A pesar de que las conductas se van desarrollando con los años, los primeros años de vida de un sujeto son fundamentales para desarrollar las mismas, sin embargo, por desconocimiento de su grupo familiar, en algunos casos no se les presta atención a tal requerimiento, por ello, el individuo al ir superando etapas no logra consolidar una conducta autónoma y al llegar a las organizaciones puede generar un choque por su forma de comportamiento, este es el momento que se asuma el desarrollo de acciones que sirvan de base para la formación de conductas adecuadas, para de esta manera se valoren las conductas asociadas a las relaciones interpersonales. Asociado a la programación neurolingüística, surge la comunicación como un proceso de interacción inherente a la construcción de la cultura organizacional, en este sentido, Linden (2012) señala: La comunicación se vale de las palabras, el lenguaje corporal y el tono de la voz. Estudios realizados por los investigadores de PNL, han demostrado que: En la comunicación las palabras sólo representan el 7%, el tono de voz el 38% y el lenguaje corporal el 55%. En un proceso de comunicación, cuando el mensaje no es entendido, recae en el emisor la responsabilidad de no haber encontrado el canal adecuado para que su receptor reciba la información.