De ir a evangelizar la Germania, tendrá que reformar el clero franco. Ese será el comienzo del renacimiento carolingio. El pontificado de Gregorio ...
De ir a evangelizar la Germania, tendrá que reformar el clero franco. Ese será el comienzo del renacimiento carolingio. El pontificado de Gregorio Magno (590-604), el más esplendoroso del período, es también el más significativo. Gregorio, antiguo monje, elegido papa durante una crisis de la peste negra en Roma, piensa que las calamidades anuncian el fin del mundo, y para él el deber de todo cristiano es hacer penitencia, desligarse de este mundo para prepararse al que se avecina. No piensa en extender la cristiandad, en convertir «ya se trate de los anglosajones o de los lombardos» si no es para desempeñar mejor su papel de pastor a quien el Cristo del Juicio final pedirá constantemente cuentas de su rebaño. Los modelos que propone en su obra de edificación espiritual son san Benito, es decir, la renuncia monástica, y Job, es decir, la renuncia integral y la resignación. «¿Para qué continuar recolectando cuando el que recolecta va a desaparecer? Que cada quien eche un vistazo al curso de su vida y verá con qué poco le basta.» Las palabras del pontífice que tanta influencia iba a ejercer son también una apertura a la Edad Media, tiempo de desprecio del mundo y de desvinculación de la Tierra.
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