La respuesta emocional es percibida por los otros y la capacidad para entender las reglas sociales para su expresión forman parte de la inteligencia emocional. Esta inteligencia permite y facilita la convivencia y vinculación social. Asimismo, Ribero & Marulanda (2013) destacan la importancia que ha tomado el estudio de las emociones para los estudios dentro de la psicología, especialmente la conductual, debido a que las emociones moldean el comportamiento de las personas. Por esta razón, entender las emociones permite a las personas evitar la impulsividad y facilita ajustar su comportamiento al contexto en el que se encuentran. Diversos autores hablan de la regulación o la inteligencia emocional como un proceso que mejora a través de la educación y el paso del tiempo, donde la actividad de la mente racional y la mente emocional cobran protagonismo. Este hecho es ampliamente discutido en la corriente cognitivista debido a la inteligencia intrapersonal que hace referencia a cómo la persona entiende su situación, selección, modificación de la situación, despliegue de la atención, cambio cognitivo, modulación de la respuesta. El modelo de regulación de emociones de Gross (1998) destaca la importancia de comprender y regular las emociones en el contexto laboral, ya que más de dos tercios de la fuerza laboral en el mundo trabaja en el sector de servicios, y se espera que este sector crezca con el tiempo. Por lo tanto, la investigación de variables que afectan a los trabajadores de estos sectores está tomando gran relevancia. Hochschild (1983) diferencia entre el "emotion work" y el "emotional labor" en el contexto laboral, lo que ha generado diversas investigaciones e interpretaciones de los términos. Según Goffman (1969), la regulación de emociones se puede dar en las distintas interacciones entre personas, no necesariamente en el contexto laboral. El objetivo principal de la actuación emocional dentro del contexto laboral es influir en la experiencia del cliente para que este sienta la calidad en el servicio y lo valore satisfactoriamente, aumentando la probabilidad de volver a consumir el producto con la misma compañía. Las normas emocionales, definidas como los estándares de comportamiento que indican las emociones que son apropiadas en una situación específica y cómo deben ser expresadas y transmitidas, son una característica del trabajo emocional. Ekman (1992) destaca la importancia de comprender las normas emocionales en el contexto laboral, ya que las emociones manejadas incorrectamente pueden convertirse en un problema. Las normas emocionales toman gran importancia en los contextos laborales actuales debido a las exigencias que existen para controlar las emociones. La existencia de normas emocionales puede llegar a ser algo negativo dentro del contexto laboral, especialmente en industrias como las de servicios y comerciales. La disonancia emocional, según Hochschild (1983), tiene lugar cuando dentro del rol laboral, el trabajador siente que existen ciertas reglas que indican la forma en la que deben experimentar y expresar las emociones como parte de su actividad laboral.
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