulas específicas para la hepatopatía
6.1. Generalidades
6.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia hepática
Capítulo 4.3.
Productos dietéticos para usos nutricionales 
específicos
57
1. Introducción
 7. Fórmulas específicas para la insuficiencia respiratoria
7.1. Generalidades
7.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia respiratoria
 8. Fórmulas específicas para hiperglucemia y diabetes mellitus
8.1. Generalidades
8.2. Características de las fórmulas específicas para hiperglucemia y diabetes mellitus
8.2.1. Fórmulas con reparto estándar de nutrientes
8.2.2. Fórmulas ricas en grasa
 9. Fórmulas específicas para pacientes críticos
9.1. Generalidades
9.2. Características de las fórmulas específicas para situaciones de estrés
 10. Resumen
 11. Bibliografía
 12. Enlaces web
n Conocer los conceptos de fórmula de nutrición enteral, de suplemento y módulo.
n Entender la clasificación de las fórmulas de nutrición enteral: criterios principal, secundario y accesorios.
n Ser capaces de, analizando la composición de un producto de nutrición enteral, incluirlo en el grupo que le co-
rresponde en la clasificación.
n Comprender las principales indicaciones y usos clínicos de los distintos tipos de fórmulas de nutrición enteral 
agrupados según la clasificación.
n Describir los cambios en la composición de las fórmulas de nutrición enteral por los que se clasifican como 
específicas.
n Comprender las bases teóricas del uso de las fórmulas específicas para la insuficiencia renal, la hepatopatía, la 
insuficiencia respiratoria, la hiperglucemia y el estrés. 
n Contrastar las bases teóricas del uso de las fórmulas específicas con los datos de eficacia disponibles en la 
literatura.
Objetivos
57
1. Introducción
El concepto de “producto dietético para uso nutricional específico” ha ido variando desde que se introdujo por primera vez en la literatura anglosajona a principios del siglo XX. Inicialmente, cualquier nutriente que se utilizara en 
una determinada situación y con una finalidad determinada se consideraba un “pro-
ducto dietético para uso nutricional específico”. Tal era el caso, por ejemplo, de los 
edulcorantes en la diabetes mellitus, las vitaminas en el embarazo y en los lactantes, 
etc. Conforme se desarrolla la nutrición enteral y aparecen nuevos productos nu-
tricionales se hace necesario redefinir este concepto. 
La FDA (Food and Drug Administration), en los años 70, reconoce y acuña el térmi-
no medical food, que es superponible al de “producto dietético para uso nutricional 
específico” y lo define como aquel producto que se utiliza para el tratamiento 
nutricional y dietético de pacientes con enfermedades o situaciones clínicas que 
requieren un manejo nutricional específico. Posteriormente aparecieron modifica-
ciones en esta definición que acotaban aún más el término, hasta que, en 1989, la 
OMS junto con la FAO proponen la siguiente definición:
“Los productos para usos nutricionales específicos (medical foods) son una categoría 
de alimentos que han sido diseñados para situaciones clínicas determinadas y deben 
usarse siempre bajo supervisión médica. Se utilizan para alimentar exclusiva o par-
cialmente a los pacientes que tienen limitada su capacidad de comer, digerir, absorber 
o metabolizar los alimentos habituales, o que presentan unos requerimientos nutri-
cionales especiales que no pueden cubrirse con la alimentación natural”.
En esta definición quedan incluidas las siguientes categorías de alimentos:
• Las fórmulas de nutrición enteral nutricionalmente completas.
• Los suplementos de nutrición enteral.
• Las fórmulas para errores innatos del metabolismo como la fenilcetonuria, o la 
homocistinuria.
• Los productos para la rehidratación oral.
En la literatura española el término más usado y que sustituye al de “producto 
dietético para usos nutricionales específicos” es el de “fórmula” que, de una forma 
global, abarca las fórmulas enterales nutricionalmente completas, los suplementos 
enterales, y las fórmulas para errores innatos del metabolismo. En ocasiones se en-
cuentra en la literatura el término medical food o alimento-medicamento, utilizado 
para denominar exclusivamente a las fórmulas específicas o especiales de nutrición 
enteral. Estas fórmulas, como se verá posteriormente, pretenden, además de man-
tener el estado nutricional, influir en el curso evolutivo de la enfermedad para la
58
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
59
D. del Olmo García | M.A. Koning
que han sido diseñadas. Sin embargo, y según queda 
reflejado en las definiciones anteriores, conviene 
aclarar que los conceptos de “producto nutricional 
para uso específico”, “medical food” y “fórmulas” son 
equiparables.
Estos cambios en las definiciones y la necesidad de 
acuñar nuevos términos surgen como consecuencia 
de la aparición de nuevos productos de nutrición 
enteral. De hecho, en las últimas décadas hemos sido 
testigos del profundo desarrollo de la nutrición ente-
ral, que se ha revelado, por encima de la nutrición pa-
renteral, como la mejor forma de mantener o conse-
guir un estado nutricional adecuado. Esto, junto con 
el avance en el conocimiento de la fisiopatología y de 
la relación entre el estado nutricional y el pronóstico 
de la enfermedad, se ha acompañado de un incre-
mento espectacular en el número de fórmulas de nu-
trición enteral disponibles. En España, el Vademécum 
de nutrición enteral ha duplicado sus pr oductos en 
los últimos 15 años, pasando de 53 productos comer-
cializados en 1988 hasta los 135 en el año 2004. Se han 
comercializado fórmulas para el manejo de práctica-
mente cualquier situación clínica, en ocasiones sin que 
realmente exista suficiente base científica que justifi-
que su utilización. Para poder seleccionar el producto 
que mejor cubra las necesidades de un paciente dado 
es imprescindible clasificar las fórmulas de nutrición 
enteral por grupos que, aunque posean diferencias 
en su composición, compartan las características más 
sobresalientes y tengan similares indicaciones y usos 
clínicos. A lo largo de este Capítulo se estudiará la 
clasificación de las fórmulas de nutrición enteral y 
sus indicaciones clínicas genéricas. Además, se co-
mentarán las bases teóricas sobre la utilización de 
las fórmulas específicas para algunas enfermedades 
y su eficacia real, si bien el tratamiento nutricional 
de estas patologías se considerará en profundidad 
en los capítulos correspondientes.
 2. Fórmulas de 
nutrición enteral
2.1. Conceptos de fórmula, 
suplemento y módulo
de nutrición enteral
Se conoce con el nombre de fórmula de nutri-
ción enteral al producto constituido por una mez-
cla de macro y micronutrientes que se utiliza para 
alimentar a unapersona incapaz de ingerir una ali-
mentación natural. Las fórmulas de nutrición ente-
ral son, por definición, nutricionalmente completas, 
es decir pueden constituir la única fuente alimen-
taria y pueden administrarse tanto por vía oral co-
mo por vía enteral.
Por el contrario, los suplementos de nutri-
ción enteral son mezclas de macro y micronu-
trientes desequilibradas, que sirven para refor-
zar o modificar una dieta. Existen suplementos 
energéticos, constituidos por hidratos de car-
bono y/o grasa, suplementos proteicos, con dis-
tintos patrones de aminoácidos, y suplemen-
tos de vitaminas y minerales. Ninguno de estos 
productos puede ser utilizado como fuente 
de alimentación exclusiva, ya que no cubren las 
necesidades globales del individuo. Los tipos, cla-
sificación, indicaciones y usos clínicos de este tipo 
de productos dietéticos se abordan en el siguien-
te capítulo.
Los módulos de nutrición enteral son nutrien-
tes aislados que pueden mezclarse entre si en la 
proporción deseada para constituir una fórmula 
completa o añadirse a una fórmula para modifi-
car su composición. Existen módulos de proteí-
nas, de grasa, de hidratos de carbono, de vitami-
nas, de minerales y de electrólitos. Combinando las 
cantidades que se calculen de cada uno de estos 
módulos se consigue una fórmula completa llama-
da dieta modular. Las dietas modulares permiten 
cambiar, cada día, las características de la fórmu-
la, igual que en nutrición parenteral. Teóricamente 
están indicadas en situaciones complicadas de re-
querimientos metabólicos cambiantes. Sin embar-
go, la necesidad de elaborar las dietas diariamen-
te por un equipo de farmacia aumenta su coste. 
Además, en la actualidad existen fórmulas entera-
les que cubren prácticamente cualquier situación, 
por lo que los módulos han quedado relegados 
a un segundo plano.
2.2. Clasificación de las fórmulas 
de nutrición enteral
En la literatura científica se pueden encontrar 
varias clasificaciones de las fórmulas de nutrición 
enteral pero, desde un punto de vista clínico, la 
mejor clasificación es la que utiliza el modo de 
58
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
59
D. del Olmo García | M.A. Koning
aportar las proteínas como criterio de clasifica-
ción. Así, las fórmulas se clasificarán según apor-
ten proteínas, péptidos o aminoácidos y, secun-
dariamente según la cantidad de nitrógeno que 
contengan. 
2.2.1. Criterio principal: 
complejidad de las proteínas
Si las proteínas de las fórmulas de nutrición 
enteral se aportan como proteínas enteras o 
péptidos grandes esas fórmulas se denominan 
poliméricas. Cuando la fórmula está consti-
tuida por péptidos pequeños (generalmente de 
2 a 6 aminoácidos) o por aminoácidos libres se 
la conoce como fórmula oligomonomérica 
(Tabla 1).
Las fórmulas poliméricas pueden utilizarse en 
prácticamente cualquier situación clínica, mien-
tras que las fórmulas oligomonoméricas deben 
reservarse para aquellos casos en los que la ca-
pacidad de digestión y absorción intestinal es-
tán francamente disminuidas o en los que las 
fórmulas poliméricas no se toleren adecuada-
mente.
Respecto al resto de los macronutrientes que 
componen la fórmula hay que señalar que tam-
bién existen diferencias entre las fórmulas poli-
méricas y las oligomonoméricas. En las fórmu-
las oligomonoméricas, por ejemplo, los hidratos 
de carbono suelen aportarse como disacáridos 
u oligosacáridos de glucosa, mientras que en las 
fórmulas poliméricas se pueden encontrar poli-
sacáridos de glucosa, tales como dextrinomalto-
sa o almidón (Tabla 2).
Tabla 1. FUENTES DE PROTEÍNAS EN LAS FÓRMULAS DE NUTRICIÓN ENTERAL
Proteínas intactas Proteínas hidrolizadas Aminoácidos libres
 • Caseína • Hidrolizado de caseína • L-aminoácidos
 • Lactoalbúmina • Hidrolizado de lactoalbúmina
 • Proteína de soja
 • Proteínas lácticas
 • Proteínas de origen animal
Tabla 2. DIFERENCIAS EN LA COMPOSICIÓN DE LAS FÓRMULAS POLIMÉRICAS
Y OLIGOMONOMÉRICAS 
 Poliméricas Oligomonoméricas
 Proteínas • Caseinato sódico • Hidrolizado de caseína
 • Caseinato cálcico-lactoalbúmina • Hidrolizado de soja
 • Proteína de soja • Hidrolizado de lactoalbúmina
 • Aminoácidos libres
 Hidratos de carbono • Dextrinomaltosa • Hidrolizado de almidón
 • Polímeros de glucosa • Fructosa
 • Almidón de maíz • Sacarosa
 • Sacarosa • Oligosacáridos de glucosa
 Grasa • Animal • Triglicéridos de cadena media
 • Aceite de cánola • Aceite de girasol
 • Aceite de maíz • Aceite de coco
 • Aceite de semilla de soja • Aceite de maíz
 • Triglicéridos de cadena media • Aceite de semilla de soja
60
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
61
D. del Olmo García | M.A. Koning
2.2.2. Criterio secundario: 
cantidad de proteínas
En nutrición enteral se considera una fórmu-
la normoproteica a la que aporta menos del 
18% de las calorías en forma de proteínas, mien-
tras que si se supera este porcentaje se denominan 
fórmulas hiperproteicas. La relación entre las 
calorías no proteicas por gramo de nitrógeno (kcal 
no proteicas/g de nitrógeno) es otra forma de ex-
presar la cantidad de proteínas de una formula 
de nutrición artificial. Si esta relación se encuen-
tra por debajo de 120 se trata de fórmulas hiper-
proteicas y si se encuentra por encima de fórmu-
las normoproteicas. 
En general, las fórmulas hiperproteicas están in-
dicadas para situaciones clínicas en las que los re-
querimientos de proteínas están aumentados (que-
mados, trauma, poscirugía) o en pacientes en los 
que predomine una desnutrición proteica. El resto 
de los pacientes pueden cubrir sus requerimientos 
fácilmente con fórmulas normoproteicas.
2.2.3. Criterios accesorios
Además de la fuente y la cantidad de las proteí-
nas existen otras características de las fórmulas 
de nutrición enteral que permiten realizar subgru-
pos dentro de esta clasificación general. Se trata 
de cualidades que, sin modificar sustancialmente 
la utilidad clínica de las fórmulas, pueden en deter-
minadas situaciones variar la elección de una fór-
mula dentro del mismo grupo terapéutico. Es de-
cir, una vez seleccionada una fórmula, por ejemplo, 
polimérica hiperproteica para un paciente recién 
operado de un cáncer de laringe, la densidad caló-
rica, si se necesita limitar el aporte de volumen, o 
la presencia de fibra, en el hipotético caso de que 
presente diarrea por antibióticos, pueden modi-
ficar la selección hacia uno u otro producto del 
mercado.
a) Densidad calórica: determina las calo-
rías por unidad de volumen. Se considera están-
dar (isocalórica) a la fórmula cuya densidad se 
encuentra en torno a 1 kcal/ml. Se llama fórmu-
la concentrada a la que aporta más de 1,1 kcal/ml 
(en general entre 1,5 y 2 kcal/ml) y diluida cuan-
do tiene una densidad inferior a 1 kcal/ml (0,5-
0,75 kcal/ml).
En la mayoría de los casos pueden utilizarse fór-
mulas isocalóricas, que aportan la misma cantidad 
de calorías que de volumen (para cubrir los reque-
rimientos habituales entre 1.500 y 2.000 ml). De-
ben reservarse las fórmulas concentradas para las 
situaciones en las que interesa limitar el volumen 
(edemas, insuficiencia cardiaca, etc.) o cuando el 
paciente no es capaz de ingerir un volumen sufi-
ciente que cubra sus necesidades calóricas. De he-
cho, es difícil que por vía oral un paciente ingiera 
más de 1.500-1.800 ml diarios. Si se requieren más 
calorías habrá que recurrir a fórmulas concentra-
das que, en menos volumen, permiten aportar la 
cantidad de energía necesaria.
b) Fibra: aunque inicialmente las fórmulas de 
nutrición enteral no aportaban fibra, el avance en 
el conocimiento sobre el efecto de los distintos ti-
pos de fibra ha hecho aumentar considerablemen-
te el número de preparados que la contienen.
Las indicaciones y las fuentes de fibra en nutri-
ción enteral han experimentado grandes cambios. 
Las primeras fórmulas de nutrición enteral con fi-
bra aportaban, casi exclusivamente, fibra insoluble 
(polisacáridos de soja) con la finalidad de dismi-
nuir el estreñimientoy mejorar el ritmo intestinal. 
La fibra soluble fue incluyéndose en las fórmulas 
de nutrición enteral al descubrirse su importancia 
como fuente de ácidos grasos de cadena corta y, 
por lo tanto, su efecto trófico sobre el colonocito 
y su acción reguladora de la microbiota intestinal. 
En los últimos cinco años se tiende a mez-
clar fibra de distintos orígenes (soluble e inso-
luble) en proporciones diversas según el efecto 
que se pretende conseguir. Actualmente existen 
fórmulas que aportan mezclas de fibras en pro-
porciones similares a las de la dieta normal. Al-
gunos autores son partidarios de utilizar en to-
dos los pacientes y de forma sistemática este tipo 
de fórmulas basándose en el beneficio demostra-
do de la fibra en alimentación natural. Sin embar-
go, son pocos los estudios que, en nutrición en-
teral, han comprobado un efecto superior de las 
fórmulas con fibra sobre las fórmulas estándar. En 
la mayoría de los casos, cuando la función gas-
trointestinal era previamente normal y la dura-
ción de la nutrición no era excesivamente larga 
no se demostró beneficio alguno de las fórmu-
las con fibra. Hasta la fecha puede decirse que las 
fórmulas con fibra (predominantemente insolu-
ble) deben utilizarse para tratar o prevenir el es-
60
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
61
D. del Olmo García | M.A. Koning
treñimiento en los casos de nutrición enteral a 
largo plazo: retraso mental, coma, ancianos enca-
mados, etc. En el otro extremo, varios estudios 
han encontrado una disminución en la incidencia 
de diarrea en los pacientes críticos y posquirúrgi-
cos tratados con antibióticos, por lo que, en estos 
pacientes puede resultar útil la administración de 
fórmulas con fibra fundamentalmente soluble. 
Otra cuestión aún sin resolver respecto a la adi-
ción de fibra en nutrición enteral es la cantidad 
que debe aportarse, y todavía no existen reco-
mendaciones claras sobre qué cantidad es la más 
adecuada. En este momento en nuestro el merca-
do español existen fórmulas que aportan desde 
6 g hasta 22 g por cada 1.000 kcal. 
c) Osmolalidad y osmolaridad: se define la 
osmolalidad como el número de partículas os-
móticamente activas por kilogramo de disolvente, 
mientras que la osmolaridad se refiere al núme-
ro de partículas por litro de solución. Realmen-
te, y aunque las fórmulas están constituidas por 
los tres macronutrientes y contienen cantidades 
adecuadas de los micronutrientes, puede consi-
derarse que la osmolalidad está determinada ca-
si exclusivamente por las proteínas y los hidratos 
de carbono. Cuanto menos complejos sean estos 
componentes mayor será el número de partícu-
las osmóticamente activas y mayor la osmolalidad. 
Así, las fórmulas oligomonoméricas (que aportan 
aminoácidos libres y glucosa o disacáridos) pre-
sentan osmolalidades muy superiores a las de las 
fórmulas poliméricas.
La importancia de la osmolalidad de la fórmula 
parece ser menor de lo que se creía en un principio. 
La osmolalidad determina, al menos parcialmen-
te, la velocidad de vaciamiento gástrico, la moti-
lidad intestinal y la secreción de agua intestinal. 
En general se considera que una fórmula se tole-
ra mejor cuando es isotónica, es decir cuando su 
osmolalidad se encuentra en torno a 350 mOsm/
kg (300 mOsm/l). La mayoría de las fórmulas po-
liméricas presentan osmolalidades cercanas a 
350 mOsm/kg, motivo que han argüido algunos 
autores para atribuir una mejor tolerancia de las 
fórmulas poliméricas sobre las oligomonoméri-
cas. Las fórmulas con osmolalidades entre 350 
y 550 mOsm/kg (300-470 mOsm/l) se denomi-
nan moderadamente hipertónicas, y por encima 
de 550 mOsm/kg (caso de las dietas monoméri-
cas) hipertónicas.
d) Forma de presentación: las fórmulas de 
nutrición enteral pueden presentarse en polvo o en 
líquido y con sabor neutro o saborizadas. Estos dos 
aspectos también han sufrido cambios en las últimas 
décadas, y es cada vez mayor el número de fórmulas 
líquidas preparadas para su uso inmediato y con sa-
bores agradables para ingerirlas por vía oral. Se re-
comienda reservar las fórmulas con sabor neutro 
para los casos de administración por sonda. 
Algunas características de las fórmulas varían 
si tienen o no sabor. En general, la variación care-
ce de importancia, pero en ocasiones es impor-
tante recurrir a la información del etiquetado pa-
ra encontrar diferencias en cuanto a osmolalidad 
o contenido de electrólitos entre los distintos sa-
bores de un mismo producto. 
2.3. Concepto y tipos 
de fórmulas específicas
Todas las fórmulas de nutrición enteral pueden 
incluirse en la clasificación expuesta anteriormen-
te. Sin embargo, es interesante separar un grupo de 
fórmulas que, por sus características, se conside-
ran especiales. Se denomina “fórmula específica 
de nutrición enteral” a aquella fórmula que ha si-
do diseñada específicamente para una determina-
da patología y que pretende no sólo actuar como 
fuente alimenticia sino modificar el curso evoluti-
vo y/o el pronóstico de la enfermedad para la que 
ha sido diseñada. En realidad, se trata de fórmulas 
poliméricas u oligomonoméricas que, bien alteran-
do la cualidad o la cantidad de algún macro o mi-
cronutriente, o bien añadiendo nutrientes especia-
les, se apartan de la composición habitual del resto 
de las fórmulas de nutrición enteral.
Es este grupo de fórmulas, las específicas, el que 
más ha aumentado en los últimos quince años, pa-
sando de 12 fórmulas en 1991 a 30 recogidas en 
el Vademécum español del año 2004. Existen fór-
mulas específicas para la insuficiencia renal, la he-
patopatía, la diabetes y la hiperglucemia, y para el 
paciente crítico. Las fórmulas hipocalóricas para la 
realización de dietas muy bajas en calorías tam-
bién se incluyen en este grupo de fórmulas espe-
cíficas, pero no se estudian en este Capítulo. Re-
cientemente también se ha diseñado una fórmula 
para las úlceras por presión y otra para el pacien-
te neoplásico. 
62
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
63
D. del Olmo García | M.A. Koning
En los siguientes apartados se resumen las prin-
cipales características e indicaciones clínicas de las 
fórmulas de nutrición enteral agrupadas según la 
clasificación antes propuesta.
 3. Fórmulas poliméricas
Las fórmulas poliméricas, compuestas por pro-
teínas o péptidos grandes, constituyen el grupo 
más numeroso, ya que pueden utilizarse en prácti-
camente cualquier situación siempre que exista un 
mínimo de funcionalidad del aparato digestivo. Sue-
len presentarse en forma líquida y en general sabo-
rizadas para su uso por vía oral.
La fuente de proteínas más habitual es la caseí-
na, a la que se añaden ocasionalmente proteínas de 
soja y lactoalbúmina. Los hidratos de carbono se 
encuentran en forma de polisacáridos, sobre todo 
dextrinomaltosa, y en algunas fórmulas se utiliza el 
almidón de maíz hidrolizado. La grasa está consti-
tuida por triglicéridos de cadena larga poliinsatu-
rados obtenidos de aceites vegetales, fundamental-
mente girasol, cánola, soja y cártamo. Últimamente 
algunos productos están enriquecidos con ácido 
oleico, y otros aportan mezclas con triglicéridos 
de cadena media obtenidos a partir de los aceites 
de coco y palma.
Las indicaciones de este grupo de fórmulas son 
amplísimas. Puede decirse que prácticamente en 
cualquier paciente que necesite nutrición enteral 
hay que seleccionar una fórmula dentro de las po-
liméricas, al menos inicialmente. Si la situación clí-
nica lo requiere, por aumento en las necesidades 
de proteínas o por catabolismo proteico, habrá 
que elegir alguno de los preparados incluidos en el 
apartado de fórmulas hiperproteicas. En cualquier 
otro caso, se seleccionaremos una fórmula normo-
proteica siempre que cubra las necesidades nutri-
cionales del paciente.
3.1. Fórmulas poliméricas 
normoproteicas
Por definición las fórmulas poliméricas son 
aquellas que aportan menos del 18% de las calorías 
en forma de proteínas, lo que equivale a una rela-
ción kcal no proteicas/gde nitrógeno entre 120 y 
150. Los porcentajes de los otros macronutrien-
tes son variables pero, en general, aportan entre 
un 40 y un 50% del valor calórico total en forma 
de hidratos de carbono y entre un 30 y un 35% en 
forma de grasa. Se subclasifican según los criterios 
accesorios, densidad calórica y presencia o no de 
fibra, en:
3.1.1. Fórmulas poliméricas 
normoproteicas isocalóricas
En este grupo se incluyen las fórmulas normo-
proteicas con densidades de 1 kcal por mililitro, 
aunque se incluyen tres preparados que tienen 
densidades inferiores (0,7 y 0,5 kcal/ml) ya que, 
hasta la fecha, no se ha creado un subgrupo de fór-
mulas diluidas. Algunos autores proponen utilizar 
las fórmulas con densidades calóricas menores de 
1 para iniciar la nutrición enteral o en situaciones 
en las que interese aumentar el volumen sin au-
mentar las calorías y sin necesidad de aportar agua 
extra fuera de la nutrición enteral.
La osmolalidad de las fórmulas isocalóricas varía 
entre 140 y 380 mOsm/l; la mayoría son líquidas y 
se presentan con sabores agradables aunque tam-
bién hay fórmulas con sabor neutro.
a) Sin fibra: los nombres comerciales de las 
fórmulas existentes en el mercado español se re-
cogen en la Tabla 3.
b) Con fibra (Tabla 4): el contenido y las 
fuentes de fibra son muy variables. Se pueden en-
contrar fórmulas que aportan desde 10 g hasta ca-
si 20 g por cada 1.000 kcal, aunque lo más habitual 
es que contengan 14 o 15 g/1.000 kcal, lo que su-
pondría, en una dieta de 1.500 a 2.000 kcal/día, en-
tre 20 y 30 g de fibra diarios aproximadamente. 
Aunque en alimentación natural esta cantidad de 
fibra sería inferior a la recomendada, en nutrición 
enteral todavía no existen suficientes datos sobre 
la cantidad ni sobre los tipos de fibra que resultan 
más beneficiosos. 
Si bien hasta hace unos años la fuente de fibra 
más frecuente eran los polisacáridos de soja, actual-
mente se utilizan mezclas de distintas fibras en pro-
porciones variables. Es necesario, por tanto, antes de 
elegir uno u otro producto, conocer la proporción 
de fibra soluble e insoluble que más se ajuste al efec-
to que se pretende conseguir. Por ejemplo, si lo que 
interesa es aumentar el bolo fecal y disminuir el es-
62
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
63
D. del Olmo García | M.A. Koning
Tabla 3. 
F
Ó
R
M
U
L
A
S
 P
O
L
IM
É
R
IC
A
S
 N
O
R
M
O
P
R
O
T
E
IC
A
S
 IS
O
C
A
L
Ó
R
IC
A
S
 S
IN
 F
IB
R
A
P
rep
arad
o
kcal/m
l
O
sm
o
larid
ad
(m
O
sm
/l)
kcal n
o
 
p
ro
teicas/
g
 N
P
ro
teín
as 
(%
 E
)
H
id
rato
s d
e 
carb
o
n
o
 
(%
 E
)
L
íp
id
o
s 
(%
 E
)
P
resen
tació
n
C
linutren IS
O
® (N
estlé)
 
1
360 (370 chocolate)
145
 
15
 
55
 
30
C
opas 200 m
l
D
ietgrif E
stándar ® (G
rifols)
 
1
235 (neutro), 
355 (vainilla),
 370 (chocolate/fresa)
131 
 
16
 
55
 
29
B
otella 500 m
l
E
danec
® (A
bbott)
 
1
244
135
 
16
 
54
 
30
B
otella R
T
H
 500 m
l
E
nsure H
N
® (A
bbott)
 
1
 319 
(245 pollo) 
134 
(124 pollo)
15,9 
(17%
 pollo)
 
54 
(53,3%
 pollo)
 
30,1 
(29,7%
 pollo)
Lata 250 m
l y botella R
T
H
 
500 m
l
E
nsure P
olvo
® (A
bbott)
 
1
-
 
14
 
55,1
 
30,9
Lata 380 g y sobres 59 g
F
ortisip P
ow
der ® (N
utricia)
 
1
-
130
 
16
 
49
 
35
S
obres de 54 g
F
resubin O
riginal ® (F
resenius K
abi) 
1
350
143
 
15
 
55
 
30
B
otella 500 m
l
Isosource S
tandard
® (N
ovartis)
 
1,05
292 (201 neutro)
138
 
16
 
54
 
30
F
rascos 250 y 500 m
l 
y flexibag 500 y 1.500 m
l
Locasol ® (S
H
S
)
 
0,66
310 (al 13,1%
)
308
 
7,5
 
32
 
60,5
B
ote 400 g
M
onogen
® (S
H
S
)
 
0,74
280 (al 17,5%
)
205
 
10,8
 
64,8
 
24,4
B
ote 400 g
N
utridrink
® (C
linical N
utrition)
 
1
370
132
 
16
 
48
 
36
F
rascos 500 m
l
N
utrison Low
 E
nergy
® (N
utricia)
 
0,75
190
134
 
16
 
49
 
35
P
ack 1.000 m
l
N
utrison Low
 S
odium
® (N
utricia)
 
1
205
134
 
16
 
49
 
35
B
otellas 500 m
l 
y pack 1.000 m
l
N
utrison P
ow
der ® (N
utricia)
1 (21,7%
)
-
134
 
16
 
48
 
36
B
ote 860 g
N
utrison P
re
® (N
utricia)
 
0,5
140
134
 
16
 
49
 
35
B
otellas 500 m
l 
y pack 1.000 m
l
N
utrison S
oya
® (N
utricia)
 
1
250
131
 
16
 
49
 
35
B
otellas 500 m
l 
y pack 1.000 m
l
N
utrison S
tandard
® (N
utricia)
 
1
385 (265 neutro)
134
 
16
 
49
 
35
B
otellas 500 m
l 
y pack 1.000 m
l
O
sm
olite H
N
® (A
bbott)
 
1
244
125
 
16
 
54
 
30
B
otella R
T
H
 500 m
l,
1.000 m
l y 1.500 m
l
S
ondalis E
stándar ® (N
estlé)
 
1
310 (380 café)
140
 
15
 
55
 
30
B
otella 500 m
l
S
ondalis IS
O
® (N
estlé)
 
1
250
140
 
15
 
50
 
35
D
R
IP
A
C
-flex 1.000 m
l
V
egenat-M
ed
® M
anzana, N
aranja, 
M
iel, C
hocolate (V
egenat)
 
1
144
 
15
 
55
 
30
S
obres 110 g
E
: energía total de la dieta.
64
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
65
D. del Olmo García | M.A. Koning
treñimiento la elección se inclinará hacia una fórmu-
la en la que predomine la fibra insoluble.
3.1.2. Fórmulas poliméricas 
normoproteicas concentradas
La densidad calórica de este grupo de fórmulas 
se encuentra entre 1,2 y 1,6 kcal/ml. Están indicadas 
en situaciones en las que interesa reducir o limitar 
el volumen administrado, por edemas o insuficien-
cia cardiaca, por ejemplo, pero también para facilitar 
la ingestión oral o la administración enteral (mismas 
calorías con un volumen inferior). Las osmolalidades 
de este grupo de fórmulas suelen ser, lógicamente al 
reducir el volumen, superiores, y en general se en-
cuentran en torno a 400 mOsm/kg. Al igual que el 
grupo anterior se subclasifican según tengan o no fi-
bra. La cantidad de fibra y las fuentes utilizadas son 
similares a las comentadas anteriormente en el caso 
de las fórmulas isocalóricas (Tabla 5).
3.2. Fórmulas poliméricas 
hiperproteicas
El contenido de proteínas de este grupo es supe-
rior al 18% del valor calórico total, en general alre-
dedor de un 20% de las calorías. La relación kcal no 
proteicas/g de nitrógeno se encuentra entre 70 y 100. 
Las fuentes de las proteínas, los hidratos de 
carbono y la grasa son similares a las de las fór-
mulas normoproteicas, aunque existen más pre-
parados que mezclan triglicéridos de cadena me-
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hid. de 
carbono 
(% E)
Lípidos 
(% E)
Presentación
Dietgrif Estándar 
Fibra® (Grifols)
 1 390 131 16 55 29 Botella 500 ml
Ensure® con 
Fibra (Abbott)
 1,05 366 146 14,7 54,4 30,9
Lata 250 ml
y botella RTH
500 ml
Fresubin Original
Fibre® (Fresenius Kabi)
 1 250 143 15 55 30 Botella 500 ml
Isosource Fibra® 
(Novartis)
 1
249
(248 neutro)
142 15 55 30
Frascos 500 ml y 
flexibag 1.500 ml
Isosource MIX® 
(Novartis)
 1,06 303 129 16 53 31
Frascos 500 ml
y flexibag 500 ml
Jevity® (Abbott) 1 250 138 15,2 55,5 29,3
Botella RTH
500 ml, 1.000 ml
y 1.500 ml
Novasource GI 
Control® (Novartis)
 16 324 137 16 54 30
Frascos 250
y 500 ml
Nutrison Low Energy 
Multi Fibre® (Nutricia)
 0,75 210 134 16 49 35 Pack 1.000 ml
Nutrison Multi 
Fibre® (Nutricia)
 1 210 134 16 49 35
Botellas 500 ml
y pack 1.000 ml
Sondalis Estándar 
Fibra® (Nestlé)
 1 335 140 15 55 30 Botella 500 ml
Sondalis Fibra® 
(Nestlé)
 1 270 140 15 50 35
DRIPAC-flex 
1.000 ml
Tabla 4. FÓRMULAS POLIMÉRICAS NORMOPROTEICAS ISOCALÓRICAS CON FIBRA
E: energía total de la dieta.
64
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
65
D. del Olmo García | M.A. Koning
dia y de cadena larga en distintas proporciones. 
Al aumentar el porcentaje de las proteínas, la 
cantidad de los otros macronutrientes, hidratos 
de carbono y grasa debe variar. La mayoría de 
los preparados mantienen el porcentaje de hi-
dratos de carbono alrededor de un 45% a un 
55%, mientras que llegan a reducir la proporción 
de grasa hasta niveles de un 23 a 29%.
Al igual que en el apartado anterior, las fórmu-las hiperproteicas se subclasifican en:
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hid. de 
carbono 
(% E)
Lípidos
(% E) Presentación
Sin fibra
Clinutren 1,5® (Nestlé) 1,50 540 (500 chocolate) 140 15 55 30 Copas 200 ml
Dietgrif Energético® 
(Grifols) 1,50 390 131 16 54 30 Botella 500 ml
Ensure Plus HN® 
(Abbott) 1,50 384 128 16,5 53,8 29,7
Lata 250 ml
y botella RTH 
500 ml
y 1.000 ml
Ensure Plus Drink® 
(Abbott) 1,50 517 127 16,7 53,8 29,5 Brik 200 ml
Ensure Plus Fresh® 
(Abbott) 1,50 656 128 16,7 53,3 30 Brik 220 ml
Fortisip® (Nutricia) 1,50 445 134 16 49 35 Brik 200 ml
Isosource Energy® 
(Novartis) 1,60 298 151 14 51 35
Frascos 250 
ml y flexibag 
500 ml
Nutrison Energy® 
(Nutricia) 1,50 385 134 16 49 35
Botellas 500 
ml y pack 
1.000 ml
Resource Energy® 
(Novartis) 1,50 355 142 15 50 35
Combibloc 
200 ml
Resource 2® (Novartis) 2 543 114 18 43 39 Combibloc 200 ml
Sondalis 1,5® (Nestlé) 1,50 410 140 15 50 35 DRIPAC-flex 1.000 ml
Con fibra
Clinutren 1,5 Soup® 
(Nestlé)
 1,50
225 (185 pollo 
con verduras)
146 15 55 30 Copas 200 ml
Enrich Plus® (Abbott) 1,50 552 131 16,3 54,9 28,9 Brik 200 ml
Fortifresh® (Nutricia) 1,50 740 134 16 49 35 Brik 200 ml
Fortisip Multi 
Fibre® (Nutricia)
 1,50 455 134 16 49 35 Brik 200 ml
Nutrison Energy Multi 
Fibre® (Nutricia)
 1,50 335 134 16 49 35 Pack 1.000 ml
Tabla 5. FÓRMULAS POLIMÉRICAS NORMOPROTEICAS CONCENTRADAS 
E: energía total de la dieta.
66
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
67
D. del Olmo García | M.A. Koning
3.2.1. Fórmulas poliméricas 
hiperproteicas isocalóricas
Los productos comercializados hasta el momen-
to en este grupo se recogen en la Tabla 6. Ningu-
no de ellos contiene fibra.
3.2.2. Fórmulas poliméricas 
hiperproteicas concentradas (Tabla 7)
a) Sin fibra.
b) Con fibra.
Las indicaciones genéricas de las fórmulas hi-
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hid. de 
carbono 
(% E)
Lípidos 
(% E)
Presentación
Dietgrif Hiperproteico® 
(Grifols)
 1,06 225 89 22 49 29 Botella 500 ml
Dietgrif MCT® (Grifols) 1 225 100 20 55 25 Botella 500 ml
Edanec HN® (Abbott) 1 269 76 25 52 23
Botella RTH 
500 ml
Ensure Hiperproteico® 
(Abbott)
 0,95 521 94 21,2 54,9 23,9 Brik 215 ml
Hipernutril MCT® 
(Clinical Nutrition)
 405 100 21 51 28
Sobres
92 g
Hipernutril MCT 
Hiposódico® (Clinical 
Nutrition)
 380 100 21 51 28
Sobres
92 g
Hipernutril MCT 
Proteico® (Clinical 
Nutrition)
 350 64,7 28 45 26
Sobres
76 g
Hipernutril MCT 
Sonda® (Clinical 
Nutrition)
 270 97 23 55 14 Botes 2 kg
Nutrison MCT® 
(Nutricia)
 1 265 102 20 50 30 Pack 1.000 ml
Promote® (Abbott) 1 269 76 25 52 23
Botella RTH 
500 ml
Resource 
Hiperproteico® 
(Novartis)
 1,25
435 (fresa)
336 (vainilla)
340 (chocolate)
 58,3 30 45 25
Combibloc 
200 ml
Vegenat-Med® 
Ternera, Pollo, Jamón, 
Pescado (Vegenat)
 1 98,8 20 45 35
Sobres
110 g
Vegenat-Med® 
Hortalizas, Verduras, 
Lentejas, Garbanzos 
(Vegenat)
 1 101 20 50 30
Sobres
110 g
Tabla 6. FÓRMULAS POLIMÉRICAS HIPERPROTEICAS ISOCALÓRICAS SIN FIBRA
E: energía total de la dieta.
66
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
67
D. del Olmo García | M.A. Koning
perproteicas incluyen desde los casos de pacien-
tes con desnutrición, fundamentalmente protei-
ca, sin mayor aumento de los requerimientos, 
hasta los pacientes con hipermetabolismo y es-
trés metabólico en los que, para cubrir las nece-
sidades nutricionales, se pueden requerir el uso 
de fórmulas hiperproteicas, en ocasiones con-
centradas.
 4. Fórmulas 
oligomonoméricas
Las fórmulas oligomonoméricas son aquéllas 
en las que las proteínas se encuentran hidroliza-
das en péptidos pequeños o en aminoácidos li-
bres. El término oligomonomérica engloba las 
fórmulas peptídicas y las monoméricas, antes co-
Preparado
kcal/
ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hidratos 
de 
carbono 
(% E)
Lípidos
(% E)
Presentación
Sin fibra
Clinutren HP Energy® 
(Nestlé)
1,25 410 58 24 47 29 Copas 200 ml
Fresubin HP Energy® 
(Fresenius Kabi)
1,50 300 100 20 45 35 Botella 500 ml
Isosource Protein® 
(Novartis)
1,22
350
(245 neutro)
 92 22 49 29
Frascos 500 ml 
y flexibag 
500 ml
Meritene Complet® 
(Novartis)
1,22 350 90 22 49 29 Frascos 250 ml
Nutrison Protein Plus® 
(Nutricia)
1,25 335 102 20 45 35 Pack 1.000 ml
Osmolite HN Plus® 
(Abbott)
1,20 293 135 18,5 52,5 29
Botella RTH 
500 ml
Resource
Hiperproteico®
(Novartis)
1,25
435 (fresa)
336 (vainilla)
340 (chocolate)
 58,5 30 45 25
Combibloc 
200 ml
Sondalis HP® (Nestlé) 1,34 320 100 20 45 35
DRIPAC-flex 
1.000 ml
Sondalis HP/HC® 
(Nestlé)
1,60 380 100 20 45 35 Botella 500 ml
Con fibra
Isosource Protein 
Fibra® (Novartis)
1,37 399 99 20 45 35 Frascos 500 ml
Nutrison Protein Plus 
Multi Fibre® (Nutricia)
1,25 280 102 20 45 35 Pack 1.000 ml
Jevity Plus® (Abbott) 1,20 361 107,7 18 51,9 30,1
Botella 500 ml, 
1.000 ml 
y 1.500 ml
Tabla 7. FÓRMULAS POLIMÉRICAS HIPERPROTEICAS CONCENTRADAS 
E: energía total de la dieta.
68
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
69
D. del Olmo García | M.A. Koning
nocidas como elementales. En ambos grupos los 
hidratos de carbono suelen aportarse en forma 
de dextrinomaltosa, pero también se utilizan oli-
gosacáridos de glucosa y disacáridos como fruc-
tosa y maltosa. El porcentaje calórico a expensas 
de los hidratos de carbono suele ser superior al 
habitual en las fórmulas poliméricas (más de un 
50%) debido a que suelen ser dietas pobres en 
grasa. De hecho, en la mayoría de las fórmulas los 
lípidos suponen entre un 20 y un 25% del valor 
calórico total y, en general, se aportan como mez-
cla en distintas proporciones de triglicéridos de 
cadena larga y media obtenidos de grasa vegetal 
de distintas fuentes.
La osmolalidad de este grupo de fórmulas es 
siempre mayor que la de las fórmulas poliméricas 
ya que, al tratarse de nutrientes “simples”, el núme-
ro de partículas osmóticamente activas por kg de 
disolvente es muy superior. Se trata, por tanto, 
de fórmulas hipertónicas, con osmolalidades que 
en las fórmulas peptídicas varían entre 200 y 550 
mOsm/kg, mientras que en las monoméricas se 
encuentran por encima de 500 mOsm/kg. 
Se suponía que la tolerancia gastrointestinal 
con las fórmulas oligomonoméricas era mejor que 
con las fórmulas poliméricas. Sin embargo, los es-
tudios que comparan ambos tipos de fórmulas en 
distintas situaciones clínicas no suelen encontrar 
diferencias o, si las hay, se inclinan a favor de las po-
liméricas. Así, por ejemplo, en la enfermedad infla-
matoria intestinal, paradigma de enfermedad en la 
que, por estar alterada la capacidad de absorción 
intestinal, se indicaba la utilización de fórmulas oli-
gomonoméricas, las fórmulas poliméricas han de-
mostrado tolerarse incluso mejor que éstas, reco-
mendándose en la últimas revisiones sistemáticas 
de la literatura sobre el manejo nutricional de 
la enfermedad de Crohn el uso de fórmulas po-
liméricas frente a fórmulas oligomonoméricas 
(Zachos et al.). También otras situaciones en las 
que típicamente se recomendaba el uso de die-
tas oligomonoméricas, como la administración 
de la fórmula por sonda u ostomía en yeyuno, se 
prefieren manejar en la actualidad con fórmulas 
poliméricas. 
Quizá por tener cada vez menos indicaciones, 
el número de fórmulas de este grupo no ha au-
mentado como en el resto de los casos, sino que 
ha ido decreciendo, pasando de 16 en 1983 a 14 
en el Vademécum español de 2004. 
4.1. Fórmulas peptídicas
Las fórmulas peptídicas aportan péptidos de 2 
a 6 aminoácidos y en algunos casos pequeñas can-
tidades de aminoácidos libres, obtenidos en la ma-
yoría de los casos por hidrólisis de lactoalbúmina. 
La mayoría se presentan en polvo (sobres o latas), 
aunque también existen preparadoslíquidos en 
botellas y bolsas para su uso inmediato.
Según las recomendaciones actuales, y de una 
forma estricta, deben utilizarse en pacientes que 
no toleran las dietas poliméricas por estar muy 
mermada la capacidad de absorción intestinal (en-
teritis actínica), en la pancreatitis aguda, y en las 
primeras fases de nutrición enteral del intestino 
corto. En el resto de las situaciones clínicas pue-
den administrarse, de una forma segura, fórmulas 
poliméricas. 
Existen en la actualidad ocho productos comer-
cializados, que se recogen en la Tabla 8. Al igual 
que las fórmulas poliméricas y siguiendo los crite-
rios clasificatorios, se agrupan en fórmulas peptídi-
cas normo e hiperproteicas.
4.1.1. Fórmulas peptídicas 
normoproteicas
Contienen entre un 16 y un 18% de las calorías en 
forma de péptidos. Debido a que por sus indicacio-
nes están restringidas prácticamente para uso ente-
ral con sonda, cuatro se presentan sin sabor (sabor 
neutro), aunque existen dos preparados con sabores 
que pueden administrarse también por vía oral. 
4.1.2. Fórmulas peptídicas 
hiperproteicas
Existen actualmente en el mercado español dos 
productos que, por definición, aportan más del 18% 
de las calorías en forma de péptidos. Excepto por el 
contenido en proteínas, las fuentes de los macronu-
trientes, la densidad calórica y la osmolalidad son si-
milares a las de las fórmulas normoproteicas. 
Teniendo en cuenta las situaciones clínicas en 
las que está recomendado el uso de las fórmulas 
peptídicas (pancreatitis aguda o intestino corto), 
lo habitual, cuando se necesita una fórmula peptí-
dica, es elegir entre las hiperproteicas, reservando 
68
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
69
D. del Olmo García | M.A. Koning
las fórmulas peptídicas normoproteicas para situa-
ciones menos graves o de requerimientos menos 
importantes.
4.2. Fórmulas monoméricas
La única fuente de nitrógeno de estas fórmu-
las son los aminoácidos libres, sintéticos u obte-
nidos por hidrólisis enzimática de proteínas en-
teras (lactoalbúmina fundamentalmente). A pesar 
de lo que se que se creía en un principio, la ab-
sorción intestinal de los aminoácidos libres es 
más lenta y costosa que la absorción de los di-
péptidos o tripéptidos, y la tolerancia gastro-
intestinal es peor que con las fórmulas peptídicas 
o las poliméricas.
Es este grupo de fórmulas el que más ha disminui-
do en las últimas décadas y el que menos indicaciones 
clínicas conserva. Solamente existen seis preparados 
comercializados en la actualidad. Todos ellos son nor-
moproteicos y pobres en grasa, y cinco se presentan 
en polvo saborizado o con sabor neutro (Tabla 9).
 5. Fórmulas específicas
para la insuficiencia renal
5.1. Generalidades
La desnutrición, de mayor o menor grado, es 
una constante en los pacientes con insuficiencia 
renal crónica, y se asocia a una mayor morbilidad 
(infecciones, hemorragias, etc.) y mortalidad. La 
insuficiencia renal, al margen de la causa, produ-
ce una serie de cambios y alteraciones nutricio-
nales, como:
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hid. de 
carbono 
(% E)
Lípidos
(% E)
Presentación
Fórmulas oligomonoméricas peptídicas normoproteicas
Dietgrif Polipeptídico® 
(Grifols)
1 350 113,5 18 75 7 Botella 500 ml
Peptamen® (Nestlé) 1 200 130 16 51 33
DRIPAC-flex 
1.000 ml
Peptinutril® (Elemental 
Sonda) (Clinical 
Nutrition)
- 390 164 16,3 62,2 16,5
Polvo botes 
2 kg
Peptinutril® 2000/10 
Elemental (Clinical 
Nutrition)
- 570 114 16 51 33
Polvo sobres 
92 g
Peptisorb® (Nutricia) 1 440 144 16 69 15
Botellas 500 ml 
y pack 1.000 ml
Survimed® OPD 
(Fresenius Kabi)
1 350 1.113 18 60 22 Botella 500 ml
Fórmulas oligomonoméricas peptídicas hiperproteicas
Alitraq® (Abbott) 1 480 95 21,1 65,4 13,8 Sobres 76 g
Peptinutril® 2300/15 
Elemental (Clinical 
Nutrition)
- 550 105 21,5 47,5 30 Sobres 87 g
Tabla 8. FÓRMULAS PEPTÍDICAS
E: energía total de la dieta.
70
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
71
D. del Olmo García | M.A. Koning
a) Anorexia o hiporexia.
b) Desnutrición proteica, consecuencia no sólo 
de la disminución de la ingestión de proteínas, si-
no también de las pérdidas renales por proteinu-
ria, como ocurre en el síndrome nefrótico. Ade-
más del descenso de la concentración de albúmina, 
prealbúmina y transferrina, los pacientes con insu-
ficiencia renal crónica suelen presentar una alte-
ración del patrón plasmático de aminoácidos, con 
niveles anormalmente altos de aminoácidos no 
esenciales y concentraciones inferiores a la nor-
malidad de aminoácidos esenciales.
c) Disminución del aclaramiento de urea, creati-
nina, ácido úrico, calcio, fósforo, magnesio, elemen-
tos traza, y algunas vitaminas.
d) Incapacidad para regular la concentración de 
electrólitos (sodio y potasio) y el equilibrio ácido-base.
e) Disminución de la síntesis renal de 1,25-dihi-
droxivitamina-D3, que produce una reducción en la 
absorción del calcio de la dieta, y de la eritropoye-
tina, que resulta en anemia. 
Las modificaciones alimentarias que se han pro-
puesto para los pacientes con insuficiencia renal 
pretenden conseguir tres objetivos: disminuir los 
síntomas urémicos, mantener o corregir el estado 
nutricional, y disminuir la velocidad de progresión 
hacia la insuficiencia renal terminal y la diálisis. Pa-
ra ello se recomienda:
1. En pacientes con insuficiencia renal en pre-
diálisis comenzar una dieta hipoproteica apor-
tando proteínas de alto valor biológico. De esta 
forma se pretende disminuir la acumulación de 
urea y de otros productos nitrogenados de la de-
gradación de las proteínas, sin que la restricción 
de proteínas favorezca la desnutrición. 
La necesidad de restringir las proteínas en la 
dieta de los pacientes con insuficiencia renal y el 
grado de esta restricción han sido motivo de dis-
cusión desde hace décadas. Clásicamente se ajus-
taban las necesidades de proteínas al filtrado glo-
merular residual. Se han recomendado dietas muy 
estrictas, con restricciones de hasta 0,3 g/kg/día, su-
plementando con aminoácidos esenciales y sus ce-
toanálogos. Al menos en teoría, la administración 
de cetoanálogos de aminoácidos esenciales condu-
ciría a una disminución de la urea al incorporarse 
el nitrógeno en la síntesis de los aminoácidos no 
esenciales (transaminación). También han existido 
críticas a las dietas pobres en proteínas. Según al-
gunos autores la restricción proteica no retrasa la 
evolución de la enfermedad, y sí produce y favore-
ce la desnutrición tan frecuente en estos pacientes. 
Sin embargo, en un metaanálisis reciente (Fouque 
et al., 2001) se concluye que las dietas pobres en 
proteínas retrasan la entrada en diálisis de los pa-
cientes con insuficiencia renal de etiología no dia-
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hid. de 
carbono 
(% E)
Lípidos
(% E)
Presentación
Elemental® 028 (SHS) 0,76 - 213,6 10,5 74 15,5 Sobres 100 g
Elemental® 028 Extra 
(Polvo) (SHS)
 0,85 - 188,5 11,7 51,5 36,8 Sobres 100 g
Elemental® 028 Extra 
(Líquida) (SHS)
 0,86 - 188 12 51 37
Tetrabrik 
250 ml
Emsogen® (SHS) 0,84 - 184 12 53 35 Sobres 100 g
Elemental Nutril® 2000/
7 (Clinical Nutrition)
 1 580 281 11 74 15 Sobres 95 g
Elemental Nutril® 2000/
12 (Clinical Nutrition)
650 133 16,5 70 12,5 Sobres 101 g
Tabla 9. FÓRMULAS MONOMÉRICAS 
E: energía total de la dieta.
70
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
71
D. del Olmo García | M.A. Koning
bética. Sin embargo, todavía no está establecido el 
grado de restricción óptimo, aunque según los au-
tores de este metaanálisis, para la mayoría de los 
pacientes parecen recomendables restricciones 
poco estrictas, en torno a 0,7-0,8 g por kg y día.
Es importante recordar que las técnicas de de-
puración renal conllevan la pérdida de aminoácidos 
y proteínas, por lo que los requerimientos protei-
cos en los pacientes dializadosestán aumentados. 
Se estima que las necesidades de proteínas para pa-
cientes sometidos a diálisis son similares para diá-
lisis peritoneal y hemodiálisis, y se encuentran en 
torno a 1,2 g de proteínas/kg/día. 
2. Asegurar un aporte de energía similar al de la 
población sana, en torno a 30-35 kcal/kg/día. El re-
parto de energía entre los tres macronutrientes de-
be tener en cuenta la restricción proteica en el caso 
de los pacientes en prediálisis, requiriendo aumentar 
las calorías de hidratos de carbono y grasa para ase-
gurar que se cubren las necesidades energéticas. 
3. Disminuir la ingesta y/o la absorción intes-
tinal de fósforo, sodio, potasio, y magnesio, funda-
mentalmente.
4. Suplementar la dieta con calcitriol y adminis-
trar eritropoyetina.
5.2. Características 
de las fórmulas específicas 
para insuficiencia renal
Se denominan fórmulas específicas para insufi-
ciencia renal las fórmulas de nutrición enteral que 
han sido diseñadas para tratar a los pacientes con 
insuficiencia renal crónica. Las diferencias funda-
mentales respecto a las fórmulas estándar radican 
en el contenido y calidad de las proteínas y en la 
cantidad de electrólitos (sodio y potasio), y de mi-
nerales (calcio y fósforo, fundamentalmente). 
Existen dos tipos de fórmulas, las dirigidas a 
pacientes en prediálisis y las específicas para pa-
cientes en diálisis (Tabla 10). En la composición 
de ambos tipos de fórmulas también existen dife-
rencias que pretenden ajustarse a las necesidades 
nutricionales de estos dos grupos de pacientes.
5.2.1. Fórmulas para 
insuficiencia renal prediálisis
Actualmente existen dos productos comercia-
lizados en España específicamente para la insufi-
ciencia renal preterminal. Se caracterizan por ser 
pobres en proteínas (6 y 11% del valor calórico to-
tal), con una relación kcal no proteicas por gramo 
de nitrógeno muy superior a 200. Uno de ellos es 
una fórmula polimérica que utiliza como fuente de 
proteínas la caseína, mientras que el otro producto 
aporta aminoácidos libres, tratándose, pues, de una 
fórmula monomérica. En este caso la presentación 
es en polvo saborizado, mientras que la fórmula po-
limérica se presenta en líquido, también saborizada. 
Para compensar la restricción proteica la cantidad 
de hidratos de carbono (50 y 70% del valor calórico 
total) y de grasa (más del 40% de las calorías totales 
en las fórmulas poliméricas) están muy aumentadas. 
En ninguno de los dos casos se aporta fibra.
La cantidad de sodio, potasio y fósforo está muy 
por debajo del aporte de las fórmulas estándar, aun-
que es diferente en los dos productos disponibles.
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hid. de 
carbono 
(% E)
Lípidos
(% E)
Presentación
Nefronutril®
(Clinical Nutrition)
1 590 257 11 73 15
Cajas con 6 
sobres de 91 g
Nepro® (Abbott) 2 446 154 14 43 43 Lata 236 ml
Suplena® (Abbott) 2 427 400 6 51 43 Lata 236 ml
Tabla 10. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA INSUFICIENCIA RENAL 
E: energía total de la dieta.
72
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
73
D. del Olmo García | M.A. Koning
5.2.2. Fórmulas para insuficiencia 
renal en diálisis
Hasta la fecha sólo existe un producto co-
mercializado en España para pacientes en diálisis. 
Se trata de una fórmula polimérica, concentrada 
(2 kcal/ml), líquida y saborizada, que aporta el 14% 
de las calorías en forma de proteínas (relación kcal 
no proteicas/g de nitrógeno de 154). El aporte de 
sodio, potasio y fósforo también está restringido.
Son muy pocos los trabajos que evalúan la efi-
cacia de las fórmulas específicas para insuficien-
cia renal comparadas con las fórmulas estándar. La 
mayoría de ellos son estudios de poca calidad meto-
dológica y que utilizan las fórmulas como suplemen-
tos de la dieta normal. En una búsqueda sistemática 
de la literatura (Del Olmo et al., 2002) solamente se 
han encontrado dos estudios prospectivos y aleato-
rizados utilizando las fórmulas enterales como nu-
trición exclusiva, uno en prediálisis y el otro en pa-
cientes dializados. El primero de ellos (Paridaens et 
al., 1995) compara la utilización de tres fórmulas iso-
calóricas con distinta proporción de proteínas (16%, 
10% y 7%) en 67 ancianos desnutridos con insufi-
ciencia renal crónica. Con la fórmula que aporta un 
10% de proteínas se consigue hacer un balance ni-
trogenado positivo sin empeorar el aclaramien-
to de creatinina. La fórmula que aporta el 16% de 
las calorías como proteínas empeora la función re-
nal (aumentan las cifras de creatinina), mientras que 
la fórmula más hipoproteica (7% de las calorías) no 
consigue recuperar la desnutrición.
En el segundo trabajo, Cockram et al. comparan 
una fórmula especialmente diseñada para pacien-
tes en diálisis con una fórmula estándar, en 79 pa-
cientes normonutridos con insuficiencia renal cró-
nica sometidos a hemodiálisis. No se encuentran 
diferencias en parámetros nutricionales, tolerancia 
de las fórmulas, concentración de urea ni electró-
litos. La única diferencia significativa es la disminu-
ción de la fosforemia y del producto calcio-fósfo-
ro en el grupo tratado con la dieta especial, si bien 
es importante resaltar que los tratamientos que-
lantes fueron suspendidos al inicio del estudio.
Se puede concluir que, al igual que en alimenta-
ción natural, está indicado usar fórmulas con restric-
ción proteica en el caso de los pacientes con insufi-
ciencia renal prediálisis candidatos a recibir nutrición 
enteral, no sólo para intentar enlentecer la progre-
sión de la enfermedad, si no para ajustar el aporte 
de electrólitos y de fósforo. Sin embargo, no pare-
ce tan claro el beneficio de la fórmula específica para 
pacientes en diálisis, aunque la necesidad de restrin-
gir el aporte de potasio y fósforo puede justificar el 
uso de esta fórmula especial. Resulta imprescindible 
continuar realizando trabajos que comparen la efica-
cia de las fórmulas específicas respecto a la estándar 
antes de recomendar su uso sistemático en la insu-
ficiencia renal.
 6. Fórmulas específicas 
para la hepatopatía
6.1. Generalidades
Según los estudios de prevalencia, más del 50% 
de los pacientes con insuficiencia hepática presen-
tan desnutrición más o menos grave dependiendo 
de la severidad del daño hepático. La desnutrición 
aparece como consecuencia de la suma de algunos 
de los siguientes factores:
a) Anorexia y disminución en la ingesta secun-
daria a alcoholismo, dolor abdominal, alteraciones 
en el gusto, o encefalopatía.
b) Náuseas y vómitos.
c) Malabsorción y esteatorrea.
d) Ascitis.
e) Hemorragia gastrointestinal secundaria a hi-
pertensión portal.
f) Alteraciones en el metabolismo de los macro 
y micronutrientes que resultan en intolerancia a los 
hidratos de carbono y diabetes, dislipemia, déficit vi-
tamínico-minerales y una serie de anomalías secun-
darias a la alteración del metabolismo proteico, en-
tre las que destacan la disminución de la síntesis 
hepática de proteínas y el desarrollo de encefalopa-
tía. Aunque todavía no está aclarada completamen-
te, la patogenia de la encefalopatía hepática es mul-
tifactorial y, al menos en parte, está relacionada con 
alguna de las alteraciones en el metabolismo de las 
proteínas, como:
• Acumulación en el sistema nervioso central del 
amonio derivado del catabolismo proteico y de otras 
toxinas que no pueden ser depuradas por el hígado.
• Desequilibrio en el aminoacidograma plasmáti-
co con aumento de la concentración de aminoáci-
dos aromáticos (fenilalanina, tirosina y triptófano) 
y disminución de los aminoácidos de cadena rami-
72
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
73
D. del Olmo García | M.A. Koning
ficada (valina, leucina e isoleucina). Este desequili-
brio conduce al aumento de los niveles de seroto-
nina, sintetizada a partir del triptófano, y de otros 
falsos neurotransmisores que se producen por el 
exceso de tirosina.
• Disminución de la concentración de glutamato 
y aspartato en el sistema nerviosocentral.
En esta probable implicación de las proteínas en 
la patogenia de la encefalopatía hepática se basa-
ba la recomendación de restringir las proteínas de 
la dieta en los pacientes con insuficiencia hepáti-
ca. Sin embargo, los estudios realizados con die-
tas pobres en proteínas y suplementos de aminoá-
cidos de cadena ramificada (por vía oral, enteral o 
parenteral) no han demostrado mejoría en la fun-
cionalidad hepática ni en la encefalopatía estableci-
da. Por el contrario, las dietas hipoproteicas se aso-
cian con un mayor grado de desnutrición proteica. 
Además, no todos los pacientes con insuficiencia 
hepática desarrollan encefalopatía. De hecho, la 
mayoría de los pacientes toleran cantidades nor-
males de proteínas o incluso cantidades más altas 
de lo habitual en situaciones de requerimientos es-
peciales. Pero existe un grupo de pacientes con ci-
rrosis en los que cantidades normales de proteínas 
sí inducen encefalopatía. Como se verá después, es 
en este grupo en el que estaría justificado sustituir 
parte de las proteínas convencionales de la dieta 
por aminoácidos de cadena ramificada, con el ob-
jetivo de evitar la aparición de nuevos brotes de 
encefalopatía. 
Los objetivos del soporte nutricional en la he-
patopatía son el mantenimiento de un adecuado 
estado nutricional, la mejoría de la función hepáti-
ca y la prevención o mejora de la encefalopatía. Las 
recomendaciones generales para el manejo nutri-
cional de estos pacientes comprenden:
1. Asegurar un aporte calórico suficiente y si-
milar al de la población normal, entre 30 y 35 kcal/
día. La mayoría de los trabajos realizados en pa-
cientes cirróticos no han encontrado un aumento 
del gasto energético, sino una disminución en la in-
gesta como factor destacado en la patogenia de la 
desnutrición.
2. Mantener un aporte suficiente de proteínas 
para evitar la desnutrición proteica sin inducir en-
cefalopatía. En pacientes estables y que toleran ade-
cuadamente las proteínas suele ser necesario admi-
nistrar entre 0,8 y 1,1 g/kg/día para mantener un 
correcto estado nutricional. En pacientes con ence-
falopatía hepática crónica, o en aquellos en los que 
un aporte normal de proteínas induce encefalopatía, 
se hace necesario restringir el aporte proteico. 
Clásicamente, se recomienda que la restric-
ción de las proteínas de la dieta se acompañe, pa-
ra evitar la desnutrición, de suplementos de ami-
noácidos de cadena ramificada. Sin embargo, esta 
recomendación está siendo revisada, ya que exis-
ten controversias sobre la eficacia real de los 
aminoácidos de cadena ramificada en la encefalo-
patía hepática. En un metaanálisis de la Cochrane 
Library de 2003 (Als Nielsen et al., 2003) se reco-
gen los estudios prospectivos aleatorizados que 
comparan la administración de aminoácidos de 
cadena ramificada por cualquier vía (oral, enteral 
o parenteral) frente a cualquier otro tratamien-
to. Los autores de este metaanálisis concluyen 
que, con los estudios publicados hasta la fecha, 
no existen datos convincentes sobre el supuesto 
efecto beneficioso de los aminoácidos de cadena 
ramificada en los pacientes con encefalopatía he-
pática. Por el momento, es necesario tener pre-
caución a la hora de recomendar el uso sistemá-
tico de este tipo de aminoácidos.
3. No es necesario reducir sistemáticamente el 
aporte de grasa de la dieta, aunque si existe estea-
torrea puede resultar útil reducir la grasa y admi-
nistrar triglicéridos de cadena media.
4. Corregir las deficiencias de vitaminas y mi-
nerales.
5. Restringir el sodio y los líquidos para evitar la 
aparición de edemas y ascitis.
6.2. Características de las 
fórmulas específicas para 
insuficiencia hepática
Las fórmulas específicas para pacientes con he-
patopatía pretenden ajustarse a las necesidades 
nutricionales de este tipo de pacientes. En la ac-
tualidad existen comercializadas tres fórmulas nor-
moproteicas (12-14,5% de las calorías en forma de 
proteínas). Dos de ellas son poliméricas, y la terce-
ra es peptídica y contiene como fuente proteica hi-
drolizado de lactoalbúmina (Tabla 11). 
Una se presenta en líquido y es concentrada, 
mientras que las dos restantes son en polvo, ob-
teniéndose una mayor o menor densidad energé-
tica según la dilución. Pueden administrarse por 
74
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
75
D. del Olmo García | M.A. Koning
sonda o por vía oral, ya que existen variedades 
saborizadas. 
Comparando con las fórmulas estándar:
• Contienen aminoácidos de cadena ramificada 
(aproximadamente 30-40%) que se añaden como 
aminoácidos libres.
• Contienen triglicéridos de cadena media en 
distintas proporciones, entre un 35 y un 70% de la 
grasa total. Las fórmulas en polvo son, además, muy 
pobres en grasa, un 8% y 16% respecto al valor ca-
lórico total, aumentando la proporción de hidratos 
de carbono hasta más del 70% de las calorías.
• La dieta líquida es concentrada, con una densidad 
calórica de 1,3 kcal/ml, y se recomienda que las dietas 
en polvo sean diluidas en una cantidad determinada de 
agua para obtener una densidad de 1,3 kcal/ml.
• Restringen la cantidad de sodio.
Como se puede comprobar, la composición de 
estas fórmulas específicas se aparta de las nece-
sidades de la mayoría de los pacientes con insu-
ficiencia hepática y cirrosis. Revisando la literatu-
ra publicada en nutrición enteral, hasta la fecha la 
mayoría de los estudios se vienen realizando utili-
zando estas fórmulas como suplementos de la die-
ta habitual, y comparan el hecho de si tomar o no 
suplementos influye en la recuperación de la ence-
falopatía hepática y en el mantenimiento del esta-
do nutricional. 
En nutrición enteral exclusiva, la eficacia de es-
tas dietas específicas respecto a las fórmulas están-
dar se ha analizado en un metaanálisis de 1996 
(Fabbri et al.) que incluye todos los estudios pros-
pectivos publicados desde 1976 hasta 1992 que 
comparan la utilización de aminoácidos de cade-
na ramificada frente a hidratos de carbono, caseína 
o placebo en pacientes con encefalopatía hepáti-
ca crónica o recidivante. Las conclusiones de Fab-
bri et al. son que el uso de aminoácidos de cade-
na ramificada debe reservarse para los pacientes 
con cirrosis avanzada y encefalopatía hepática que 
no toleran cantidades normales de proteínas. Las 
dietas específicas no mejoran la encefalopatía he-
pática establecida, sino que permiten administrar 
una cantidad de proteínas suficiente sin provocar 
la aparición de encefalopatía. 
Por lo tanto, la mayoría de los pacientes con 
insuficiencia hepática y cirrosis pueden manejar-
se con fórmulas de nutrición enteral estándar. So-
lamente en aquellos pacientes intolerantes, en los 
que se haya desencadenado la encefalopatía hepá-
tica con dietas normales, es necesario utilizar este 
tipo de fórmulas específicas. 
 7. Fórmulas específicas 
para la insuficiencia 
respiratoria
7.1. Generalidades
Los parámetros respiratorios y la capacidad pa-
ra el ejercicio están influidos por el estado nutri-
cional. La desnutrición proteica, por ejemplo, induce 
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hid. de 
carbono 
(% E)
Lípidos 
(% E)
Presentación
Hepatical® (SHS) 1,3
789
(759 plátano-
caramelo)
148 14,5 69,2 16,3 Sobres 100 g
Hepatonutril® 
(Clinical Nutrition)
799 202 14 76 8 Sobres 97 g
Nutricomp 
Hepa® (Braun)
1,3 371 178 12 48 40
Botellas 
500 ml
Tabla 11. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA INSUFICIENCIA HEPÁTICA 
E: energía total de la dieta.
74
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
75
D. del Olmo García | M.A. Koning
una atrofia muscular progresiva que afecta también 
a la musculatura respiratoria y que conduce a una 
mayor fatigabilidad y menor capacidad funcional. Es-
tos cambios en la función respiratoria pueden con-
vertirse en irreversibles si la desnutrición es impor-
tante. Por otro lado, los pacientes con insuficiencia 
respiratoria crónica (bronquitis o enfisema) presen-
tan, con muchafrecuencia, algún grado de desnutri-
ción secundaria a un desequilibrio entre su ingesta 
y su gasto energético. 
La disnea, las desaturaciones al masticar y al tra-
gar, la supresión del apetito inducida por la hipoxia 
o las reagudizaciones de la enfermedad de base 
y sus tratamientos son algunos de los motivos por 
los que los pacientes con insuficiencia respirato-
ria crónica reducen su ingesta energética. La mayo-
ría de los estudios, además, encuentran un aumen-
to del gasto energético de un 20 a un 30% sobre el 
esperado. Entre otros, los factores que pueden ex-
plicar este aumento del gasto incluyen el mayor es-
fuerzo ventilatorio, el estado de inflamación crónica 
y el aumento en los niveles de factor de necrosis tu-
moral. A consecuencia de la desnutrición, la función 
respiratoria empeora, la capacidad funcional se re-
duce y son más frecuentes las reagudizaciones y los 
ingresos hospitalarios, que, a su vez, influyen negati-
vamente en el estado nutricional. 
A pesar de esta clara interacción entre el es-
tado nutricional y la función respiratoria, todavía 
no se ha podido demostrar, según un metaanáli-
sis del año 2000 (Ferreira et al.), revisado en 2003 
por el grupo de enfermedades respiratorias de 
la Cochrane Library, que los parámetros respirato-
rios y la capacidad de ejercicio de los pacientes 
con bronquitis crónica mejoren con suplementos 
nutricionales administrados de forma ambulato-
ria. En las reagudizaciones, sin embargo, es posi-
ble que los suplementos nutricionales mejoren el 
pronóstico de los pacientes con bronconeumopa-
tía crónica ingresados, pero hacen falta más traba-
jos que lo demuestren.
Otro motivo de discusión respecto al trata-
miento nutricional de los pacientes con insufi-
ciencia respiratoria radica en la cantidad de calo-
rías y la composición que deben tener las dietas. 
Se ha venido recomendando la reducción de la 
cantidad de hidratos de carbono, sustituyendo las 
calorías por una mayor cantidad de proteínas y 
grasa. Esta recomendación se basa en que, al ser 
los hidratos de carbono los nutrientes que en su 
metabolismo generan más dióxido de carbono 
(CO2), la administración de un porcentaje nor-
mal de los mismos conduciría a un aumento en la 
producción de CO2 y, por lo tanto, a un empeo-
ramiento en la función respiratoria. Sin embargo, 
esta teoría se apoya en los estudios de Askanazi 
et al. de los años 80, en los que se administraban 
sobrecargas de glucosa por vía parenteral. Poste-
riormente, se ha comprobado que no es la can-
tidad de glucosa, sino las calorías totales, las que 
determinan el estrés metabólico, el aumento en 
la producción de CO2 y la reducción del cociente 
respiratorio. Por tanto, en estos pacientes hay que 
ajustar estrictamente el aporte calórico a su gas-
to energético. La restricción de hidratos de car-
bono no parece necesaria.
Por otro lado, la disminución en el porcentaje 
de hidratos de carbono se acompaña obligatoria-
mente de un aumento en la proporción de grasa 
de la dieta. En los últimos años se está involucran-
do a los lípidos en la patogenia de la respuesta in-
flamatoria crónica y de la broncoconstricción. Un 
exceso de ácidos grasos poliinsaturados de la se-
rie n-6 conduce, a través de la activación del áci-
do araquidónico por la lipo y la ciclooxigenasa, a la 
producción de leucotrienos (B4) y prostaglandinas 
(serie 2) proinflamatorias, que estimulan la bron-
coconstricción y la producción traqueal de moco.
Tres son los objetivos del tratamiento dietéti-
co en los pacientes con insuficiencia respiratoria: 
mantener o corregir el estado nutricional, mejorar 
la capacidad funcional y evitar una sobrecarga me-
tabólica que induciría un mayor esfuerzo respirato-
rio. Las recomendaciones son:
1. Ajustar las calorías al gasto energético, evi-
tando un aporte excesivo.
2. Mantener el equilibrio nutricional, es decir, el 
reparto habitual de los macronutrientes. En algu-
nos casos será necesario aconsejar dietas hiper-
proteicas.
3. En situaciones de disnea y para evitar la hipoxia 
hay que dar alimentos de alta densidad calórica.
7.2. Características 
de las fórmulas específicas 
para insuficiencia respiratoria
En España existen dos fórmulas para insuficien-
cia respiratoria (Tabla 12). Una de ellas se ha co-
76
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
77
D. del Olmo García | M.A. Koning
mercializado recientemente como indicada para 
el paciente con distrés respiratorio (insuficiencia 
respiratoria aguda). Anteriormente sólo se dis-
ponía de una, que se utilizaba para pacientes con 
insuficiencia respiratoria tanto aguda como cró-
nica. Ambas son fórmulas poliméricas normo-
proteicas (16,5 y 16,7% del valor calórico total) 
y concentradas (densidad calórica de 1,5 kcal/ml). 
La fórmula más antigua se presenta en líquido y 
con sabor, mientras que la fórmula para distrés 
respiratorio es de sabor neutro, ya que se supo-
ne será administrada al paciente crítico a través 
de sonda. 
A pesar de la discusión científica que se ha apun-
tado anteriormente sobre la utilidad del cambio en 
el porcentaje de macronutrientes, los dos produc-
tos aportan el 55% de las calorías en forma de gra-
sa y menos del 30% de las calorías como hidratos 
de carbono. 
En una búsqueda sistemática realizada por nues-
tro grupo, se han localizado siete estudios prospec-
tivos aleatorizados que comparan las fórmulas ri-
cas en grasa con fórmulas de reparto estándar de 
macronutrientes en nutrición enteral total. Se tra-
ta de estudios de muestra pequeña y realizados en 
poblaciones distintas con insuficiencia respiratoria 
de distintas causas: 
• Fibrosis quística: ninguno de los dos estu-
dios publicados (Gottrand et al., 1999; Kane et al., 
1990), que abarcan 18 pacientes con fibrosis quís-
tica, encuentra diferencias significativas en el con-
sumo de oxígeno, en la presión parcial de CO2, en 
los parámetros nutricionales ni en la tolerancia di-
gestiva usando fórmulas específicas en compara-
ción con fórmulas estándar. Kane et al. sí encuen-
tran una disminución significativa en la producción 
de CO2 y en el cociente respiratorio en los pacien-
tes que recibían la dieta especial rica en grasa, pero 
esto no se traducía en una disminución de la pre-
sión parcial de CO2 ni en otras mejoras de los pa-
rámetros respiratorios.
• Reagudización de bronquitis crónica: 
los resultados del único trabajo publicado, en pa-
cientes con bronquitis crónica reagudizada sin ven-
tilador, son similares a los descritos para la fibrosis 
quística, es decir, el uso de una fórmula rica en gra-
sa disminuye la producción de CO2 pero sin afec-
tar otros índices de función respiratoria, incluida la 
presión parcial de CO2 (Barale et al., 1990).
• Insuficiencia respiratoria aguda con 
ventilación mecánica: de los cuatro estudios 
publicados solamente uno está realizado con la fór-
mula específica para insuficiencia respiratoria agu-
da. La utilización de esta fórmula especial en 98 
pacientes críticos con síndrome de distrés respi-
ratorio del adulto se acompañó de una menor es-
tancia en la Unidad de Cuidados Intensivos, menos 
días de respirador y mejores parámetros respira-
torios. No existieron diferencias en cuanto a mor-
talidad, complicaciones infecciosas ni fallo multior-
gánico, pero los autores del estudio apuntan una 
tendencia a la mejoría de estas variables (Gadek 
et al., 1999). La principal diferencia de esta fórmula 
respecto a la fórmula específica clásica radica en la 
fuente de grasa. Ambas aportan grasa de origen ve-
getal, pero la fórmula para insuficiencia respiratoria 
además está enriquecida en ácidos grasos n-3 pro-
venientes de aceite de pescado. Como se ha co-
mentado anteriormente, un cambio en la propor-
ción n-6:n-3 conduciría a la reducción en la síntesis 
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hids. de 
carbono 
(% E)
Lípidos
(% E)
Presentación
Oxepa® (Abbott) 1,52 384 129 16,5 27,9 55,6
Botella RTH 
500 ml
Pulmocare® 
(Abbott)
1,50 383128 16,7 28,2 55,1
Lata 250 ml
y botella RTH 
500 ml
Tabla 12. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA INSUFICIENCIA RESPIRATORIA 
E: energía total de la dieta.
76
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
77
D. del Olmo García | M.A. Koning
de ácido araquidónico y sus derivados, y a un incre-
mento en la síntesis de prostaglandinas de la serie 3 
(antiinflamatorias) y leucotrienos de la serie 5 (va-
sodilatadores y antiagregantes) a partir del ácido ei-
cosapentaenoico. 
Los otros tres estudios en insuficiencia res-
piratoria engloban 68 pacientes con respirador 
y comparan la fórmula clásica (similar a la usa-
da en pacientes con fibrosis quística y reagudiza-
ción) con fórmulas estándar. Los resultados son 
dispares. Holtermann et al. y Van den Berg et al. 
no encuentran diferencias en ninguno de los pa-
rámetros respiratorios, tiempo de respirador ni 
facilidad de desintubación. Por el contrario, en el 
trabajo de Al-Saady et al., los pacientes tratados 
con la dieta especial permanecían menos días con 
ventilación mecánica y las maniobras de desintu-
bación eran significativamente más sencillas que 
en los pacientes con dietas isocalóricas estándar. 
Sin embargo, en este trabajo tampoco se pudie-
ron objetivar variaciones en los parámetros res-
piratorios (presión parcial de CO2, capacidad to-
tal ni volumen/minuto). 
En conclusión, y basándose en estos resultados, 
no puede recomendarse el uso sistemático de las 
fórmulas ricas en grasa para los pacientes con in-
suficiencia respiratoria que requieran nutrición 
enteral total, ya que no ha quedado demostra-
do que este tipo de fórmulas mejoren la funcio-
nalidad del aparato respiratorio ni el pronóstico 
de estos pacientes. La disminución en el consumo 
de O2 y en la producción de CO2 que se objeti-
va en algunos de los estudios comentados podría 
explicarse por la distinta velocidad de vaciamien-
to gástrico al consumir cantidades isocalóricas 
de los dos tipos de dieta. Es decir, al ser el vacia-
miento más lento con la dieta rica en grasa la ab-
sorción de nutrientes y su utilización metabólica 
también son más lentas. Por lo tanto, las dietas ri-
cas en grasa no disminuyen realmente la produc-
ción de CO2 ni el consumo de O2, sino que tienen 
una respuesta similar a la de la dieta con reparto 
estándar de nutrientes pero retrasada en el tiem-
po. El diseño de los estudios que encuentran di-
ferencias significativas en el consumo de O2 y la 
producción de CO2 (miden los parámetros res-
piratorios unas horas después de haber ingerido 
las fórmulas) imposibilita el demostrar que, como 
se ha sugerido, la respuesta sea realmente similar 
pero más lenta. 
Con los datos disponibles hasta el momento, se 
deben recomendar fórmulas estándar para la ma-
yoría de los pacientes, ajustándose estrictamente 
a su gasto energético. Las fórmulas específicas ri-
cas en grasa pueden reservarse para los pacientes 
con insuficiencia respiratoria crónica e hipercap-
nia importante. En el caso de la fórmula para dis-
trés respiratorio, y aunque los resultados parecen 
prometedores, hacen falta más trabajos y con ma-
yor número de pacientes, ya que los mismos auto-
res reconocen que se trata de una muestra selec-
cionada de pacientes con poca gravedad del distrés 
y de la insuficiencia respiratoria. 
 8. Fórmulas específicas
para hiperglucemia 
y diabetes mellitus
8.1. Generalidades
Las recomendaciones nutricionales en la diabetes 
mellitus han sufrido grandes e importantes variacio-
nes en las últimas décadas. De las dietas propuestas 
inicialmente, pobres en hidratos de carbono y ceto-
génicas, se ha pasado a dietas equilibradas que no se 
diferencian prácticamente de las recomendadas pa-
ra la población sana. Los principales objetivos del 
tratamiento nutricional se resumen en:
• Conseguir y mantener un control metabólico 
óptimo que incluya no sólo las cifras de glucemia, 
sino también el perfil lipídico y la presión arterial.
• Prevenir y tratar las posibles complicaciones 
crónicas.
Las sociedades científicas de diabetes proponen 
que la dieta incluya:
1. Suficiente cantidad de calorías para evitar el 
sobrepeso y la obesidad. En pacientes con resisten-
cia periférica a la insulina se recomienda una die-
ta hipocalórica, ya que las reducciones de peso, aun 
modestas, mejoran la sensibilidad a la insulina y la 
glucemia.
2. Reparto habitual de calorías (15%: proteí-
nas; 30%: grasa; 55-60%: hidratos de carbono). En 
algunos casos (resistencia periférica a la insulina 
importante, hipertrigliceridemia o aumento del 
colesterol-VLDL), y siempre de manera individua-
lizada y teniendo en cuenta el perfil metabólico y 
los objetivos del tratamiento, puede resultar bene-
78
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
79
D. del Olmo García | M.A. Koning
ficioso reducir la cantidad de hidratos de carbono 
de la dieta y aumentar la de grasa monoinsaturada. 
Según algunos autores, la suma de los porcentajes 
de hidratos de carbono y de ácidos grasos mono-
insaturados debe encontrarse entre el 60 y el 70% 
de las calorías de la dieta. Sin embargo, el aumen-
to de la grasa puede facilitar la ganancia ponderal, 
precisamente en este tipo de pacientes que suelen 
presentar obesidad.
3. Limitar la grasa saturada a menos del 10% de 
las calorías. En algunos casos (por ejemplo, cuando 
las cifras de colesterol-LDL superen 100 mg/dl), es 
necesario reducir la grasa saturada al 7% del valor 
calórico total.
4. Reducir la ingesta de colesterol a menos de 
300 mg/día (en algunos casos a menos de 200 mg/
día).
5. Aportar fibra en cantidad similar a la reco-
mendada en población sana. 
8.2. Características de las 
fórmulas específicas para 
hiperglucemia y diabetes mellitus
Existen dos tipos de preparados para pacien-
tes con hiperglucemia de estrés y diabetes melli-
tus (Tabla 13):
Preparado kcal/ml
Osmolaridad
(mOsm/l)
kcal no 
proteicas/
g N
Proteínas 
(% E)
Hidratos 
de 
carbono 
(% E)
Lípidos
(% E)
Presentación
Clinutren Diabetes® 
(Nestlé)
 1 230 140 15 45 40 Copas 200 ml
Diasip® (Nutricia) 1 340 131 16 35 49 Brik 200 ml
Dietgrif Diabético® 
(Grifols)
 1 230 131 16 46 38 Botella 500 ml
Diaben® (Fresenius 
Kabi)
 0,90 235 178 18 37 45 Botella 500 ml
Glucerna® (Abbott) 0,98 300 125 17 33,2 49,8
Lata 250 ml
y botella RTH 
500 ml
Glucerna SR® (Abbott) 0,89 399 102 20,8 45,2 34 Brik 230 ml
Novasource Diabet® 
(Novartis)
 1 340 148 16 51 33
Frascos 500 ml y 
flexibag 500 ml
Novasource Diabet® 
plus (Novartis)
 1,20 389 102 20 40 40 Frasco 500 ml
Nutrison Diabetes® 
(Nutricia)
 1 295 122 17 45 38 Botellas 500 ml
Nutrison Low Energy 
diabetes® (Nutricia)
 0,75 230 122 17 45 38 Pack 1.000 ml
Resource Diabet® 
(Novartis)
 1
300 (vainilla)
325 (fresa)
 64,6 28 47 25
Combibloc 
200 ml
Sondalis Diabetes® 
(Nestlé)
 1 230 140 15 45 40
DRIPAC-flex 
1.000 ml
Sondalis Estándar 
Diabetes® (Nestlé)
 1 180 140 15 45 40 Botella 500 ml
Tabla 13. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA DIABETES E HIPERGLUCEMIA
E: energía total de la dieta.
78
Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 
79
D. del Olmo García | M.A. Koning
8.2.1. Fórmulas con reparto 
estándar de nutrientes
Su principal diferencia respecto al resto de las 
fórmulas poliméricas estriba en la fuente de hidra-
tos de carbono, constituida por almidón de maíz, 
fructosa, y en uno de los preparados dextrinomal-
tosa modificada que teóricamente posee un me-
nor índice glucémico. Sin embargo, estudios en ali-
mentación natural no han podido demostrar que, a 
igual cantidad, existan diferencias en las glucemias 
basal o preprandial con distintas fuentes de hidra-
tos de carbono. Por otro lado, y siguiendo con re-
sultados de estudios en alimentación natural, no se 
ha podido comprobar que la disminución de las glu-
cemias postprandiales observada en los pacientes 
tratados con dietas en las que predominan los hi-
dratos de carbono de menores índices glucémicos 
se asocie, a largo plazo, a beneficios reales en el

Otros materiales