¿Ya comienzan a aparecer mutaciones del Sars-CoV-2 en Inglaterra, cómo responderá ahora la vacuna?

No todas las proteínas superficiales de la menbrana del virus son igualmente mutables.

Unas de las menos susceptibles a mutaciones son las de la llamada espiga, esta región interactúa directamente con las células humanas, así que si varia demasiado, podría perder las propiedades que le permiten anclarse y abrir la membrana celular humana, esto es esencial para permitir la infección del virus.

La vacuna de Pfizer fue específicamente diseñada para producir inmunidad contra las proteínas de la espiga.

Existen pues tres posibilidades en el caso de una nueva mutación del virus.

1.- La nueva cepa mutada del virus conserva la estructura de la espiga que el cuerpo ha aprendido a reconocer mediante la vacuna, en cuyo caso la vacuna funciona y el cuerpo ataca al virus.

2.- La nueva cepa del virus tiene mutaciones en la espiga que la hacen demasiado distinta para ser reconocida por el sistema inmune entrenado por la vacuna, pero dado que la espiga tiene que interactuar con las células humanas, la nueva mutación es incapaz de fijarse a ellas para reproducirse e infectar. En este caso la vacuna no funciona, pero el virus tampoco y a la persona no le pasa nada.

3.- Por una extraordinaria casualidad, la espiga ha mutado de tal forma que el cuerpo entrenado por la vacuna no la puede reconocer, pero al mismo tiempo, de una manera extraordinaria la nueva estructura es aun funcional y puede infectar seres humanos, en cuyo caso necesitamos una nueva vacuna.

Las posibilidades de la tercera opción no son nulas, pero son muy pequeñas, lo más probable es que pasen muchos años antes de que tengamos que enfrentar ese problema.