Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
245 C A P Í T U L O Haemophilus, Bordetella, Brucella y Francisella 18 BACTERIAS DEL GÉNERO HAEMOPHILUS Este es un grupo de pequeñas bacterias polimorfas gramnegati- vas que necesitan medios enriquecidos, que por lo general con- tienen sangre o sus derivados, para su aislamiento. Haemophilus infl uenzae de tipo B es un microorganismo patógeno importan- te en el ser humano. Haemophilus ducreyi, también es un micro- organismo patógeno, de transmisión sexual, produce chancroi- de; otras bacterias del género Haemophilus forman parte de la microfl ora normal de la mucosa y sólo algunas veces producen enfermedad. HAEMOPHILUS INFLUENZAE Haemophilus infuenzae se detecta en las mucosas de las vías res- piratorias altas en el ser humano. Es una causa importante de meningitis en los niños y puede causar infecciones respiratorias en niños y adultos. Morfología e identificación A. Microorganismos típicos En las muestras de infecciones agudas, los microorganismos son bacilos cocoides cortos (1.5 μm), que a veces se encuentran en pares o cadenas cortas. En los cultivos, la morfología depende de la edad y del medio. A las 6 a 8 h en un medio enriquecido, predominan las formas cocobacilares pequeñas. Más tarde hay bacilos más largos, bacterias que experimentan lisis y muchas variantes polimorfas. Los microorganismos en cultivos jóvenes (6 a 18 h) en un medio enriquecido tienen una cápsula defi nida. La cápsula es el antígeno que se utiliza para la “tipifi cación” de H. infl uenzae (véase adelante). B. Cultivo En agar chocolate se presentan colonias planas de color pardo grisáceo con diámetros de 1 a 2 mm después de 24 h de incuba- ción. IsoVitaleX en los medios de cultivo favorece la multiplica- ción. H. infl uenzae no se multiplica en agar sangre de cordero, excepto alrededor de colonias de estafi lococos (“fenómeno saté- lite”). H. haemolyticus y H. parahaemolyticus son variantes hemo- líticas de H. infl uenzae y H. parainfl uenzae, respectivamente. C. Características de crecimiento La identifi cación de los microorganismos del grupo Haemo- philus depende en parte de demostrar la necesidad de deter- minados factores de crecimiento denominados X y V. El factor V tiene una acción fi siológica parecida a la hemina; el factor V se puede remplazar con nucleótido de nicotinamida y adenina (NAD, nicotinamide adenine nucleotide) u otras coenzimas. Las colonias de estafi lococos en agar sangre de oveja producen la li- beración de NAD y generan el fenómeno de crecimiento satélite. En el cuadro 18-1 se enumeran las necesidades de factores X y V de diversas especies del género Haemophilus. Los hidratos de carbono se fermentan en forma defi ciente e irregular. D. Variación Además de la variación morfológica, H. infl uenzae muestra una notable tendencia a perder su cápsula y la especifi cidad de tipo asociada. Las colonias de variantes no encapsuladas carecen de iridiscencia. E. Transformación En circunstancias experimentales apropiadas, el DNA extraído de un determinado tipo de H. infl uenzae puede transferir la es- pecifi cidad de tipo a otras células (transformación). La resisten- cia a la ampicilina y al cloranfenicol es controlada por los genes en plásmidos transmisibles. Estructura antigénica H. infl uenzae encapsulado contiene polisacáridos capsulares (PM > 150 000) de uno de seis tipos (a a f). El antígeno capsu- lar de tipo b es un fosfato de polirribosa-ribitol (PRP, polyribose ribitol phosphate). H. infl uenzae encapsulado se puede tipifi car mediante aglutinación en portaobjetos, coaglutinación con es- tafi lococos o aglutinación de partículas de látex recubiertas con anticuerpos de tipo específi co. Una prueba de hinchazón de la cápsula con antisuero específi co es análoga a la prueba corres- pondiente que se utiliza para los neumococos. También se puede llevar a cabo la tipifi cación mediante inmunofl uorescencia. La mayor parte de los microorganismos de la especie H. infl uenzae 246 SECCIÓN III Bacteriología son dos de los microorganismos más frecuentes de otitis media bacteriana y sinusitis aguda. Los microorganismos pueden lle- gar a la circulación sanguínea y ser transportados a las meninges o, con menor frecuencia, se pueden establecer en las articulacio- nes para producir artritis séptica. Antes del empleo de la vacuna conjugada, H. infl uenzae fue la causa más frecuente de menin- gitis bacteriana en niños de cinco meses a cinco años de edad en Estados Unidos. Se parece clínicamente a otras formas de meningitis infantil y el diagnóstico se basa en la demostración bacteriológica del microorganismo. A veces se presenta una laringotraqueítis obstructiva ful- minante con epiglotis edematosa y de color rojo cereza en los lactantes que obliga a una traqueostomía inmediata o intuba- ción como procedimiento para salvar la vida del paciente. La neumonitis y la epiglotitis por H. infl uenzae pueden presentarse después de infecciones respiratorias altas en los niños pequeños y en personas ancianas o debilitadas. Los adultos pueden tener bronquitis o neumonía a consecuencia de H. infl uenzae. Pruebas diagnósticas de laboratorio A. Muestras Las muestras consisten en frotis de secreción nasofaríngea, pus, sangre y líquido cefalorraquídeo de frotis y cultivos. B. Identifi cación directa Se dispone de estuches comerciales para la detección inmuno- lógica de antígenos de H. infl uenzae en el líquido cefalorraquí- deo. Una prueba positiva indica que el líquido tiene altas con- centraciones de polisacárido específi co de H. infl uenzae tipo b. Estas pruebas de detección de antígeno por lo general no son más sensibles que una tinción de Gram y por tanto no se usan ampliamente. En la fi gura 18-1 se ilustra una tinción de Gram de H. infl uenzae en esputo. FIGURA 18-1 Tinción de Gram de Haemophilus infl uenzae en el esputo. Los microorganismos son cocobacilos gramnegativos (fl echas pequeñas) muy pequeñas (0.3 × 1 μm). Los objetos grandes de forma irregular (fl echa grande) son los núcleos de las células polimorfonuclea- res. El moco está débilmente teñido de rosa en el fondo. en la microfl ora normal de las vías respiratorias altas no están encapsulados. Los antígenos somáticos de H. infl uenzae constan de proteí- nas de membrana externa. Los lipopolisacáridos (endotoxinas) comparten muchas estructuras con los de las neisserias. Patogenia H. infl uenzae no produce exotoxina. El microorganismo no encap- sulado es un miembro regular de la microfl ora respiratoria normal del ser humano. La cápsula es antifagocítica cuando no hay anti- cuerpos anticapsulares específi cos. La cápsula de fosfato de polirri- bosa de H. infl uenzae tipo b es el principal factor de virulencia. La frecuencia de estado de portador en las vías respiratorias altas para H. infl uenzae tipo b es de 2 a 4%. La tasa de porta- dor para H. infl uenzae no tipifi cable es 50 a 80% más alta. H. infl uenzae tipo b produce meningitis, neumonía y empiema, epiglotitis, celulitis, artritis séptica y a veces otras formas de in- fección invasiva. H. infl uenzae no tipifi cable tiende a producir bronquitis crónica, otitis media, sinusitis y conjuntivitis después de la destrucción de los mecanismos de defensa normales del hospedador. La tasa de portador para los tipos encapsulados a y c a f es baja (1 a 2%) y estos tipos capsulares pocas veces produ- cen enfermedad. Aunque el tipo b puede ser causa de bronquitis crónica, otitis media, sinusitis y conjuntivitis, las produce con menor frecuencia que H. infl uenzae no tipifi cable. Asimismo, H. infl uenzae no tipifi cable sólo a veces produce enfermedad in- vasiva (alrededor de 5% de los casos). La sangre de muchas personas mayores de tres a cinco años de edad es bactericida para H. infl uenzae y las infecciones clíni- cas son menos frecuentes en ellas. Sin embargo, no se detectan anticuerpos bactericidas en 25% de los adultos estadounidenses y se han presentado infecciones clínicas en adultos. Manifestaciones clínicasH. infl uenzae tipo b entra a través del sistema respiratorio. Pue- de haber una diseminación local con afectación de los senos pa- ranasales o el oído medio. H. infl uenzae tipo b y los neumococos CUADRO 18-1 Características y necesidades de cultivo de bacterias del género Haemophilus importantes para el ser humano Especie Necesita HemólisisX V Haemophilus influenzae (H. aegyptius) + + − Haemophilus parainfluenzae − + − Haemophilus ducreyi + − − Haemophilus haemolyticus + + + Aggregatibacter aphrophilusa − − − Haemophilus paraphrophaemolyticus − + + Haemophilus segnis − + − X, hem; V, dinucleótido de nicotinamida y adenina. aAhora denominado Aggregatibacter. CAPÍTULO 18 Haemophilus, Bordetella, Brucella y Francisella 247 complicaciones tardías de la meningitis por H. infl uenzae tipo b destacan la aparición de una acumulación subdural circunscrita de líquido que exige drenaje quirúrgico. Epidemiología, prevención y control H. infl uenzae tipo b encapsulado se transmite entre personas por vía respiratoria. La infección por H. infl uenzae tipo b puede prevenirse mediante la administración de la vacuna conjugada de Haemophilus b aplicada a los niños. En la actualidad se dis- pone de tres vacunas conjugadas: PRPHbOC en la cual el con- jugado es CRM197, una toxina dift érica no tóxica; PRP-OMPC, complejo de proteína de la membrana externa de Neisseria me- ningitidis; y PRP-T, que utiliza toxoide tetánico. A partir de los dos meses de edad, a todos los niños se les debe inmunizar con una de las vacunas conjugadas. Dependiendo de la vacuna que se escoja, la serie consta de tres dosis que se administran a los dos, cuatro y seis meses de edad o dos dosis que se administran a los dos y a los cuatro meses. En ocasiones se administra una dosis de refuerzo adicional entre los 12 y los 15 meses de edad. Todas estas vacunas conjugadas se pueden aplicar al mismo tiempo que la administración de otras vacunas como DTaP. El empleo generalizado de la vacuna de H. infl uenzae tipo b ha re- ducido la frecuencia de meningitis en más del 95% por el mismo microorganismo en los niños. La vacuna reduce las tasas de por- tador de H. infl uenzae tipo b. El contacto con los pacientes que padecen una infección clínica por H. infl uenzae plantea escaso riesgo para los adultos pero constituye un riesgo defi nido para los hermanos no inmunes y otros niños no inmunes menores de cuatro años de edad que son contactos cercanos del paciente. En estos niños se recomienda la profi laxis con rifampicina. HAEMOPHILUS AEGYPTIUS Este microorganismo anteriormente se denominaba bacilo de Koch-Weeks; a veces se denomina H. infl uenzae biotipo III, pero la designación actual es H. infl uenzae biogrupo aegyptius. Es muy parecido a H. infl uenzae y se relaciona con una forma de conjuntivitis muy contagiosa. H. aegyptius es la causa de la fi ebre purpúrica brasileña, una enfermedad de los niños que se carac- teriza por fi ebre, púrpura, choque y muerte del paciente. AGGREGATIBACTER APHROPHILUS Los microorganismos que pertenecen a las especies Haemophilus aphrophilus y Haemophilus paraphrophilus en tiempos recientes se combinaron para integrar la misma especie y se modifi có el nombre a Aggregatibacter aphrophilus. También se ha añadido Actinobaci- llus actinomycetemcomitans al género Aggregatibacter. Las cepas de A. aphrophilus suelen detectarse como causas de endocarditis in- fecciosa y neumonía. Estos microorganismos están presentes en la cavidad oral como parte de la microfl ora respiratoria normal. HAEMOPHILUS DUCREYI Haemophilus ducreyi produce el chancroide (chancro blando), una enfermedad de transmisión sexual. El chancroide consiste en una úlcera rasgada en los genitales, con edema e hiperalgesia C. Cultivo Se cultivan las muestras en agar chocolate enriquecido con Iso- VitaleX hasta que aparecen las colonias características. H. in- fl uenzae se diferencia de los bacilos gramnegativos relacionados por sus necesidades de factores X y V y por su falta de hemólisis en agar sangre (cuadro 18-1). Las pruebas para necesidades de factor X (hem) y V (dinu- cleótido de nicotinamida y adenina) pueden realizarse de diver- sas maneras. Las bacterias del género Haemophilus que necesi- tan factor V se multiplican alrededor de tiras de papel o discos que contienen factor V colocado en la superfi cie de agar que se han procesado en autoclave antes de añadir la sangre (el factor V es termolábil). Como alternativa, se puede colocar una tira que contenga factor X en paralelo con otra que contenga fac- tor V en agar defi ciente en estos nutrimentos. La multiplicación de Haemophilus en la zona de respuesta entre las tiras indica la necesidad de los dos factores. Una mejor prueba para la nece- sidad de factor V se basa en la incapacidad de H. infl uenzae y algunas otras especies del género Haemophilus de sintetizar hem a partir del ácido δ-aminolevulínico. El inóculo se incuba con ácido δ-aminolevulínico. Los microorganismos del género Hae- mophilus que no necesitan factor X sintetizan porfobilinógeno, porfi rinas, protoporfi rina IX y hem. La presencia de fl uorescen- cia roja bajo la luz ultravioleta (aproximadamente 360 nm) indi- ca que hay porfi rinas y es una prueba positiva. Las bacterias del género Haemophilus que sintetizan porfi rinas (y por tanto hem) no son H. infl uenzae (cuadro 18-1). Inmunidad Los lactantes menores de tres meses pueden tener anticuerpos séricos transmitidos por la madre. Durante este periodo es poco común la infección por H. infl uenzae, pero después se pierden los anticuerpos. Los niños a menudo adquieren infecciones por H. infl uenzae, que suelen ser asintomáticas pero que pueden adoptar la forma de enfermedades respiratorias o meningitis. H. infl uenzae ha sido la causa más frecuente de meningitis bacte- riana en niños de cinco meses a cinco años de edad. Entre los tres y cinco años de edad, muchos niños no inmunizados adquieren de forma natural anticuerpos contra-PRP que favorecen la destruc- ción bactericida dependiente de complemento y la fagocitosis. La inmunización de los niños con vacuna conjugada de H. infl uen- zae tipo b induce a la formación de los mismos anticuerpos. Existe una correlación entre los anticuerpos bactericidas presentes y la resistencia a las infecciones importantes por H. in- fl uenzae tipo b. Sin embargo, no se sabe si estos anticuerpos en sí contribuyen a la inmunidad. Los adultos con estos anticuerpos pueden presentar neumonía o la artritis por H. infl uenzae. Tratamiento La tasa de mortalidad de la meningitis por H. infl uenzae no tratada puede ascender a 90%. Muchas cepas de H. infl uenzae tipo b son susceptibles a la ampicilina, pero hasta 25% producen lactamasa β bajo control de un plásmido trasmisible y son resis- tentes. Básicamente todas las cepas son susceptibles a la cefalos- porina de tercera generación. La cefotaxima administrada por vía intravenosa produce resultados excelentes. El diagnóstico inmediato y el tratamiento antimicrobiano son esenciales para disminuir la alteración neurológica y mental tardía. Entre las 248 SECCIÓN III Bacteriología dina, se pueden demostrar gránulos metacromáticos bipolares. Contienen una cápsula. B. Cultivo El aislamiento primario de B. pertussis exige medios enriqueci- dos. El medio de Bordet-Gengou (agar papa-sangre-glicerol) que contiene penicilina G, 0.5 μg/ml se puede utilizar; sin embargo, es preferible un medio que contenga carbón activado similar al que se utiliza para Legionella pneumophila. Los discos se incu- ban a una temperatura de 35 a 37°C durante tres a siete días en medio húmedo (p. ej., una bolsa de plástico sellada). Los bacilos gramnegativos de tinción débil pequeños se identifi can median- te la tinción inmunofl uorescente. B. pertussis no es móvil. C. Características de crecimiento El microorganismo es un aerobio estricto y forma ácido pero no gas a partir de glucosa y lactosa. No necesita factores X y V en el subcultivo.La hemólisis de medio que contiene sangre se relaciona con B. pertussis virulento. D. Variación Cuando se aísla en pacientes y se cultiva en medios enriqueci- dos, B. pertussis se encuentra en la fase hemolítica y virulenta productora de toxina pertussis. Hay dos mecanismos por los cuales B. pertussis cambia a formas no hemolíticas, no virulentas no productoras de toxina. La modulación fenotípica reversible ocurre cuando se multiplica B. pertussis en ciertas condiciones ambientales (p. ej., 28°C por contraposición a 37°C, la presencia de MgSO4, etc.). La variación de fase reversible se presenta tras una mutación de baja frecuencia en el locus genético que con- trola la expresión de los factores de virulencia (véase adelante). Es posible que estos mecanismos desempeñen una función en el proceso infeccioso, pero no se ha demostrado clínicamente cuál es. Estructura antigénica, patogenia y anatomía patológica B. pertussis produce diversos factores que intervienen en la patogenia de la enfermedad. Un locus en el cromosoma de B. pertussis hace las veces de un regulador central de los genes de virulencia. Este locus tiene dos genes de virulencia de Bor- detella, bvgA y bvgS. Los productos de los loci A y S son si- milares a los de los sistemas reguladores de dos componentes conocidos. bvgS responde a las señales ambientales en tanto que bvgA es un activador de la transcripción de los genes de virulencia. La hemaglutinina fi lamentosa media la adherencia a las células epiteliales ciliadas. La toxina pertussis favorece la linfocitosis, la sensibilización a la histamina y la mayor secre- ción de insulina y tiene una actividad de ribosilación de ADP, con una estructura A/B y un mecanismo de acción similar al de la toxina del cólera. La hemaglutinina fi lamentosa y la toxina pertussis son proteínas secretadas y se encuentran fuera de las células de B. pertussis. La toxina adenilatociclasa, la toxina dermonecrótica y la hemolisina también son reguladas por el sistema bvg. La citotoxina traqueal inhibe la síntesis de DNA en las células ciliadas y no es regulada por bvg. Las pilosidades probablemente tienen una participación en la adherencia de las bacterias a las células epiteliales ciliadas de las vías respi- dolorosa intensos. Los ganglios linfáticos regionales están aumen- tados de tamaño y son dolorosos. La enfermedad debe distinguir- se de la sífi lis, la infección por el herpes simple y el linfogranuloma venéreo. Los bacilos gramnegativos pequeños se encuentran en cor- dones en las lesiones, por lo general acompañados por otros mi- croorganismos piógenos. H. ducreyi necesita factor X pero no factor V. Se multiplica mejor en los raspados de la base de la úlcera en agar chocolate que contiene IsoVitaleX al 1% y vanco- micina, 3 μg/ml, e incubados en CO2 al 10% a una temperatura de 33°C. No hay inmunidad permanente después de la infección por chancroide. El tratamiento con ceft riaxona intramuscular, trimetoprim-sulfametoxazol oral o eritromicina oral a menudo produce la cicatrización en dos semanas. OTRAS BACTERIAS DEL GÉNERO HAEMOPHILUS Haemophilus haemoglobinophilus necesita factor X pero no factor V y se ha detectado en perros pero no en enfermedades humanas. Haemophilus haemolyticus es el microorganismo he- molítico más marcado del grupo in vitro; se distribuye tanto en la nasofaringe normal como en relación con infecciones poco comunes del aparato respiratorio de gravedad moderada en los niños. Haemophilus parainfl uenzae se parece a H. infl uenzae y es un residente normal del aparato respiratorio humano; se ha detectado de manera esporádica en la endocarditis infecciosa y en la uretritis. H. suis se parece a H. infl uenzae desde el punto de vista bacteriológico y tiene una acción sinérgica con el virus de la infl uenza porcina para producir la enfermedad en cerdos. BORDETELLA Hay varias especies del género Bordetella. Bordetella pertussis, un microorganismo patógeno muy contagioso e importante en el ser humano, produce tos ferina. Bordetella parapertussis puede producir una enfermedad muy similar. Bordetella bronchiseptica (Bordetella bronchicanis) produce enfermedad en animales como la tos de los perros y de los conejos, y sólo a veces produce enfer- medad respiratoria y bacteriemia en el ser humano, principalmen- te en hospedadores inmunodefi cientes. Bordetella avium produce la coriza de los pavos y se sabe que infecta al ser humano. Especies más nuevas y sus relaciones con enfermedades comprenden B. hinzii (bacteriemia y enfermedad respiratoria). B. holmseii (bac- teriemia en pacientes inmunodefi cientes) y B. trematum (heridas y otitis media). B. pertussis, B. parapertussis y B. bronchiseptica están íntimamente relacionadas y tienen una homología de DNA de 72 a 94% y diferencias muy limitadas en el análisis enzimático multilocus; las tres especies podrían considerarse tres subespecies dentro de una especie. B. avium es una especie distintiva. BORDETELLA PERTUSSIS Morfología e identifi cación A. Microorganismos típicos Los microorganismos son cocobacilos gramnegativos diminutos que se parecen a H. infl uenzae. En la tinción con azul de tolui- 471 C A P Í T U L O Virus de la hepatitis 35 La hepatitis viral es una enfermedad sistémica que afecta princi- palmente al hígado. Casi todos los casos de hepatitis viral aguda en niños y adultos se deben a uno de los siguientes virus: virus de la hepatitis A (HAV), el agente causal de la hepatitis viral de tipo A (hepatitis infecciosa); virus de la hepatitis B (HBV), que produce la hepatitis B (hepatitis por el suero); virus de la hepatitis C (HCV), que produce la hepatitis C (causa frecuente de hepatitis después de transfusiones); o el virus de la hepatitis E (HEV), que produce la he- patitis transmitida por vía enteral. En otros capítulos se describen virus adicionales bien caracterizados que pueden causar hepatitis esporádica, tales como virus de la fi ebre amarilla, citomegalovirus, virus de Epstein-Barr, virus del herpes simple, virus de la rubéola y enterovirus. Los virus de la hepatitis producen una infl amación aguda del hígado que causa enfermedad clínica caracterizada por fi ebre, síntomas digestivos como náusea, vómito e ictericia. Sin im- portar el tipo de virus, durante la enfermedad aguda se observan lesiones histopatológicas idénticas en el hígado. PROPIEDADES DE LOS VIRUS DE LA HEPATITIS En el cuadro 35-1 se muestran las características de los cinco virus de la hepatitis conocidos. En el cuadro 35-2 se presenta la nomen- clatura de los virus de la hepatitis, los antígenos y los anticuerpos. Hepatitis tipo A El HAV es un miembro diferente de la familia de los Picorna- viridae (cap. 36); es una partícula esférica de 27 a 32 nm con simetría icosaédrica cúbica que contiene un genoma lineal de RNA monocatenario con un tamaño de 7.5 kb. Aunque en un principio se clasifi có provisionalmente como enterovirus 72, las secuencias de nucleótido y aminoácido del HAV son tan di- ferentes que se le ubicó en un nuevo género de picornavirus, Hepatovirus. Sólo se conoce un serotipo. No existe reactividad cruzada antigénica con HBV o con los otros virus de la hepatitis. El análisis de la secuencia genómica de una región variable en la unión de los genes 1D y 2A permitió clasifi car las cepas de HAV en siete genotipos. En el cuadro 36-1 se enumeran las propieda- des importantes de la familia Picornaviridae. El HAV es estable al tratamiento con éter al 20%, ácido (pH de 1.0 durante 2 h) y al calor (60°C durante 1 h) y su infectivi- dad puede conservarse por lo menos durante un mes después de desecarse y almacenarse a una temperatura de 25°C y con hume- dad relativa de 42% o durante años a temperatura de −20°C. El virus se destruye con el autoclave (121°C durante 20 min), ebu- llición en agua por 5 min, con calor seco (180°C por 1 h), por radiación ultravioleta (1 min a 1.1 watts), mediante el tratamiento con formalina (1:4 000 durante tres días a unatemperatura de 37°C) o por el tratamiento con cloro (10 a 15 ppm durante 30 min). Es necesario calentar el alimento a una temperatura >85°C durante un minuto y desinfectar las superfi cies con hipoclorito de sodio (dilución de blanqueador de cloro a 1:100) para inactivar al HAV. La resistencia relativa de este virus a los procedimientos de desinfección resalta la necesidad de precauciones adicionales para tratar a los pacientes con hepatitis y sus productos. El HAV se identifi có inicialmente en heces y muestras de biopsias de hígado utilizando microscopia electrónica con téc- nicas inmunológicas como sistema de detección (fi g. 35-1). Los análisis serológicos sensibles y la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, polymerase chain reaction) permiten la detección de HAV en las heces y otras muestras y determinar anticuerpos específi cos en suero. Los linajes celulares de diversos primates respaldan el desa- rrollo del HAV, aunque las cepas frescas de virus son difíciles de adaptarse y desarrollarse. Por lo general no se manifi estan efec- tos citopáticos. Las mutaciones en el genoma viral se seleccionan durante la adaptación al cultivo de tejido. FIGURA 35-1 Microfotografía electrónica de un virus de la hepatitis A de 27 nm agregado con anticuerpo (222 000 ×). Obsérvese la presen- cia de un “halo” de anticuerpo alrededor de cada partícula. (Cortesía de DW Bradley, CL Hornbeck y JE Maynard.) 472 SECCIÓN IV Virología CUADRO 35-1 Características de los virus de la hepatitis Virus Hepatitis A Hepatitis B Hepatitis C Hepatitis D Hepatitis E Familia Picornaviridae Hepadnaviridae Flaviviridae No clasificada Hepeviridae Género Hepatovirus Orthohepadnavirus Hepacivirus Deltavirus Hepevirus Virión 27 nm, icosaédrico 42 nm, esférico 60 nm, esférico 35 nm, esférico 30-32 nm, icosaédrico Envoltura No Sí (HbsAg) Sí Sí (HBsAg) No Genoma ssRNA dsDNA ssRNA ssRNA ssRNA Tamaño del genoma (kb) 7.5 3.2 9.4 1.7 7.2 Estabilidad Estable en calor y ácido Sensible al ácido Sensible al éter, sensible al ácido Sensible al ácido Termoestable Transmisión Fecal-oral Parenteral Parenteral Parenteral Fecal-oral Prevalencia Alta Elevada Moderada Baja, regional Regional Enfermedad fulminante Infrecuente Infrecuente Infrecuente Frecuente En embarazo Enfermedad crónica Nunca Frecuente Frecuente Frecuente Nunca Oncógeno No Sí Sí ? No CUADRO 35-2 Nomenclatura y defi niciones de virus, antígenos y anticuerpos de la hepatitis Enfermedad Componente del sistema Defi nición Hepatitis A HAV Anticuerpos contra HAV Anticuerpos IgM contra HAV Virus de la hepatitis A. Microorganismo causante de la hepatitis infecciosa. Un picornavirus, el prototipo del género Hepatovirus Anticuerpo contra HAV. Detectable al inicio de los síntomas; persiste de por vida Anticuerpos IgM contra HAV. Indica infección reciente con hepatitis A; positivo hasta 4 a 6 meses después de la infección Hepatitis B HBV HBsAg HBeAg HBcAg Anticuerpos contra HBs Anticuerpos contra HBe Anticuerpos contra HBc Anticuerpos IgM contra HBc Virus de la hepatitis B. Microorganismo causante de la hepatitis sérica. Un hepadnavirus. Antígeno de superficie B de la hepatitis; antígeno(s) de superficie de HBV detectable en gran cantidad en suero; varios subtipos identificados Antígeno E de la hepatitis B. Se relaciona con la nucleocápside de HBV; indica replicación viral; circula como antígeno soluble en suero Antígeno central de la hepatitis B Anticuerpos contra HBsAg. Indica una infección previa con HBV e inmunidad al mismo; presencia de anticuerpo pasivo de HBIG, o respuesta inmunitaria de la vacuna HBV Anticuerpos contra HBeAg. La presencia en el suero de portador de HBsAg indica un título más bajo de HBV Anticuerpos contra HBcAg. Indica infección con HBV en algún momento previo indefinido Anticuerpos IgM contra HBcAg. Indica infección reciente con HBV; positivo durante 4 a 6 meses después de la infección Hepatitis C HCV Anticuerpos contra HCV Virus de la hepatitis C, un microorganismo causante frecuente de la hepatitis subsiguiente a transfusiones. Un flavivirus, género Hepacivirus Anticuerpos contra HCV Hepatitis D HDV HDAg Anticuerpos contra HDV Virus de la hepatitis D. Microorganismo etiológico de la hepatitis delta; causa infección sólo en presencia de HBV Antígeno delta (Ag delta). Detectable en la infección aguda inicial por HDV Anticuerpos contra Ag delta (anti-delta). Indica infección previa o presente por HDV Hepatitis E HEV Virus de la hepatitis E. Virus de la hepatitis transmitido por vía entérica. Produce grandes epidemias en Asia, norte y occidente de África y México; transmisión fecal-oral o en el agua. No clasificado Inmunoglobulinas IG HBIG Inmunoglobulina USP. Contiene anticuerpos contra HAV; no anticuerpos con HBsAg, HCV o VIH Inmunoglobulina de la hepatitis B. Contiene altos títulos de anticuerpos contra HBV CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 473 del marco y codifi ca el HBsAg principal, así como los polipépti- dos que contienen además secuencias pre-S2 o pre-S1 y pre-S2. El gen C tiene dos codones de iniciación dentro del marco y co- difi ca HBcAg más la proteína HBe, que es procesada para pro- ducir HBe, la cual es procesada para producir HBeAg soluble. Las partículas que contienen HBsAg son antigénicamente complejas. Cada una contiene un antígeno específi co de grupo, a, Hepatitis tipo B El HBV se clasifi ca como un hepadnavirus (cuadro 35-3); desa- rrolla infecciones crónicas, sobre todo en las personas infectadas durante la lactancia; es un factor importante para el desarrollo de una enfermedad hepática y el carcinoma hepatocelular en estos individuos. A. Estructura y composición El estudio con microscopia electrónica con suero positivo para HBsAg revela tres formas morfológicas (fi gs. 35-2 y 35-3A). La mayoría son partículas esféricas que miden 22 nm de diámetro (fi g. 35-3B). Estas partículas pequeñas están constituidas exclu- sivamente por HBsAg, pues son formas tubulares o fi lamento- sas que tienen el mismo diámetro pero que pueden tener una longitud de más de 200 nm, y se deben a la producción excesiva de HBsAg. Los viriones esféricos más grandes, de 42 nm (origi- nalmente designados como partículas de Dane) se observan con menos frecuencia (fi g. 35-2). La superfi cie externa, o envoltura, contiene HBsAg y rodea un centro de nucleocápside interna de 27 nm que contiene HBcAg (fi g. 35-3C). La longitud varia- ble de una región monocatenaria del genoma de DNA circular produce partículas genéticamente heterogéneas con una amplia gama de densidades fl otantes. El genoma viral (fi g. 35-4) consta de DNA circular parcial- mente bicatenario de 3 200 bp de longitud. Las cepas de HBV diferentes comparten una homología de secuencia nucleotídica de 90 a 98%. La cadena negativa de longitud uniforme de DNA (cadena L o larga) es complementaria a todos los mRNA de HBV; la cadena positiva (cadena S o corta) es variable y tiene una longitud de unidad entre 50 y 80%. Existen cuatro marcos de lectura abiertos que codifi can sie- te polipéptidos. Éstos son las proteínas estructurales de la su- perfi cie del virión y el núcleo, un transactivador transcripcional pequeño (X) y una proteína de polimerasa grande (P) que com- prende DNA polimerasa, transcriptasa inversa y actividad de ribonucleasa H. El gen S tiene tres codones de iniciación dentro CUADRO 35-3 Propiedades importantes de los hepadnavirusa Virión: Casi 42 nm de diámetro en general (nucleocápsides, 18 nm) Genoma: Una molécula de DNA bicatenario, circular, de 3.2 kbp. En el virión, la cadena de DNA negativa tiene longitud completa y la cadena de DNA positiva está parcialmente completa. La brecha debe completarse al inicio del ciclo de replicación Proteínas: Dos polipéptidos importantes (uno glucosilado) están presentes en HBsAg; un polipéptido está presente en HBcAg Envoltura: Contiene HBsAg y lípido Replicación: Por medio de una copia de RNA intermedio del genoma deDNA (HBcAg en el núcleo; HBsAg en el citoplasma). Tanto el virus maduro como las partículas esféricas de 22 nm constan de HBsAg secretado por la superficie celular Características destacadas: La familia está constituida por muchos tipos que infectan al ser humano y a los animales inferiores (p. ej., patos, ardillas, marmotas) Causa hepatitis aguda y crónica, que a menudo avanza a los estados de portador permanentes y carcinoma hepatocelular a Para HAV, véanse las propiedades de los picornavirus (cuadro 36-1); para HCV, véase la descripción de los fl avivirus (cuadro 38-1). 42 nm 15-25 nm Virus incompleto 20x20-200 nm Cadena L Cadena S 5′ 3′ 3′ 5′ DNA viral 3200 bp Virión Partículas portadores de HBsAg en sangre HBeAg soluble liberado del centro del virión Centro del virión con HBcAg 28 nm Centro del virión Detergente potente Detergente potente Detergente no iónico B A FIGURA 35-2 Formas virales y subvirales de la hepatitis B. A: Representaciones esquemáticas de tres formas que contienen HBsAg que pueden identifi carse en el suero de portadores de HBV. La partícula de Dane esférica de 42 nm puede destruirse mediante detergentes no iónicos para liberar el centro de 28 nm que contienen el genoma de DNA viral parcialmente bicatenario. Un antígeno soluble, denominado HBeAg, puede liberarse de las partículas del centro mediante el tratamiento con un detergente potente. B: Microfotografía electrónica que muestra tres formas de portadores de HBsAg diferentes: partículas esféricas pleomórfi cas de 20 nm (A), formas fi lamentosas (B) y partículas de Dane esféricas de 42 nm, la forma infecciosa de HBV (C). (Cortesía de FB Hollinger.) 474 SECCIÓN IV Virología porque los casos secundarios tienen el mismo subtipo que el caso índice. La estabilidad de HBsAg no siempre coincide con la del compuesto infeccioso. Sin embargo, los dos son estables a una temperatura de −20°C durante más de 20 años y estables al con- además de las dos porciones de subdeterminantes mutuamente exclusivas, d/y y w/r. Por consiguiente, se han observado cuatro fenotipos de HBsAg: adw, ayw, adr y ayr. En Estados Unidos, adw es el subtipo predominante. Estos biomarcadores espe- cífi cos de virus son útiles en investigaciones epidemiológicas, A B C Eco RI 3182/1 28 00 24 00 20 00 1600 DR1 DR2 II 5′ I 5′ 1200 800 400 Pre -S1 : 12 8 aa 3155 2848 3172 15 5 G RE 833 16 21 137418 36 18 14 19 01 2357 2450 55 aa Pre-S2 G en S : 226 aa RNA de 2.1 kb R egión P : 832 aa Región X : 154 aa G en C : 183 aa R N A de 3.5 kb Pre-C 1934 A A A A A A Ca den a – Ca den a + S prom prom Pre-C pro m In te ns ifi ca do r X Pr e- S1 pr om 18 20 17 90 Int FIGURA 35-3 A: Plasma humano no fraccionado positivo para HBsAg. Se muestran los fi lamentos, las partículas esféricas de 22 nm y algunos viriones de 42 nm (77 000 ×). B: HBsAg purifi cado (55 000 ×). (Cortesía de RM McCombs y JP Brunschwig.) C: HBcAg purifi cado de núcleos de hígado infectado (122 400 ×). El diámetro de las partículas del centro es de 22 nm. (Cortesía de HA Fields, GR Dreesman y G Cabral.) FIGURA 35-4 Organización genética del genoma de HBV. Cuatro marcos de lectura abiertos que codifi can siete péptidos están señalados con fl echas grandes. Están marcadas las secuencias reguladoras (promotores [prom], los intensifi cadores [Int] y el elemento reactivo de glucocorticoide [GRE]). Sólo están representados los dos transcriptos principales (centro/pre-genoma y mRNA S). DR1 y DR2 son dos secuencias directamente repetidas de 11 bp en las extremidades 5′ del DNA de cadena negativa y positiva. (Reproducida con autorización de Buendia MD: Hepatitis B viruses and hepatocellular carcinoma. Adv Cancer Res 1992;59:167. Academic Press, Inc., 1992.) CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 475 Los centros experimentan gemación en las membranas pre-Golgi, adquiriendo envolturas que contienen HBsAg y pueden salir de la célula. Como alternativa, los centros pueden reimportarse hacia el núcleo e iniciar otra ronda de replicación en la misma célula. Hepatitis tipo C Los estudios clínicos y epidemiológicos y los experimentos de provocación cruzada en los chimpancés habían señalado que existían varios virus de la hepatitis no A, no B (NANB), los cua- les, con base en análisis serológicos, no estaban relacionados con HAV o HBV. El principal virus se identifi có como el virus de la hepatitis C (HCV). Éste es un virus de RNA de tira positiva, clasifi cado bajo la familia Flaviviridae, género Hepacivirus. Con el análisis de la secuencia de RNA se pueden diferenciar varios virus en por lo menos seis genotipos principales y más de 100 subtipos. Los genotipos difi eren entre sí en 25 a 35% al nivel del nucleótido; los subtipos difi eren entre sí en 15 a 25%. El genoma es de 9.4 kb de tamaño y codifi ca una proteína central, dos gluco- proteínas de la envoltura y varias proteínas no estructurales (fi g. 35-6). La expresión de clones de cDNA de HCV en levaduras dio por resultado el desarrollo de análisis serológicos para anti- cuerpos contra HCV. La mayor parte de los casos de hepatitis de NANB consecutivas a transfusiones eran causados por HCV. gelamiento y descongelamiento repetidos. El virus también es es- table a una temperatura de 37°C durante 60 min y se mantiene viable después de desecarse y almacenarse a 25°C por lo menos durante una semana. HBV (pero no HBsAg) es sensible a tempera- turas más elevadas (100°C durante 1 min) o a periodos de incuba- ción más prolongados (60°C durante 10 h). HBsAg se mantiene estable a un pH de 2.4 hasta por 6 h, pero se pierde la infectividad de HBV. El hipoclorito de sodio al 0.5% (p. ej., blanqueador de cloro a 1:10), destruye la antigenicidad luego de 3 min a concen- traciones bajas de proteína, pero las muestras de suero no diluido necesitan concentraciones más altas (5%). HBsAg no se destruye con la radiación ultravioleta del plasma u otros hemoderivados y la infectividad viral también ofrece resistencia a tal tratamiento. B. Replicación del virus de la hepatitis B El virión infeccioso se adhiere a las células y pierde su envoltura (fi g. 35-5). En el núcleo, el genoma viral parcialmente bicatenario se convierte a DNA bicatenario circular cerrado en forma covalen- te (cccDNA). El cccDNA sirve de molde para todos los transcrip- tos virales, incluido el RNA de pregenoma de 3.5 kb. El RNA del pregenoma se encapsida con HBcAg recién sintetizado. Dentro de los núcleos, la polimerasa viral sintetiza mediante transcripción in- versa una copia de DNA de tira negativa. La polimerasa comienza a sintetizar la tira de DNA positiva, pero no se concluye el proceso. Adherencia Desenvoltura Síntesis de DNA de cadena positiva Síntesis de DNA de cadena negativaRNA de 3.5 kb Encapsidación Traducción Citoplasma Transcripción AAA AAA AAA (mRNA de 2.1, 2.4 y 3.5 kb) Núcleo cccDNA Reparación de DNA del hospedador Célula de salida Envoltura adquirida (pre-Golgi) Ciclo de reentrada FIGURA 35-5 Ciclo de replicación de HBV. La adherencia de HBV a un receptor en la superfi cie de los hepatocitos ocurre a través de una porción de la región pre-S de HBsAg. Después de la desenvoltura del virus, las enzimas celulares no identifi cadas convierten el DNA parcialmente bicatenario en DNA circular cerrado en forma covalente (ccc) que puede detectarse en el núcleo. El cccDNA sirve de plantilla para la producción de mARN de HBV y el pregenoma de RNA de 3.5 kb. El pregenoma sufre encapsidación por una señal de envoltura ubicada cerca del extremo 5′ del RNA en partículas del centro recién sintetizadas, donde sirve de plantilla para la transcriptasa inversa de HBV codifi cada dentro del gen de la polimerasa. Una actividad de ribonucleasa H de la polimerasa retira la plantilla de RNA a medida que se sintetiza el DNA de cadena negativa. La síntesis de DNA de cadena po- sitiva no procede hasta su conclusióndentro del centro, lo que da por resultado productos intermedios replicativos que constan de DNA de cadena negativa de longitud completa más DNA de cadena positiva de longitud variable (20 a 80%). Las partículas de centro que contienen estos interme- diarios replicativos de DNA experimentan brotes desde las membranas de pre-Golgi (adquiriendo HBsAg en el proceso) y pueden salir de la célula o volver a entrar en el ciclo de infección intracelular. (Reproducida con autorización de Butel JS, Lee TH, Slagle BL: Is the DNA repair system involved in hepatitis-B-virus-mediated hepatocellular carcinogenesis? Trends Microbiol 1996;4:119.) 476 SECCIÓN IV Virología Nueva Delhi, cuando se presentaron 29 000 casos de hepatitis ictérica tras la contaminación del suministro de agua potable de la ciudad por aguas residuales. Las mujeres embarazadas pueden tener una tasa de mortalidad elevada (20%) si presen- tan hepatitis fulminante. Se ha clonado el genoma viral y es un RNA de polaridad positiva, monocatenario de 7.2 kb. El virus se parece a los calicivirus pero se ha remplazado en una nueva familia de virus, Herpesviridae, del género Herpesvirus. Las cepas animales de HEV son frecuentes en todo el mundo. En Estados Unidos hay indicios de infecciones por HEV o si- milares a HEV en roedores, cerdos, carneros y ganado bovino. Existe la posibilidad de que el virus se difunda de los animales al ser humano. INFECCIONES POR EL VIRUS DE LA HEPATITIS EN SERES HUMANOS Anatomía patológica El término hepatitis es un término general que signifi ca infl ama- ción del hígado. En el examen microscópico hay una degene- ración de la célula parenquimatosa en placas, con necrosis de he- patocitos, una reacción infl amatoria lobular difusa y destrucción de los cordones de hepatocitos. Estos cambios parenquimatosos se acompañan de hiperplasia de células reticuloendoteliales (de Kupff er), infi ltración periportal por células mononucleares y de- generación celular. A menudo se observan zonas circunscritas de necrosis. En una etapa más avanzada de la enfermedad hay una acumulación de macrófagos cerca de los hepatocitos en de- generación. La conservación de la estructura reticular permite la regeneración del hepatocito de manera que con el tiempo puede recuperarse la estructura tan ordenada del lóbulo hepático. El tejido hepático lesionado suele restablecerse en un lapso de ocho a 12 semanas. Los portadores crónicos de HBsAg pueden presentar o no manifestaciones clínicas evidentes de enfermedad hepática. La hepatitis viral persistente (no resuelta), una enfermedad benig- na leve que puede presentarse tras la hepatitis B aguda en 8 a 10% de los pacientes adultos, se caracteriza por concentracio- nes esporádicas anormales de aminotransferasa y hepatomega- lia. En el examen histológico está conservada la estructura lo- bular, observándose infl amación portal, hepatocitos hinchados y pálidos (disposición en empedrado) y fi brosis leve a nula. Esta lesión a menudo se observa en portadores asintomáticos, por lo general no evoluciona hacia la cirrosis y tiene un pronóstico favorable. Casi todas las nuevas infecciones por HCV son subclínicas. La mayor parte de los pacientes infectados con este virus (70 a 90%) presenta hepatitis crónica y muchos corren el riesgo de evolucionar a hepatitis activa crónica y cirrosis (10 a 20%). En algunos países, como en Japón, la infección por HCV a menudo desencadena carcinoma hepatocelular. Casi 25 000 individuos fallecen cada año por hepatitis crónica y cirrosis en Estados Uni- dos; la HCV al parecer contribuye de manera importante a esta mortalidad (alrededor de 40%). La HCV manifi esta diversidad genómica con diferentes ge- notipos (clados) de predominio en diferentes partes del mundo. El virus experimenta una variación de la secuencia durante las infecciones crónicas. Esta población viral compleja en un hos- pedador se designa como “cuasiespecie”. Tal diversidad genéti- ca no se correlaciona con diferencias en la enfermedad clínica, aunque existen diferencias en la respuesta al tratamiento antiviral según el genotipo viral. Hepatitis tipo D (hepatitis delta) En algunas infecciones por HBV se detectan el antígeno del- ta (Ag delta) y el anticuerpo delta (anti-delta). El antígeno se encuentra dentro de determinadas partículas de HBsAg. En la sangre, HDV (virus delta) contiene Ag delta (HDAg) rodeado por una envoltura de HBsAg. Tiene una partícula de 35 a 37 nm y una densidad fl otante de 1.24 a 1.25 g/ml en CsCl. El genoma de HDV consta de un RNA monocatenario, circular, de pola- ridad negativa, de 1.7 kb de tamaño. Es el más pequeño de los microorganismos patógenos humanos conocido y se parece a los subvirus patógenos de plantas, es decir, viroides. No existe ninguna homología con respecto al genoma de HDV. La HDAg es la única proteína codifi cada por RNA de HDV y es diferente a los determinantes antigénicos de HBV. El HDV es un virus defectuoso que adquiere una cubierta de HBsAg para su trans- misión. A menudo se relaciona con las formas más graves de hepatitis en los pacientes positivos para HBsAg. Se clasifi ca en el género Deltavirus, el cual no se asigna a ninguna familia de virus. Hepatitis tipo E El virus de la hepatitis E (HEV) se transmite por vía entéri- ca y se presenta en forma epidémica en los países en vías de desarrollo, donde los suministros de agua o alimentos a veces están contaminados por heces. Fue documentada inicialmente en muestras obtenidas durante el brote epidémico de 1955 en C E1 E2 NS2 NS3 NS4B NS5A NS5B Estructural No estructural 5' UTR 3' UTR HVR-1 NS4A 9.4 kb FIGURA 35-6 Organización genética del genoma de HCV. El marco de lectura abierto individual es expresado como una poliproteína que se procesa; se muestran las posiciones de los dominios estructurales y no estructurales. HVR-1 representa la región muy variable de una glucoproteína de envoltura. (Redibujada con autorización de Chung RT, Liang TJ: Hepatitis C virus and hepatocellular carcinoma. En: Microbes and Malignancy: infection as a Cause of Human Cancers. Parsonnet J [editor]. Oxford University Press, 1999.) CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 477 Manifestaciones clínicas En el cuadro 35-4 se resumen las manifestaciones clínicas de las infecciones por HAV, HBV y HCV. En los casos individuales no es posible establecer una diferenciación clínica fi able entre los casos causados por los virus de la hepatitis. Otras enfermedades virales que pueden presentarse como hepatitis son mononucleosis infecciosa, fi ebre amarilla, infec- ción por citomegalovirus, herpes simple, rubéola y algunas in- fecciones por enterovirus. En ocasiones se presenta hepatitis como una complicación de leptospirosis, sífi lis, tuberculosis, toxoplasmosis o amebiasis, todas las cuales son susceptibles a la farmacoterapia específi ca. Las causas no infecciosas son obstrucción biliar, cirrosis biliar primaria, enfermedad de Wil- son, toxicidad de fármacos y reacciones de hipersensibilidad a fármacos. En la hepatitis viral, la presencia de la ictericia suele ir precedi- da de síntomas gastrointestinales como náusea, vómito, anorexia La hepatitis activa crónica se caracteriza por una gama de cambios histológicos que van desde la infl amación y la necrosis hasta la destrucción de la estructura reticular normal con forma- ción de puentes entre las tríadas portales o las venas hepáticas terminales. Se detecta HBV en 10 a 50% de estos pacientes. Algunas veces durante una hepatitis viral aguda, puede ocu- rrir daño más considerable que impida la regeneración ordena- da de las células hepáticas. Dicha necrosis hepatocelular fulmi- nante o masiva se observa en 1 a 2% de los pacientes ictéricos con hepatitis B. Es 10 veces más frecuente en presencia de una infección concomitante por HDV que en ausencia de ésta. Ninguno de los virus de la hepatitis suele ser citopatógeno y se piensa que la lesión celular observada en la hepatitis es me- diada por factoresinmunitarios. Tanto HBV como HCV infl uyen de manera importante en el desarrollo de carcinoma hepatocelular que puede ocurrir muchos años (15 a 60) después del establecimiento de una in- fección crónica. CUADRO 35-4 Características epidemiológicas y manifestaciones clínicas de las hepatitis virales de tipos A, B y C Características Hepatitis viral de tipo A Hepatitis viral de tipo B Hepatitis viral de tipo C Periodo de incubación 10-50 días (promedio 25-30) 50-180 días (promedio, 60-90) 15-160 días (promedio, 50) Principal distribución por edades Niños,a adultos jóvenes 15-29 años,b lactantes Adultosb Frecuencia estacional Durante todo el año pero tiende a tener un máximo en el otoño Durante todo el año Durante todo el año Vía de infección De predominio fecal-oral De predominio parenteral De predominio parenteral Presentación de virus Sangre Heces Orina Saliva, semen 2 semanas antes <1 semana después de la ictericia 2 semanas antes a 2 semanas después de la ictericia Infrecuente Infrecuente (saliva) Meses a años Ausente Ausente A menudo presente Meses a años Probablemente ausente Probablemente ausente Presente (saliva) Características clínicas y de laboratorio Inicio Fiebre >38°C Duración de elevación de la aminotransferasa Inmunoglobulinas (concentraciones de IgM) Complicaciones Tasa de mortalidad (casos ictéricos) HBsAg Súbito Frecuente 1-3 semanas Elevadas Infrecuentes, no hay cronicidad <0.5% Ausentes Insidioso Menos frecuente 1-6+ meses Normal a ligeramente elevadas Cronicidad en 5-10% (95% de recién nacidos) <1-2% Presente Insidiosa Menos frecuente 1-6+ meses Normal a ligeramente elevadas Cronicidad en 70-90% 0.5-1% Ausente Inmunidad Homólogos Heterólogos Duración Sí No Probablemente de por vida Sí No Probablemente de por vida Probablemente no No ? Inmunoglobulina intramuscular (IG, γ-globulina, ISG) Previene por lo regular la ictericia Evita la ictericia sólo si la inmunoglobulina tiene una potencia suficiente contra HBV ? a La hepatitis no ictérica es frecuente en los niños. b En el grupo de edad de 15 a 29 años, las hepatitis B y C suelen relacionarse con toxicomanía o conducta sexual promiscua. Los pacientes con HBV o HCV relacionados con transfusiones por lo general tienen más de 29 años de edad. 478 SECCIÓN IV Virología de los casos y la supervivencia es infrecuente después de los 40 años de edad. La enfermedad fulminante por HBV se relaciona con la infección por otros microorganismos, incluido HDV. En la mayor parte de los pacientes que sobreviven hay restableci- miento completo del parénquima y función hepáticos. La en- fermedad fulminante pocas veces se presenta en las infecciones por HAV o HCV. La hepatitis C suele ser clínicamente leve y sólo se observa un incremento mínimo a moderado de las enzimas hepáticas. La hospitalización es poco común y la ictericia ocurre en menos de 25% de los pacientes. Pese a las manifestaciones leves de la enfer- medad, 70 a 90% de los casos presenta hepatopatía crónica. La mayor parte de los pacientes no presenta síntomas, pero la evo- lución histológica suele revelar signos de hepatitis activa crónica, sobre todo en aquellos cuya enfermedad se adquiere después de una transfusión. Muchos pacientes (20 a 50%) presentan cirrosis e incremento del riesgo de desarrollar carcinoma hepatocelular (5 a 25%) decenios más tarde. Alrededor de 40% de los casos de hepatopatía crónica se relaciona con HCV, lo que resulta en 8 000 a 10 000 decesos anuales en Estados Unidos. La hepatopatía en eta- pa terminal relacionada con HCV es la indicación más frecuente para los trasplantes hepáticos en el adulto. Datos de laboratorio La biopsia hepática permite establecer un diagnóstico histoló- gico de la hepatitis. Las pruebas de función hepática anormales, como la alanina aminotransferasa (ALT) y la bilirrubina séricas complementan los datos clínicos, anatomopatológicos y epide- miológicos. y fi ebre leve. Puede aparecer ictericia a los pocos días del periodo prodrómico, pero es más frecuente la hepatitis anictérica. Las manifestaciones extrahepáticas de la hepatitis viral (principalmente de tipo B) comprenden un pródromo transito- rio parecido al de la enfermedad por el suero y que se manifi esta por fi ebre, exantema y poliartritis; vasculitis necrosante (poliar- teritis nodular); y glomerulonefritis. Se ha observado que los complejos inmunitarios circulantes son causa de estos síndro- mes. Las enfermedades relacionadas con infecciones crónicas por HCV son la crioglobulinemia mixta y la glomerulonefritis. Las manifestaciones extrahepáticas son poco comunes en las in- fecciones por HAV. La hepatitis viral no complicada pocas veces persiste más de 10 semanas sin mejoría. Se presentan recidivas en 5 a 20% de los casos y se manifi estan por anomalías de la función hepática con o sin recidivas de los síntomas. Cada tipo de hepatitis viral tiene un promedio de incuba- ción diferente (cuadro 35-4). Sin embargo, hay un considerable empalme en el tiempo y el paciente puede no saber cuándo ocu- rrió la exposición, de manera que el periodo de incubación no es muy útil para determinar la causa viral específi ca. La enfermedad por lo común es de inicio súbito en la infec- ción por HAV (al cabo de 24 h), a diferencia del inicio más insi- dioso en caso de las infecciones por HBV y HCV. En casi todos los pacientes con hepatitis A hay restablecimiento completo; no se ha observado la cronicidad (cuadro 35-5). La enfermedad es más grave en adultos que en niños, en quienes a menudo pasa inadvertida. Las recaídas de infección por HAV pueden presen- tarse uno a cuatro meses después que se han resuelto los sínto- mas iniciales. El pronóstico después de la infección por HBV es variable y fl uctúa desde el restablecimiento completo hasta evolución a hepatitis crónica y, en algunas ocasiones, el deceso por afección es fulminante. En los adultos, 65 a 80% de las infecciones pasan inadvertidas y 90 a 95% de todos los pacientes se restablecen por completo. En cambio, 80 a 95% de los lactantes y niños peque- ños infectados por HBV se vuelven portadores crónicos (cuadro 35-6) y su suero se mantiene positivo para HBsAg. La mayor par- te de los individuos con infección crónica por HBV permanecen asintomáticos por muchos años; puede o no haber signos bioquí- micos e histológicos de la hepatopatía. Los portadores crónicos tienen un riesgo elevado de desarrollar carcinoma hepatocelular. La hepatitis fulminante a veces sobreviene durante una he- patitis viral aguda, que se defi ne como una encefalopatía hepá- tica en las primeras 8 h de iniciada la enfermedad en pacientes que no han tenido antes una hepatopatía. Es letal en 70 a 90% CUADRO 35-6 Transmisión del virus de la hepatitis B y gama de desenlaces de la infección Transmisióna Vertical (Asia) Contacto (África) Parenteral, sexual Edad en la que ocurre la infección Recién nacidos, lactantes Niños pequeños Adolescentes, adultos Restablecimiento tras una infección aguda (%) 5 20 90-95 Evolución a la infección crónica (%) 95 80 5-10 Portadores crónicosb (% de población total) 10-20 10-20 0.5 a Transmisión vertical y relacionada con contactos en regiones endémicas; transmisión parenteral y sexual son los principales mecanismos de transmisión en las regiones no endémicas. b Con riesgo elevado de presentar carcinoma hepatocelular. CUADRO 35-5 Desenlaces de la infección por el virus de la hepatitis Aa Desenlace Niños Adultos Infección no aparente (subclínica) 80-95% 10-25% Enfermedad ictérica 5-20% 75-90% Restablecimiento completo > 98% >98% Enfermedad crónica Ninguna Ninguna Tasa de mortalidad 0.1% 0.3-2.1% a Adaptado con autorización de Hollinger FB, Ticehurst JR: Hepatitis A virus. En: Fields Virology, 3rd ed. Fields BN et al (editors). Lippincott-Raven, 1996. CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 479 HBsAg suele ser detectable dos a seis semanas antes de los sig- nos clínicos y bioquímicosde hepatitis y persiste durante toda la evolución clínica de la enfermedad pero por lo común desapare- ce hacia el sexto mes después de la exposición. A menudo se detectan concentraciones altas de anticuerpos IgM específi cos contra HBc al inicio de la enfermedad clínica. Como este anticuerpo se dirige contra el componente central interno de 27 nm de HBV, su presencia en el suero indica repli- cación viral. Los anticuerpos contra HBsAg se detectan inicial- mente en un periodo variable tras la desaparición de HbsAg que se encuentra presente en concentraciones bajas. Antes que des- aparezca HBsAg, HBeAg es remplazado por anticuerpos contra HBe, lo que señala el inicio de la resolución de la enfermedad. Las concentraciones de anticuerpos contra HBe a menudo ya no son detectables después de seis meses. Por defi nición, los portadores crónicos de HBV son aquellos en quienes HBsAg persiste por más de seis meses en la presencia de HBeAg o anticuerpos contra HBe. HBsAg puede persistir por años después de la pérdida de HBeAg. A diferencia de los títulos eleva- dos de anticuerpos IgM específi cos contra HBc que se observan en la enfermedad aguda, se encuentran títulos bajos de anticuerpos IgM contra HBc en el suero de la mayoría de los portadores cróni- cos de HBsAg. Por lo común son detectables pequeñas cantidades de DNA de HBV en el suero mientras haya HbsAg circulante. Los métodos de detección más útiles son ELISA para antí- genos y anticuerpos de HBV y PCR para DNA viral. C. Hepatitis C En la fi gura 35-9 se muestran las manifestaciones clínicas y sero- lógicas relacionadas con las infecciones por HCV. La mayor par- te de las infecciones primarias son asintomáticas o clínicamente leves (20 a 30% presenta ictericia y 10 a 20% sólo presenta sínto- mas inespecífi cos como anorexia, malestar y dolor abdominal). Los análisis serológicos están disponibles para el diagnóstico de la infección por HCV. Los inmunoanálisis enzimáticos (EIA) detectan anticuerpos contra HCV pero no distinguen entre la infección aguda y la crónica o la que ya se resolvió (cuadro 35-7). Los anticuerpos contra HCV se pueden detectar en 50 a 70% de los pacientes al inicio de los síntomas, en tanto que en otros la apa- rición de anticuerpos tarda tres a seis semanas. Los anticuerpos A. Hepatitis A En la fi gura 35-7 se muestran los eventos clínicos, virológicos y sero- lógicos que ocurren tras la exposición a HAV. Se han detectado par- tículas virales mediante microscopia electrónica y técnicas inmuno- lógicas en extractos fecales de pacientes con hepatitis A (fi g. 35-1). El virus aparece en las primeras etapas de la enfermedad y desaparece en las primeras dos semanas luego que comienza la ictericia. El HAV se detecta en hígado, heces, bilis y sangre de seres humanos con infección natural y en primates no humanos in- fectados experimentalmente mediante inmunoanálisis, análisis de hibridación de ácido nucleico o PCR. Se detecta HAV en las heces desde casi dos semanas antes del inicio de la ictericia hasta dos semanas después. Los anticuerpos contra HAV aparecen en la fracción IgM durante la fase aguda, alcanzando un máximo unas dos semanas después de la elevación de las enzimas hepáticas (cuadro 35-7). Los anticuerpos IgM contra HAV por lo general disminuyen a concentraciones no detectables en los primeros tres a seis meses. Los anticuerpos IgG contra HAV aparecen poco después del ini- cio de la enfermedad y persiste por decenios. Por consiguiente, la detección de anticuerpos IgM específi cos contra HAV en la san- gre de un paciente con infección aguda confi rma el diagnóstico de hepatitis A. El enzimoinmunoanálisis de adsorción (ELISA) es el método ideal para determinar los anticuerpos contra HAV. B. Hepatitis B En la fi gura 35-8 se ilustran los eventos clínicos y serológicos que ocurren tras la exposición a HBV y se resumen en el cuadro 35-8. La actividad de DNA polimerasa, DNA de HBV y HBeAg, que es representativa de la etapa virémica de la hepatitis B, ocurre en las primeras fases del periodo de incubación, al mismo tiempo o poco después de la aparición inicial de HBsAg. Las concen- traciones elevadas de partículas de HBV pueden estar presentes en la sangre (hasta 1010 partículas/ml) durante la fase inicial de la infección; la transmisión infecciosa es máxima en esta etapa. CUADRO 35-7 Interpretación de biomarcadores serológicos de HAV, HCV y HDV en pacientes con hepatitis Resultados de análisis Interpretación Anticuerpos IgM contra HAV Infección aguda por HAV Positividad para anticuerpos IgM contra HAV Infección previa por HAV Positividad para anticuerpos contra HCV Infección actual o previa por HCV Positividad para anticuerpos contra HDV, positividad para HBsAg Infección por HDV Positividad para anticuerpos contra HDV, falta de respuesta para anticuerpos IgM contra HBc Infección concomitante por HDV y HBV Positividad para anticuerpos contra HDV, negatividad para anticuerpos IgM contra HBc Sobreinfección de infección crónica por HBV con HDV FIGURA 35-7 Fenómenos inmunitarios y biológicos relacionados con la infección humana por el virus de la hepatitis A. (Reproducida de Hollinger FB, Ticehurst JR: Hepatitis A virus. En: Fields Virology, 3rd ed. Fields BN et al [editors]. Lippincott-Raven, 1996. Modifi cada con auto- rización de Hollinger FB, Dienstag JL: Hepatitis viruses. En: Manual of Clinical Microbiology, 4th ed. American Society for Microbiology, 1985.) 0 2 4 6 Semanas después de la exposición 8 IgG IgM Nivel de detección C on ce nt ra ci ón r el at iv a de a nt ic ue rp os c on tr a H A V 10 12 Síntomas/ictericia Aminotransferasas Virus en heces Virus en sangre 480 SECCIÓN IV Virología cen de HBsAg detectable pero se puede identifi car DNA de HBV en hígado o muestras de suero. Estas infecciones concomitantes por HBV no reconocidas pueden tener importancia clínica. D. Hepatitis D En la fi gura 35-10 se muestran los patrones serológicos tras la infección por HDV, los cuales se enumeran en el cuadro 35-7. Como HDV depende de una infección concomitante por HBV, la infección aguda de tipo D se presenta como infección simultánea se dirigen contra el centro, la envoltura y las proteínas NS3 y NS4 y tienden a mostrar títulos relativamente bajos. Los análisis a base de ácido nucleico (p. ej., reacción en cadena de la polimerasa de transcripción inversa) detectan RNA de HCV en la circulación y son útiles para la vigilancia periódica de los pacientes que reciben tratamiento antiviral. Los análisis de ácido nucleico también se utilizan para la genotipifi cación de cepas de HCV. Las infecciones por HBV no detectables son poco comunes (alrededor de 33%) en pacientes con hepatopatía crónica por HCV. Las infecciones ocultas son aquellas en las que los pacientes care- 1 2 3 4 5 6 7 8 1 Pruebas diagnósticas importantes Nivel de detección Meses después de la exposición ALT Síntomas Concentración relativa de reaccionantes 2 DNA polimerasa Periodo de incubación Pródromo, enfermedad aguda Convalecencia Temprana Tardía Anticuerpos contra HBc Anticuerpos contra HBs Anticuerpos contra HBe HBsAg HBeAg Partículas de HBV 3 4 5 6 7 8 HBsAg Anticuerpos IgG contra HBc Anticuerpos contra HBs Anticuerpos IgM contra HBc FIGURA 35-8 Manifestaciones clínicas y serológicas que se presentan en un paciente con infección aguda por el virus de la hepatitis B. Las pruebas diagnósticas frecuentes y su interpretación se presentan en el cuadro 35-8. (Reproducida con autorización de Hollinger FB, Dienstag JL, Murray PR: Hepatitis B and D viruses. En: Manual of Clinical Microbiology, 6th ed. American Society for Microbiology, 1995.) CUADRO 35-8 Interpretación de los biomarcadores serológicos de HBV en pacientes con hepatitisa Resultados del análisis InterpretaciónHBsAg Anticuerpos contra HBs Anticuerpos contra HBc Positivo Negativo Negativo Infección aguda inicial por HBV. Es necesaria la confirmaciónpara descartar la reactividad específica Positivo (+) Positivo Infección por HBV, sea aguda o crónica. Diferenciar con Anticuerpos IgM contra HBc. Determinar el grado de actividad de replicación (infectividad) con HBeAg o DNA de HBV Negativo Positivo Positivo Indica infección previa por HBV e inmunidad contra la hepatitis B Negativo Negativo Positivo Las posibilidades son: infección por HBV en un pasado distante; portador de HBV “de bajo grado”; “oportunidad” entre la desaparición de HBsAg y la aparición de anticuerpos contra HBs; o reacción falsa positiva o inespecífica. Investigar con anticuerpos IgM contra HBc. Cuando están presentes, los anticuerpos contra HBe ayudan a validar la reactividad de anticuerpos contra HBc Negativo Negativo Negativo Nunca infectado con HBV. Las posibilidades comprenden otro microorganismo infeccioso, lesión hepática tóxica, trastorno de inmunidad, enfermedad hereditaria del hígado o enfermedad de las vías biliares Negativo Positivo Negativo Respuesta de tipo vacuna a Modifi cado y reproducido con autorización de Hollinger FB: Hepatitis B virus. En: Fields Virology, 3rd ed. Fields BN et al (editors). Lippincott-Raven, 1996. CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 481 Hepatitis aguda Hepatitis activa crónica Eventos SÍNTOMAS Anticuerpos contra HCV ALT HCV RNA Meses // año 0 3 m 6 m 9 m 12 m 5 años 10 años 15 años 20 años 25 años Cirrosis HCC // 0 2 4 6 8 10 12 24 32 Semanas después de la exposición ALT ALT ALT HBsAg HBsAg HBsAg HDV RNA HDAg HDAg RNA de HDV RNA de HDV HDAg Coinfección por HBV-HDV HDV aguda, sobreinfección HDV crónica, sobreinfección IgM IgG IgG IgM Anti-HBc Anti-HD FIGURA 35-9 Manifestaciones clínicas y serológicas relacionadas con la infección por el virus de la hepatitis C. ALT, alanina aminotransferasa; HCC, carcinoma hepatocelular. (Reproducida con autorización de Garnier L, Inchauspé G, Trépo C: Hepatitis C virus. En: Clinical Virology, 2nd ed. Richman DD, Whitley RJ, Hayden FG [editors]. ASM Press, 2002.) FIGURA 35-10 Patrones serológicos de la hepatitis de tipo D tras la infección concomitante o sobreinfección de una persona con una infección por HBV. Arriba: Hepatitis B y hepatitis D agudas concomitantes. Centro: La hepatitis D aguda está superpuesta a una infección crónica por el virus de la hepatitis B. Abajo: Hepatitis D aguda que evoluciona a la hepatitis crónica, superpuesta a una infección crónica por el virus de la hepatitis B. (Reproducida con autorización de Purcell RH et al: Hepatitis. En: Diagnostic Procedures for Viral, Rickettsial and Chlamydial Infections, 6th ed. Schmidt NJ, Emmons RW [editors]. American Public Health Association, 1989.) 482 SECCIÓN IV Virología base de interferón. El genotipo 3 muestra la tasa más elevada de eliminación espontánea en tanto que el genotipo 4 al parecer tie- ne la máxima frecuencia de los que producen infección crónica después de la infección aguda. Se sabe poco sobre las respuestas inmunitarias del hospeda- dor a HCV. La mayor parte de las infecciones agudas son asinto- máticas o leves y las infecciones crónicas suelen evolucionar con lentitud y de manera insidiosa. Al parecer la respuesta inmuni- taria es lenta en desarrollarse y relativamente débil, lo que refl eja el hecho de que HCV tiene mecanismos de evasión inmunitaria muy efi caces. Epidemiología La fi gura 35-11 muestra las distribuciones globales de las infeccio- nes por hepatitis A, B y C. Hay notables diferencias en las caracte- rísticas epidemiológicas de estas infecciones (cuadro 35-4). En la actualidad, en Estados Unidos el riesgo de que estos virus se transmitan por transfusión está muy reducido y es re- sultado de mejoría en las pruebas de detección sistemática y del establecimiento de poblaciones de donadores voluntarios. En 1996 se calculaba que el riesgo de transmisión de HBV mediante transfusión sanguínea era 1:63 000 y para HCV 1:103 000. A. Hepatitis A El HAV prevalece en todo el mundo. Los brotes epidémicos de he- patitis A son comunes en familias e instituciones, campos de ve rano, guarderías, unidades de cuidados intensivos neonatales y en tropas militares. El mecanismo de transmisión más probable en estas condiciones es la vía fecal-oral a través del contacto persona a persona estrecho. Las muestras de heces pueden ser contagiosas hasta dos semanas antes a dos semanas después del inicio de la ictericia. En condiciones sanitarias defi cientes y de hacinamiento las infecciones por HAV se presentan en una edad temprana; en estas circunstancias la mayoría de los niños se vuelve inmune ha- cia los 10 años de edad. La enfermedad clínica es poco común en lactantes y niños; la enfermedad se manifi esta muy a menudo en niños y en adolescentes y las tasas más elevadas ocurren entre los cinco y 14 años de edad. La proporción de casos anictéricos a ictéricos en los adultos es de casi 1:3; en los niños, puede ser de hasta 12:1. Sin embargo, la excreción fecal del antígeno y RNA de HAV persiste por más tiempo en jóvenes que en adultos. La epidemia recidivante es una característica sobresalien- te. Las epidemias explosivas súbitas de hepatitis de tipo A por lo general se deben a la contaminación fecal de una sola fuente (p. ej., agua potable, alimento o leche). El consumo de ostiones crudos o de almejas no cocidas en forma apropiada y obtenidas de agua contaminada con residuos también ha producido varios brotes epidémicos de hepatitis. El brote más extenso de este tipo ocurrió en Shanghai en 1988, cuando más de 300 000 casos de hepatitis A se atribuyeron a almejas no cocidas procedentes de aguas contaminadas. En Estados Unidos, en 1997 el origen de un brote epidémico transmitido por los alimentos en múltiples estados fue detectado en fresas congeladas. Otras fuentes identifi cadas de infección potencial son los primates no humanos. Ha habido más de 35 brotes epidémicos en los cuales los primates, por lo general chimpancés, han in- fectado a seres humanos que tienen contacto estrecho con estos animales. El HAV pocas veces es transmitido por el empleo de agu- jas y jeringas contaminadas o a través de la administración de sangre. (infección concomitante) por HBV o como una sobreinfección en una persona con infección crónica por HBV. En el patrón de infección concomitante, se forman anticuerpos contra HDAg al fi nal de la fase aguda de la infección y puede tener un título bajo. Son preferibles los análisis de HDAg o de RNA de HDV en el suero o para anticuerpos IgM específi cos contra HDV. To- dos los biomarcadores de la replicación de HDV desaparecen durante la convalecencia; incluso los anticuerpos contra HDV pueden desaparecer al cabo de meses a años. Sin embargo, la reinfección por HDV suele ocasionar una infección persistente por HDV (más de 70% de los casos). Las altas concentraciones de anticuerpos IgM e IgG contra HD persisten, lo mismo que las concentraciones de RNA de HDV y HDAg. Las sobreinfecciones por HDV pueden relacionarse con una hepatitis fulminante. Interacciones de virus y hospedador Hoy en día hay datos indicativos de que existen cinco virus de la hepatitis: tipos A, B, C, D y E. Se considera que una sola infec- ción con cualquiera de ellos confi ere una protección homóloga pero no heteróloga contra la recidiva de la infección. Una posi- ble excepción es HCV, en la que puede ocurrir la reinfección. La mayor parte de los casos de hepatitis de tipo A al parecer se presenta sin ictericia durante la infancia y hacia la edad adulta tardía hay una resistencia generalizada a la reinfección. Sin em- bargo, estudios serológicos realizados en Estados Unidos y en varios países asiáticos indican que la incidencia de la infección ha disminuido como resultado de mejoras en las condiciones sa- nitarias así como un aumento en el nivel de vida, junto con un uso más generalizado de la vacuna en algunos países. Se calcula que hasta 60 a 90% de los adultos jóvenes de ingresos medianos a altos en EstadosUnidos son susceptibles a la hepatitis de tipo A. La infección por HBV de un subtipo específi co, por ejem- plo, HBsAg/adw, parece conferir inmunidad contra otros sub- tipos de HBsAg, tal vez por su especifi cidad de grupo a común. Los mecanismos inmunopatógenos que producen la persisten- cia viral y la lesión hepatocelular en la hepatitis de tipo B aún no se han dilucidado. Puesto que el virus no es citopático, se piensa que la lesión hepatocelular durante la enfermedad aguda representa un ataque inmunitario del hospedador contra los he- patocitos infectados por HBV. Se ha propuesto que las respuestas del hospedador, tanto inmunitarias como genéticas, contribuyen a la frecuencia de la cronicidad de HBV en pacientes infectados durante la lactancia. Casi 95% de los recién nacidos infectados al nacer se vuelven portadores crónicos del virus, a menudo de por vida (cuadro 35-6). Este riesgo disminuye en forma constante con el tiempo, de manera que el riesgo de que adultos infectados se vuelvan portadores disminuye a 10%. Es muy posible que el carcinoma hepatocelular se presente en adultos que experimentan infección por HBV en una edad muy temprana y se vuelven portadores. Por tanto, para que la vacunación tenga una efi cacia máxima contra el estado de portador, la cirrosis y el hepatoma, se debe llevar a cabo en la primera semana de vida. Los genotipos de HCV 1-4 son los tipos predominantes que circulan en los países occidentales y manifi estan algunas carac- terísticas diferenciales. El genotipo 1 predomina en Norteamé- rica, Japón y Europa occidental. Muestran la respuesta más de- fi ciente al tratamiento con interferón y pueden tener un efecto más nocivo sobre la evolución del virus de la inmunodefi ciencia humana (VIH) de tipo 1 que otros genotipos de HCV. En cam- bio, el HCV de genotipo 2 responde mejor a los tratamientos a CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 483 HAV a hemofílicos a través de concentraciones de factores de la coagulación. Hay escasas pruebas de la transmisión del HAV por la exposición a la orina o a las secreciones nasofaríngeas de pacientes infectados. La hemodiálisis no es importante en la diseminación de las infecciones por hepatitis A en los pacientes o en el personal. La hepatitis A relacionada con transfusiones es poco común porque la etapa virémica de la infección ocurre durante la fase prodrómica y tiene una duración breve, los títulos de anticuerpos del virus en sangre son bajos y no hay un estado de portador. Sin embargo, en un informe de 1996 se documentó la transmisión de Países/regiones con riesgo de infección moderado a altoA Fuente: OMS, 2001 Países/regiones con riesgo de infección moderado a alto B Fuente: OMS, 2001 FIGURA 35-11 Distribución global de los virus de la hepatitis que produjeron enfermedad humana en 2001. A: Virus de la hepatitis A. B: Virus de la hepatitis B. C: Virus de la hepatitis C. (Fuente: Organización Mundial de la Salud, 2001.) (Continúa) 484 SECCIÓN IV Virología No hay una tendencia estacional para la infección por HBV ni una predilección elevada para cualquier grupo de edad, aun- que hay grupos de alto riesgo defi nidos como los usuarios de drogas parenterales, las personas internadas en centros sani- tarios, personal sanitario, los pacientes que reciben múltiples transfusiones, los que reciben trasplantes de órganos, los en- fermos en hemodiálisis y quienes los atienden, individuos muy promiscuos y lactantes recién nacidos de madres con hepatitis B. Desde que se instauró la detección sistemática obligatoria de donadores de sangre para HBsAg, se redujo de manera impor- tante el número de casos de hepatitis relacionada con transfusio- nes. Se han infectado las personas por jeringas, agujas o bisturíes esterilizados en forma inadecuada o incluso por el tatuaje o la penetración de las orejas. Se ha comunicado que el cociente esti- mado de infecciones anictéricas a ictéricas es de hasta 4:1. Existen otros mecanismos de transmisión de la hepatitis B. Se puede detectar HBsAg en saliva, lavados nasofaríngeos, semen, líquido menstrual y secreciones vaginales, lo mismo que en la san- gre. Ocurre la transmisión de portadores a contactos estrechos por la vía oral o por la exposición sexual u otro contacto íntimo. Hay pruebas sólidas de la transmisión de personas con casos leves y portadores de HBsAg a parejas de homosexuales y heterosexua- les a largo plazo. No se ha documentado la transmisión por la vía fecal-oral. Si se toma en cuenta que puede haber más de 1 000 millones de viriones por mililitro de sangre en un portador positi- vo para HBeAg y que el virus es resistente al desecamiento, no es de sorprender que todos los líquidos corporales de los pacientes infectados por HBV puedan ser contagiosos. Las infecciones leves son frecuentes y estas infecciones no reconocidas representan el principal riesgo para el personal intrahospitalario. En Estados Unidos, en la época previa a la vacuna, se pre- sentaban alrededor de 271 000 infecciones por año. Desde el ad- venimiento de las vacunas de la hepatitis A, las tasas de infección disminuyeron de manera espectacular a 3 500 casos en 2006. Los grupos que tienen más riesgo de adquirir hepatitis A son personas de países desarrollados que viajan a países en vías de desarrollo, varones que tienen relaciones sexuales con varo- nes, usuarios de drogas inyectables y no inyectables, individuos con trastornos de los factores de la coagulación y personal que trabaja con primates no humanos. Los pacientes con hepatopa- tía crónica tienen mayor riesgo de hepatitis fulminante si con- traen una infección por hepatitis A. A estos grupos se les debe vacunar. B. Hepatitis B El HBV tiene una distribución mundial. Los mecanismos de transmisión y la respuesta a la infección son variables y depen- den de la edad en que ocurre la infección (cuadro 35-6). La mayoría de las personas infectadas durante la lactancia presenta infecciones crónicas. En la edad adulta son susceptibles a enfer- medades hepáticas y tienen un alto riesgo de desarrollar carci- noma hepatocelular. Hay más de 250 millones de portadores, de los cuales casi 1 millón vive en Estados Unidos; 25% de los por- tadores presentan hepatitis crónica activa. En todo el mundo, 1 millón de muertes al año se atribuyen a la hepatopatía relaciona- da con HBV y al carcinoma hepatocelular. Los principales mecanismos de transmisión de HBV durante la lactancia son de una madre infectada a su recién nacido duran- te el parto y de un contacto doméstico infectado a un lactante. >10% 2.5-10% 1-2.5% Prevalencia de la infección Fuente: OMS, 2001 C FIGURA 35-11 (Continuación) Distribución mundial de los virus de la hepatitis que produjeron enfermedad humana en 2001. A: Virus de la hepatitis A. B: Virus de la hepatitis B. C: Virus de la hepatitis C. (Fuente: Organización Mundial de la Salud, 2001.) CAPÍTULO 35 Virus de la hepatitis 485 El periodo de incubación promedio para HCV es de seis a siete semanas. El tiempo promedio desde la exposición hasta la seroconversión es de ocho a nueve semanas y casi 90% de los pacientes son positivos para anticuerpos contra HCV en los pri- meros cinco meses. D. Hepatitis D (virus delta) El virus de la hepatitis D (HDV) se encuentra en todo el mundo pero con una distribución no uniforme. Su máxima prevalencia se ha comunicado en Italia, Medio Oriente, Asia Central, África Occidental y Sudamérica. El HDV infecta a todos los grupos de edad. Las personas que han recibido múltiples transfusiones, los toxicómanos de drogas intravenosas y sus contactos estrechos tienen un riesgo elevado. Se considera que las vías primarias de transmisión son simi- lares a las del HBV, aunque el HDV no parece ser una enferme- dad de transmisión sexual. La infección depende de la replica- ción del HDV, pues éste proporciona una envoltura de HBsAg para HDV. El periodo de incubación varía de dos a 12 semanas y es más breve en portadores de HBV que presentan
Compartir