¿Qué empezó como algo bueno de verdad pero acabó siendo una estafa?

En 1919, un constructor llamado J.D. McMahon consiguió dinero de los inversores para construir un rascacielos en Texas.

En los papeles del proyecto de planificación declaró que el rascacielos tendría una altura de 480" (pulgadas).

Los inversores supusieron que 480" sería un error de imprenta y pensaron que debía tener 480 pies de altura, y sin más averiguaciones ni preguntas cruzadas, invirtieron los 200.000 dólares que era la cantidad pedida. El valor de esa inversión es hoy de unos 3 millones de dólares, ajustados a la inflación.

Ese mismo año se completó el rascacielos que terminó siendo de 480" de altura, con sólo 4 pisos.

El coste de la construcción fue de unos pocos miles de dólares y el dinero restante fue su ganancia para mantener.

Cuando los inversores vieron el proyecto final, se horrorizaron y se enfadaron, así que le demandaron. Sin embargo el juez decidió que McMahon's no tenía ninguna culpa. Les dio exactamente a los inversores lo que firmaron y McMahon pudo disfrutar de los enormes beneficios que obtuvo. Esto no fue una estafa a los ojos de la ley, sin embargo, los inversores creyeron que les habían robado su dinero y fueron estafados.

El edificio se llama Newby-McMahon y es conocido como el rascacielos más pequeño del mundo.