Al conocer esta problemática se logra apreciar que el camino por recorrer es bastante extenso en cuanto a dar la solución a este fenómeno, sobre to...

Al conocer esta problemática se logra apreciar que el camino por recorrer es bastante extenso en cuanto a dar la solución a este fenómeno, sobre todo a las organizaciones que solo ahora están dimensionando el impacto que tiene el presentismo en sus economías y trabajadores. Según la legislación que tienen la gran mayoría de los países, se distingue que desde los gobiernos, en especial desde el ministerio de protección social, en donde se protege al trabajador, se obligan a las empresas para que estas tomen ciertas medidas que estén encaminadas en promover condiciones seguras en su sitio de trabajo. Como por ejemplo la resolución 2646 de 2008 que trata de realizar el programa de riesgo psicosocial, con el objetivo de conocer los efectos que tiene tanto la organización como el contexto la salud mental y calidad de vida de los trabajadores. En esta medida se relaciona la participación actual que tiene el psicólogo en la organización como en la resolución descrita anteriormente en la que se hace énfasis como requisito de un psicólogo con especialización en salud ocupacional generar este programa dentro de las organizaciones para que se logre obtener una buena calidad de vida laboral, además de promover el bienestar laboral y mental dentro de los trabajadores y la empresa. “El lugar de trabajo es un ambiente adecuado para educar a los individuos y concienciarlos de las dificultades a que se enfrenta la salud mental, con el fin de identificar los problemas e impedir que se desarrollen” (Duran, 2007; citando a Gabriel, 2000 p 47). En este sentido el autor menciona que es indispensable que las empresas inviertan dinero y tiempo en la relación condiciones de trabajo y salud laboral, puesto que las investigaciones lograban visualizar que la apreciación de estos dos fenómenos en buenas condiciones traía consigo un buen desempeño y una buena producción en lugares de trabajo sanos y óptimos donde el empleado podía llegar a desarrollar todas las habilidades sin estar en algún riesgo laboral. No obstante Duran (2007) muestra que las empresas cuyas acciones están encaminadas a desarrollar políticas y estrategias en relación al bienestar integral de sus trabajadores y la conciliación del mundo laboral con el familiar, contribuyen enormemente en la mejora de la calidad de vida de los trabajadores, el ambiente laboral y la productividad de este. Esto posibilita que los empleados que tienen un problema personal o familiar, encuentren en las empresas estrategias para afrontar dichas situaciones, encaminadas a mejorar la productividad y la salud laboral. Como es el caso de los comités de convivencia reglamentados por la ley y fundamentados en los programas de riesgo psicosocial, que se colocan en funcionamiento gracias a la participación y liderazgo que logra tener el psicólogo organizacional al mostrar los buenos resultados que se llegarían a tener gracias a la implementación de este comité. Al respecto refiere Vera (2007) que el problema radica que las acciones de prevención si son implementadas pero solo en las grandes empresas, mientras que en las medianas empresas se hacen imposibles o dificultosas su participación, puesto que no cuentan con los recursos necesarios o con el apoyo del gobierno para impulsar estos planes de acción. Duran (2007), en relación a la importancia que tiene el psicólogo en cuanto al diseño de programas que protejan al trabajador de este fenómeno y de demás afecciones comenta que: “se deben realizar programas preventivos con enfoques multidisciplinarios como los de la unión Europea, en los que se interviene para pesquisar los problemas. Pero en este tema no hay “recetas únicas”, sino que se requieren diagnósticos específicos por cada empresa y trabajador, y luego, a partir de dichos resultados, realizar acciones concretas” (p.47). De esta manera el autor intenta dar a conocer como los estudios interdisciplinares, permiten que las diferentes disciplinas se relacionen y encuentren objetivos comunes entre si, como en este caso es el cuidado y la preservación del bienestar laboral y la calidad de vida del empleado en la organización. Por otro lado, aparte de las acciones que podría realizar un psicólogo organizacional y del impacto que este lograría tener en cuanto a la aplicación de sus conocimientos en áreas donde se promueva el bienestar del empleado, Rojas (2007) manifiesta que es importante que las empresas abran sus puertas también a la intervención clínica puesto que esta “aporta al tratamiento de las enfermedades bases y a mejorar dichos tratamientos considerando el contexto laboral en que se producen, como es el caso de la depresión y su tratamiento diferencial. (p 66). No obstante las organizaciones se abstienen en utilizar estos medios debido a las implicaciones legales que tienen los psicólogos al momento de intervenir una persona dentro de la empresa, dejando esto a consideración del trabajador con las Entidades Promotoras de Salud (EPS). Claro está que la función del psicólogo organizacional es logar que estos espacios se generen en la empresa para que se puedan trabajar los factores psicológicos que tienen los empleados y así estos no repercutan en una mala salud laboral y une desempeño negativo. Según las investigaciones realizadas sobre el presentismo en donde se generan estrategias de acción para controlar este fenómeno, (Stevens, 2005; & Hemp, 2004), consideran y resaltan la integración de los esfuerzos del departamento de Gestión humana en relación a la creación y utilización de programas de apoyo al empleado, con el fin de que las empresas puedan conocer al trabajador en sus habilidades laborales como también en su vida familiar, con el único objetivo de mejorar la calidad de vida del empleado fuera y dentro de la organización; de esta manera se reduciría el presentismo. Respecto a estos programas impartidos por el departamento de Gestión humana, Stevens, (2005) plantea la integración de esquemas