¿Por qué la gente cree en la religión?

La gente cree en la religión porque está ávida de sentido. Si algo nos caracteriza como especie es que los humanos estamos, siempre, ávidos de sentido. Necesitamos perentoriamente algo que dé sentido a nuestras vidas. Y la religión es una respuesta, una forma de rellenar ese hueco en nuestros corazones (1)

Aunque sea por eso, desde mi increencia pienso que merecen un respeto, siempre que no se salgan del tiesto hacia territorios peligrosos.

La búsqueda de sentido es tan fuerte que mal encauzada impele a un ser humano racional a inmolarse en un atentado suicida, matando a otros congéneres, a asesinar, o por el contrario impele a otros a dar la vida por los demás. Encontramos el sentido no solo en la religión, también en la ideología. Las peores atrocidades se han realizado en nombre de ideologías que dotaban de sentido a quienes las promovían, tanto de corte fascista como comunista.

Recuerdo la película "En el nombre del padre", en la que una madre angustiada imploraba a su hijo, preso del IRA, que abandonara la huelga de hambre que lo iba a llevar (y que lo llevó) a la tumba. El hijo le decía a su madre que al fin había encontrado un sentido a su vida, y que estaba actuando conforme a ello.

Decididamente, no hay ninguna pulsión tan poderosa como la de la búsqueda de sentido. Para lo bueno, y para lo malo. Más de cuatrocientos fieles se suicidaban en Jonestown, Guyana porque su líder espiritual se lo ordenó.

Otros realizan actos de una heroicidad insuperable, o dedican su vida a ayudar a los demás olvidándose de sí mismos, por el mismo motivo: el sentido.

Mucha gente realiza actos irracionales por el mismo motivo: desean encontrar el sentido de sus vidas, o defender el hecho de que creen haberlo encontrado. Comulgar con ruedas de molino, se dice en mi tierra. Sin esa lectura es imposible entender el espectáculo de multitudes idiotizadas haciendo cosas como esta:

El bálsamo que supone para el alma el creer que uno ha encontrado el sentido de la vida es tan fuerte que hace que los comportamientos sean irracionales, refractarios a cualquier razonamiento que les muestre que están equivocados. Así sucede con terraplanistas, negacionistas, creacionistas y un largo etcétera. Sin esta consideración es imposible entender cómo una persona cabal puede no entender las pruebas, por ejemplo, a favor del hecho evolutivo. Sucede que han encontrado su sentido en un creacionismo, posiblemente de Tierra Joven, que les haga refractarios a todo razonamiento, a toda prueba, a toda evidencia; porque lo que más les importa es el sentido. No importa que sea un señuelo, un engaño; es SU sentido.

Sin embargo, la busqueda de sentido es legítima, diría que incluso insoslayable en todo ser humano. Por desgracia, es una pulsión tan fuerte que es fácilmente manipulable…

(1) Se trata de una metáfora. Los corazones son extraordinarias válvulas hidráulicas pero no albergan sentimientos, necesidades ni ansias.