¿Es posible que tengamos menos cromosomas que los primates, siendo el género humano posterior a ellos?

De hecho, tenemos un cromosoma menos que los otros grandes simios (lo cual no quiere decir que somos “posteriores” a ellos). Chimpancés, gorilas y orangutanes tienen 24 pares de cromosomas, mientras que nosotros tenemos 23.

Sin embargo, uno de nuestros cromosomas (el 2) es mucho más largo que el los otros. Investigando los cromosomas de los otros simios, se observó que los chimpancés tienen en sus cromosomas un contenido casi idéntico al de nuestro cromosoma 2… sólo que repartido en dos de los suyos. Eso llevó a la conclusión de que, en algún momento de nuestra evolución, dos de nuestros cromosomas ancestrales se fusionaron en uno.

Es decir, en el pasado remoto tuvimos también 24 cromosomas, pero en algún momento de nuestra evolución, ya separados de la rama común con los chimpancés, pasamos a tener sólo 23. Una opción alternativa es que hubiéramos empezado todos con 23 y que nos en los humanos nos separásemos de manera temprana del resto de los simios y que su ancestro sufriera una división del cromosoma 2… pero para eso deberíamos estar igual de “lejos” genéticamente de todos los otros, lo cual contradiría a la evidencia disponible, que indica que nuestros parientes más cercanos (no extintos) son las dos especies de chimpancé.

Otra cosa que apoya la fusión es que, de haberse producido, deberíamos poder encontrar rastros. Tomando como base el genoma de los chimpancés, se puede predecir dónde deberíamos encontrar el punto de fusión y, de hecho, se ha encontrado: una región en medio del cromosoma 2 muestra una secuencia telomérica (los telómeros son unas estructuras a cada punta de los cromosomas) … que termina abruptamente y comienza otra secuencia similar, pero inversa. No sólo eso, se han encontrado vestigios de un segundo centrómero en el cromosoma 2 (los cromosomas sólo tienen uno de éstos)

Por cierto, se ha comprobado que tanto neandertales como denisovanos compartían con nosotros el cromosoma 2 fusionado. ¿Quizá fue este evento el que nos separó de la línea que lleva a los chimpancés?