La pena capital en el mundo de hoy en día es la vida, o la muerte. Pero en el mundo de la antigüedad casi siempre era muerte porque muchas civilizaciones creían en la idea de “una vida por otra vida”, y no les gustaban demasiado los crímenes.
Como probablemente ya sepas, las antiguas civilizaciones usaban unos métodos brutales y muy creativos diseñados para casuar una muerte lenta, dolorosa y tortuosa. Podría nombrar muchos ejemplos, pero se me ocurre el del “águila de sangre” que usaban los vikingos. A la victima se la despellejaba desde la espalda y entonces le rompían las costillas para que parecieran como unas alas manchadas de sangre. Después, le sacaban los pulmones a través de las heridas efectuadas en la espalda.
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