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¿Por qué los alumnos salen tan mal preparados en matemáticas?

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Estudiando Tudo

El problema es muy evidente y muy triste. Todo el mundo está de acuerdo en que la preparación de los alumnos, no solo en matemáticas, en muchas más materias, no es la que debiera o la que necesitamos como sociedad "avanzada", aunque definir en qué consiste ser una sociedad avanzada… es meterse en otro jardín proceloso.

Pero cuando se quiere entrar a fondo en las causas y proponer soluciones, se terminó el acuerdo. Es un hecho (Lema de Richard, que soy yo…) que:

n personas manifiestan n+1 opiniones.

Una reforma, que en rigor debiéramos llamar re-re-re-forma (Sonata en Re…) no se hace con buenas ideas ni con buenos proyectos, ni con buenos argumentos: se hace con autoridad política, vale decir, con poder. Y ya hemos metido el pie en el barro…¿quién tiene el poder educativo, tal vez algún enamorado de las funciones analíticas, o un seguidor de las técnicas peculiares de Paul Erdös? ¿O una persona con toda su intuición aritmética empeñada en la demostración de la Conjetura de Goldbach?

Se ha repetido tanto lo que es falso que ya parece que sea ir a contracorriente decir lo evidente: los "matemáticos", no los que llevan el cartel, los de la lista ministerial, sino esos tipos que toman demasiado café pero a cambio demuestran teoremas, resuelven problemas y se emocionan con la creación matemática, y leen libros de fuera de su especialidad porque les trae sin cuidado "perder" tiempo para la oposición tal y cual, o la publicación aburrida para ganar 2 puntos de méritos…esos son los que menos pintan en la enseñanza de las matemáticas y en la configuración de los planes de estudios.

Se dice que esos señores "tan inteligentes" (pronunciado el sintagma con el retintín que todos conocemos) luego no son buenos pedagogos, porque están en las alturas remotas y no se ponen al nivel de los alumnos; los que sí se ponen a la altura adecuada y sí son buenos pedagogos nos han llevado a esto: unos alumnos odiando la matemática y sin el nivel básico que debieran tener, y otros alumnos brillantes, vocacionales, desmotivados y desperdiciados en toda su potencialidad creativa.

Aunque solo fuera por probar (a ver si algún día la pedagogía se convierte en ciencia experimental, y no en religión que es lo que es ahora) las tesis de estos apóstoles de la mediocridad debieran dejarse un tiempo en stand-by (disculpen el anglicismo, pero probablemente así las autoridades educativas lo comprendan mejor que si lo expreso en castellano).

Mientras a un matemático de pies a cabeza le lleven la contraria en una reunión varios "pedagogos" especializadísimos en psicopedagogía aplicada (aplicada a esta chapuza), no solo seguiremos igual o peor, sino que además pocos matemáticos gastarán su tiempo en meter baza ni proponer nada.

En lo único que hay acuerdo de todos los partidos políticos en España y en desigual medida, en Europa (salvando quizás Alemania y Finlandia), es en la falta de organización de la enseñanza matemática, que distingue clarísimamente entre objetivos iniciales, objetivos finales, contenidos interrelacionados con el apartado 3-c, pero no distingue lo blanco de lo negro.

Un profesor de física de secundaria me contaba que les puso a los alumnos de E.S.O. un problemilla de planos inclinados, y como la inclinación era de 60º, les dijo que el coseno de 60º es 1/2, y dice un alumno:

¡anda, mira! igual que en matemáticas…

Yo vi en el autobús a un chaval de 12 años multiplicar 83 por 0 con la calculadora y decir a su amigo:

¡Hala, tío! ¡si da cero!

Y he visto a un E.S.Ómano de 15 años desenfundar la calculadora para multiplicar 748 por 10.

No todo es tampoco culpa del profesorado: si se encuentran un grupo así y dicen la verdad… para empezar hay que ser funcionario de carrera para decir la verdad, porque en la enseñanza privada les puede costar el despido; y si son interinos en la pública no tanto pero sí un toque de atención para que no aterroricen a las familias, que mayoritariamente quieren que aprueben sus hijos como punto de partida, no como punto de llegada…

La educación es uno de los temas políticos en toda la extensión de la palabra, pero el votante no quiere mejorar, si lo quisiera no tendrían audiencia máxima los programas de telebasura, ni tendrían voto muchos de los partidos que lo reciben.

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