Si usted es un maestro, ¿ha llorado enfrente de su clase antes?

Mas de una vez.

1. Tuve un estudiante que en décimo grado era uno de mis favoritos a pesar de ser un poco inteligente e indisciplinado. Cinco meses después de graduarse, vino a mi habitación a verme, con su uniforme de marines de gala, recién salido del campo de entrenamiento. Hablamos unos minutos y se fue. Rompí a llorar en el momento en que se cerró la puerta, tan increíblemente orgullosa de él.
2. 11 de septiembre de 2001, viendo el horror en la televisión con mis alumnos. Y durante años a partir de ese día, hablando sobre el ataque con los estudiantes y uno de mis compañeros de universidad que murió en el Pentágono esa mañana.
3. Mi abuela vivió hasta los 92 años y siempre la usé como ejemplo de cuánta historia se puede vivir. Después de que ella falleciera en 2004, me ahogaba y lloraba cuando usaba ese ejemplo. Le tomó casi 10 años llegar a un punto en que su pérdida no causó eso.

Siempre he dicho que estas son cosas buenas. Les he dicho a mis alumnos que “ser un hombre” no significa ocultar tus sentimientos, sino estar dispuesto a enfrentarlos sin vergüenza y lidiar con ellos.