¿Qué persona contribuyó más a la humanidad después de la muerte?

¿Has visto esta cara antes?

Ella es Henrietta Lacks.Una paciente con cáncer de cuello uterino, que finalmente sucumbió a él en 1951. Pero a principios de ese mismo año, se aisló una única línea de células HeLa inmortales (llamada así por las iniciales de la paciente) de su lesión de cáncer de cuello uterino.

Lo que ella aportó:

• La línea de células HeLa resultó ser una gran ayuda para todos los siguientes investigadores biomédicos como el mapeo de genes y aceleró enormemente el avance de nuestra comprensión de diferentes dolencias, especialmente el cáncer.
• Fue la primera fábrica de producción de células del mundo cuando Jonas Salk la utilizó para probar y desarrollar la vacuna contra la poliomielitis, lo que salvó a millones de personas de esta terrible enfermedad.
• Todas y cada una de las cremas cosméticas y equipos médicos que entran en contacto directo con la piel pasan primero por una prueba de seguridad. Adivina qué se usa para eso.
• Ayudó a aprender sobre la progresión del SIDA y una mejor apreciación de las lesiones causadas por la radiación y las sustancias tóxicas en las células.
• Existen miles de billones de sus células, que pesan más de 20 toneladas y reclaman más de 11.000 patentes.

Lo que obtuvo a cambio:

• Sus celdas fueron utilizadas de manera poco ética sin consentimiento expreso o permiso previo, ya sea de ella o de su familia.
• Ella fue un don nadie durante 4 largas décadas. Al mismo tiempo, muchas entidades corporativas médicas obtuvieron grandes ganancias, luego de comercializar una parte de su cuerpo.
• Finalmente, después de más de 20 años, su familia se enteró de que existía tal línea celular, solo cuando los médicos comenzaron a llamarlos para analizar su sangre y otros parámetros como el color de los ojos, para tener una mejor comprensión de la genética de la familia.
• Su familia luchó arduamente por controlar sus tejidos y su ADN, pero la Corte Suprema de EE. UU. en la década de 1990 dictaminó que una persona no tiene control sobre las células y los tejidos desechados; que se puede comercializar.

Pero por fin, varios documentales y películas han reconocido su inmensa, aunque involuntaria, contribución a la investigación médica y, en consecuencia, su familia también ha obtenido un merecido control sobre su ADN y su línea celular.