Todo empezó porque Australia, que es uno de los mayores aliados de Estados Unidos y un miembro que contribuye en gran medida a la OTAN, con su pequeña pero poderosa y moderna fuerza militar, pensó que era hora de reemplazar seis de sus ocho submarinos, los cuales tienen más de 20 años de servicio.
Todo esto con miras a construir una fuerza de disuasion para China y su constante acoso y expansionismo en la zona de India-pacifico.
Para esto Francia iba a construir 12 submarinos de diesel eléctrico para Australia, pero entonces llega Estados Unidos y ofrece una cantidad no especificada hasta hoy de submarinos no de diesel, sino de propulsión nuclear, cuyo secreto sólo había compartido con el Reino Unido, su mayor socio y aliado en el mundo.
Los submarinos nucleares tienen mucha más capacidad, más rango, son más silenciosos y más efectivos en combate que los submarinos de diesel, entonces Australia simplemente no pudo rechazar la oferta de Estados Unidos, y mandó al demonio a Francia.
Es por eso que Francia está que echa humo de coraje. Lo que se espera de dicha alianza que además de Estados Unidos y Australia incluye al Reino Unido, es que esta alianza y la presencia militar de estos países sirva como disuasion para que China modere un poco su expansionismo en el Sureste asiático, y la piense dos veces antes de atacar a Taiwan.
Por cierto que Francia misma había hecho lo propio con Rusia hace pocos años, cuando los rusos ordenaron un par de portahelicopteros clase mistral, y por presión de Estados Unidos y Europa decidieron cancelar la venta a Rusia.
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