¿Por qué el pensamiento libertario debe garantizar la libertad de expresión de los socialistas totalitarios y garantizarles esas libertades, aunque...

La paradoja de la libertad y la tolerancia expuesta por Karl Popper en 1945 alude al origen de esta pregunta. ¿Porque tolerar lo intolerante?

El asunto es mucho más complejo de lo que parece a simple vista.

¿Por qué?

Porque nadie, nunca, ningún partido, ninguna ideología, ninguna política es abiertamente intolerante o abierta en sus objetivos radicales en su principio. Los nazis sonaban sensatos a oídos de los alemanes de los 30s. Apuntaron a las carencias, miedos y deseos de los alemanes de su tiempo y contexto y les prometieron un futuro de esplendor hecho en esa medida.

El soviet también prometió un sueño a la medida del imaginario ruso de principios del siglo XX. Hecho de la promesa de un mundo donde abolir el Zarismo y pintar un futuro donde ni la injusticia y la desigualdad existirían fue en sí mismo un sueño y un propósito al que todo mundo adhirió.

Si los soviéticos o los nazis hubieran dicho lo que en últimas se iba a dar la gente no lo hubiera aceptado. Y no lo podían decir porque ni ellos mismos saben en principio cuan profundo descenderian en el infierno.

El liberalismo también nació en la revolución francesa como un evento de cambio igualmente radical, utópico, promisorio, ineludible para una población ansiosa de cambios que luego tomaría un curso de una violencia radical que incluso terminaria eliminando a muchos de sus creadores, la era del terror, de la que muchos liberales no hablan u olvidan hablar. Robespierre mató a Danton, a su vez Robespierre fue muerto por sus excesos, Napoleón se tornó en un tirano y el liberalismo original fue evolucionando en las democracias modernas que a cuenta de "protegernos" crean guerras por negocio o por necesidad de apropiación de algún recurso, nos espían con complejos sistemas de vigilancia, nos bombardean con propaganda, generan aparatos políticos corruptos fraternizados con intereses privados a menudo mafiosos y completamente ajenos al respeto de los principios de la tan mentada democracia.

Adicionalmente añadamos a todo esto la certeza de que vivimos en un mundo dominado por los medios y la propaganda. Donde cualquier mentira que se dice se convierte en verdad y cualquier verdad en mentira a ojos de una población ciega, sorda y muda en su ignorancia aprendida, alentada, tolerada, necesitada…

Por tanto identificar a los intolerantes no es fácil y a menudo casi imposible. Porque como dije, primero nunca se muestran como tal cual son, ni dejan entrever sus finalidades. Se ayudan con los medios de los que son dueños y estudian al milímetro los miedos y voluntades de la gente para venderles un sueño al que se sumarán sin dudarlo por medio de la propaganda y el marketing psico-politico.

Vivimos bajo el fuego de las polarizaciones y distorsiones, propagandas mediáticas con el yugo de la ignorancia politica y el analfabetismo mental. Pregúntele a la gente en la calle sobre política a ver que le responde, no saben, no responden y cuando lo hace su opinión es un mantra que ya le enseñó algún medio a repetir como loros.

El mundo está lleno de intereses propugnados desde todos los ámbitos políticos. La política ya no está interesada en la gente sino en los intereses del mercado y en la corrupcion. El político que escojas te jode, eso es lo único que la gente sabe, o intuye a nivel mundial. La democracia ha prácticamente agotado su abanico político de opciones, liberal o conservador, socialista o facha, te harán tomar por culo. Desde España hasta Timboctu.

En ese contexto realmente, deberíamos ser totalmente intolerantes con la integralidad estructural de la democracia. El mundo requiere de una revolución a gran escala que redefina un nuevo paradigma por fuera de todas las nefastas ideologías que nos han gobernado y sus corruptas políticas económicas.

El libertario es presa de su propia liberalidad. Los fanáticos y los violentos siempre se aprovecharán de esto. No le queda más que aceptarlo o tomar en sus manos un nuevo totalitarismo (callando y matando incluso a los que considere peligrosos) y así repetir el triste ciclo histórico de tiranías en el que hemos vivido desde el principio de la civilización.

La sociedad abierta y sus enemigos, Karl Popper

“Con este planteamiento no queremos significar, por ejemplo, que siempre debamos impedir la expresión de concepciones filosóficas intolerantes; mientras podamos contrarrestarlas mediante argumentos racionales[…], su prohibición sería, por cierto, poco prudente. Pero debemos reclamar el derecho de prohibirlas, si es necesario por la fuerza, pues bien puede suceder que no estén destinadas a imponérsenos en el plano de los argumentos racionales, sino que, por el contrario, comiencen por acusar a todo razonamiento; así, pueden prohibir a sus adeptos, por ejemplo, que prestan oídos a los razonamientos racionales, acusándolos de engañosos, y que les enseñan a responder a los argumentos mediante el uso de los puños o las armas”.