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Maressa Borges La hipercoagulabilidad debida al aumento de la función plaquetaria produce adhesión de plaquetas, formación de coágulos de plaquetas e interrupción del flujo sanguíneo. Las causas de la función plaquetaria incrementada son perturbaciones del flujo, lesión endotelial y mayor sensibilidad de las plaquetas a factores que producen adhesividad y agregación. Trombocitosis El término trombocitosis se utiliza para describir elevaciones en el recuento plaquetario por arriba de 1 000 000/μl. La trombocitosis puede presentarse como un proceso reactivo (trombocitosis secundaria) o como un proceso esencial (trombocitosis primaria). La causa más común de trombocitosis secundaria es un estado de enfermedad que estimula la producción de trombopoyetina. El resultado es incremento de la proliferación de megacariocitos y la producción de plaquetas. Las causas subyacentes más frecuentes de trombocitosis secundaria incluyen daño tisular secundario a intervención quirúrgica, infección, cáncer y padecimientos inflamatorios crónicos como artritisreumatoide y enfermedad de Crohn. La trombocitosis puede acompañar a otros trastornos mieloproliferativos, como policitemia vera y leucemia mixta. La trombocitosis primaria o esencial es un trastorno mieloproliferativo (médula ósea) de las células madre hematopoyéticas. Aunque los niveles de trombopoyetina a menudo son normales en la trombocitosis esencial, las anomalías en el receptor de trombopoyetina y el enlace de plaquetas causan niveles más altos de lo esperado de trombopoyetina libre. Manifestaciones clínicas y tratamiento. Las manifestaciones clínicas habituales de la trombocitosis esencial son trombosis y hemorragia. Los fenómenos trombóticos incluyen trombosis venosa profunda, embolismo pulmonar y trombosis de las venas porta y hepática. Algunas personas experimentan eritromelalgia, palpitación y ardor de los dedos causados por oclusión de las arteriolas por agregados plaquetarios. Por lo común, el trastorno se caracteriza por períodos asintomáticos largos interrumpidos por episodios trombóticos ocasionales y crisis hemorrágicas, que se presentan en personas con recuentos plaquetarios muy altos. Maressa Borges La formación de trombos debida a la activación del sistema de coagulación puede ser resultado de trastornos primarios (genéticos) o secundarios (adquiridos) que afectan lo componentes de coagulación del proceso de coagulación de la sangre (es decir, incremento de los factores procoagulantes o disminución de los factores anticoagulantes). Trastornos heredados De las causas heredadas de hipercoagulabilidad, las mutaciones en el gen del factor V y el gen de protrombina son las más frecuentes. Trastornos adquiridos Entre los factores adquiridos o secundarios que conducen a coagulación y trombosis incrementadas se encuentran estasis venosa por reposo prolongado en cama e inmovilidad, infarto al miocardio, cáncer, estados hiperestrogénicos y anticonceptivos orales. El tabaquismo y la obesidad promueven la hipercoagulabilidad por razones que se desconocen. La estasis del flujo sanguíneo causa acumulación de factores de coagulación activados y plaquetas, y evita sus interacciones con inhibidores. Síndrome antifosfolípido Otra causa de trombosis venosa y arterial incrementada es el síndrome antifosfolípido. Esta afección se relaciona con autoanticuerpos (sobre todo inmunoglobulina G [IgG]) dirigidos contra fosfolípidos de enlace a proteínas, cuyo resultado es aumento de la actividad de coagulación. Las características comunes del síndrome antifosfolípido son trombos venosos y arteriales, pérdida fetal recurrente y trombocitopenia. El trastorno puede ser un padecimiento primario que se presenta aislado con signos de hipercoagulabilidad o una afección secundaria algunas veces relacionada son lupus eritematoso sistémico. Etiología y patogénesis. Aunque los mecanismos para este síndrome se desconocen, se identifican varias vías posibles: Es posible que los anticuerpos interfieran en la cascada de coagulación y conduzcan a un estado de hipercoagulabilidad. Maressa Borges Los anticuerpos podrían unirse directamente a la superficie celular endotelial y causar secreción de citocinas que producen activación y agregación plaquetarias. Los anticuerpos pueden dirigirse a una proteína sérica de enlace a fosfolípidos que funciona como un anticoagulante. Manifestaciones clínicas Las personas con la enfermedad presentan diversas manifestaciones clínicas, por lo general, las que se caracterizan por trombos venosos y arteriales recurrentes. También podrían ocurrir vegetaciones valvulares cardíacas relacionadas con la adhesión de trombos y trombocitopenia debida al consumo excesivo de plaquetas. Tratamiento El tratamiento del síndrome se enfoca en suprimir o reducir los factores que predisponen a trombosis, incluidas la recomendación de abandonar el tabaquismo y asesoría contra el consumo de anticonceptivos orales que contienen estrógeno. El accidente trombótico agudo se trata con anticoagulantes (heparina y warfarina) y supresión inmunitaria en casos refractarios. Puede consumirse ácido acetilsalicílico y fármacos anticoagulantes para prevenir trombosis futuras. Maressa Borges La hemorragia debida a trastornos plaquetarios refleja un disminución de la cantidad de plaquetas secundaria a la producción reducida, destrucción incrementada o función deteriorada. La hemorragia espontánea de trastornos plaquetarios con mucha frecuencia se relaciona con vasos pequeños de las membranas mucosas y la piel. Los sitios frecuentes de hemorragia son las membranas mucosas de nariz, boca, tubo digestivo y cavidad uterina. Trombocitopenia Una reducción del número de plaquetas, también conocida como trombocitopenia, es una causa importante de hemorragia generalizada. Trombocitopenia suele referirse a disminución del número de plaquetas circulantes a un nivel menor de 150 000/μl8. Entre mayor sea la disminución del recuento de plaquetas, mayor será el riesgo de hemorragia. La trombocitopenia puede ser consecuencia de descenso de la producción de plaquetas, aumento del secuestro de plaquetas en el bazo o reducción de la supervivencia de plaquetas. La disminución de la producción de plaquetas por pérdida de la función de la médula ósea tiene lugar en la anemia aplásica. Trombocitopenia inducida por fármacos Algunos fármacos, como quinina, quinidina y ciertos antibióticos que contienen sulfas, pueden inducir la trombocitopenia. Estos medicamentos inducen una respuesta antígeno-anticuerpo y la formación de complejos inmunes que ocasionan destrucción de plaquetas por lisis mediada por complemento. Las personas con trombocitopenia relacionada con fármacos experimentan una caída rápida del recuento plaquetario de 2 a 3 días de volver a tomar el medicamento o 7 o más días. Trombocitopenia inducida por heparina La trombocitopenia inducida por heparina (TIH) se relaciona con la heparina farmacológica anticoagulante. El 10% de las personas tratadas con heparina manifiesta trombocitopenia transitoria leve en 2 a 5 días de empezar el fármaco. Sin embargo, alrededor del 1% al 5% de quienes reciben heparina sufre accidentes trombóticos que ponen en riesgo la vida 1 a 2 semanas después de iniciar el tratamiento. Púrpura trombocitopénica inmunitaria La púrpura trombocitopénica inmunitaria (PTI) es una enfermedad autoinmunitaria que causa formación de anticuerpos plaquetarios y destrucción excesiva de plaquetas. La enfermedad puede tener lugar en ausencia de cualquier factor de riesgo conocido (PTI primaria o idiopática) o como un trastorno secundario debido a una alteración subyacentey como una enfermedad aguda (duración de 6 meses o menos) o crónica. Maressa Borges Etiología y patogénesis Se cree que la trombocitopenia que acompaña al PTI es resultado de múltiples mecanismos que incluyen anticuerpos antiplaquetarios contra glucoproteínas (IIb/IIIa y Ib/IX) en la membrana plaquetaria. Las plaquetas, que se hacen más susceptibles a la fagocitosis por el anticuerpo, se destruyen en el bazo. Manifestaciones clínicas Las manifestaciones de PTI incluyen antecedentes de equimosis, sangrado de encías, epistaxis (es decir, hemorragia nasal), melena y hemorragia menstrual anómala en quienes tienen recuento plaquetario moderadamente reducido. Diagnóstico y tratamiento El diagnóstico de la PTI suele basarse en trombocitopenia grave (recuento plaquetario <20 000/μl a 30 000/μl) y exclusión de otras causas. Existen pruebas para los anticuerpos unidos a plaquetas, pero carecen de especificidad (p. ej., reaccionan con anticuerpos plaquetarios de otras fuentes). Púrpura trombocitopénica trombótica. La púrpura trombocitopénica trombótica (PTT) es una combinación de trombocitopenia, anemia hemolítica, insuficiencia renal, fiebre y anomalías neurológicas. Es un trastorno raro que probablemente resulta de la introducción de sustancias de agregación plaquetaria a la circulación. Etiología y patogénesis. Es posible que la insuficiencia enzimática sea heredada o adquirida como una consecuencia de anticuerpos dirigidos contra la enzima. La PTT suele afectar a personas previamente sanas, pero también se relaciona con enfermedades del colágeno autoinmunitarias, fármacos, infecciones como VIH y embarazo. Manifestaciones clínicas y tratamiento Las manifestaciones clínicas comprenden púrpura, petequias, hemorragia vaginal y síntomas neurológicos que van desde cefalea hasta convulsiones y conciencia alterada. El tratamiento de urgencia para la PTT implica plasmaféresis, un procedimiento que conlleva la remoción de plasma de la sangre extraída y reemplazo con plasma recién congelado. Función plaquetaria deteriorada El trastorno de la función plaquetaria (denominado también trombocitopatía) puede deberse a enfermedades de adhesión heredadas (p. ej., enfermedad de von Willebrand) o defectos adquiridos ocasionados por fármacos, enfermedad o intervención quirúrgica que requiere circulación extracorpórea (es decir, derivación cardiopulmonar). La función plaquetaria insuficiente también es común en la uremia, tal vez como resultado de productos de desecho no excretados. La administración de ácido acetilsalicílico y otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) es la causa más frecuente de disfunción plaquetaria. El ácido acetilsalicílico produce acetilación irreversible de la actividad de la ciclooxigenasa plaquetaria y, en consecuencia, Maressa Borges la síntesis de TXA2 necesaria para la agregación plaquetaria. En contraste con los efectos del ácido acetilsalicílico, la inhibición de ciclooxigenasa por otros AINE es reversible y dura sólo el tiempo que la acción del fármaco persiste. FÁRMACOS QUE PUEDEN PREDISPONER A HEMORRAGIA Interferencia con la producción o función plaquetarias Acetazolamida. Antimetabolitos y fármacos anticáncer. Antibióticos, como penicilina y cefalosporinas. Ácido acetilsalicílico y salicilatos. Carbamacepina. Clofibrato. Colchicina. Dipiradamol. Diuréticos tiacídicos. Sales de oro. Heparina. AINE. Derivados de quinina (quinidina e hidroxicloroquina). Sulfonamidas. Interferencia con factores de coagulación Amiodarona. Esteroides anabólicos. Warfarina. Heparina. Disminución de las concentraciones de vitamina K Antibióticos. Clofibrato. TRASTORNOS HEMORRÁGICOS Los trastornos de formación del tapón plaquetario incluyen una disminución en la cantidad de plaquetas debida a su producción inadecuada de éstas (disfunción de médula ósea), exceso de destrucción de plaquetas (trombocitopenia), función plaquetaria anómala (trombocitopatía) o defectos en el FvW. La alteración de la etapa de coagulación de la hemostasia se debe a una insuficiencia de uno o más de los factores de coagulación. Los trastornos de la integridad de los vasos sanguíneos son resultado de vasos estructuralmente débiles o lesión del vaso por inflamación y mecanismos inmunitarios. Maressa Borges Hemorragia relacionada con insuficiencias del factor de coagulación Los defectos de coagulación sanguínea pueden ser consecuencia de insuficiencia o función alterada de uno o más de los factores de coagulación, incluido el FvW. Las insuficiencias surgen como resultado de enfermedad heredada o síntesis defectuosa o incremento del consumo de factores de coagulación. La hemorragia secundaria a las insuficiencias del factor de coagulación suelen tener lugar después de lesión o traumatismo. Trastornos heredados La enfermedad de von Willebrand y la hemofilia (A y B) son 2 de los trastornos hemorrágicos heredados más frecuentes. La enfermedad de von Willebrand se considera la coagulopatía here-dada más común. La hemofilia A (insuficiencia del factor VIII) afecta a 1 de 5 000 nacimientos vivos de varones. La hemofilia B (insuficiencia del factor ix) ocurre en alrededor de 1 de 20 000 personas, lo que explica 15% de personas con hemofilia4. Es genética y clínicamente similar a la hemofilia. Enfermedad de von Willebrand La enfermedad de von Willebrand es un trastorno hemorrágico hereditario frecuente que se caracteriza por una insuficiencia o un defecto en FvW. Se han descrito hasta 20 variantes de la enfermedad de von Willebrand4. Estas variantes pueden agruparse en 2 categorías: tipos 1 y 3, que se relacionan con bajos niveles de FvW y tipo 2, que se distingue por defectos en el FvW. Manifestaciones clínicas Incluyen hemorragia espontánea nasal, bucal y del tubo digestivo, flujo menstrual excesivo y tiempo de hemorragia prolongado en presencia de un recuento plaquetario normal. Casi todos los casos (es decir, los tipos 1 y 2) son leves y no requieren tratamiento, y muchas personas con el trastorno se diagnostican cuando una intervención quirúrgica o extracción dental produce hemorragia prolongada. En casos graves (es decir, tipo 3), la hemorragia gastrointestinal que pone en riesgo la vida y la hemorragia de las articulaciones pueden ser similares a la que se observa en la hemofilia. La hemorragia relacionada con la enfermedad de von Willebrand suele ser leve y no se administra ningún tratamiento sistemático distinto a la evasión del ácido acetilsalicílico. Maressa Borges Hemofilia A La hemofilia A es un trastorno recesivo ligado a X que afecta sobre todo a los varones. Aunque es hereditario, no hay antecedentes familiares del trastorno en casi el 30% de los casos recién diagnosticados, lo que sugiere que surgió como una nueva mutación en el gen del factor VIII. En las formas leve o moderada de la enfermedad, la hemorragia no suele presentarse a menos que haya una lesión local o traumatismo como intervención quirúrgica o procedimiento dental. Es posible que el trastorno leve no se detecte en la infancia. En la hemofilia grave, la hemorragia casi siempre ocurre en la infancia (p. ej., puede advertirse en el momento de la circuncisión), es espontánea, grave y a menudo se presenta varias veces al mes. Manifestaciones clínicas. De manera característica, la hemorragia tiene lugar en tejidos blandos, tubo digestivo y cadera, rodilla, codo y articulaciones del tobillo. La hemorragia espontánea de las articulaciones suele iniciar cuando un niño comienza a caminar. Con frecuencia, la articulación objetivo es propensa a hemorragia repetida. La hemorragia causa inflamación de la membrana sinovial, con dolor agudo e hinchazón. Sin el tratamientoadecuado, la hemorragia crónica y la inflamación producen fibrosis articular y contracturas, cuyo resultado es incapacidad mayor. Tratamiento. La prevención del traumatismo es importante en personas con hemofilia. Debe evitarse el ácido acetilsalicílico y otros AINE que afectan la función plaquetaria. El tratamiento de restitución del factor VIII que se administra en casa reduce el daño musculoesquelético característico. Se inicia cuando la hemorragia se presenta o como profilaxis con episodios hemorrágicos repetidos. Hemorragia relacionada con trastornos vasculares La hemorragia por trastornos vasculares a veces se denomina púrpura no trombocitopénica. Estos trastornos pueden ser el resultado de paredes vasculares estructuralmente débiles o de daño de los vasos por inflamación o respuestas inmunitarias. Muy a menudo se caracterizan por equimosis fácil, aparición espontánea de petequias y púrpura en piel, y membranas mucosas. Entre los trastornos vasculares que causan hemorragia están la telangiectasia hemorrágica, un trastorno autosómico frecuente caracterizado por capilares dilatados de pared delgada y arteriolas; insuficiencia de vitamina C (es decir, escorbuto), que conduce a síntesis insuficiente de colágeno y fallo de las células endoteliales para cementarse juntas de forma adecuada, lo que hace que la pared vascular sea frágil; enfermedad de Cushing, que causa atrofia proteínica y pérdida de soporte del tejido vascular por exceso de cortisol; y púrpura senil (es decir, equimosis en adultos mayores), ocasionada por deterioro de la síntesis de colágeno en el proceso de envejecimiento. Maressa Borges Coagulación intravascular diseminada La CID es una paradoja en la secuencia hemostática y se caracteriza por coagulación generalizada y hemorragia en el compartimiento vascular. No es una enfermedad primaria pero se observa como una complicación de una amplia variedad de afecciones. La CID comienza con activación masiva de la secuencia de coagulación por la generación no regulada de trombina, que conduce a la formación sistémica de fibrina. Los microtrombos resultantes causan oclusión vascular e isquemia tisular. La insuficiencia orgánica múltiple es posible. La formación del coágulo consume todas las proteínas de coagulación y plaquetas, lo que produce hemorragia grave. Manifestaciones clínicas Aunque la coagulación y la formación de microémbolos caracterizan la CID, por lo general, sus manifestaciones agudas se relacionan de manera más directa con los problemas hemorrágicos que la acompañan. La hemorragia puede evidenciarse como petequias, púrpura, rezuma de sitios de punción o hemorragia grave. La hemorragia posparto no controlada puede indicar CID. Es posible que los microémbolos obstruyan vasos sanguíneos y causen hipoxia tisular y daño necrótico a estructuras orgánicas, como riñones, corazón, pulmones y cerebro. Tratamiento El tratamiento de la CID se dirige a controlar la enfermedad primaria, restituir componentes de la coagulación y evitar la activación posterior de mecanismos de coagulación. Las transfusiones de plasma congelado fresco, plaquetas o crioprecipitado que contiene fibrinógeno podrían corregir la insuficiencia del factor de coagulación. Maressa Borges eritrocitos La función de los eritrocitos, facilitada por la molécula de hemoglobina que contiene hierro, es transportar oxígeno de los pulmones a los tejidos. Eritrocito, que tiene un lapso aproximado de vida de 120 días, se descompone en el bazo; los productos de degradación como hierro y aminoácidos se reciclan. producción de eritrocitos Eritropoyesis se refiere a la producción de eritrocitos. Después del nacimiento, los glóbulos rojos se sintetizan en la médula ósea roja. Hasta los 5 años de edad, casi todos los huesos producen glóbulos rojos para satisfacer las necesidades de crecimiento de un niño, tras lo cual la actividad de la médula ósea disminuye de modo gradual. Después de los 20 años de edad, la producción deeritrocitos tiene lugar principalmente en los huesos membranosos de vértebras, esternón, costillas y pelvis. Los eritrocitos se derivan de células precursoras llamadas eritroblastos, que se forman de modo continuo de las células madre pluripotenciales en la médula ósea. La mayor parte de la eritropoyesis está gobernada por las necesidades tisulares de oxígeno. Cualquier padecimiento que cause una disminución de la cantidad de oxígeno que se transporta en la sangre produce un incremento de la producción de glóbulos rojos. El contenido de oxígeno de la sangre no actúa directamente en la médula ósea para estimular la producción de eritrocitos. Destrucción de eritrocitos Los eritrocitos maduros tienen un lapso de vida que se aproxima a 4 meses, o 120 días. Conforme el eritrocito envejece, tienen lugar diversos cambios: la actividad metabólica en el glóbulo disminuye, la actividad enzimática declina y el trifosfato de adenosina (ATP) decrece. Anemia La anemia, que es una insuficiencia de eritrocitos o hemoglobina, es resultado de pérdida excesiva (anemia por pérdida de sangre), destrucción incrementada (anemia hemolítica) o menor producción de eritrocitos (insuficiencia de hierro, anemias megaloblástica y aplásica). La anemia por pérdida de sangre se caracteriza por pérdida corporal de eritrocitos que contienen hierro; la anemia hemolítica implica destrucción de eritrocitos en la que el hierro es retenido en el cuerpo. Anemia por pérdida de sangre Las manifestaciones clínicas y eritrocíticas relacionadas con la anemia por pérdida de sangre dependen de la tasa de hemorragia y de si la pérdida es interna o externa. Con la pérdida rápida de sangre, puede haber shock y colapso circulatorio. Con la anemia que Maressa Borges se desarrolla más lentamente, la cantidad de masa eritrocítica perdida puede alcanzar el 50% sin que se observen signos y síntomas. Los efectos de la pérdida aguda de sangre se deben sobre todo a la pérdida de volumen intravascular, que puede ocasionar colapso y shock cardiovascular. Una disminución del recuento de eritrocitos, hematocrito y hemoglobina es causada por hemodilución resultante del movimiento de líquido hacia el compartimiento vascular. Anemias hemolíticas La anemia hemolítica se caracteriza por: • Destrucción prematura de eritrocitos. • Retención corporal de hierro y otros productos de la destrucción de hemoglobina. • Incremento de la eritropoyesis. Casi todos los tipos de anemia hemolítica se distinguen por eritrocitos normocíticos y normocrómicos. Debido al corto lapso de vida del eritrocito, la médula ósea suele ser hiperactiva, con un resultante mayor número de reticulocitos en la sangre circulante. Anemias hemolíticas heredadas Hay también un grupo de anemias hemolíticas heredadas, como la anemia de células falciformes, la talasemia y la esferocitosis hereditaria. Las personas que heredan una de estas anemias pueden tener manifestaciones clínicas muy diferentes, de acuerdo con su genotipo. De hecho, una persona podría tener enfermedad aguda o pocas o ninguna manifestación clínica. Esferocitosis hereditaria La esferocitosis hereditaria se transmite principalmente como un rasgo autosómico dominante y es el trastorno heredado más común de la membrana eritrocítica. El trastorno es causado por anomalías de espectrina, anquirina, proteína 4,2 o proteínas de membrana banda 3 que conducen a pérdida gradual de la superficie de la membrana. La pérdida de membrana con respecto al citoplasma hace que la célula pierda su bicapa lipídica del citoesqueleto eritrocítico. El glóbulo rojo adquiere una forma esférica y no puede atravesar con facilidad el bazo. Los signos clínicos son variables pero, por lo general, incluyen anemia hemolíticaleve, ictericia, esplenomegalia y cálculos de bilirrubina. Una crisis aplásica que pone en riesgo la vida puede presentarse cuando una interrupción repentina de la producción de eritrocitos. El trastorno suele tratarse con esplenectomía para disminuir la destrucción de eritrocitos. Es posible que se requieran transfusiones durante una crisis. Enfermedad de células falciformes La enfermedad de células falciformes es un trastorno hereditario en el que una hemoglobina anómala (hemoglobina S [HbS]) conduce a anemia hemolí tica crónica, dolor e insuficiencia orgánica. El gen HbS se transmite por herencia recesiva y puede manifestarse como rasgo de células falciformes. Los individuos que son homocigotos para el gen HbS experimentan anemia hemolítica grave, hiperbilirrubinemia crónica y crisis vasooclusivas. La hiperbilirrubinemia Maressa Borges resultante de los productos de descomposición de la hemoglobina a menudo conduce a ictericia y producción de cálculos de pigmento en la vesícula biliar. Diagnóstico y detección El diagnóstico neonatal de la enfermedad de células falciformes se establece con base en hallazgos clínicos y resultados de solubilidad de hemoglobina, que se confirman con electroforesis de hemoglobina. Tratamiento No hay cura conocida para la enfermedad de células falciformes. Por lo tanto, las estrategias terapéuticas se enfocan en la prevención de episodios de drepanocitosis, el control de síntomas y el tratamiento de complicaciones. Maressa Borges Anemias por producción insuficiente de eritrocitos La anemia puede ser resultado de disminución de la producción de eritrocitos por la médula ósea. Es posible que una insuficiencia de nutrientes para la síntesis de hemoglobina (hierro) o ADN (cobalamina o ácido fólico) reduzca la producción de glóbulos rojos por la médula ósea. Una insuficiencia de eritrocitos también se produce cuando la médula en sí falla o es reemplazada por tejido no funcional. Anemia por insuficiencia de hierro La insuficiencia de hierro es una causa común a nivel mundial de anemia que afecta a personas de todas las edades. La anemia es consecuencia de insuficiencia en la dieta, pérdida de hierro por hemorragia o demandas incrementadas. Como el hierro es un componente de hem, una insuficiencia da lugar a disminución de la síntesis de hemoglobina y consecuente afectación de la entrega de oxígeno. Manifestaciones clínicas Las manifestaciones clínicas de anemia por insuficiencia de hierro se relacionan con transporte insuficiente de oxígeno y falta de hemoglobina. De acuerdo con la gravedad de la anemia, puede haber fatiga, palpitaciones, disnea, angina y taquicardia. La atrofia epitelial es frecuente y produce cabello y uñas quebradizos, pálidos y cerosos, algunas veces una deformidad en forma de cuchara de las uñas llamada coiloniquia, lengua lisa, irritación en la comisuras de los labios y a veces disfagia y menor secreción de ácido. Diagnóstico Hemoglobina y hematocrito bajos, reservas de hierro disminuidas y hierro y ferritina séricos bajos caracterizan la anemia por insuficiencia de hierro. La cantidad de eritrocitos disminuye y son miocíticos e hipocrómicos. También se observa poiquilocitosis (forma irregular) y anisocitosis (tamaño irregular). Los valores de laboratorio indican CHCM baja y VCM reducido. Los cambios en la membrana pueden predisponer a hemólisis y causar pérdida posterior de eritrocitos. Tratamiento El tratamiento de la anemia por insuficiencia de hierro en niños y adultos se dirige a controlar la pérdida crónica de sangre, incrementar la ingesta en la dieta de hierro y administrar hierro com plementario. El sulfato de hierro, que es el tratamiento de restitución oral usual, reabastece las reservas de hierro en varios meses. Anemia por insuficiencia de vitamina B12 La vitamina B12, conocida también como cobalamina, sirve como cofactor para 2 reacciones importantes en humanos. Es esencial para la síntesis de ADN y la maduración nuclear, que a su vez da lugar a la maduración y división eritrocíticas normales. Maressa Borges Manifestaciones clínicas. La pérdida de eritrocitos produce una anemia de moderada a grave e ictericia leve. El VCM es elevado porque las células son más grandes de lo normal y la CHCM es normal. Los cambios neurológicos que acompañan al trastorno se deben a metilación por completo trastornada de la proteína mielina. La desmielinación de las columnas dorsal y lateral de la médula espinal causa parestesias simétricas de los pies y dedos, pérdida del sentido vibratorio y de posición, y por último ataxia espástica. En casos más avanzados, la función cerebral puede alterarse. Diagnóstico El diagnóstico de insuficiencia de vitamina B12 se establece por el hallazgo de un nivel sérico de vitamina B12 inusualmente bajo. La prueba de Schilling, que mide la excreción urinaria en 24 h de vitamina B12 radiomarcada administrada oralmente, se utilizaba antes para documentar la disminución de la absorción de vitamina B12. En la actualidad, el diagnóstico de la anemia perniciosa suele basarse en la detección de anticuerpos de células parietales y factor intrínseco. Tratamiento El tratamiento de por vida consistente en inyecciones intramusculares o dosis orales altas de vitamina B12 revierte la anemia y mejora los cambios neurológicos. Anemia por insuficiencia de ácido fólico. El ácido fólico también es necesario para la síntesis de ADN y la maduración de roéos los eritrocitos, y su insuficiencia produce el mismo tipo de cambios megaloblásticos en los glóbulos rojos que se observan en la anemia por insuficiencia de vitamina B12 (es decir, VCM incrementado y CHCM normal). Los síntomas también son similares, pero sin las manifestaciones neurológicas. El ácido fólico se absorbe con facilidad desde el intestino. Se encuentra en vegetales (en particular los de hoja verde), frutos, cereales y carnes. No obstante, mucha de la vitamina se pierde en el cocimiento. Anemia aplásica Anemia aplásica describe un trastorno de las células madre pluripotenciales de la médula ósea cuyon resultado es una reducción de las 3 líneas celulares hematopoyéticas: eritrocitos, leucocitos y plaquetas. La aplasia pura de glóbulos rojos, en la que sólo éstos se afectan, es rara. La anemia se debe al fallo de la médula ósea para reemplazar los eritrocitos senescentes que son destruidos y salen de la circulación, aunque los glóbulos que permanecen son de tamaño y color normal. Al mismo tiempo, como los leucocitos, en particular los neutrófilos, y los trombocitos tienen una vida corta, una insuficiencia de estas células suele evidenciarse antes que la anemia se agrave. Manifestaciones clínicas Es posible que el inicio de la anemia aplásica sea insidioso o que ésta Maressa Borges ataque con rapidez y suma gravedad. Es importante tener en cuenta que puede ocurrir a cualquieredad. Los síntomas que se presentan al inicio también pueden incluir debilidad, fatiga y palidez por anemia y Petequias. Diagnostico En la anemia aplásica el inicio es gradual con cierta fatiga o tal vez algo de hemorragia gingival, o bien es posible que la persona se queje de que tiene dificultad con la coagulación. Cuando la persona se presenta al médico, la anemia aplásica puede poner en riesgo la vida. No hay hallazgos físicos específicos como hepatoesplenomegalia o linfadenopatía. El hemograma completo muestra pancitopenia, que significa disminución de eritrocitos, leucocitos y plaquetas. Tratamiento El tratamiento para la anemia aplásica en jóvenes y personas gravemente afectadas incluye el reemplazo de células madre por trasplante de médula ósea, por sangre periférica o por el tratamientoinmunosupresor. Policitemia absoluta primaria La policitemia primaria, o policitemia verdadera, es una enfermedad neoplásica de las células pluripotenciales de la médula ósea caracterizada por incremento absoluto de la masa total de eritrocitos acompañado por recuentos de leucocitos y plaquetas altos. Las manifestaciones clínicas de la policitemia verdadera son variables y se relacionan con incremento del recuento de eritrocitos, el nivel de hemoglobina y el hematocrito con aumento de volumen sanguíneo y viscosidad. La viscosidad se incrementa de modo exponencial con el hematocrito y puede interferir con el gasto cardíaco y el flujo sanguíneo. La hipertensión es común y podría haber quejas de cefalea, mareo, incapacidad para concentrarse y cierta dificultad con la audición y la visión como resultado de la disminución del flujo sanguíneo. La estasis venosa produce apariencia pletórica o enrojecimiento oscuro, cianosis uniforme, en particular de labios, uñas de los dedos y membranas mucosas. Debido a la concentración incrementada de eritrocitos, la persona puede experimentar comezón y dolor en los dedos de manos o pies, y el hipermetabolismo puede inducir transpiración nocturna y pérdida de peso. El tromboembolismo y la hemorragia, secundarios a anomalías plaquetarias, son complicaciones frecuentes que pueden evitarse mediante flebotomía. El objetivo del tratamiento de la policitemia primaria es reducir la viscosidad sanguínea. Extraer sangre por flebotomía periódica para reducir el volumen de eritrocitos puede lograrlo. Policitemia absoluta secundaria La policitemia secundaria es resultado de un incremento fisiológico del nivel de eritropoyetina, casi siempre como una respuesta compensatoria a la hipoxia. Los factores que causan hipoxia incluyen vivir en grandes altitudes, enfermedad cardíaca y pulmonar crónica, y tabaquismo. Maressa Borges Los nativos que viven en grandes altitudes desarrollan policitemia secundaria o policitemia fisiológica en la que su recuento eritrocítico suele ser 6 millones/mm3 a 7 millones/mm3. Esto les permite realizar todo tipo de labores pesadas a grandes altitudes2. La liberación resultante de eritropoyetina por los riñones causa el incremento de formación de eritrocitos en la médula ósea. Las neoplasias que secretan eritropoyetina también pueden causar policitemia secundaria. Enfermedad renal como hidronefrosis o quistes renales pueden obstruir el flujo sanguíneo, causar hipoxia y conducir a un aumento de eritropoyetina. El tratamiento de la policitemia secundaria se centra en aliviar la hipoxia. Por ejemplo, es posible emplear el tratamiento continuo con bajo flujo de oxígeno para corregir la hipoxia grave que experimentan algunas personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Se cree que esta forma de tratamiento alivia la hipertensión pulmonar y la policitemia, y retarda el inicio de cardiopatía pulmonar. Maressa Borges
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