No somos nosotros los que hemos de estar seguros de su veracidad. Los actuales teoremas matemáticos son probados inter pares, es decir: entre iguales. Nosotros no somos pares de Andrew Willes. Leemos que otros han aceptado la demostración y nos lo creemos. La diferencia entre esto y una religión estriba en que sabemos a ciencia cierta que la demostración está abierta a todo el que desee adquirir los conocimientos necesarios para entenderla; y esa posibilidad nos pertenece a todos por el hecho de ser humanos. Otra cosa es que uno desee aparcar su vida y dedicar veinte o treinta años a adquirir los conocimientos necesarios para ello.
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