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1 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 Fluidoterapia Dra. Cecilia Loudet* Dr. Juan Francisco Caminos Eguilor ** Dra. Elisa Estensorro*** Dr. Arnaldo Dubin **** * Jefe de Trabajos Prácticos. Cátedra de Farmacología Aplicada. FCM. UNLP ** Ayudante Diplomado. Cátedra de Farmacología Aplicada. FCM. UNLP *** Colaboradora Docente. Cátedra de Farmacología Aplicada. FCM. UNLP **** Profesor Adjunto. Cátedra de Farmacología Aplicada. FCM. UNLP. Director de la Sección Terapia Intensiva. Cátedra de Farmacología Aplicada. FCM. UNLP Sección Terapia Intensiva. Cátedra de Farmacología Aplicada. FCM. UNLP La reposición del volumen intravascular forma parte del tratamiento diario de los pacientes internados en todas las áreas hospitalarias, ya que frecuentemente experimentan pérdidas de fluidos por diarrea, vómitos, pérdidas cutáneas, falta de acceso al agua, reposiciones inadecuadas, y otras causas. Adicionalmente, la terapéutica con fluidos constituye uno los pilares básicos en la resucitación de los pacientes en estado de shock. El objetivo general de la terapéutica con fluidos (considerando sus do componentes, agua y electrolitos) es mantener un volumen circulatorio efectivo, evitando la sobrecarga, y reponer los elementos faltantes, si existieran. Si la terapéutica con fluidos fuera insuficiente, podría resultar en una inadecuada perfusión tisular, con riesgos de fallas orgánicas. Por otra parte, el volumen intravascular excesivo por sobrecarga de fluidos podría resultar en edema intersticial e incluso pulmonar, debiéndose considerar la restricción de fluidos o la remoción (farmacológica o terapia de reemplazo renal). Los fluidos intravenosos son drogas, y como todos los medicamentos deben ser prescritos con indicaciones y dosis específicas. La elección adecuada de cada fármaco surgirá de su relación eficacia-seguridad. La diferencia en los costos de estos medicamentos ha generado grandes conflictos en el campo de la clínica y su inseparable relación con la industria farmacológica. Se iniciará el estudio de este grupo de fármacos con la fisiología del agua y el sodio, y luego se tratará cada grupo farmacológico en particular. I. FISIOLOGÍA DEL AGUA Y EL SODIO El agua corporal total (ACT) y su distribución en compartimientos El agua es el componente más abundante del cuerpo humano, constituyendo el 60% del peso corporal. Se distribuye en dos grandes compartimientos: el líquido intracelular (LIC) que constituye dos tercios del ACT, y el líquido extracelular (LEC) que constituye el tercio restante. A su vez, el líquido extracelular se compone de dos grandes sectores: intravascular e intersticial, con una relación 1:4. Es decir, 3/4 del LEC se encuentra en el intersticio y 1/4 en el espacio intravascular. Un tercer espacio del LEC es el transcelular con un 2,5 del ACT representado por: serosas, humor acuoso, liquido sinovial, líquido cefalorraquídeo, y otros menores. 2 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 Composición iónica de los distintos compartimientos La composición iónica del organismo consta de 60 meq de sodio por kilo de peso corporal y 42 meq de potasio por kilo de peso corporal. La distribución de ambos iones varía entre el LEC y el LIC. Una gran parte del sodio corporal total (24%) no es intercambiable entre compartimientos, debido que se halla en la fase cristalina del hueso; el resto del sodio es fácilmente intercambiable, y se encuentra 85% en el LEC y 15% en el LIC. El potasio se distribuye predominantemente dentro de la célula y es fácilmente intercambiable. El sodio y sus aniones acompañantes (cloro y bicarbonato) constituyen el 90% de los solutos totales del LEC. A su vez, dentro del compartimiento intravascular, las proteínas constituyen una fracción importante de los aniones plasmáticos. Pese a que el intersticio es un ultrafiltrado del plasma, es ligeramente diferente: prácticamente carece de proteínas, posee una menor concentración de cationes, y una mayor concentración de aniones. En el LIC, el catión predomínate es el potasio (junto con concentraciones elevadas de magnesio); los principales aniones son el fosforo, sulfatos y proteínas. Osmosis, presión osmótica y movimiento del agua Se denomina ósmosis al movimiento del agua secundario a la interacción de las moléculas de agua con una molécula (soluto) disuelta en ella (solvente). Las moléculas de agua se encuentran en un movimiento constante; una molécula determina una disminución del movimiento al azar del agua debido a las fuerzas intermoleculares de cohesión provocadas por dicha molécula. De acuerdo a las concentraciones de solutos en el agua, se generará un desplazamiento de agua entre las zonas de diferente movilidad; es decir, entre zonas con diferentes concentraciones de solutos. El concepto de presión osmótica es fácilmente comprendido si se imagina una cubeta con una membrana permeable al agua y no al soluto; si inicialmente la actividad de agua es igual a ambos lados de la membrana, al agregar el soluto de un lado de la misma, la actividad del agua se reducirá en ese compartimiento, mientras que del otro lado de la membrana la movilidad persiste igual a la inicial. Esto determinará un movimiento desde la zona de mayor movilidad a la de menor movilidad, si el recipiente y la membrana son inextensibles (volumen constante). De este modo, el agua se desplazará hacia el compartimiento con solutos, aumentando la presión hidrostática en este compartimiento. El movimiento absoluto del agua cesará cuando la presión hidrostática sea igual a las fuerzas que impulsan al agua a través de la membrana. Las alteraciones en la movilidad del agua, es decir, las fuerzas impulsoras de las moléculas de agua a través de una membrana semipermeable, dependen del número de moléculas del soluto y no de su tipo, peso molecular, o valencia. Esta fuerza impulsora se denomina presión osmótica y es igual (en magnitud) a la presión hidrostática del lado donde se encuentra el soluto, en el equilibrio (cuando cese el movimiento de agua). 3 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 Osmolaridad y tonicidad La osmolaridad plasmática efectiva es determinada por los osmoles que permanecen en el LEC y no atraviesan fácilmente la membrana celular; en resumen, que contribuyen activamente a la fuerza osmótica plasmática. Su cálculo se realiza con la siguiente ecuación: OSMp (efectiva) = 2(K+Na) + Glucemia/18 El cálculo de la osmolaridad plasmática total se realiza sumándole la urea a la osmolaridad efectiva. La urea es un osmol que se encuentra en gran cantidad en el LEC, es decir, que contribuye en gran cuantía a la osmolaridad del plasma, pero como se movilizar a ambos lados de la membrana plasmática con facilidad, no resulta un osmol eficaz (no genera fuerza osmótica). El valor de la urea (mg/dL) debe ser dividido por 5,8 para el cálculo de osmolaridad plasmática total. El termino tonicidad se refiere a la osmolaridad plasmática efectiva, en tanto que la osmolaridad se refiere a la cantidad de solutos totales disueltos en la solución, sin reparar en si estos son eficaces o no. Para a las soluciones de uso médico se utiliza el concepto de tonicidad; estas serán hipo, hiper o isotónicas, con respecto al plasma. Presión oncótica Las fuerzas osmóticas contribuyen a la distribución del agua entre los distintos compartimientos del organismo. Sin embargo, la membrana del endotelio vascular es totalmente permeable a los solutos de menor peso atómico. Son las proteínas, con su distribución asimétrica a ambos lados del endotelio vascular, quienes determinan la distribución del agua en el LEC. Las proteínas generan una presión,denominada presión oncótica (un tipo particular de presión osmótica); y esta fuerza osmótica particular resulta esencial para el pasaje de los fluidos y solutos desde el espacio intravascular al intersticial. Las proteínas plasmáticas son aniónicas, es decir, poseen cargas eléctricas negativas, por lo que tienden a retener cationes adicionales en el plasma (efecto Gibbs-Donnan), y aumentan el gradiente osmótico entre el plasma y el líquido intersticial. La albúmina, globulinas y fibrinógeno son las principales proteínas del plasma. Sus concentraciones normales son de 4.5 g/dL, 2.5 g/dL y 0.3 g/dL respectivamente. Dado que la albúmina posee un bajo peso molecular (69.000 daltons) comparado con las globulinas, 1 gramo de albúmina contiene más moléculas y por ello ejerce una mayor presión oncótica. La presión osmótica normal del plasma es de 28 mm Hg y la presión parcial debido a la albúmina es de 21.8 mm Hg, mientras que la de las globulinas es de solo 6 mm Hg; estos valores son generalizaciones debido a que cada lecho microcirculatorio tiene particularidades que pueden modificar el valor descripto. Ecuación de Starling 4 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 La ecuación de Starling ilustra el rol de las fuerzas hidrostáticas y oncóticas en el movimiento del flujo a través de las membranas capilares. Permite predecir la presión de filtración neta para un determinado líquido en los capilares. De acuerdo a la ecuación de Starling, el movimiento del fluido depende de seis variables: Presión hidrostática capilar (Pc) Presión hidrostática intersticial (Pi) Coeficiente de filtración (Kf), es una medida del producto de la conductividad hidráulica y el área superficial de los capilares. Presión oncótica capilar (πc) Presión oncótica intersticial (πi) Coeficiente de reflexión, (R), un valor que es índice de la eficacia de la pared capilar para impedir el paso de proteínas. En condiciones normales, se admite que es igual a 1, lo que significa que es totalmente impermeable a las proteinas y en situaciones patológicas inferior a 1, hasta alcanzar el valor 0 cuando puede ser atravesado por ellas sin dificultad. Todas las presiones son medidas en milímetros de mercurio (mmHg), y el coeficiente de filtración se mide en ml·min-1·mm Hg-1. Análisis del movimiento del agua entre los distintos compartimientos del organismo La presión osmótica es importante porque determina la concentración de agua en los compartimientos extra e intracelular. Si bien la membrana celular es permeable al sodio y al potasio, sus diferentes concentraciones a ambos lados de la membrana se mantienen gracias al funcionamiento de la bomba sodio/potasio. El volumen del LIC y el LEC se determinará por la cantidad de agua y su interacción con los iones intercambiables sodio y potasio. El volumen de distribución del sodio es el LEC y el del potasio, el LIC. La osmolaridad de LEC y el LIC es semejante, pero a expensas de dos iones diferentes a cada lado de la membrana, el sodio y potasio. La concentración de estos iones intercambiables permanece estable en cada uno de los compartimientos debido a la actividad de la bomba sodio/potasio, siendo el agua libre de iones la que se moviliza a través de las membranas celulares. Como ejemplo, se analizará la expansión del LEC con tres soluciones distintas: una hipotónica, una hipertónica y una isotónica; siempre con respecto a la osmolaridad plasmática (282 ± 4 mOsm/kg): a) En el caso de una solución hipotónica (por ejemplo, agua destilada) el agua se repartirá en ambos compartimientos en forma similar al agua corporal total, produciendo una disminución de la osmolaridad similar en http://www.esacademic.com/dic.nsf/eswiki/995254 5 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 ambos compartimientos. El aumento del volumen de LIC será mayor que el del LEC, debido a que 2/3 del volumen administrado irá al LIC y 1/3 al LEC. b) En el caso de una solución con una concentración de sodio mayor que la plasmática (hipertónica), dado que el sodio no puede pasar a través de las membranas celulares, aumentará la osmolaridad del LEC y se generará un aumento de presión osmótica, con subsiguiente movimiento de agua desde el LIC hacia el LEC, hasta alcanzar el equilibrio osmótico. En este caso habrá un aumento del volumen del LEC y una disminución del LIC. c) Si la expansión se efectúa con un fluido isotónico con el plasma (por ejemplo, con solución salina al 0,9%, también llamada “solución fisiológica”, aunque realmente es ligeramente hiperosmótica con respecto al plasma), el sodio permanecerá en el LEC; y como el fluido es isosmótico, no habrá movimiento de agua libre entre compartimientos y el aumento del volumen será solo en LEC, sin cambios en LIC. De modo que según las características del fluido que se administre, la distribución en los compartimientos del organismo será diferente. Un ejemplo particular ocurre cuando se expande con fluidos a un paciente que presenta una patología cerebral que produce edema. Si se le infunde una solución hipotónica con respecto al plasma, el agua libre de esta solución se distribuirá como en el ACT, es decir, 2/3 en LIC y 1/3 en LEC, aumentando así el edema cerebral; pero si se lo expande con solución salina al 0.9% solo aumentará el volumen del LEC. Por último, si se efectúa la expansión con solución hipertónica (por ejemplo, manitol al 15% o solución de cloruro de sodio al 3%) resultará en una disminución del LIC. El efecto de la expansión con una solución hipertónica será el aumento de LEC, ya que esta solución no puede salir del compartimiento intravascular. De este modo, la presión osmótica del plasma aumenta más que la del líquido intersticial, y se genera un pasaje de 6 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 agua desde el LIC y el intersticio cerebral hacia el intravascular, disminuyendo así el edema cerebral. Pérdidas de fluidos La adecuada reposición de fluidos de un paciente internado requiere un control estricto de los ingresos y egresos de fluidos. Las vías por las cuales el organismo pierde fluidos son múltiples y deben ser adecuadamente contempladas a la hora de decidir su reposición: Perdidas renales (diuresis) Perdidas extrarrenales: o Perdidas digestivas (diarrea, vómitos, fistulas). o Perdidas por vía respiratoria. o Perdidas por transpiración. o Perdidas por drenajes quirúrgicos. o Presencia de un tercer espacio o Pérdidas durante el acto quirúrgico o pacientes con herida quirúrgica abierta. No existe una fórmula exacta que pueda ser utilizada para estimar con precisión el déficit total de fluidos. Para evaluar la gravedad de la depleción del volumen se deben medir los ingresos, estimar los egresos, considerar los signos clínicos y el laboratorio. La concentración plasmática de sodio resulta una estimación del balance de agua en relación al sodio, pero no provee ninguna información acerca del estado de la volemia. Además de elegir el fluido de reposición de acuerdo al tipo de pérdida, se debe considerar la velocidad de la reposición, la situación clínica y las comorbilidades asociadas del paciente. Cuando las pérdidas de fluidos comprometen el gasto cardiaco, el restablecimiento de la volemia para llevar el volumen minuto cardiaco del paciente a condiciones óptimas se denomina reanimación. El concepto de deshidratación expresa las pérdidas de grandes cantidades de volumen tanto del LEC como del LIC. Luego de la reanimación inicial para reponer la volemia, el paso siguiente es rehidratar al paciente por medio de un plan de hidratación parenteral (la rehidratación enteral no será evaluada en estetexto). La reposición de fluidos del paciente internado consiste en aportar las pérdidas de fluidos ocurrida durante la internación. Esta reposición debe ser calculada y administrada desde el inicio de su internación por medio de aportes diarios de fluidos por vía parenteral (a lo que se referirá este texto) o por vía enteral. La optimización del aporte de fluidos debe ser controlado según la patología que afecte al paciente, es decir, habrá pacientes que requieran una evaluación horaria de las características de la solución aportada, en tanto que otros no requerirán evaluación tan estricta. 7 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 II. Tipos de fluidos La clasificación de los fluidos se basa en su composición; los que se enumeran a continuación son los más utilizados: Coloides o Albúmina o Dextranos, Gelatinas y Almidones Cristaloides o Soluciones isotónicas No balanceadas: Solución de ClNa al 0.9% (“salina noramal” o “fisiológica”). Soluciones balanceadas: Ringer lactato y Plasma- lyte. o Soluciones hipertónicas Soluciones de Cl Na al 3%, 7,5% y 20%. Solución de Bicarbonato de Na al 1 molar. Manitol al 15%. metabolizarse la glucosa solo el agua libre de la solución queda en el organismo, comportándose la glucosa como un osmol no eficaz). II. A. Coloides Se denominan soluciones coloidales aquellas que contienen moléculas de alto peso molecular como solutos, a diferencia de las soluciones cristaloides, en las que el soluto disuelto es de unos pocos Dalton. Los coloides no atraviesan fácilmente las membranas celulares, por lo que mantienen la presión oncótica del plasma y permanecen mayor tiempo en el espacio intravascular comparado con los cristaloides. La utilización de coloides, en comparación con los cristaloides, permitiría la infusión de menor cantidad de fluido para alcanzar las mismas metas hemodinámicas. Este concepto teórico no ha sido confirmado en estudios experimentales (particularmente en estados de shock distributivo), debido a que en condiciones de permeabilidad vascular aumentada podría existir extravasación de estas moléculas hacia el espacio extravascular. Albúmina Es una solución en la que el coloide es la albumina humana sintética. Las soluciones de albúmina pueden ser isoncóticas (5%) o hiperoncóticas (20 y 0,225% (agua “al cuarto”). Soluciones dextrosadas al 5%, 10% y 50% (al o Soluciones hipotónicas Soluciones de Cl Na al 0.45% (agua “al medio”), al 8 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 25%) con respecto al plasma. Su concentración de electrolitos se asemeja a las soluciones salinas isosmóticas. Dextranos y gelatinas Las gelatinas son hidrolizados de tejido conectivo animal de vida media de 2-3 horas, ya que sus moléculas son rápidamente hidrolizadas. Poseen un menor peso molecular que el resto de los coloides. Se han asociado a reacciones anafilácticas y alteraciones de la coagulación. Los dextranos son polímeros de glucosa de diferentes pesos moleculares. Se degradan a moléculas de pequeño peso molecular y se eliminan por el riñón o se metabolizan a dióxido de carbono y agua. Se han asociado falla renal, alteración de la coagulación y anafilaxia. Debido a su perfil de seguridad, dextranos y gelatinas no son de elección en la actualidad. Almidones (hidroxietilstarch) Proceden de la amilopectina del almidón de maíz. La amilopectina está constituida por cadenas de glucosa ramificadas, análogas al glucógeno humano. Estas cadenas son rápidamente hidrolizadas por la amilasa plasmática por lo que, para conseguir un efecto clínico más prolongado, es preciso modificar químicamente su estructura. Dicha modificación consiste en la sustitución de los radicales hidroxilos por radicales hidroxietilo en los carbonos C2, C3, C6 de las moléculas de glucosa. El grado de sustitución se refiere a la proporción de moléculas de glucosa en las cuales se han reemplazado los radicales hidroxilos por radicales hidroxietilo. Usualmente van de 0,4 (tetrastarch) a 0,7 (hetastarch). A mayor grado de sustitución, mayor resistencia a su degradación por la amilasa y, por tanto, efecto clínico más prolongado. Existen preparados en concentraciones al 6% (isooncóticas) o al 10% (hiperoncóticas). El peso molecular de los almidones se encuentra entre 70 y 680 kilodalton. En los últimos años dejaron de fabricarse las soluciones con almidones de alto peso molecular por cuestiones de seguridad, predominando en el mercado las soluciones con almidones de 130 kilodalton. Evidencia clínica para la utilización de coloides Debido a su alto peso molecular, los coloides pueden adherirse a la capa de glicocálix del endotelio vascular y restringir la ultrafiltración, mientras que las soluciones cristaloides se equilibran rápidamente entre el espacio intravascular e intersticial del LEC (1). Por lo tanto, los coloides permanecen en el espacio intravascular significativamente más tiempo que los cristaloides, con una vida media intravascular para la albúmina de hasta 16 horas, frente a 30- 60 min para las soluciones de ClNa al 0,9% y Ringer lactato (2). Los estudios experimentales en seres humanos y animales saludables han mostrado diferencias en los volúmenes requeridos de coloides vs. cristaloides para alcanzar los puntos finales hemodinámicos, en proporción 4:1. Sin embrago, esta diferencia puede no ser tan pronunciada en la práctica 9 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 clínica. En pacientes gravemente enfermos, el glicocálix endotelial se encuentra frecuentemente dañado, lo que lleva a la fuga transcapilar del contenido intravascular (3). Cuando las soluciones coloidales se difunden hacia el intersticio, afectan a la ecuación de Starling: reducen el gradiente de presión oncótica a través de la barrera capilar y aumentan la extravasación de líquido hacia el intersticio (3, 4). Otro problema es que los efectos de los coloides persisten por minutos o horas (5) por lo que su efecto sobre el agua corporal total persiste hasta que se excretan, lo que puede tardar días (6). La evidencia clínica esta en contra de la utilización de coloides es sobre todo en los estados de shock séptico, debido al aumento de permeabilidad vascular que caracteriza a esta entidad. En dos grandes estudios clínicos aleatorizados (el 6-S y el CHEST) (7,8) que compararon la resucitación con coloides vs. cristaloides en el shock séptico, el uso de coloides se asoció a un aumento de falla renal, con mayor necesidad de terapia de reemplazo renal (TRR), y alteraciones en la coagulación. En el estudio 6-S se halló un aumento significativo en la mortalidad a los 90 días en los que recibieron coloides, sin existir diferencias en la cantidad de fluido recibido en ambas ramas del protocolo. En el estudio CHEST, si bien a la cantidad de fluido administrado fue significativamente diferente, ésta diferencia carecía de relevancia clínica; y la mortalidad en ambos grupos fue similar. En 2013 se publicó una revisión Cochrane, en la que se describió un aumento en la necesidad de TRR (9) con el uso de almidones. Un meta-análisis del mismo año describió un aumento significativo de la mortalidad con el uso de almidones (10) que no fue confirmado en una revisión Cochrane (11). En el año 2013 las agencias farmacológicas europeas y norteamericana retiraron estas drogas del mercado por razones de seguridad. Sin ventajas teóricas en la eficacia (menor necesidad de fluido para la reanimación), y con graves problemas de seguridad, los coloides no deberían utilizarse en ningún ámbito médico. Con respecto a la albúmina, la guía de Surviving Sepsis Campaign (12), basada en dos ensayos clínicos controladosefectúa una recomendación débil a su favor. con baja calidad de evidencia. En primer lugar, en el estudio SAFE en 2004, diseñado para evaluar el uso de albúmina en la población general de pacientes internados en la unidad de cuidados intensivos (UCI), se describe una menor mortalidad en el subgrupo con sepsis severa, en el límite de la significación estadística (13). En 2014 fue publicado el estudio ALBIOS, cuya intervención fue la reanimación con albúmina más cristaloides (hasta alcanzar valores de albúmina sérica > 30g/l) versus cristaloides solos, en pacientes internados en UCI con sepsis severa: no se registraron diferencias en la mortalidad. En un análisis post hoc se reportó una mejoría significativa en mortalidad en el subgrupo de shock séptico (14). Un meta-análisis del 2014 encontró diferencias significativas en disminución de la mortalidad con el uso de albumina en shock séptico, no así en sepsis severa (15). Este beneficio no fue confirmado en otros dos meta-análisis del mismo año (16,17). 10 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 En síntesis, los almidones, dextranos y gelatinas no cuentan con una relación eficacia/seguridad favorable para su utilización. Solo se recomienda la utilización de albúmina en situaciones muy específicas; por ejemplo, en el síndrome hepatorrenal y post-evacuación de ascitis, aunque su costo es un limitante. II. B. Cristaloides Cristaloides isotónicos Los cristaloides isotónicos se categorizan como formulaciones no balanceadas (composición electrolítica “no fisiológica” y sin bases buffers) y balanceadas (mezcla fisiológica de electrolitos con bases buffers). Se trata de drogas muy frecuentemente utilizadas para el mantenimiento del balance de fluidos y para la reanimación. Debido a que el ClNa es la sal predominante en las soluciones cristaloides y el Na se distribuye completamente en el LEC, no pueden expandir el LIC. Una de las consideraciones más importantes para seleccionar una solución cristaloide es su composición electrolítica específica (principalmente Na+, K+ y Cl-) y su capacidad buffer. La principal desventaja de las soluciones cristaloides isotónicas consiste en su limitada capacidad para mantenerse dentro del espacio intravascular, generando acumulación del fluido en el espacio intersticial, con formación de edema como efecto colateral típico. Además, el exceso de fluido podría resultar en compromiso del intercambio gaseoso, deterioro de la perfusión microvascular y la oxigenación tisular, alteraciones de la coagulación por dilución intravascular de los factores de coagulación, y trastornos ácido-base. Cristaloides hipotónicos Se encuentran disponibles en varias formulaciones, ya sea dextrosa al 5% (Dx 5%), solución salina al 0.45 % o al 0.22% (con o sin Dx 5%). El efecto sobre el volumen intravascular es menor que con los cristaloides isotónicos. La Dx 5% se comporta completamente como agua libre de solutos, debido a que la glucosa se metaboliza. El uso principal de los cristaloides hipotónicos es para reposición del volumen en pacientes con depleción del LIC. Cristaloides hipertónicos Entre ellos se encuentran el ClNa al 3% y al 7,5%. Deben utilizarse con gran precaución en los pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva, síndrome nefrótico o cirrosis con ascitis, en quienes una elevada carga de sodio se encuentre contraindicada,; y en los pacientes con estados hiperosmolares. Los cristaloides hiperosmolares poseen indicaciones específicas: el tratamiento de las hiponatremias severas, o el tratamiento de urgencia médico en episodios de hipertensión endocraneana secundario a edema vasogénico, por ejemplo, en el traumatismo de cráneo. La solución de manitol (monosacárido) al 15% es una solución hiperosmolar con respecto al plasma. El fármaco experimenta un metabolismo 11 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 hepático mínimo; su principal vía de eliminación es renal. La vida media de manitol oscila desde 15 y 100 minutos. En pacientes anúricos su vida media aumenta ostensiblemente, por lo cual existe riesgo de sobrecarga. Se utiliza en la práctica médica como diurético osmótico en el tratamiento de la hipertensión endocraneana y en la hipertensión ocular. En la Tabla se detallan los distintos tipos de soluciones cristaloides: Evidencia clínica sobre la utilización de los cristaloides en la reanimación del paciente critico La reanimación de los pacientes en crítico con soluciones hipotónicas o hipertónicas no es adecuada, aunque como se describiera previamente, la reposición hidroelectrolítica encuentra situaciones clínicas donde es requerido la utilización de este tipo de soluciones. Las soluciones ricas en cloro llevan a la dilución de los buffers plasmáticos con consecuente acidosis metabólica hiperclorémica (18,19). Existen estudios experimentales en los que seobserva que la acidosis metabólica hiperlorémica podría provocar un estado proinflamatorio, con 12 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 aumento de IL-6, IL-10, TNF y óxido nítrico, e injuria intestinal y pulmonar (20- 23). Tres grandes estudios observacionales sugieren que la hipercloremia posee efectos nefrotóxicos (24-26). Un metanálisis, en el perioperatorio de los pacientes, describe un riesgo significativamente mayor de insuficiencia renal aguda (27). En grandes series retrospectivas la reanimación con líquidos balanceados se asoció con un menor riesgo de mortalidad intrahospitalaria (29- 32). Un único estudio controlado aleatorizado que evaluó el efecto de la solución salina frente a soluciones balanceadas no confirmo este hallazgo (33). Si bien la evidencia actual no es concluyente, sería más adecuado efectuar la reanimación del paciente crítico con soluciones balanceadas; pero la no se encuentran ampliamente disponibles, y su costo es muy elevado. En los pacientes que presentan patologías neurológicas críticas (traumatismo de cráneo, accidentes cerebrovascular isquémico o hemorrágico) no debieran usarse soluciones hipotónicas, debido al riesgo de generar o aumentar el edema cerebral preexistente, con posibilidad de daño neurológico secundario. III. FORMULACIÓN DE UN PLAN DE HIDRATACIÓN PARENTERAL La reposición de fluidos a un paciente puede hacerse por vía oral, enteral o endovenosa. En este texto, el objetivo es el desarrollo de la reposición de fluidos exclusivamente a través de la vía endovenosa. De no existir grandes pérdidas extras debiera estimarse la reposición hidroelectrolítica en 25 a 30 ml/kg/día. La formulación de un plan de hidratación tiene dos grandes objetivos: 1. Reponer las pérdidas de fluidos insensibles que presentará durante la internación. 2. Reponer las pérdidas de fluido que presentó previo a su internación. Para ambas reposiciones debemos determinar la calidad y cantidad del fluido perdido o por perder: 1. La cantidad se estima en base al número y la magnitud de las perdidas en cuestión. Esta información se recolectará durante la anamnesis cuando es posible, como en el caso de diarreas y vómitos, por ejemplo. En otras situaciones como en los estados febriles, en la taquipnea o en las perdidas por orina debido a glucosuria o diuréticos (por dar un ejemplo) la cuantificación de las perdidas será más dificultosa. Las perdidas basales pueden estimarse en base a los siguientes datos: 13 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 a. Las perdidas vía respiratoria y cutánea son estimadas en 15 ml/h cada una. En el ejercicio la vía respiratoria puede llegar a perder 100 ml/h. b. La pérdida por sudor es de 4ml/h, llegando a 1200 ml/h en elejercicio extremo. c. La perdida por vía digestiva se estima 4 ml/h con heces de características normales. d. La eliminación de solutos por vía urinaria (alrededor de 800 mosm/día) determina el gasto urinario. Si esta cantidad de solutos se eliminara a la máxima concentración renal de 1200 mosm/l, la perdida mínima de agua por vía renal será de 660 ml. 2. La calidad del fluido a reponer se refiere al tipo de solutos perdidos y a su concentración; dependerá del tipo fluido que se ha perdido. Debe tenerse en cuenta que, si el fluido que se ha perdido es hiposmolar con respecto al plasma (en el sudor la osmolaridad es entre 50 y 185 mosm/l) la perdida de agua es mayor que la de solutos. En la práctica deportiva la regulación de la temperatura corporal por medio de la transpiración lleva a grandes pérdidas de sudor, consecuentemente una gran pérdida de agua libre de solutos. En el sudor, el Na se encuentra en una relación 1:3, el K 2:1 y Mg 1:1 con respecto al plasma. Si este paciente debiera ser internado por deshidratación, los fluidos indicados debieran ser hipotónicos con respecto al plasma, y con aporte de K. Será desarrollado a continuación un ejemplo que contemple la formulación de un plan de hidratación parenteral para un paciente que cursa una cetoacidosis diabética (CAD): 1. Cuanto fluido perdió: la cantidad de fluido perdido en un paciente con CAD es difícil de cuantificar por varias razones; la principal es que el paciente generalmente tiene acceso al agua. Si bien la CAD cursa con gran poliuria, el paciente compensa con ingreso de agua por vía oral. El límite de la compensación llega cuando el paciente comienza con vómitos lo que lo causa el último hit que lo descompensa y promueve la consulta médica (esto es un ejemplo, por supuesto que existen diferentes presentaciones). El paciente se encontrará deshidratado e hipovolémico. La magnitud de la deshidratación será difícil de estimar y se ajustarán los aportes a la evaluación clínica permanente que se realizará en el área critica donde se encuentre internado. 2. Calidad del fluido perdido: la vía urinaria es el sitio donde la perdida de fluidos se efectiviza, esto debido a la diuresis osmótica causada por la glucosa, que supera la capacidad reabsortiva máxima que presenta el túbulo contorneado proximal. Con respecto a los vómitos, la perdida de fluido por esta vía limita el ingreso de los mismos, pero 14 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 generalmente es despreciable como sitio de perdida. La orina de estos pacientes presenta como osmol eficaz la glucosa; debido a su fuerza osmótica, retiene grandes cantidades de agua en la luz del túbulo colector, que se eliminarán con la orina. Además de glucosa y agua, la perdida de potasio es importante. 3. La reposición de fluidos tendrá tres escenarios: a. La hipovolemia: se procederá a la reanimación con cristaloides isotónicos con soluciones balanceadas para no perpetuar la acidosis metabólica con la hipercloremia que causaría la utilización de soluciones ricas en cloro. b. Hidratación: se formulará un plan de hidratación con las siguientes características: i. La formulación del plan de hidratación parenteral se realiza en un sachet de 500 ml de aguas destilada, Ringer lactato o solución dextrosada; la elección entre estas tres soluciones depende de dos puntos: la glucemia del paciente y la osmolaridad de la solución luego del agregado de otros iones necesarios para el paciente. ii. Según el K plasmático se adecuará el agregado de ampollas de ClK a la solución elegida en el punto anterior. (recordar que cada ampolla de ClK posee 15 meq del mismo) iii. Si se utilizan soluciones dextrosadas o agua destilada será necesario el agregado de ClNa (cada gramo de ClNa tiene 17 meq de Na). iv. Puede ser necesario en algunas situaciones agregar a la solución otros iones como (Mg, Ca, P) o glucosa. v. El ritmo de infusión debiera ser de 4-14 ml/kg/h aproximadamente (se calcula una pérdida de agua libre de entre 40 y 80 ml/kg en la CAD) (34). c. Reposición de pérdidas durante la internación: las perdidas por vía respiratoria, cutánea, catarsis, vómitos y diuresis, deben ser contempladas durante la internación de este paciente; a la hora de formular el plan de hidratación parenteral deberán calcularse e incluirse en el mismo. La dinámica del cambio en los iones, la glucemia y el ritmo diurético en los pacientes cursando una CAD diabética requiere una adaptación constante de la fluidoterapia a dichas condiciones cambiantes. IV. RITMOS DE INFUSION 15 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 Mililitro a infundir en 24 horas 500 1000 1500 2000 Macrogoteo (gotas por minuto) 7 14 21 28 Microgoteo (microgotas por minuto) 21 42 63 84 BIC (mililitros por hora) 21 42 63 83 BIC (bomba de infusión continua) V. CONCLUSIONES La reposición hidroelectrolítica y la reanimación del paciente en condición de bajo gasto son conceptos básicos en el cuidado de los enfermos, la elección de la fluidoterapia adecuada debe basarse en la condición fisiopatológica subyacente del paciente. Por lo tanto, el enfoque ideal para el manejo de fluidos es la terapia individualizada. VI. BIBLIOGRAFIA 1. Levick JR, Michel CC. Microvascular fluid exchange and the revised Starling principle. Cardiovasc Res 2010; 87:198–210. 2. O’Neill D. The right plasma volume expander. Nursing Times 2001; 97: 27–38. 3. Chappell D, Westphal M, Jacob M. The impact of the glycocalyx on microcirculatory oxygen distribution in critical illness. Curr Opin Anaesthesiol 2009; 22:155–162. 4. 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Los set de infusión intravenosa que se utilizan para la administración de fluidos por vía parenteral se confeccionan en dos formatos macrogoteo o microgoteo, un macrogota está formada por 0.05 ml de líquido en tanto que una microgota por 1 ml (su relación es 1:3). En forma simple, para obtener 1 ml se necesitan 20 macrogotas o 60 microgotas. Otro elemento que se utiliza para infundir0.016soluciones de uso médico son las bombas de infusión continua, estas se ajustan según mililitros de solución por hora. 16 Cátedra de Farmacología Aplicada Facultad de Ciencias Médicas. UNLP Actualización 2017 8. Myburgh J, Finfer S, Bellomo R, et al. Hydroxyethyl Starch or Saline for Fluid Resuscitation in Intensive Care. N Engl J Med 2012; 367:1901-11. 9. Mutter TC, Ruth CA, Dart AB. Hydroxyethyl starch (HES) versus other fluid therapies: effects on kidney function. Cochrane Database Syst Rev. 2013 Jul 23;(7):CD007594. 10. Zarychanski R, Abou-Setta AM, Turgeon AF, et al. 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