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MANUAL-de-INSTRUMENTACION-de-BANDA-pdf

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INTRODUCCION 
Los antecedentes de las bandas de música son esencialmente militares 
y su origen se remonta a los primitivos pueblos que ya desde lejanas edades 
se sirvieron de instrumentos bélicos que despertaran su ardor combativo y 
llamaran a los guerreros a la lucha. 
Los más antiguos serían simplemente un cuerno bordado, como el 
schofar o keren hebreo, cuerno de carnero, a cuyos potentes sones se 
abatieron las murallas de Jérico. 
La evolución del cuerno la encontramos al ser éste construido en 
metal y otra materias, pero conservando siempre la forma típica: estrecho en 
el extremo de su embocadura y ensanchándose luego hacia el extremo 
opuesto, tal como los antiguos lures germánicos construidos en bronce, o 
como el famoso olifante de Poema de Roldán, cuerno de marfil adornado 
con primorosos dibujos. Y, como antepasado que es de todos los 
instrumentos metálicos, el nombre de cuerno lo hayamos todavía empleado 
en la designación de muchos instrumentos actuales (corno, cor, horn, flis-
corno, sax-horn, etc.). 
En Grecia, la trompeta de metal llamada salpinx era muy tenida, en 
estima como instrumento heráldico y de guerra, era recta, y parece haber 
sido importada por los tirrenos, que, a su vez, la habían tomado de los 
egipcios. 
Los romanos tenían cuerpos de trompeteros que acompañaban a los 
guerreros o sonaban en los circos; los instrumentos empleados eran: el litus, 
de sonido agudo y estridente, que usaba la caballería; la tuba recta, de 
sonido más bajo, empleado en la infantería, y la buccina, que se adaptaba al 
cuerpo en forma de espiral y que es el instrumento originario del trombón 
actual. 
Las buccinas o trompetas siguen empleándose como instrumentos 
guerreros a fines del siglo XII, en las dos formas que han de ser típicas en 
los instrumentos de metal: tubo largo que desde la embocadura va poco a 
 
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poco ensanchándose, esto es, cónico, y tubo casi cilíndrico hasta el pabellón. 
Como se ve en algunas miniaturas de la Cantigas de Alfonso X el Sabio, 
estas trompetas eran rectas; sólo hacia mediados del siglo XV fue adaptada 
la forma curvada. 
En la Edad Media, y traída a Europa por los Cruzados, aparece la 
flauta travesera, que fue inmediatamente adoptada en la milicia, 
acompañada del tambor. 
Esta música militar no ha sido abandonada todavía pues subsiste 
bajo la forma de la pequeña flauta llamada pífano y su inseparable 
acompañante el tambor. 
También las Cruzadas nos trajeron otro instrumento de percusión, 
empleado con carácter militar: los timbales. En la India y entre los árabes se 
usaban desde época muy antigua, colocados sobre elefantes o a caballo, uno 
a cada lado; así, y en compañía de las trompetas, han sido empleados en 
algunos Cuerpos de caballería europeos. 
De la misma época y de idéntico origen es la chirimía o bombarda, 
instrumento precursor del oboe, que a fines de la Edad Media se construía 
en diferentes tamaños. 
Las bombardas estuvieron muy en boga, sobre todo en Francia, y 
fueron también empleadas como instrumento militar. 
Otra familia de instrumentos que había de tener importancia para las 
bandas fue la de las llamadas cornetas. Estas eran de madera, de forma 
cónica, pero de taladro estrecho, provistas de varios agujeros y con boquilla 
de marfil; las más pequeñas, de una sola pieza (corneta recta o corneta 
blanca); las mayores, de dos piezas encoladas y recubiertas de cuero, 
curvadas, y algunas en forma de serpiente (corneta tuerta o corneta negra). 
Las cornetas, trompetas y trombones eran los instrumentos de 
boquilla existentes en la Edad Media. 
La tendencia a combinar conjuntamente diferentes instrumentos de 
viento en desfiles, procesiones, etc., se manifiesta ya en el siglo XIII, aunque 
estos acoplamientos no podrían ser en otra forma que al unísono, pues la 
polifonía estaba en la infancia. 
 
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Ciertas pinturas del siglo XVII muestran bandas compuestas de 
cornetas, chirimías y trombones. 
En el época de Luis XIV, la música militar comprendía (según Parés) 
trompetas, oboes, flautas, pífanos, tambores y timbales. Lully y otros 
compositores escribieron, por orden del rey, multitud de marchas y otras 
composiciones adecuadas para ellas. Otras referencias señalan como 
composición de la banda de Luis XIV: oboes de todas clases, cornetas 
trombones. 
Los oboes fueron luego sustituidos por los clarinetes, en la música 
militar, al ser inventado este instrumento, en 1690. 
Los toques de guerra en uso en España, en el reinado de Carlos III, 
mandados recopilar por el rey en 1769, y dados a conocer en nuestros días 
por el P. Otaño, están escritos parar clarinetes, pífanos y tambores. 
Otro elemento vino a sumarse, a mediados del siglo XVIII, a las 
músicas militares, los instrumentos de percusión llamados música turca: 
bombo, platillos y triángulo, que en Europa empezaron a usarse a imitación 
de las bandas de Jenízaros. 
Es lógico pensar que, al adquirir la orquesta sinfónica personalidad 
independiente, libre de las trabas del bajo continuo (lo que ocurrió a 
mediados del siglo XVIII), las bandas de música trataran de salir del estado 
rudimentario en que se hallaban y siguieran los pasos de la orquesta, 
constituyendo conjuntos de instrumentos de viento en los que el equilibrio y 
la variedad de timbres pudiera traducirse en un sentido orquestal cantante y 
acompañante. Pero esto sería posible solamente a medida que los 
perfeccionamientos instrumentales lo fueran permitiendo. 
Se carecía, sobre todo, de instrumentos graves; hasta fines del siglo 
XVIII sólo encontramos el serpentón, variante de la corneta baja (corneta 
tuerta), que un ulterior perfeccionamiento transformó en el llamado fagot 
ruso. 
La invención del sistema de llaves, aplicado a la corneta, creó, a 
principios del siglo XIX, la familita de los bugles y figles, de gran interés 
entonces para las bandas. Los tipos agudos (solamente empleados en banda) 
eran el bugle en si b y el piccolo en mi b (iguales al fiscorno y trombino 
actuales); los graves, el figle contralto en mi b (poco usado) y el bajo en si b 
o en do. También existía un figle contrabajo en mi b. Solamente el figle bajo 
 
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fue empleado en la orquesta, y se mantuvo en la práctica bastante tiempo; 
hemos alcanzado a verlo en nuestras catedrales sirviendo de bajo al canto 
llano. 
Pero lo instrumentos de llaves estaban llamados a desaparecer 
pronto, desplazados por los de pistones. 
La invención de estos (1830) fue de una gran importancia en la 
mecánica instrumental; apareció primero el cornetín alegre y desenfadado, 
popular y marcial mismo tiempo; su éxito como instrumento de banda fue 
inmenso. Poco después, Adolfo Sax aplicó los pistones a los instrumentos 
antes de llaves, perfeccionándolos a la vez, creando así la familia de los sax 
horns, nuestros actuales fiscornos y tubas, de timbre más noble y de 
afinación más perfecta. 
Creación de Sax fueron también los saxofones, de gran utilidad en 
banda, a cuyo invento vino a sumarse más tarde el de los sarruxofones. 
Gracias a todas estas aportaciones, las bandas de música se 
encontraron ya constituidas, en la segunda mitad del siglo XIX, de una 
manera equilibrada y lógica. 
En principio, el cuerpo de las bandas en todos los países vino a ser el 
siguiente: 
I. Grupo de instrumentos de madera: clarinetes. 
II. Grupo de instrumentos de metal, de tubo estrecho, 
timbre más o menos brillante: trompetas, cornetines, trompas, 
trombones. 
III. Grupo de instrumentos de metal de tubo ancho y 
timbre opaco; fliscornos y tubas (saxhorns). 
IV. Grupo de instrumentos de percusión: bombo, 
platillos, tambor. 
A estos instrumentos vinieron a unirse otros, pero no con carácter 
general, pues unos países los adoptaron y otros no. Talles: los saxofones, los 
sarruxofones (de vida efímera) y los de sonoridades delicadas, como flautas, 
oboes, fagotes, etc., considerados por muchos como impropios de las bandas 
militares. 
A la vez que se formabany perfeccionaban las bandas propias de la 
infantería, surgían otras agrupaciones adecuadas a los cuerpos de 
 
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caballería; éstas (llamadas fanfarrias) sólo empleaban instrumentos de 
metal. No tenemos noticias de que en España hayan existido jamás. 
El tiempo, la perseverancia y el estímulo de los directores han ido 
perfeccionando las bandas de día en día, hasta colocarlas a la altura 
artística que actualmente ostentan. Creadas al calor de conveniencias 
militares, fueron, además, desde hace tiempo empleadas para amenizar los 
paseos y fiestas populares de todas clases, sin duda alguna, con gran 
beneplácito del público. Pero no todas las ciudades y pueblos contaban con 
un Cuerpo armado cuya música pudiera amenizar sus fiestas, y esto 
animaría a los aficionados a constituirse en agrupaciones semejantes a las 
bandas del Ejército, así como también a las corporaciones oficiales a 
prestarles su ayuda económica. 
De este modo, las bandas de música, emancipadas de su primitivo 
carácter militar, han dado lugar a las numerosa bandas municipales y 
particulares que en la actualidad conocemos. Su utilidad es innegable. No 
hay ciudad ni puebo que no considere indispensable para la celebración de 
sus fiestas la obligada colaboración de una o varias bandas de música. Los 
programas de sus conciertos han contribuido enormemente a la divulgación 
de numerosas obras musicales que, limitadas a las orquestas sinfónicas y 
salas de conciertos, estaban vedadas a la inmensa mayoría del público, y, en 
fin, ellas son portavoz de la alegría y la cultura en todas partes. 
No es fácil al profano darse cuenta del esfuerzo que es preciso 
desarrollar y de las dificultades que hay que vencer para obtener un 
completo y satisfactorio resultado, y no es la menor de estas dificultades la 
carencia de obras didácticas que guíen al director incipiente por el 
intrincado laberinto de la instrumentación de la banda. 
La obras que tratan esta materia son en todas partes escasísimas, y 
en España casi nulas. Con el deseo de favorecer este conocimiento es 
publicado este MANUAL, que esperamos contribuya a ala divulgación y 
perfeccionamiento de las bandas de música. 
 
 
 
 
 
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Clasificación 
De los 
 Instrumentos musicales 
 
 
 
 
 
 
 
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Todos los instrumentos musicales pertenecen a una de estas tres 
clases: 
• Instrumentos de cuerda. 
• Instrumentos de viento. 
• Instrumentos de percusión. 
 
En todas las épocas y en todos los países han existido siempre 
instrumentos de estas tres clases, en modelos numerosos y variados. 
El progreso del arte musical ha ido seleccionándolos y 
perfeccionándolos de continuo, habiendo quedado algunos olvidados; otros 
relegados a un segundo término, como instrumentos populares, y 
constituyendo otros, los más artísticos, los más perfectos, ese admirable 
conjunto, intérprete de las más elevadas concepciones musicales, que es la 
orquesta moderna. 
Una banda de música es también, a semejanza de la orquesta, una 
agrupación de instrumentos musicales; pero estos son solamente de viento y 
de percusión, con exclusión de los de cuerda, que son propios de aquélla. 
Es cierto que algunas grandes bandas emplean contrabajos de cuerda 
(de un efecto excelente, apresurémonos a reconocerlo), y también las hay, 
aunque más raramente, que utilizan violonchelos; pero estos instrumentos 
son de uso excepcional. Por lo tanto, se debe sentar el principio de que los 
instrumentos componentes de la bandas de música son los de viento y los de 
percusión. 
 
 
 
 
 
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INSTRUMENTOS de VIENTO 
 
 
Todos los instrumentos de viento no son otra cosa que un tubo por una 
de cuyas extremidades se introduce el aire produjo por el soplo del ejecutante 
(1). Mas para que un tubo suene no es suficiente soplar en él: esto no 
produciría más que una corriente de aire insonora. Para producir el sonido es 
preciso que la corriente de aire sea discontinua, intermitente, lo que se 
consigue haciendo que en uno de los extremos, por un procedimiento u otro, 
se provoquen una serie de oscilaciones rápidas e iguales que, transmitidas al 
interior del tubo, pongan en vibración el aire contenido en él. 
Esto puede tener lugar: lanzando la corriente de aire de modo que se 
corte contra el borde de un pequeño agujero, como en las flautas; haciendo 
vibrar un lengüeta de caña simple o doble, como en los clarinetes, oboes, 
fagotes, etc.; o actuando como lenguetas, a impulsos del aire, los labios del 
ejecutante, colocados dentro de una boquilla, como en las trompas, 
trompetas, trombones, etc. 
Pero cada instrumento no produce solamente un único sonido, sino 
una serie de ellos, que son los que constituyen su extensión o escala. Para 
esto. Los procedimientos que se emplean son: 1º, sucesivos acortamientos o 
alargamientos del tubo; 2º, los sonidos armónicos. Generalmente, ambos 
procedimientos se combinan, como veremos luego. 
Los instrumentos de viento empleados en las bandas se dividen en dos 
grandes grupos: 
1º Instrumentos de madera. 
2º Instrumentos de metal. 
 
(1) Instrumentos de viento son también el órgano, el armonio y otros, de los cuales no es ocasión de ocuparse 
aquí. 
 
 
 
 
 
 
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Esta división es arbitraria, puesto que las flautas, los saxofones y los 
sarruxofones son de metal, y, sin embargo, se les incluye en el grupo de los 
de madera; a la primeras, porque antiguamente lo eran, y a los restantes, 
porque, por ser instrumentos de embocadura de caña, guardan analogía de 
timbre (1) con los demás instrumentos de madera. 
Digamos, de paso, que el timbre de un instrumento no depende, como 
comúnmente se cree, de la materia de que esté construido. Un clarinete de 
metal suena igual que si fuera de madera, y se podría fabricar una trompeta 
de madera, y si las proporciones del tubo y la forma de la boquilla fuesen 
iguales a las de otra trompeta de metal, el timbre sería en ambas exactamente 
el mismo. 
Todos los instrumentos llamados de madera están provistos de una 
serie de agujeros que se tapan con los dedos o con varias llaves que en ellos 
hay colocadas. 
Estando cerrados todos los agujeros y emitiendo el sonido con la 
mínima presión del aire se obtiene el sonido más grave de la extensión del 
instrumento. Destapando los agujeros sucesivamente (empezando por el de 
más abajo) se irán produciendo una serie de sonidos cada vez más agudos, 
porque destapar un agujero equivale a acortar el tubo, y a tubo más corto, 
sonido más alto. 
Los sonidos mayor presión de los labios del ejecutante hace que el 
número de vibraciones de estos fundamentales se duplique, y la serie de 
sonidos 1 se convierta en otra igual de sonidos 2, que suenan una 8va. más 
alta que los primeros (2). 
 
 
(1) La palabra timbre tiene varias acepciones. Aquí la empleamos en el sentido de diferente calidad del 
sonido, según sea éste emitido por uno u otro instrumento, o lo que en otros términos se llama color del 
sonido. 
(2) Un sonido es más agudo cuanto mayor es el número de sus vibraciones, y viceversa. 
 
 
 
 
 
 
 
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En los clarinetes, los sonidos fundamentales no pueden duplicar sus 
vibraciones, sino triplicarlas, por lo cual la serie de sonidos 1 no se reproduce 
a la 8va superior (sonido 2), sino a la 12va (5ta de la 8va., sonido 3). 
 
 
 
En una forma u otra, con estas series de sonidos fundamentales 
reproducidos a la 8va o a la 12va, obtienen los instrumentos de madera la 
mayor parte de la extensión de su escala, que completan en la parte aguda 
aprovechando otros armónicos obtenidos por medio de digitaciones 
convencionales. 
Los instrumentos de metal actualmente en uso (1) no proceden, para 
formar su escala, por sucesivos acortamientos del tubo, sino, al contrario, por 
alargamientos de éste. Pero principalmente utilizan los sonidos armónicos.Las trompas y trompetas sólo empleaban antes este procedimiento. 
Aclaremos ahora lo que a los sonidos armónicos se refiere. 
La columna de aire contenida dentro del tubo del instrumento, 
vibrando en toda su longitud, produce (ya lo hemos dicho) un sonido llamado 
 
(1) Los antiguos instrumentos de meta llamados bugles o cornetas de llaves y figles estaban provistos de 
agujeros que se tapaban por medio de llaves, y obtenían su escala en la misma forma que los de 
madera. 
 
 
 
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fundamental o sonido 1, (En la práctica, en los instrumentos de metal, este 
sonido sale difícilmente o no sale). 
Forzando la presión del aire, cada vez más intensamente, por la acción 
de los labios del ejecutante, la columna vibrante se dividirá en un número de 
partes iguales cada vez mayor; el número de vibraciones aumentará en la 
misma proporción, y se obtendrán una serie de sonidos cada vez más agudos, 
que son los llamados sonidos armónicos. 
El orden y proporción de los armónicos, en relación con el sonido 
fundamental, es como sigue: 
Sonido 1, fundamental. 
Sonido 2, doble número de vibraciones, 8va 
Sonido 3, triple número de vibraciones, 5ta de la 8va 
Sonido 4, cuádruple número de vibraciones, doble 8va 
y así sucesivamente. 
Parece que el número de armónicos a obtener haya de ser ilimitado, 
pero ningún instrumento sobrepasa el sonido 16, y la mayor parte se tienen 
que conformar con muchos menos. 
Representados por notas musicales, y colocados siguiendo el orden 
natural correlativo, podemos formar la siguiente escala de armónicos: 
 
Observaciones: 
Hemos tomado como punto de partida la nota do, pero lo mismo podría haber sido otra cualquiera, sin que 
por eso se alterara el resultado. 
Los sonidos que contienen doble número de vibraciones, como 1, 2, 4, 8, corresponden siempre a la misma 
nota en 8va. 
Las distancias que separan unos sonidos de otros son cada vez menores: primero, 8va; luego, 5ta mayor; 
después, 4ta menor, 3ra mayor; 3ra menor, etc... 
Las notas escritas no corresponden a los sonidos reales, que no podemos representarlos a su altura exacta con 
nuestra notación. El sonido II es demasiado alto para fa natural y demasiado bajo para fa sostenido. Los sonidos 7, 13 y 
14 son un poco más bajos. 
 
 
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Una serie de sonidos tan extensa, sólo puede obtenerse en un 
instrumento de tubo estrecho y largo, como es la rompa (salvo el 
fundamental, que no sale). Los instrumentos de tubo corto o ancho no pasan 
del sonido 8; en cambio, obtienen con más dificultad los sonidos 2 y 3. 
Antiguamente, los sonidos intermedios, hasta completar la escala 
cromática, se obtenían en la trompa introduciendo más o menos la mano en 
el pabellón del instrumento (sonidos tapados o medio tapados); en cuanto a la 
trompeta, se tenía que formar con los sonidos abiertos que podía emitir, 
teniendo necesidad, tanto uno como otro, de hacer uso de pequeños tubos 
suplementarios o tonillos de recambio, que se adaptaban al instrumento para 
poder ajustarse a las diversas tonalidades de las obras. 
Actualmente, los instrumentos de metal se construyen provistos de 
pistones o cilindros (1), cuyo efecto es poner en comunicación el tubo 
principal con otros tubos adicionales, lo que equivale a alargarlo, bajando, 
por lo tanto, más o menos, el diapasón del instrumento. 
Así, la escala de armónicos que puede emitir un cornetín o fliscorno al 
aire, o sea, sin hacer uso de los pistones, es la siguiente: 
 
(El sonido 1 no sale, y el sonido 7 no se usa). 
 
 
 
 
(1) Los cilindros es un mecanismo diferente de los pistones, pero de efecto idéntico. Nos referiremos siempre a 
los pistones dando por sabido que los mismos pueden ser cilindros. 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Bajando el segundo pistón, el 
diapasón del instrumento desciende un 
semitono: 
El primer pistón lo hace bajar un 
tono: 
 
El tercer pistón hace descender 
tono y medio: 
 
Bajando los pistones pri8mero y segundo se obtiene este mismo 
resultado. 
 
Combinando los pistones segundo y tercero se desciende dos tonos: 
 
Combinando primero y 
tercero se desciende dos tonos y 
medio: 
Y, finalmente, bajando los 
tres pistones, todo el instrumento 
desciende tres tonos: 
Como puede observasen, muchas notas pueden producirse de dos 
maneras diferentes, y algunas hasta de tres, es decir, con diversas 
combinaciones de pistones o al aire. Desgraciadamente, la afinación deja a 
veces bastante que desear; cuando se reúnen dos y, sobre todo, tres pistones, 
los sonidos resultan sensiblemente altos. 
Para evitar el empleo de los tres pistones reunidos, se fabrican 
instrumentos en los que el tercer pistón hace descender su diapasón dos 
tonos. 
 
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También se construyen algunos instrumentos (tipos graves) provistos 
de cuatro pistones. 
El cuarto pistón desciende una 4ta menor (dos tonos y medio), y por 
medio de este cuarto pistón es posible bajar, cromáticamente, hasta el sonido 
fundamental. 
En los trombones llamados de varas, las prolongaciones del tubo se 
obtienen no por medio de pistones, sino por medio de una bomba, llamada 
vara, que con la mano se va corriendo lo que sea necesario. 
Cada uno de estos movimientos de prolongación de la vara se llaman 
posiciones. 
En la 1ra posición, o sea cuando está el instrumento completamente 
cerrado, se produce la escala armónica de si b: 
 
En la 2da posición, que se obtiene corriendo un poco la vara, todas las 
notas bajan un semitono: 
 
Y así sucesivamente, en cada posición se va descendiendo un 
semitono más, hasta llegar a la 7ma posición, que es la mayor prolongación 
que se puede obtener. 
 
 
 
 
 
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INSTRUMENTOS TRANSPOSITORES 
Muchos de los instrumentos de viento son transpositores. 
Veamos en qué consiste esto: 
Si un instrumento emite un do y esa nota suena efectivamente do, se 
dice que el instrumento no es transpositor, o que está en do. 
Pero si el instrumento hace oír el do de su escala y ese do suena si b, o 
fa, o mi b, etc., el instrumento es transpositor, y diremos que está en si b, o en 
fa, o en mi b, según los casos. 
Por ejemplo, decimos; clarinete en si b. Se entiende que el do de este 
clarinete suena si b; por lo tanto, este instrumento es transpositor, y está 
afinado un tono más bajo que el diapasón real, y sus notas deberán estar 
escritas un tono más alto para que resulten los sonidos efectivos. 
Si el instrumento está en mi b, su do sonará mi b; es decir, que estará 
afinado una 3ra menor más alto o una 6ta mayor más bajo que el diapasón 
real. Su notación será, pues, en el primer caso, una 3ra menor más baja, o, en 
el segundo caso, una 6ta mayor más alta, para que el oído perciba los 
verdaderos sonidos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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CLASIFICACIÓN GENERAL DE LOS 
INSTRUMENTOS USADOS EN LAS BANDAS 
DE MUSICA 
Grupo de viento-madera 
� DE EMBOCADURA LATERAL Y TUBO CIÍNDRICO 
� Familia de las Flautas: 
Flauta. 
Flautín. 
� DE CAÑA DOBLE Y TUBO CÓNICO 
� Familia de los Oboes: 
Oboe. 
Corno inglés. 
 
� Familia de los fagotes. 
Fagot. 
Contrafagot. 
 
� Familia de los sarruxofones: 
Estos instrumentos, de invención relativamente moderna, han alcanzado 
escasa aceptación: actualmente están completamente en desuso, y 
únicamente algunas grandes bandas emplean el tipo más grave en sustitución 
del contrafagot. 
→ Sarruxofón soprano en si b. 
→ Contralto en mi b. 
→ Tenor en si b. 
→ Barítono en mi b. 
→ Bajo en si b. 
→ Contrabajo en mi b (único usado actualmente). 
 
 
 
 
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� DE CAÑA SIMPLE Y TUBO CILÍNDRICO 
� Familia de los clarinetes: 
→ Requinto en la b (muy poco usado). 
→ Requinto en mi b. 
→ Clarinete en si b (soprano). 
→ Clarinete alto en mi b. 
→ Clarinete bajo en si b. 
→ Clarinete contrabajo o pedal en si b. 
 
� DE CAÑA SIMPLE Y TUBO CÓNICO 
� Familia de los saxofones: 
→ Saxofón sopranino en mi b (inusitado). 
→ Saxofón soprano en si b. 
→ Saxofónalto en mi b. 
→ Saxofón tenor en si b. 
→ Saxofón barítono en mi b. 
→ Saxofón bajo en si b. 
 
GRUPO DE VIENTO-METAL 
� DE BOQUILLA CÓNICA, TUBO CÓNICO ESTRECHO Y 
LARGO. (La forma de la boquilla influye mucho en el timbre del 
instrumento.) 
� Familia de las trompas: 
Trompa en mi b o en fa. 
� DE BOQUILLA CURVILÍNEA, TUBO CÓNICO Y CORTO. 
� Familia de los cornetines: 
Cornetín en si b. 
 
 
 
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� DE BOQUILLA CURVILÍNEA Y TUBO CILÍNDRICO EN 
SUS DOS TERCERAS PARTES. 
� Familia de las trompetas: 
→ Trompeta en mi b o en fa. 
→ Trompeta en si b o en do. 
 
� Familia de los trombones: 
→ Trombón contralto (inusitado). 
→ Trombón tenor. 
→ Trombón bajo. 
 
� DE BOQUILLA CÓNICA, TUBO CÓNICO, CORTO Y 
ANCHO 
 
� Familia de los Sax-horns: 
Una gran confusión reina en la nomenclatura de estos instrumentos. 
Los fabricantes los han bautizado con los nombres más diversos con sólo 
haber introducido alguna variante en su forma, que para nada influye en el 
timbre del instrumento. Todos los instrumentos conocidos por los diversos 
nombres de trombino, fliscorno, bugle, onnoven, trompa-alto, clavicorno, 
bombardino, eufonio, tuba, bombardón, bastuba, etc., no son otra cosa que 
Sax-horns. 
→ Saxhorn sopranino en mi b. 
→ Saxhorn soprano en si b. 
→ Saxhorn contralto en mi b. 
→ Saxhorn tenor en si b ( o en do). 
→ Saxhorn barítono en si b (o en do). 
→ Saxhorn bajo en mi b (o en fa). 
→ Saxhorn contrabajo en si b (o en do). 
 
Sin embargo, no es ésta la nomenclatura adoptada para los Sax-horns; ilógicamente 
se les designa en esta forma: 
 
 
 
 
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� Bugles o fliscornos: 
→ Saxhorn soprano en mi b, vulgarmente llamado fliscornino. 
→ Saxhorn contralto en si b, vulgarmente llamado fliscorno. 
→ Saxhorn alto en mi b, vulgarmente llamado onnoven. 
→ Saxhorn barítono en si b, vulgarmente llamado barítono. 
 
� Tubas: 
 
→ Saxhorn bajo en si b (o en do), vulgarmente llamado bombardino. 
→ Saxhorn contrabajo en mi b (o en fa), vulgarmente llamado bajo en 
mi b. 
→ Saxhorn contrabajo en si b ( o en do), vulgarmente llamado bajo en 
si b. 
 
NOTA: Se suele dividir a los Sax-horns en dos grupos, llamándose bugles o fliscornos a los 
agudos, y tubas a los graves. 
 
 
El timbre de los instrumentos de metal es claro y brillante en los cornetines, 
trompetas y trombones; velado o pastoso en las trompas y Sax-horns. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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INSTRUMENTOS DE PERCUSION 
 
Los instrumentos de percusión están formados por pieles de animales 
apergaminadas puestas en tensión, o por varillas o placas metálicas o de 
madera. Todos ellos suenan al ser percutidos o golpeados. 
Son de dos clases: de sonidos determinados y de sonidos 
indeterminados. 
Se llaman de sonidos determinados los que producen sonidos cuya 
entonación es apreciable, y de sonidos indeterminados los que sólo producen 
sonidos de entonación confusa o ruidos. He aquí los que, más o menos, se 
emplean. 
 
� De sonidos determinados: 
 
→ Timbales. 
→ Lira o juego de timbres. 
→ Campanas. 
→ Xilofón. 
 
� De sonidos indeterminados: 
 
→ Tambor. 
→ Caja. 
→ Redoblante 
→ Tamboril 
→ Bombo 
→ Platillos 
→ Triángulo 
→ Pandereta 
→ Castañuelas 
→ Tam-tam, etc. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Nomenclatura general de los instrumentos empleados en banda. 
 
INSTRUMENTOS DE MADERA 
 
 
 
 
 
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INSTRUMENTOS DE METAL 
 
 
 
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INSTRUMENTOS DE PERCUSION 
 
 
 
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FLAUTA 
La flauta es uno de los instrumentos más antiguos que existen. 
Se la encuentra ya entre los antiguos egipcios en sus dos formas 
originales: flauta recta o de pico y flautas traversas, nuestra flauta actual. 
Ambas formas han convivido durante la Antigüedad y la Edad Media; pero, 
mientras la flauta recta no ha sido perfeccionada ni tomada en consideración 
por los artistas, quedando relegada a un instrumento infantil o popular, a 
causa de su timbre débil y vulgar, la flauta traversa, introducida por Lully en 
la orquesta en 1677, forma desde entonces parte integrante de ella, y se ha 
transformado en uno de los instrumentos más bellos y perfeccionados. 
Antes las flautas eran de madera, y su tubo, cónico, es decir: más 
estrecho por abajo que por arriba. Las modernas flautas son metálicas, de 
tubo cilíndrico (igualmente ancho por abajo que por arriba), y están provistas 
del perfeccionado mecanismo inventado por Boehm en 1847. 
La familia de las flautas era antes muy numerosa; en la actualidad 
sólo se usa, tanto en orquesta como en banda, la gran flauta en do y la 
pequeña flauta o flautín. 
La extensión de la flauta comprende tres octavas con todos los gados 
cromáticos, y su escala se divide en tres registros: grave, medio y agudo: 
 
Estando el instrumento afinado en do, las notas suenan tal como están 
escritas. 
La sonoridad general es dulce, penetrante en el registro agudo y dura 
en sus últimos sonidos, cuyo ataque es difícil en matiz piano. 
Es el más ágil de todos los instrumentos de viento; ejecuta con suma 
facilidad toda clase de pasajes rápidos, escalas diatónicas y cromáticas, 
 
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arpegios, trinos y figuraciones de todas clases, saltos en 8va o a otros 
intervalos distanciados, etc...- 
He aquí algunos trinos considerados como imposibles: 
 
El ligado y todas sus múltiples combinaciones se ejecutan fácilmente 
en la flauta, así como la articulación picada y en doble y triple golpe de 
lengua, que puede alcanzar una velocidad extraordinaria. 
Todas las tonalidades le son asequibles, pero son, naturalmente más 
fáciles y brillantes las poco cargadas de alteraciones. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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FLAUTIN 
Es una pequeña flauta afinada a la 8va aguda de la flauta ordinaria. Su 
extensión es la misma, salvo los sonidos graves do y do sostenido, que no 
existen en le flautín. Los más agudos ( si b, si natural y do) son de una 
emisión muy dificil. 
Extensión anotada: 
 
Efecto a la 8va superior de los sonidos escritos: 
 
Se usaba antes en las bandas el flautín en re b, en cuyo caso el efecto 
sonoro se producía una 9na, por encima de las notas escritas. 
Ninguna razón existe que aconseje el empleo del flautín en re b, y, por 
lo tanto, debe adoptarse el de en do,k lo que facilita la lectura de la partitura. 
Su escala se divide en tres registros, como la de la flauta, siendo el 
grave muy débil, y extraordinariamente chillón y penetrante el agudo. 
El mecanismo es tambien idéntico. La misma agilidad, la misma 
aptitud para la ejecución de toda clae de pasajes rápidos, escalas, trinos, etc., 
y la misma facilidad para la articulación en golpe de lengua simple. Doble y 
triple. 
 
 
 
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OBOE 
El oboe, al parecer, de origen francés, desciende de la antigua 
bombarda o chirimia, instrumento todavia en uso entre el pueblo en algunas 
regiones españolas, donde se le conoce con el nombre de dulzaina. Sus 
características son : tubo cónico y caña doble. Se construye en madera. 
Fue en sus principios un instrumento militar o guerrero, y desde 
mediados del siglo XVII aparece formando parte de la orquesta. 
Como ha ocurrido con todos o la mayor parte de los instrumentos, la 
familia de los oboes era antes muy numerosa; actualmente, sólo dos tipos se 
emplean: el oboe y el corno inglés. 
La extensión de la escala del oboe, dividida en tres registros, es la siguiente: 
 
Se construyen oboes que descienden hasta el si b grave y que 
ascienden hasta el sol sobreagudo. 
Como está afinado en do, sus notas suenan a la altura escrita. 
Su timbre, dulce y nasal, es de una gran homogeneidad en toda la 
extensión de su escala, salvo los tres sonidos más graves, que son un poco 
rudos, y los dos o tres más agudos, que se adelgazan, perdiendo algo de su 
timbre característico. 
Gracias a los modernos perfeccionamientos, el oboe puede ejecutar 
toda clase de escalas, trinos y pasajes rápidos diversos, entoda su extensión; 
más dificilmente en el registro agudo. 
Su articulación, mucho menos rápida que la de la flauta, a causa de la 
embocadura de caña doble, se limita al golpe de lengua simple, susceptible de 
bastante ligereza; el doble golpe de engua sale mal y no se emplea. 
Todas las tonalidades le son posibles, pero al descubierto, y para un pasaje de 
virtuosidad, serán más adecuadas las que no pasen de tres sostenidos o tres bemoles. 
 
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Corno Inglés 
El corno inglés no es otra cosa que un oboe afinado en fa, una 5ta más 
bajo que el oboe ordinario. 
Tiene la misma extensión que éste, pero los conisdos de registro 
agudo no se emplean. 
Su timbre se diferencia bastante del oboe, y estan característico que 
atrae enseguida la atención del auditor. 
Su mecanismo es idéntico, pero no hay nunc alugar de emplearlo en 
pasajes de ligereza, también se usa poco la articulación picada; es el legato lo 
que conviene a su carácter. 
 
 
Fagot 
El faggot deriva del antiguo bajo de oboe, de un empleo muy 
incómodo, a causa de la gran longitud de su tubo. 
El canónigo Afranio, de Ferrara, en 1525, ideó plegar este tubo, 
creando así el fagot actual. 
Se escribe en clave de fa en 4ta línea, en su registro grave y medio, y 
en la de do en 4ta, el agudo. 
He aquí su extensión (sonidos efectivos): 
 
 
 
 
 
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Es posible alcanzar cromáticamente hasta el fa una 4ta más alta que el 
do sobreagudo; pero estos sonidos, de emisión difícil y de timbre poco 
agradable, no tienen uso. 
Su escala es bastante desigual. Del si b grave al fa inmediato, la 
sonoridad es llena y magnífica; hasta el mi b del registro medio, bastante 
buena, aunque poco consistente; después, cuatro notas débiles e incoloras, y 
un bello y dulce registro agudo que desde el sol superior se adelgaza y 
debilita cada vez más. 
Es sorprendente la agilidad del fagot, al que se pueden confiar pasajes 
de gran ligereza, no siendo en la parte más grave de su extensión. Evítense en 
ésta los trinos, que son, en su mayor parte, imptracticables. Desde el fa 
debajo del pentagrama son posibles todos, excepto los siguientes: 
 
 
 
 
Evítense, además, los muy agudos. 
El fagot articula con gran facilidad, pero, como el oboe, sólo utiliza el 
golpe de lengua simple, uno de sus procedimientos favoritos son los pasajes 
en notas sueltas destacadas, en saltos a diversos intervalos, preferentemente 
de 8va, o aún más distanciados. 
 
 
 
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Contrafagot 
El contrafagot es un gran fagot afinado a la 8va inferior de éste. 
Se escribe en clave de fa en 4ta línea, pero las notas escritas suenan 
una 8va más grave. 
Su extensión es la misma del fagot, salvo los dos sonidos más graves, 
que no existen el contrafagot; por otra parte, los sonidos agudos no tiene 
empleo. 
Excelente su primera 8va, desmerece luego, cada vez más, conforme 
va aproximándose a la parte aguda. 
Naturalmente, sonoridades tan graves son pesadas y no admiten 
agilidades. 
El instrumento es casi inusitado. 
 
Sarruxofones 
Instrumentos construidos en metal, con características análogas a los 
de la familia de oboes y fagotes: tubo cónico y caña doble, pero con mayor 
anchura de tubo, por lo que su sonoridad es más potente. 
Fueron inventados en 1863 por M. Sarrus, músico mayor del Ejército 
francés, de quien tomaron el nombre. Su objeto fue sustituir en las bandas a 
los oboes, corno inglés, fagot y contrafagot. 
La práctica no los ha admitido, salvo el sarruxofón contrabajo, que se 
emplea, aunque muy raramente. 
 
 
 
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La extensión y efecto sonoro de los diferentes tipos de la familia es 
como sigue: 
Existe también un sarruxofón contrabajo en do destinado a la orquesta 
en sustitución del contrafagot. 
Nota: puede observarse que se ha adoptado notación uniforme, para lo sarruxofones, 
es decir, que todos ellos están escritos en clave de sol, procedimiento ilógico que tambiçen 
encontraremos en los saxofones. Será mucho mejor escribir en clave de fa en 4ta el 
sarruxofón contrabajo (único que se usa), una 6ta más alta que sus sonidos efectivos, estando 
en mi b, y una 8va más alta si está en do. 
 
 
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Clarinetes 
El clarinete fue inventado, hacia 1690, por Cristobál Denner, de 
Nuremberg, como derivación o perfeccionamiento de otro antiguo 
instrumento francés, llamado chalumeau, que no poseía más extensión que la 
que constituye el registro grave del actual clarinete. 
A este registro se le siguió llamando chalumeau, así como al 
siguiente, más claro y brillante, se le llamó clarín, de donde deriva el nombre 
del instrumento: clarinete, pequeño clarín. 
Hacia mediados del siglo XVIII comenzó a usarse en la orquesta, en 
la que luego fue ya de uso constante. Por esta época se introdujeron también 
en las bandas militares, suplantando a los oboes y convirtiéndose pronto en el 
elemento más importante de ellas, destinados a desempeñar el mismo papel 
preponderante que desempeñan los violines en la orquesta. 
La familia de los clarinetes es muy numerosa; en las obras de orquesta 
se les encuentra afinados en do, en si b y en la. También aparece, aunque rara 
vez, el clarinete contralto en fa, llamado corno di basetto (hoy desparecido), 
y con más frecuencia, en época más moderna, el clarinete bajo en si b o en la. 
Los tipos más pequeños de clarinetes, llamados requintos, rara vez se 
emplean en la orquesta. 
Veamos los empleados en las bandas. 
 
 
 
 
 
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Clarinete (soprano) en si b 
La extensión de este instrumento, la mayor y de timbre más variado 
de todos los instrumentos de viento, es la siguiente, dividida en tres registros: 
grave, medio y agudo. 
 
Algunos instrumentos descienden un semitono más esto es, hasta el 
mi b grave. 
Estando el clarinete afinado en si b, sus sonidos resultan una segunda 
mayor por debajo de las notas escritas, se escribe siempre en clave sol. 
 
Las tres últimas notas del registro grave (sol sostenido, la y si ó dentro 
del pentagrama) carecen, de color y se consideran como las peores del 
instrumento, en cuanto al registro agudo, no se emplean los sonidos más allá 
del sol, que puede considerarse como límite de su extensión. En general, todo 
este registro es el de más difícil emisión y afinación del instrumento. 
Su carácter es severo en el registro grave, brillante en el medio y 
chillón en el agudo, todo ello impregnado de un cierto acento de melancolía 
o tristeza. 
 
 
 
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XILOFÓN 
El xilofón se compone de una serie de láminas o tiras de madera de 
diferentes tamaños y ordenadamente dispuestas, que se percuten con dos 
macillos también de madera. Se construyen de extensiones diferentes; los 
más completos constan de tres octavas, que se anotan en clave de sol a la 
altura efectiva de sus sonidos. 
 
 
 
 
El sonido que se produce es seco, mate y de escasa intensidad. 
 
TAMBOR 
El tambor es instrumento antiquísimo, y su formay tamaño ha sido 
muy variable, así como la manera de tocarlo. 
El actual consiste en una caja de cobre de forma circular, cerrada 
por ambos lados por dos membranas llamadas parches, que se ponen en 
tensión por medio de unos aros que sujetan y aprietan varios tornillos; 
operación que se hacía antes con una cuerda. Por la parte inferior hay 
pasados dos bordones que accionan sobre el parche de este lado al ser 
percutido el de la parte superior. Para esta percusión se emplean dos baquetas 
de madera. 
Existen diferentes variedades de tambor. 
El tambor propiamente dicho (tambor militar), de gran tamaño. 
La caja (caja viva o caja clara). Tambor más pequeño, 
ordinariamente empleado en banda. 
 
 
 
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El redoblante. De forma alargada y desprovisto de bordones, por lo 
que su sonoridad es sorda y opaca. 
El tamboril. Pequeño tambor de forma alargada y sin bordones, que 
generalmente se toca con una sola baqueta. 
(El origen de este último es popular, como el empleado por los 
chistularis vascos para acompañar los aires del chistu, que el ejecutante 
maneja con una mano mientras que con la otra bate el tamboril). 
Por medio de las dos baquetas se obtienen en el tambor una gran 
variedad de figuras rítmicas y el redoble, cuya fuerza gradúa el ejecutante a 
voluntad. 
Se desea algunas veces obtener en el tabor una sonoridad de carácter 
fúnebre; basta para esto aflojar los bordones o cubrir el parche con una tela. 
Es una especie de sordina. 
La música del tambor se escribe en clave de fa; pero la clave es 
inútil, toda vez que el tambor no produce sonidos de entonación apreciable. 
Es más lógico escribirlo sin clave y sobre una sola línea. 
 
BOMBO 
Se designaba antiguamente música turca al grupo de instrumentos 
de percusión formado por bombo, platillos y triángulo. Efectivamente, estos 
instrumentos son de origen turco, y fueron introducidos en Europa a 
mediados del siglo XVIII. Las bandas militares se apoderaron pronto de 
ellos, ya que tan apropiados eran para el apoyo rítmico, y desde entonces no 
han prescindido de su empleo. 
También en la orquesta fueron adoptados, aunque en la sinfonía 
muy excepcionalmente (Sinfonía militar de Haydn, final de la IX Sinfonía de 
Beethoven). En la música dramática se usó y abusó de ellos durante cierto 
tiempo. En la actualidad se emplean más discretamente juntos o separados. 
 
 
 
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El bombo es un tambor de grandes proporciones que se toca 
golpeándolo por medio de una llamada maza, cuya cabeza la forma una 
especie de pelota recubierta de piel. No produce sonido determinado; por 
consiguiente, la clave que se acostumbra poner en la escritura de música 
parra bombo, así como el pentagrama, son perfectamente inútiles. Algunos la 
escriben con razón, sobre una sola línea horizontal. 
No se presta el bombo parar movimiento rítmicos rápidos; 
solamente se le confían golpes aislados convenientemente espaciados. Sin 
embargo, puede ejecutar un trémolo, bien con la maza cogida por la mitad o 
bien sirviéndose de unas baquetas de timbal. 
Se puede emplear en toda clase de matices, del más forte al más 
piano, dando, en todo caso, una impresión de profundidad y lejanía. 
 
PLATILLOS 
Son dos discos de bronce con una cavidad en el centro, donde van 
adaptadas dos correas, por las que el ejecutante los toma para hacerlos sonar. 
Se tocan generalmente percutiéndolos el uno contra el otro de plano 
(si bien resbalándolos un poco), y algunas veces dando con el uno en el canto 
del otro para algún efecto especial en matiz piano. 
Otros efectos pueden también obtenerse de los platillos: sobre un 
platillo colgante golpear con la maza del bombo, con una baqueta de timbal o 
con la varilla del triángulo. El trémolo, obteniendo sobre el platillo 
suspendido con las baquetas del tambor o las del timbal, o también agitando 
los platillos uno contra otro. 
La sonoridad producida por los platillos, estridente y penetrante, 
sobresale y se prolonga largamente, por lo que convendría indicar los valores 
exactos que se desea obtener. 
Todos sus efectos son posibles en todos los matices. 
 
 
 
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Como todos los demás instrumentos de percusión de sonidos 
indeterminados, es inútil poner clave al principio de la escritura, así como 
tampoco es necesario el pentagrama, siendo suficiente escribirlo sobre una 
sola línea. 
 
TRIÁNGULO 
Varilla de acero doblada en forma triangular, que se hace sonar 
percutiéndola con otra varilla del mismo metal. El sonido es argentino, agudo 
e incisivo, capaz de traspasar toda la más instrumental. 
Se pueden ejecutar con el triángulo toda clase de figuras rítmicas y 
trémolo, tanto en matiz piano como forte. 
La misma advertencia anterior respecto a su escritura. 
 
PANDERETA 
Consiste en un aro de madera cubierto en uno de sus lados por una 
membrana y guarnecido alrededor con unos pequeños discos metálicos, 
colocados por parejas, que se entrechocan y suenan al ser agitado o percutido 
el instrumento. 
Parece ser antiquísimo, de origen oriental, y popular en España, 
donde se emplea mucho, así como en Italia. 
Se puede hacer sonar de tres manera: golpeándolo con la mano o 
con la rodilla, para movimientos rítmicos poco rápidos; agitándolo para 
producir un trémolo prolongado; resbalando el dedo por la membrana, lo que 
produce un trémolo breve, los tres procedimientos se entremezclan a veces, 
dando lugar a diversas combinaciones rítmicas. 
Su carácter es alegre y gracioso. 
 
 
 
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CASTAÑUELAS 
Instrumento típicamente español, ya empleado en la época romana, 
según cuenta el poeta bilbilitano Marcial. Consiste, como se sabe, en una 
especie de conchas de madera que se adaptan a las manos (dos en cada una) 
por medio de unos cordones que se sujetan a los pulgares, y las cuales hacen 
sonar el que baila, marcando el ritmo de la danza. 
Las castañuelas son llamadas también. Según su tamaño, palillos o 
pitos. 
El tocarlas bien ofrece cierta dificultad, y es notable la habilidad con 
que son manejadas por las bailarinas andaluzas. 
El sonido que producen es seco y opaco, y su repiqueteo comunica a 
la danza una viveza singular. 
Las que se usan en orquesta o banda difieren de las otras en que 
están provistas de un mango, lo que hace su empleo mucho más fácil. 
 
 
TAM-TAM o GONG 
Instrumento de origen chino, que, a lo que parece, sólo ellos saben 
fabricar con absoluta perfección; tal vez por esto un buen tam tam alcanza un 
elevado precio. 
Se trata de un ancho recipiente de metal que se mantienen 
suspendido y se hace sonar golpeándolo por medio de una maza por el estilo 
de la del bombo, se produce así un sonido grave, intenso y ampliamente 
prolongado: de un carácter terrorífico y amenazador en el forte, lúgubre en el 
piano. 
 
 
 
 
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I N S T R U M E N T A C I O N 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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G E N E R A L I D A D E S 
 
La instrumentación comprende el conocimiento de los diversos 
instrumentos musicales, su extensión, su tesitura, sus medios expresivos o 
mecánicos y cuanto se refiere a cada uno de ellos en particular, cuyo 
conocimiento ha sido ya estudiado en los párrafos anteriores. Pero, además, 
y esto es lo esencial, comprende también la manera de combinar entre sí 
estos diversos medios sonoros por afinidades de timbre, de diapasón, etc... Y 
esto es cuanto se puede enseñar en esta materia, pues, en verdad, el 
instrumentar concienzudamente, artísticamente, es una cuestión que depende 
del buen gusto individual, del espíritu de observación, de la práctica 
constante y de la intuición e iniciativa de cada uno. 
El arte de la instrumentación si compara, muy justamente, con el del 
colorido en pintura, pues, efectivamente, cada instrumento posee un color de 
sonido, es decir, un timbre diferente, y de la combinación de estos colores o 
timbresnacen los innumerables efectos instrumentales. 
Y el don de la combinación de timbres no todos lo poseen ni es 
patrimonio de los más cultos o, en otro sentido, mejor dotados musicalmente; 
artistas mediocres son a veces hábiles instrumentadores, mientras que otros, 
músicos eminentes, carecen de ese sentimiento y de ese dominio del colorido 
instrumental que tan preciso es. Así ha venido observándose en la orquesta, a 
la que la banda trata de emular. 
Equilibro y contraste: he aquí los dos principios fundamentales de la 
instrumentación. Disponedla por planos sonoros, como un pintor dispone su 
cuadro, estableciendo bien la perspectiva, en primer término, las ideas 
principales, generalmente la melodía, y en planos sucesivos las ideas 
secundarias o de acompañamiento; que siempre predomine aquello cuyo 
interés deba ser predominante, pues siempre alguna cosa domina a las 
restantes. 
El predominio de una idea musical puede obtenerse en virtud de 
diversos procedimientos: por estar ésta presentada por un instrumento o 
grupo de instrumentos de un timbre opuesto al de los que la rodean, por su 
matiz más fuerte o por su separación como melodía de las partes 
acompañantes. 
 
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La figuración rítmica de estas partes acompañantes influye también en 
que la melodía adquiera más o menos relieve; así, los acordes breves con 
silencios intercalados dejan mayor libertad a la idea principal que no cuando 
éstos son presentados en armonías compactas y tenidas. 
Todos los instrumentos, especialmente los de metal, tienden a 
sobresalir si la ejecución la hacen en la parte aguda de su extensión. 
En el ejemplo anterior, el pasaje escrito suena al unísono en ambos 
instrumentos, pero en el trombón resultará mucho más brillante. Unidos los 
dos, la sonoridad será reforzada, pero dominando siempre el trombón. 
Es lógico que cuando un instrumento comienza a cantar una frase o un 
diseño interesante lo continué hasta su terminación; así como en una 
conversación cada uno toma la palabra a su vez y expone sus ideas de una 
manera completa. Con frecuencia, al instrumento cantante se le acopla otro 
diferente como modificación del timbre o refuerzo momentáneo. 
Una nueva idea musical deber ser señalada con una nueva 
combinación instrumental, y asimismo cuando se produce una modulación 
inesperada, un acorde imprevisto, etc. 
Bien entendido que estas observaciones no tienen nada de absoluto; 
en instrumentación no es posible establecer reglas fijas. 
Las disposiciones armónicas deben ser las que lógicamente se derivan 
del escalonamiento de los armónicos generadores de los acordes. En la parte 
grave los intervalos de 8va, y 5ta, en el centro y en lo agudo, los pequeños 
intervalos. La 5ta, en la parte aguda da una impresión de vacío; las 6tas, y 
3ras, son más agradables. 
La separación de 8va, en la parte superior es muy frecuente, como 
duplicación de la melodía; pero deben evitarse los vacios interiores, que son 
de muy mal efecto. 
 
 
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Disponed los diferentes grupos instrumentales de modo que puedan 
oírse separadamente formando cada uno de ellos un pequeño conjunto 
independiente. Algunos de estos grupos son particularmente propicios para 
ello; por ejemplo, los saxofones. 
Emplead los instrumentos con preferencia en el buen médium de su 
extensión. Las notas muy agudas se emiten con dificultad, y su insistencia 
fatiga al ejecutante y al oyente, las notas graves carecen de brillantez. 
Evitad esas instrumentaciones grises y amazacotadas que producen en 
el auditor una impresión deprimente; no hacer intervenir de continuo a todos 
los instrumentos; buscad los efectos sonoros en forma apropiada a lo que la 
música deba expresar; y, volviendo al símil de la pintura, con la que la 
instrumentación guarda tanta analogía, diremos que, como en un cuadro, 
debe haber también en un conjunto instrumental una policromía con 
contrastes de luces y de sombra. 
Escribid de manera que cada ejecutante pueda desempeñar su parte 
con facilidad; evitar dificultades inútiles; que todo sea lógico, natural y 
comprensible, apropiado al instrumento ya sus medios mecánicos, y sonará 
bien. 
Combinaciones instrumentales 
Sin pretender establecer reglas fijas, que, como ya se ha dicho, no es 
posible, haremos a continuación algunas observaciones respecto a las 
combinaciones instrumentales desde el punto de vista melódico, armónico y 
rítmico. 
De un modo general, en una banda existen instrumentos 
esencialmente cantantes, destinados casi de continuo a la expresión de la 
 
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melodía, bien sea a solo o duplicado por uno o varios instrumentos, al 
unísono, a una o más octavas, o en combinaciones de terceras sextas, etc. 
Otros instrumentos son destinados a desempeñar un papel más 
modesto; tienen a su cargo la parte armónica acompañante, bien en notas 
sostenidas o en combinaciones rítmicas variadas. 
Frecuentemente, asimismo, entre instrumentos de una misma familita, 
se destinan las primeras partes a desempeñar la melodía predominante, 
mientras las segundas son relegadas a un término secundario puramente 
armónico y acompañante. 
Pero todos los instrumentos pueden ser cantantes, todos pueden 
desempeñar una parte melódica, larga o breve, a solo o en combinaciones 
con otros instrumentos, y del mismo modo, todos los instrumentos son aptos 
parar desempeñar una parte armónica; es decir, que los sonidos de todos ellos 
pueden ser empleados formando parte de combinaciones armónicas o 
acordes. 
Hay otros instrumentos que nos son aptos para desempeñar la melodía 
más elemental ni la armonía más simple, sino que su cometido es pura y 
esencialmente rítmico. Estos son los de percusión; por lo menos, los de 
sonidos indeterminados, que son los más usuales. 
 
Combinaciones melódicas 
La melodía, cualquiera que sea su extensión e importancia, debe 
resaltar siempre; y ya se ha dicho que esto se puede conseguir: por el 
alejamiento del canto (que generalmente ocupa la parte superior) de las 
partes acompañantes; por ser ésta desempeñada por un instrumento o grupo 
de instrumentos en matiz más fuerte o más reforzado, o de un timbre más 
acusado y penetrante, o en el registro más sonoro de su extensión; en una 
palabra: la melodía debe siempre ser objeto de un reforzamiento, o viceversa, 
las partes acompañantes lo deberán ser de una debilitación. 
Siempre sin pretender establecer reglas absolutas, he aquí la forma 
más apropiada de tratar melódicamente los diversos instrumentos de una 
banda. 
 
 
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FLAUTAS 
Por su natural dulzura, la flauta es un instrumento muy a propósito 
parar el desempeño de la melodía expresiva a solo, en la parte media de su 
extensión sobre todo. Recordemos que las notas muy agudas se atacan 
difícilmente en matiz piano, y en cuanto a las del registro grave, resultan en 
banda muy débiles y se utilizan poco. 
Instrumento muy ágil, es muy apto para ejecutar también un solo de 
virtuosidad; pero en todo caso hay que tener en cuenta debilidad de su timbre 
en relación con la masa maciza de la banda, por lo que, empleado a solo, 
deberá quedar muy al descubierto, realzado por un acompañamiento poco 
nutrido y preferentemente en valores breves y sueltos, menos pesados que los 
valores largos. 
Una banda bien organizada debe contar, por lo menos, con dos flautas 
(algunas sólo tienen una y a veces ninguna), y estas dos flautas cantan 
frecuentemente al unísono o también en terceras o sextas; pudiendo ser 
reforzada su sonoridad débil con dos requintos en matiz más piano, a los que 
conviene poner la indicación en defecto, previniendo así la falta de las 
flautas. Estas se alían bien cantando al unísono de otros instrumentos, oboe y 
clarinete sobre todo. Pero más que nada es de utilidad que la flauta haga la 
duplicación a la 8va, superior, dando lugar a diversas combinaciones, como: 
flauta y oboe, flauta y clarinete (excelente), flauta y Fliscorno; y también en 
doble 8va, flauta, clarinete y fagot o saxofón,etc. Estas combinaciones 
tienen, además, la ventaja de reforzar la melodía. 
En los conjuntos se une la flauta a los demás instrumentos cantantes, 
contribuyendo a intensificar a abrillantar la parte aguda. 
 
FLAUTIN: 
No se emplea mucho a solo en banda, y, de acuerdo con su carácter, 
nunca para la interpretación de una melodía sentimental o expresiva. Lo 
pintoresco, lo gracioso, le conviene. Ciertos aires de estilo popular son muy 
apropiados al flautín, recordando algunos instrumentos populares, como el 
chitu vasco o el fluviol catalán; es frecuente que se le asocie entonces la caja 
(tamboril). A veces son dos los flautines empleados, cantando generalmente 
en terceras, como en el preludio del tercer acto de El caserío, de Guridi. 
 
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Es notable la simpatía del flautín con los instrumentos de percusión; 
adquiere un tinte exótico unido al triángulo y a la pandereta; da una 
impresión marcial, rememorando a los pífanos, unido a los tambores. 
Se emplea mucho para pequeños diseños pintorescos puramente 
decorativos, grupetos, mordentes, trinos; frecuentemente con una intención 
descriptiva: el silbido del huracán, el fulgor del relámpago; o, en otro orden 
de ideas más plácido, el canto de un pájaro. 
Tuvieron mucha boga en otro tiempo polkas y otras piezas de menor 
cuantía con solos y variaciones de flautín en competencia con las no menos 
célebres polkas de cornetín. Hoy esto ha caído en desuso. 
Unido a otros instrumentos canta a la 8va de la flauta o del oboe, o 
combinándose en doble o triple 8va, con los demás de madera; y en los 
conjuntos, sobre todo en los fuertes, ocupa la parte más elevada de la 
melodía. 
No usado más que en la parte media y aguda de su extensión, pues la 
grave, en banda, es completamente insonora; y como todo o que sea 
pintoresco, no emplearlo de continuo. 
 
OBOE 
Se presta mucho para el desempeño a solo de la melodía expresiva de 
carácter tierno, gracioso, evocador de escenas campestres y populares, 
empleado preferentemente en su registro medio. Articula con facilidad, pero 
parece convenirle más el ligado, así como también, aunque es capaz de cierta 
virtuosidad, está más dentro de su carácter en la ejecución del cantábile. 
Como so sonoridad, en relación con la pesada masa de la banda, es 
débil, deben adoptarse precauciones (en la forma que se ha indicado al hablar 
de las flautas) para el acoplamiento de las partes acompañantes. Las bandas 
bien organizadas cuentan por lo menos con dos oboes, que se utilizan 
frecuentemente cantados al unísono, y otras veces en terceras, sextas y otras 
combinaciones; pudiendo, si se cree necesario, reforzarlos con dos clarinetes 
en matiz más débil para que predomine el timbre, tan característico, del oboe. 
Dos trompetas o cornetines pueden también sustituir o reforzar a los oboes, 
sobre todo empleando aquéllos con sordina, pues el timbre obtenido se 
asemeja mucho al de éstos. 
 
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Será útil en estos casos poner la indicación en defecto en previsión de 
la falta de oboes. 
 
CORNO INGLÉS 
Se emplea muy poco, y casi exclusivamente a solo para el desempeño 
de una cantilena de carácter patético, melancólico, tierno y evocador. 
Ni se le exige virtuosidad alguna, ni interesa como instrumento de 
combinación; generalmente, en el momento oportuno, un oboísta toma el 
corno, y pasado el momento de su actuación obligada no se emplea más. 
En defecto de corno suele emplearse el oboe (si su extensión grave lo 
permite) o el saxofón alto. 
Téngase también presente que, aunque su timbre es muy 
característico, su sonoridad, en relación con el resto de la banda, es débil. 
 
FAGOT 
Este instrumento, por la debilidad de su timbre y por moverse dentro 
de una tesitura central que le permite sobresalir poco, apenas se emplea en 
banda para desempeñar un melodía a solo, por lo menos una melodía extensa 
y desarrollada; más bien, acaso, se le confían, acá y allá, pequeños 
fragmentos melódicos escritos en la mitad superior de su registro medio y en 
el agudo. 
Generalmente se le une a otros instrumentos, a los que comunica 
pastosidad y redondez; por ejemplo; a los saxofones, a los clarinetes bajos, a 
los barítonos, a los bombardinos y bajos en algún pasaje grave. Con la 
trompa se alía admirablemente. 
Ya se ha mencionado la excelente combinación del fagot a la doble 
8va. inferior de la flauta y a la 8va. baja del oboe. No menos conveniente es 
la misma forma de acoplamiento con el clarinete, con el saxofón alto, con el 
Fliscorno. 
Una banda convenientemente nutrida deberá tener, a lo menos, dos 
fagotes; pero la mayor parte no tienen ninguno. Por esta razón, si se escriben 
 
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partes de fagotes en la partitura, será prudente escribir la parte obligada de 
éstos a otros instrumentos similares, con la indicación: en defecto. 
 
CONTRAFAGOT 
Inútil parece mencionar al contrafagot como instrumento melódico. 
Un instrumento de sonidos tan profundo no puede tener otra intervención 
melódica que unido a los instrumentos graves de la banda, en aquellos 
momentos en que éstos canten. 
En la orquesta ha tenido, sin embargo, geniales, aunque raras 
aplicaciones de fragmentos melódicos a solo; recordemos El aprendiz de 
brujo, de Dikas, y M amere l´oie, de Ravel. 
 
SARRUSOFONES 
Se ha dicho ya que estos instrumentos no son usados. De emplearse, 
sería sustituyendo, según su tipo. A los oboes, corno inglés, fagotes y 
contrafagot. 
Solamente el tipo más grave (Sarruxofón contrabajo en mi b) aparece 
empleado, aunque raramente, en algunas grandes bandas, en el lugar del 
contrafagot. 
 
CLARINETES 
Son los instrumentos básicos de una banda, que debe contar siempre 
con un número proporcionalmente numeroso de ellos. 
Aparte de los requintos, los clarinetes se dividen en primeros y 
segundos, y aun se subdividen, los primeros, en principales y primeros, y los 
segundos, en segundos y terceros. 
Se puede emplear, y se emplea, el requinto a solo, para suplir o 
reforzar las flautas, o con algún otro objeto especial; pero su verdadera 
misión consiste en continuar la extensión del clarinete ordinario en la parte 
aguda para alcanzar regiones que sin él serían inaccesibles. 
 
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El clarinete es el instrumento solista por excelencia, y en este aspecto 
es empleado de continuo; se presta admirablemente para la ejecución de 
melodía de todo género, cortas o largas, simples o recargadas, trazos de 
virtuosidad, cadenzas o fermatas, etc. Etc. 
Asociado con otros instrumentos a solo, aparte de las combinaciones 
que ya han sido indicadas (con la flauta, con el oboe, con el fagot), se alía 
perfectamente cantando a la 8va. superior del saxofón alto o tenor, de la 
trompa, del Fliscorno; sus aplicaciones como solista son innumerables. 
Pero el empleo más frecuente del clarinete es en conjunto, lo mismo 
que los violines de la orquesta, bien sea que canten sólo los primeros, o todos 
reunidos, lo que comunica a la melodía una plenitud extraordinaria, pudiendo 
hacerse uso de todos los matices y de todas las articulaciones, si bien no 
conviene el empleo del staccato en movimiento rápido y continuado, si no es 
intercalado algún ligado, pues de otro modo es difícil ejecutarlo con 
regularidad. 
Diversas combinaciones son posibles con los clarinetes entre sí 
empleados melódicamente: requintos a la 8va. superior de los clarinetes 
principal y primeros; requintos y clarinetes principales a la 8va. de los 
primeros; requintos, clarinetes principales y primeros a la 8va. de segundos y 
terceros; en combinaciones de terceras o sextas y otros intervalos; en 
combinaciones contrapuntísticas diferentes, y, en fin, unidos a los saxofones; 
a los fliscornos, a las trompas, etc. 
Conviene prever la probable menor suficiencia de los clarinetes 
segundos y tener la precaución de escribirlos menos recargados y menos 
agudos que los primeros. 
 
CLARINETE ALTO 
Poco interés presenta el hablar de este instrumento, toda vez que es 
muy excepcionalmenteusado; de existir en alguna banda, su empleo 
melódico no será otro, poco más o menos, que unirse cantando a los 
clarinetes segundos o saxofones altos. 
 
 
 
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CLARINETE BAJO 
Algo más usado es el clarinete bajo, al que podrá confiársele algún 
solo (generalmente de corta duración) en que pueda hacer lucir se bello 
timbre, sobre todo en su registro grave, que es el más interesante. Téngase en 
cuenta que su sonoridad es débil; será preciso, por lo tanto, tratarlo con 
extremada precaución, a fin de dejar su canto al descubierto. 
Aparte de alguna intervención a solo, canta unido a los fagotes a los 
saxofones tenores o barítonos. 
 
SAXOFONES 
El saxofón soprano se emplea poco; la mayor parte de las bandas se 
pasan sin él. Esto se debe a que su extensión está dentro del mejor registro 
del clarinete, lo que hace su uso poco necesario, y a que su timbre no es de 
los más agradables. Nada impide, sin embargo, que sea empleado, y que sea 
empleado a solo, aunque su empleo melódico más frecuente será para 
reforzar el canto de los clarinetes, sobre todo en matiz fuerte, aprovechando 
la cualidad, común a todos los saxofones, de que su sonoridad es mucho más 
pujante que la del clarinete. 
 
SAXOFON ALTO 
El más importan de la familia, se emplea a solo con gran frecuencia; 
su bella voz se presta mucho para el desempeño de una melodía expresiva. 
Es, al mismo tiempo, susceptible de gran agilidad, por lo que no le arredra un 
solo de virtuosidad. Se fusiona admirablemente al unísono o a la 8va. con 
otros instrumentos: flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa, Fliscorno, 
bombardino; no hay apenas combinación, con este utilísimo instrumento, que 
sea rechazable. Al conjunto le presta homogeneidad y dulzura, a la vez que 
robustez. 
Al saxofón tenor se le puede aplicar todo lo antedicho. Una 4ta. más 
bajos sus sonidos, un poco más modesta su actuación, pero la misma 
facilidad melódica, la misma cualidad de adaptación y una perfecta 
asimilación del saxofón tenor con el alto (y con los demás saxofones) para 
cantar al unísono, a la 8va. o a otros distintos intervalos. Un canto de 
 
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saxofones unidos a los fagotes y clarinetes bajos es de una redondez y 
plenitud notables, que alcanza mayor pujanza agregándoles trompas, 
barítonos y bombardinos. 
Más modesta la actuación del Saxofón Barítono (cuyas notas agudas 
se emplean poco), es rara vez empleado como solista; tal vez algún corto 
pasaje, alguna pequeña frase cantante, de tarde en tarde, pero, en general, su 
actuación se limitará a unirse a los instrumentos graves, clarinetes bajos, 
fagotes y bombardinos, comunicándoles esa plenitud característica de los 
saxofones. 
Mucho menos empleado el Saxofón Bajo, no tendrá otra actuación 
melódica (salvo algún caso excepcional) que unido a los instrumentos más 
graves de la banda. 
TROMPA 
Nada más emotivo, nada más poético que un solo de trompa; no es 
preciso que éste sea muy extenso: unas pocas notas, un simple diseño 
melódico, encantan al auditor recordad el principio de la obertura de Oberón. 
En razón de su origen (la antigua trompa de caza), las melodías a base 
de los armónicos naturales le son muy apropiadas, evocando la idea de algo 
agreste y montaraz. Estas son muchas veces escritas a dos voces, en las que 
le movimiento alterno de los intervalos de 3ra, 5ta, y 6ta, es muy 
característico y peculiar de las trompas (también de las trompetas). 
Dos trompas en fa: 
Interesantísimo resulta tratar las trompas en cuarteto. ¿Quién no 
conoce el primer movimiento de la obertura de Freyschutz? 
Emplearlas cantando al unísono en matiz forte es de un efecto 
grandioso, que adquiere aún mayores proporciones si la ejecución se efectúa 
pabellón al aire, esto es: volviendo hacia arriba el pabellón o campana del 
instrumento. El efecto contrario, es decir, una especie de alejamiento o eco, 
se obtiene empleado los sonidos tapados o haciendo uso de la sordina. 
 
Pág. 83 
 
 
Es posible el empleo de la trompa cantando unida a algún instrumento 
de madera: flauta, oboe o clarinete, al unísono o a la 8va, inferior 
(combinaciones todas poco usadas, por la escasa analogía de timbres), y con 
mejor resultado al fagot y al saxofón, como ya se ha indicado. Y se puede, 
del mismo modo, unirlas a otros instrumentos de metal: al Fliscorno, a la 
8va, inferior generalmente; a la trompeta cuyo timbre dulcifica, al unísono o 
a la 8va, al onnove, al barítono, al bombardino; combinaciones todas 
excelentes y de utilidad muchas veces, en atención a la debilidad de las 
trompas, en relación con el resto de la banda, que harán necesario o 
conveniente su reforzamiento. 
Solamente las grandes bandas cuentan con cuatro trompas; muchas no 
tienen más que dos, y en otras son sustituidas por onnóvenes, cuya sonoridad 
está muy lejos de poseer la amplitud y nobleza de timbre de la trompa. 
 
CORNETÍN 
Hemos mencionado anteriormente el descrédito en que ha caído este 
instrumento, antes tan en boga, sustituido ventajosamente por la trompeta en 
si b (o en do), que une a la facilidad de emisión del cornetín un timbre más 
noble y característico. Como hoy lo que se escriba para el cornetín ha de ser 
ejecutado con trompeta, remitimos al lector al párrafo correspondiente a ésta, 
que le es aplicable en absoluto. 
 
TROMPETA EN MI b o en FA 
También este instrumento (bellísimo, ciertamente) ha caído en desuso, 
y también ha sido suplantado por la trompeta en si b o en do, mucho más 
fácil de tocar y que posee, sin gran diferencia, el timbre fiero y heroico 
propio de la antigua trompeta en mi b o en fa. 
Así, pues, la trompeta en si b sustituye actualmente al cornetín en todo 
lo que sea ágil, melódico y cantábile, y a la trompeta en mi b en todo aquello 
de carácter guerrero, enérgico y pomposo. 
 
 
 
Pág. 84 
 
 
TROMPETA EN SI b o en DO 
Se puede emplear, y se emplea frecuentemente, cantando a solo; pero 
la melodía expresiva le conviene poco. 
En otra época, no muy lejana, estuvieron muy en boga los solos de 
cornetín (hoy trompeta), con fermatas y variaciones, en los que se hacía 
mucho uso del doble y triple golpe de lengua, que tenían gran aceptación 
entre el vulgo. Actualmente, estas composiciones de mal gusto han pasado de 
moda. 
Lo que a la trompeta conviene principalmente es lo dramático y 
caballeresco, brillante y majestuoso. 
En ciertos pasajes de carácter guerrero se asocian a las trompetas, los 
trombones; pero no deben añadirse, a título de refuerzo, los saxhorns, pues se 
desnaturalizará el timbre. 
 
Si a las trompetas se añaden fliscornos y a los trombones, barítonos y bombardinos, el 
sonido se reforzará, pero perderá su brillantez. 
Fuera de casos como éste, las trompetas se unen bien con los 
fliscornos, así como con los instrumentos de madera, para ejecutar, en 
conjunto, melodías de gran sonoridad. 
Las trompetas cantan algunas veces en fortissimo duplicadas a la 8va, 
inferior por lo trombones. Es un procedimiento del que se ha abusado en las 
marchas militares, y que, por los mismo, tiene tacha de vulgaridad. 
Una banda numerosa posee siempre de cuatro a seis trompetas, 
divididas en primeras y segundas, que son a veces subdivididas en cuarteto. 
 
Pág. 85 
 
 
Se hace uso con frecuencia de la trompeta con sordina. Es un efecto 
pintoresco que, empleado con acierto, produce muy buen resultaron pero que 
el abuso convierte en grotesco. 
TROMBONES 
El Trombón tenor no es instrumento que se emplee con frecuencia 
como cantante a solo. Ciertamente, se han escrito para él (para eld e pistones 
especialmente) solos y variaciones de dudoso gusto, y se le ha confiado, con 
razón, la parte de tenor en algunos arreglos de trozos de óperas o zarzuelas; 
pero, aparte de esto, solamente algún fragmento melódico aparece destinado 
a él de tarde en tarde. El trombón es un instrumento de empleo polifónico, y 
es, tratado en esta forma, como está verdaderamente en su lugar. 
De gran efecto resulta hacer cantara los trombones al unísono, en un 
forte o fortissimo, una melodía de carácter solemne y grandioso; recordemos 
el tema del coro de peregrinos en la obertura de Tannbauser. Otro tanto 
puede decirse de los pasajes fuertes, en que los trombones se unen a los 
demás instrumentos graves de la banda. 
Y en esta forma es como únicamente podrá ser empleado el Trombón 
Bajo como cantante, del cual es inútil hablar más en este aspecto. 
En conjunto, una banda no deberá tener menos de tres o cuatro 
trombones. 
 
SAXHORNS 
El trombino (saxhorn soprano o pequeño bugle) no tiene más 
finalidad, en la banda, que prolongar en la parte aguda la extensión del 
Fliscorno. Será, pues, unido a éste como cantará generalmente. 
Juntamente con los instrumentos de madera, cantando en la parte 
aguda de su extensión, comunica a éstos una fuerza y redondez notables, 
confiarle un solo es raro. 
El Fliscorno es uno de los instrumentos más importantes de una 
banda, un excelente cantor; su timbre noble, dulce y robusto a la vez le hace 
propicio cual ninguno para el canto expresivo. 
 
Pág. 86 
 
 
Ciertamente, está dotado de gran agilidad, pero no es el virtuosismo lo 
que le conviene más, son el canto ligado, amplio y caluroso. En esta forma es 
como se le emplea a solo de continuo. 
Ya hemos visto que los instrumentos de madera se combinan siempre 
bien con los fliscornos. Del mismo modo se unen éstos a las trompas y 
trompetas (recordemos que no deben duplicar a éstas en llamadas o toques 
guerreros), así como a otros instrumentos de la misma familia de los 
saxhorns. Con éstos, la identificación es perfecta y pueden hacerse 
combinaciones diversas; por ejemplo: Fliscorno a la 8va, aguda del barítono 
o del bombardino. 
En conjunto, con clarinetes y saxofones comunican los fliscornos 
intensidad y empaste, y lo mismo ocurre en un tutti general. 
Se escriben ordinariamente dos partes de fliscornos: primero o 
segundo; este último en un plano de menor importancia y dificultad que 
aquél. 
 
ONNOVEN 
Ningún interés como cantante ofrece este modesto instrumento; si 
alguna vez canta, es unido a los saxofones, a los fliscornos, a los barítonos; el 
solo es rarísimo. 
Recordemos que en ciertas bandas, deficientemente organizadas, los 
onnovones sustituyen a las trompas. 
Barítono y Bombardino están, como cantantes, en un mismo plano; su 
tesitura es la misma, y su mecanismo, idéntico; solamente que le barítono, 
por la menor anchura de su tubo, es de un timbre menos amplio, un poco más 
atenorado. Pero ambos son igualmente aptos para desempeñar la melodía a 
solo. Tal vez haya preferencia en confiársela al bombardino, en vista de ese 
mayor volumen de sonido que hemos mencionado; pero a uno y otro, al igual 
del Fliscorno, el canto largo y expresivo les conviene en absoluto. La 
virtuosidad, en cambio, repugna al carácter de estos instrumentos. 
Unidos a los saxofones, clarinetes bajos y fagotes cantan muchas 
veces, siendo su efecto de una redondez y amplitud extraordinarias. 
 
Pág. 87 
 
 
Del mismo modo se unen a los bajos en los pasajes melódicos graves. 
En este caso, el bombardino es más apropiado, a causa de su mayor extensión 
inferior (siendo de cuatro pistones) y la mayor pujanza de su sonido. 
En las bandas numerosas hay, por lo menos, dos barítonos y dos 
bombardinos (primeros y segundos); pero otras, menos nutridas, sólo cuentan 
con bombardinos. 
BAJOS 
Por la extrema profundidad de sus sonidos, no son aptos los bajos para 
el desempeño de la melodía. Si alguna frase o trazo melódico se les confía, es 
siempre duplicado a la 8va, por los bombardinos, fagotes, clarinetes bajos, 
saxofón barítono y, en un fuerte, también por los trombones. Nunca a solo. 
Los bajo son el fundamento de la armonía, y en este aspecto los veremos 
empleados. 
Combinaciones armónicas 
Hemos dicho anteriormente que la disposición armónica, es decir, la 
distribución de las notas de los acordes, deber ser: separada en la parte grave 
(8va y 5ta) y unida en la media y aguda. 
Digamos ahora que, además, una combinación armónica será tanto 
más homogénea cuanto esté formada por instrumentos del mismo timbre, o al 
menos de timbre análogo. Por el contrario, un acorde en que cada sonido sea 
emitido por un instrumento de diverso timbre, y hasta de intensidad diferente, 
será necesariamente malo: 
 
 
 
Pág. 88 
 
 
Por esta misma razón es generalmente conveniente confiar la armonía 
a un grupo de instrumentos de la misma familia, mientras que el instrumento 
cantante es de timbre opuesto. 
Y del mismo modo se puede amalgamar, sobre un fondo armónico 
tenido de timbre determinado, un movimiento en notas de paso, u otras 
extrañas a la armonía, ejecutado por otro grupo de instrumentos de timbre 
diferente, sin que los choques que se ocasionan produzcan mal efecto. 
 
En el ejemplo anterior, el contraste de timbre puede ser ayudado por la diferencia de 
matiz: forte o mezzo forte en clarinetes y saxofones piano o pianissimo en trompetas y trombón. 
También podría reforzarse a voluntad el pasaje cromático añadiéndole uno o dos fliscornos, 
instrumento de timbre análogo al de los saxofones. 
******************* 
En razón de la gran extensión de agudo a grave de la trama 
instrumental, se hace preciso duplicar las notas de los acordes a la 8va unas 
de otras; y de la misma manera, por necesidad del reforzamiento, son 
precisas otras duplicaciones al unísono. Unas y otras deben estar bien 
equilibradas; es decir, que el número de duplicaciones debe ser 
proporcionalmente igual para todas ellas, a fin de que exista la debida 
cohesión, teniendo en cuenta, además, las diferencias de timbre y el registro 
más o menos sonoro en que los instrumentos estén tratado. Un reforzamiento 
será, sin embargo, conveniente para aquellos sonidos o movimientos más 
importantes. 
La pureza armónica, esto es, la corrección de los enlaces de los 
acordes (resolución de disonancias, etc.), es de la mayor importancia; muchas 
veces el mal efecto de una instrumentación tiene por causa la mala 
realización armónica. 
************** 
 
Pág. 89 
 
 
Una armonía con sólo dos flautas no será más que un simple 
acoplamiento a dos voces; parar completar un verdadero acorde serían 
precisas tres, o bien dos flautas y un flautín: pero, en tal caso, no conviene 
que sea éste empleado en su registro agudo. 
Flautas y oboes se unen bien armónicamente a pesar de la diferencia 
de timbre. Convendrá disponer los acordes según el orden natural de las 
tesituras; las flautas sobre los oboes, o bien intercalando los sonidos: 
 
 
 
Los clarinetes, que, como sabemos, poseen un timbre oscuro en su 
primer registro y claro en el resto de su extensión, pueden ser empleados en 
ambos sentidos: en el registro claro, produciendo una armonía brillante y 
luminosa, que podrá muy bien hermanarse con la de las flautas y oboes, 
duplicando sus sonidos, y en el registro oscuro, una armonía opaca, muy 
apropiada para servir de fondo neutro al canto de un instrumento de sonido 
más claro. Conviene, por lo menos si la armonía de los clarinetes está en 
evidencia, no mezclar ambos registros. Las armonías en arpegios son muy 
propias del registro grave de los clarinetes; es un procedimiento favorito del 
clarinete bajo. 
Los saxofones forman un núcleo armónico magnífico, que abarca una 
extensión considerable, llena y robusta en todas sus partes, prestándose a 
fórmulas acompañantes de todo género: notas tenidas o repetidas, batidos, 
arpegios, etc. A ellos se acoplan muchas veces los clarinetes en su registro 
oscuro, resultando así éstos reforzados, ya que los clarinetes solos podrían ser 
acaso insuficientes, sobre todo si no toman parte en la armonía más que una 
parte de ellos (segundos y terceros, generalmente). 
El entremezclar clarinetes y saxofones es un procedimiento excelente: 
saxofones altos duplicando a los clarinetes segundos; saxofones tenores con 
los clarinetes tercero. 
Excelente también añadir los clarinetes bajos

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