El ser humano es libre (no obstante sus normales condicionamientos), y este hecho le produce angustia y alegría. Angustia porque, por ejemplo, en e...
El ser humano es libre (no obstante sus normales condicionamientos), y este hecho le produce angustia y alegría. Angustia porque, por ejemplo, en el caso de una elección nunca tendrá la certeza absoluta de que ha escogido la mejor y quedará la angustia de que las otras opciones no elegidas las destinó al “no ser”: “Aquello que pudo haber sido y no fue”. “La angustia y la nada se correlacionan continuamente” (Kierkegaard).
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