¿Por qué tantos adolescentes afirman tener depresión o ansiedad?

Cuando era adolescente, me negaba a afirmar que tenía depresión o ansiedad, y eso me jodió seriamente.

Me negué a decir que estaba deprimido. Dije que estaba “triste por la vida”.

Me negué a decir que estaba ansiosa. Dije que “algo andaba mal”.

Me tomó una batalla de 9 meses contra la depresión, los impulsos suicidas y la desrealización para pensar que tal vez algo no estaba bien en mi cabeza.

Nunca admití que había una causa real para las cosas con las que estaba luchando, solo busqué soluciones rápidas y fáciles.

¿Deprimido? El alcohol puede apagar tus sentimientos.

¿Ansioso porque hay demasiada gente en un evento? El alcohol hará que estas personas parezcan tus mejores amigos.

¿Tiene una sobrecarga sensorial de su ansiedad/TDAH? Probablemente sea hora de huir de la fiesta sin decírselo a nadie, lo que hará que todos tus amigos se preocupen por ti.

La sobrecarga sensorial es algo difícil de explicar a las personas que nunca la han experimentado. Los ataques de pánico son difíciles de entender cuando no sabes lo que son.

La depresión no diagnosticada no es una enfermedad mental para la persona que lucha contra ella, es una visión del mundo.

Los síntomas de la enfermedad mental son lo suficientemente difíciles de entender, pero son aún más difíciles de explicar a la generación anterior, que experimentó la enfermedad mental en una capacidad mucho menor.

La enfermedad mental no es nueva, pero podría ser un problema mayor que nunca, si tuviera que adivinar, diría que probablemente se deba a Internet, las redes sociales y la ridícula cantidad de pornografía disponible.

Me tomó años de terapia entender que la tristeza que sentía no era porque era una persona quebrantada o coja o "un fastidio", sino porque estaba deprimida.

Aún así, decir que tenía ansiedad/depresión fue duro para mi vida personal.

No era que mis padres no entendieran mi trastorno (ambos tienen trastornos similares), fue que nunca quisieron buscar tratamiento para una enfermedad mental. El estigma de la salud mental es muy real, especialmente entre las generaciones mayores.

Al buscar tratamiento, creé un estigma contra mí mismo en mi propia familia. Me convertí en “la loca” por ir a terapia todas las semanas y tomar mi medicación. De repente, bromear sobre "gente loca" se convirtió en un golpe para mí. Me aislé emocionalmente de mi familia.

No los amaba ni los amo menos, nuestros viajes se volvieron muy diferentes.

Han pasado 5 años desde que comencé mi viaje de salud mental, y ahora me va bastante bien. Soy bastante feliz y muy estable y puedo manejar cualquier cosa que me arroje mi enfermedad mental.

Afirmo tener depresión y ansiedad (y TDAH) porque en realidad los tengo en mi maldita vida real. No hay días libres de esto. Si no reconociera esto, estaría negando mi realidad y me estaría engañando a mí mismo.

Ya no estoy en eso.