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eritrocitos La función de los eritrocitos, facilitada por la molécula de hemoglobina que contiene hierro, es transportar oxígeno de los pulmones a los tejidos. Eritrocito, que tiene un lapso aproximado de vida de 120 días, se descompone en el bazo; los productos de degradación como hierro y aminoácidos se reciclan. producción de eritrocitos Eritropoyesis se refiere a la producción de eritrocitos. Después del nacimiento, los glóbulos rojos se sintetizan en la médula ósea roja. Hasta los 5 años de edad, casi todos los huesos producen glóbulos rojos para satisfacer las necesidades de crecimiento de un niño, tras lo cual la actividad de la médula ósea disminuye de modo gradual. Después de los 20 años de edad, la producción deeritrocitos tiene lugar principalmente en los huesos membranosos de vértebras, esternón, costillas y pelvis. Los eritrocitos se derivan de células precursoras llamadas eritroblastos, que se forman de modo continuo de las células madre pluripotenciales en la médula ósea. La mayor parte de la eritropoyesis está gobernada por las necesidades tisulares de oxígeno. Cualquier padecimiento que cause una disminución de la cantidad de oxígeno que se transporta en la sangre produce un incremento de la producción de glóbulos rojos. El contenido de oxígeno de la sangre no actúa directamente en la médula ósea para estimular la producción de eritrocitos. Destrucción de eritrocitos Los eritrocitos maduros tienen un lapso de vida que se aproxima a 4 meses, o 120 días. Conforme el eritrocito envejece, tienen lugar diversos cambios: la actividad metabólica en el glóbulo disminuye, la actividad enzimática declina y el trifosfato de adenosina (ATP) decrece. Anemia La anemia, que es una insuficiencia de eritrocitos o hemoglobina, es resultado de pérdida excesiva (anemia por pérdida de sangre), destrucción incrementada (anemia hemolítica) o menor producción de eritrocitos (insuficiencia de hierro, anemias megaloblástica y aplásica). La anemia por pérdida de sangre se caracteriza por pérdida corporal de eritrocitos que contienen hierro; la anemia hemolítica implica destrucción de eritrocitos en la que el hierro es retenido en el cuerpo. Anemia por pérdida de sangre Las manifestaciones clínicas y eritrocíticas relacionadas con la anemia por pérdida de sangre dependen de la tasa de hemorragia y de si la pérdida es interna o externa. Con la pérdida rápida de sangre, puede haber shock y colapso circulatorio. Con la anemia que se desarrolla más lentamente, la cantidad de masa eritrocítica perdida puede alcanzar el 50% sin que se observen signos y síntomas. Los efectos de la pérdida aguda de sangre se deben sobre todo a la pérdida de volumen intravascular, que puede ocasionar colapso y shock cardiovascular. Una disminución del recuento de eritrocitos, hematocrito y hemoglobina es causada por hemodilución resultante del movimiento de líquido hacia el compartimiento vascular. Anemias hemolíticas La anemia hemolítica se caracteriza por: • Destrucción prematura de eritrocitos. • Retención corporal de hierro y otros productos de la destrucción de hemoglobina. • Incremento de la eritropoyesis. Casi todos los tipos de anemia hemolítica se distinguen por eritrocitos normocíticos y normocrómicos. Debido al corto lapso de vida del eritrocito, la médula ósea suele ser hiperactiva, con un resultante mayor número de reticulocitos en la sangre circulante. Anemias hemolíticas heredadas Hay también un grupo de anemias hemolíticas heredadas, como la anemia de células falciformes, la talasemia y la esferocitosis hereditaria. Las personas que heredan una de estas anemias pueden tener manifestaciones clínicas muy diferentes, de acuerdo con su genotipo. De hecho, una persona podría tener enfermedad aguda o pocas o ninguna manifestación clínica. Esferocitosis hereditaria La esferocitosis hereditaria se transmite principalmente como un rasgo autosómico dominante y es el trastorno heredado más común de la membrana eritrocítica. El trastorno es causado por anomalías de espectrina, anquirina, proteína 4,2 o proteínas de membrana banda 3 que conducen a pérdida gradual de la superficie de la membrana. La pérdida de membrana con respecto al citoplasma hace que la célula pierda su bicapa lipídica del citoesqueleto eritrocítico. El glóbulo rojo adquiere una forma esférica y no puede atravesar con facilidad el bazo. Los signos clínicos son variables pero, por lo general, incluyen anemia hemolítica leve, ictericia, esplenomegalia y cálculos de bilirrubina. Una crisis aplásica que pone en riesgo la vida puede presentarse cuando una interrupción repentina de la producción de eritrocitos. El trastorno suele tratarse con esplenectomía para disminuir la destrucción de eritrocitos. Es posible que se requieran transfusiones durante una crisis. Enfermedad de células falciformes La enfermedad de células falciformes es un trastorno hereditario en el que una hemoglobina anómala (hemoglobina S [HbS]) conduce a anemia hemolí tica crónica, dolor e insuficiencia orgánica. El gen HbS se transmite por herencia recesiva y puede manifestarse como rasgo de células falciformes. Los individuos que son homocigotos para el gen HbS experimentan anemia hemolítica grave, hiperbilirrubinemia crónica y crisis vasooclusivas. La hiperbilirrubinemia resultante de los productos de descomposición de la hemoglobina a menudo conduce a ictericia y producción de cálculos de pigmento en la vesícula biliar. Diagnóstico y detección El diagnóstico neonatal de la enfermedad de células falciformes se establece con base en hallazgos clínicos y resultados de solubilidad de hemoglobina, que se confirman con electroforesis de hemoglobina. Tratamiento No hay cura conocida para la enfermedad de células falciformes. Por lo tanto, las estrategias terapéuticas se enfocan en la prevención de episodios de drepanocitosis, el control de síntomas y el tratamiento de complicaciones.
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