Un acto reflejo es una respuesta involuntaria, rápida e inmadura a un estímulo. Los actos reflejos son controlados por el sistema nervioso central, pero no requieren la participación del cerebro.
Los actos reflejos son esenciales para la supervivencia. Nos permiten reaccionar rápidamente a estímulos peligrosos o dañinos.
Un ejemplo de acto reflejo es el reflejo rotuliano. Cuando golpeamos el tendón rotuliano, se envía una señal al cerebro. El cerebro envía una señal a la médula espinal, que envía una señal a los músculos de la pierna. Los músculos de la pierna se contraen, lo que hace que la pierna se doble.
Otro ejemplo de acto reflejo es el reflejo de parpadeo. Cuando un objeto se acerca a nuestros ojos, se envía una señal al cerebro. El cerebro envía una señal a la médula espinal, que envía una señal a los músculos de los ojos. Los músculos de los ojos se contraen, lo que hace que parpadeemos.
Los actos reflejos son una parte importante de nuestra vida. Nos ayudan a protegernos y a sobrevivir.
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