Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
4.3. Productos dietéticos para usos nutricionales específicos Dolores del Olmo García Manuel Alfred Koning 1. Introducción 2. Fórmulas de nutrición enteral 2.1. Conceptos de fórmula, suplemento y módulo de nutrición enteral 2.2. Clasificación de las fórmulas de nutrición enteral 2.2.1. Criterio principal: complejidad de las proteínas 2.2.2. Criterio secundario: cantidad de proteínas 2.2.3. Criterios accesorios 2.3. Concepto y tipos de fórmulas específicas 3. Fórmulas poliméricas 3.1. Fórmulas poliméricas normoproteicas 3.1.1. Fórmulas poliméricas normoproteicas isocalóricas 3.1.2. Fórmulas poliméricas normoproteicas concentradas 3.2. Fórmulas poliméricas hiperproteicas 3.2.1. Fórmulas poliméricas hiperproteicas isocalóricas 3.2.2. Fórmulas poliméricas hiperproteicas concentradas 4. Fórmulas oligomonoméricas 4.1. Fórmulas peptídicas 4.1.1. Fórmulas peptídicas normoproteicas 4.1.2. Fórmulas peptídicas hiperproteicas 4.2. Fórmulas monoméricas 5. Fórmulas específicas para la insuficiencia renal 5.1. Generalidades 5.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia renal 5.2.1. Fórmulas para insuficiencia renal prediálisis 5.2.2. Fórmulas para insuficiencia renal en diálisis 6. Fórmulas específicas para la hepatopatía 6.1. Generalidades 6.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia hepática Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos nutricionales específicos 57 1. Introducción 7. Fórmulas específicas para la insuficiencia respiratoria 7.1. Generalidades 7.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia respiratoria 8. Fórmulas específicas para hiperglucemia y diabetes mellitus 8.1. Generalidades 8.2. Características de las fórmulas específicas para hiperglucemia y diabetes mellitus 8.2.1. Fórmulas con reparto estándar de nutrientes 8.2.2. Fórmulas ricas en grasa 9. Fórmulas específicas para pacientes críticos 9.1. Generalidades 9.2. Características de las fórmulas específicas para situaciones de estrés 10. Resumen 11. Bibliografía 12. Enlaces web n Conocer los conceptos de fórmula de nutrición enteral, de suplemento y módulo. n Entender la clasificación de las fórmulas de nutrición enteral: criterios principal, secundario y accesorios. n Ser capaces de, analizando la composición de un producto de nutrición enteral, incluirlo en el grupo que le co- rresponde en la clasificación. n Comprender las principales indicaciones y usos clínicos de los distintos tipos de fórmulas de nutrición enteral agrupados según la clasificación. n Describir los cambios en la composición de las fórmulas de nutrición enteral por los que se clasifican como específicas. n Comprender las bases teóricas del uso de las fórmulas específicas para la insuficiencia renal, la hepatopatía, la insuficiencia respiratoria, la hiperglucemia y el estrés. n Contrastar las bases teóricas del uso de las fórmulas específicas con los datos de eficacia disponibles en la literatura. Objetivos 57 1. Introducción El concepto de “producto dietético para uso nutricional específico” ha ido variando desde que se introdujo por primera vez en la literatura anglosajona a principios del siglo XX. Inicialmente, cualquier nutriente que se utilizara en una determinada situación y con una finalidad determinada se consideraba un “pro- ducto dietético para uso nutricional específico”. Tal era el caso, por ejemplo, de los edulcorantes en la diabetes mellitus, las vitaminas en el embarazo y en los lactantes, etc. Conforme se desarrolla la nutrición enteral y aparecen nuevos productos nu- tricionales se hace necesario redefinir este concepto. La FDA (Food and Drug Administration), en los años 70, reconoce y acuña el térmi- no medical food, que es superponible al de “producto dietético para uso nutricional específico” y lo define como aquel producto que se utiliza para el tratamiento nutricional y dietético de pacientes con enfermedades o situaciones clínicas que requieren un manejo nutricional específico. Posteriormente aparecieron modifica- ciones en esta definición que acotaban aún más el término, hasta que, en 1989, la OMS junto con la FAO proponen la siguiente definición: “Los productos para usos nutricionales específicos (medical foods) son una categoría de alimentos que han sido diseñados para situaciones clínicas determinadas y deben usarse siempre bajo supervisión médica. Se utilizan para alimentar exclusiva o par- cialmente a los pacientes que tienen limitada su capacidad de comer, digerir, absorber o metabolizar los alimentos habituales, o que presentan unos requerimientos nutri- cionales especiales que no pueden cubrirse con la alimentación natural”. En esta definición quedan incluidas las siguientes categorías de alimentos: • Las fórmulas de nutrición enteral nutricionalmente completas. • Los suplementos de nutrición enteral. • Las fórmulas para errores innatos del metabolismo como la fenilcetonuria, o la homocistinuria. • Los productos para la rehidratación oral. En la literatura española el término más usado y que sustituye al de “producto dietético para usos nutricionales específicos” es el de “fórmula” que, de una forma global, abarca las fórmulas enterales nutricionalmente completas, los suplementos enterales, y las fórmulas para errores innatos del metabolismo. En ocasiones se en- cuentra en la literatura el término medical food o alimento-medicamento, utilizado para denominar exclusivamente a las fórmulas específicas o especiales de nutrición enteral. Estas fórmulas, como se verá posteriormente, pretenden, además de man- tener el estado nutricional, influir en el curso evolutivo de la enfermedad para la 58 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 59 D. del Olmo García | M.A. Koning que han sido diseñadas. Sin embargo, y según queda reflejado en las definiciones anteriores, conviene aclarar que los conceptos de “producto nutricional para uso específico”, “medical food” y “fórmulas” son equiparables. Estos cambios en las definiciones y la necesidad de acuñar nuevos términos surgen como consecuencia de la aparición de nuevos productos de nutrición enteral. De hecho, en las últimas décadas hemos sido testigos del profundo desarrollo de la nutrición ente- ral, que se ha revelado, por encima de la nutrición pa- renteral, como la mejor forma de mantener o conse- guir un estado nutricional adecuado. Esto, junto con el avance en el conocimiento de la fisiopatología y de la relación entre el estado nutricional y el pronóstico de la enfermedad, se ha acompañado de un incre- mento espectacular en el número de fórmulas de nu- trición enteral disponibles. En España, el Vademécum de nutrición enteral ha duplicado sus pr oductos en los últimos 15 años, pasando de 53 productos comer- cializados en 1988 hasta los 135 en el año 2004. Se han comercializado fórmulas para el manejo de práctica- mente cualquier situación clínica, en ocasiones sin que realmente exista suficiente base científica que justifi- que su utilización. Para poder seleccionar el producto que mejor cubra las necesidades de un paciente dado es imprescindible clasificar las fórmulas de nutrición enteral por grupos que, aunque posean diferencias en su composición, compartan las características más sobresalientes y tengan similares indicaciones y usos clínicos. A lo largo de este Capítulo se estudiará la clasificación de las fórmulas de nutrición enteral y sus indicaciones clínicas genéricas. Además, se co- mentarán las bases teóricas sobre la utilización de las fórmulas específicas para algunas enfermedades y su eficacia real, si bien el tratamiento nutricional de estas patologías se considerará en profundidad en los capítulos correspondientes. 2. Fórmulas de nutrición enteral 2.1. Conceptos de fórmula, suplemento y módulo de nutrición enteral Se conoce con el nombre de fórmula de nutri- ción enteral al producto constituido por una mez- cla de macro y micronutrientes que se utiliza para alimentar a unapersona incapaz de ingerir una ali- mentación natural. Las fórmulas de nutrición ente- ral son, por definición, nutricionalmente completas, es decir pueden constituir la única fuente alimen- taria y pueden administrarse tanto por vía oral co- mo por vía enteral. Por el contrario, los suplementos de nutri- ción enteral son mezclas de macro y micronu- trientes desequilibradas, que sirven para refor- zar o modificar una dieta. Existen suplementos energéticos, constituidos por hidratos de car- bono y/o grasa, suplementos proteicos, con dis- tintos patrones de aminoácidos, y suplemen- tos de vitaminas y minerales. Ninguno de estos productos puede ser utilizado como fuente de alimentación exclusiva, ya que no cubren las necesidades globales del individuo. Los tipos, cla- sificación, indicaciones y usos clínicos de este tipo de productos dietéticos se abordan en el siguien- te capítulo. Los módulos de nutrición enteral son nutrien- tes aislados que pueden mezclarse entre si en la proporción deseada para constituir una fórmula completa o añadirse a una fórmula para modifi- car su composición. Existen módulos de proteí- nas, de grasa, de hidratos de carbono, de vitami- nas, de minerales y de electrólitos. Combinando las cantidades que se calculen de cada uno de estos módulos se consigue una fórmula completa llama- da dieta modular. Las dietas modulares permiten cambiar, cada día, las características de la fórmu- la, igual que en nutrición parenteral. Teóricamente están indicadas en situaciones complicadas de re- querimientos metabólicos cambiantes. Sin embar- go, la necesidad de elaborar las dietas diariamen- te por un equipo de farmacia aumenta su coste. Además, en la actualidad existen fórmulas entera- les que cubren prácticamente cualquier situación, por lo que los módulos han quedado relegados a un segundo plano. 2.2. Clasificación de las fórmulas de nutrición enteral En la literatura científica se pueden encontrar varias clasificaciones de las fórmulas de nutrición enteral pero, desde un punto de vista clínico, la mejor clasificación es la que utiliza el modo de 58 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 59 D. del Olmo García | M.A. Koning aportar las proteínas como criterio de clasifica- ción. Así, las fórmulas se clasificarán según apor- ten proteínas, péptidos o aminoácidos y, secun- dariamente según la cantidad de nitrógeno que contengan. 2.2.1. Criterio principal: complejidad de las proteínas Si las proteínas de las fórmulas de nutrición enteral se aportan como proteínas enteras o péptidos grandes esas fórmulas se denominan poliméricas. Cuando la fórmula está consti- tuida por péptidos pequeños (generalmente de 2 a 6 aminoácidos) o por aminoácidos libres se la conoce como fórmula oligomonomérica (Tabla 1). Las fórmulas poliméricas pueden utilizarse en prácticamente cualquier situación clínica, mien- tras que las fórmulas oligomonoméricas deben reservarse para aquellos casos en los que la ca- pacidad de digestión y absorción intestinal es- tán francamente disminuidas o en los que las fórmulas poliméricas no se toleren adecuada- mente. Respecto al resto de los macronutrientes que componen la fórmula hay que señalar que tam- bién existen diferencias entre las fórmulas poli- méricas y las oligomonoméricas. En las fórmu- las oligomonoméricas, por ejemplo, los hidratos de carbono suelen aportarse como disacáridos u oligosacáridos de glucosa, mientras que en las fórmulas poliméricas se pueden encontrar poli- sacáridos de glucosa, tales como dextrinomalto- sa o almidón (Tabla 2). Tabla 1. FUENTES DE PROTEÍNAS EN LAS FÓRMULAS DE NUTRICIÓN ENTERAL Proteínas intactas Proteínas hidrolizadas Aminoácidos libres • Caseína • Hidrolizado de caseína • L-aminoácidos • Lactoalbúmina • Hidrolizado de lactoalbúmina • Proteína de soja • Proteínas lácticas • Proteínas de origen animal Tabla 2. DIFERENCIAS EN LA COMPOSICIÓN DE LAS FÓRMULAS POLIMÉRICAS Y OLIGOMONOMÉRICAS Poliméricas Oligomonoméricas Proteínas • Caseinato sódico • Hidrolizado de caseína • Caseinato cálcico-lactoalbúmina • Hidrolizado de soja • Proteína de soja • Hidrolizado de lactoalbúmina • Aminoácidos libres Hidratos de carbono • Dextrinomaltosa • Hidrolizado de almidón • Polímeros de glucosa • Fructosa • Almidón de maíz • Sacarosa • Sacarosa • Oligosacáridos de glucosa Grasa • Animal • Triglicéridos de cadena media • Aceite de cánola • Aceite de girasol • Aceite de maíz • Aceite de coco • Aceite de semilla de soja • Aceite de maíz • Triglicéridos de cadena media • Aceite de semilla de soja 60 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 61 D. del Olmo García | M.A. Koning 2.2.2. Criterio secundario: cantidad de proteínas En nutrición enteral se considera una fórmu- la normoproteica a la que aporta menos del 18% de las calorías en forma de proteínas, mien- tras que si se supera este porcentaje se denominan fórmulas hiperproteicas. La relación entre las calorías no proteicas por gramo de nitrógeno (kcal no proteicas/g de nitrógeno) es otra forma de ex- presar la cantidad de proteínas de una formula de nutrición artificial. Si esta relación se encuen- tra por debajo de 120 se trata de fórmulas hiper- proteicas y si se encuentra por encima de fórmu- las normoproteicas. En general, las fórmulas hiperproteicas están in- dicadas para situaciones clínicas en las que los re- querimientos de proteínas están aumentados (que- mados, trauma, poscirugía) o en pacientes en los que predomine una desnutrición proteica. El resto de los pacientes pueden cubrir sus requerimientos fácilmente con fórmulas normoproteicas. 2.2.3. Criterios accesorios Además de la fuente y la cantidad de las proteí- nas existen otras características de las fórmulas de nutrición enteral que permiten realizar subgru- pos dentro de esta clasificación general. Se trata de cualidades que, sin modificar sustancialmente la utilidad clínica de las fórmulas, pueden en deter- minadas situaciones variar la elección de una fór- mula dentro del mismo grupo terapéutico. Es de- cir, una vez seleccionada una fórmula, por ejemplo, polimérica hiperproteica para un paciente recién operado de un cáncer de laringe, la densidad caló- rica, si se necesita limitar el aporte de volumen, o la presencia de fibra, en el hipotético caso de que presente diarrea por antibióticos, pueden modi- ficar la selección hacia uno u otro producto del mercado. a) Densidad calórica: determina las calo- rías por unidad de volumen. Se considera están- dar (isocalórica) a la fórmula cuya densidad se encuentra en torno a 1 kcal/ml. Se llama fórmu- la concentrada a la que aporta más de 1,1 kcal/ml (en general entre 1,5 y 2 kcal/ml) y diluida cuan- do tiene una densidad inferior a 1 kcal/ml (0,5- 0,75 kcal/ml). En la mayoría de los casos pueden utilizarse fór- mulas isocalóricas, que aportan la misma cantidad de calorías que de volumen (para cubrir los reque- rimientos habituales entre 1.500 y 2.000 ml). De- ben reservarse las fórmulas concentradas para las situaciones en las que interesa limitar el volumen (edemas, insuficiencia cardiaca, etc.) o cuando el paciente no es capaz de ingerir un volumen sufi- ciente que cubra sus necesidades calóricas. De he- cho, es difícil que por vía oral un paciente ingiera más de 1.500-1.800 ml diarios. Si se requieren más calorías habrá que recurrir a fórmulas concentra- das que, en menos volumen, permiten aportar la cantidad de energía necesaria. b) Fibra: aunque inicialmente las fórmulas de nutrición enteral no aportaban fibra, el avance en el conocimiento sobre el efecto de los distintos ti- pos de fibra ha hecho aumentar considerablemen- te el número de preparados que la contienen. Las indicaciones y las fuentes de fibra en nutri- ción enteral han experimentado grandes cambios. Las primeras fórmulas de nutrición enteral con fi- bra aportaban, casi exclusivamente, fibra insoluble (polisacáridos de soja) con la finalidad de dismi- nuir el estreñimientoy mejorar el ritmo intestinal. La fibra soluble fue incluyéndose en las fórmulas de nutrición enteral al descubrirse su importancia como fuente de ácidos grasos de cadena corta y, por lo tanto, su efecto trófico sobre el colonocito y su acción reguladora de la microbiota intestinal. En los últimos cinco años se tiende a mez- clar fibra de distintos orígenes (soluble e inso- luble) en proporciones diversas según el efecto que se pretende conseguir. Actualmente existen fórmulas que aportan mezclas de fibras en pro- porciones similares a las de la dieta normal. Al- gunos autores son partidarios de utilizar en to- dos los pacientes y de forma sistemática este tipo de fórmulas basándose en el beneficio demostra- do de la fibra en alimentación natural. Sin embar- go, son pocos los estudios que, en nutrición en- teral, han comprobado un efecto superior de las fórmulas con fibra sobre las fórmulas estándar. En la mayoría de los casos, cuando la función gas- trointestinal era previamente normal y la dura- ción de la nutrición no era excesivamente larga no se demostró beneficio alguno de las fórmu- las con fibra. Hasta la fecha puede decirse que las fórmulas con fibra (predominantemente insolu- ble) deben utilizarse para tratar o prevenir el es- 60 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 61 D. del Olmo García | M.A. Koning treñimiento en los casos de nutrición enteral a largo plazo: retraso mental, coma, ancianos enca- mados, etc. En el otro extremo, varios estudios han encontrado una disminución en la incidencia de diarrea en los pacientes críticos y posquirúrgi- cos tratados con antibióticos, por lo que, en estos pacientes puede resultar útil la administración de fórmulas con fibra fundamentalmente soluble. Otra cuestión aún sin resolver respecto a la adi- ción de fibra en nutrición enteral es la cantidad que debe aportarse, y todavía no existen reco- mendaciones claras sobre qué cantidad es la más adecuada. En este momento en nuestro el merca- do español existen fórmulas que aportan desde 6 g hasta 22 g por cada 1.000 kcal. c) Osmolalidad y osmolaridad: se define la osmolalidad como el número de partículas os- móticamente activas por kilogramo de disolvente, mientras que la osmolaridad se refiere al núme- ro de partículas por litro de solución. Realmen- te, y aunque las fórmulas están constituidas por los tres macronutrientes y contienen cantidades adecuadas de los micronutrientes, puede consi- derarse que la osmolalidad está determinada ca- si exclusivamente por las proteínas y los hidratos de carbono. Cuanto menos complejos sean estos componentes mayor será el número de partícu- las osmóticamente activas y mayor la osmolalidad. Así, las fórmulas oligomonoméricas (que aportan aminoácidos libres y glucosa o disacáridos) pre- sentan osmolalidades muy superiores a las de las fórmulas poliméricas. La importancia de la osmolalidad de la fórmula parece ser menor de lo que se creía en un principio. La osmolalidad determina, al menos parcialmen- te, la velocidad de vaciamiento gástrico, la moti- lidad intestinal y la secreción de agua intestinal. En general se considera que una fórmula se tole- ra mejor cuando es isotónica, es decir cuando su osmolalidad se encuentra en torno a 350 mOsm/ kg (300 mOsm/l). La mayoría de las fórmulas po- liméricas presentan osmolalidades cercanas a 350 mOsm/kg, motivo que han argüido algunos autores para atribuir una mejor tolerancia de las fórmulas poliméricas sobre las oligomonoméri- cas. Las fórmulas con osmolalidades entre 350 y 550 mOsm/kg (300-470 mOsm/l) se denomi- nan moderadamente hipertónicas, y por encima de 550 mOsm/kg (caso de las dietas monoméri- cas) hipertónicas. d) Forma de presentación: las fórmulas de nutrición enteral pueden presentarse en polvo o en líquido y con sabor neutro o saborizadas. Estos dos aspectos también han sufrido cambios en las últimas décadas, y es cada vez mayor el número de fórmulas líquidas preparadas para su uso inmediato y con sa- bores agradables para ingerirlas por vía oral. Se re- comienda reservar las fórmulas con sabor neutro para los casos de administración por sonda. Algunas características de las fórmulas varían si tienen o no sabor. En general, la variación care- ce de importancia, pero en ocasiones es impor- tante recurrir a la información del etiquetado pa- ra encontrar diferencias en cuanto a osmolalidad o contenido de electrólitos entre los distintos sa- bores de un mismo producto. 2.3. Concepto y tipos de fórmulas específicas Todas las fórmulas de nutrición enteral pueden incluirse en la clasificación expuesta anteriormen- te. Sin embargo, es interesante separar un grupo de fórmulas que, por sus características, se conside- ran especiales. Se denomina “fórmula específica de nutrición enteral” a aquella fórmula que ha si- do diseñada específicamente para una determina- da patología y que pretende no sólo actuar como fuente alimenticia sino modificar el curso evoluti- vo y/o el pronóstico de la enfermedad para la que ha sido diseñada. En realidad, se trata de fórmulas poliméricas u oligomonoméricas que, bien alteran- do la cualidad o la cantidad de algún macro o mi- cronutriente, o bien añadiendo nutrientes especia- les, se apartan de la composición habitual del resto de las fórmulas de nutrición enteral. Es este grupo de fórmulas, las específicas, el que más ha aumentado en los últimos quince años, pa- sando de 12 fórmulas en 1991 a 30 recogidas en el Vademécum español del año 2004. Existen fór- mulas específicas para la insuficiencia renal, la he- patopatía, la diabetes y la hiperglucemia, y para el paciente crítico. Las fórmulas hipocalóricas para la realización de dietas muy bajas en calorías tam- bién se incluyen en este grupo de fórmulas espe- cíficas, pero no se estudian en este Capítulo. Re- cientemente también se ha diseñado una fórmula para las úlceras por presión y otra para el pacien- te neoplásico. 62 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 63 D. del Olmo García | M.A. Koning En los siguientes apartados se resumen las prin- cipales características e indicaciones clínicas de las fórmulas de nutrición enteral agrupadas según la clasificación antes propuesta. 3. Fórmulas poliméricas Las fórmulas poliméricas, compuestas por pro- teínas o péptidos grandes, constituyen el grupo más numeroso, ya que pueden utilizarse en prácti- camente cualquier situación siempre que exista un mínimo de funcionalidad del aparato digestivo. Sue- len presentarse en forma líquida y en general sabo- rizadas para su uso por vía oral. La fuente de proteínas más habitual es la caseí- na, a la que se añaden ocasionalmente proteínas de soja y lactoalbúmina. Los hidratos de carbono se encuentran en forma de polisacáridos, sobre todo dextrinomaltosa, y en algunas fórmulas se utiliza el almidón de maíz hidrolizado. La grasa está consti- tuida por triglicéridos de cadena larga poliinsatu- rados obtenidos de aceites vegetales, fundamental- mente girasol, cánola, soja y cártamo. Últimamente algunos productos están enriquecidos con ácido oleico, y otros aportan mezclas con triglicéridos de cadena media obtenidos a partir de los aceites de coco y palma. Las indicaciones de este grupo de fórmulas son amplísimas. Puede decirse que prácticamente en cualquier paciente que necesite nutrición enteral hay que seleccionar una fórmula dentro de las po- liméricas, al menos inicialmente. Si la situación clí- nica lo requiere, por aumento en las necesidades de proteínas o por catabolismo proteico, habrá que elegir alguno de los preparados incluidos en el apartado de fórmulas hiperproteicas. En cualquier otro caso, se seleccionaremos una fórmula normo- proteica siempre que cubra las necesidades nutri- cionales del paciente. 3.1. Fórmulas poliméricas normoproteicas Por definición las fórmulas poliméricas son aquellas que aportan menos del 18% de las calorías en forma de proteínas, lo que equivale a una rela- ción kcal no proteicas/gde nitrógeno entre 120 y 150. Los porcentajes de los otros macronutrien- tes son variables pero, en general, aportan entre un 40 y un 50% del valor calórico total en forma de hidratos de carbono y entre un 30 y un 35% en forma de grasa. Se subclasifican según los criterios accesorios, densidad calórica y presencia o no de fibra, en: 3.1.1. Fórmulas poliméricas normoproteicas isocalóricas En este grupo se incluyen las fórmulas normo- proteicas con densidades de 1 kcal por mililitro, aunque se incluyen tres preparados que tienen densidades inferiores (0,7 y 0,5 kcal/ml) ya que, hasta la fecha, no se ha creado un subgrupo de fór- mulas diluidas. Algunos autores proponen utilizar las fórmulas con densidades calóricas menores de 1 para iniciar la nutrición enteral o en situaciones en las que interese aumentar el volumen sin au- mentar las calorías y sin necesidad de aportar agua extra fuera de la nutrición enteral. La osmolalidad de las fórmulas isocalóricas varía entre 140 y 380 mOsm/l; la mayoría son líquidas y se presentan con sabores agradables aunque tam- bién hay fórmulas con sabor neutro. a) Sin fibra: los nombres comerciales de las fórmulas existentes en el mercado español se re- cogen en la Tabla 3. b) Con fibra (Tabla 4): el contenido y las fuentes de fibra son muy variables. Se pueden en- contrar fórmulas que aportan desde 10 g hasta ca- si 20 g por cada 1.000 kcal, aunque lo más habitual es que contengan 14 o 15 g/1.000 kcal, lo que su- pondría, en una dieta de 1.500 a 2.000 kcal/día, en- tre 20 y 30 g de fibra diarios aproximadamente. Aunque en alimentación natural esta cantidad de fibra sería inferior a la recomendada, en nutrición enteral todavía no existen suficientes datos sobre la cantidad ni sobre los tipos de fibra que resultan más beneficiosos. Si bien hasta hace unos años la fuente de fibra más frecuente eran los polisacáridos de soja, actual- mente se utilizan mezclas de distintas fibras en pro- porciones variables. Es necesario, por tanto, antes de elegir uno u otro producto, conocer la proporción de fibra soluble e insoluble que más se ajuste al efec- to que se pretende conseguir. Por ejemplo, si lo que interesa es aumentar el bolo fecal y disminuir el es- 62 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 63 D. del Olmo García | M.A. Koning Tabla 3. F Ó R M U L A S P O L IM É R IC A S N O R M O P R O T E IC A S IS O C A L Ó R IC A S S IN F IB R A P rep arad o kcal/m l O sm o larid ad (m O sm /l) kcal n o p ro teicas/ g N P ro teín as (% E ) H id rato s d e carb o n o (% E ) L íp id o s (% E ) P resen tació n C linutren IS O ® (N estlé) 1 360 (370 chocolate) 145 15 55 30 C opas 200 m l D ietgrif E stándar ® (G rifols) 1 235 (neutro), 355 (vainilla), 370 (chocolate/fresa) 131 16 55 29 B otella 500 m l E danec ® (A bbott) 1 244 135 16 54 30 B otella R T H 500 m l E nsure H N ® (A bbott) 1 319 (245 pollo) 134 (124 pollo) 15,9 (17% pollo) 54 (53,3% pollo) 30,1 (29,7% pollo) Lata 250 m l y botella R T H 500 m l E nsure P olvo ® (A bbott) 1 - 14 55,1 30,9 Lata 380 g y sobres 59 g F ortisip P ow der ® (N utricia) 1 - 130 16 49 35 S obres de 54 g F resubin O riginal ® (F resenius K abi) 1 350 143 15 55 30 B otella 500 m l Isosource S tandard ® (N ovartis) 1,05 292 (201 neutro) 138 16 54 30 F rascos 250 y 500 m l y flexibag 500 y 1.500 m l Locasol ® (S H S ) 0,66 310 (al 13,1% ) 308 7,5 32 60,5 B ote 400 g M onogen ® (S H S ) 0,74 280 (al 17,5% ) 205 10,8 64,8 24,4 B ote 400 g N utridrink ® (C linical N utrition) 1 370 132 16 48 36 F rascos 500 m l N utrison Low E nergy ® (N utricia) 0,75 190 134 16 49 35 P ack 1.000 m l N utrison Low S odium ® (N utricia) 1 205 134 16 49 35 B otellas 500 m l y pack 1.000 m l N utrison P ow der ® (N utricia) 1 (21,7% ) - 134 16 48 36 B ote 860 g N utrison P re ® (N utricia) 0,5 140 134 16 49 35 B otellas 500 m l y pack 1.000 m l N utrison S oya ® (N utricia) 1 250 131 16 49 35 B otellas 500 m l y pack 1.000 m l N utrison S tandard ® (N utricia) 1 385 (265 neutro) 134 16 49 35 B otellas 500 m l y pack 1.000 m l O sm olite H N ® (A bbott) 1 244 125 16 54 30 B otella R T H 500 m l, 1.000 m l y 1.500 m l S ondalis E stándar ® (N estlé) 1 310 (380 café) 140 15 55 30 B otella 500 m l S ondalis IS O ® (N estlé) 1 250 140 15 50 35 D R IP A C -flex 1.000 m l V egenat-M ed ® M anzana, N aranja, M iel, C hocolate (V egenat) 1 144 15 55 30 S obres 110 g E : energía total de la dieta. 64 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 65 D. del Olmo García | M.A. Koning treñimiento la elección se inclinará hacia una fórmu- la en la que predomine la fibra insoluble. 3.1.2. Fórmulas poliméricas normoproteicas concentradas La densidad calórica de este grupo de fórmulas se encuentra entre 1,2 y 1,6 kcal/ml. Están indicadas en situaciones en las que interesa reducir o limitar el volumen administrado, por edemas o insuficien- cia cardiaca, por ejemplo, pero también para facilitar la ingestión oral o la administración enteral (mismas calorías con un volumen inferior). Las osmolalidades de este grupo de fórmulas suelen ser, lógicamente al reducir el volumen, superiores, y en general se en- cuentran en torno a 400 mOsm/kg. Al igual que el grupo anterior se subclasifican según tengan o no fi- bra. La cantidad de fibra y las fuentes utilizadas son similares a las comentadas anteriormente en el caso de las fórmulas isocalóricas (Tabla 5). 3.2. Fórmulas poliméricas hiperproteicas El contenido de proteínas de este grupo es supe- rior al 18% del valor calórico total, en general alre- dedor de un 20% de las calorías. La relación kcal no proteicas/g de nitrógeno se encuentra entre 70 y 100. Las fuentes de las proteínas, los hidratos de carbono y la grasa son similares a las de las fór- mulas normoproteicas, aunque existen más pre- parados que mezclan triglicéridos de cadena me- Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hid. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Dietgrif Estándar Fibra® (Grifols) 1 390 131 16 55 29 Botella 500 ml Ensure® con Fibra (Abbott) 1,05 366 146 14,7 54,4 30,9 Lata 250 ml y botella RTH 500 ml Fresubin Original Fibre® (Fresenius Kabi) 1 250 143 15 55 30 Botella 500 ml Isosource Fibra® (Novartis) 1 249 (248 neutro) 142 15 55 30 Frascos 500 ml y flexibag 1.500 ml Isosource MIX® (Novartis) 1,06 303 129 16 53 31 Frascos 500 ml y flexibag 500 ml Jevity® (Abbott) 1 250 138 15,2 55,5 29,3 Botella RTH 500 ml, 1.000 ml y 1.500 ml Novasource GI Control® (Novartis) 16 324 137 16 54 30 Frascos 250 y 500 ml Nutrison Low Energy Multi Fibre® (Nutricia) 0,75 210 134 16 49 35 Pack 1.000 ml Nutrison Multi Fibre® (Nutricia) 1 210 134 16 49 35 Botellas 500 ml y pack 1.000 ml Sondalis Estándar Fibra® (Nestlé) 1 335 140 15 55 30 Botella 500 ml Sondalis Fibra® (Nestlé) 1 270 140 15 50 35 DRIPAC-flex 1.000 ml Tabla 4. FÓRMULAS POLIMÉRICAS NORMOPROTEICAS ISOCALÓRICAS CON FIBRA E: energía total de la dieta. 64 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 65 D. del Olmo García | M.A. Koning dia y de cadena larga en distintas proporciones. Al aumentar el porcentaje de las proteínas, la cantidad de los otros macronutrientes, hidratos de carbono y grasa debe variar. La mayoría de los preparados mantienen el porcentaje de hi- dratos de carbono alrededor de un 45% a un 55%, mientras que llegan a reducir la proporción de grasa hasta niveles de un 23 a 29%. Al igual que en el apartado anterior, las fórmu-las hiperproteicas se subclasifican en: Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hid. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Sin fibra Clinutren 1,5® (Nestlé) 1,50 540 (500 chocolate) 140 15 55 30 Copas 200 ml Dietgrif Energético® (Grifols) 1,50 390 131 16 54 30 Botella 500 ml Ensure Plus HN® (Abbott) 1,50 384 128 16,5 53,8 29,7 Lata 250 ml y botella RTH 500 ml y 1.000 ml Ensure Plus Drink® (Abbott) 1,50 517 127 16,7 53,8 29,5 Brik 200 ml Ensure Plus Fresh® (Abbott) 1,50 656 128 16,7 53,3 30 Brik 220 ml Fortisip® (Nutricia) 1,50 445 134 16 49 35 Brik 200 ml Isosource Energy® (Novartis) 1,60 298 151 14 51 35 Frascos 250 ml y flexibag 500 ml Nutrison Energy® (Nutricia) 1,50 385 134 16 49 35 Botellas 500 ml y pack 1.000 ml Resource Energy® (Novartis) 1,50 355 142 15 50 35 Combibloc 200 ml Resource 2® (Novartis) 2 543 114 18 43 39 Combibloc 200 ml Sondalis 1,5® (Nestlé) 1,50 410 140 15 50 35 DRIPAC-flex 1.000 ml Con fibra Clinutren 1,5 Soup® (Nestlé) 1,50 225 (185 pollo con verduras) 146 15 55 30 Copas 200 ml Enrich Plus® (Abbott) 1,50 552 131 16,3 54,9 28,9 Brik 200 ml Fortifresh® (Nutricia) 1,50 740 134 16 49 35 Brik 200 ml Fortisip Multi Fibre® (Nutricia) 1,50 455 134 16 49 35 Brik 200 ml Nutrison Energy Multi Fibre® (Nutricia) 1,50 335 134 16 49 35 Pack 1.000 ml Tabla 5. FÓRMULAS POLIMÉRICAS NORMOPROTEICAS CONCENTRADAS E: energía total de la dieta. 66 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 67 D. del Olmo García | M.A. Koning 3.2.1. Fórmulas poliméricas hiperproteicas isocalóricas Los productos comercializados hasta el momen- to en este grupo se recogen en la Tabla 6. Ningu- no de ellos contiene fibra. 3.2.2. Fórmulas poliméricas hiperproteicas concentradas (Tabla 7) a) Sin fibra. b) Con fibra. Las indicaciones genéricas de las fórmulas hi- Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hid. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Dietgrif Hiperproteico® (Grifols) 1,06 225 89 22 49 29 Botella 500 ml Dietgrif MCT® (Grifols) 1 225 100 20 55 25 Botella 500 ml Edanec HN® (Abbott) 1 269 76 25 52 23 Botella RTH 500 ml Ensure Hiperproteico® (Abbott) 0,95 521 94 21,2 54,9 23,9 Brik 215 ml Hipernutril MCT® (Clinical Nutrition) 405 100 21 51 28 Sobres 92 g Hipernutril MCT Hiposódico® (Clinical Nutrition) 380 100 21 51 28 Sobres 92 g Hipernutril MCT Proteico® (Clinical Nutrition) 350 64,7 28 45 26 Sobres 76 g Hipernutril MCT Sonda® (Clinical Nutrition) 270 97 23 55 14 Botes 2 kg Nutrison MCT® (Nutricia) 1 265 102 20 50 30 Pack 1.000 ml Promote® (Abbott) 1 269 76 25 52 23 Botella RTH 500 ml Resource Hiperproteico® (Novartis) 1,25 435 (fresa) 336 (vainilla) 340 (chocolate) 58,3 30 45 25 Combibloc 200 ml Vegenat-Med® Ternera, Pollo, Jamón, Pescado (Vegenat) 1 98,8 20 45 35 Sobres 110 g Vegenat-Med® Hortalizas, Verduras, Lentejas, Garbanzos (Vegenat) 1 101 20 50 30 Sobres 110 g Tabla 6. FÓRMULAS POLIMÉRICAS HIPERPROTEICAS ISOCALÓRICAS SIN FIBRA E: energía total de la dieta. 66 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 67 D. del Olmo García | M.A. Koning perproteicas incluyen desde los casos de pacien- tes con desnutrición, fundamentalmente protei- ca, sin mayor aumento de los requerimientos, hasta los pacientes con hipermetabolismo y es- trés metabólico en los que, para cubrir las nece- sidades nutricionales, se pueden requerir el uso de fórmulas hiperproteicas, en ocasiones con- centradas. 4. Fórmulas oligomonoméricas Las fórmulas oligomonoméricas son aquéllas en las que las proteínas se encuentran hidroliza- das en péptidos pequeños o en aminoácidos li- bres. El término oligomonomérica engloba las fórmulas peptídicas y las monoméricas, antes co- Preparado kcal/ ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hidratos de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Sin fibra Clinutren HP Energy® (Nestlé) 1,25 410 58 24 47 29 Copas 200 ml Fresubin HP Energy® (Fresenius Kabi) 1,50 300 100 20 45 35 Botella 500 ml Isosource Protein® (Novartis) 1,22 350 (245 neutro) 92 22 49 29 Frascos 500 ml y flexibag 500 ml Meritene Complet® (Novartis) 1,22 350 90 22 49 29 Frascos 250 ml Nutrison Protein Plus® (Nutricia) 1,25 335 102 20 45 35 Pack 1.000 ml Osmolite HN Plus® (Abbott) 1,20 293 135 18,5 52,5 29 Botella RTH 500 ml Resource Hiperproteico® (Novartis) 1,25 435 (fresa) 336 (vainilla) 340 (chocolate) 58,5 30 45 25 Combibloc 200 ml Sondalis HP® (Nestlé) 1,34 320 100 20 45 35 DRIPAC-flex 1.000 ml Sondalis HP/HC® (Nestlé) 1,60 380 100 20 45 35 Botella 500 ml Con fibra Isosource Protein Fibra® (Novartis) 1,37 399 99 20 45 35 Frascos 500 ml Nutrison Protein Plus Multi Fibre® (Nutricia) 1,25 280 102 20 45 35 Pack 1.000 ml Jevity Plus® (Abbott) 1,20 361 107,7 18 51,9 30,1 Botella 500 ml, 1.000 ml y 1.500 ml Tabla 7. FÓRMULAS POLIMÉRICAS HIPERPROTEICAS CONCENTRADAS E: energía total de la dieta. 68 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 69 D. del Olmo García | M.A. Koning nocidas como elementales. En ambos grupos los hidratos de carbono suelen aportarse en forma de dextrinomaltosa, pero también se utilizan oli- gosacáridos de glucosa y disacáridos como fruc- tosa y maltosa. El porcentaje calórico a expensas de los hidratos de carbono suele ser superior al habitual en las fórmulas poliméricas (más de un 50%) debido a que suelen ser dietas pobres en grasa. De hecho, en la mayoría de las fórmulas los lípidos suponen entre un 20 y un 25% del valor calórico total y, en general, se aportan como mez- cla en distintas proporciones de triglicéridos de cadena larga y media obtenidos de grasa vegetal de distintas fuentes. La osmolalidad de este grupo de fórmulas es siempre mayor que la de las fórmulas poliméricas ya que, al tratarse de nutrientes “simples”, el núme- ro de partículas osmóticamente activas por kg de disolvente es muy superior. Se trata, por tanto, de fórmulas hipertónicas, con osmolalidades que en las fórmulas peptídicas varían entre 200 y 550 mOsm/kg, mientras que en las monoméricas se encuentran por encima de 500 mOsm/kg. Se suponía que la tolerancia gastrointestinal con las fórmulas oligomonoméricas era mejor que con las fórmulas poliméricas. Sin embargo, los es- tudios que comparan ambos tipos de fórmulas en distintas situaciones clínicas no suelen encontrar diferencias o, si las hay, se inclinan a favor de las po- liméricas. Así, por ejemplo, en la enfermedad infla- matoria intestinal, paradigma de enfermedad en la que, por estar alterada la capacidad de absorción intestinal, se indicaba la utilización de fórmulas oli- gomonoméricas, las fórmulas poliméricas han de- mostrado tolerarse incluso mejor que éstas, reco- mendándose en la últimas revisiones sistemáticas de la literatura sobre el manejo nutricional de la enfermedad de Crohn el uso de fórmulas po- liméricas frente a fórmulas oligomonoméricas (Zachos et al.). También otras situaciones en las que típicamente se recomendaba el uso de die- tas oligomonoméricas, como la administración de la fórmula por sonda u ostomía en yeyuno, se prefieren manejar en la actualidad con fórmulas poliméricas. Quizá por tener cada vez menos indicaciones, el número de fórmulas de este grupo no ha au- mentado como en el resto de los casos, sino que ha ido decreciendo, pasando de 16 en 1983 a 14 en el Vademécum español de 2004. 4.1. Fórmulas peptídicas Las fórmulas peptídicas aportan péptidos de 2 a 6 aminoácidos y en algunos casos pequeñas can- tidades de aminoácidos libres, obtenidos en la ma- yoría de los casos por hidrólisis de lactoalbúmina. La mayoría se presentan en polvo (sobres o latas), aunque también existen preparadoslíquidos en botellas y bolsas para su uso inmediato. Según las recomendaciones actuales, y de una forma estricta, deben utilizarse en pacientes que no toleran las dietas poliméricas por estar muy mermada la capacidad de absorción intestinal (en- teritis actínica), en la pancreatitis aguda, y en las primeras fases de nutrición enteral del intestino corto. En el resto de las situaciones clínicas pue- den administrarse, de una forma segura, fórmulas poliméricas. Existen en la actualidad ocho productos comer- cializados, que se recogen en la Tabla 8. Al igual que las fórmulas poliméricas y siguiendo los crite- rios clasificatorios, se agrupan en fórmulas peptídi- cas normo e hiperproteicas. 4.1.1. Fórmulas peptídicas normoproteicas Contienen entre un 16 y un 18% de las calorías en forma de péptidos. Debido a que por sus indicacio- nes están restringidas prácticamente para uso ente- ral con sonda, cuatro se presentan sin sabor (sabor neutro), aunque existen dos preparados con sabores que pueden administrarse también por vía oral. 4.1.2. Fórmulas peptídicas hiperproteicas Existen actualmente en el mercado español dos productos que, por definición, aportan más del 18% de las calorías en forma de péptidos. Excepto por el contenido en proteínas, las fuentes de los macronu- trientes, la densidad calórica y la osmolalidad son si- milares a las de las fórmulas normoproteicas. Teniendo en cuenta las situaciones clínicas en las que está recomendado el uso de las fórmulas peptídicas (pancreatitis aguda o intestino corto), lo habitual, cuando se necesita una fórmula peptí- dica, es elegir entre las hiperproteicas, reservando 68 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 69 D. del Olmo García | M.A. Koning las fórmulas peptídicas normoproteicas para situa- ciones menos graves o de requerimientos menos importantes. 4.2. Fórmulas monoméricas La única fuente de nitrógeno de estas fórmu- las son los aminoácidos libres, sintéticos u obte- nidos por hidrólisis enzimática de proteínas en- teras (lactoalbúmina fundamentalmente). A pesar de lo que se que se creía en un principio, la ab- sorción intestinal de los aminoácidos libres es más lenta y costosa que la absorción de los di- péptidos o tripéptidos, y la tolerancia gastro- intestinal es peor que con las fórmulas peptídicas o las poliméricas. Es este grupo de fórmulas el que más ha disminui- do en las últimas décadas y el que menos indicaciones clínicas conserva. Solamente existen seis preparados comercializados en la actualidad. Todos ellos son nor- moproteicos y pobres en grasa, y cinco se presentan en polvo saborizado o con sabor neutro (Tabla 9). 5. Fórmulas específicas para la insuficiencia renal 5.1. Generalidades La desnutrición, de mayor o menor grado, es una constante en los pacientes con insuficiencia renal crónica, y se asocia a una mayor morbilidad (infecciones, hemorragias, etc.) y mortalidad. La insuficiencia renal, al margen de la causa, produ- ce una serie de cambios y alteraciones nutricio- nales, como: Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hid. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Fórmulas oligomonoméricas peptídicas normoproteicas Dietgrif Polipeptídico® (Grifols) 1 350 113,5 18 75 7 Botella 500 ml Peptamen® (Nestlé) 1 200 130 16 51 33 DRIPAC-flex 1.000 ml Peptinutril® (Elemental Sonda) (Clinical Nutrition) - 390 164 16,3 62,2 16,5 Polvo botes 2 kg Peptinutril® 2000/10 Elemental (Clinical Nutrition) - 570 114 16 51 33 Polvo sobres 92 g Peptisorb® (Nutricia) 1 440 144 16 69 15 Botellas 500 ml y pack 1.000 ml Survimed® OPD (Fresenius Kabi) 1 350 1.113 18 60 22 Botella 500 ml Fórmulas oligomonoméricas peptídicas hiperproteicas Alitraq® (Abbott) 1 480 95 21,1 65,4 13,8 Sobres 76 g Peptinutril® 2300/15 Elemental (Clinical Nutrition) - 550 105 21,5 47,5 30 Sobres 87 g Tabla 8. FÓRMULAS PEPTÍDICAS E: energía total de la dieta. 70 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 71 D. del Olmo García | M.A. Koning a) Anorexia o hiporexia. b) Desnutrición proteica, consecuencia no sólo de la disminución de la ingestión de proteínas, si- no también de las pérdidas renales por proteinu- ria, como ocurre en el síndrome nefrótico. Ade- más del descenso de la concentración de albúmina, prealbúmina y transferrina, los pacientes con insu- ficiencia renal crónica suelen presentar una alte- ración del patrón plasmático de aminoácidos, con niveles anormalmente altos de aminoácidos no esenciales y concentraciones inferiores a la nor- malidad de aminoácidos esenciales. c) Disminución del aclaramiento de urea, creati- nina, ácido úrico, calcio, fósforo, magnesio, elemen- tos traza, y algunas vitaminas. d) Incapacidad para regular la concentración de electrólitos (sodio y potasio) y el equilibrio ácido-base. e) Disminución de la síntesis renal de 1,25-dihi- droxivitamina-D3, que produce una reducción en la absorción del calcio de la dieta, y de la eritropoye- tina, que resulta en anemia. Las modificaciones alimentarias que se han pro- puesto para los pacientes con insuficiencia renal pretenden conseguir tres objetivos: disminuir los síntomas urémicos, mantener o corregir el estado nutricional, y disminuir la velocidad de progresión hacia la insuficiencia renal terminal y la diálisis. Pa- ra ello se recomienda: 1. En pacientes con insuficiencia renal en pre- diálisis comenzar una dieta hipoproteica apor- tando proteínas de alto valor biológico. De esta forma se pretende disminuir la acumulación de urea y de otros productos nitrogenados de la de- gradación de las proteínas, sin que la restricción de proteínas favorezca la desnutrición. La necesidad de restringir las proteínas en la dieta de los pacientes con insuficiencia renal y el grado de esta restricción han sido motivo de dis- cusión desde hace décadas. Clásicamente se ajus- taban las necesidades de proteínas al filtrado glo- merular residual. Se han recomendado dietas muy estrictas, con restricciones de hasta 0,3 g/kg/día, su- plementando con aminoácidos esenciales y sus ce- toanálogos. Al menos en teoría, la administración de cetoanálogos de aminoácidos esenciales condu- ciría a una disminución de la urea al incorporarse el nitrógeno en la síntesis de los aminoácidos no esenciales (transaminación). También han existido críticas a las dietas pobres en proteínas. Según al- gunos autores la restricción proteica no retrasa la evolución de la enfermedad, y sí produce y favore- ce la desnutrición tan frecuente en estos pacientes. Sin embargo, en un metaanálisis reciente (Fouque et al., 2001) se concluye que las dietas pobres en proteínas retrasan la entrada en diálisis de los pa- cientes con insuficiencia renal de etiología no dia- Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hid. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Elemental® 028 (SHS) 0,76 - 213,6 10,5 74 15,5 Sobres 100 g Elemental® 028 Extra (Polvo) (SHS) 0,85 - 188,5 11,7 51,5 36,8 Sobres 100 g Elemental® 028 Extra (Líquida) (SHS) 0,86 - 188 12 51 37 Tetrabrik 250 ml Emsogen® (SHS) 0,84 - 184 12 53 35 Sobres 100 g Elemental Nutril® 2000/ 7 (Clinical Nutrition) 1 580 281 11 74 15 Sobres 95 g Elemental Nutril® 2000/ 12 (Clinical Nutrition) 650 133 16,5 70 12,5 Sobres 101 g Tabla 9. FÓRMULAS MONOMÉRICAS E: energía total de la dieta. 70 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 71 D. del Olmo García | M.A. Koning bética. Sin embargo, todavía no está establecido el grado de restricción óptimo, aunque según los au- tores de este metaanálisis, para la mayoría de los pacientes parecen recomendables restricciones poco estrictas, en torno a 0,7-0,8 g por kg y día. Es importante recordar que las técnicas de de- puración renal conllevan la pérdida de aminoácidos y proteínas, por lo que los requerimientos protei- cos en los pacientes dializadosestán aumentados. Se estima que las necesidades de proteínas para pa- cientes sometidos a diálisis son similares para diá- lisis peritoneal y hemodiálisis, y se encuentran en torno a 1,2 g de proteínas/kg/día. 2. Asegurar un aporte de energía similar al de la población sana, en torno a 30-35 kcal/kg/día. El re- parto de energía entre los tres macronutrientes de- be tener en cuenta la restricción proteica en el caso de los pacientes en prediálisis, requiriendo aumentar las calorías de hidratos de carbono y grasa para ase- gurar que se cubren las necesidades energéticas. 3. Disminuir la ingesta y/o la absorción intes- tinal de fósforo, sodio, potasio, y magnesio, funda- mentalmente. 4. Suplementar la dieta con calcitriol y adminis- trar eritropoyetina. 5.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia renal Se denominan fórmulas específicas para insufi- ciencia renal las fórmulas de nutrición enteral que han sido diseñadas para tratar a los pacientes con insuficiencia renal crónica. Las diferencias funda- mentales respecto a las fórmulas estándar radican en el contenido y calidad de las proteínas y en la cantidad de electrólitos (sodio y potasio), y de mi- nerales (calcio y fósforo, fundamentalmente). Existen dos tipos de fórmulas, las dirigidas a pacientes en prediálisis y las específicas para pa- cientes en diálisis (Tabla 10). En la composición de ambos tipos de fórmulas también existen dife- rencias que pretenden ajustarse a las necesidades nutricionales de estos dos grupos de pacientes. 5.2.1. Fórmulas para insuficiencia renal prediálisis Actualmente existen dos productos comercia- lizados en España específicamente para la insufi- ciencia renal preterminal. Se caracterizan por ser pobres en proteínas (6 y 11% del valor calórico to- tal), con una relación kcal no proteicas por gramo de nitrógeno muy superior a 200. Uno de ellos es una fórmula polimérica que utiliza como fuente de proteínas la caseína, mientras que el otro producto aporta aminoácidos libres, tratándose, pues, de una fórmula monomérica. En este caso la presentación es en polvo saborizado, mientras que la fórmula po- limérica se presenta en líquido, también saborizada. Para compensar la restricción proteica la cantidad de hidratos de carbono (50 y 70% del valor calórico total) y de grasa (más del 40% de las calorías totales en las fórmulas poliméricas) están muy aumentadas. En ninguno de los dos casos se aporta fibra. La cantidad de sodio, potasio y fósforo está muy por debajo del aporte de las fórmulas estándar, aun- que es diferente en los dos productos disponibles. Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hid. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Nefronutril® (Clinical Nutrition) 1 590 257 11 73 15 Cajas con 6 sobres de 91 g Nepro® (Abbott) 2 446 154 14 43 43 Lata 236 ml Suplena® (Abbott) 2 427 400 6 51 43 Lata 236 ml Tabla 10. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA INSUFICIENCIA RENAL E: energía total de la dieta. 72 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 73 D. del Olmo García | M.A. Koning 5.2.2. Fórmulas para insuficiencia renal en diálisis Hasta la fecha sólo existe un producto co- mercializado en España para pacientes en diálisis. Se trata de una fórmula polimérica, concentrada (2 kcal/ml), líquida y saborizada, que aporta el 14% de las calorías en forma de proteínas (relación kcal no proteicas/g de nitrógeno de 154). El aporte de sodio, potasio y fósforo también está restringido. Son muy pocos los trabajos que evalúan la efi- cacia de las fórmulas específicas para insuficien- cia renal comparadas con las fórmulas estándar. La mayoría de ellos son estudios de poca calidad meto- dológica y que utilizan las fórmulas como suplemen- tos de la dieta normal. En una búsqueda sistemática de la literatura (Del Olmo et al., 2002) solamente se han encontrado dos estudios prospectivos y aleato- rizados utilizando las fórmulas enterales como nu- trición exclusiva, uno en prediálisis y el otro en pa- cientes dializados. El primero de ellos (Paridaens et al., 1995) compara la utilización de tres fórmulas iso- calóricas con distinta proporción de proteínas (16%, 10% y 7%) en 67 ancianos desnutridos con insufi- ciencia renal crónica. Con la fórmula que aporta un 10% de proteínas se consigue hacer un balance ni- trogenado positivo sin empeorar el aclaramien- to de creatinina. La fórmula que aporta el 16% de las calorías como proteínas empeora la función re- nal (aumentan las cifras de creatinina), mientras que la fórmula más hipoproteica (7% de las calorías) no consigue recuperar la desnutrición. En el segundo trabajo, Cockram et al. comparan una fórmula especialmente diseñada para pacien- tes en diálisis con una fórmula estándar, en 79 pa- cientes normonutridos con insuficiencia renal cró- nica sometidos a hemodiálisis. No se encuentran diferencias en parámetros nutricionales, tolerancia de las fórmulas, concentración de urea ni electró- litos. La única diferencia significativa es la disminu- ción de la fosforemia y del producto calcio-fósfo- ro en el grupo tratado con la dieta especial, si bien es importante resaltar que los tratamientos que- lantes fueron suspendidos al inicio del estudio. Se puede concluir que, al igual que en alimenta- ción natural, está indicado usar fórmulas con restric- ción proteica en el caso de los pacientes con insufi- ciencia renal prediálisis candidatos a recibir nutrición enteral, no sólo para intentar enlentecer la progre- sión de la enfermedad, si no para ajustar el aporte de electrólitos y de fósforo. Sin embargo, no pare- ce tan claro el beneficio de la fórmula específica para pacientes en diálisis, aunque la necesidad de restrin- gir el aporte de potasio y fósforo puede justificar el uso de esta fórmula especial. Resulta imprescindible continuar realizando trabajos que comparen la efica- cia de las fórmulas específicas respecto a la estándar antes de recomendar su uso sistemático en la insu- ficiencia renal. 6. Fórmulas específicas para la hepatopatía 6.1. Generalidades Según los estudios de prevalencia, más del 50% de los pacientes con insuficiencia hepática presen- tan desnutrición más o menos grave dependiendo de la severidad del daño hepático. La desnutrición aparece como consecuencia de la suma de algunos de los siguientes factores: a) Anorexia y disminución en la ingesta secun- daria a alcoholismo, dolor abdominal, alteraciones en el gusto, o encefalopatía. b) Náuseas y vómitos. c) Malabsorción y esteatorrea. d) Ascitis. e) Hemorragia gastrointestinal secundaria a hi- pertensión portal. f) Alteraciones en el metabolismo de los macro y micronutrientes que resultan en intolerancia a los hidratos de carbono y diabetes, dislipemia, déficit vi- tamínico-minerales y una serie de anomalías secun- darias a la alteración del metabolismo proteico, en- tre las que destacan la disminución de la síntesis hepática de proteínas y el desarrollo de encefalopa- tía. Aunque todavía no está aclarada completamen- te, la patogenia de la encefalopatía hepática es mul- tifactorial y, al menos en parte, está relacionada con alguna de las alteraciones en el metabolismo de las proteínas, como: • Acumulación en el sistema nervioso central del amonio derivado del catabolismo proteico y de otras toxinas que no pueden ser depuradas por el hígado. • Desequilibrio en el aminoacidograma plasmáti- co con aumento de la concentración de aminoáci- dos aromáticos (fenilalanina, tirosina y triptófano) y disminución de los aminoácidos de cadena rami- 72 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 73 D. del Olmo García | M.A. Koning ficada (valina, leucina e isoleucina). Este desequili- brio conduce al aumento de los niveles de seroto- nina, sintetizada a partir del triptófano, y de otros falsos neurotransmisores que se producen por el exceso de tirosina. • Disminución de la concentración de glutamato y aspartato en el sistema nerviosocentral. En esta probable implicación de las proteínas en la patogenia de la encefalopatía hepática se basa- ba la recomendación de restringir las proteínas de la dieta en los pacientes con insuficiencia hepáti- ca. Sin embargo, los estudios realizados con die- tas pobres en proteínas y suplementos de aminoá- cidos de cadena ramificada (por vía oral, enteral o parenteral) no han demostrado mejoría en la fun- cionalidad hepática ni en la encefalopatía estableci- da. Por el contrario, las dietas hipoproteicas se aso- cian con un mayor grado de desnutrición proteica. Además, no todos los pacientes con insuficiencia hepática desarrollan encefalopatía. De hecho, la mayoría de los pacientes toleran cantidades nor- males de proteínas o incluso cantidades más altas de lo habitual en situaciones de requerimientos es- peciales. Pero existe un grupo de pacientes con ci- rrosis en los que cantidades normales de proteínas sí inducen encefalopatía. Como se verá después, es en este grupo en el que estaría justificado sustituir parte de las proteínas convencionales de la dieta por aminoácidos de cadena ramificada, con el ob- jetivo de evitar la aparición de nuevos brotes de encefalopatía. Los objetivos del soporte nutricional en la he- patopatía son el mantenimiento de un adecuado estado nutricional, la mejoría de la función hepáti- ca y la prevención o mejora de la encefalopatía. Las recomendaciones generales para el manejo nutri- cional de estos pacientes comprenden: 1. Asegurar un aporte calórico suficiente y si- milar al de la población normal, entre 30 y 35 kcal/ día. La mayoría de los trabajos realizados en pa- cientes cirróticos no han encontrado un aumento del gasto energético, sino una disminución en la in- gesta como factor destacado en la patogenia de la desnutrición. 2. Mantener un aporte suficiente de proteínas para evitar la desnutrición proteica sin inducir en- cefalopatía. En pacientes estables y que toleran ade- cuadamente las proteínas suele ser necesario admi- nistrar entre 0,8 y 1,1 g/kg/día para mantener un correcto estado nutricional. En pacientes con ence- falopatía hepática crónica, o en aquellos en los que un aporte normal de proteínas induce encefalopatía, se hace necesario restringir el aporte proteico. Clásicamente, se recomienda que la restric- ción de las proteínas de la dieta se acompañe, pa- ra evitar la desnutrición, de suplementos de ami- noácidos de cadena ramificada. Sin embargo, esta recomendación está siendo revisada, ya que exis- ten controversias sobre la eficacia real de los aminoácidos de cadena ramificada en la encefalo- patía hepática. En un metaanálisis de la Cochrane Library de 2003 (Als Nielsen et al., 2003) se reco- gen los estudios prospectivos aleatorizados que comparan la administración de aminoácidos de cadena ramificada por cualquier vía (oral, enteral o parenteral) frente a cualquier otro tratamien- to. Los autores de este metaanálisis concluyen que, con los estudios publicados hasta la fecha, no existen datos convincentes sobre el supuesto efecto beneficioso de los aminoácidos de cadena ramificada en los pacientes con encefalopatía he- pática. Por el momento, es necesario tener pre- caución a la hora de recomendar el uso sistemá- tico de este tipo de aminoácidos. 3. No es necesario reducir sistemáticamente el aporte de grasa de la dieta, aunque si existe estea- torrea puede resultar útil reducir la grasa y admi- nistrar triglicéridos de cadena media. 4. Corregir las deficiencias de vitaminas y mi- nerales. 5. Restringir el sodio y los líquidos para evitar la aparición de edemas y ascitis. 6.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia hepática Las fórmulas específicas para pacientes con he- patopatía pretenden ajustarse a las necesidades nutricionales de este tipo de pacientes. En la ac- tualidad existen comercializadas tres fórmulas nor- moproteicas (12-14,5% de las calorías en forma de proteínas). Dos de ellas son poliméricas, y la terce- ra es peptídica y contiene como fuente proteica hi- drolizado de lactoalbúmina (Tabla 11). Una se presenta en líquido y es concentrada, mientras que las dos restantes son en polvo, ob- teniéndose una mayor o menor densidad energé- tica según la dilución. Pueden administrarse por 74 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 75 D. del Olmo García | M.A. Koning sonda o por vía oral, ya que existen variedades saborizadas. Comparando con las fórmulas estándar: • Contienen aminoácidos de cadena ramificada (aproximadamente 30-40%) que se añaden como aminoácidos libres. • Contienen triglicéridos de cadena media en distintas proporciones, entre un 35 y un 70% de la grasa total. Las fórmulas en polvo son, además, muy pobres en grasa, un 8% y 16% respecto al valor ca- lórico total, aumentando la proporción de hidratos de carbono hasta más del 70% de las calorías. • La dieta líquida es concentrada, con una densidad calórica de 1,3 kcal/ml, y se recomienda que las dietas en polvo sean diluidas en una cantidad determinada de agua para obtener una densidad de 1,3 kcal/ml. • Restringen la cantidad de sodio. Como se puede comprobar, la composición de estas fórmulas específicas se aparta de las nece- sidades de la mayoría de los pacientes con insu- ficiencia hepática y cirrosis. Revisando la literatu- ra publicada en nutrición enteral, hasta la fecha la mayoría de los estudios se vienen realizando utili- zando estas fórmulas como suplementos de la die- ta habitual, y comparan el hecho de si tomar o no suplementos influye en la recuperación de la ence- falopatía hepática y en el mantenimiento del esta- do nutricional. En nutrición enteral exclusiva, la eficacia de es- tas dietas específicas respecto a las fórmulas están- dar se ha analizado en un metaanálisis de 1996 (Fabbri et al.) que incluye todos los estudios pros- pectivos publicados desde 1976 hasta 1992 que comparan la utilización de aminoácidos de cade- na ramificada frente a hidratos de carbono, caseína o placebo en pacientes con encefalopatía hepáti- ca crónica o recidivante. Las conclusiones de Fab- bri et al. son que el uso de aminoácidos de cade- na ramificada debe reservarse para los pacientes con cirrosis avanzada y encefalopatía hepática que no toleran cantidades normales de proteínas. Las dietas específicas no mejoran la encefalopatía he- pática establecida, sino que permiten administrar una cantidad de proteínas suficiente sin provocar la aparición de encefalopatía. Por lo tanto, la mayoría de los pacientes con insuficiencia hepática y cirrosis pueden manejar- se con fórmulas de nutrición enteral estándar. So- lamente en aquellos pacientes intolerantes, en los que se haya desencadenado la encefalopatía hepá- tica con dietas normales, es necesario utilizar este tipo de fórmulas específicas. 7. Fórmulas específicas para la insuficiencia respiratoria 7.1. Generalidades Los parámetros respiratorios y la capacidad pa- ra el ejercicio están influidos por el estado nutri- cional. La desnutrición proteica, por ejemplo, induce Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hid. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Hepatical® (SHS) 1,3 789 (759 plátano- caramelo) 148 14,5 69,2 16,3 Sobres 100 g Hepatonutril® (Clinical Nutrition) 799 202 14 76 8 Sobres 97 g Nutricomp Hepa® (Braun) 1,3 371 178 12 48 40 Botellas 500 ml Tabla 11. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA INSUFICIENCIA HEPÁTICA E: energía total de la dieta. 74 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 75 D. del Olmo García | M.A. Koning una atrofia muscular progresiva que afecta también a la musculatura respiratoria y que conduce a una mayor fatigabilidad y menor capacidad funcional. Es- tos cambios en la función respiratoria pueden con- vertirse en irreversibles si la desnutrición es impor- tante. Por otro lado, los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica (bronquitis o enfisema) presen- tan, con muchafrecuencia, algún grado de desnutri- ción secundaria a un desequilibrio entre su ingesta y su gasto energético. La disnea, las desaturaciones al masticar y al tra- gar, la supresión del apetito inducida por la hipoxia o las reagudizaciones de la enfermedad de base y sus tratamientos son algunos de los motivos por los que los pacientes con insuficiencia respirato- ria crónica reducen su ingesta energética. La mayo- ría de los estudios, además, encuentran un aumen- to del gasto energético de un 20 a un 30% sobre el esperado. Entre otros, los factores que pueden ex- plicar este aumento del gasto incluyen el mayor es- fuerzo ventilatorio, el estado de inflamación crónica y el aumento en los niveles de factor de necrosis tu- moral. A consecuencia de la desnutrición, la función respiratoria empeora, la capacidad funcional se re- duce y son más frecuentes las reagudizaciones y los ingresos hospitalarios, que, a su vez, influyen negati- vamente en el estado nutricional. A pesar de esta clara interacción entre el es- tado nutricional y la función respiratoria, todavía no se ha podido demostrar, según un metaanáli- sis del año 2000 (Ferreira et al.), revisado en 2003 por el grupo de enfermedades respiratorias de la Cochrane Library, que los parámetros respirato- rios y la capacidad de ejercicio de los pacientes con bronquitis crónica mejoren con suplementos nutricionales administrados de forma ambulato- ria. En las reagudizaciones, sin embargo, es posi- ble que los suplementos nutricionales mejoren el pronóstico de los pacientes con bronconeumopa- tía crónica ingresados, pero hacen falta más traba- jos que lo demuestren. Otro motivo de discusión respecto al trata- miento nutricional de los pacientes con insufi- ciencia respiratoria radica en la cantidad de calo- rías y la composición que deben tener las dietas. Se ha venido recomendando la reducción de la cantidad de hidratos de carbono, sustituyendo las calorías por una mayor cantidad de proteínas y grasa. Esta recomendación se basa en que, al ser los hidratos de carbono los nutrientes que en su metabolismo generan más dióxido de carbono (CO2), la administración de un porcentaje nor- mal de los mismos conduciría a un aumento en la producción de CO2 y, por lo tanto, a un empeo- ramiento en la función respiratoria. Sin embargo, esta teoría se apoya en los estudios de Askanazi et al. de los años 80, en los que se administraban sobrecargas de glucosa por vía parenteral. Poste- riormente, se ha comprobado que no es la can- tidad de glucosa, sino las calorías totales, las que determinan el estrés metabólico, el aumento en la producción de CO2 y la reducción del cociente respiratorio. Por tanto, en estos pacientes hay que ajustar estrictamente el aporte calórico a su gas- to energético. La restricción de hidratos de car- bono no parece necesaria. Por otro lado, la disminución en el porcentaje de hidratos de carbono se acompaña obligatoria- mente de un aumento en la proporción de grasa de la dieta. En los últimos años se está involucran- do a los lípidos en la patogenia de la respuesta in- flamatoria crónica y de la broncoconstricción. Un exceso de ácidos grasos poliinsaturados de la se- rie n-6 conduce, a través de la activación del áci- do araquidónico por la lipo y la ciclooxigenasa, a la producción de leucotrienos (B4) y prostaglandinas (serie 2) proinflamatorias, que estimulan la bron- coconstricción y la producción traqueal de moco. Tres son los objetivos del tratamiento dietéti- co en los pacientes con insuficiencia respiratoria: mantener o corregir el estado nutricional, mejorar la capacidad funcional y evitar una sobrecarga me- tabólica que induciría un mayor esfuerzo respirato- rio. Las recomendaciones son: 1. Ajustar las calorías al gasto energético, evi- tando un aporte excesivo. 2. Mantener el equilibrio nutricional, es decir, el reparto habitual de los macronutrientes. En algu- nos casos será necesario aconsejar dietas hiper- proteicas. 3. En situaciones de disnea y para evitar la hipoxia hay que dar alimentos de alta densidad calórica. 7.2. Características de las fórmulas específicas para insuficiencia respiratoria En España existen dos fórmulas para insuficien- cia respiratoria (Tabla 12). Una de ellas se ha co- 76 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 77 D. del Olmo García | M.A. Koning mercializado recientemente como indicada para el paciente con distrés respiratorio (insuficiencia respiratoria aguda). Anteriormente sólo se dis- ponía de una, que se utilizaba para pacientes con insuficiencia respiratoria tanto aguda como cró- nica. Ambas son fórmulas poliméricas normo- proteicas (16,5 y 16,7% del valor calórico total) y concentradas (densidad calórica de 1,5 kcal/ml). La fórmula más antigua se presenta en líquido y con sabor, mientras que la fórmula para distrés respiratorio es de sabor neutro, ya que se supo- ne será administrada al paciente crítico a través de sonda. A pesar de la discusión científica que se ha apun- tado anteriormente sobre la utilidad del cambio en el porcentaje de macronutrientes, los dos produc- tos aportan el 55% de las calorías en forma de gra- sa y menos del 30% de las calorías como hidratos de carbono. En una búsqueda sistemática realizada por nues- tro grupo, se han localizado siete estudios prospec- tivos aleatorizados que comparan las fórmulas ri- cas en grasa con fórmulas de reparto estándar de macronutrientes en nutrición enteral total. Se tra- ta de estudios de muestra pequeña y realizados en poblaciones distintas con insuficiencia respiratoria de distintas causas: • Fibrosis quística: ninguno de los dos estu- dios publicados (Gottrand et al., 1999; Kane et al., 1990), que abarcan 18 pacientes con fibrosis quís- tica, encuentra diferencias significativas en el con- sumo de oxígeno, en la presión parcial de CO2, en los parámetros nutricionales ni en la tolerancia di- gestiva usando fórmulas específicas en compara- ción con fórmulas estándar. Kane et al. sí encuen- tran una disminución significativa en la producción de CO2 y en el cociente respiratorio en los pacien- tes que recibían la dieta especial rica en grasa, pero esto no se traducía en una disminución de la pre- sión parcial de CO2 ni en otras mejoras de los pa- rámetros respiratorios. • Reagudización de bronquitis crónica: los resultados del único trabajo publicado, en pa- cientes con bronquitis crónica reagudizada sin ven- tilador, son similares a los descritos para la fibrosis quística, es decir, el uso de una fórmula rica en gra- sa disminuye la producción de CO2 pero sin afec- tar otros índices de función respiratoria, incluida la presión parcial de CO2 (Barale et al., 1990). • Insuficiencia respiratoria aguda con ventilación mecánica: de los cuatro estudios publicados solamente uno está realizado con la fór- mula específica para insuficiencia respiratoria agu- da. La utilización de esta fórmula especial en 98 pacientes críticos con síndrome de distrés respi- ratorio del adulto se acompañó de una menor es- tancia en la Unidad de Cuidados Intensivos, menos días de respirador y mejores parámetros respira- torios. No existieron diferencias en cuanto a mor- talidad, complicaciones infecciosas ni fallo multior- gánico, pero los autores del estudio apuntan una tendencia a la mejoría de estas variables (Gadek et al., 1999). La principal diferencia de esta fórmula respecto a la fórmula específica clásica radica en la fuente de grasa. Ambas aportan grasa de origen ve- getal, pero la fórmula para insuficiencia respiratoria además está enriquecida en ácidos grasos n-3 pro- venientes de aceite de pescado. Como se ha co- mentado anteriormente, un cambio en la propor- ción n-6:n-3 conduciría a la reducción en la síntesis Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hids. de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Oxepa® (Abbott) 1,52 384 129 16,5 27,9 55,6 Botella RTH 500 ml Pulmocare® (Abbott) 1,50 383128 16,7 28,2 55,1 Lata 250 ml y botella RTH 500 ml Tabla 12. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA INSUFICIENCIA RESPIRATORIA E: energía total de la dieta. 76 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 77 D. del Olmo García | M.A. Koning de ácido araquidónico y sus derivados, y a un incre- mento en la síntesis de prostaglandinas de la serie 3 (antiinflamatorias) y leucotrienos de la serie 5 (va- sodilatadores y antiagregantes) a partir del ácido ei- cosapentaenoico. Los otros tres estudios en insuficiencia res- piratoria engloban 68 pacientes con respirador y comparan la fórmula clásica (similar a la usa- da en pacientes con fibrosis quística y reagudiza- ción) con fórmulas estándar. Los resultados son dispares. Holtermann et al. y Van den Berg et al. no encuentran diferencias en ninguno de los pa- rámetros respiratorios, tiempo de respirador ni facilidad de desintubación. Por el contrario, en el trabajo de Al-Saady et al., los pacientes tratados con la dieta especial permanecían menos días con ventilación mecánica y las maniobras de desintu- bación eran significativamente más sencillas que en los pacientes con dietas isocalóricas estándar. Sin embargo, en este trabajo tampoco se pudie- ron objetivar variaciones en los parámetros res- piratorios (presión parcial de CO2, capacidad to- tal ni volumen/minuto). En conclusión, y basándose en estos resultados, no puede recomendarse el uso sistemático de las fórmulas ricas en grasa para los pacientes con in- suficiencia respiratoria que requieran nutrición enteral total, ya que no ha quedado demostra- do que este tipo de fórmulas mejoren la funcio- nalidad del aparato respiratorio ni el pronóstico de estos pacientes. La disminución en el consumo de O2 y en la producción de CO2 que se objeti- va en algunos de los estudios comentados podría explicarse por la distinta velocidad de vaciamien- to gástrico al consumir cantidades isocalóricas de los dos tipos de dieta. Es decir, al ser el vacia- miento más lento con la dieta rica en grasa la ab- sorción de nutrientes y su utilización metabólica también son más lentas. Por lo tanto, las dietas ri- cas en grasa no disminuyen realmente la produc- ción de CO2 ni el consumo de O2, sino que tienen una respuesta similar a la de la dieta con reparto estándar de nutrientes pero retrasada en el tiem- po. El diseño de los estudios que encuentran di- ferencias significativas en el consumo de O2 y la producción de CO2 (miden los parámetros res- piratorios unas horas después de haber ingerido las fórmulas) imposibilita el demostrar que, como se ha sugerido, la respuesta sea realmente similar pero más lenta. Con los datos disponibles hasta el momento, se deben recomendar fórmulas estándar para la ma- yoría de los pacientes, ajustándose estrictamente a su gasto energético. Las fórmulas específicas ri- cas en grasa pueden reservarse para los pacientes con insuficiencia respiratoria crónica e hipercap- nia importante. En el caso de la fórmula para dis- trés respiratorio, y aunque los resultados parecen prometedores, hacen falta más trabajos y con ma- yor número de pacientes, ya que los mismos auto- res reconocen que se trata de una muestra selec- cionada de pacientes con poca gravedad del distrés y de la insuficiencia respiratoria. 8. Fórmulas específicas para hiperglucemia y diabetes mellitus 8.1. Generalidades Las recomendaciones nutricionales en la diabetes mellitus han sufrido grandes e importantes variacio- nes en las últimas décadas. De las dietas propuestas inicialmente, pobres en hidratos de carbono y ceto- génicas, se ha pasado a dietas equilibradas que no se diferencian prácticamente de las recomendadas pa- ra la población sana. Los principales objetivos del tratamiento nutricional se resumen en: • Conseguir y mantener un control metabólico óptimo que incluya no sólo las cifras de glucemia, sino también el perfil lipídico y la presión arterial. • Prevenir y tratar las posibles complicaciones crónicas. Las sociedades científicas de diabetes proponen que la dieta incluya: 1. Suficiente cantidad de calorías para evitar el sobrepeso y la obesidad. En pacientes con resisten- cia periférica a la insulina se recomienda una die- ta hipocalórica, ya que las reducciones de peso, aun modestas, mejoran la sensibilidad a la insulina y la glucemia. 2. Reparto habitual de calorías (15%: proteí- nas; 30%: grasa; 55-60%: hidratos de carbono). En algunos casos (resistencia periférica a la insulina importante, hipertrigliceridemia o aumento del colesterol-VLDL), y siempre de manera individua- lizada y teniendo en cuenta el perfil metabólico y los objetivos del tratamiento, puede resultar bene- 78 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 79 D. del Olmo García | M.A. Koning ficioso reducir la cantidad de hidratos de carbono de la dieta y aumentar la de grasa monoinsaturada. Según algunos autores, la suma de los porcentajes de hidratos de carbono y de ácidos grasos mono- insaturados debe encontrarse entre el 60 y el 70% de las calorías de la dieta. Sin embargo, el aumen- to de la grasa puede facilitar la ganancia ponderal, precisamente en este tipo de pacientes que suelen presentar obesidad. 3. Limitar la grasa saturada a menos del 10% de las calorías. En algunos casos (por ejemplo, cuando las cifras de colesterol-LDL superen 100 mg/dl), es necesario reducir la grasa saturada al 7% del valor calórico total. 4. Reducir la ingesta de colesterol a menos de 300 mg/día (en algunos casos a menos de 200 mg/ día). 5. Aportar fibra en cantidad similar a la reco- mendada en población sana. 8.2. Características de las fórmulas específicas para hiperglucemia y diabetes mellitus Existen dos tipos de preparados para pacien- tes con hiperglucemia de estrés y diabetes melli- tus (Tabla 13): Preparado kcal/ml Osmolaridad (mOsm/l) kcal no proteicas/ g N Proteínas (% E) Hidratos de carbono (% E) Lípidos (% E) Presentación Clinutren Diabetes® (Nestlé) 1 230 140 15 45 40 Copas 200 ml Diasip® (Nutricia) 1 340 131 16 35 49 Brik 200 ml Dietgrif Diabético® (Grifols) 1 230 131 16 46 38 Botella 500 ml Diaben® (Fresenius Kabi) 0,90 235 178 18 37 45 Botella 500 ml Glucerna® (Abbott) 0,98 300 125 17 33,2 49,8 Lata 250 ml y botella RTH 500 ml Glucerna SR® (Abbott) 0,89 399 102 20,8 45,2 34 Brik 230 ml Novasource Diabet® (Novartis) 1 340 148 16 51 33 Frascos 500 ml y flexibag 500 ml Novasource Diabet® plus (Novartis) 1,20 389 102 20 40 40 Frasco 500 ml Nutrison Diabetes® (Nutricia) 1 295 122 17 45 38 Botellas 500 ml Nutrison Low Energy diabetes® (Nutricia) 0,75 230 122 17 45 38 Pack 1.000 ml Resource Diabet® (Novartis) 1 300 (vainilla) 325 (fresa) 64,6 28 47 25 Combibloc 200 ml Sondalis Diabetes® (Nestlé) 1 230 140 15 45 40 DRIPAC-flex 1.000 ml Sondalis Estándar Diabetes® (Nestlé) 1 180 140 15 45 40 Botella 500 ml Tabla 13. FÓRMULAS ESPECÍFICAS PARA DIABETES E HIPERGLUCEMIA E: energía total de la dieta. 78 Capítulo 4.3. Productos dietéticos para usos... 79 D. del Olmo García | M.A. Koning 8.2.1. Fórmulas con reparto estándar de nutrientes Su principal diferencia respecto al resto de las fórmulas poliméricas estriba en la fuente de hidra- tos de carbono, constituida por almidón de maíz, fructosa, y en uno de los preparados dextrinomal- tosa modificada que teóricamente posee un me- nor índice glucémico. Sin embargo, estudios en ali- mentación natural no han podido demostrar que, a igual cantidad, existan diferencias en las glucemias basal o preprandial con distintas fuentes de hidra- tos de carbono. Por otro lado, y siguiendo con re- sultados de estudios en alimentación natural, no se ha podido comprobar que la disminución de las glu- cemias postprandiales observada en los pacientes tratados con dietas en las que predominan los hi- dratos de carbono de menores índices glucémicos se asocie, a largo plazo, a beneficios reales en el
Compartir