¿Encontraron alguna vez una cura para la gripe española?

No. El virus mutó repetidas veces porque los infectados con síntomas más severos murieron o fueron puestos en cuarentena, hasta que solo quedaron las cepas menos virulentas.

La enfermedad todavía continua entre nosotros. Es posible que la hayas tenido en algún momento de tu vida, pero probablemente la notaste como la típica gripe estacional.

La gripe española

Ocurrió algo similar con la peste bubónica. Hubo un estallido en la Mongolia Interior (parte de China cerca de la frontera con Mongolia) este pasado verano, y algunas personas murieron. De hecho, un niño de tres años de edad del sur de China la contrajo ayer mismo (29 de septiembre de 2020).

Y no, no causará una pandemia global que matará a millones de personas. No, no es porque los antibióticos sean un tratamiento efectivo (lo pueden ser, pero este no es el motivo), y tampoco es porque ahora tengamos una vacuna (la tenemos desde 1980, pero tampoco es el motivo), ni es porque ya no vivimos rodeados de las pulgas de las ratas (tampoco es el motivo principal). El elemento clave es que la peste bubónica de hoy en día no es la misma enfermedad que era hace 700 años. Mutó varias veces hasta que dejó de ser tan dañino. Todavía puede matar, por supuesto, pero no tiene la virulencia de entonces.

A los virus no les interesa matar a su huésped. Lo que quieren es expandirse lo máximo posible, y las muertes que dejan en su camino es una especie de daño colateral. Es como cuando nosotros matamos a especies protegidas al destruir su hábitat natural. No es nuestra intención matarlas, y no lo haríamos si no fuera que al intentar evitarlo esto se convirtiera en un inconveniente para nuestros fines.