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Líquido seminal- Lo que voy a decir

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Fig. 1: Los testículos están formados por un gran número de túbulos delgados y enrollados en forma de espiral, llamados túbulos seminíferos. Los espermatozoides se producen y maduran en el interior de estos túbulos. Asimismo, en ellos hay numerosas células distintas, de las cuales las células de Sertoli son las más importantes. La función de estas células es apoyar y alimentar a los espermatozoides inmaduros mediante el suministro de nutrientes y hemoderivados. Cuando los espermatozoides han madurado, pasan al epidídimo y, posteriormente, al conducto deferente, donde se almacenarán durante un tiempo y se someterán a un nuevo proceso de maduración necesario para que adquieran la capacidad de moverse (“nadar”).
La producción de esperma se llama espermatogénesis y es una anatomía de células espermáticas muy regulada, y un proceso complejo. El tiempo de producción de esperma varía de un individuo a otro, pero el proceso promedio desde el comienzo hasta la eyaculación toma alrededor de 64 días (con un rango de 42-76 días) [1]. El proceso es iniciado por las hormonas sexuales (FSH, LH, y Testosterona) y ocurre en varios pasos donde un espermatozoide inmaduro se desarrolla y divide lentamente, resultando en un espermatozoide completamente maduro que puede nadar y fertilizar un óvulo. El proceso es controlado por las hormonas sexuales que provienen del hipotálamo, una glándula ubicada en el cerebro. La figura 2 muestra un proceso llamado espermiogénesis que es la etapa final del espermatogénesis, donde tiene lugar la maduración de las espermátides en espermatozoides móviles maduros.
Fig 2: En la figura se muestra la espermiogénesis, el proceso por el que un espermatozoide pasa por distintas fases (1-7) para madurar en los túbulos seminíferos de los testículos. En la fase 1, la célula es inmadura y se denomina espermátida para diferenciarla del espermatozoide, que se muestra en la fase 7.
La producción de espermatozoides depende en gran medida de que se den las condiciones óptimas para que el proceso tenga lugar de forma correcta y es imprescindible para la reproducción sexual. En la estimulación sexual de un hombre, los espermatozoides maduros se mezclan con el fluido seminal, un líquido blanquecino que producen las vesículas seminales, las glándulas bulbouretrales y la próstata. El conjunto de los espermatozoides y el fluido seminal se conoce como semen.
Composición:
Menos de un 10% del volumen del semen de una eyaculación corresponde a los espermatozoides, y más del 90% al plasma seminal. La densidad de espermatozoides en el semen varía de 50 a 150 millones por mililitro,6​ por lo que cada eyaculación contiene entre 200 y 400 millones de ellos.
Las vesículas seminales aportan entre el 40% y el 60% del volumen del semen y sus secreciones contienen principalmente:
Fructosa, semenogelina, Prostaglandinas (E2, A, B)12​, aminoácidos, fósforo, potasio, ácido fólico, hormonas.
La próstata aporta de 15% a 30% del plasma seminal, con un líquido rico en:
ácido cítrico, colesterol, fosfolípidos, carnitina, fosfatasa alcalina, calcio, zinc, magnesio, sodio, potasio, cloro, enzimas para la separación de las proteínas: fibrolisina (una enzima que reduce la sangre y las fibras del tejido) y fibrinogenasa, principalmente.
El último elemento que se agrega al semen es un fluido que secretan las glándulas bulbouretrales (de Cowper) y periuretrales (de Littre):
Las glándulas de Cowper están ubicadas bajo la próstata y aportan la secreción mucosa al semen,14​ que representan del 3% al 6% del semen. Segregan una proteína espesa, clara y lubricante conocida como moco.
Las glándulas de Littre contribuyen con mucosa y la hormona oxitocina.
Función:
El líquido seminal proporciona a los espermatozoides un medio óptimo de transporte para alcanzar el óvulo y poder ser fecundado. Durante su formación, este líquido es viscoso y blanquecino y solo cuando se produce la eyaculación, la fibrolisina y la fibrogenasa actúan para hacerlo más líquido y que los espermatozoides puedan liberarse mejor y "nadar" hasta el óvulo.
El semen aporta las sustancias necesarias para su supervivencia y su energía. Los espermatozoides, gracias a las características y composición del líquido seminal son capaces de moverse a lo largo del tracto reproductor femenino e incluso de sobrevivir durante algunos días fuera del cuerpo.
Ayuda a la reproducción: otra de las funciones del líquido seminal es que contribuye a la reproducción de los seres vivos ya que ofrece el entorno básico para que los espermatozoides puedan llegar al óvulo y fertilizarlo.

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