Al no ser posible proceder aquí al estudio de todas las categorías de jurados, examinaré solamente la más importante, la de las audiencias provinci...
Al no ser posible proceder aquí al estudio de todas las categorías de jurados, examinaré solamente la más importante, la de las audiencias provinciales que constituye un excelente ejemplo de multitud heterogénea no anónima. Se encuentra en ella la sugestibilidad, el predominio de los sentimientos inconscientes, la escasa aptitud para el razonamiento, la influencia de los líderes, etc. Al estudiar los jurados tendremos ocasión de observar interesantes ejemplos de errores que pueden cometer las personas no iniciadas en la psicología de las colectividades. Los jurados proporcionan, en primer lugar, una prueba de la poca importancia que tiene, para adoptar decisiones, el nivel mental de los diversos elementos que componen una multitud. Hemos visto que en una asamblea deliberadora a la que se solicita una opinión acerca de una cuestión que no revista un carácter completamente técnico, no desempeña papel alguno la inteligencia; y que una reunión de sabios o de artistas no emite, acerca de temas generales, juicios sensiblemente distintos a los que puedan surgir de una asamblea de albañiles. En diversas épocas, la administración elegía cuidadosamente a las personas que debían componer un jurado y las reclutaba entre las clases ilustradas: profesores, funcionarios, letrados, etc. En la actualidad, el jurado está compuesto, sobre todo, por pequeños comerciantes, pequeños empresarios y empleados. Pero, con gran asombro por parte de los escritores especializados, y sea cual fuere la composición del jurado, la estadística muestra que sus decisiones son idénticas. Los propios magistrados, tan hostiles como son, sin embargo, a la institución del jurado, han tenido que reconocer la exactitud de esa aserción. He aquí cómo se expresa a este respecto un antiguo presidente de audiencia provincial, Bérard Desglajeux, en sus Memorias:
Los jurados son una prueba de la poca importancia que tiene, para adoptar decisiones, el nivel mental de los diversos elementos que componen una multitud. En diversas épocas, la administración elegía cuidadosamente a las personas que debían componer un jurado y las reclutaba entre las clases ilustradas: profesores, funcionarios, letrados, etc. En la actualidad, el jurado está compuesto, sobre todo, por pequeños comerciantes, pequeños empresarios y empleados. Los escritores especializados están asombrados por el hecho de que, sea cual fuere la composición del jurado, la estadística muestra que sus decisiones son idénticas.
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