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495© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos 54 Picornavirus La familia Picornaviridae constituye una de las familias más extensas de virus que contiene algunos de los virus humanos y animales más importantes (cuadro 54-1). Como su nombre indica, se trata de virus de pequeño tamaño (pico) con ARN (ácido ribonucleico) y una estructura de cápside desnuda. La familia engloba más de 230 miembros dividi- dos en cinco géneros: Enterovirus, Rinovirus, Hepatovirus (cap. 63), Cardiovirus y Aphthovirus. Los enterovirus se distinguen de los rinovirus por la estabilidad de la cápside a pH 3, la temperatura idónea de crecimiento, la forma de transmisión y las enfermedades que provocan (cuadro 54-2). Por lo menos existen 90 serotipos de enterovirus humanos, los cuales pertenecen a los poliovirus, los virus Coxsackie del grupo A o B o los echovirus. Un serotipo específico de enterovirus puede provocar diversos síndromes patológicos distintos. De igual modo, varios serotipos distintos pueden causar una misma enfermedad dependiendo de cuál sea el tejido diana afectado. El virus de la hepatitis A se incluyó en un principio dentro de este grupo, pero posteriormente se ha clasificado de nuevo como un Hepatovirus y se describe por separado en el capítulo 63. Las cápsides de los enterovirus son muy resistentes a las condiciones ambientales más adversas (como los sistemas de tratamiento de aguas residuales) y a las imperantes en el tubo digestivo, lo que facilita su transmisión por la vía fecal-oral. Sin embargo, aunque pueden iniciar la infección en el tubo digestivo, los enterovirus rara vez provocan una enfermedad entérica. De hecho, casi todas las infecciones causadas por estos patógenos suelen ser asintomáticas. Los picornavirus más conocidos y mejor estudiados son los poliovirus, de los que existen tres serotipos. Los virus Coxsackie se denominan así por el nombre de la ciudad de Coxsackie (Nueva York, EE.UU.), donde se aislaron por primera vez. Se dividen en dos grupos, A y B, basándose en ciertas diferencias biológicas y antigénicas; y se subdividen en serotipos numéricos debido a otras diferencias antigénicas adicionales. El nombre de echovirus se deriva de enteric cytopatic human orphan, puesto que inicialmente se desconocía qué enfermedad se asociaba con estos patógenos. Los enterovirus aislados a partir del año 1967 se han distinguido mediante números. Los rinovirus humanos abarcan por lo menos 100 serotipos y constituyen la causa principal del resfriado común. Son sen sibles al pH ácido y se replican con dificultad a temperaturas superiores a 33 °C. Esta sensibilidad acostumbra a limitar a los rinovirus a infecciones de las vías respiratorias superiores. estructurA La cadena positiva de ARN de los picornavirus está rodeada de una cápside icosaédrica de aproximadamente 30 nm de diámetro. La cápside icosaédrica posee 12 vértices pentamé- ricos, cada uno de los cuales se compone de cinco unidades protoméricas de naturaleza proteica. Los protómeros constan de cuatro polipéptidos de virión (VP1 a VP4). Los polipép- tidos VP2 y VP4 proceden de la escisión de un precursor, el VP0. El VP4 confiere solidez a la estructura del virión, pero no se genera hasta que el genoma se ha incorporado a la cápside. Esta proteína se desprende como consecuencia Un lactante de 9 días de vida presenta un cuadro séptico febril que progresa a un síndrome orgánico multisistémico con hepatitis, meningoencefalitis, miocarditis y neumonía. El líquido cefalorraquídeo (LCR) presentaba una concentración de glucosa normal y no existían infiltrados de neutrófilos. Ante la sospecha de una infección congénita por el virus del herpes simple (VHS) se inició tratamiento con aciclovir. El análisis del genoma (mediante reacción en cadena de la polimerasa [PCR] y PCR-transcriptasa inversa o retrotranscriptasa [Rt]) del LCR no detectó el VHS sino un enterovirus, que posteriormente fue identificado como un echovirus 11, y no un virus Coxsackie del grupo B. Varios días antes la madre había sufrido un cuadro febril y catarral. 1. ¿Cómo se infectó el lactante? 2. ¿Cómo facilita la estructura vírica la diseminación del virus en el organismo y la transmisión a otras personas? 3. ¿Qué tipo de inmunidad es protectora ante este virus? ¿Por qué el lactante no estaba protegido? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es CUADRO 54-1 Picornaviridae Enterovirus Poliovirus tipos 1, 2 y 3 Virus Coxsackie A tipos 1 a 22 y 24 Virus Coxsackie B tipos 1 a 6 Echovirus (virus ECHO) tipos 1 a 9, 11 a 27 y 29 a 34 Enterovirus 68 a 71 y más Rinovirus tipos 1 a 100 y más Cardiovirus Aphthovirus Hepatovirus Virus de la hepatitis A 496 MICROBIOLOGÍA MÉDICA de la unión del virus al receptor celular. Las cápsides son estables en presencia de calor y detergentes, y salvo el caso de los rinovirus, también son estables en medio ácido. La estructura de la cápside es tan regular que con frecuencia se forman paracristales de viriones en las células infectadas (figs. 54-1 y 54-2). El genoma de los picornavirus se parece al ARN men- sajero (ARNm) (fig. 54-3). Se compone de una molécula monocatenaria de ARN positivo de aproximadamente 7.200 a 8.450 bases. Posee una secuencia poliA (poliadenosina) en el extremo 3’ y una pequeña proteína, VPg (proteína vírica ligada al genoma; 22-24 aminoácidos), unida al extremo 5’. La Figura 54-1 Imagen de microscopio electrónico de un poliovirus. (Cortesía de los Centros para el Control y la Prevención de Enferme- dades, Atlanta.) Figura 54-2 A, Estructura del rinovirus humano y su interacción con la molécula de adhesión intercelular 1 (ICAM-1) en la célula diana. B, Recons- trucción por ordenador de la imagen de microscopia crioelectrónica del rinovirus humano 16. C, La unión de la molécula ICAM-1 al interior del cañón del virión desencadena la apertura de la cápside para liberar el genoma en la célula. D, Reconstrucción por ordenador de la imagen de microscopia crioelectrónica de la interacción de una forma soluble de ICAM-1 con el rinovirus humano 16. Nota: Existe una molécula de ICAM-1 por cada capsómero. ARN, ácido ribonucleico; VP1, 2, 3, 4, proteína vírica 1, 2, 3, 4; VPg, proteína vírica ligada al genoma. (B y D, cortesía de tim Baker, Purdue University, West Lafayette, Ind.) CUADRO 54-2 Características propias de los picornavirus humanos El virión es una cápside desnuda, pequeña (25 a 30 nm) e icosaédrica que envuelve un genoma ARN positivo monocatenario. Los enterovirus son resistentes a pH de 3 a 9, detergentes, tratamientos moderados de aguas residuales y calor. Los rinovirus son lábiles a pH ácido; su temperatura idónea de crecimiento es 33 °C. El genoma es un ácido ribonucleico mensajero (ARNm). El genoma desnudo basta para la infección. El virus se replica en el citoplasma. El ARN vírico se traduce en una poliproteína que después se escindirá en proteínas enzimáticas y estructurales. La mayoría de virus son citolíticos. PICORNAVIRUS 497 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. secuencia poliA potencia la infectividad del ARN, mientras que la VPg puede desempeñar una función clave en el empa- quetamiento del genoma en la cápside y el inicio de la síntesis del ARN vírico. El genoma desnudo del picornavirus basta para infectar una célula si es microinyectado en la misma. El genoma codifica una poliproteína que se escinde por proteólisis para producir las proteínas enzimáticas y estruc- turales del virus. Además de las proteínas de la cápside y la VPg, los picornavirus codifican por lo menos dos proteasas y una polimerasa de ARN dependiente de ARN. rePlicAción La especificidad de la interacción entre los picornavirus y los receptores celulares es el principal determinante de su tropis- mo tisular y la enfermedad asociada a este grupo de patógenos (v. cap. 44, fig. 44-13). Las proteínas VP1 situadas en los vérti- ces del virióncontienen una estructura en forma de cañón a la que se une el receptor. El punto de unión está protegido de la neutralización por anticuerpos. El plecoranil y otros compues- tos antivirales similares contienen un grupo 3-metilisoxazol que se une a la base de este cañón y altera su conformación para impedir que el virus se desprenda de su cápside. Los picornavirus se pueden clasificar en función de su es- pecificidad de receptor de superficie celular. Los receptores de los poliovirus, algunos virus Coxsackie y los rinovirus pertenecen a la superfamilia proteica de las inmunoglobulinas. Por lo menos el 80% de los rinovirus y varios tipos de virus Coxsackie se unen a la molécula de adhesión intercelular 1 (ICAM-1), que se expresa en las células epiteliales, los fibro- blastos y las células endoteliales. Algunos virus Coxsackie, echovirus y otros enterovirus se unen al factor de aceleración de descomposición (CD55) y los virus Coxsackie comparten un receptor con los adenovirus. Los poliovirus se unen a una molécula diferente (PVR/CD155) que remeda el receptor del VHS. Un gran número de tipos de células humanas po- see el receptor de los poliovirus, pero no todas estas células toleran la replicación de estos agentes. Tras la unión al receptor, la proteína VP4 se desprende y el virión se debilita. A continuación se inyecta el genoma di- rectamente a través de la membrana por un canal creado por la proteína VP1 en uno de los vértices del virión. El genoma se une directamente a los ribosomas a pesar de la ausencia de una estructura de cabeza en el extremo 5’. Los ribosomas reconocen un bucle interno exclusivo del ARN del genoma (sitio de entrada ribosómica interna [IRES, por sus siglas en inglés]), que también se encuentra presente en algunos ARNm celulares. Después de 10 o 15 minutos desde el comienzo de la infección, se sintetiza una poliproteína que contiene todas las secuencias proteicas del virus. Esta poliproteína es degradada por las proteasas víricas que codifica. La polimerasa vírica de ARN dependiente de ARN crea un molde de ARN de cadena negativa a partir de la cual se pueden sintetizar nuevas moléculas de ARNm/genoma. La cantidad de ARNm vírico presente en el interior de la célula aumenta rápidamente y puede alcanzar 400.000 moléculas de ARN vírico por célula. La mayoría de los picornavirus inhibe la síntesis del ARN y de proteínas celulares durante la infección. Por ejemplo, la escisión de la proteína de 200.000 Da de unión a la cabeza del extremo (EIF4-G) del ribosoma por parte de una proteasa codificada por los poliovirus impide la unión de casi todas las moléculas de ARNm celular a los ribosomas. La inhibición de algunos factores de transcripción comporta la disminución de la síntesis de ARNm celular, mientras que los cambios de permea- bilidad inducidos por los picornavirus reducen la capacidad del ARNm celular de unirse al ribosoma. Además, el ARNm vírico puede competir y superar al ARNm celular en la captación de factores necesarios para la síntesis proteica. Estas actividades participan en el efecto citopatológico del virus en la célula diana. A medida que se replica y transcribe el genoma vírico, las proteínas estructurales VP0, VP1 y VP3 se escinden de la poliproteína por acción de una proteasa codificada por el virus, y se ensamblan en subunidades. Cinco subunidades se agrupan en pentámeros, y 12 pentámeros se unen para formar una procápside. Tras la inserción del genoma, la VP0 se divide en VP2 y VP4 para completar la cápside. Se pue- den producir hasta 100.000 viriones por célula, los cuales se liberan como consecuencia de la lisis celular. Todo el ciclo de replicación puede durar sólo 3-4 horas. enteroVirus Patogenia e inmunidad En contra de lo que parece indicar su nombre, los enterovirus normalmente no provocan enfermedades entéricas, aunque se transmiten por vía fecal-oral. Las enfermedades que pro- ducen los enterovirus están determinadas principalmente por diferencias en su tropismo tisular, y por la capacidad citolítica de cada uno de ellos (fig. 54-4; cuadro 54-3). Las vías res- piratorias superiores, la bucofaringe y el tubo digestivo son las vías de entrada de los enterovirus. Los viriones son insensibles al ácido del estómago, las proteasas y la bilis. El proceso de replicación vírica se inicia en la mucosa y el tejido linfoide de las amígdalas y la faringe, y posteriormente tiene lugar la infección de células M y los linfocitos de las placas de Peyer, así como los enterocitos de la mucosa intestinal. El virus se disemina por medio de una viremia inicial a los tejidos diana que contienen el receptor, como las células reticuloendotelia- les de los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado, para después iniciar una segunda fase de replicación vírica que provoca una viremia secundaria y la aparición de sintomatología. La mayoría de los enterovirus son citolíticos, se multipli- can con rapidez y provocan lesiones directamente en la célula diana. El virus de la hepatitis A constituye una excepción debido a su escasa capacidad citolítica. La cinética de la res- puesta inmunitaria a la hepatitis A guarda relación con la aparición de los síntomas, lo que se considera indicativo de inmunopatogenia. En el caso de los poliovirus, el virus logra acceder al cerebro tras haber infectado la musculatura esquelética y viajado a lo largo de los nervios que la inervan hasta alcanzar el cerebro, de forma semejante al virus de la rabia (v. cap. 58). El virus ejerce una acción citolítica en las neuronas motoras del asta anterior y el tronco encefálico. La localización y el número de células nervio- sas destruidas por el virus determinan la extensión de la parálisis y también condicionan si otras neuronas pueden reinervar el Figura 54-3 Estructura del genoma del picornavirus. El genoma (7.200 a 8.400 bases) se traduce en una proteína que es escindida por proteasas codificadas por el virus en proteínas independientes. •••, sitio de entrada ribosómica interna para el inicio de la síntesis de proteínas; gr, marcador de resistencia a la guanidina (un locus genético implicado en el inicio de la síntesis del ácido ribonucleico [ARN]); poli A, poliadenosina; VP1, 2, 3, 4, proteínas víricas 1, 2, 3, 4; VPg, proteína vírica ligada al genoma. 498 MICROBIOLOGÍA MÉDICA músculo y recuperar la actividad y en qué momento. La pérdida combinada de neuronas en relación con la poliomielitis y el envejecimiento puede provocar parálisis en una fase ulterior de la vida, lo que se conoce como síndrome pospoliomielítico. La diseminación del virus desde la bucofaringe se puede detectar durante un breve período antes de que empiecen los síntomas, mientras que la producción vírica y su eliminación desde el intestino puede durar 30 días o más, incluso en presencia de una respuesta inmunitaria humoral. Los anticuerpos constituyen la respuesta inmunitaria prin cipal frente a los enterovirus. La secreción de anticuerpos puede evitar el establecimiento inicial de la infección en la bucofaringe y el tubo digestivo, y los anticuerpos séricos impiden la diseminación virémica hasta el tejido diana y, por tanto, la enfermedad. La evolución temporal de la producción humoral tras una infección con una vacuna atenuada se des- cribe en la figura 54-10 (v. más adelante). La inmunidad celular no suele conferir protección frente a esta infección, aunque puede participar en la resolución y la patogenia. El virus de la hepatitis A constituye una excepción a esta afirmación, ya que los linfocitos T desempeñan un papel importante en la resolución de la enfermedad y re- presentan un determinante clave de la patogenia. Epidemiología Los enterovirus son patógenos restringidos al ser humano (cuadro 54-4). Como su nombre indica, estos virus se trans- miten principalmente por la vía fecal-oral. Puede producirse una diseminación asintomática durante un período máxi- mo de un mes que comporta la difusión del virus al entor- no.Una higiene deficitaria y las condiciones de hacinamiento CUADRO 54-3 Mecanismos patogénicos de los picornavirus Los enterovirus entran por la bucofaringe, la mucosa intestinal o las vías respiratorias superiores, e infectan el tejido linfático subyacente; los rinovirus quedan restringidos a las vías respiratorias superiores. En ausencia de anticuerpos séricos, los enterovirus se extienden por viremia hasta las células de algún tejido diana que contenga los receptores. Los distintos picornavirus se unen a diferentes receptores, muchos de los cuales son miembros de la superfamilia de las inmunoglobulinas (es decir, la molécula de adhesión intercelular 1). El tejido diana infectado determina la enfermedad que aparecerá. Los efectos patológicos del virus son normalmente los responsables de la aparición de la enfermedad, más que los efectos inmunitarios. La respuesta de secreción de anticuerpos es transitoria, pero puede evitar el inicio de la infección. Los anticuerpos del suero bloquean la diseminación del virus hasta el tejido diana, impidiendo la enfermedad. El enterovirus se elimina con las heces durante períodos prolongados. Frecuentemente la infección es asintomática o provoca una enfermedad moderada del tipo gripal o de las vías respiratorias superiores. CUADRO 54-4 Epidemiología de la infección por enterovirus Factores de la enfermedad/víricos La naturaleza de la enfermedad guarda relación con el tipo específico de enterovirus y la edad del individuo Frecuentemente la infección es asintomática con eliminación de virus El virión es resistente a las condiciones del entorno (detergentes, ácido, desecación, tratamientos moderados de aguas residuales y calor) Transmisión Vía fecal-oral: higiene deficitaria, pañales sucios (especialmente en guarderías) Ingestión de comida y agua contaminadas Contacto con manos y fómites infectados Inhalación de gotas de aerosoles infecciosas ¿Quién corre riesgos? Niños pequeños: riesgo de poliomielitis (enfermedad asintomática o leve) Niños mayores y adultos: riesgo de poliomielitis (asintomática o enfermedad paralítica) Recién nacidos y neonatos: máximo riesgo de afección grave por virus Coxsackie y enterovirus Geografía/estación Los virus tienen una distribución mundial; los poliovirus de tipo salvaje están prácticamente erradicados de los países desarrollados gracias a los programas de vacunación La enfermedad es más frecuente en verano Métodos de control Para la polio, se administra vacuna viva oral (VPO trivalente) o vacuna trivalente inactivada (VPI) Para los otros enterovirus no hay vacunas; una buena higiene limita su diseminación Figura 54-4 Patogenia de la infección por enterovirus. El tejido diana infectado por el enterovirus determina la enfermedad predominante que provocará. Coxsackie, virus Coxsackie; echo, echovirus; polio, poliovirus; rino, rinovirus; VHA, virus de la hepatitis A. PICORNAVIRUS 499 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. favorecen la diseminación del virus (fig. 54-5). La contamina- ción del agua corriente por aguas residuales puede ocasionar epidemias de enterovirus. Se han observado brotes de en- fermedades enterovíricas en escuelas y guarderías infantiles, y el verano es la estación principal para la aparición de esta enfermedad. Los virus Coxsackie y los echovirus también se pueden transmitir a través de partículas aerosolizadas y causar infecciones de vías respiratorias. Los satisfactorios resultados obtenidos con las vacunas frente a la poliomielitis han logrado eliminar la cepa sal- vaje del virus de la poliomielitis en el hemisferio occiden- tal (fig. 54-6), pero no en todo el mundo. La poliomielitis paralítica sigue siendo prevalente en Nigeria, Afganistán y Paquistán. La poliomielitis puede propagarse desde estas regiones a zonas en las que no se cuenta con la vacuna y a comunidades que se oponen a la vacuna por motivos religiosos o de otro tipo. Se produce un número pequeño, aunque significativo, de casos de poliomielitis asociados a la vacuna como resultado de mutaciones de alguna de las tres cepas del virus vivo vacunal, que recupera su neurovirulencia. Este proceso ha impulsado un cambio a favor del uso de la vacuna inactivada de la poliomielitis. Los poliovirus se diseminan con una mayor frecuencia durante el verano y el otoño. Hubo una época en que la poliomielitis paralítica se con- sideró una enfermedad de la clase media debido a que las medidas higiénicas adecuadas retrasarían la exposición al virus hasta el final de la infancia, la adolescencia o la edad adulta, etapas en las que la infección producía los síntomas más graves. Generalmente, la infección al principio de la infancia provoca una enfermedad asintomática o muy leve. Al igual que la infección por poliovirus, la enfermedad por el virus Coxsackie A acostumbra a ser más grave en los adultos que en los niños. Sin embargo, el virus Coxsackie B y algunos echovirus (especialmente el echovirus 11) pueden ser muy perjudiciales para los lactantes. Enfermedades clínicas Las enfermedades clínicas producidas por los enterovirus están determinadas por diversos factores, entre los que se incluyen: 1) el serotipo vírico; 2) la dosis infectante; 3) el tro- pismo tisular; 4) la vía de entrada; 5) la edad, el sexo y el estado de salud del paciente, y 6) el embarazo (tabla 54-1). El período de incubación de la enfermedad provocada por los enterovirus varía entre 1 y 35 días, dependiendo del virus, el tejido diana y la edad del individuo. Los virus que afectan a las Figura 54-5 transmisión de los enterovirus. La estructura de la cápside es resistente a tratamientos moderados de aguas residuales, agua salada, detergentes y cambios de temperatura, lo que permite que estos virus se puedan transmitir por vía fecal-oral, así como a través de fómites y de las manos. Figura 54-6 Incidencia de la poliomielitis en EE.UU. En 1955 se introdujo una vacuna de virus de la poliomielitis inactivados (inactiva da, VPI) y en 1961 y 1962 una vacuna basada en virus de la poliomielitis vivos (oral, VPO). La poliomielitis por virus de tipo salvaje se ha erradicado en EE.UU. (Cortesía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades: Immunization against disease: 1972. Washington, DC, 1973, U.S. Government Printing Office.) Tabla 54-1 Resumen de las enfermedades clínicas provocadas por los principales grupos de enterovirus Síndrome Aparición Poliovirus Virus Coxsackie A Virus Coxsackie B Echovirus Afección paralítica Esporádica + + + + Encefalitis, meningitis Brotes + + + + Carditis Esporádica + + + Enfermedad neonatal Brotes + + Pleurodinia Brotes + Herpangina Frecuente + Enfermedad de manos, pies y boca Frecuente + Exantema Frecuente + + + Conjuntivitis hemorrágica aguda Epidemias + Infecciones de las vías respiratorias Frecuente + + + + Fiebre indiferenciada Frecuente + + + + Diarrea, afección gastrointestinal Infrecuente + Diabetes, pancreatitis Infrecuente + Orquitis Infrecuente + Afección en pacientes inmunodeficientes — + + + + Anomalías congénitas Infrecuente + + 500 MICROBIOLOGÍA MÉDICA regiones bucal y respiratoria son los que tienen los períodos de incubación más cortos. Infecciones por poliovirus De los tres tipos de poliovirus, los poliovirus de tipo 1 son los agentes etiológicos del 85% de los casos de poliomielitis paralítica. La transformación de los virus vacunales atenuados de los tipos 2 y 3 a virus virulentos puede dar lugar a una en- fermedad asociada a la vacuna. Las infecciones por poliovirus salvajes son cada vez más infrecuentes gracias al éxito de las vacunas contra la poliomielitis (v. fig. 54-6). Sin embargo, se han descrito algunos casos de poliomielitis provocados por la vacuna, y todavía existen poblaciones sin vacunar que corren el riesgo de contraer una infección. Dependiendo de la evolución de la infección, los poliovirus pueden causar uno de los cuatrocuadros siguientes en los individuos no vacunados (fig. 54-7): 1. Enfermedad asintomática, que aparece cuando la in- fección vírica se limita a la bucofaringe y al intestino. Por lo menos el 90% de las infecciones por poliovirus se incluyen en esta categoría. 2. Poliomielitis abortiva, la enfermedad menor, que cons- tituye una enfermedad febril inespecífica que aparece aproximadamente en el 5% de los individuos infecta- dos. En éstos aparece fiebre, cefalea, malestar, dolor de garganta y vómitos a los 3-4 días de la exposición. 3. Poliomielitis no paralítica o meningitis aséptica, que afecta a una proporción comprendida entre el 1% y el 2% de los pacientes infectados por el poliovirus. En esta entidad, el virus progresa hasta el sistema nervioso central y las meninges provocando dolor de espalda y espasmos musculares, además de los síntomas de la enfermedad menor. 4. Poliomielitis paralítica, o enfermedad mayor, que aparece en un 0,1-2% de los individuos infectados por poliovirus y representa el cuadro más grave. Aparece a lo largo de los 3 o 4 días posteriores a la resolución de la enfermedad menor, por lo que se trata de una enfermedad bifásica. En esta enfermedad, el virus se di- semina desde la sangre hasta las células del asta anterior de la médula espinal y la corteza motora cerebral. La gravedad de la parálisis estaría determinada por la mag- nitud de la infección neuronal y de la identidad de las neuronas afectadas. La parálisis espinal puede afectar a una o más extremidades, mientras que la parálisis bulbar (craneal) puede afectar a una combinación de nervios de pares craneales e, incluso, al centro respiratorio de la médula. La poliomielitis paralítica se caracteriza por una parálisis flácida asimétrica sin pérdida sensorial. El grado de parálisis es variable, y puede afectar solamente a un grupo de mús- culos (p. ej., una pierna) o bien provocar una parálisis flácida completa de las cuatro extremidades. La parálisis puede progresar durante los primeros días para después alcanzar una recuperación completa, una parálisis residual o la muerte. La mayoría de recuperaciones tiene lugar en el plazo de 6 meses, aunque a veces se llegan a necesitar hasta 2 años para una remisión completa. La poliomielitis bulbar puede ser más grave y puede afectar a los músculos de la faringe, cuerdas vocales y res- piratorios, y puede causar la muerte del 75% de los pacien- tes. Durante los años cincuenta se utilizaron pulmones de acero, unas cámaras que proporcionaban una compresión respiratoria externa, para ayudar a respirar a los pacientes con estos cuadros de poliomielitis. Con anterioridad a la introducción de los programas de vacunación, los pulmones de acero llenaban las salas de los hospitales infantiles. El síndrome pospoliomielítico es una secuela de la po- liomielitis que puede aparecer mucho más tarde en la vida del individuo (de 30 a 40 años más tarde), y afectar a un 20-80% de los pacientes infectados inicialmente. Las personas afectadas padecen un deterioro de los músculos afectados en el primer episodio. Los poliovirus ya no están presentes, por lo que se cree que el síndrome se debe a la pérdida de las neuronas de los nervios inicialmente afectados. Infecciones por virus Coxsackie y echovirus Existen diversos síndromes clínicos que pueden ser provo- cados tanto por virus Coxsackie como por echovirus (p. ej., meningitis aséptica), aunque algunas enfermedades se aso- cian de manera específica a la infección por los primeros. Los virus Coxsackie del grupo A provocan enfermedades que van acompañadas de la aparición de lesiones vesiculares (p. ej., herpangina), mientras que los pertenecientes al grupo B (B de body [cuerpo]) son los que con una mayor frecuencia causan miocarditis y pleurodinia. Estos virus también pueden produ- cir una enfermedad paralítica similar a la poliomielitis (caso clínico 54-1). El resultado más habitual de la infección es la ausencia de síntomas o bien una enfermedad moderada de las vías respiratorias superiores semejante a la gripe. La herpangina puede asociarse a la infección por diversos tipos de virus Coxsackie A y no guarda relación alguna con la infección por un herpesvirus. Este trastorno se caracteriza por fiebre, faringitis, dolor a la deglución, anorexia y vómi- tos. Los hallazgos clásicos son lesiones y úlceras vesiculares alrededor del paladar blando y la úvula (fig. 54-8). Con una menor frecuencia, las lesiones afectan al paladar duro. El virus se puede aislar a partir de las lesiones o de las heces. La enfermedad remite de manera espontánea y solamente requiere tratamiento sintomático. La enfermedad de manos, pies y boca es un exantema vesicular provocado por el virus Coxsackie A16. Su nombre es descriptivo, ya que las principales características de esta infección corresponden a lesiones vesiculares de las manos, Figura 54-7 Evolución de la infección por poliovirus. La infección puede ser asintomática o bien progresar a una enfermedad importante o leve. SNC, sistema nervioso central. PICORNAVIRUS 501 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. los pies, la boca y la lengua (fig. 54-9). El paciente presenta febrícula y la enfermedad remite después de varios días. La pleurodinia (enfermedad de Bornholm), también conocida como abrazo del diablo, es una enfermedad aguda caracterizada por un ataque súbito de fiebre y dolor torácico pleurítico unilateral bajo que puede llegar a ser insoportable. También puede aparecer dolor abdominal e, incluso, vómitos, y los músculos del lado afectado pueden presentar dolor con la palpación. La pleurodinia dura una media de 4 días, pero puede recidivar después de permanecer asintomática durante varios días. El agente etiológico de esta entidad es el virus Coxsackie B. Esporádicamente se registran infecciones miocárdicas y pericárdicas en niños mayores y adultos producidas por el virus Coxsackie B, pero son notablemente más graves en los recién nacidos. Los recién nacidos aquejados de estas infec- ciones presentan un cuadro febril y una insuficiencia cardíaca de comienzo súbito y origen desconocido. Se aprecia cianosis, taquicardia, cardiomegalia y hepatomegalia. En los pacientes con miocarditis se observan cambios en el electrocardiograma. La mortalidad de esta infección es elevada y habitualmente la autopsia revela la afectación de otros órganos, como el cerebro, el hígado y el páncreas. En los adultos jóvenes se describe, a menudo, una pericarditis benigna, aunque también puede aparecer en personas de más edad. Los síntomas son similares a los del infarto de miocardio con fiebre. La meningitis vírica (aséptica) es una enfermedad febril aguda acompañada de cefalea y síntomas de irritación menín- gea, incluida rigidez de la nuca. En los pacientes con meningitis enterovírica pueden aparecer petequias o un exantema. Ha- bitualmente se consigue la recuperación sin complicaciones, a menos que la enfermedad vaya asociada a una encefalitis (meningoencefalitis) o afecte a niños de edad inferior a 1 año. Todos los años se producen brotes de meningitis por picor- navirus (echovirus 11) durante los meses de verano y otoño. En los pacientes infectados por echovirus o virus Coxsa- ckie aparece fiebre, exantema y síntomas similares a los habituales en el resfriado común. El exantema acostum- bra a ser de tipo maculopapuloso, aunque ocasionalmente puede consistir en petequias o vesículas. El exantema de tipo petequial se debe distinguir de la meningococemia. En los niños, la enfermedad por enterovirus suele ser menos grave que la meningococemia. Los virus Coxsackie A21 y A24 y los echovirus 11 y 20 pueden provocar síntomas similares a los de un resfriado de tipo rinovírico. Otras enfermedades asociadas a los enterovirus El enterovirus 70 y una variante del virus Coxsackie A24 se han asociado a una infección ocular extremadamente conta- giosa, la conjuntivitis hemorrágicaaguda. La infección provo- ca hemorragia subconjuntival y conjuntivitis. La enfermedad tiene un período de incubación de 24 horas y desaparece al cabo de 1 o 2 semanas. Algunas cepas del virus Coxsackie B CASO CLÍNICO 54-1 Enfermedad parecida a la poliomielitis por virus Coxsackie A En un caso publicado por Yoshimura y Kurashige (Brain Dev 20:540-542, 1988), un niño de 4 años desarrolló dolor abdominal, distensión abdominal, incapacidad para orinar e incapacidad para la deambulación, lo que motivó su ingreso hospitalario. Faltaban todos los reflejos abdominales y se observó disfunción vesical y rectal. La sensibilidad al dolor y térmica eran normales. En el líquido cefalorraquídeo (LCR) se observó un aumento del recuento celular con 393 células/mm3, un 95% eran neutrófilos y un 5% linfocitos. Las proteínas y la glucosa del LCR eran normales. Los estudios serológicos fueron negativos para poliovirus, echovirus (ECHO) y virus Coxsackie (A4, A7, A9, B1 y B5), que son los responsables de la enfermedad paralítica parecida a la poliomielitis. Durante la fase aguda se identificaron anticuerpos frente al virus Coxsackie A10 (título = 32) y también a las 4 semanas (título = 128). A las 3 semanas del ingreso el paciente pudo caminar de nuevo, pero seguía teniendo una disfunción leve del recto y la vejiga, incluso a los 3 meses del ingreso. Aunque la vacunación generalizada frente a la poliomielitis ha conseguido eliminar la enfermedad natural en la mayor parte de las regiones del mundo, otros picornavirus y cepas de la polio relacionadas con la vacuna pueden seguir causando una enfermedad parecida a la poliomielitis. Figura 54-8 Herpangina. Se observan las vesículas discretas caracte- rísticas en los pilares anteriores de las amígdalas. (Cortesía del Dr. GDW McKendrick; de Lambert HP y cols.: Infectious diseases illustrated, Londres, 1982, Gower.) Figura 54-9 Enfermedad de manos, pies y boca provocada por el virus Coxsackie A. Inicialmente las lesiones aparecen en la cavidad bucal y luego evolucionan tras 1 día hasta afectar las palmas de las manos y las plantas de los pies, como se observa en la imagen. (De Habif TP: Clinical dermatology: a color guide to diagnosis and therapy, 3.ª ed., St. Louis, 1996, Mosby.) 502 MICROBIOLOGÍA MÉDICA y echovirus se pueden transmitir por vía transplacentaria al feto. La infección del feto o de un lactante por esta vía puede producir una enfermedad diseminada grave. La infección de las células beta pancreáticas por el virus Coxsackie B puede causar una diabetes insulinodependiente como consecuencia de la destrucción de los islotes de Langerhans. Diagnóstico de laboratorio Analítica El líquido cefalorraquídeo (LCR) de una meningitis aséptica provocada por enterovirus puede diferenciarse del de una meningitis bacteriana. El LCR carece de neutrófilos, y la glucorraquia acostumbra a ser normal o ligeramente reducida. La proteorraquia del LCR es normal o ligeramente elevada. Rara vez el LCR es positivo al virus. Cultivo Los poliovirus se pueden aislar de la faringe del paciente durante los primeros días de la enfermedad, y de las heces hasta un período máximo de 30 días, pero sólo rara vez del LCR. El virus crece bien en cultivos tisulares de riñón de mono. Por lo general, los virus Coxsackie y los echovirus se pueden aislar de la faringe y de las heces durante la infec- ción, y frecuentemente del LCR de pacientes aquejados de meningitis. Sin embargo, rara vez se consigue aislar el virus en pacientes con miocarditis, dado que los síntomas apare- cen varias semanas después de la infección inicial. Los virus Coxsackie B pueden cultivarse en células primarias de mono o renales embrionarias humanas. Muchas cepas del virus Coxsackie A son incapaces de crecer en cultivos tisulares, pero pueden crecer en ratones lactantes. Estudios genómicos y serológicos El tipo específico de enterovirus puede determinarse utilizando pruebas específicas de antígeno y anticuerpo (p. ej., neutraliza- ción, inmunofluorescencia, análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas) o la reacción en cadena de la polimerasa-transcriptasa inversa (RT-PCR) para la detección de ARN vírico. La RT- PCR de muestras clínicas se ha convertido en un método rápido de rutina para detectar la presencia de enterovirus o para diferenciar un enterovirus específico, dependiendo de los cebadores utilizados. La RT-PCR se ha convertido en una prueba especialmente importante para la confirmación del diagnóstico de meningitis por el echovirus 11 en lactantes. Para confirmar una infección por enterovirus se recurre a la serología, mediante la detección de la inmunoglobulina M (IgM) específica o un incremento del título de anticuerpos del cuádruple entre el momento de la enfermedad aguda y el período de convalecencia. Puede que este planteamiento no sea práctico para detectar los echovirus y los virus Coxsackie a causa de sus múltiples serotipos, a menos que se sospeche la implicación de un virus específico. Tratamiento, prevención y control Existe un nuevo fármaco antiviral, plecoranil, de disponi- bilidad limitada. El fármaco inhibe la penetración de los picornavirus en la célula. Se debe administrar en la fase inicial de la infección. La prevención de la poliomielitis paralítica es uno de los grandes triunfos de la medicina moderna. En 1979, en EE.UU. desaparecieron las infecciones por cepas salvajes del virus de la poliomielitis, y el número de casos de poliomielitis en la era previa a la vacuna (21.000/año) se redujo a 18 en 1977 en pacientes no vacunados. Igual que sucedió con la viruela, se ha planteado la erradicación de la poliomielitis. La provisión de asistencia sanitaria a los países en vías de desarrollo es más difícil, y por esta razón todavía existe la enfermedad asociada al virus de tipo salvaje en África, Orien- te Medio y Asia. La falta de información y de comprensión de la enfermedad, así como el descontento de la población con las clases dirigentes en África y otras regiones del mundo, han limitado la aceptación de los programas de la vacunación contra la poliomielitis. Se han diseñado nuevos programas de vacunación mundial con el fin de alcanzar este objetivo. Los dos tipos de vacuna contra la poliomielitis son: 1) vacuna de la poliomielitis inactivada (VPI) desarrollada por Jonas Salk, y 2) vacuna de la poliomielitis atenuada oral (VPO), desarrollada por Albert Sabin. Ambas vacunas incorporan las tres cepas de polio, son estables y relativa- mente baratas, e inducen una respuesta humoral protectora (fig. 54-10). La VPI demostró su eficacia en 1955, pero la vacuna oral ha ocupado su lugar debido a su reducido cos- te, su fácil administración y su capacidad para generar una inmunidad en mucosas y para toda la vida (tabla 54-2). La VPO se atenuó (es decir, se hizo menos virulenta) mediante pases por cultivos celulares humanos o de mono. La atenuación dio lugar a un virus que se puede multiplicar en la bucofaringe y el tubo digestivo pero que es incapaz de infectar las células nerviosas. Una de las ventajas de la cepa vacunal atenuada es que se elimina a través de las heces a lo largo de varias semanas y se puede transmitir a las perso- Figura 54-10 Respuesta de anticuerpos séricos y secretores frente a la inoculación intramuscular de una vacuna de la poliomielitis inactivada y frente a una vacuna oral del virus de la poliomielitis atenuado. Obsérvese la presencia de IgA secretora inducida por la vacuna viva de la poliomielitis. (Modificado de Ogra P, Fishaut M, Gallagher MR: Viral vaccination via the mucosal routes. Rev Infect Dis 2:352-369, 1980. Copyright 1980, University of Chicago Press.) PICORNAVIRUS 503 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. nas del entorno. La diseminación de la cepa comportará la inmunización o reinmunización de estos sujetos, facilitando así la inmunización masiva. Los principales inconvenientes de la vacunaatenuada son que: 1) el virus vacunal puede infectar a personas con alteraciones inmunitarias y 2) exis- te la remota posibilidad de que el virus revierta a su forma virulenta y provoque el cuadro paralítico. La incidencia del cuadro paralítico se estima en 1 de cada 4 millones de dosis administradas (frente a 1 por cada 100 personas infectadas con el tipo salvaje de poliovirus). En ausencia del poliovirus de tipo salvaje, las nuevas re- comendaciones respaldan el uso de la VPI en los programas de vacunación rutinaria. La VPI se debe administrar a los niños a las edades de 2, 4 y 15 meses, y después a los 4 y 6 años de edad. No existen vacunas contra los virus Coxsackie o echovirus. Es probable que la transmisión de estos virus se pudiera re- ducir mediante la mejora de las medidas higiénicas y las con- diciones de vida. Los enterovirus son resistentes a la mayoría de los desinfectantes y detergentes, pero pueden inactivarse mediante el uso de formaldehído, hipoclorito y cloro. rinoVirus Los rinovirus son la causa más importante del resfriado co- mún y las infecciones de las vías respiratorias superiores. Sin embargo, estas infecciones remiten de manera espontánea y no provocan ningún cuadro grave. Se han identificado más de 100 serotipos de rinovirus. Al menos un 80% de las cepas de rinovirus comparte un receptor que también utilizan algunos virus Coxsackie. Este receptor se ha identi- ficado como ICAM-1, un miembro de la superfamilia de las inmunoglobulinas que se expresa en las células epiteliales, los fibroblastos y las células linfoblastoides B. Patogenia e inmunidad A diferencia de los enterovirus, los rinovirus son incapaces de replicarse en el tubo digestivo (v. cuadro 54-3). Los rinovirus son sensibles al pH ácido. Asimismo su temperatura de cre- cimiento idónea es 33 °C, una característica que explica su preferencia por los entornos más frescos de la mucosa nasal. La infección puede ser iniciada por una única partícula vírica infectante. Durante la fase álgida de la enfermedad, las secre- ciones nasales pueden contener unas concentraciones de 500 a 1.000 viriones infecciosos por mililitro. El virus se introduce en el organismo a través de la nariz, la boca o los ojos, e inicia una infección de las vías respiratorias superiores, incluida la faringe. La mayor parte de la replicación vírica tiene lugar en la nariz, y el inicio y la gravedad de los síntomas guardan relación con el momento de la diseminación del virus y la cantidad de virus (título) diseminado. Las células infectadas segregan bradiqui- nina e histamina, que provocan un «catarro nasal». El interferón, que se sintetiza como respuesta a la infec- ción, puede limitar la progresión de ésta y contribuir a los síntomas. Es interesante destacar que la secreción de citocinas durante la inflamación puede facilitar la diseminación del virus al estimular la expresión de los receptores víricos ICAM-1. La inmunidad contra los rinovirus es transitoria y es poco probable que permita prevenir una infección ulterior debi- do al gran número de serotipos distintos de estos virus. La infección primaria por rinovirus induce la secreción nasal de anticuerpos IgA y la producción sérica de anticuerpos IgG, los cuales se pueden detectar 1 semana después del comienzo de la infección. La respuesta secretora de IgA desaparece rápidamente y la inmunidad empieza a declinar aproxima- damente 18 meses después de la infección. No es probable que la inmunidad celular desempeñe un papel importante en el control de las infecciones por rinovirus. Epidemiología Los rinovirus están implicados en, al menos, la mitad de las infecciones de las vías respiratorias superiores (cuadro 54-5). Otros microorganismos que provocan síntomas de resfriado común son los enterovirus, los coronavirus, los adenovirus y los virus parainfluenza. Los rinovirus se pueden transmitir me- diante dos mecanismos, con las gotas aerosolizadas o a través de fómites (p. ej., con las manos o sobre objetos inanimados contaminados). Las manos parecen ser el vector principal, y la forma predominante de diseminación es el contacto directo de una persona con otra. Estos virus sin envoltura son extraordinariamente estables y pueden sobrevivir sobre los objetos durante muchas horas. Los rinovirus producen un cuadro clínico solamente en la mitad de los individuos infectados. Los individuos asintomá- ticos también son capaces de diseminar el virus, aunque lo produzcan en una menor cantidad. Los «resfriados» por rinovirus afectan más a menudo a per- sonas que viven en climas templados, con mayor frecuencia al principio del otoño y final de la primavera. Estos períodos de incidencia máxima pueden ser el reflejo de ciertos patrones sociales (p. ej., vuelta al colegio y a la guardería) en mayor medida que a modificaciones sufridas por las cepas víricas. Las tasas de infección alcanzan su valor máximo en lac- tantes y niños. Los niños menores de 2 años «comparten» sus resfriados con la familia. Aproximadamente en el 50% de los miembros de la familia se producen infecciones secundarias, especialmente en los demás niños. Tabla 54-2 Ventajas e inconvenientes de las vacunas contra la poliomelitis Vacuna Ventajas Inconvenientes Viva (vacuna de la poliomelitis oral) Eficaz Inmunidad para toda la vida Induce una respuesta secretora de anticuerpos similar a la infección natural La diseminación del virus atenuado a las personas próximas favorece la inmunización indirecta (inmunidad del grupo) Poco costosa y fácil de administrar No necesita vacunas repetidas de recuerdo Confiere inmunidad al grupo Riesgo de poliomielitis provocada por la vacuna en los receptores o en personas próximas: diseminación de la vacuna a personas próximas sin su consentimiento No es segura para administrarla a pacientes inmunodeficientes Vacuna de la poliomelitis inactivada Eficaz Buena estabilidad durante el transporte y almacenamiento Administración segura en pacientes inmunodeficientes No hay riesgo de enfermedad relacionada con la vacuna Falta de inducción de anticuerpos secretores Se necesitan vacunas de recuerdo para una inmunidad para toda la vida Requiere jeringuillas y agujas esterilizadas La inyección es más dolorosa que la administración oral Se necesitan valores de inmunización de la comunidad más elevados que con la vacuna viva 504 MICROBIOLOGÍA MÉDICA En una comunidad concreta se pueden detectar numero- sos serotipos distintos de rinovirus durante una temporada de resfriados específica, pero las cepas predominantes acostum- bran a ser serotipos de nueva clasificación. Esta pauta indica la existencia de un flujo antigénico gradual (mutación) similar al que se observa en el virus de la gripe. Enfermedades clínicas (cuadro 54-6) Los síntomas del resfriado común provocado por los rinovirus no se pueden distinguir de los provocados por otros virus pa tó- genos respiratorios (p. ej., enterovirus, paramixovirus, corona- virus). La infección de las vías respiratorias superiores suele manifestarse con estornudos que enseguida se suceden de rinorrea (catarro nasal). La rinorrea aumenta y se acompaña de síntomas de obstrucción nasal. También aparece un dolor moderado de faringe, junto a cefalea y malestar, pero en general sin fiebre. La enfermedad alcanza su punto álgido a los 3 o 4 días, aunque la tos y los síntomas nasales pueden persistir durante 7-10 días o más. Diagnóstico de laboratorio Normalmente, el síndrome clínico del resfriado común es tan característico que no precisa de un diagnóstico de laboratorio. Se puede obtener el virus en muestras de lavados nasales. Los rinovirus se cultivan en fibroblastos diploides humanos (p. ej., WI-38) a 33 °C. El virus se identifica por su efecto citopa- tológico típico y la demostración de su labilidad en medio ácido. Rara vez se necesita determinar su serotipo, aunque se puede realizar por medio de grupos de sueros neutralizantesespecíficos o mediante análisis del genoma mediante RT-PCR. No es práctico efectuar análisis serológicos para comprobar una infección por rinovirus. Tratamiento, prevención y control Existen muchos medicamentos de venta sin receta para el resfriado común. El uso de vasoconstrictores nasales puede proporcionar un cierto alivio, aunque su aplicación pue- de seguirse de una congestión por efecto rebote y un em- peoramiento de los síntomas. La inhalación de aire caliente humidificado e incluso el vapor de la sopa caliente pueden mejorar al paciente porque fomenta el drenaje de las se- creciones nasales. No existen fármacos antivirales eficaces. El pleconaril y los fármacos antivirales experimentales similares (como arildona, rodanina, disoxaril) contienen un grupo 3-metilisoxazol, que se inserta en la base de los cañones a los que se unen los re- ceptores e inhibe la pérdida de cápsula del virus. La enviroxi- ma inhibe la polimerasa vírica de ARN dependiente de ARN. Un polipéptido análogo del receptor basado en la estructura de la proteína ICAM-1 puede tener un cierto potencial como fármaco antiviral. La administración intranasal de interferón puede inhibir la infección durante un período corto o tras un contacto conocido, pero su uso a largo plazo (p. ej., durante la «temporada de los resfriados») puede provocar síntomas seudogripales que son al menos tan malos como los de la infección por rinovirus. Los rinovirus no son buenos candidatos para un programa de vacunación. Los abundantes serotipos, la aparente va- riación antigénica de los antígenos rinovíricos, la necesidad de la producción de IgA secretora y la transitoriedad de la respuesta de anticuerpos constituyen los principales pro- blemas para el desarrollo de vacunas. Además, el cociente de riesgo-beneficio sería muy bajo debido a que los rinovirus no provocan una enfermedad significativa. La mejor forma de prevenir el contagio de los virus es lavarse las manos y desinfectar los objetos contaminados. El uso de pañuelos faciales virucidas impregnados con ácido cítrico también puede limitar la propagación de los rinovirus. CASO CLÍNICO y PREGUNtAS A las 4:30 p.m. llevan a una niña de 6 años a la consulta del médico porque tiene dolor en la faringe, ha estado CUADRO 54-6 Resúmenes clínicos Poliomielitis: una niña de 12 años procedente de Nigeria presentó cefalea, fiebre, náuseas y rigidez de nuca. La sintomatología mejoró y posteriormente reapareció algunos días después, junto a debilidad y parálisis de ambas piernas. No había recibido ninguna vacuna frente a la poliomielitis. Virus Coxsackie A Herpangina: lesiones vesiculares en la lengua y el paladar en un niño de 7 años que presenta fiebre, irritación de garganta y odinofagia. Virus Coxsackie B (B de body, cuerpo en inglés) Pleurodinia: un niño de 13 años presenta fiebre y dolor torácico intenso acompañado de cefalea, fatiga y mialgias de 4 días de duración. Coxsackie o Echovirus Meningitis aséptica: un lactante de 7 meses con fiebre y un exantema parece apático y presenta rigidez de nuca. Una muestra de líquido cefalorraquídeo contiene linfocitos con concentraciones normales de glucosa y ausencia de bacterias. Registra una recuperación completa en el plazo de 1 semana. Resfriado común (rinovirus) Un joven de 25 años presenta rinorrea, tos leve y malestar acompañados de febrícula. Un compañero de trabajo ha tenido una sintomatología similar durante los últimos días. CUADRO 54-5 Epidemiología de las infecciones por rinovirus Factores de la enfermedad/víricos El virión es resistente a la desecación y a los detergentes La existencia de numerosos serotipos impide la inmunidad previa La replicación se produce a una temperatura idónea de 33 °C e inferior Transmisión Contacto directo con manos y fómites infectados Inhalación de gotículas infecciosas ¿Quién corre riesgos? Personas de cualquier edad Geografía/estación El virus se encuentra por todo el mundo La enfermedad es más frecuente a principios del otoño y final de la primavera Métodos de control Lavarse las manos y desinfectar los objetos contaminados puede ayudar a prevenir el contagio PICORNAVIRUS 505 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. inusualmente cansada y durmiendo demasiado durante la siesta. Su temperatura era de 39 °C. Presentaba garganta irritada, hipertrofia amigdalina y un leve exantema en la espalda. A las 10:30 p.m. la madre de la paciente indicó que la niña había vomitado tres veces, seguía durmiendo excesivamente y se quejó de dolor de cabeza al despertar. El médico examinó a la niña a las 11:30 p.m. y observó que estaba letárgica y solamente se levantaba cuando se le giraba la cabeza, quejándose de que le dolía la espalda. Su LCR no contenía eritrocitos, pero presentaba 28 leucocitos/mm3, la mitad neutrófilos polimorfonucleares y la mitad linfocitos. La concentración de glucosa y proteínas del LCR era normal y la tinción de Gram de un frotis de LCR no reveló bacterias. 1. ¿Cuáles eran los síntomas y signos clave de este caso? 2. ¿Cuál era el diagnóstico diferencial? 3. ¿Qué signos y síntomas sugerían una infección por enterovirus? 4. ¿Cómo se confirmaría el diagnóstico? 5. ¿Cuáles eran los orígenes más probables y los medios de contagio? 6. ¿Cuáles eran los tejidos diana y los mecanismos de patogenia? Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es BIBLIOGRAFÍA Ansardi D, et al: Poliovirus assembly and encapsidation of genomic RNA, Adv Virus Res 46:2-70, 1996. Buenz EJ, Howe CL: Picornaviruses and cell death, Trends Microbiol 14:28-38, 2006. Cann AJ: Principles of molecular virology, San Diego, 2005, Academic. Carter J, Saunders V: Virology: principles and applications, Chichester, England, 2007, Wiley. 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