¿Podemos hacer chimpancés superinteligentes que puedan ser más astutos que los humanos?

¿Algo como esto?:

Dos versiones diferentes del planeta de los simios: Cornelius a la izquierda y Cesar a la derecha.

En la primera, una enfermedad acabó con todos los firuláis y los cuchos. Los humanos adoptaron monos y simios de mascotas, de modo que aprendieron y avanzaron mucho junto a los sapiens.

En la segunda, un efecto secundario del tratamiento para curar el alzheimer llevó a que los humanos menguaran y los simios remontaran. Terminando por forjar su propia civilización.

Ella es Gua, la chimpancé criada como si fuera una humana.

Aterrizemos las cosas.

El psicólogo W. N. Kellogg quiso criar a su bebé Donald, (quien tenía menos de un año), junto a una chimpancé de pocos meses.

Y lo llevó a cabo:

Tras nueve meses de convivencia Gua demostró mayor velocidad de aprendizaje y de acertividad en lo asimilado que Donald. Este último era mejor imitador, hasta el punto que también la copió a ella, en los gruñidos por ejemplo.

Ciertas formas de ser que el hijo de Kellogg exhibió toda su vida. Aunque tuvo su educación superior más adelante.

Fueron separados cuando Donald cumplió 19 meses, con retraso en el lenguaje.

Algo incorrecto. Los niños a corta edad son altamente influenciables y dado de que los chimpancés maduran más rápido, pues el aprendizaje de Gua fue más pronunciado.

Pero de todas formas llega un momento donde el humano es capaz de ir más lejos en su desarrollo, capacidad de abstracción, reflexión y racionalización. Asunto evolutivo, como su cerebro funciona como un todo, complejidad de las conexiones neuronales, nivel de pliegues en la neurocorteza y todo eso.