Hace aproximadamente un año, volaba de vuelta de Tel Aviv a Nueva York, cuando un ex piloto israelí de F-16 muy amable se sentó a mi lado.
Fue más o menos cuando el primer F-35 que Israel compró a Estados Unidos aterrizó en Israel, y no pude evitar preguntarle sobre el rumor que había oído.
"¿Es cierto que Israel desmontará los F-35 y los reconstruirá con tecnología israelí?".
Respondió que era parcialmente cierto.
Israel adquiere sistemas de armas extranjeros, pero el software y la tecnología que se utilizan para actualizarlos no son tanto para mejorarlos, sino para adaptarlos mejor a los requisitos operativos de Israel.
Un ejemplo clásico es el tanque israelí Merkava, en comparación con el M1 Abrams estadounidense.
El Abrams está construido para la movilidad, las velocidades rápidas y las guerras de estilo "Blitzkrieg" con los tanques enemigos como objetivo principal.
Por otro lado, el Merkava fue diseñado para librar batallas defensivas y prestar apoyo a las operaciones de contrainsurgencia en terreno urbano y de montaña.
Estados Unidos compra algunas actualizaciones de sistemas de armas a Israel, pero la mayoría de las actualizaciones hechas por Israel están destinadas a adaptarse mejor a la doctrina de guerra israelí, más que a los sistemas de armas en general.
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Relações Internacionais I
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