Un stakeholder orientado hacia todos los grupos de interés que concurren en la actividad empresarial, como accionistas, colaboradores, clientes, ONGs, administraciones, sindicatos, comunidad local, grupos de opinión y proveedores, se enfoca en potenciar los activos tangibles e intangibles de la empresa como parte del valor de la empresa. Sus expectativas son a largo plazo y buscan estrategias y políticas a través de códigos de conducta internos que garanticen la sostenibilidad de las actividades ordinarias de la empresa, sin impactar los derechos sociales y ambientales de los grupos de interés implicados. Este enfoque implica tener en cuenta a estos grupos en la definición de las estrategias empresariales y generar procesos de participación para comprender sus expectativas e intereses razonables.
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