Cuando tenía 13 años de edad, mi madre (crecí sin padre) me miró fumando un cigarro y esperó a que llegara a casa. me dijo, "Hijo, ve a la tienda y trae dos cajetillas de cigarros", yo obedecí inmediatamente. Cuando los traje me dijo: "Prende un cigarro, por favor" lo hice, me dijo "fúmalo". Debo decir que me sentía incómodo, porque respetaba a mi madre y no quería que me viera fumar… pero lo fumé. Al terminarlo, me dijo muuuy amable, prende otro, pensé que era para ella, pero me dijo nuevamente, "fúmalo" le dije que no porque ya había fumado uno, a lo que contestó: "Fúmalo, que no eres hombre?"… Y lo fumé, para ese momento mi boca se sentía irritada y se volvía muy incómoda la situación. Me volvió a pedir que prendiera uno más y le dije, NO, no lo voy a fumar… Ella volvió a repetir, "Ah no, cabroncito" "Usted es hombre y se lo va a fumar" y así hasta completar 5 cigarros, mi boca explotaba, ya no quería saber nada de cigarros. Me dijo muy pacientemente "Hijo, cuando crees que te ves muy guapo haciendo tonterías (El término que uso fue más fuerte) solo haces el ridículo" "El que festeja las tonterías es un tonto" "No quiero saber que mi hijo es un idiota que quiere ser aceptado por otro grupo de idiotas". Así de creativo ese castigo.
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