Si no creen en Dios, ¿a quién le dan gracias los ateos?

Esta es una pregunta extraña. Pero por supuesto -a diferencia de lo que el planteamiento generalizante (“los ateos”) parece sugerir- mi opinión como ateo no pretende hablar por nadie más.

La RAE dice sobre que la gratitud es el Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.

Aunque de forma más bien literaria se puede agradecer a "algo" ("gracias a la vida", dice la canción), creo que en general uno puede sentirse agradecido con "algo", pero no puede darle gracias a "algo". Y específicamente según la definición, para agradecer apropiadamente, debe ser por algo que ALGUIEN hizo o quiso hacer por mí. Pero yo estimo que no hay evidencia suficiente para creer que existe un dios, y menos uno al que le preocupan mucho mis asuntos como para intervenir el universo y sus leyes (y probablemente modificar los asuntos de alguien más) a mi favor. Así que para mí está implícito que no puedo agradecer a un dios o alguna entidad superior consciente, porque por mucho que yo estime un beneficio, no creo haberlo recibido de alguien que no tengo razones para creer que exista. Menos aún cuando hay explicaciones más simples, entre ellas, la casualidad (si alguien dice estar “agradecido a la casualidad”, o “agradecido al universo”, creo que es una simple forma de expresarse, pero ciertamente no puede ir a donde la casualidad y mostrarle su aprecio, ¿verdad?). Otra explicación puede ser gente real que hizo algo real por mí y hacia la que sí puedo estar realmente agradecido en lugar de agradecer a “algo” por encima de ellas, como cuando el doctor salva a un paciente y los parientes agradecen a Dios por ello (si, que fue el médico 'pero Dios le dio la sabiduría y la habilidad para ello'… bla bla bla).

Por otro lado, muchas veces, el hecho de que a uno le vaya bien implica que a otro le vaya mal (como al obtener un trabajo para el que solo había una plaza o cosas más graves como ganar el turno para un reemplazo de riñón) y sentiría egoísta “agradecer” a la casualidad por algo que, aunque me benefició a mí, tuvo que perjudicar a otro. También es curioso el caso de quien agradece a Dios por la comida que está por consumir pero olvida que si Dios de alguna forma tuvo el poder de intervenir para alimentarles, entonces tuvo que haber ignorado conscientemente de alguna manera a quienes no tienen nada que llevarse a la boca (porque el poder para alimentarlos también sí que lo tenía). Y entonces quizá nos demos demasiada importancia: ¿Por qué Dios habría escogido alimentarnos a nosotros pero dejar con hambre a otros?

Fuera de eso, me sentiré en todo caso “afortunado” por ponerlo de alguna manera (en el sentido probabilístico de que pudo irme más mal pero no fue así).

¿A quién habría, entonces, que agradecer?

A nadie. Y no es una idea que me inquiete en lo absoluto. Y el que alguien extrañamente creyera que no soy agradecido, pues… Debo decir que me causaría cierta sorpresa, aunque el que lo diga me suena a posicionamiento moral de su parte, por el bajo costo de hacer una afirmación más bien barata (cualquiera puede decir gracias, aunque solo le muevan las ganas de lucir agradecido).

De todas formas puedo manifestar mi aprecio "a nadie" por estar en una buena situación aunque no le encuentre causante específico, dirigiéndolo voluntariamente hacia una persona o más, al azar o elegida(s) por simple gusto. Quizá haciendo algo para que también le(s) vaya bien a ella(s).

De la pregunta…

En verdad creo que algunas personas ven todo desde su propio punto de vista y extrañamente suponen que los conceptos del resto del mundo de alguna forma DEBEN ser explicables en sus propios y personales términos. Es decir: “Yo creo en algo (religioso), entonces los demás DEBEN creer en algo aunque sea distinto a lo mío (de allí, probablemente, ese rarísimo concepto de que el ateísmo es una forma de religión)”. “Yo doy las gracias a alguien, entonces los demás deben dar las gracias a alguien también, aunque sea una entidad distinta.” “Yo creo que después de muerto pasa algo, entonces el resto del mundo debe creer que pasa ‘algo’ aunque sea distinto a los que yo creo que pasa”. “Yo no creo que alguien realmente no crea en Dios, entonces, si alguien dice que no cree en él, seguramente sí que cree pero no lo admite porque está enojado o no le conviene hacerlo.”

Y así.

¿No será simple falta de imaginación? Quizá nuestra mente no esté tan abierta como creíamos.

Raro.