¿De qué están hechas las telarañas y qué convierten las arañas en sus cuerpos para producir la sustancia de la telaraña?

Se conocen unas 40,000 especies de arañas y la mitad usa las telarañas (unas 130 formas diferentes conocidas) para atrapar a sus presas.

Las telarañas son biomateriales fibrosos excepcionales, que ha evolucionado durante millones de años. Están hechas principalmente de proteínas (espidroínas) con grandes cantidades de aminoácidos no polares e hidrófobos como la glicina o la alanina y almacenadas en glándulas especializadas dentro del abdomen (glándulas ampuladas o glándulas de seda).

Son antimicrobianas, hipoalergénicas y completamente biodegradables y pueden soportar temperaturas extremas de —40° C hasta 200° C.

Las fibras de seda tienen resistencia a la tracción comparable a la del acero y en función del peso algunas son casi tan elásticas como el caucho. Combinando estas dos cualidades la telaraña es dos o tres veces más resistente que las fibras sintéticas como el nailon o el kevlar (usado en chalecos antibalas) y las arañas producen éstas fibras casi instantáneamente.

Cómo se forman exactamente las hebras de seda dentro de las arañas sigue siendo un misterio. En las glándulas ampuladas las proteínas espidroínas están almacenadas en forma de "gel" (altamente concentrado y disuelto en agua) para su uso, cuando la araña fabrica seda pasan por unos conductos hacia el exterior donde aparecen como una hebra sólida en una fracción de segundo. La seda se forma en algún punto del trayecto y la transformación desde una estructura desorganizada a una sumamente estable (la hebra de seda) parece estar asociada a la disminución del PH a lo largo de los conductos. La hebra es más ácida que el líquido proteico que la origina.

En la naturaleza las arañas utilizan la seda para hacer sus telarañas, envolver a sus presas, proteger sus huevos o como "cuerda" salvavidas que van dejando tras de si por donde andan. Cada araña individual puede producir diferentes tipos de fibras de seda que expulsan por las hileras al final de su abdomen, unos apéndices piriformes que tienen por pares (en total pueden ser seis, cuatro o dos dependiendo de la especie) y que poseen movimiento individual o coordinado. Las primitivas arañas Liphistiidae de Asia tienen las hilera en medio del abdomen.

Y las tarántulas del género Aphonopelma tienen también hileras en las patas de modo parecido a las de los insectos Embiópteros que tapizan sus galerías con seda (producen las hebras de seda más finas, en diámetro, de la naturaleza, más incluso que las de los gusanos de seda).

Cada hilera de la araña a su vez está formada por múltiples espigas más pequeñas cada una de las cuales produce un solo filamento de seda.

Las telarañas orbiculares, las más visibles y conocidas por todo mundo, están hechas de diferentes tipos de hilo según su función: desde el marco y los radios de hilos rígidos y resistentes a las hebras centrales elásticas y pegajosas. Arañas como la común del jardín o Epeira pueden tejer hasta siete tipos diferentes de seda surgidas de otros tantos tipos de glándulas productoras en su abdomen.