La fractura de escafoides es todo un clásico dentro del bloque de Traumatología y cirugía ortopédica. La posición típica para sufrir una fractura d...
La fractura de escafoides es todo un clásico dentro del bloque de Traumatología y cirugía ortopédica. La posición típica para sufrir una fractura de escafoides es una caída sobre el “talón” de la mano, es decir, en hiperextensión forzada de la articulación de la muñeca. Clínicamente, se produce un dolor selectivo en la tabaquera anatómica, cuyo suelo está constituido precisamente por este hueso. El diagnóstico de la fractura escafoidea es difícil. Suelen realizarse cuatro radiografías de muñeca, en proyecciones específicas, para intentar detectarla. En caso de sospecha clínica, pero con radiografías normales, se debe inmovilizar la muñeca y repetir las radiografías a los 10-15 días. Si persiste la sospecha, se debe realizar una resonancia magnética. El tratamiento de elección para las fracturas de escafoides es la inmovilización con una férula de yeso o una órtesis de muñeca. En caso de desplazamiento o de fracturas no unidas, se debe realizar una reducción abierta e interna con colocación de un tornillo canulado. En caso de no unión, se puede realizar un injerto óseo. En caso de necrosis del polo proximal, se puede realizar una artrodesis carpiana. En caso de fracturas del polo distal, se puede realizar una artroplastia de muñeca.
a) Inmovilización con una férula de yeso o una órtesis de muñeca. b) Reducción abierta e interna con colocación de un tornillo canulado. c) Injerto óseo. d) Artrodesis carpiana. e) Artroplastia de muñeca.
Compartir