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INTERACTUAR La ecología como “el estudio de la interacciones entre los organismos y el entorno” se basa en el principio de la interacción. En sus mapas de regiones urbanas, Richard T. T. Forman investiga la interacción entre las ciudades y sus periferias. Examina 38 regiones urbanas de al menos 1.000 km2 y demuestra que la ecología no puede entenderse por las fronteras físicas: las ciudades interactúan con sus regiones y van más allá. Chris Reed entiende la ecología como la “idea (y fuerza) más informadora sobre cómo se construyen las ciudades, cómo evolucionan, cómo cobran forma y cómo se reconfiguran a través del tiempo”. Pierre Bélanger sugiere que la infraestructura proporciona la estructura conectiva para regiones y ciudades a lo largo del tiempo: la infraestructura estipula el marco donde sucede la interacción. El diagrama en sección de Nueva York de Christoph Niemann representa las interacciones generadas por las múltiples infraestructuras de la ciudad, mientras que el trabajo colectivo de los artistas de Rebar, de San Francisco, opera bajo la categoría de un llamado “urbanismo generado por los usuarios”, descrito como el “urbanismo táctico de quienes son capaces de ingeniar usos temporales y provisionales, y para ello buscan nichos y lagunas en el tejido socioespacial”. La obra de Rebar hace hincapié en el papel de las interacciones como componentes clave de un urbanismo ecológico. La ecología urbana y la distribución de la naturaleza en las regiones urbanas Richard T. T. Forman La agencia ecológica Chris Reed Infraestructura neoyorquina Christoph Niemann Redefinir la infraestructura Pierre Bélanger Urbanismo generado por los usuarios Rebar Experimentos urbanos y ecológicos en el espacio público Alexander J. Felson y Linda Pollack Una perspectiva holística del fenómeno urbano Salvador Rueda Nuevo sistema de parques para Gwanggyo Yoonjin Park y Jungyoon Kim (PARKKIM) Una metodología para la innovación urbana Alfonso Vergara, Mark Dwyer y Aaron Kelley Greenmetropolis Henri Bava, Erik Behrens, Steve Craig y Alex Wall INTERACTUAR 8 INTERACTUAR La ecología urbana y la distribución de la naturaleza en las regiones urbanas Richard T. T. Forman Aunque el campo de la ecología tiene una larga historia de casi ciento cincuenta años, la ecología urbana aparece justo a tiempo para vérselas con el “tsunami urbano”, el cambio y la poderosa dispersión de la urbanización. Mientras tanto, la naturaleza cir cundante y los sistemas medioambientales naturales de los que dependemos de manera tan fundamental como cotidiana se están replegando rápidamente. El objetivo de este artículo es presentar brevemente el desarrollo de la ecología, la ecología urbana y el medioambientalismo y delinear algunos principios espaciales útiles para comprender la naturaleza que rodea a las ciudades, destacar su distribución y ofrecer una visión de su planificación en las regiones urbanas. Ecología, ecología urbana y medioambientalismo La ecología apareció en Alemania en la década de 1860, y en la década de 1890 en Europa fue reconocida como disciplina científi ca que aunaba la ecología vegetal y la animal con la biología de agua dulce y salada.1 Hacia 1900 llegó al Medio Oeste de Estados Unidos, con un énfasis en la sucesión ecológica, y entre 1912 y 1915 se fundaron asociaciones profesionales y revistas académicas dedicadas a su estudio. La ecología moderna se gestó entre las décadas de 1940 y 1950, destacando los ecosistemas y la ecología teórica de comunidades y de sistemas. Desde la década de 1980 se han venido desarrollando muchas subespecialidades, como la eco logía de paisajes, la biología conservacionista y la ecología urbana. Afortunadamente, los ecologistas de distintos tipos han sabido unirse alrededor de una definición central de la ecología como “el estudio de las interacciones entre los organismos y el entorno”. Puesto que va asociada al concepto de ciudad, considero la eco logía urbana como “el estudio de las interacciones entre los orga nismos, las estructuras construidas y el entorno natural, donde la gente se congrega alrededor de las ciudades”. En esencia, los orga nismos son las plantas, los animales y los microbios; las estructu ras construidas son edificios, calles y carreteras; y el entorno natural es el suelo, el agua y el aire. La ecología urbana es útil para muchas áreas de estudio relacionadas, entre las que destacan la sociología (interacciones entre la gente), el ocio y la estética (inte racciones entre la gente y los organismos), la arquitectura y el transporte (interacciones entre la gente y las estructuras construi das) y la ingeniería y la salud pública (interacciones entre la gente y el entorno natural). Desde 1990, la ecología urbana como área 4 embrionaria de estudio ha ido agregando equipos de investiga ción sistemática a los continuos descubrimientos de sus percepti vos pioneros. Hoy, entre las grandes aproximaciones a la ecología urbana y sus centros de estudio se encuentran:2 trazado de hábi tats y biotopos (Berlín), tipos y riqueza de especies (Berlín, Mel bourne), gradaciones entre la ciudad y el campo (Melbourne, Balti more) y modelado y flujos biogeoquímicos y materiales (Phoenix, Seattle), sistemas biofísicos humanos (Phoenix, Baltimore, Seat tle) o cambio de funciones en la estructura de las regiones urbanas (análisis mundiales).3 Hace dos décadas, el diseño medioambien tal urbano casi no disponía de una ecología urbana de la que valerse, pero hoy las cosas han cambiado. En los últimos dos siglos de “grandes ideas” sociales –la reli gión, la ciencia y el racionalismo, el nacionalismo, el trabajo pro ductivo, el comunismo y el crecimiento económico–, el concepto del medioambientalismo pasó casi desapercibido.4 Sin embargo, y gracias al libro Primavera silenciosa de Rachel Carson,5 un buen día empezó a aparecer en los titulares y, durante las déca das de 1960 y 1970, se popularizó al relacionarse con un amplio espectro de temas: los pantanos, los lobos, los ríos llenos de espumas y el aire asfixiante. A las organizaciones medioambien talistas, los partidos políticos, las leyes y los reglamentos, le siguieron algunos éxitos tan rápidos como visibles, tanto en paí ses desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. Las conferencias y los tratados internacionales ayudaron a que el medioambientalismo penetrara en nuestras conciencias y, final mente, entre las décadas de 1990 y 2000, la urbanización (en especial la dispersión urbana) y el cambio climático urbano pusieron al medioambientalismo en boca de todos como una de las “grandes ideas” de la historia. La ecología, con su embriónica variante urbana en rápido crecimiento, ha emergido como un área clave para las soluciones sociales. Principios espaciales para la naturaleza en las regiones urbanas La región urbana (con un radio de entre 70 y 100 km para una ciu dad con más de 250.000 habitantes) cuenta con una zona central metropolitana, en esencia construida, rodeada por un anillo regional urbano con porciones internas y externas.6 ¿Es preferi ble que la gente y la naturaleza coexistan en una región (o paisaje) de grano grueso o fino? Las zonas de grano grueso tienen gene ralmente grandes parches, mientras que las de grano fino son una mezcla de diversos usos de la tierra de menor tamaño.7 Los primeros sirven de soporte a la especialización, como en el caso de una ciudad con una ópera y un museo de arte, o una zona protegi da con osos y gatos monteses, pero acceder a los diferentes recur sos comporta una importante inversión de tiempo y de medios. Un paisaje de grano fino reduce gran parte de la especialización, pero sirve de apoyo a los generalistas que avanzan en base a usos de tierra múltiples y cercanos. Para obtener beneficios de ambos 5INTERACTUAR tipos de paisaje, se considera un diseño óptimo, tanto para la naturaleza como las personas, una región de grano grueso con algunas zonas de grano fino.8 Esta solución permite un amplio espectro de recursos de uso de tierras, limita los tiempos y los costes de transporte y la superficie de tierra contaminada y man tiene a los generalistas, la diversidad y la especialización. La naturaleza o el sistema natural (es decir, aquello que los humanos no hemos hecho o alterado demasiado) está presente en ciertas zonas de una región urbana, aunque por lo general aparece de diversas formas alteradas o degradadas.9 Se pueden reconocer fácilmente cuatro categorías, que van desde una zona natural (la naturaleza casi “pura”) hasta aquellas donde solo quedan pedaci tos y jirones de naturaleza: la natural, la seminatural, la zona verde de uso intensivo y las zonas construidas. Una “zona natural” no está cultivada y carece de una gestión o un uso intensivos (como un bosque relativamente grande o una zona desierta con escasos usos, por lo general en el anillo exterior de la región urbana). Una “zona seminatural” se asemeja a un ecosistema natural, aunque está sig nificativamente alterada o degradada, a menudo se entremezcla con espacios de uso intensivo sin construir, como un parque bos coso o una vía verde. Una “zona verde de uso intensivo” está princi palmente cubierta de vegetación, tiene un gran uso por parte de la población o está gestionada o mantenida intensivamente, como un parque con hierba y árboles, un campo de golf o una explotación agrícola. Por último, una “zona construida” es aquella con edifica ción continua y densa que viene acompañada de carreteras, calles y demás estructuras humanas, así como zonas residenciales e industriales. Estas cuatro categorías, que van de lo natural a lo Cuatro principios para comprender la naturaleza en las regiones urbanas y para su planificación o diseño espacial 6 construido, representan una amplia secuencia de niveles de altera ción o degradación ecológica, donde la actividad humana hace decrecer la estructura natural vertical, el patrón horizontal y/o los flujos y los movimientos. Recuperar los últimos tres tipos y devol verlos a una condición natural (que puede parecer muy distinta del estado previo) puede lograrse mediante procesos de sucesión eco lógica naturales allí donde cesa el mantenimiento, por sucesión humana acelerada o por planificación ecológica.10 Las interacciones y los efectos recíprocos entre las personas y la naturaleza son fundamentales para entender y planificar las regiones urbanas, pues resulta clave la importancia relativa de las cuatro opciones (la gente afecta de manera positiva o negati va a la naturaleza, y viceversa).11 Aunque normalmente las perso nas tienen muy pocos efectos positivos sobre la naturaleza, estos pueden cobrar importancia en el caso en que la naturaleza esté especialmente degradada; mientras que los efectos positivos y negativos de la naturaleza sobre las personas parecen tener una importancia general media. Aunque algunos de estos efectos sean muy significativos, como los desastres naturales o los ser vicios que ofrece la naturaleza (o los ecosistemas),12 sorprenden temente parecen dar pie a poquísima planificación. Aun así, en lo que se refiere a la interacción, lo más importante es, sin duda, el impacto negativo del hombre sobre la naturaleza, cuya letanía no solo nos es familiar, sino excesivamente diversa, mientras que sus efectos son casi ubicuos. Este impacto predominante mente negativo sobre la naturaleza significa que una mezcla de personas y naturaleza de grano fino es el peor diseño posible: se acabaría con las áreas naturales dejando solo espacios verdes de Disposición de la naturaleza, la naturaleza alterada y la gente en la región urbana. Aquí se ilustran muchos principios espaciales y ecológicos. La ciudad dentro de un área básicamente metropolitana y construida está al fondo; las regiones urbanas interiores y exteriores pueden verse arriba. N = zona natural (protegida); S = zona seminatural; I = zona verde de uso intensivo; A = tierra cultivable (un tipo de zona verde de uso intensivo dentro de la región urbana); B = zona construida; R = zona residencial; I = zona seminatural de parques; 2 = agricultura urbana; 3 = industria; 4 = comercio; 5 = parque de uso intensivo; 6 = zona de gobierno, cívica, educativa, cultural y religiosa; una línea punteada de un zona natural diferencia efectos y condiciones de borde significativas. 7La ecología urbana y la distribución de la naturaleza INTERACTUAR uso intensivo y zonas construidas a través de una región urbana con una naturaleza y sociedad empobrecidas. ¿Qué alcance tienen los efectos del hombre sobre la naturaleza? Algunos son globales, como los gases de efecto invernadero, mien tras que otros son “regionales” y cubren un radio de entre 10 y 100 km, y otros “locales” se producen en un radio de 100 y 1.000 m y son comunes y especialmente importantes para el análisis y la planificación de la región urbana.13 Los efectos del “lugar” a corto plazo (es decir, a escala de barrio o más pequeña) son también diversos e importantes.14 Obsérvese que los efectos de mayor alcance también operan a distancias menores, de modo que un gran número e intensidad de interacciones entre personas y natu raleza afecta a las zonas adyacentes. Esto refuerza la importancia de proteger las zonas naturales grandes y evitar la dispersión urbana. Cerca de dos tercios de los efectos del ser humano sobre los recursos naturales tienen un rango de cerca de 50 km,15 lo que a grandes rasgos comprende el anillo interior de la región urbana en las grandes ciudades.16 Este análisis de las distancias supone, de una forma un tanto conservadora, que la gran ciudad es la fuente de los efectos, pero sin duda hay otras fuentes dispersas a lo largo del anillo de la región urbana, de modo el impacto negativo sobre la naturaleza es mucho mayor. Es así como las zonas naturales suelen situarse en el anillo exterior de la región urbana. Sin duda, las porciones limítrofes degradadas17 de zonas naturales son en potencia mayores a medida que se acercan a la ciudad, por lo que las zonas protegidas dentro del anillo de la región urbana deben ser muy grandes para contener una zona natural interior. La distribución de la naturaleza y la naturaleza degradada en las regiones urbanas Las zonas naturales, las seminaturales, las verdes de uso inten sivo y las construidas se disponen de formas bastante predeci bles dentro de la región urbana. Las zonas naturales tienden a ser escasas; las más grandes suelen situarse en el anillo exterior de la región urbana y las más pequeñas en el anillo interior, don de las áreas construidas son más extensas y el efecto de límite es mayor.18 En contraste, las zonas seminaturales pueden estar muy dispersas e incluir grandes parques urbanos, algunos tra mos de corredores fluviales, franjas o vías verdes, zonas de tala activa, así como porciones limítrofes de las zonas circundantes. Las zonas verdes de uso intensivo se caracterizan por ser peque ños parques urbanos, partes de parques más grandes, diversos tipos de pequeños parches –un campo de golf, un vertedero, una planta de tratamiento de aguas, una gravera– y tierras de culti vo, entre las que se incluyen la agricultura urbana en el área metropolitana, huertos y otras explotaciones agrícolas dentro de la región urbana. Las áreas construidas con pedacitos de natura leza cubren la zona metropolitana y las áreas residenciales, comerciales e industriales circundantes. 1 Worster, Donald, Nature’s Economy, Cambridge University Press, Nueva York, 1977; McIntosh, Robert P., The Back- ground of Ecology, Cambridge University Press, Nueva York, 1985. 2 Sukopp, Herbert y Hejny, S. (eds.), Urban Ecology: Plants and Plant Commu-nities in Urban Environments, SPB Acade- mic Publishing, La Haya, 1990; Pickett, S. T. A. et al., “Urban Ecological Systems: Lin- king Terrestrial Ecological, Physical, and Socioeconomic Components of Metropoli- tan Areas”, Annual Review of Ecology and Systematics, núm. 32, 2001, págs. 127- 157; Grimm, N. B. et al. “Global Change and the Ecology of Cities”, Science, núm. 319, 2008, págs. 756-760; Marsluff, J. M. et al. (eds.), Urban Ecology: An International Perspective on the Interaction Between Humans and Nature, Springer, Nueva York, 2008; Alberti, Marina, Advances in Urban Ecology: Integrating Humans and Ecological Processes in Urban Ecosys- tems, Springer, Nueva York, 2008; McDon- nell, Mark J.; Hahs, Amy K. y Breuste, Jür- gen H. (eds.), Ecology of Cities and Towns: A Comparative Approach, Cambridge Uni- versity Press, Nueva York, 2009. 3 Forman, Richard T. T., Urban Regions: Ecology and Planning Beyond the City, Cambridge University Press, Nueva York, 2008. 4 McNeill, John Robert, Something New Under the Sun, Norton, Nueva York, 2000; Forman, Richard T. T., op. cit. 5 Carson, Rachel, Silent Spring, Houghton Mifflin/Riverside Press, Boston/ Cambridge (Mass.), 1962 (versión caste- llana: Primavera silenciosa, Crítica, Barce- lona, 2005). 6 Forman, Richard T. T., op. cit. 7 Forman, Richard T. T., Land Mosaics: The Ecology of Landscapes and Regions, Cambridge University Press, Nueva York, 1995. 8 Ibíd. 9 Forman, Richard T. T., Urban Regions, op. cit. 10 Johnson, Bart R. y Hill, Kristina (eds.), Ecology and Design: Frameworks for Lear- ning, Island Press, Washington, 2002; Hough, Michael, Cities and Natural Pro- cess, Routledge, Nueva York, 2004 (ver- sión castellana: Naturaleza y ciudad: plani- ficación urbana y procesos ecológicos, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1998). 11 Forman, Richard T. T., Urban Regions, op. cit. 12 Daily, Gretchen C., Nature’s Services: Societal Dependence on Natural Ecosys- tems, Island Press, Washington, 1997; Millennium Ecosystem Assessment: Current State and Trends, Island Press, Washington, 2005; Forman, Richard T. T., Urban Regions, op. cit. 8 El paisaje óptimo de grano grueso con pequeñas zonas de grano fino puede apreciarse en zonas naturales, agrícolas y construi das.19 Los grandes parches de los tres tipos de usos de la tierra conservan su integridad y sus componentes especializados. Los parches de grano fino son comunidades de personas con sus pro pias parcelas de cultivo y pequeñas zonas verdes de uso intensi vo. Cuatro comunidades rodeadas por una red de corredores ver des20 es una de las opciones para crear una zona mixta de grano fino, a diferencia de la zonificación utilizada en las grandes áreas residenciales. Cada comunidad tiene recursos de uso fre cuente (comercios, lugares de trabajo, parques), que disponen de diferentes sistemas de transporte público o bicicletas. Los efec tos de largo alcance que las personas ejercen sobre la naturaleza abarcan toda la región;21 los de medio alcance son especialmente importantes dentro del anillo de la región urbana y los de corto alcance operan en la vecindad inmediata donde la gente vive. El concepto de una red esmeralda de grandes parches naturales y seminaturales conectados por corredores verdes es muy útil para la mayoría de las zonas urbanas.22 Los corredores incluyen arroyos y ríos (cintas azules y verdes), cintas verdes y cuerdas (caminos), pueden potenciarse agregando pequeños parches ver des (perlas).23 Estas conexiones funcionan para el desplazamien to de las personas (locales y senderistas), la vida silvestre (espe cies de plantas y animales) y el agua (arroyos, canales y ríos). Tres componentes de esta red tienden a persistir frente al avance de la civilización (y del cambio climático):24 las grandes zonas naturales (por su integridad y tamaño), los corredores fluviales (muchos ríos son demasiado grandes como para cubrirlos o desviarlos, y nor malmente las infraestructuras corren paralelas a ellos) y la cade na de perlas (al tratarse de un camino transitado conectado con parques de barrio). En conclusión, la ecología urbana ofrece principios espaciales valiosos para una época con mayor conciencia ambiental y urba na. Aunque las zonas naturales sean escasas en una región urbana, la naturaleza abunda en formas entre leve o gravemente degra dadas, y puede mejorarse mediante el diseño y la planificación. Estos sistemas naturales son especialmente importantes en las regiones urbanas, donde deben dar servicio a una gran pobla ción, abastecer de agua potable, ocio, control contra inundacio nes, tierras cultivables, humedales, protección contra la erosión y sedimentación del suelo, biodiversidad, absorción y descom posición de los residuos, estética o inspiración. La proximidad es un valor económico; la horticultura local abastece de frutas y verduras a restaurantes y mercados, los acuíferos protegidos y los embalses de las regiones urbanas abastecen de agua limpia y los espacios verdes atraen el ocio y el turismo. El futuro de los sistemas naturales y de estos servicios en la región urbana está en manos de, entre otros, los urbanistas y proyectistas que darán un paso al frente por la naturaleza y la sociedad. 13 McDonald, R. I. et al., “Urban Effects, Distance, and Protected Areas in an Urba- nizing World”, Landscape and Urban Plan- ning (en prensa). 14 Matlack, G. R., “Sociological Edge Effects: Spatial Distribution of Human Impact in Suburban Forest Fragments”, Environmental Management, núm. 17, 1993, págs. 829-835. 15 McDonald, R. I. et al., op. cit. 16 Forman, Richard T. T., Urban Regions, op. cit. 17 Forman, Richard T. T., Land Mosaics, op. cit. 18 Ibíd. 19 Ibíd. 20 Forman, Richard T. T., Mosaico territo- rial para la región metropolitana de Barce- lona, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2004; Urban Regions, op. cit. 21 McDonald, R. I. et al., op. cit. 22 Múgica, M., de Lucio, J. V. y Pineda, F. D., “The Madrid Ecological Network”, en Nowicki, P. et al. (eds.), Perspectives on Ecological Networks, European Centre for Nature Conservation, Arnhem, 1996; Bab- bitt, B., Cities in the Wilderness, Island Press, Washington, 2005; Forman, Richard T. T., Mosaico territorial, op. cit.; Urban Regions, op. cit. 23 Richard T. T., Mosaico territorial, op. cit. 24 Richard T. T., Urban Regions, op. cit. 9La ecología urbana y la distribución de la naturaleza La ecología urbana y la distribución de la naturaleza INTERACTUAR tales. Nótese que en la proximidad de la ciudad y de las principales zonas boscosas, el bosque es un lugar para ocio, arroyos, protección de las laderas y de aire limpio y fres- co. Los grifos representan el sumi- nistro de agua; los búhos, la biodi- versidad; las fresas, los huertos, y el símbolo de sonido, el ruido de avio- nes sobrevolando la zona. Determinar las fronteras de las zonas urbanas ayuda a discernir las zonas primarias de flujos, movi- mientos e interdependencias entre la ciudad y su entorno. Los modelos alternativos de urbanización hori- zontal (que incluyen la dispersión urbana) se evalúan desde la pers- pectiva de la naturaleza y de las personas, recurriendo a los princi- pios del uso de las tierras tomados de la ecología de paisajes, la planifi- cación del transporte y la hidrología. Se señalan los modelos espaciales para crear mosaicos de tierras sos- tenibles y las regiones urbanas se consideran en contextos mayores que van desde el cambio climático hasta la pérdida de biodiversidad, los desastres naturales y el sentido de pertenencia a un lugar. Este es un extracto del libro de Richard T. T. Forman Urban Regions: Ecology and Plan- ning Beyond the City (Cambridge University Press, Nueva York, 2008), y los gráficos son de Taco Iwashima Matthews. Los sistemas naturales y sus usos humanos son de vital importancia para las regiones urbanasdonde los diversos espacios verdes y construi- dos de valor similar se entremez- clan. El libro Urban Regions combina el planeamiento urbano y la ciencia ecológica y examina 38 regiones de todo el mundo. A continuación pre- sentamos una selección de mapas tomados del libro cuyo objetivo prin- cipal es descubrir los patrones comunes o distintivos más impor- tantes de los sistemas naturales y sus usos humanos. En los mapas, el rojo representa los distintos tamaños de las zonas metropolitanas. El verde oscuro sim- boliza los bosques y las zonas fores- con vistas a la ciudad tienen una cobertura vegetal natural de entre el 90 y 100 % en las laderas, mien- tras que el 30 % de las ciudades con laderas con vistas a la ciudad tienen solo entre un 25 y 30 % de cobertura vegetal natural. – De media, los embalses cuentan con las zonas de drenaje mejor pro- tegidas por la vegetación, mientras que la protección de las zonas de drenaje de lagos y ríos es muy variable. – Una forma metropolitana compacta es el atributo más común de un ter- cio de las regiones urbanas, lo que sugiere que la planificación regional y una autopista de circunvalación son los atributos más frecuentes de un sexto de las regiones. – Las poblaciones limítrofes con las zonas agrícolas y naturales están ampliamente difundidas y aparecen en más del 75 % de las regiones. Las conclusiones más destacadas de la serie de mapas completa son: – Apenas un quinto de las regiones está cubierto de vegetación natural, más del 80 % alrededor de los ríos y los arroyos principales. Otro quinto, un 40-70 %, tiene una cubierta natu- ral. Las tierras de cultivo son el uso principal en las inmediaciones de los ríos y de los arroyos principales de casi todas las regiones urbanas. – Más de la mitad de las ciudades con colinas o montañas cercanas 10 millas CIUDAD DE MÉXICO México 1 Vegetación natural o seminatural y plantación de bosques 2 Frutales, café o té, palmeras datileras, palmeras aceiteras o silvicultura 3 Zona cultivada (arroz, trigo, maíz, alubias, verduras, etc.) 4 Pastos, con y sin ganadería, o sabana boscosa 5 Superficie de tierra desnuda con o sin arbustos dispersos u otras plantas de clima árido 6 Gran ciudad y zona construida adyacente casi continua Ladera con vistas a la ciudad Vertedero/eliminación/reciclaje de residuos sólidos Volcán Mala calidad de agua Abastecimiento de agua Humedal 60 % de distancia a una ciudad menor, pero > 250.000 personas 70 % de distancia a población < 250.000 fuera de la región Tipos de cobertura Lugares Agua salada Agua dulce Bosque/zona forestal1 Cultivo de árboles pequeños2 Tierras de cultivo3 Pastos4 Desierto o zona desertificada5 Zona metropolitana6 Zona construida pequeña/mediana Río/arroyo principal Autopista de varios carriles Carretera principal pavimentada de doble vía Camino principal sin pavimentar Frontera de región urbana Aeropuerto Calidad del aire pobre Zona biodiversa Zona residencial Muelles Cuenca de drenaje junto a suministro de agua Estación terminal Zona con riesgo de incendios Zona con riesgo de inundaciones Zona industrial Zona de frutales/huertos junto a la ciudad Mina Sierra Ruido de aviones Frontera política/administrativa Zona turística o de ocio Salar o lago intermitente Tratamiento de agua 11La ecología urbana y la distribución de la naturaleza INTERACTUAR 12 13La ecología urbana y la distribución de la naturaleza Europa América del Norte Sudamérica África Asia occidental a oriental Sur de Asia a Australia L on d re s B er lín R om a B uc ar es t E st oc ol m o B ar ce lo na N an te s C hi ca go Sa n D ie go /T iju an a Fi la d el fi a O tt aw a E d m on to n Po rt la nd A tl an ta C iu d ad d e M éx ic o Sa nt ia go d e C hi le B ra si lia T eg uc ig al pa Iq ui to s E l C ai ro N ai ro bi B am ak o E as t L on d on A be ch e Pe kí n M os cú Se úl T eh er án Sa pp or o U lá n B at or E rz ur um K ag os hi m a B an gk ok K ua la L um pu r C ut ta ck Sa m ar in d a C an be rr a R ah im Y ar K ah n Longitud del borde de la zona metropolitana (km) Superficie del anillo de la región urbana (fuera de la zona metropolitana) (km2) Distancia media entre la zona metropolitana y las ciudades satélites (km) Número de ciudades satélites en la región urbana (nº) Número de zonas construidas en el perímetro de la zona metropolitana (nº) Número de cuñas verdes en el perímetro de la zona metropolitana (nº) Espacio verde de mayor tamaño en la zona metropolitana (km2) Densidad estimada de corredores verdes en la zona metropolitana (nº/unidad) Densidad estimada de parches verdes dentro de área metropolitana (nº/unidad) Distancia desde la ciudad al aeropuerto más próximo (km) Distancia del centro de la ciudad al volumen de agua más próximo (mín. = cerca, máx. = lejos) Cubierta vegetal natural junto a ríos y arroyos principales (% longitud del río) Número de paisajes agrícolas en la región urbana (nº) Número de grandes humedales en la región urbana (nº) Número de brechas entre paisajes naturales en la región urbana (nº) Número de brechas y conexiones angostas entre paisajes naturales (nº) Número de zonas boscosas en la región urbana (nº) Relación longitud/anchura de metro Relación perímetro/área de metro Zona de metro (km2) Perímetro del metro (km) Precipitación (cm) Temperatura (en ºC) Elevación (m) Población urbana La tabla presenta valores con relación al valor más alto para cada criterio. El valor más alto equivales al 100 % (cuadrado completo) y los demás son proporcionales. Los mapas del libro Urban Regions de Richard T. T. Forman analizan 38 regiones urbanas alrededor del mundo. Este diagrama, organizado por continentes y mediante una selección de características propias de las regiones urbanas, es un resumen de alguna de esa información (diagrama de Adi Assif, GSD, Harvard University) 14INTERACTUAR Europa América del Norte Sudamérica África Asia occidental a oriental Sur de Asia a Australia L on d re s B er lín R om a B uc ar es t E st oc ol m o B ar ce lo na N an te s C hi ca go Sa n D ie go /T iju an a Fi la d el fi a O tt aw a E d m on to n Po rt la nd A tl an ta C iu d ad d e M éx ic o Sa nt ia go d e C hi le B ra si lia T eg uc ig al pa Iq ui to s E l C ai ro N ai ro bi B am ak o E as t L on d on A be ch e Pe kí n M os cú Se úl T eh er án Sa pp or o U lá n B at or E rz ur um K ag os hi m a B an gk ok K ua la L um pu r C ut ta ck Sa m ar in d a C an be rr a R ah im Y ar K ah n Longitud del borde de la zona metropolitana (km) Superficie del anillo de la región urbana (fuera de la zona metropolitana) (km2) Distancia media entre la zona metropolitana y las ciudades satélites (km) Número de ciudades satélites en la región urbana (nº) Número de zonas construidas en el perímetro de la zona metropolitana (nº) Número de cuñas verdes en el perímetro de la zona metropolitana (nº) Espacio verde de mayor tamaño en la zona metropolitana (km2) Densidad estimada de corredores verdes en la zona metropolitana (nº/unidad) Densidad estimada de parches verdes dentro de área metropolitana (nº/unidad) Distancia desde la ciudad al aeropuerto más próximo (km) Distancia del centro de la ciudad al volumen de agua más próximo (mín. = cerca, máx. = lejos) Cubierta vegetal natural junto a ríos y arroyos principales (% longitud del río) Número de paisajes agrícolas en la región urbana (nº) Número de grandes humedales en la región urbana (nº) Número de brechas entrepaisajes naturales en la región urbana (nº) Número de brechas y conexiones angostas entre paisajes naturales (nº) Número de zonas boscosas en la región urbana (nº) Relación longitud/anchura de metro Relación perímetro/área de metro Zona de metro (km2) Perímetro del metro (km) Precipitación (cm) Temperatura (en ºC) Elevación (m) Población urbana La tabla presenta valores con relación al valor más alto para cada criterio. El valor más alto equivales al 100 % (cuadrado completo) y los demás son proporcionales. 15La ecología urbana y la distribución de la naturaleza Lucio Esturión de lago Perca sol Salmón real Dorosoma Carpa herbívora Sander vitreus Catostomus castomus Perca blanca Morone chrysops Notropis atherinoides Ambloplites rupestris Osmerus mordax Pinchagua Perca americana Etheostoma nigrum INTERACTUAR La agencia ecológica Chris Reed Escribo este artículo desde la perspectiva del paisajismo, el urba nismo y las prácticas de diseño contemporáneas, y específica mente desde cómo se integran a partir de conceptos tomados de la ecología y de los sistemas naturales. En este contexto, quisiera abogar por una aproximación más plena y comprometida con lo ecológico del urbanismo ecológico, pero no porque crea que sea más importante que muchos de los asuntos que conciernen a las ciudades y los sistemas urbanos, o a las dinámicas sociales y la tecnología, que también entran en juego. Considero el potencial de la ecología como idea (y fuerza) más informadora y formativa sobre cómo se construyen las ciudades, cómo evolucionan, cómo cobran forma y cómo se reconfiguran a través del tiempo. En mi opinión, las ideas contemporáneas sobre ecología y pla nificación pueden rastrearse en la obra de Ian McHarg de media dos de la década de 1960 y principios de la de 1970, cuando el análisis y la evaluación de los recursos naturales (geología, sue los, agua, hábitat, etc.) podían informar a los mejores lugares y a las maneras de desarrollar la tierra para la ocupación social.1 Aunque su metodología pueda ser fácilmente criticable por su llamada a la objetividad y su cosificación de los componentes del paisaje como algo simplemente registrable y cuantificable, la metodología y la práctica de McHarg abrió la planificación a la idea de una interconectividad entre las ciudades/suburbios y el mundo natural: proyectar CON la naturaleza. Quizás el uso que McHarg hizo del término ‘propincuidad’ (proximidad, afinidad y semblanza) sea lo que mejor caracterice su sentido de esta rela ción entre el mundo humano y el no humano. Sin embargo, al mismo tiempo que arraigaba la metodología de McHarg, aparecieron nuevas ideas sobre la ecología. Por ejemplo, los estudios de Richard T. T. Forman entre la década de 1980 y principios de la de 1990 desarrollaron una nueva com prensión y nueva terminología para los sistemas ecológicos –que hoy denominamos, por ejemplo, matrices, mallas, redes– y que se caracterizaban por sus adyacencias, superposiciones y yuxtapo siciones.2 El trabajo de Forman reconoció de un modo significa tivo la naturaleza dinámica y viva de los sistemas ecológicos, no solo la cosa física que registraba McHarg, sino cómo estas cosas físicas soportan el movimiento y el intercambio de la materia ecológica (agua, semillas, vida silvestre). Hubo otros que lleva ron estas ideas más lejos aún; en efecto, el área de conocimiento comenzó a distanciarse de la búsqueda de un equilibrio predeci 16 Lucio Esturión de lago Perca sol Salmón real Dorosoma Carpa herbívora Sander vitreus Catostomus castomus Perca blanca Morone chrysops Notropis atherinoides Ambloplites rupestris Osmerus mordax Pinchagua Perca americana Etheostoma nigrum lago puerto/bahía estuario río afluente ble o una condición estable para sistemas típicamente en fluc tuación y en proceso de adaptación a cambios sutiles o drásticos en materia de aportaciones, recursos y climas. La adaptación, la apropiación y la flexibilidad se convirtieron en las marcas de los sistemas “exitosos”, pues los ecosistemas subsisten por su capa cidad de responder a condiciones medioambientales variables.3 Este cambio abrió nuevos mundos para el discurso crítico sobre el urbanismo y el diseño: junto a los sistemas de ingenie ría, Stan Allen identificó la nueva ecología como un ejemplo importante de “práctica material” que se centraba menos en “cómo parecen las cosas” que “en qué pueden hacer”.4 Su trabajo en colaboración con James Corner y la ecologista NinaMarie Lister en el concurso para el parque Downsview de Toronto a finales de la década de 1990 imaginó el montaje de distintos andamios físicos que promoviesen la propagación de ecologías emergentes o sistemas naturales. La idea era simplemente intro ducirlos en un primer momento para más tarde evolucionar has ta niveles de complejidad y adaptabilidad crecientes a través del tiempo. Hasta las bases del concurso de Downsview fueron, en este caso, importantes, puesto que requerían que las propuestas pensaran a largo plazo (y con cierta tolerancia a la incertidum bre) sobre la evolución del proyecto.5 Con esto como telón de fondo, quisiera presentar cuatro ten dencias emergentes que han asumido este entendimiento revisa Hábitat de peces en el lago Ontario: el registro de las tendencias ecológicas (que tanto los peces de río como los de lago se reproducen en la interfaz entre ambos) informa la calibración de las estrategias de diseño para la generación del hábitat 17 INTERACTUAR do de la ecología y de los sistemas naturales como base para la estrategia proyectual: las ecologías estructuradas, análogas, híbridas y de comisariado. Las “ecologías estructuradas” se refieren a la estrategia de tra bajar con o a la par de las cosas y procesos de las ecologías diná micas: las mecánicas concretas de cómo crecen, se comportan y se adaptan las plantas, las exigencias para el rendimiento de los hábitats para la vida salvaje, y el movimiento y las dinámicas de los diferentes sistemas de agua en el paisaje. Como en el caso de Corner, Allen y Lister, estas estrategias aportan un anda miaje físico con condiciones variables (bajas/altas, húmedas/ secas, cerradas/expuestas), de modo que distintas comunidades de plantas y formas de vida silvestre puedan ir apropiándose del lugar con el tiempo. Este tipo de estrategias anticipa una serie de futuros posibles que pueden aparecer en respuesta a una serie Gestión de los embalses de monte Tabor: la organización de las aportaciones del proyecto, las construcciones y los mecanismos de retroalimentación permiten la flexibilidad y adaptabilidad a largo plazo C A T A L I Z A D O R E S I M P L E M E N T A C I Ó N F L U J O D E F O N D O S Fase 2 Crecimiento + sucesión Rampa de acceso y escenario, embalse 1 Acontecimientos y conciertos, embalse 1 Extensión de las estrategias y de los elementos norte y sur Terraza y cascada de filtración, embalse 6 Extensión del sistema de purificación de aguas, embalse 6 Fase 0 Fase 1Acontecimiento instalaciones Generar curiosidad Preparación del lugar Protección del lugar durante la construcción Fase presupuestada del desarrollo paisajístico Inicio de la intervención Primera ola de construcción paisajística Aperturas + cierres Cimientos + marcos Inicio de las obras en el embalse Reuniones, programación y diseño Finalización de las obras/redireccionamiento del agua Activación de los grupos de interés Paquete de financiación/ permisos federalesConstrucción del embalseTours por las plantas de tratamiento Ventanas hacia las casetas de guardia, edificios de entrada/salida Montaje de valla (construcción y vida salvaje) Piscina vernal para el embalse 1: descarga y llenado dos veces al año Movimiento de tierras y muros de contención Siembra y plantación Montaje de surcos Terrazas de escorrentía y zonas de hábitat Superficie,terrazas con equipos y zonas de reunión Paseo de madera y malecón hacia embalses 5 y 6 (terreno del embalse 1) Programa de restauración de vallado Expansión de la central eléctrica Crecimiento de las plantas y sucesión del hábitat Subvenciones para el arte y la cultura/Fondo Nacional para las Artes Programa para la conservación de las aves migratorias neotrópicas/Departamento de Pesca y Vida Salvaje Subvención para la restauración del hábitat/Acorn Foundation Fondo de préstamo rotativo estatal para el agua limpia/ Agencia de Protección Ambiental Producción de cuencas/Departamento de Agricultura Restauración comunitaria/NOAA 18 de cambios medioambientales potenciales (calentamiento climá tico, subida del nivel del mar, cambios en el comportamiento del viento y la humedad, etc.); en esencia, una estructuración de la competencia natural que existe entre las comunidades de plan tas, de modo que permitan que el lugar y el resto de los sistemas sean capaces de responder, adecuarse y volverse resilentes ante dicho cambio. Las “ecologías análogas” incluyen proyectos que, por analo gía, intentan modelar las conductas de respuesta de los sistemas vivos en construcciones y procesos no vivos: la habilidad de los seres vivos –ecotonos completos, organismos individuales, la piel humana– de reaccionar ante los cambios y adaptar su natu raleza a la condición nueva o revisada. En arquitectura podemos pensar en pieles reactivas como el Adaptative Fritting (fritado adaptativo) de Chuck Hoberman, una pared de vidrio con pane C A T A L I Z A D O R E S I M P L E M E N T A C I Ó N F L U J O D E F O N D O S Fase 2 Fase nExpansión de sistemas físicos, ecológicos e hidrológicos Reutilización y reprogramación de construcciones históricas Adaptaciones sociales y ecológicas Reutilización de los embalses 1 y 6 Reutilización de los “campos de recarga” (mantenimiento) Crecimiento + sucesión Elaboración + adaptación Financiación/campaña por capital (público y privado) Reuniones, programación y diseño Financiación/campaña por capital (público y privado) Ingresos por la expansión de la central eléctrica Ingresos por la expansión de la central eléctrica Venta de créditos tributarios históricos Rampa de acceso y escenario, embalse 1 Acontecimientos y conciertos, embalse 1 Extensión de las estrategias y de los elementos norte y sur Terraza y cascada de filtración, embalse 6 Extensión del sistema de purificación de aguas, embalse 6 Restauración de muros y valla de la casa del guardia, embalse 1 Restauración de muros y valla, embalse 6 Campos de recarga Utilización del embalse 6 para artes escénicas Utilización del embalse 1 para deportes acuáticos Adaptación y evolución del hábitat y de la vida salvaje Subvención para comunidades sostenibles/Penny Family Foundation Ingresos por concesiones de infraestructuras Ingresos por generación de energía Estructura de crédito tributario histórica/aplicaciones Nikebiz.com/nike corporation Planificación de la gestión del agua/Agencia de Protección Ambiental Ingresos procedentes de la generación de energía adicional Fase presupuestada del desarrollo paisajístico Inicio de la intervención Primera ola de construcción paisajística Paquete de financiación/ permisos federales Crecimiento de las plantas y sucesión del hábitat Fondo de préstamo rotativo estatal para el agua limpia/ Agencia de Protección Ambiental Producción de cuencas/Departamento de Agricultura Restauración comunitaria/NOAA 19La agencia ecológica INTERACTUAR les fritados móviles que cambian con la fluctuación de la luz creando espacios y entornos cambiantes. En paisajismo pode mos pensar en el proyecto de espacios sociales flexibles: anda mios físicos para el desempeño de actividades sociales y cultu ras abiertas (aunque no ilimitadas), en contraste con las ecológicas. Y en proyectos urbanos a gran escala y de gran com plejidad podemos imaginar la puesta en marcha de marcos administrativos receptivos, escenarios de tipo “si…, entonces…” y estrategias de gestión que fomenten los bucles de retroalimen tación a las aportaciones y la sensibilidad en el tiempo. Las “ecologías híbridas” se refieren al desarrollo de sistemas de diseño receptivos que accedan simultáneamente a las dinámi cas medioambientales, ingenieriles y sociales, sistemas que engranan fuerzas y dinámicas humanas y no humanas. Dichos sistemas son de final abierto dadas las múltiples maneras en las que se engranan con las dinámicas medioambientales a gran escala –precipitaciones y sequía, subidas y bajadas del nivel del agua en los lagos, sucesión de plantas, etc.–, al tiempo que hacen que los sistemas y elementos humanos y no humanos dialoguen. Estas ecologías son, pues, estrategias para la fusión de las esfe ras social y ecológica que ponen de manifiesto su mutua interde pendencia y su individualidad. Las “ecologías de comisariado” incluyen proyectos en los que podemos asumir el papel de un comisario, o generar una serie de dinámicas que estructuramos y a partir de las cuales interactua mos en un cierto período de tiempo. La idea aquí no es solo enmarcar y separar una serie de ecologías de plantas y de anima les que crecen descuidadamente fuera de la interferencia huma na directa, sino estructurar modos de interactuar con ellas para comisariar una serie evolutiva de impulsos e interacciones eco lógicas y urbanísticas fuera de nuestro control, pero que, aun así, podrían ser susceptibles de incentivos o recalibrados pro Sección del río, tierras bajas del río Don, Toronto: la hibridación de los sistemas de ingeniería para maximizar el espectro completo de las condiciones de superficie porosas inicia y apoya las dinámicas abiertas típicas de las ecologías de los ríos y pantanos. 20 ductivos, en respuesta a las intenciones o aportaciones en evolu ción. En este caso el papel del proyectista o urbanista cambia para convertirse en un productor de proyectos en sentido amplio, cuya función se activa intermitentemente a medida que las con diciones lo exigen, y cuando estos sistemas interconectados y mutuamente imbricados crecen y se adaptan. De una forma más amplia, la ecología puede ser una fuerza generadora y un agente tan activo como esquivo dentro de la estructuración de la ciudad y la evolución de la vida cívica. Pue de ser un agente que engrane física, mecánica y constructiva mente las diversas tecnologías avanzadas, las políticas públicas y las dinámicas culturales y sociales que están en juego. En todos estos casos, la apropiación de los mecanismos, la resilencia y hasta del lenguaje de la ecología y de los sistemas ecológicos en sus múltiples formas y manifestaciones, como mecanismos y/o modelos, forman las bases para un nuevo conjunto de prácticas de diseño flexible, receptivo y adaptable a medida que los pro yectos evolucionan y se van acumulando a lo largo del tiempo. 1 Véase: McHarg, Ian, Design With Nature, John Wiley & Sons, Nueva York, 1967 y 1992 (versión castellana: Proyectar con la naturaleza, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2000). 2 Véanse las numerosas publicaciones de Richard T. T. Forman, entre ellas: Land Mosaics: The Ecology of Landscapes and Regions, Cambridge University Press, Nueva York, 1995. 3 Entre los numerosos ecologistas y ensa- yos que tratan o articulan este cambio de paradigma se encuentran: Cook, Robert E., “Do Landscapes Learn? Ecology’s ‘New Paradigm’ and Design in Landscape Archi- tecture”, discurso inaugural Ian McHarg en la University of Pennsylvania, 22 de marzo de 1999; y Lister, Nina-Marie, “Sustainable Large Parks: Ecological Design or Designer Ecology?”, en Czerniak, Julia y Hargreaves, George (eds.), Large Parks, Princeton Archi- tectural Press, Nueva York, 2007. 4 Allen, Stan, “Infrastructural Urbanism”, en Points + Lines: Diagrams and Projects for the City, PrincetonArchitectural Press, Nueva York, 1999, págs. 46-57 (versión castellana: “Urbanismo infraestructural”, en García-Germán, Javier [ed.], De lo mecá- nico a lo termodinámico, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 2010, págs. 171-182). 5 La presentación completa del esquema de Field Operations/Stan Allen + James Corner aparece en Czerniak, Julia (ed.), Case: Downsview Park Toronto, Prestel/ Harvard University Graduate School of Design, Múnich/Cambridge (Mas.), 2001. Para una discusión de las bases del con- curso y de la idea del andamiaje, véase el ensayo “Urban Ecologies: Biodiversity and Urban Design” de Kristina Hill que aparece en el mismo volumen. 21La agencia ecológica Como director de arte del New York Times Magazine se me encargó ilus- trar la complejidad e importancia de la infraestructura en nuestras vidas diarias. Quise hacerlo con un estilo muy técnico, puesto que la mayor parte de los elementos son de ingeniería. Otro aspecto que quería resaltar era que todos estos elemen- tos técnicos integran un sistema casi orgánico del que dependemos para nuestra vida diaria. Infraestructura neoyorquina Christoph Niemann INTERACTUAR 22 23 INTERACTUAR Redefinir la infraestructura Pierre Bélanger Los sistemas tecnológicos desarrollados –automóviles, carrete- ras, abastecimiento municipal de agua, alcantarillado, telefo- nía, líneas férreas, predicción del clima, edificios e incluso orde- nadores en la mayoría de sus usos– se han convertido en un trasfondo naturalizado, tan ordinario y común para nosotros como los árboles, la luz natural o el polvo. Nuestras civilizaciones dependen de ellos de manera fundamental, aunque nos demos cuenta de ellos cuando fallan, lo que rara vez sucede. Son los teji- dos conectivos y los sistemas circulatorios de la modernidad. En breve, estos sistemas se han convertido en infraestructuras.1 Paul N. Edwards, “Infrastructure and Modernity”, 2003 La infraestructura sustenta las ciudades: carreteras, aeropuer tos, centrales eléctricas y vertederos figuran entre los iconos del urbanismo contemporáneo. La mera escala de estos elementos hace de su comprensión un único sistema prácticamente imposi ble, pero su buen funcionamiento depende precisamente de su continuidad para soportar las economías industriales y urbanas. Como a menudo se ubican bajo tierra o en la periferia de la ciu dad, la infraestructura es en gran medida invisible hasta que se avería. Las inundaciones, los apagones y las carestías sirven como potentes recordatorios de la fragilidad de este trasfondo invisible, que apenas existía hace menos de un siglo. Rara vez nos detenemos para cuestionar el funcionamiento de esta superes tructura, pero acontecimientos recientes –como la subida y baja da del nivel del agua y los máximos alcanzados en los precios de la energía y de los alimentos– nos obligan a una revisión crítica de los cimientos sobre los que se asientan las ciudades norteame ricanas. Al reflejar las exigencias económicas y los imperativos ecológicos actuales, el presente artículo trata de este giro tecno cultural, reexamina los preceptos de la infraestructura –el siste ma básico de servicios esenciales que soporta la ciudad, la región o el país–, los patrones de urbanización de los que emerge y cómo las nuevas presiones regionales requieren un completo reexamen y una reinversión en este amplio campo de la práctica. Crisis y conflicto Para redefinir la infraestructura es necesario que se entiendan mejor sus antecedentes. Históricamente se definía como la “red colectiva de carreteras, puentes, líneas férreas y obras públicas 24 del género necesarias para el funcionamiento de una economía industrial”,2 la infraestructura en América del Norte nació a principios del siglo xx, más a partir de la crisis y el conflicto que por su diseño. Inundación y federalización. El primer registro de la palabra ‘infraestructura’ como “un conjunto de sistemas, obras y redes de los que depende una economía industrial; o, el cimiento de las sociedades y economías modernas”,3 se produjo en el marco de lo que probablemente fuera la riada más destructiva en la historia de Estados Unidos: la gran inundación del Misisipí de 1927. Las precipitaciones sin precedentes en la cuenca del Misisipí comen zaron en agosto de 1926 y, un año después, resultaron en una cre cida al sur del golfo de México, frente a la costa de Nueva Orleans. Los efectos de las inundaciones fueron devastadores: 120 embal ses destruidos, cerca de 66 millones de hectáreas de tierra cultiva ble inundadas, 600.000 personas desplazadas y 246 muertos. Se necesitaron unos 230 millones de dólares para proyectos de reconstrucción y para mitigar los daños, lo que llevó a una reorga nización federal y a la reapropiación de los embalses y tierras tri butarias de la planicie aluvial por parte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Mediante la Ley para el Control de Inundaciones de 1928, el control de las aguas y los embalses amplió las operacio nes de la Comisión del Misisipí, cuyo mandato ahora incluía la Inundación en una ciudad: el río Misisipí superó 16 metros el nivel de referencia de Arkansas City (Arkansas) el 27 de abril de 1927, durante la Gran Inundación que tuvo lugar ese año 25 INTERACTUAR gestión y protección de las estructuras de transporte (carreteras y puentes), la protección de los recursos (petróleo y carbón) y la pro ducción de electricidad en el futuro (energía hidroeléctrica). El control de las inundaciones se convirtió en un servicio de la región hidrológica del Misisipí, que cubre el 41 % del territorio del país. Zonificación y planificación euclidianas. La implantación de la zonificación es una parte fundamental del nacimiento de la infraestructura en América del Norte. En un caso de referencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos de 1926 –“El pueblo de Euclid, Ohio, contra Ambler Realty Co., 272 US 365”–, la corte aprobó el requerimiento de un municipio para prevenir el desarro llo de un polígono industrial junto a un barrio residencial céntri co. Como antecedente de los llamados argumentos NIMBY (Not In My Backyard, literalmente “no en mi patio trasero”), este caso supuso un precedente jurídico para la segregación de los terrenos urbanos,4 lo que a su vez precipitó el urbanismo moderno al ins taurar una zonificación de una única función. La planificación euclidiana condujo a la práctica generalizada de la separación y clasificación de los usos de los terrenos y se volvió tan común que, ante la falta de un estamento regulador a nivel regional o nacio nal, predispuso las tierras cultivables de las periferias como futu ras zonas de expansión de la ciudad. Con el auge simultáneo de la motorización y de los corredores de transporte, la subdivisión de Operaciones públicas: mapa para las medidas de desalojo y estrategias de reparación a lo largo del río Misisipí en 1927 bajo el mandato de Hoover 26 los usos de las tierras permitió inadvertidamente insertar los corredores de transporte y de los servicios como barreras entre los usos de tierra incompatibles. Al marcar el inicio de la jurispru dencia moderna en materia de uso de tierras en toda América del Norte, la zonificación sigue siendo uno de los más importantes mecanismos de la estructura económica, social y espacial del pai saje norteamericano desde la cuadrícula de Thomas Jefferson.5 La urbanización y el imperativo público de infraestructura Como telón de fondo de las grandes inundaciones y las leyes de zonificación, otras dos importantes transformaciones vinieron a marcar el paisaje norteamericano: la urbanización de las econo mías de mercado y la regionalización de los recursos locales. Al completarse la Gran Marcha hacia el Oestey cerrarse la frontera occidental, la urbanización sufrió un giro definitivo desde un patrón agrario y rural a otro urbano e industrial. El Censo Nacio nal de Estados Unidos puso de manifiesto que hacia 1920 la mitad de la población del país vivía en ciudades y suburbios.6 El éxodo de granjeros que vivió el siglo xix marcó el punto de inflexión: la población urbana estalló, sobre todo en el Nordeste y el Medio Oeste del país; así fue como el país se volvió urbano. Este aumento del tamaño de las aglomeraciones densas produjo una dramática serie de retos para el suministro de servicios básicos. Vertidos e ingeniería. Mientras que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército se encargaba de las inundaciones y la recuperación de tie rras, el drenaje efectivo de las ciudades y pueblos vio nacer una especialidad profesional completamente nueva: el ingeniero sani tario. Tras la epidemia de fiebre amarilla de la década de 1790, los brotes de cólera a finales de la década de 1800, y el vaciado de las aguas sin tratar y el vertido de basura en los cursos de agua que servían como fuente de suministro de agua potable, las ciudades de la costa este tuvieron muchos casos de enfermedades relacio nadas con el agua.7 Tres tipos de vertidos condicionaron la nueva disciplina urbana de la ingeniería sanitaria: las aguas subterrá neas, las escorrentías y los desagües. El ingeniero sanitario más ilustre del siglo xix, el coronel George E. Waring Jr., abogó por la separación de los canales para los vertidos, al tiempo que defen dió que no podían separarse los componentes en la planificación del sistema.8 Desde los pozos negros hasta los vertidos ilegales, la descoordinación de los métodos de gestión del alcantarillado pre sentaba una clara amenaza para la salud pública, e instó a la reconsideración de dos sectores esenciales para el paisaje urbano: el saneamiento y el transporte.9 Al limitarse la capacidad de superficie, la densidad urbana priorizaba el uso de las carreteras y calles para las tuberías (canales cubiertos, arroyos enterrados) y los servicios subterráneos como medio principal de transporte, duplicando para ello la superficie necesaria.10 Simultáneamente, el uso de planes urbanos generales comenzó a caer en desuso, en Geometría euclidiana: efecto especial de las prácticas de zonificación excluyentes en Euclid (Ohio), lugar de nacimiento de la planificación moderna de tierras, donde la carretera interestatal 90 separa limpiamente las zonas residenciales al norte de aquellas comerciales e industriales al sur (2008) 27Redefinir la infraestructura INTERACTUAR Urbanizar la infraestructura: plan integrado de infraestructuras de alcantarillado, viario, manzanas y espacios abiertos del paisajista Frederick Law Olmsted y del ingeniero sanitario George E. Waring Jr., superpuesto al sistema viario de Joseph Ellicott de 1804 Modernos sistemas de separación: secciones de desagües, drenajes y arquetas para aguas residuales del tratado de 1889 del coronel George E. Waring: The Separate System of Sewerage and Its Construction 28 parte al fracasar en el control de la expansión fragmentada de las grandes metrópolis industriales. Carbón y electricidad. Ningún otro factor tuvo un mayor efecto en la ciudad decimonónica que la electricidad. Las ciudades manu factureras de la época dependían de la energía del vapor generado por carbón. La actividad industrial pesada y nociva, sucia e inflexible era más adecuada para las grandes y compactas ubica ciones céntricas próximas a las vías férreas y a los puertos para abastecerse de petróleo y carbón. Los avances que permitieron la trasmisión de energía eléctrica a larga distancia abrieron radical mente zonas urbanas mayores. El suministro de energía ininte rrumpido y barato también podía generarse a partir del petróleo barato del Medio Este o de las abundantes reservas de carbón del Medio Oeste. Puesto que el 90 % de la población rural del país aún no contaba con electricidad hacia fines de la década de 1920,11 la electricidad proporcionó medios para la mecanización y la auto matización. La disponibilidad generalizada de electricidad alargó las horas de trabajo más allá del horario solar y la refrigeración de artículos perecederos urbanizó completamente a la cadena ali mentaria tradicional. Llegada la década de 1930, la electricidad se generaba de manera aún más efectiva en una gran ubicación cen tral, pero su transmisión a grandes distancias aseguró la expan sión urbana y la interconectividad regional. Al contrario que las ciudades europeas, la electrificación de Estados Unidos anticipó su desarrollo urbano y dejó espacio para su crecimiento.12 La combinación de alcantarillado, transporte13 e infraestruc tura eléctrica colocó a la ingeniería civil a la vanguardia de la planificación y el desarrollo. Ante la ausencia de una ley federal o estatal de infraestructuras, los gobiernos municipales asumie ron la tarea del desarrollo, mientras que los ingenieros coparon el proceso de diseño mediante el uso del registro, la tecnología y la construcción de nuevos sistemas urbanos. Se sentaron así las bases para la preeminencia de la élite ingenieril tecnocrática, que pronto llegaría a dominar el siglo xx. Roosevelt, la reforma y la regionalización En retrospectiva, las primeras décadas del siglo xx marcaron un punto de inflexión para lo urbano en Estados Unidos. El súbito derrumbe de la bolsa a finales de la década de 1920, sumado a las prolongadas sequías que sufrió el Medio Oeste durante la década de 1930 y el preámbulo militar a la II Guerra Mundial pusieron en duda el historial predominante de una economía laissez-faire y el papel pasivo del gobierno. Como respuesta a la Gran Depresión, el presidente Franklin Delano Roosevelt imple mentó rápidamente las obras públicas del New Deal entre 1933 y 1935 mediante la creación de una serie de agencias facultadas para estimular la economía y recuperar tierras.14 Desde el AAA (Agricultural Adjustment Act) hasta la WPA (Work Progress 29Redefinir la infraestructura INTERACTUAR Administration), la nueva estructura federal se centró en las dos cuestiones más urgentes a las que se enfrentaba el país: el estan camiento económico y la descentralización inminente. Influen ciado por el regionalista Howard W. Odum,15 Roosevelt anticipó la necesidad de una planificación cooperativa guiada por el gobierno para generar electricidad y preservar suelo, para el desarrollo de viviendas y la construcción de carreteras. De las carreteras privadas a las autopistas públicas. A finales de la década de 1920 se produjo otro punto de inflexión para la urba nización. La estructura centralizada e inflexible de las ciudades industriales y de la industria pesada se desbloqueó gracias a tres giros tecnológicos simultáneos: la mayor velocidad del transporte en camión, la expansión del abastecimiento de electricidad y el boom del automóvil. Aunque en general se atribuye a su segundo sucesor, Eisenhower, el sistema de autopistas continental fue un Carreteras como obras públicas: el primer número de la revista Public Roads se publicó en 1918 tras la institución de la Ley Federal de Carreteras de 1916 y la autorización de los primeros fondos de financiación para el transporte de la Oficina de Carreteras Públicas, que originalmente administraba el Departamento de Agricultura El presidente como planificador: Franklin Delano Roosevelt y Wally Richards revisando un plan general mientras recorren Greenbelt, uno de los tres suburbios de Maryland planificados por la Administración para la Reocupación del New Deal a finales de la década de 1930 Superplanificación: inauguración de la exposición sobre la configuración del Sistema Nacional de Autopistas bajo los auspicios de la Ley de Asistencia Federal para las Autopistas de 1956, durante el mandato deDwight D. Eisenhower, sucesor del Sistema Interregional de Autopistas sin Peaje de Roosevelt, que constaba de siete conexiones este-oeste y tres norte-sur 30 legado del New Deal de Roosevelt. Hacia finales de la década de 1930 se volvió urgente construir una red de carreteras. Los tortuo sos caminos de tierra que conectaban las granjas con los merca dos y las carreteras privadas de peaje presentaban obstáculos importantes a la movilidad y las comunicaciones regionales. Las carreteras gratuitas eran sinónimo de libertad y democracia.16 Al oponerse al control privado de las carreteras, pero siendo cauto con las expropiaciones,17 Roosevelt imaginó la red urbana interre gional de 66.000 kilómetros como la espina dorsal de una nueva red para la descentralización de las ciudades y el desarrollo de nuevos asentamientos en los cinturones verdes. Pospuesto a cau sa de la II Guerra Mundial, el plan de Roosevelt para el proyecto de obras públicas más grandes del mundo, conocido como el Sis tema Nacional de Autopistas Interestatales y Defensa, no se reanudó hasta 1956 bajo el mandato de Eisenhower.18 Cultivos y conservación. Lo que la motorización hizo por las ciu dades, la mecanización lo hizo por la agricultura: las podadoras, cosechadoras y arados se vieron reemplazados por los tractores de gas, por la producción acelerada de alimentos y por las economías rurales en alza. Al ser necesaria menos mano de obra, las cosechas se dispararon, pero los bajos precios de los productos agrícolas y lo cara que resultaba la maquinaria obligaron a los agricultores a cultivar más tierras de menor calidad para poder pagar sus nuevos créditos para comprar maquinaria. Las exiguas condicio nes económicas durante la Gran Depresión obligaban a reducir aún más los costes. Se impuso el cultivo de maíz, trigo y avena, al tiempo que se abandonaban las prácticas tradicionales para la conservación de suelos. Desde las praderas canadienses hasta las del sur de Estados Unidos, los pastos se volvieron vulnerables ante las sequías y las tormentas de viento, en un preludio omino so a la década que se conocería como Dust Bowl (literalmente, Planificador: el doctor Raphael Zon fue un pionero en el estudio de la relación entre bosques, cursos fluviales y control de inundaciones con su propuesta de un refugio boscoso intercontinental en las Grandes Planicies a lo largo de las Montañas Rocosas Tsunami terrestre: un muro de polvo y oscuridad de proporciones bíblicas se acerca a Stratford (Texas) el 18 de abril de 1935, cuando las sequías y tornados golpearon el Dust Bowl, tras décadas de prácticas de cultivo implacables y sin reglamentar por todo el Medio Oeste de Estados Unidos y Canadá durante la década de 1930 31Redefinir la infraestructura INTERACTUAR cuenco de polvo) que afectaba a más de un 75 % del país en más de 27 estados. La crisis agraria dio como resultado un programa del New Deal para regular las prácticas agrícolas, diversificar los cultivos y gestionar las cosechas. La Ley de Conservación de Sue los de 1935 abordó el problema de la pérdida de suelos y la sequía con un gran proyecto para la instalación de cortavientos de más de 200 millones de árboles para implementar un cinturón protec tor de 160 kilómetros de anchura y 1.900 de longitud desde Alber ta hasta Texas. Las medidas preventivas incluían la rotación de cultivos, el cultivo por franjas, el arado perpendicular a la pen diente y el uso de terrazas para diversificar los cultivos alimenti cios, y se crearon las cooperativas regionales de cereales para ayudar a que los agricultores mejoraran su capacidad adquisiti va mediante consorcios. De ese modo se puso fin a sus prácticas descoordinadas e indiscriminadas gracias a un sistema federal reglamentado para la conservación de suelos, conocido como Sis tema para la Conservación de los Recursos Naturales.19 De los servicios privados al poder público. Los últimos años de la década de 1920 señalaron también el fin de la especulación ener gética. La Ley de Empresas de Servicios Públicos de 1935 acabó con la burbuja de las empresas privadas de servicios, sobredimen sionadas e infrarreglamentadas. Los gigantes de servicios –como Wilbur Foshay, Samuel Insull y George Ohrstrom– cayeron en bancarrota o huyeron del país.20 En su famoso eslogan “Electrici dad para la defensa”, Roosevelt vio una importante oportunidad de combinar su agenda de recuperación, alivio y reforma con la generación y suministro de electricidad de la Tennessee Valley Authority (TVA). Creada en 1922 por el Connecticut Valley Power Exchange (CONVEX), la TVA combinaba objetivos públicos y pri vados en un modelo de planificación regional nunca antes visto en Estados Unidos. Bajo los auspicios de Arthur Morgan y Benton La región como infraestructura: panel de la Tennessee Valley Authority que muestra las fronteras de la cuenca que atraviesa siete estados como un complejo sistema que incluye el control de inundaciones, la producción de electricidad y fertilizantes y el desarrollo económico de los recursos públicos y tierras privadas en el valle del río Tennessee 32 Mackaye, la TVA gestionó el quinto sistema fluvial más grande del país para reducir los daños por inundaciones, producir electrici dad, conservar la navegabilidad, proveer oportunidades de ocio y proteger la calidad del agua en una cuenca de más de 100.000 km2. Al hacer de la planificación un imperativo, Roosevelt realineó el papel de la gobernanza pública e instituyó un giro decisivo en la dinastía dominante del control privado y localizado de los recursos de la tierra.21 Mediante la Ley de Defensa de 1916, los planes públicos e innovaciones programáticas que Roosevelt implementara en la década de 1930 se convirtieron en un ante proyecto para una infraestructura interregional donde los cam pos de cultivo, los sistemas de drenaje, las redes de transporte, las centrales y las redes eléctricas pasaron a considerarse asun tos de seguridad social para todo el país. Desregulación, desinversión, declive y decadencia En el marco de la economía recalentada de la posguerra, la población de Estados Unidos se duplicó (pasó de los 125 millo nes de habitantes en 1959 a los 250 en 1990) y ejerció una presión desmesurada en la exigencia de servicios públicos. A principios de la década de 1980 se produjo un giro mayúsculo en el estilo de gobierno federal y la infraestructura pública, bajo la administra ción de Ronald Reagan –un reflejo de los métodos que Margaret Thatcher empleara en el Reino Unido–, que sentó las bases para una desregulación y una desinversión que estimulara la econo mía estancada. Para reducir el déficit nacional, la estrategia de Reagan confió en la bajada de impuestos a las sociedades y la privatización de los servicios públicos.22 De la industria militar a la producción eléctrica, ningún sector fue inmune a esta políti ca. Siguiendo los pasos de su predecesor, Jimmy Carter, quien desreguló el sector del transporte, Reagan comenzó con las industrias del gas y el petróleo durante la década de 1980. Dando Negligencia causaba por el diseño: desde un mal diseño hasta la falta de mantenimiento, todo influyó en el derrumbe del puente 9.340, que conducía a la carretera interestatal 35W sobre el río Misisipí en Minneápolis (Minnesota), que se produjo el 1 de agosto de 2007 en hora punta 33Redefinir la infraestructura INTERACTUAR Aprender del fracaso y de los desastres: línea del tiempo que marca los desastres urbanos y regionales más graves del último siglo y que incluye huracanes, sequías e inundaciones como respuesta a los peligros de la ocupación de infraestructuras de ingeniería, como rotura de presas, derrumbe de puentes y vertidos químicos 34 35Redefinir la infraestructuraINTERACTUAR la vuelta al legado de Roosevelt, la privatización cobró fuerza una vez concluido el gobierno de Reagan y pavimentó el camino para externalizar los servicios públicos en las sucesivas admi nistraciones durante las siguientes tres décadas.23, 24 Con el legado desregulador heredado de la economía de Reagan empezó la decadencia de la infraestructura urbana.25 La privati zación de los servicios públicos se extendió hasta la propiedad de los activos públicos y la gestión de obras públicas, cristaliza do en la crisis silenciosa que viene atravesando el país.26 Una red importante de infraestructuras de la posguerra –aeropuertos, puertos, carreteras, alcantarillado, puentes, diques, embalses, corredores eléctricos, terminales y plantas de tratamiento– acu sa hoy la falta de reparaciones y mantenimiento. Los derrumbes de puentes en Minnesota y Montreal y los efectos prolongados del huracán Katrina son todos síntomas de los costes ocultos asociados a la privatización de la infraestructura pública. Abru mada por el retraso en el mantenimiento y la insuficiencia cróni ca de recursos, la infraestructura deteriorada necesita una inversión de 2,2 billones de dólares en los próximos cinco años,27 lo que representa más que el doble de lo que actualmente se invierte en ellas. Esto plantea interrogantes urgentes sobre la eficacia a largo plazo de las políticas de desregularización. ¿Cómo podemos repensar, pues, la lógica convencional de la Momento crítico: vista aérea de la planta TVA Kingston de los ríos Emory y Cinch en Tennessee, donde se derramaron cuatro millones de metros cúbicos de hulla tras la ruptura de un dique, el 22 de diciembre de 2008 36 infraestructura –el proceso de fondo para el suministro de servi cios básicos que subyace en las ciudades y las regiones–, para mantener las poblaciones en expansión y las economías urbanas diversificadas en el futuro? Ecología como economía El aparato tecnológico genérico de la infraestructura moderna ha ensombrecido en cierto sentido la supremacía de los sistemas biofísicos subyacentes. Mientras que en el pasado los países industrializados se veían obligados a contaminar o destruir el entorno para servir a la economía, hoy la ecuación se invierte: la economía es inseparable del entorno. Al responder al estado actual de decadencia de la infraestruc tura y a las presiones ecológicas, unos nuevos modelos y prácti cas28 comienzan a desafiar el dogma de la desregulación neolibe ral y la ausencia de planificación federal: A. Reingeniería ecológica: los métodos lineales, estáticos y monofuncionales dan paso a diseños flexibles, operatividades circulares y capacidades multidimensionales para la optimiza ción, el rendimiento y las dinámicas. B. Diseño sinérgico: mediante la interconectividad y la interde pendencia, el diseño de la infraestructura depende de las siner gias estratégicas para multiplicar su funcionalidad como siste ma.29 Apropiación de tierras a escala global: flujos de las ventas de tierras cultivables y adquisiciones para la producción de alimentos entre el Oriente Próximo, África, Eurasia y América pasada la temporada de huracanes del Atlántico de 2005, y el pico en los precios de alimentos a nivel mundial 37Redefinir la infraestructura INTERACTUAR Ecología de la urbanización: diagrama de flujos para los procesos externos e internos de una ciudad como un sistema abierto, por Howard T. Odum Almacenes con ruedas: el volumen de carga previsto para el transporte por carretera a larga distancia que circula por el Sistema Nacional de Carreteras duplicaría su frecuencia actual en 2035 con el auge de la subcontratación logística Note: Long-haul freight trucks serve locations at least 50 miles apart, excluding trucks that are use d in intermodal movements. Source: U.S. Department of Transportation, Federal Highway Administration, O ce of Freight Manageme nt and Operations, Freight Analysis Framework, vers ion 2.2, 2007. Truck Volume / Day 50,000 25,000 12,500 C a n a d a M e x i c o Gulf of Mexico Atlantic Ocean Pacific Ocean Agua Fibra Alimentos Combustibles Tierras Residuos sólidos Residuos líquidos Bienes Servicios Viento Sol Industria Transporte Servicios Comercio Gobierno local Humanos, viviendas Rellenos Mercados Viento Corrientes Gobierno Gente Aire viciado Trans fere nc ia Imp ues to 38 C. Urbanización como síntesis: volver a zonificar y urbanizar tie rras genera mecanismos financieros necesarios para recuperar la infraestructura derruida y las tierras contaminadas. D. Planificación para el fracaso: supeditadas a una cultura de la contingencia y la preparación, las predicciones de riesgo son generadores de fuerzas en la planificación de las regiones urba nas para las generaciones sucesivas.30 E. Regionalización: la cuenca es una infraestructura hidrofísica que ofrece una escala estratégica intermedia para la planifica ción a nivel interjurisdiccional. Al cuestionar el protagonismo de la ingeniería civil como una de las disciplinas de mayor influencia en el siglo xx –así como la inercia, menos obvia, de la planificación urbana–, la infraestruc tura cobra una relevancia extrema en las prácticas organizativas públicas y privadas. La fusión de sistemas biofísicos e infraes tructura contemporánea se está convirtiendo rápidamente en el criterio rector de las regiones urbanas. Las redes viarias y los suministros de agua potable ya no pueden planificarse al mar gen de sus regiones naturales, como tampoco puede hablarse de una ingeniería para el tratamiento de desagües o de centrales eléctricas sin tenerlas en cuenta, ni diseñar edificios y servicios sin considerar sus sistemas energéticos. Desde este punto de vis ta, la ecología es una economía. Apostar por la tierra: imagen de satélite de Flint (Michigan), antiguamente la “ciudad automotriz” y actualmente sede del primer banco de tierras de este estado. El banco se ocupa de reorganizar las tierras abandonadas y contaminadas mediante nuevas medidas fiscales y ecológicas, en asociación con la cuenca del río Flint y el condado de Genesee. Regiones Unidas de Norteamérica: el patrón de urbanización de Canadá, Estados Unidos y México con relación a las 17 cuencas principales de América del Norte. 39Redefinir la infraestructura INTERACTUAR La infraestructura como paisaje. La exigencia de más formas renovables de desarrollo e infraestructuras más flexibles está promoviendo intercambios entre disciplinas. A caballo entre la planificación y la ingeniería, el paisajismo contemporáneo pue de proponer un sofisticado sistema operativo para las regiones urbanas donde la agencia compleja de los sistemas vivos y los procesos dinámicos puedan implementarse mediante una plani ficación a largo plazo y a gran escala. A partir del auge de los temas ecológicos en la década de 1970 y pasando por la crisis de obras públicas de la de 1980 hasta llegar a la merma de las estructuras ingenieriles en la de 1990, la rearticulación ecológica de la infraestructura urbana debe incluir la gestión del agua, el reciclaje de residuos, la producción de electricidad y alimentos y el transporte a gran escala. Resulta esencial, tanto para su prác tica como para su pedagogía, redefinir y reintegrar la infraes tructura como un paisaje instrumental y sofisticado de recursos, procesos y servicios básicos que, juntos, apoyen y sostengan la urbanización continua e incompleta del siglo xxi. Agradecimientos: a Richard F. Weingroff y Senquola Seabron (División de Infraes- tructura de la Federal Highway Administra- tion), Kenneth Johnson (Library of Con- gress), Jan McDonald (sewerhistory.org) y a Angela King (Geology.com/NASA Land- sat y Departamento de Comunicación de la Tennessee Valley Authority), por su generosidad y apoyo en la búsqueda de imágenes
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